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--- Fecha: sáb 13 ene 2024 18:50:34 ---
Empecé en la informática en 1987, cuando me regalaron un spectrum +2A 128k. No sabía muy bien como iba, pero cacharrearlo me fascinaba.
Pasé a un 386 a 16 MHz con MS-DOS, el cual conocía como la palma de mi mano. Optimizaba el autoexec.bat y el config.sys para tener el máximo de los 640 kb libres, o usaba programas como el QEMM o MEMMAKER para ello. Windows 3.11 era una simple suite de programas.
Luego llegó Windows como sistema operativo, de la mano de W95, al que siguió W95 SE (segunda edición), y después Windows 98. Para entonces tenía un pentium MMX, al que metí Windows ME (Millenium Edition) y luego pasé a un AMD K6-2 a 400 MHz. Aquí corrí Windows XP, junto con un arranque dual con GNU/Linux. Esa versión de Windows fue la última que instalaría en mis equipos.
Windows también me lo conocía como la palma de mi mano. Las versiones 9x eran realmente emulaciones sobre MS-DOS, que era quien mandaba. Con la llegada de Windows ME empezó a cambiar, se empezaba a deshacer del lastre que ya le suponía MS-DOS, y no se puede decir que se deshiciera del todo como sistema principal hasta XP.
Conocer el registro es esencial. Si conoces el registro eres Dios. Llegué a encontrar dentro del registro de Windows claves de desbloqueo de programas 'trial version' o 'shareware' para obtener todas las funcionalidades, podía modificar aspectos para los que no había otra manera, quitar las flechitas de los iconos que son accesos directos, y un sin fin más de cosas.
Pero aun así, los problemas eran constantes:
No podía ser que muchos juegos tipo Quake funcionaran a trompicones, mientras que en Linux iban muy fluidos, ni que a cada versión tuvieras que cambiar hardware porque son auténticos comerrecursos (menudo escándalo fue Windows Vista) y necesitan cada vez más potencia.
No era normal el nivel de fragmentación del disco, las limitaciones de tamaño de archivo (ya existía NTFS pero se usaba más bien poco) y no era normal las vueltas que tenias que dar para instalar cualquier dispositivo y configurarlo, las dificultades para conectarse a internet (o crear una mini red casera), el tener que estar crackeando programas de uso cotidiano (con el riesgo para la seguridad que ello conllevaba), o tener que usar sus propios programas mierdosos por que si usabas otros tenías todo tipo de problemas.
Y ya ni digo las peripecias para encontrar un Windows validado, y si no lo estaba, encontrar por ahí alguna clave de validación o programa generador en webs como Mososoft.
Recuerdo también como pedían 500 mil pesetas (unos 3 mil Euros) por 3D Studio o Lightwave, o 95 mil pesetas (unos 570 Euros) por photoshop, por lo que tenias que acabar pirateándolo y confiando en aquellos piratas, que no conocías de nada, para que en sus parches y cracks no metieran ningún troyano o cualquier otro malware en tu equipo.
Podíamos decir que Windows se me quedó pequeño y que tomé consciencia del mal sistema que era (y que sigue siendo desde mi punto de vista).
Ya llevaba años en GNU/Linux y aquello no tenía nada que ver.
Cada vez entraba menos en windows, por lo que al final dejé de usarlo y al poco, le dije adiós, desinstalandolo, para tener un arranque único bajo GNU/Linux, y varios años después, volver al dual boot, esta vez con FreeBSD.
Mientras, salieron las versiones Vista, 7, 8, 8.1, 10 y 11, y sus innumerables versiones intermedias y parches enormes, que no he tenido el "placer" de conocer más que por su uso superficial en el trabajo.
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