Decides que lo único que necesitas para la noche es un lugar para guarecerte pero no es que encuentres gran cosa la verdad. Por aquí todo lo que hay son dos gruesos troncos caídos muy juntos. Se te ocurre que podrías cubrirlos de ramas jóvenes y hojas y dormir entre ellos.
O, bueno, subir a un árbol y dormir en su copa. Siempre que no te caigas en medio de la noche y las hojas aguanten la lluvia todo irá bien, ¿no?
Te haces un refugio con los troncos