Hace 6 años inicié un camino como creador de juegos, buscando que la actividad que hago muchas horas al día, el ingreso principal, y quizás más importante, mi satisfacción personal y profesional, viniera de crear juegos. Han sido 6 años muy variados de entender qué significa y como se vive eso.
Hoy para mí crear implica liderar una organización con muchas disciplinas, desde que se genera una idea hasta que se entrega a muchos jugadores finales. Implica en mi tiempo libre tener libertad creativa de hacer los juegos que yo quisiera jugar.
Una de las constantes que vivo cada día es recibir críticas.
A algunos no les gustan nuestros productos, y a los que les gustan encuentran fallas.
A otras no les gusta nuestro estilo de vida o de trabajo. Algunas desaprueban nuestras decisiones o les molesta nuestra ventaja injusta.
No nos gusta recibir críticas, nuestro cerebro busca aprobación, pertenencia, y el mundo exterior no nos lo da, al menos de primera instancia.
Nota: No quiero decir que espere aprobación y halagos. Sino que nuestro cerebro nos juega en contra, busca evitar situaciones que nos incomoden, que nos hagan romper el espíritu del círculo que nos rodea.
Nos preocupa lo que dicen los demás, quizás más de lo que deberíamos.
No digo que debes dejar de escuchar a tu pareja. He visto decenas de divorcios frustrantes y hasta costosos por falta de comunicación.
Tampoco dejar de oír a tus fans, a tu público. Personas tan apasionadas con su visión crean juegos que a nadie les interesa. Me refiero a que sepamos priorizar y ponderar lo que escuchamos, transformándose en un modelo mental.
Tuve que alejarme de muchas ideas de las personas que más cariño les tengo. Mis padres, algunos amigos. Ideas antiguas para condiciones diferentes a las mías, y por más amor que les tengo, creé creencias propias. Llegar a una aceptación de, 'Esta persona soy, no me importa lo que digan los demás, excepto personas muy específicas'.
¿Quienes son? Mi esposa, nuestros fans, nuestro equipo de trabajo, mis socios. Y ello con barreras emocionales y reglas de comunicación muy claras. Sin chantajes, sin presiones, en un ambiente profesional o de crecimiento mutuo.
Algo importante, no llegamos ahí rápido. Han sido más de 12 años de día a día aprender, practicar, mejorar. A veces es desesperante, cada año que volteo para atrás y encuento que este camino ha sido lento, entra una desesperación y el lado racional debe dominar hacia la paciencia y la constancia. Junto con las emociones que no te dominan, aunque te influyen y guían hacia lo que se siente correcto vs lo que 'es' correcto.
Finalmente lo que quiero evitar es la parálisis por análisis y el actuar 'a lo tonto'. Ambos extremos son malos. Los analíticos dirán que es mejor pensar mucho, los pasionales dirán que es pérdida de tiempo racionalizar, planear, visualizar y es mejor actuar todo el tiempo.
Cada cosa debe ir en su justa medida y eso solo se entiende con la práctica, fracaso, prueba y error. Y es muy doloroso tener que intentar algo por años, decenas de veces para entender su naturaleza.
Actúa, evalúa, piensa, vuelve a actuar.
Aprovecha esa chispa dentro de ti que te lleva a actuar nuevamente a pesar de los retos y el desánimo.
La opinión de los demás se derrota con micro-éxitos. Claro, los fracasos son depresivos, la crítica te hunde emocionalmente, al menos por un momento. Volver a actuar y dar otra oportunidad para intentarlo derrota a la crítica. Un cocinero es tan bueno como su último plato, nosotros somos tan buenos como nuestra último resultado.
Esto es frustrante, sin duda. Por lo que logramos cosas a pesar de la frustración.
Me gusta el concepto que maneja Aaron Benítez sobre el dramatismo.
Poner culpas a los demás, gastar energía en la crítica, en analizar a los demás buscando sus fallos sin poner ese aprendizaje en tí.
Y es lo que nos divide, nos discrimina, a los que logran resultados y a los que aspiramos a lograr algo. La crítica es una actitud de baja energía, bastante contagiosa. Poner una barrera emocional para no dejarse llevar es duro al inicio. Puedes lograrlo con práctica.
Se pusieron de moda etiquetas como mentalidad de tiburón, mentalidad de escasez, oportunista, derrotista.
No me refiero a esas etiquetas fáciles que hasta provocan risas. Tampoco a un optimismo tóxico. Es fácil confundirlas.
Ya sea que te pongas un nombre que te ayude a simplificar todo lo que estás viviendo, me refiero a lograr una mentalidad de alta energía, de optimizar tu fuerza, lenta, dolorosamente, hacia una plenitud en tu persona.
Aferrarse al pasado, a lo que funcionó antes, es muy humano. Es irreal. En pocas ocasiones lo anterior vuelve a funcionar, pues el mundo cambia rápidamente. Encuentra lo que funciona hoy, pues es lo único que podemos controlar.
No podemos cambiar el pasado, ni podemos adivinar el futuro. Dependiendo tus oportunidades puedes influir más, o menos, en el presente. Ni los más ricos y poderosos han detenido la muerte, auque pueden retrasarla.
Nuestro sistema mental tiene muchas abstracciones que se pueden explorar con, 'Por qué y Para qué' hacemos las cosas. Es frustrante que dediquemos un año completo y nuestras acciones no nos lleven a ese 'Pará que'. O peor aún que en el camino nos demos cuenta que eso ya no conecta con nuestra realidad.
Me pasó, perdí la movitación. Hoy entendí que es parte del proceso. No es llegar rápido, es llegar a pesar de todo. Sin excusas.
- Evita sufrir por problema imaginarios
- Ver la dificultad como una oportunidad para crecer
- Enfocarse en el paso más pequeño inmediato
- Crear el hábito de intentar cosas difíciles
- Recordar lo que has superado
- Evitar que te importe demasiado lo que otros piensan que es correcto
- Está bien pedir ayuda
Si, es fácil decirlo, nada fácil actuarlo. La persona que más amo tiene ansiedad y depresión clínica junto con otras situaciones. Evitar escenarios catastróficos le es difícil. Lo está trabajando cada día y esta buscando su lugar en este mundo. La amo como ella es, aprendo de ella todo el tiempo.
Yo también tengo decenas de sesgos, condiciones genéticas y enfermedades. Puedo deprimirme, paralizarme por la situación culpando a la herencia de mis padres, a la loteria genética. A mis condiciones, al país donde nací.
Nuevamente, no ha sido rápido. Han sido años de esfuerzo, retrasar cosas para luego hasta que fue demasiado tarde, auto aceptación, probar cosas hasta darme cuenta de lo equivocado que estaba, tragarme el error y volver a intentar.
No siempre es una historia de Hollywood con final feliz. Muchas cosas no están terminadas y está bien. Somos una obra incompleta y eso nos hace humanos. Estóicos, profesionales, de alta energía emocional, aunque humanos finalmente. Con llanto a veces, momentos bajos frecuentemente. Y un montón de errores, que los disfrazamos de aprendizaje, o simplemente de los que no se aprende nada.
Algunos pasos del éxito involucran hacer el ridículo, tomar riesgos, vencer la incomodidad, enfocarse en minorías y nichos, soportar risas y burlas, recorrer el camino menos transitado, dar saltos de fe tras haberlo pensado por unos instantes.
¿Soy un ejemplo perfecto de todo ello? ¡Quisiera! Lo que sí puedo compartir contigo es que lo estoy intentando, llevo años intentándolo y seguiré haciéndolo mucho tiempo más. He encontrado mi camino y sigo encontrando mi lugar en este medio, en mi país, en mi familia. Te invito a que recorras el camino o a que me sigas inspirando.
Piensa brevemente, actúa el paso más pequeño, piensa, domina tu emoción, actúa de nuevo.
EOT
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