Max es un ya no tan joven creador independiente de juegos, cuya primera obra tuvo algo de éxito, aunque las musas parecen haberse alejado. No ha creado ni publicado nada relevante en los últimos años.
Hoy es profesor en una reconocida escuela especializada en videojuegos, en la que ve cómo se van los días, la fe en su capacidad de crear su siguiente juego y el orgullo de decir que es un creador independiente.
Entonces llega Luisa a un taller, una alumna pretenciosa, que pareciera una más del montón, que ya sabe todo y no necesita aprender de los que ya han terminado juegos antes. Una narcisista que cree en su idea perfecta y que llegará a lo alto con su primer juego. Ya se había visto tantas veces. Trabajar por años en lo mismo sin llegar a nada, y como siempre, negándose a contar la idea para que no se la roben.
Luisa, desconfiada, muestra un prototipo que atrapa a Max hasta terminarlo. Es algo corto y tiene imágenes temporales por todos lados, aunque sabe que este juego revolucionará las producciones independientes. Es tan simple, tan obvio y al mismo tiempo tan natural, tan humano.
Se termina el curso, se gradúan las generaciones. Max decide continuar sus juegos antes que la juventud le abandone por completo y terminen de olvidar su pasado más brillante. Ha estado esperando que el juego de Luisa llegue a las tiendas aunque nunca sucede. Max descubre que su alumna fue reportada desaparecida y no se encuentra rastro de su juego por ningún lado. La idea se niega a quedarse en el olvido, por lo que Max crea el juego desde lo que recuerda del prototipo.
Es un éxito rotundo, gana una gran cantidad de nominaciones: “Juego del año”, “Independiente del año”, “Mejores 50 juegos de la década”, considerando a Max como un genio moderno. Por fín llega el dinero que lo evadió por tantos años, la fama le obligó a salir de su cueva, asistiendo a toda serie de entrevistas.
Hasta que llega un comentario a su Itch.io: “Todo lo robaste”.
Mientras Max se esfuerza por esconder la verdad, comienza a descubrirse lo que hay detrás de todo y cada descubrimiento solo lo aterra más. ¿Quién fue en realidad Luisa? ¿quién robó a quién?, y ¿hasta donde llegará un creador para quedarse con las buenas ideas?
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EOT
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