Los sacerdotes del dios barrigudo afirman que los dioses gustan de burlarse de nosotros. Las sacerdotisas de la Señora de la Luz afirman, por el contrario, que nos ponen a prueba.
Veamos, tu has encontrado un conejito con una pata rota. Podría ser tu comida, o la de cualquier zorro. Seguramente ya hay alguno rondando por él.