Me encantan las novelas de vampiros, las películas y todo lo que tenga que ver con esta ficción. Pero dentro de este género, claramente, hay mucha bazofia dando vueltas, entre ellas las románticas. Sin ir más lejos cuando vemos la peli de Coppola con semejantes actores, en 1992, no se puede creer que hayan llegado a trembunda porquería romanticona. Vamos viejo, Gary Oldman, el viejo Hopkins, un joven Keanu y hasta Winona... pero no deja por eso de ser una menuda mierdecilla. Sin embargo no vengo a criticar estas mierdas, no, vengo a alabar una pentalogía no tan conocida, al menos no popularmente, como es esta en la que la protagonista es la joven poli Laura Caxton, que no era nada más que una mera inspectora de tránsito que se topa con un caso extraño de chupasangres, perseguida por el experimentado Jameson Arkeley... y allí empieza todo. Lo que más me gusta sin dudas de esta saga es que los vampiros, como el Drácula original, el de Stoker, no anda con boludeces románticas, es un monstruo salvaje chupasangre que lo único que quiere es destrozarte, llevarse hasta la última gota de tu cuerpo. En la novela del bueno de Bram vemos a un vampiro en pleno proceso de aprendizaje; según Van Helsing aprendiendo por siglos el comportamiento humano, quizás debido a su confinamiento, tratando de reinsertarse en la sociedad moderna sin ser visto, con lalgunas limitaciones y definitivamente carente de amor. Aquí vemos a un vampiro que se licúa por las noches y que cada vez necesita más cantidades de sangre para vivir, que se va degradando y que no puede convertir a otros así porque sí, el otro debe 'desearlo' y suicidarse para convertirse luego, aceptar la maldición. Un invento interesante de David Wellington, el autor de esta obra. Lo que más me atrapa es que sucede dentro de la burocracia policial, casi del mismo modo que Mulder y Scully deben lidiar a pesar de ir a por los casos paranormales.
La saga consta de los siguientes libros, de los cuales te hago el resumen nivel 5: