Sus palabras me atrajeron. Sentí una total conexión con ella sin apenas haberla visto o haber cruzado palabras. Simplemente sentí que teníamos algo en común. Sus gustos y forma de pensar encajaban a la perfección con mis relatos y mi ser. Me atraen las personas inteligentes y ella lo era. Daba igual como fuera, para mi su mente era preciosa y, en consecuencia, toda ella.