transmisiones previas

transmisiones de inicios del 12021. probablemente en orden cronológico

Terranova

Nos encontramos aquí, al lado del risco. Poco a poco abrimos los ojos, despertamos.

No importa mucho dónde nos encontrábamos antes; el recuerdo por el momento se percibe nebuloso. ¿Aquí es cuando notamos que previamente no existíamos? No lo sé, no lo sé...

Somos dos personas, sentadas en una roca. Observamos el cielo estrellado con más claridad que nunca. ¿Será debido a que no hay atmósfera? De cualquier forma, este traje protector nos aleja un poco de lo que sería la experiencia completa: recepción lumínica estelar, con casi ninguna interferencia.

Alrededor, más rocas, y relieves profundos. Parecería inhóspito, frío. Como sea, de algún modo sabemos, y/o sabemos que de algún modo, tenemos compañía.

Por ahora, es mi turno relatar. Pero no hay que fiarse mucho de estas u otras palabras. La mimesis ha sido tan profunda que puede no quedar claro (a ti, a nosotras, a nadie) quién es quien habla, y quién no.

En otros tiempos me han llamado Terranova. La persona a mi lado tuvo el nombre de AnaTrevor. Ahora, poco de eso importa. El tiempo parece fluir distinto, y no nos dedicamos a tanto.

Todo parece indicar que la sobrevivencia está resuelta. Nada de nuestro contexto lo contradice. Al fin y al cabo, aquí estamos; al fin y al cabo, nos escuchas.

Después de una pequeña pausa, notamos un pequeño cambio de luz en el horizonte. Nos da la oportunidad de observar, contemplar, respirar. Alcanzamos a percibir una vibración, ¿es viento?

Algunas superficies oscilan en resonancia: frecuencias que se logran transmitir y como sonido interpretar; con todo y sonsonete extraño. Expresiones torcidas, pero posibles.

"¿Por qué no aprovechar?", hubiera dicho aquel ser. ¿Ditto, se llamaba? ¿Qué más decía? "Si el camino es infinito, entonces no hay prisa."

Ah, sí. Recuerdo los condicionales. El barandal, y la propuesta de amistad. Me pregunto dónde se encuentra ese lugar en relación a donde estamos. El salto al jardín con una pequeña pared volcánica. En principio no se ve, o siente, cerca.

Asumo que nuestra ubicación es otra, a dimensiones estelares, y en constante cambio. De ser así, haría falta rehacer las observaciones a lo largo de los años. Y esto, solo para tal vez encontrar la dirección, y con más paciencia, la distancia. No sé si sería fructífero. ¿Mejor apuntar hacia dónde iremos? ¿Iríamos? Ya veremos.

Quiero comentarle a Ana, pero ahora duerme sobre mi hombro. Lo bueno es que ya estamos aquí, y hay tiempo.

Portada

La imagen de la portada de este dispositivo de almacenamiento, consiste en una representación de una pareja de astronautas que se toman de la mano mientras corren, saltan, vuelan en lo que parece que es "la superficie lunar".

Al menos, eso es lo que logramos identificar; el material de origen orgánico se ha desintegrado un tanto, y el método de impresión utilizado no da indicios de haber sido de la más alta calidad.

¿Es una representación de nosotras? No sé si considerar que el traje que portamos es "de astronauta", pues hace tiempo no navegamos o viajamos hacia las estrellas, los astros. ¿Estamos en "un astro", o es nuestro planeta? ("nuestro" y "planeta" entre comillas, claro)

Sin querer notamos que así como nuestro movimiento (a nivel personal, a nivel planetario) es relativo, también lo es todo este asunto de nomenclatura. Sí, estamos en las estrellas, y sí, estamos en una estructura rocosa que vagabundea.

De cualquier forma, la imagen nos hace sonreír. Eso de tomarse las manos no sería tan común en una representación de ese tipo, al menos no en épocas previas. Y bueno, sí podemos identificarnos con ella: Estamos aquí, en modalidad "planeta", y contentas, sobre otro "planeta".

Primera caminata

El día de hoy tuvimos una caminata hacia el primer risco. Quisiera hablar de puntos cardinales (oh, las bendiciones pseudo-cartesianas) pero no nos ha quedado claro cómo tener ese tipo de referencias absolutas en este lugar.

Por el momento hemos realizado unas marcas en el suelo para ubicarnos, "hasta cierto punto". No hemos logrado alinearlas con algún cuerpo en el cielo que se mantenga estable durante un periodo que haga sentido. ¿En qué sistema complejo estamos? Difícil recordarlo.

El trayecto de hoy nos permitió sentir qué tan apropiada es nuestra vestimenta para el ambiente. Tenemos movilidad, ligereza. Después de unos minutos (si es que esa medida todavía significa algo) la temperatura se ajusta, el aire parece que se libera.

Es extraño estar sobre esta superficie rocosa, previa (¿o posterior?) a la vida. Me pregunto hasta qué punto no somos también rocas, rocosas, minerales. Autopercibimos, y no sabemos si ellas también.

"La no linealidad de la materia viva", nos dijo un maestro alguna vez, mediado por múltiples redes de intercomunicación. Observas a la materia en condiciones no estables, y entonces todo cuadra (en cuanto a que no hace sentido.)

¿Esta superficie no cambia, o más bien vamos muy rápido como para notarlo?

¿O ambas?

Curiosa situación, más al compararla con la bóveda celeste, o lo que alcanzamos a percibir de ella. ¿Vamos muy lento como para empezar a inferir sus patrones? ¿O necesitaremos bastante tiempo? Nada que un tanto de paciencia no nos pueda proveer.

Podríamos decir que la caminata no nos llevó muy lejos. La emoción y estrés por la incertidumbre, el terreno desconocido aunque sin muchas macrovariaciones, el no tener muy claro qué es lo que estamos haciendo; todo esto se acumula, nos deja nerviosas, sudorosas, ¿en plena vida, dirían algunas?

Queremos imaginar que la iteración constante hará que nuestros cuerpos reconozcan el terreno. Y bueno, alguno que otro sendero se marcará. Asumo ciertas condiciones lineales, constantes; es la costumbre, ¿o no?

Ya veremos qué hacer de no ser así. "La respuesta está en el relámpago en tu memoria", nos dice el generador de frases.

Siesta

Durante un sueño en común, tuvimos algunas visiones y reflexiones, refracciones tal vez (y no refacciones), respecto a la curvatura del espacio-tiempo, la superficie rocosa en la que dormimos, y la posibilidad de transmitir caracteres a través de esos campos, gradientes energéticos.

No me quedó claro si el puente mencionado por Terranova en esos momentos, realmente es una ubicación de este lugar o más bien algún tipo de "proyecto" (para no decir "proyección") de cuestiones que llevamos en lo profundo (para no decir "en el más allá"). ¿Podríamos estar seguras de la existencia de dicha edificación aunque la tuviéramos registrado en mapas?

Sucedió que nos impresionó poder apreciar (es decir, poder ver con nuestros ojos) cómo las ondas electromagnéticas eran emitidas y se trasladaban en grandes bucles que solo existían al capturarse desde cierta perspectiva. Tal vez se debió a una breve ventana, la oportunidad de participar de un punto de vista más allá de las dimensiones en las que solemos movernos.

Al observar desde otro lado, las ondas apenas se distinguían, y más bien parecían líneas rectas.

¿A dónde llega aquello que transmitimos? ¿Alguien lo recibe? ¿Alguien lo decodifica? O antes que eso, ¿alguien nota que se trata de mensajes? ¿Y qué es lo que decimos?

Reflexionamos también en dirección contraria: ¿Desde dónde sintonizamos aquello que hemos soñado?

Comemos unos trozos de pan que nos recuerdan a historias épicas. No las extrañamos demasiado, menos ahora que estamos en nuestra propia búsqueda.

Como sea, no está de más darse el gusto, permitirse recordar.

Percepciones

El día de hoy fue día de contemplación: Observamos los cielos que cambian de tonalidad de manera sutil y súbita. Así cambian, y así les vemos.

Me doy cuenta que no estaría mal llevar un registro de "cuándo" es que transmito estas notas. Sé que los protocolos de comunicación en los que se basan estas entregas, si bien son robustos, pueden cambiar el orden de llegada de los mensajes. Agregar algún tipo de marca de tiempo en el texto podría funcionar.

A veces nos preguntamos si, a escala de años, siglos, milenios, una diferencia de "días" u "horas" es significativa.

De cualquier forma, el problema es que nada más no nos ubicamos, y nuestras referencias artificiales, que en principio serían o parecerían "absolutas", no nos funcionan: no hay certeza en las marcas de tiempo que nos indican. Combinamos eso con que hacemos nuestras transmisiones solamente en ¿días? ¿momentos? de poca actividad física, y entonces nos confundimos todavía más.

No tenemos claro cómo es que este dispositivo logra comunicarse. Hemos observado sus circuitos, osciladores que se supone tienen una frecuencia constante, con un rango de error imperceptible para seres como nosotras, y nada: en ocasiones podemos percibirlos a escala sonora, otras veces les sentimos como vibraciones, y en algunas otras vemos emisiones lumínicas.

Podría parecer que esta falta de referencia nos causaría mucho conflicto: ¿somos nosotras quienes están pasando por las variaciones de temporalidad? ¿es el mundo en el que nos encontramos? ¿todas, ninguna de las anteriores? ¿tal vez ni siquiera se trata de tiempo?

Pero estamos bien, al menos por el momento. Sí, un pequeño juego, nada que temer. De alguna manera, estos "cambios constantes" nos permiten sentir un flujo vital, y estar más alertas.

Algo vamos encontrando con estas no-repeticiones. No importa que desde fuera parezca lo ¿contrario?: una serie de no-cambios; o vaya, lo mismo.

Espirales en pantalla

Hoy pasamos un rato en recepción e intento de interpretación de señales electromagnéticas. Los fenómenos que hemos descrito en otros mensajes hacen la tarea más complicada: ¿realmente sintonizamos las frecuencias que el dispositivo nos indica?

Ahí estábamos, dos personas sobre una roca, viendo a una pequeña pantalla de osciloscopio. Este último también sobre una roca, otra roca. Cables en extensión por el espacio de la superficie, montados de alguna forma sí, sobre más rocas.

Hubiera convenido saber (y conocer) que conocer (y saber) sobre antenas iba a tener sentido y aplicación en un futuro próximo. Ahora nos encontramos aquí, tal vez con suficiente tiempo pero no con suficientes ganas de calcular con aquellas famosas ecuaciones.

Como sea, el proceso de prueba y error no ha estado tan mal. De manera tangible podemos notar los resultados del acomodo de nuestra configuración receptora. Notamos lo que parecerían frecuencias base, restos y/o ecos de eventos que en principio sucedieron cerca del inicio.

Ninguna novedad, en apariencia. Todo bien.

En algún momento la pantalla del osciloscopio perdió su linealidad, e interrumpió lo que se estaba convirtiendo en trance de contemplación: empezamos a ver una espiral y cómo se formaba y deformada. Al modificar los controles pudimos apreciar su aspecto fractal. ¿Sería una emisión especialmente diseñada para afectar los circuitos digitales de aparatos como este, a pesar de la interferencia y el ruido cósmico?

Las pequeñas luces de colores mostraban patrones similares a otros que hace ¿tiempo? no teníamos la oportunidad de ver. Estos cielos impredecibles han consumido, de manera muy merecida, casi toda nuestra capacidad de atención visual.

Pero ahora, aquí estamos, estuvimos, ¿estaremos? en observación. Espirales que rompen la convención de la "función": más de un valor para cada unidad de lo que se supone es tiempo.

Como era de esperarse de acuerdo a toda esta situación que nos contextualiza y que no terminamos de entender, no pudimos capturar de manera digital aquello que se veía. Solo nos quedó el recuerdo, y bueno, este mensaje.

Regresamos a oscilaciones que parecen ser convencionales. Seguiremos en la búsqueda.