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La Internet está peor que nunca, y la culpa es de la oligarquía

"Bronca porque ríen satisfechos, al haber comprado sus derechos",

Quienes usan Internet desde hace un tiempo, pueden percibir que la red se siente, casi huele, diferente.

Para algunos, simplemente es "es mas aburrida y menos informativa" que antes. Para otros, los culpables son los resultados erogados por los buscadores de Internet: parecen saturados de páginas "hechas con caladora" (esas que ahogan la información útil entre recortes de anuncios basura, engañifas, y contenido generado por inteligencia artificial generativa, que poca y nula relación guardan con la misma).

Los espacios de interacción social de contenidos - las paredes y portones al alcance de la tiza y carbón - siempre sirvieron para "dar que hablar", eso no resulta novedoso. Pero hoy mas que nunca, las plataformas de redes sociales en línea basadas en empresas, han saturado los enlaces de contenido provocador, visualmente demandante de atención o clics, o que inducen a la ira.

Entre este contenido que nos llega no podemos dejar de observar desde imaginería artificalmente generada por computadora, pasando por programadas enjundias soeces irrelevantes, a toda una ristra de comentarios que parecen propalados por bots lobotimizados en plena sobreexitación electrónica ante ciertas palabras clave. Y para colmo de males, si a los videos que nos desenrollan como si fuese un papel higiénico precagado, interminable e incesante, no les metieron un exhorto obsesivo para "suscribirte y hacer sonar la campanita para recibir notificaciones", parecería que nos sacamos la lotería.

¿A quién no fusilamos para llegar hasta acá? ¿Y cómo podemos volver?.

Las oligarquías quieren mandar. Las ciberoligarquías mandan

Uno de los principales factores que contribuyen al estado actual de cosas en la inter-red de datos, es algo que podemos definir como la bicicleta de la ultra-comercialización. El contenido propio pedalea la corona computacional-algorítmica, y transmitido por la cadena de sus plataformas, impulsa el piñón de las motivaciones financieras ajenas. Es esto lo que hace girar la rueda del sensacionalismo, priorizado el sudor de la viralización en lugar del fresco de la circulación de la calidad informativa.

Otra fuerza motriz la constituye el dominio sin parangón de los cibercolosos oligárquicos, como Googl€, M€ta y Amazon en el otrora vergel de las redes de datos. Las computadoras de los centros de cómputo - subyugadas a su delirante dominio y control - ofician de potentes exprimidores, y mientras nuestros Pueblos habiten tal yugo por miles de millones, sustentarán su inmeso poder (como mínimo con el jugo que le saquen a sus datos).

No es para menos. Esas plataformas que esos señores poseen recurren a tecnologías de avanzada apuntadas al rastreo, a la vez que algoritmos opacos generan contenido hiper-dirigidos, alimentados telemáticamente con datos de usuarios. E stos los han sustraído por medio de EULAs inconfesables, la famosa "compra de derechos" de la que habla la canción.

Han sido estas maquinaciones las que han permitido la creación de las llamadas "burbujas de filtrado", donde los usuarios son expuestos a ejes acotados de exposición que refuerzan sus credos conscientes existentes, y las "cámaras de eco", en las cuales los puntos de vista ajenos son algorítmicamente desacreditados, y restados del inconsciente.

La capacidad de la Inteligencia Artificial para automatizar la creación de contenido ha inundado la Internet con estafas y material de baja estofa en una escala sin precedentes.

Los agentes malignos - los inefables ciberdelincuentes y estafadores, representan un problema duradero de la vida en línea. Sin embargo, las tecnologías en rápida evolución, la Inteligencia Artificial generativa y nuevos microprocesadores de reciente factura les han ofrecido a los poderes dominantes incluso mayor potencia computacional. Esto les ha avalado concebir en tiempo real falsificaciones de alta calidad tanto de imaginería, como patrones de voz sintetizada, y video generativo avanzado.

En otras palabras, la comercialización acelerada de Internet, el dominio de los gigantes tecnológicos ciber-oligárquicos, y la presencia de malos actores han infiltrado los contenidos en línea. El crecimiento de los métodos de generación artificial dominados por los estratos oligárquicos no hace más que amplificar e intensificar los problemas subyacentes de la Liberación, volviendo las redes de datos, el campo de combate telemático, en un basurero caótico lleno de despojos.

Algo de la "buena Internet" queda

¿Qué es eso de la "buena internet", de los que algunos sienten nostalgia?

En sus inicios, la Internet estuvo pensada para constituir una mar telemática, un espacio libre e igualitario donde los Pueblos "navegarían" a los buenes ayres del protocolo TCP/IP. El conocimiento debía compartirse: sitios como Wikipedia y The Internet Archive, continúan siendo bastiones de la integración del conocimiento.

Antes de los advenimientos de los "filtros de burbuja", Internet era un jardín primitivo donde el Pueblo exploraba diferentes ideas, discutía varias perspectivas, y creaba colaborativamente con individuos de "grupos" por fuera de sus círculos sociales, con quienes podían tener visiones opuestas.

Antes de las "cámaras de eco" y el algoritmo de des-propalación, cada uno recibía la misma posibilidad de expresarse, desde un sistema UNIX de alcance público, y llegado el caso y la necesidad, desde una página web de propia concepción "con la libertad del indio gritando al viento".

Las antiguas plataforams de redes sociales se construyeron en el ethos de reconectar con antiguos compañeros de clase y miembros familiares. Muchos de nosotros teníamos grupos de comunidad, conocidos y familia que contactábamos a través de la Internet. El aspecto de "Conexión" de la internet permanece siendo tan relevante como siempre, como puede atestiguarlo el cómputo durante la pandemia del COVID.

¿Que mas querés?: La privacía.

Una viñeta de la internet del año 1993 mostraba dos canes frente a la computadora que comentaban "En Internet, nadie sabe que sos un perro". Ahora todos, especialmente los publicistas, demandan obsesivamente saber quién sos. Una de las reglas de la privacidad es "ser capaces de controlar quien puede ver o usar tu información ".

Como mínimo, deseamos controlar aquello que las ciberoligarquías quieren saber de nosotros, epecialmente si pretenden con ello obtener ganancias.

¿Me puedo bajar?

No podemos controlar "los cambios" subidos a la ola, pero podemos sacar tajada.

Incluso alguien que recién comienza es capaz de escoger qué plataforma desea cohabitar. Podemos visibilizar los problemas de las plataformas existentes y provocar cambios. En tiempos recientes, vimos esto con el éxodo de usuarios de la plataforma basada en empresa "X" (antiguamente conocida como "Twitt€r") hacia otras plataformas, y la protesta dentro de R€ddit por alterar sus políticas concernientes al acceso de terceros a los datos de sus usuarios.

Sin embargo, la elección de plataforma sólo es posible cuando existe la competencia. En el caso de X, existen otras varias plataformas que pueden suplantarla, desde Mastodon - mi favorita - pasando por Threads o Bluesky - y estas les permiten a sus usuarios esoger una que se alinee con sus preferecias, valores y círculos sociales. También contamos con alternativas entre los motores de búsqueda, tales como DuckDuckGo o Ecosia.

Pero la competencia sólo puede daarse de maneara efectiva marchando a sistemas descentralizados y castrando monopolios. Esto de hecho sucedió a comienzos de los 90s, durante los priemros días de la Internet comercial y en el auge de las "guerras de los navegadores", cuando Micro$oft fue acusada de monopolizar ilegalmente el mercado de navegadores web, en un caso clave en la jurisprudencia estadounidense.

Como usuarios de tecnología, debemos permanecer vigilantes sobre las amenazas que ciernen sobre nuestra privacía y acceso al conocimiento. Una IA generativa omnipresente y barata hará que el contenido engañoso y las estafas se vuelvan más realistas que nunca.

Esto nos conmina a ejercitar un escepticismo sano, asegurando a quienes hemos decidido privilegiar - niños, el Pueblo mayor, y sus trabajadores - no sufran las nuevas amenazas de las falsedades de las oligarquías en línea. Esto implica una acción de educación sobre los daños potenciales y reales de tales cometidos, a la vez de Ilustración e Iluminación telemática.

Debemos recordar que una Internet basadas en plataformas en lugar de protocolos, y para peor, en plataformas basadas en empresas, sólo estará optimizada para defender los intereses de las empreesas de Capital de las ciber-oligarqu{ias, y no a los Pueblos que dan sustento a las sociedades.

No restan demasiados márgenes de elucubración para distinguir cuánto poder ceder a los gigantes tecnológicos, antes de comenzar una acción que si no se organiza en un sentido constructivo, habrá de ser destructivo.

~peron