Oráculo tecnoanimista de línea de comandos basado en diceware.
https://github.com/volooptaz/pitonise
https://github.com/ulif/diceware
https://github.com/mir123/dadoware-bonito-es
echo $(date) "|" $(diceware -d" " -n2 -wes) >> log.txt
Tecnomancia es la intersección entre tecnología y magia. Usar tecnología con fines mágicos.
Los oráculos tipo Tarot e I-Ching son sistemas de símbolos.
Son sistemas de randomización y no tienen una mecánica más profunda o compleja que presentarte un conjunto de símbolos aleatorios, en el contexto de su sistema simbólico.
Te sale cualquier cosa y en su contexto se supone que significa algo, pero uno mismo lo complementa proyectando lo que tenga en la cabeza sobre esos símbolos.
En el lugar donde trabajo usan Okta para manejar contraseñas, y hace poco lo jakiaron, entonces me puse a ver en general como es el tema de administrar contraseñas, pero bien.
Y me encontré con diceware.
Un sistema para generar claves seguras y memorables, en base a dados físicos de 6 caras.
Y me explotó la cabeza porque como vengo viendo el asunto de los oráculos y la randomización desde hace tiempo, al toque me pareció que era ideal para usarlo de la misma forma. Me pareció que se prestaba muy bien para aquello y que era imposible que nadie lo hubiese hecho antes.
Encontré un solo antecedente de una artista brasileña que ya había usado diceware con fines oraculares.
Mi versión personal, lo que hace es generar solo dos palabras, usando un diccionario en español con un balance específico de sustantivos, adjetivos y verbos. Además las escribe en un archivo de log, junto con una estampa de fecha y hora.
Entonces me hago el habito de, de cuando en vez, ejecutar el comando, agregar términos al log, y revisitarlos cada cierto tiempo.
Si les gusta la numerología, o como se llame el asunto de buscar patrones numéricos, la fecha y hora en que se obtienen los términos también pueden ser leídos como parte del significado.
El significado tampoco es algo especifico ni concreto, sino que se trata de proyectar sobre esas palabras generadas, lo que sea que uno quiera. Esto a su vez se vuelve un ejercicio introspectivo.
Además es un ejercicio tecnoanimista de comunicación con la máquina con un fin que no es material, y de dotar a la máquina de espíritu por el solo hecho de considerarla como un interlocutor válido en ese plano.