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El diario de Guille

Miguel de Luis Espinosa

Capítulo 1
La sonrisa congelada


25 de septiembre


Querida Persona Desconocida, me llamo Guillermo y
tengo doce años si la cuenta la he hecho bien. Y
me parece que no soy muy interesante. No estoy
demasiado flaco, aunque Sargento Mamá crea que sí,
ni desde luego gordo, aunque eso no lo piensa
nadie. Tengo los ojos verdes, el pelo marrón, con
un mechón canoso que a mí me gusta porque es como
que en esa parte de mi cuerpo soy adulto, pero
mamá dice que es de estrés. Y tengo una cicatriz
en el codo, de cuando me lo rompí, pero eso pasó
cuando era pequeño, en “el mundo de ayer”, así que
me lo arreglaron bien. Y ya está.


Hoy comienzo a escribirte mi diario porque mi
madre me ha pedido hasta lo más plasta que
comience uno para no estar “siempre pensando
vueltas en la cabeza”. Y, bueno, me parece que en
el diario tengo que decir quién soy y escribir las
cosas que he hecho y lo que me ha pasado.




26 de septiembre


Querida Persona Desconocida, ayer me presenté,
pero faltó la parte espiritual. Me gusta comer
todo lo que se pueda tragar. Me gusta vivir,
correr, nadar, respirar y todo lo que signifique
no estar muerto en general. Quiero tener un perro,
pero mamá no quiere.


Mi hobby 1 es el kayak, por supuesto. Es la paz y
la alegría. Mi hobby 2 es escribir, obvio. A veces
escribo poesías pequeñas, que me enseñó papá. Se
llaman haikus. Pero me salen mejor en inglés. En
español es más difícil. No sé por qué.


Mi hobby 3 es jugar a fantasmas. Es útil para
hablar o jugar con los muertos. Hoy, por ejemplo,
jugué a piratas con “Scouse”, el otro John y
“Odga”. Fuimos a “Spanish Main” y avistamos un
galeón, pero no lo pudimos saquear porque tenía
demasiados cañones, pero pudimos huir. Después nos
fuimos a la playa.


Vale, ya no quiero escribir más.


Posdata, importante:


Si me muero, por favor, que alguien lo escriba en
este diario, al final, para que la “Querida
Persona Desconocida” sepa qué me pasó. Con
escribir “Guillermo se murió”, vale, pero mejor si
ponen qué pasó exactamente.




27 de septiembre


Querida Persona Desconocida, hoy te presentaré a
mi familia. Muertos: los primos, los tíos, los
abuelos, mi hermano al que no le pusimos nombre y
papá. Todos murieron de “las muertes” menos papá
que lo mataron. Sargento Mamá es la primera de los
vivos y con ella somos cuatro: Sargento Mamá,
Andrea, Carlos y yo.


Sargento Mamá tiene 43 años, según me ha dicho, y
es sargento de verdad. ¿Qué te cuento de ella? Que
le gustan las rosas, las cafeterías de moda,
Internet, la música y todas las cosas que ya no
existen; que siempre está cansada, que tiene
muchas más canas que yo, que es muy buena y que se
duerme siempre cantando y sonriendo, aunque no
haya nada por lo que ser feliz.


Andrea tiene quince años y se convirtió en nuestra
hermana el año pasado cuando se quedó sola. A
Andrea le gusta la naturaleza y que la dejen en
paz y odia los ruidos y está perdida por el color
naranja. Calcetines naranjas, blusa blanca con
mandarinas, zapatos naranja, lo de dentro naranja,
y siempre, aunque haga calor, una chaqueta
impermeable de naranja marinero. Andrea la
zanahoria se la puede llamar. Mamá dice que el
naranja era el color de Protección Civil que era
en lo que trabaja su familia en “el mundo de
ayer”, así que es un recuerdo obsesivo como el que
tenemos todo. Pero a mí me da que su locura
particular le ha salido por ahí. Bien pensado
tampoco es una locura tan mala.


Carlos tiene también quince años y ya nunca podrá
ser quien quería ser, porque quería ser policía y
ya no hay policía. Solo hay malos, los orcos. Eso
le pone un poco triste todavía, sobre todo por las
noches, justo antes de dormir. Yo le digo que, a
lo mejor, cuando la gente se vuelva a juntar,
volvemos a tener policía pero el dice que para
cuando pase eso ya estará viejo o muerto y se
esconde en el saco.


Y estoy yo, pero ya te dije quien soy.




28 de septiembre


Querida Persona Desconocida, se acabaron las
presentaciones; desde hoy te contaré las cosas que
pasan. Septiembre ha sido un mes muy feliz, porque
no ha habido ningún muerto y ninguno de nosotros
ha tenido que llorar.


Sargento Mamá está bien, Andrea está bien, Carlos
está bien y ya no pensamos en Fantasma Papá.
Bueno, yo sí. Me he acordado de lo que decía papá,
que vivimos en un mundo post-apocalíptico y que
éramos los mejores porque estábamos vivos. No me
gusta entonces pensar que papá no es ya de los
mejores porque se muriera. Sé que mamá no piensa
eso tampoco de él. Papá nos enseñó a vivir, a
nadar y a montar en kayak y también a conducir
aunque con las leyes antiguas no se podía y hoy da
igual porque tampoco hay gasolina con la que
conducir.


Estamos en Wester Ross, en la costa noreste de
Escocia, en las Highlands más salvajes. Wester
Ross, que te quede claro, es un lugar de verdad.
Sargento Mamá nos guió aquí, huyendo de los orcos,
como el año pasado. Vivimos en una cabaña de
piedra, escondida entre árboles y tenemos comida
seca y latas.


Pero Sargento Mamá dice que solo nos vamos a
quedar aquí este mes, después iremos a buscar algo
más seguro. Creo que, en realidad lo que quiere
decir es que nos quedaremos aquí hasta que se nos
acabe la comida o vengan los orcos.


Hoy, hoy de verdad no he hecho muchas cosas. Hace
frío para ser septiembre y no tenía muchas ganas
de comer




29 de septiembre


Querida Persona Desconocida, el día ha sido de la
paz. Tuvimos una tormenta horrible con miles de
rayos que todavía siguen cayendo con luces de
fantasmas y tambores de gigantes. Pero eso es lo
que nos ha dado un día tranquilo. Ningún malo
podría venir hoy a matarnos y tampoco podemos
salir a cazar ardillas, ni hacer otras cosas.


Nos quedamos en el refugio, apretados junto al
fuego. Lo maravilloso es que no nos hemos peleado.
Hemos pasado el tiempo leyendo, tomando té de
hierbas, caldo de carne pequeña y jugando a cosas:
ajedrez, damas y parchís. Leímos las viejas cartas
de papá, sin llorar. Nos contamos las viejas
historias de la tele. Y hasta cantamos “Soldados
del Japón” la canción de mamá para cuando todo va
mal, aunque nada iba mal:


Soldados del Japón


“Yuki no shingun”


Estribillo


Miedo no tenemos,
Ni nos vamos a quejar,
Tenemos la sonrisa congelada.
Nieva sobre el hielo,
Y hace mucho frío,
Pero somos soldados del Japón…


Hace tres días que no comemos,
El agua sabe a meada,
El último caballo se acaba de morir
Bueno pues haremos una barbacoa aquí.


Estribillo


Rodeados por diez mil enemigos,
Nos quedan cien balas,
Disparamos
Y banzai a la bayoneta
Da igual
No vamos a sobrevivir…


(y a partir de aquí cantamos más tonterías)




30 de septiembre


Querida Persona Desconocida, sigue la tormenta y
sigue nuestra paz. No sé cómo puede ser. Será
porque este refugio tiene todas las ventanas de
cristal sin romper y la lluvia haciendo todo el
rato “sua, pesua, sua, pesua, sua, pesua”… Me
busqué un sitio para dormir cuando vinieron mis
lágrimas y me quedé sin recordar lo que pensé,
como otras veces. Sé que lloré porque mi cara
estaba húmeda. Y también había restos de mocos en
el jersey. Esta es mi locura, para que la sepas,
querida Persona Desconocida, me pongo a llorar y
estoy como dormido, solo que llorando y no sé lo
que pasa ni me acuerdo después.


A veces es peligroso, como cuando nos persiguieron
los “pañuelos rojos”. Son unos orcos que se ponen
trapos rojos en la cabeza, me quedé llorando sin
moverme y mamá me tuvo que arrastrar dentro de una
lobera abandonada. Cuando me sacó estaba lleno de
tierra, arañazos y garrapatas, pero ni me dolía,
ni estaba triste, ni tenía miedo. ¡Ni siquiera me
picaba!


Pero lo normal es que pase lo de las lágrimas
cuando estoy muy tranquilo y todo va muy bien. Me
apago y lloro y me salen mocos y a veces me meo
encima y no me entero de nada, aunque me maten.
Mamá dice que es por estrés, pero para mamá el
estrés tiene la culpa de todo.


Luego vino una perra. Es delgada y joven, como
nosotros, de raza parecida a un pastor alemán o
algo así. Se quedó afuera llorando a ladridos para
entrar. Sargento Mamá le abrió la puerta pero se
quedó que si se venía o se iba. Sé que su cabeza
estaba adivinando si éramos malos.


Un relámpago la convenció para entrar. Sargento
Mamá le dejó acurrucarse en una esquina pero,
cuando cerramos la puerta, la perra quiso irse de
nuevo. Sargento Mamá entonces abrió y la perra se
quedó como que se quería ir, pero no se quería ir.
Así que al final aceptó que la puerta se quedara
cerrada. Es así, hasta las perras lo deberían
saber: no se puede quedar la puerta cerrada, por
los orcos malvados.




1 de octubre


Querida Persona Desconocida, Sargento Mamá nos
dijo que no nos hiciéramos amigos de la perra. Yo
no me hice amigo de ella. Solo me levanté, me
acerqué y le di un poco del caldo de carne
pequeña.Y después me quedé con ella y no me ladró
ni nada, pero tampoco se puso a lamerme ni nada
por el estilo.


Después tuve que pedir a mamá si me podía quedar a
Laika, —ese es el nombre que le he puesto—,
mientras Carlos miraba y Andrea movía la cabeza y
se iba a su habitación. Y entonces hice mi mejor y
estúpido intento:


—Me ayudará a cazar, —le dije.
—Vale, –y puso una voz rara cuando lo dijo, como
si estuviera imitando a alguien—, puedes empezar
ahora, si traes dos conejos hoy, se puede quedar.


Eso me pareció muy injusto porque Laika no me hizo
caso. Tendría que estar muy loca para fiarse de
mí. Todos hemos comido perro, ¿verdad? Como no ha
querido venir Sargento Mamá le enseñará la puerta
mañana y ella se irá. Y yo lloraré dándome cuenta
de que lloro, pero por Laika, porque mis hermanos
ya se han reído de mí y me dará igual si lo
vuelven a hacer.




2 de octubre


Querida Persona Desconocida, de madrugada, cuando
estaban dormidos, escribí una nota: “me fui de
casa a por caza, Guille”. (Esto me parece una
figura literaria, pero no me acuerdo de cuál). Me
puse la ropa de frío, tomé mi gamo, los balines y
la mochila pequeña. Y entonces, por casualidad,
Laika ya se había despertado. Abrí la puerta, salí
y la cerré sin prisa, (guiño, guiño), y Laika
salió también y me acompañó a cazar. (Pero yo no
la animé ni nada, guiño, guiño).


A mitad de la mañana teníamos dos conejos y carne
pequeña de ardilla y ratón. Sargento Mamá se
enfadó al principio, me gritó cosas como que me
podían haber matado, que era un descafeinado o un
irresponsable o algo así, —no se le entendía—,
pero le gustó la carne y Laika se queda porque
somos cazadores estupendos.


¿No es maravilloso toda la vida?


Esperando la caza
El aire de su boca con el mío
Laika y un niño




3 de octubre


Querida Persona Desconocida, el viento ha
despejado, como se dice y va a ser el fin de
nuestra estancia aquí. Mamá ha dicho que nos vamos
a pasar el invierno en “Mahwrpool” que es una
isla. Son tres días en kayak pero al llegar
estaremos seguros, lejos de la mayoría de los
orcos que ni saben dónde está. Allí tenemos un
zulo de comida y herramientas. Además hay algas
para comer y abonar, tierra regular-buena para las
plantas de comer y toda la pesca que quieras.


Lo que me preocupa es que el próximo invierno, si
todavía estamos vivos, ya no nos quedará reservas
en ningún zulo. Podemos encontrar otro pero ya
alguna vez se acabarán y entonces podemos morirnos
de hambre. Pasaría así: vendrían los orcos,
tendríamos que huir sin comida y luego habría mal
tiempo. Conseguiríamos comida de vez en cuando,
pero poca. Entonces nos pondríamos enfermos y, al
final…


Pero es mejor que morir de cuchillos como les pasó
a una familia que hicieron una granja y les
mataron los malos. Había un niño que era como yo,
pero podrido y sin ojos y le habían vaciado la
barriga. ¡¿Por qué?!


Fue mi entierro más difícil, y en su cinta del
recuerdo le puse mi nombre, “Guille, el de la
granja” y me la cosí en la chaqueta junto a la
cinta de papá, para que esté protegido.


Bueno, recogimos las cosas y ensuciamos las
habitaciones para que no sepan que estuvimos aquí
y andamos al mar, a la casa secreta donde
escondimos los kayaks y más cosas. Todo estaba
ahí, así que hoy dormimos y mañana salimos.




4 de octubre


Querida Persona Desconocida, cuando salimos al mar
tuve un problema con Laika. Todavía no confía
mucho en mí y un kayak cerrado es un sitio muy
pequeño para ir con una pastora alemana como
Laika. Sargento Mamá se impacientó. —Si no quiere
venir, que no venga.


—Venga Guille, —se puso Andrea—, que tenemos que
irnos. —No tenía que decirme eso, ya sabía lo que
podía pasar: los malos…
—Un momento. Lo vuelvo a intentar una vez, ¿vale?


Pero no se subió y yo me subí, y ya se estaban
yendo los demás y entonces vino Laika y saltó a la
cabina. El kayak rodó en el agua y casi me salgo,
la pala para un lado, algas congeladas en mi cara,
un desastre. Al final la pude abrazar y meterla
dentro conmigo.


Y la felicidad hace que no importe nada más.




5 de octubre


Querida Persona Desconocida, te quiero decir que
hemos tenido un día feliz. Las olas amaron el mar
y los kayaks se deslizaron con su música: “chof,
chof, fuuz, fuuz”. (Es importante que lo
pronuncies con la u larga, por eso he puesto dos
“úes” en “fuuz”).


Nadie decía nada, ni cantaba ni media palabra
durante todas las horas. Claro es que palear cansa
y no dan ganas de hablar, pero es que esta vez
teníamos ganas de guardar silencio. Fue como volar
en un sueño, hacia un país imaginario.


A la tarde llegamos a una playa y allí levantamos
nuestro pequeño campamento de dos tiendas y hemos
pasado el resto del día descansando y vigilando.
Yo haré la primera guardia de la noche, mañana
iremos a nuestra casa de invierno, acabando
nuestra pequeña aventura. Ya me toca, voy a coger
mi fusil. (Que es pequeño, “porque eres pequeño”,
dice Sargento Mamá).


6 de octubre


Querida Persona Desconocida, está haciendo un día
de lluvia, sin viento, una tormenta perezosa, en
un mundo agónico.


Sí, me he vuelto a poner a “pensar vueltas en la
cabeza”, pero en el kayak. Es raro que me pase en
el kayak. Normalmente o estoy concentrado en no
caerme o disfruto y nada más. La magia de ayer me
preparó para preocuparme hoy. Me volvió mi
preocupación de siempre, la del futuro. Si todos
morimos no pasará nada. Las focas y las gaviotas
nos olvidarán y los perros volverán a ser lobos. Y
todos muy felices… Es así, no es alegre ni triste,
es lo normal.


La verdadera pregunta es “¿viviremos?” Si todos
morimos preocuparse es estúpido. Si alguien
sobrevive al invierno debo preocuparme por el
verano. Pero como no estoy seguro de si
sobrevivirá alguien en el mundo no sé si tengo que
preocuparme o no y eso me preocupa. Porque si me
preocupo del futuro, me preocupo de que estaré
perdiendo el tiempo de hoy preocupándome y si
decido no me preocupo, me preocupo de que
podríamos perder la oportunidad de sobrevivir. Así
que me preocupo de estar preocupado y de no estar
preocupado, y todo a la vez.








7 de octubre


Querida Persona Desconocida, conseguimos dejar la
casa “medio-limpia”, según las normas y estándares
de Sargento Mamá. Para ello trabajamos todo el
día. Y no con felicidad sino con discusiones.
Laika se marchó un rato y un perro tiene que estar
exasperado para irse solo. Entonces mamá me ordenó
que me fuera con Laika un ratito.


Fuimos a la orilla. A Laika no le molesta el agua
y husmea entre las rocas. Le encanta explorar. Me
llevó a una cueva y me dejó sentarme a contemplar
las hendiduras de las rocas. Es otra de mis
aficiones: imaginar que son caminos y los
cangrejos viejos peregrinos que protegen al mundo
de los orcos.


A mis hermanos les bullen las venas. Creo que es
por la adolescencia. Creo, no estoy seguro. La
verdad es que no conozco a muchos adolescentes.
Solo a esos dos que se supone que son mis hermanos
y algún goblin perdido, que encontramos de vez en
cuando. Me da miedo pensar que yo también seré
adolescente cuando pase el invierno y sus grandes
peligros.




8 de octubre


Querida Persona Desconocida, empieza nuestra nueva
vida normal. Esta es mi forma de decir que nos
hemos asentado. Nuestra casa había sido un
monasterio en esta isla, cuando solo vivían los
monjes y luego lo usaban los científicos para
quedarse mientras estudiaban el mar de por aquí.
Así que es grande, tiene más habitaciones de las
que necesitamos y es muy sólido. Las ventanas son
pequeñas y es oscuro pero tiene una capilla muy
bonita que usamos para rezar y recordar. Tiene
solo dos baños, uno del tiempo de los monjes y
otro más pequeño que hicieron para las mujeres
científicas. Este es el que usamos, porque el otro
no funciona.


También tiene un campanario. Si subes tienes que
cuidarte porque hay dos escalones de madera medio
sueltos pero cuando llegas puedes ver toda la isla
y el mar hasta Yonderland. Sobre todo porque
tenemos prismáticos montados en un trípode que,
cuando los veo, me recuerdan a papá, porque fue él
quien los consiguió.






Las llamas se mecen
Ahora quiero dormir
Llueven “chispitas”




Yonderland: Broma de papá, no es un país de
verdad, solo significa “Muy lejos país”





Capítulo 2
Caza, pesca y novios








9 de octubre


Querida Persona Desconocida, hoy fui a cosechar
algas con mamá mientras Andrea y Carlos plantaban
verduras con la simiente que teníamos escondida en
la isla. Es el primero de los turnos que haremos
todos los días, cambiando de parejas. Solo que
ahora yo tengo ventaja porque Laika viene conmigo.
Aunque podemos sacar muchas cosas del mar, hemos
empezado por lo más fácil y para tener vitaminas,
minerales y esas cosas hasta que broten las
verduras. Aunque, en realidad, haremos compost con
la mayoría de las algas. Después lo pondremos a la
tierra, como abono.


Plantas comiendo plantas muertas, plantas
caníbales, plantas que nos comeremos después.


Si estás pensando que sería mejor que nos
quedáramos siempre en un sitio para tener
cosechas, estoy de acuerdo. Pero luego los malos
se enteran y al final es peor.




10 de octubre


Querida Persona Desconocida, La lluvia llegó
también hoy y si es como el año pasado se quedará
hasta que vengan las nieves. El sol se difumina,
los días se acortan y pronto nacerán las
tormentas. Pero este año no voy a dejar que el
tiempo me deprima. Se lo dije a Sargento Mamá:


—Mamá, la lluvia me hace más fuerte.
—¡Qué miedo!
—¿Por qué?
—Vas a ser Hulk.
—En mi interior, mamá, más fuerte en mi interior,
eso es lo que quiero decir.
—“Vaale”, mira, por allí hay cangrejos, a ver si
los pillas. —Eso es para que callara mis cosas
raras.


Cuando pasan conversaciones así me acuerdo de
papá. Con papá hubiéramos hablado en profundo. Se
habría acordado de Heidegger, de Levinás, de
Platón o de gente de ese estilo y me hubiera
comunicado su sabiduría, y me hubiera dejado
pensar a mí también como si fuera de esa gente, no
como cuando hablas a un niño. Pero Sargento mamá
es más práctica y burlona y no le importan los
pensamientos profundos. En fin, no es que esté
mal, es que echo de menos a papá…


Sargento mamá se casó con papá. Se querían y todo
eso, pero es muy misterioso. Una sargento (se dice
así, no sargenta) española y un profesor escocés,
¿por qué! Así salí yo de raro.


Una preocupación tenebrosa


Me deprimo contando las latas que nos quedan. No
tenemos para todo el invierno. Si el tiempo es
peor que el año pasado los guisantes no saldrán,
la pesca será difícil y la caza imposible (o al
revés) y entonces pasaremos hambre y vendrá la
enfermedad; quizás incluso “las muertes”.


Entre las olas
¿Está ahí papá?
Solo es mar






11 de octubre


Querida Persona Desconocida, hoy me ha tocado ir
con Andrea a buscar ramas espinosas para los
guisantes. Las clavas alrededor de donde has
plantado los guisantes y luego las atas por
arriba. Así ni los pájaros ni los conejos pueden
comerse las semillas ni las plantitas recién
nacidas.


Otra cosa son las musarañas y ratones que se
pueden colar en medio. Contra ellos pondremos
trampas y cuando caigan tendremos “carne pequeña”
para caldo. Es muy fácil: pones un cubo muy hondo
con agua y encima un tubo que gire, o algo
resbaloso. Dejas comida en el tubo y te vas.
Entonces el ratón piensa: “comida fácil”, pero el
tubo gira y cae al agua y se ahoga. Es mejor que
salir con el gamo y matarlos de un balinazo en
toda la cabezota. Lo malo es que si no les das ahí
no se mueren y les duele mucho hasta que las
rematas y entonces te das cuenta de que lo que
estás haciendo es matar.


Pero es supervivencia y no podemos malgastar balas
de verdad en ratas. Balas de verdad tenemos 63;
balines 12 cajitas de quinientos y se pueden hacer
más con los gastados porque vale cualquier cosa
que puedas meter en el cañón sin romperlo. Y si
usas las balas, ¿cómo vas a fabricar más?


12 de octubre


Querida Persona Desconocida, le pregunté a Andrea
sobre mi sospecha secreta.


—Andrea, ¿te gusta Carlos?
—Es… como mi hermano, ¿no?
—Ya, pero ¿te gusta?
—Me gusta y no me gusta.
—¿Cómo los guisantes?
—No, como las playas. Pero tendrías que ser más
mayor para entenderlo.


Y ahí lo dejé, debe ser una cosa de adolescentes.
Bueno, pero sí noté que se le cambió la cara
cuando le pregunté, así que a lo mejor es una de
estas cosas: a) le gusta mi hermano pero a veces
se enfada con él, lo que no me sorprende porque
mira que hay que tener paciencia con mi hermano, o
b) no está segura. Bueno, mañana le preguntaré a
Carlos. Va a ser divertido.




13 de octubre


Querida Persona Desconocida, como hoy me tocaba ir
con Carlos le hice la pregunta correspondiente
sobre mi sospecha secreta.
—¿Y te gusta Andrea?
—Es simpática.
—¿Y te gusta mucho?
—Ah, “pos” la cosa es que no te importa.
—Ahí estás equivocado, sí que me importa, porque
podéis ser el último amor de la humanidad.


Y entonces se le puso a temblar la boca que me
dieron ganas de huir a Marte, pero en vez de
enfadarse, se partió de risa. Ha estado todo el
día de burlón, así que, —muy injustamente—, me
quedo sin saber nada.




14 de octubre


Querida Persona Desconocida, el día puede
resumirse en dos partes. Primera parte aburrida
con Sargento mamá: fabricar trampas para peces
llamadas nasas. Es como una jaula que es fácil
entrar pero difícil salir. Dentro pones cebo la
echas al mar y entran peces o cangrejos, según
quieras, y luego las recoges y te los comes.


Pasé la tarde en la biblioteca de la abadía
leyendo un libro de dinosaurios para niños de
trece años. Me imagino que llegó con los
científicos por 1983, —ese es el año del
“copyright”—. Eso significa que a veces venían con
sus familias.


También he descubierto, me parece, que los libros
que tuvieran los monjes se fueron con ellos porque
no hay ninguno anterior a 1953 y ese se llama, y
no es broma, “Philosophical Investigations”.
Obviamente no es para niños para nada, aunque
sepas inglés. Intenté entenderlo, imposible.




15 de octubre


Querida Persona Desconocida, Andrea se enfadó un
poco… bueno, es más como decepcionada porque le
preguntó a mamá si íbamos a tener la escuela como
antes. Sargento Mamá respondió que ya nos había
enseñado todo lo que nos podía enseñar de cosas de
escuela. Lo cual no parece muy de verdad del todo,
si lo puedo decir.


Me parece que le puede dar miedo enseñar las cosas
más difíciles o puede que piense que como al final
del todo vamos a morir tampoco merece mucho la
pena. Pero yo pienso que a veces quiero aprender
cosas porque quiero aprender cosas, no para hacer
otras cosas. Por ejemplo cuando aprendí que el sol
es una estrella y que produce luz con la fuerza de
su propia gravedad. O cuando aprendí que en China
la gente comía con palillos (No sé lo que harán
los supervivientes, si es que hay). ¿Para qué
sirve eso? Para nada, me parece, pero aun así me
gustó aprenderlo.


Y he tenido una idea, mañana iré con mamá, y le
diré —Mamá, ¿por qué no hacemos una escuela pero
sin maestros? Aprendamos de los libros.


Y ella dirá: “Sí, qué idea tan buena.”


Bueno, no sé lo que dirá, a lo mejor piensa que no
me gusta fabricar nasas y que por eso quiero lo de
la escuela.




16 de octubre


Querida Persona Desconocida, mamá respondió a mi
pregunta de la escuela de la forma más extraña que
nunca me hubiera imaginado: —me cansa leer, —me
dijo. Y entonces me confesó que lleva un tiempo
viendo peor que antes, sobre todo de cerca, pero
también de lejos.


Y entonces no respondí nada porque estamos solos.
Aquí no hay médicos y ni siquiera una tienda de
gafas que puede que tuvieran alguna sin romper que
le valiese. Pero ella descubrió mi tristeza y me
dijo que nosotros sí deberíamos tener una escuela.


Los demás no se entusiasmaron pero les pareció
bien. Hemos empezado, cada uno con su libro, pero
separados. Andrea fue a leer el suyo fuera, Carlos
en su habitación y solo Laika se ha quedado
conmigo mientras leo uno de criar gallinas; será
muy útil cuando encontremos alguna.


Rezo


Me da miedo que mamá se esté poniendo vieja o
enferma. Me fui a la capilla donde puse las cosas
de Dios en el altar y me quedé sentado hasta que
me entraron las lágrimas. Debía haber rezado, pero
solo lloré.


Ahora me quedaré durmiendo aquí. Los demás ya
saben que a veces me gusta dormir apartado.




La copa de Cristo
Vacía y brillante
Entre las luces




17 de octubre


Querida Persona Desconocida, un puzle, un huevo y
después las montañas. Lo que te he dicho no se
podría entender aunque fuera un sueño. En realidad
es un juego que me he inventado. Sargento mamá me
da palabras al azar y tengo que inventar un
cuento. No te lo contaré porque era una porquería
asquerosa, que solo sirvió para que Andrea se
riera de lo absurda que era, pero sí que me hizo
recordar los buenos tiempos de antes de las
muertes.


Son recuerdos de cuando era pequeño. Del tipo que
no sabes si te los has inventado. Fuimos con el
colegio al monte, en autobús, todos calentitos, y
llegamos a una cafetería o algo así y nos dieron
huevos fritos para comer. Cada vez que los
recuerdos están más ricos. Así que después de la
historia le dije a mamá que tenemos que arriesgar
la vida para conseguir gallinas. Por si te
preguntas si me he olvidado del puzle, te recuerdo
que eso era parte del juego. En mis memorias de
verdad no había ninguna combinación tan absurda.


Por lo demás, el día se movió rápido hasta la
noche.




18 de octubre


Querida Persona Desconocida, ayer salí con Carlos
en kayak al islote de los pollos. Te lo repito
para que recuerdes mi felicidad: al islote de los
pollos. Escribí “ayer” porque estoy escribiendo
esto el 26 de octubre. Resulta que anoche caí
dormido en la cama, literalmente. Eso que quiere
decir que me caí de verdad, dormido antes de tocar
el colchón.


No soporto a los que dicen “literalmente” sin
saber lo que dicen.


Bueno, pasemos a contar mi, “¡tachán, tachán!”,
gran y gloriosa aventura al islote de los huevos.
Es divertido repetirlo: islote de los pollos,
islote de los pollos… bueno ya vale, bueno no,
islote de los pollos… Ese no era su nombre de
verdad, que no sabemos si alguna vez tuvo uno.


Según Sargento Mamá estoy hecho un “pesado
enamorado” con lo de que quiero comer huevos
fritos, así que nos mandó ir para que me “comiera
la boca”, —lo que literalmente es imposible.


La travesía fue dura porque el viento nos atacó
con tanta fuerza que tengo ganas de pegar al
gigante que estaba soplando. No nos caímos, pero
nos tuvimos que matar a palear solo para mantener
la dirección y con la orza sacada del todo. Nos
dolían los brazos, los hombros, la espalda y todo
lo que puede doler. Pero no pudimos descansar ni
un rato porque si lo intentabas venía el viento y
te arrastraba hacia el mar abierto, lo que en mi
idioma significa “la muerte”. Así que aguantamos
el dolor todo el viaje.


El sitio es una palabrota; —te imaginas cuál. Es
una mini-montaña con una mini-playa escondida y
todo el resto rompientes peligrosas. Tienes que ir
directo con el kayak a la mini-playa a toda
velocidad y esquivar las rocas en el último
segundo. De lo contrario la corriente te saca y
vuelta a empezar. Pues imagina con nuestro dolor y
cansancio.


Cuando llegas, ¿qué hay?, algas, piedras, charcos
de lluvia y porquería y ¡piiiip! de pájaro
cubriendo todo lo demás. La mayoría de la piiiip
está seca, y es blanca, pero aun así da asco,
etcétera. ¿Es qué no pueden hacerlo en el mar?


Bueno, hay un camino secreto en el islote que va
desde su mini-playa a su mini-montaña, donde las
aves marinas descansan sin ningún peligro a que
nadie se los coma. Porque no hay ni zorros, ni
perros, ni personas. Pero llegamos nosotros y
cazamos siete. No hace falta ser muy buen cazador,
porque son muy confiados. Basta tener escopetas y
esperar.


Los desplumamos, las limpiamos y a la bolsa. Solo
nos hemos comido los hígados bien fritos con un
poquito de su propia grasa. ¡Muy rico!


La vuelta fue todo lo contrario. Ahora el viento
soplaba de nuestro gusto y hasta se podían surfear
las olas con los kayaks, pero no lo hicimos porque
se nos venía la noche encima y nos caíamos de
dolor, sufrimiento y cansancio. (No literalmente).

Hombros ardiendo
El mar salta a los ojos
Cerca,        la playa




19 de octubre


Querida Persona Desconocida, pienso que lo de ayer
no valió mucho la pena por lo que tuvimos que
remar para alcanzar los pájaros no compensa. Y si
volvemos pronto seguro que se escapan en cuanto
nos vean. Por eso le volví a decir a Sargento Mamá
que necesitamos imperiosa y urgentemente las
gallinas; que dan huevos cuando tú quieres. Puso
una cara rara, que no sé que significa, pero no me
atreví a preguntar. Es que se enfada si no adivino
bien lo que significa su cara.


Pero tampoco es tan difícil buscar gallinas, creo
yo. Hay que ir a la costa, buscar donde había
granjas antes, encontrarlas y secuestrarlas. Si no
nos encontramos con gente mala debería irnos muy
bien. Tras el éxito tendremos huevos todos los
días. Todos, sin faltar ninguno. Y si se muere una
gallina de vieja, caldo.


Y si nacen pollitos, tres meses y pollo frito.
Pero eso no lo entendió mamá, y ni Andrea ni
Carlos me apoyan, lo que encuentro extremadamente
injusto.


Lo demás de hoy aburrido, dedicado a trabajar con
Andrea plantando papas; aunque como vio que estaba
cansado me dijo que me sentara. Pero no pude
porque el suelo me congelaba el culo, así que
volví y ayudé lo poco que pude.


Laika ha sido la única que me ha entendido, se ha
pasado todo el día a mi lado, por si me caía. En
cuanto esté mejor prometo ir a cazar con ella, que
tanto le gusta.




20 de octubre




Querida Persona Desconocida, ayer tuve un sueño
extraño de que estaba en el mar, sumergido, con un
anzuelo atravesándome la barriga, pero no me
dolía. Luego vino un tiburón comodón y me comió.
¿Significado del sueño? Espero que ninguno, pero
se me ocurrió que podíamos ir a comprobar las
nasas. Sargento mamá asignó la tarea a mis
hermanos mientras nosotros nos quedamos preparando
la casa para el invierno que está llegando…


Tiburón comodón: Así llamo en español al “Basking
Shark.” Es un tiburón gigante, gordo y lento, que
solo come “plankton” (así se escribe en inglés, en
español parece raro, pondré plancton) como una
ballena. Así que el sueño era absurdo.


Pensamientos positivos: aquí, si es como el otro
año, no vendrá ningún orco. Tendremos mucha lluvia
y el suelo se embarrará y después nieve y se
congelará. Menos mal que nuestra abadía-casa es
fuerte. Aunque una vez tuvimos que colgarnos del
techo para sellar goteras con una mezcla asquerosa
de paja y una cosa pastosa que no te voy a decir.




21 de octubre


Querida Persona Desconocida, lo mejor del día fue
el pescado que nos comimos de lo que Carlos y
Andrea sacaron ayer de las nasas. Lo guisamos con
algas porque todavía no han crecido los vegetales
que plantamos (mis sueños). Lo malo es que tuvimos
que comer todo de golpe porque si no se van a
echar a perder. Por cierto, les he dado ideas para
conservar pescado de lo que he ido aprendiendo de
los libros.


1. Vikingos: humeaban el pescado.
2. En el Neolítico en un pueblo que se llamaba
Skara Brae, hacían piscinas de piedra dentro de
las casas, —que eran de piedra y paja— y, como el
pescado estaba vivo no se pudría. Pero eso les ha
hecho gracia. Sargento mamá dice que “no hacen
falta las piscinas, ya viene el tiempo de nevera”.

--


22 de octubre


Querida Persona Desconocida, hoy he salido a cazar
con Laika, según lo prometido. Vino Carlos también
porque Sargento Mamá insiste en que no vaya nunca
solo, por si los orcos. Pero es que con Laika no
estoy solo y no lo entiende. En fin, siempre está
bien que venga Carlos porque tiene la pistola. Yo
solo tengo la gamo de aire comprimido pero él
lleva la pistola de verdad y otra gamo, porque se
supone que yo no soy lo bastante mayor. Creo que
es al revés, de inteligencia quiero decir. Es que
yo soy más maduro.


En cuanto a la caza, no se nos dio muy mal: dos
musarañas, cuatro ardillas y un casi conejo que se
escapó, pero ya sabemos por dónde anda. Lo
dejaremos para un día más frío.



23 de octubre


Querida Persona Desconocida, las nubes que nos
roban el cielo. Me tumbo en el sofá viendo la
ventana y no tengo ganas de reír. Afuera todo se
va poniendo gris y sé que cada día será peor que
el anterior durante mucho tiempo. Soy muy tonto
por dejarme esclavizar por la tristeza: los días
pasarán pero no me llevarán con ellos.


Andrea dice que piense en cosas bonitas y yo la
miré, le dije que sí, me quité los zapatos, me
tiré en la alfombra, y esperé a que me preguntara
qué hacía.


—Bañarme en la playa de la arena. En mi
imaginación estamos en España y hace calor.
—Pues quítate toda la ropa.


Tuve que pensar un segundo qué responder, porque
seguro que quería burlarse de mí. —No tengo tanta
imaginación para quitarme todo el frío de verdad.


Y después me quedé pensando, ¿se me estaba
insinuando? ¡Ah!
________________
Capítulo 3
Sacerdote








24 de octubre


Querida Persona Desconocida, le dije a Sargento
Mamá que quería hacerme sacerdote. Me miró y no me
dijo nada, supongo porque llevaba un alba puesta
que me caía hasta los tobillos.


Lo de antes es mentira, no se lo he dicho a mamá
y, además, por aquí no queda ningún alba, ni casi
nada de los monjes, solo una vitrina en la
sacristía de la capilla que dejaron a modo de
museo, por llamarlo de alguna manera. Hay un
cáliz, la otra copa de poner las formas, un
platito que se pone encima, algunos pañuelos
especiales con una cruz y un libro de oraciones
gordo y grande en inglés: “Book of Common
Worship”, que además tiene instrucciones para
hacer todo, bautismos, misas, lo que quieras.
También hay una Biblia grande y unas campanitas y
un quemador de incienso, pero sin incienso.


Hoy presidí mi primera misa. Me puse la túnica, la
estola y el cinturón blanco. Estoy seguro de que
Dios no se enfadará porque ya no quedan curas, así
que tengo que hacerlo yo. Además vinieron los
fantasmas de los monjes y no protestaron. Quiero
ser uno de ellos. Monje, no fantasma.




25 de octubre


Querida Persona Desconocida, ¿te acuerdas que un
día pusimos las nasas? Pues hoy nos dedicamos a
poner trampas de carne pequeña. Pero en vez de
ponerlas cerca del huerto las repartimos por la
isla para conseguir más comida. Al final bendije
cada trampa, lo que no sé si es un pecado porque
para los mamíferos pequeños es la muerte, aunque
para nosotros sean comida. Rezaré por los pequeños
mamíferos.


Laika se quedó conmigo en la capilla después del
trabajo mientras yo rezaba. Puse dos velas en el
altar y me senté al lado, en la silla grande de
madera. Y no me acuerdo si los perros iban a la
iglesia, pero Laika sí que vino conmigo. Creo que
nos hemos  hecho los mejores amigos.


Llora el viento
Mis manos en el altar
Aire frío de paz




26 de octubre




Querida Persona Desconocida, todavía no se me ha
pasado lo de ser cura. Hay varios inconvenientes,
ya lo sé. Uno que no tenemos ni pan ni vino.
Aunque las formas de misa se pueden hacer con
harina, agua y una sartén tampoco tenemos harina
de trigo, solo de maíz y se está acabando. Quizás
se puedan hacer de patata. Creo que en los buenos
tiempos hubieran dicho que estaba mal porque a los
curas no les gustaba cambiar nada, eso me ha dicho
mamá, pero ahora no habría más remedio. Además hay
otros inconvenientes: no hay nadie que me pueda
enseñar, aunque en el libro pone todo lo que hay
que hacer, no puede ser lo mismo que si te enseñan
y el mayor inconveniente de todos es ser un niño.


Laika creo que sí me apoya, porque me sigue a
todas partes y en la capilla parece que rezara
conmigo.




27 de octubre




Querida Persona Desconocida, nos sobresaltamos
cuando Sargento Mamá nos despertó a todos de
madrugada. Estaba de guardia y había visto una
vela en el horizonte. La última vez que pasó eso,
aunque fuera en otro sitio, bajaron del marco, nos
robaron y nos mataron. Entonces éramos 23 personas
de siete familias; desde entonces los
supervivientes nos fuimos cada uno por nuestro
lado y no sabemos que ha pasado con los demás. Así
que te imaginas lo nerviosos que estábamos.


Agarramos las armas, y corrimos casi desnudos a
escondernos tras las rocas de la playa. Esperamos
hasta que el barco desapareció, posiblemente sin
vernos. Supongo que no pudieron descubrir el humo
de nuestra chimenea de lo nuboso que está el
cielo. Si es así las nubes nos salvaron la vida.
¿Lo harán la próxima vez?


Es interesante, casi morimos y mañana es el día de
las cintas.




28 de octubre




Querida Persona Desconocida, tres minutos después
de que saliera el primer trocito de sol, hicimos
una fila en la capilla, con nuestras chaquetas de
cintas puestas y una vela encendida en la mano.
Mamá tocó la campana y entonces desfilamos, yo
primero con Laika, después Carlos, después Andrea
y por fin mamá. Salimos fuera, hacia el mar y el
sol y cuando llegamos a la arena, a pesar del
frío, nos quitamos las chaquetas y leímos los
nombres que llevamos escritos en las cintas. Los
míos son:


Roy, —ese era papá—, Guille, el de la granja,
Julia, —una de mis abuelas—, Maisie, —mi tía—,
Juan, —uno de mis tíos—, mi hermanito sin nombre,
y mis amigos de antes: Frank, Luis, Antonio,
Daisy, Saundra (que es un nombre escocés que se
escribe así y no Sandra), Jaime, James, Sara, John
el lento, el otro John, “Scouse”, que en realidad
se llamaba John, pero es que era de Liverpool y
“Odga”, que en realidad se llamaba Olga, pero yo
la llamaba así cuando era muy pequeño. Creía que
era mi novia, pero ya casi no me acuerdo de su
preciosa sonrisa y me la tengo que inventar en
algunos sueños.


Las demás cintas de mi familia las tienen mamá y
Carlos. Luego dijimos “todas las personas”, los
cuatro a la vez y al final dijimos la poesía de la
primera guerra mundial en inglés. Aquí la pongo en
español, más o menos como es. (Lo he intentado
escribir como en un libro de poemas, espero que se
entienda).


No envejecerán,
Como envejecemos los que quedamos
La edad no los desgastará,
Ni los años los condenarán
En la puesta de sol y al amanecer,
Los recordaremos.


Después hicimos un fuego en la playa y nos
quedamos cantando y contando historias de los
muertos y de si habíamos visto sus fantasmas en
sueños o despiertos y según las reglas nadie te
podía decir que estabas loco por eso.


Hoy fue el “día de las cintas”, el día más triste
del año y al mismo tiempo, a lo mejor, el más
feliz. Sería mejor decir que es el día más emotivo
del año, más que la Navidad, porque es el día
oficial para recordar a los muertos. Nosotros nos
hemos olvidado de las viejas tradiciones y hemos
hecho nuevas y eso nos da esperanza. Sí, porque lo
acabo de pensar y me parece que si nos quedáramos
solo con las viejas tradiciones estaríamos
conformándonos con defender las últimas ruinas del
mundo de antes, pero al crear nuevas, creamos un
mundo nuevo.




29 de octubre


Querida Persona Desconocida, hoy no ha pasado nada
interesante. Por eso he decidido hacerte una
descripción geográfica de nuestra isla.


Mahwrpool tiene forma de bumerán, o como de un
triángulo que ha perdido un lado, lo que
prefieras. Nuestra casa, la abadía está en el
punto donde se dobla el bumerán imaginario, pero
por el interior. Así que estamos protegidos de las
tormentas.


Ya sabes que junto a nuestra casa hay una playa
enorme. Hay otras dos, más pequeñas. El resto de
la costa son rocas cubiertas de algas. También la
mitad de la arena de las playas están cubiertas de
algas.


En cuanto al terreno de la isla en si misma, la
mitad es “moor”. No sé cómo traducir “moor” al
español, pero es un terreno muy blando, pero no es
barro sino hierba podrida, hongos, líquenes,
musgo, “heather” (que según Sargento Mamá en
español se dice Brezo), hierba de abanico, y
hierba cantarina, (como las llamo yo). También hay
como esponjas de tierra, que son amarillas y si
metes el pie por descuido te lo empapas.


Hay un pequeño campo donde cultivaban los antiguos
habitantes de la isla. El resto son rocas negras,
algunos árboles, grandes campos de helechos, —que
aquí llamamos “fern”—, y cuevas; sobre todo en la
costa.


También tenemos dos loch. Loch se dice “loj”, más
o menos, y significa lago o laguna o ensenada;
todas esas cosas. La laguna del este, la llamamos
“Goosepoo”, caquita de ganso, y es una charca que
se mezcla con el agua del mar. (Supongo que cuando
hay marea alta más tormenta, porque nunca la he
visto). Allí anidan los gansos, (y hacen sus otras
cosas). El agua se supone que es asquerosa; no la
hemos probado. Al segundo loch lo llamamos Azul, y
es de agua dulce y buena, con un islote en el
centro lleno de árboles.


Nuestra isla es hermosa, por eso es injusto que
muy pocas veces salga el sol para verla. (Esto
vale para toda Escocia).




1 de noviembre


Querida Persona Desconocida, no esperaba llegar
hasta aquí con el diario. Pensé que lo dejaría a
la primera semana, o antes, pero no ha sido así.
Mis planes para noviembre son bien sencillos:
trabajar, aburrirme, hacer lo que diga mi madre y
tratar de no congelarme. Llueve, llueve, llueve,
siempre llueve. Podíamos haber huido a España, que
no puede estar peor que esto y seguro que hace
mejor tiempo, pero mamá no me hizo caso, como
siempre. Mamá no tenía miedo del hambre, ni del
frío, ni de “las muertes”, solo de la gente que se
había vuelto loca.


Y la entiendo, pero a veces me parece que el
riesgo habría merecido la pena si significa ver el
sol.


. . .


Limpieza secreta


Hoy limpiamos el búnker. Es nuestro refugio
secreto, camuflado en un sitio de la isla. Para
entrar tienes que saber dónde está. No es fácil de
descubrir y tenemos trampas que no te puedo decir
por si los orcos pillan este diario. Lo fabricamos
con sacos de tela reciclada llenos de tierra
natural. Luego, lo reforzamos con cemento, que
trajimos a la isla la segunda vez que vinimos.


Nuestro búnker tiene dos habitaciones: una para la
gente y otra para la comida y el material de
supervivencia. Pero nunca te gustaría estar ahí.
Es frío, húmedo, y tan oscuro que no ves lo feo
que es.


Cuando terminamos Sargento Mamá dio una orden
sagrada —Tengo que deciros algo. Las latas que hay
aquí no se pueden tocar, nunca. Aunque os duela de
hambre. Son las últimas que tenemos y las
necesitaremos si tenemos que escondernos.


Nadie se quejó, ya había dicho otras veces cosas
parecidas, pero esta vez es peor porque no nos
queda más reservas. Es lo que cacemos, pillemos y
cosechemos, nada más. Y eso en invierno es muy
malo.




2 de noviembre


Querida Persona Desconocida, el tiempo ha mejorado
mucho, hasta salió el sol un rato. Hemos
aprovechado para pescar los cuatro, con caña, pero
casi no hubo que esforzarse. Resulta que hay un
grupo de orcas por el vecindario y los peces
grandes han entrado en pánico, buscando refugio en
la playa. Pero claro, por la costa están las focas
y las nutrias, así que los peces tampoco están
tranquilos con ellas. Y como ni a las focas ni a
las nutrias les gusta acercarse demasiado a los
humanos, porque saben que tenemos hambre, van a
dónde estamos nosotros, se confían y pican.


Por la tarde el tiempo empeoró, así que no pude
salir con Laika a pasear, ni a poner trampas. Nos
quedamos en casa; hice una misa con los monjes
fantasmas, como la otra vez. Pero esta vez vino el
fantasma de papá y de la abuela. Después jugué un
poco a rol pero solo con los vivos. Yo poco,
porque conseguí que mataran a mi personaje.


Triste y corta es la vida del mago novato.


Olas de brisa
Vuela suave la arena
El mar sin canas




3 de noviembre


Querida Persona Desconocida, hemos pasado un miedo
espantoso porque cuando salimos de casa por la
mañana vimos un gran fuego en el horizonte.
¿Orcos? Fue lo primero que pensamos y en nuestra
cabeza había una película de gente mala quemando
algún pueblo después de abusar, robar y matar o
todas las cosas a la vez. Es una película horrible
que no te quiere contar porque la vivimos una vez,
excepto por la parte de que nos mataban, claro.


Lo que nos pasó fue mejor, más emocionante. Bueno,
quiero decir si quitamos el miedo. Pero cuando ves
un barco gigantesco, un petrolero de los más
grandes, lanzando llamas gigantescas al cielo es
como si te visitara una estrella y se te pusiera
la barriga como una fruta vieja.


Y luego, además, viene también el miedo. Porque
durante una hora, más o menos, parecía que venía
hacia nuestra playa y si le daba por encallar
aquí… No le puedes disparar, no lo puedes parar,
es un asteroide gigante de hierro ardiendo. (Mi
metáfora).


Y si encalla en nuestra playa soltaría el petróleo
venenoso. Adiós pesca, adiós nasas, adiós algas y
adiós nosotros. Hubiéramos tenido que buscar otro
refugio en medio del invierno y perder las
cosechas y seguramente al final nos moriríamos de
hambre y frío. Así que sí, ha sido un día
emocionante. Que no venga ninguno más.


________________


Capítulo 4
Canciones de Verano








4 de noviembre


Querida Persona Desconocida, me encontré un cuervo
muerto como primera cosa que me pasó hoy. Estaba
en la puerta de nuestro monasterio-casa y, por su
culpa grande y terrible, me he estado dando
vueltas a la cabeza todo el día. Que si será una
señal de Dios, que si es una amenaza de algún
malvado desconocido, que si hay una enfermedad
pululando por ahí, que si es un presagio de
tiempos oscuros, que si me voy a morir, que si
vamos a morir todos. Y todos esos pensamientos
bailando en corro a mi alrededor. (Imagina: estoy
atado a un tótem y los pensamientos bailando y
lanzándome piedras y cosas asquerosas, así es como
me hacen sentir).


Mamá me dijo que por qué no se me ocurren
obsesiones bonitas, pero ¿qué obsesión bonita se
me puede ocurrir con un cuervo muerto? Sin embargo
sí se me ocurrió una idea. Metí el cuervo en una
bolsa y me la llevé hasta que vi un sitio
despejado junto a la laguna. Luego cavé una tumba
y enterré la bolsa con un par de céntimos, porque
creo que a los cuervos les gustan las cosas
brillantes. Después hice un círculo de piedras y
ahora mi cuervo tiene su Stonehenge particular. Si
dentro de mil años un arqueólogo lo descubre
seguro que no se imagina qué pasó. (Pero la verdad
es que no creo que mi pequeño círculo dure tanto).




5 de noviembre


Querida Persona Desconocida, Mamá encontró a
Carlos lleno de sangre. Estaba en el barro, junto
al árbol viejo, el que está lleno de raíces, y no
respondía. Mamá lo recogió y lo llevó corriendo a
casa. Tiene un chichón, y la ceja rota, (otra vez)
y raspones por toda la cara.


No lo dice, ni se lo diré yo a Sargento Mamá, pero
seguro que fue por su locura. Si Carlos tiene
malos recuerdos corre con los ojos cerrados. No sé
por qué lo hace. Creo que juega contra la muerte o
algo. Como que le dice a la muerte: “A que no me
pillas, cara de tortilla”. Es muy infantil y
estúpido. Pero es mi hermano y se me caen las
lágrimas por dentro, porque tengo que disimular…


Ahora está en la cama, jugando a las cartas
tranquilamente con mamá y Andrea al lado. Laika
también está aquí. Yo estoy sentado en su cama,
escribiendo esto. Con mucho cuidado para que no lo
lea nadie.


Te escribo que estamos angustiados por si se muere
esta noche. Nadie lo dice, ponemos máscara de
sonrisa, pero tenemos miedo. Podría pasar, todos
lo hemos visto, incluido Carlos. Alguien se lleva
un golpe muy fuerte en la cabeza, parece que no es
nada, pero luego se duerme y no despierta. En “el
mundo de ayer” los llevaban al hospital, hoy
tenemos que ser fuertes.


Una cosa es cierta, el verano no está llegando. El
sol me parece ya el personaje de un cuento.
Llueve, este es el resumen del día, llueve y sopla
el viento que hasta las focas parecían molestas.
No me extraña que los monjes eligieran este lugar.
Aquí solo se puede trabajar, estudiar y rezar; por
lo menos mientras dure el invierno. Rezaré.




6 de noviembre


Querida Persona Desconocida, Carlos se despertó,
lo que es una buena noticia. Mamá se ha quedado
con él todo el día y los demás nos hemos ocupado
de las tareas aburridas y necesarias para la vida.
Todo ha sido confuso porque en realidad nuestra
mente quería estar con Carlos y no atender a las
plantas de la tierra. Supongo que esa es mi excusa
pelusa para haber pisado una cebolla, —espero que
acabe saliendo porque si no me la voy a cargar.


No pude recobrar mi cerebro hasta que volvimos y
descubrimos que Carlos estaba mejor. Se le ve
cansado, pero mi apuesta es que ya ganó a la
enfermedad.


Esta noche dormiremos todos juntos en la misma
habitación y mañana, cuando se recupere del todo,
haremos una pequeña fiesta. Sí, soy optimista,
porque sí y que se callen todos los demonios que
no quieran ser aplastados por mi maza cruel y
poderosa.


“Cielomoto”
Las estrellas se rompen
¡Son mis nervios!




7 de noviembre


Querida Persona Desconocida, Carlos se ha
restablecido del todo y por tanto le vamos a poner
a trabajar. De hecho ya Sargento Mamá le puso a
buscar “búnkeres de comer” conmigo. Nosotros les
decimos “búnkeres de comer” a todas esos bichos
con conchas como mejillones, berberechos y demás.
Hay que ir cuando la marea esta muy baja. Así
tienes el doble de playa y vas en plan depredador,
buscando cualquier pista en la arena. Somos los
asesinos psicópatas de las almejas. Con eso y el
pescado de un par de nasas conseguimos media sopa
para dos días.


La pequeña fiesta de “Carlos no ha muerto” fue tan
pequeña que casi inexistente. Solamente abrimos un
tubo de leche condensada que mamá había reservado
para una ocasión especial. La mezclamos con agua y
chocolate en polvo y fue como volver a un desayuno
de los de antes. Después cantamos un poquito y ya
está; es este frío que nos va raspando la alegría
del cuerpo, supongo. Laika duerme a mi lado. Voy a
unirme a ella.


8 de noviembre


Querida Persona Desconocida, me levanté cansado y,
por eso, también lleno de miedo de estar enfermo.
Pero el fantasma de la abuela Julia me dijo: “las
caídas no se contagian, ¡tonto!”. Supongo que
estaba soñando conque habían vuelto “las muertes”
para rematarnos o algo así.


Espero que lo que mi abuela fuera parte del sueño.
No me gusta que los fantasmas vengan sin
invitación.


El resto del día fue normal, con la pequeña
diferencia de que preparamos una línea de pesca
con cebo que mañana vamos a tender entre dos
kayaks para que piquen muchos peces a la vez. La
idea la leyó mamá en un libro de pesca —a pesar de
su vista— solo que no lo hacían con kayaks sino
con barcos. Lo que es más fácil, porque son más
grandes y estables. Nuestro plan (o su plan) es
esperar a tener un día con muy poco viento y hacer
la prueba.


Lo que nos llevó a hablar si debíamos conseguirnos
un barco más grande y Andrea nos habló de Berra,
una isla cercana.


—En Berra hay barcos, montones de ellos, sobre
todo barcos pequeños de vela. Me acuerdo porque lo
dijeron en las noticias.
—Eso fue en “el mundo de ayer”. —Le respondí yo.
—Sí, pero también dijeron que los barcos eran de
turistas. Era un reportaje sobre “las muertes” y
que los barcos estaban abandonados porque sus
dueños estaban muertos y toda su familia. Si vamos
a lo mejor queda alguno que no esté muy mal y nos
lo podemos llevar.
—Ya… si no nos matan primero, —comentó Carlos, que
era exactamente lo que sentía yo también.


Sargento Mamá dijo entonces algo así como que se
lo pensaría, pero siendo invierno seguro que no
quiere que vayamos tan lejos porque no tenemos la
ropa adecuada y es más probable que tengamos
tormentas, etcétera… (Y además, me parece que
tampoco sabe navegar a vela, como nosotros).




9 de noviembre


Querida Persona Desconocida, los días de noviembre
no son los mejores para ir de pesca y este tampoco
ha sido de los peores, la verdad. Hemos desistido
de disponer nuestra línea cebada de pesca. Por
supuesto tampoco hemos hecho nada con respecto a
nuestro viaje a Berra.


En vez de la pesca, nos hemos concentrado en
limpiar el búnker y en convencer a Sargento Mamá
que no hay ninguna necesidad de pasarnos una noche
entera durmiendo en el búnker, con el frío que
hace hay dentro, que era lo que quería mandarnos.
Si tenemos que escondernos porque vienen los malos
pues vamos, pero ir solo para estar preparados
pues no.


—Sois unos imprudentes, —nos dijo junto con otras
admoniciones de ese estilo que dicen las madres.


Entonces yo tuve una respuesta genial, una con la
que casi la convencí —¿y enfermarse no es también
algo imprudente? Si quieres yo voy voluntario,
pero Carlos está débil y Andrea se enferma mucho.
—Me parece muy bien.


Ahora escribo esto dentro del saco de dormir, lo
más cerca posible del fuego para no congelarme.
Quisiera quejarme pero no serviría para nada. Voy
a llamar a unos fantasmas para jugar a sustos.
Adiós.


10 de noviembre


Querida Persona Desconocida, hoy sí pudimos hacer
lo de la línea de pesca y tengo que decir que, en
realidad, se nos dio bastante bien. Mamá y Carlos
fueron los que tendieron la línea mientras que
Andrea y yo atendíamos las plantas, así que no te
puedo decir en realidad muchos detalles, solo que
volvieron con pescado para llenar tres cazuelas.


Vale, de hecho, tengo que reconocer que la
victoria fue de ellos completamente, ni Andrea ni
yo ayudamos.


El resto del día lo hemos pasado cocinando pescado
hervido, frito y en caldo. Sí más días va esto así
de bien vamos a tener que dedicarnos a aprender a
salar el pescado u otras formas de conservación.
Es estupendo, por primera vez estoy libre de
preocupaciones y problemas.




La víctima de la araña
Se retuerce desesperada en la red
Bajo hojas mordidas




11 de noviembre


Querida Persona Desconocida, ¡¡ah!!, soy un
idiota. Me ha vuelto a pasar lo de mi locura de
olvidar todo y romper a llorar. Me lo tenía que
haber esperado porque, como ayer fue bueno, hoy
tenía que pasarme algo malo. Es mi sino perverso,
las cadenas con las que las brujas del destino
atan mi alma. Lo único que me anima es que ahora
Laika se quedó conmigo.


Te preguntarás como sé que pasó así y te respondo
que primero, que por que lo sé y ya está, y
segundo, porque me lo dijeron mamá y Carlos. Ya sé
que, como locura, el que a veces te apagues y te
pongas a llorar tampoco parece tan grave; pero ¿y
si me pongo peor y creo que mamá es de los malos y
los demás también y los mato a todos como si fuera
un zombi? ¿Y si me da por creer que soy una foca y
me tiro al mar y me muero congelado y ¿si me
empiezo a hacerme daño a mi mismo?


Conocí a una niña que lo hacía… Era Odga.


Hay miles de destinos horribles que me acechan y…
pero lo peor no es nada de eso, es que a veces me
siento estropeado o, peor, como un monstruo que
está a punto de salir.


A veces, cuando éramos siete familias, hacíamos
una fiesta y todo el mundo era feliz y yo quería
ser feliz como los demás, pero no podía. Solo
quería que todo se acabase porque era como una
tormenta de palabras. Pero la tormenta era solo
para mí, los demás lo estaban pasando muy bien y
no sé que me pasaba (y me pasa). Es como si jugara
a carreras con heridas en los pies pero nadie se
diera cuenta y pensaban que si no me divertía era
porque estaba enfadado o algo.


Pero no, es que no podía divertirme, no me gustan
las fiestas con mucha gente. La verdad es que me
angustiaban. Ahora que somos solo cinco estoy
tranquilo.


“Smore”, el bisabuelo de papá, el de los tanques.


El día 11 de noviembre de 1918 ó 1919 terminó una
guerra terrible que se llamó la Primera Guerra
Mundial. No he estudiado mucho de ella así que
solo sé lo que me contó papá. Pero resulta que por
eso, en el Reino Unido y países de esos, cada 11
de noviembre a las 11 en punto se celebra un
recuerdo por ellos.


Te pones una florecita roja en la solapa o algo
parecido y se canta un poema, el mismo que el del
final de octubre: “no envejecerán como
envejeceremos, los años no los condenarán”
etcétera. Obviamente se dice en inglés, como la
otra vez.


Hoy también lo rezamos, pero la verdad es que solo
Carlos pensaba en los soldados que nunca
conocimos. (“Smore”, un bisabuelo de papá, luchó
en la “Heavy Branch MGC”, que fue la primera
unidad de tanques de la historia). Los demás
estábamos pensando en la gente de las muertes.


Luego comimos smores. Los oficiales se hacen con
un sándwich de galletas, nubes de golosina
tostadas al fuego y trozos de chocolate. Pero solo
tenemos galletas, así que nuestros smores no iban
rellenos de nada.


Después, yo solo, hablé con los fantasmas de los
soldados. Fue fantástico, porque aparecieron
miles, en sus viejos uniformes caqui. No estaban
enfadados, me dijeron que nos entendían
perfectamente. Hasta me dejaron montar en el
tanque de mi bisabuelo. (Él no estaba allí, murió
escalando después de la guerra).




Dientes apretados
Canciones quita-miedos
(Y un poco de whiskey)
¡A la carga!


Nota super-importante: Lo de Smore es un mote. Se
llamaba Andrew Philips en realidad.




12 de noviembre


Querida Persona Desconocida, el fantástico día
empezó con un grito. —Despertad, despertad,
despertad. Hace un día estupendo de emoción.


¡¡¡ de Super-emoción !!!


Saltamos, nos pusimos la ropa y corrimos a la
ventana de la cocina. Mamá tenía razón: el cielo
vestía de azul, con dos cordeles de nubes de
adorno; los pajaritos volando como si fuera marzo.
¡A la puerta! Sin zapatos, ¡Sí!, el sol estaba tan
maravilloso que creímos pasar calor durante cinco
minutos hasta que el frío de la realidad nos ganó
y nos tuvimos que meter dentro; pero sería solo
para desayunar porque un segundo gran día había
llegado.


¡Nos íbamos a Berra! Lo supimos en cuanto vimos la
cara de mamá. Nos íbamos a Berra a buscar nuestro
barco y por alguna razón que no comprendíamos del
todos estábamos tan excitados que saltamos y
bailamos sin cantar.


Bueno, a mí se me acabó la batería cuando caí en
la cuenta de que Laika no podía ir. El viaje a
Berra no es demasiado largo pero sí hay que pasar
un tramo en mar abierto y con Laika en la cabina
sería demasiado peligroso si de pronto vienen olas
y viento y nos caemos, porque no tengo ropa buena
de kayak. La tengo pero solo la parte de arriba,
si me cayera al mar se me congelarían las piernas
y, cantado con música triste, “puturrú, puturrú,
puturruuuú”. Así que, con mucha tristeza, tuve que
hacer comprender a Laika que no podía venir con
nosotros. La verdad es que me resultó más fácil de
lo que pensaba. O confía mucho en mí, o no está
muy apegada o le gusta mucho más perseguir
ardillas que meterse en un kayak. Sí, debe ser
eso.




Nuestra aventura


La primera parte del viaje fue tranquila. Sargento
Mamá mandó V2, que significa ir un poco rápido,
hasta que pasamos la protección de las islas y
llegamos al mar verdadero.


A partir de entonces la locura de las olas que se
nos metían en los ojos, y nos hacían subir y bajar
sin parar. Yo estaba eufórico, cantando canciones
en mi mente, porque no me quedaba aire en la boca,
y con la sonrisa que mamá me han enseñado para
estas ocasiones. Si tienes miedo te pones rígido y
si te pones rígido te caes al agua, así que el
truco es sonreír. Bueno pues a Andrea se le olvidó
sonreír. Mamá la rescató en seguida, pero el mar
se llevó su kayak, volcado y todo. Carlos y yo
fuimos a por él. Carlos llegó primero pero yo tuve
que ayudarle para poder remolcarlo. Nos costó
siete intentos, pero al final entre todos pudimos
a ayudar a Andrea a meterse. La pobre ya estaba
temblando y medio azul.


Pensé que se iba a morir, pero Carlos y mamá la
resucitaron a base de abrazarse con ella. Nos
refugiamos al abrigo de una caleta de un islote
rocoso. Allí juntamos los kayaks y nos pasamos el
calor.


Después de todo ese susto seguimos, pero sin
alegría. Las nubes se juntaron todas para
fastidiarnos más todavía, robándonos la luz y las
estrellas. Se nos hizo de noche y, justo cuando se
ponía el sol, me entró el miedo, pero no dije nada
para que no se dieran cuenta. Todos tenemos
brújula pero aun así te puedes perder y si eso
hubiera pasado, acabaríamos por desaparecer en el
mar; la primera Andrea.


Fuimos paleando despacito, como hacemos cuando
tenemos miedo. Yo por lo menos sí lo tenía, de los
demás lo supongo, porque nadie dijo nada hasta que
en un momento la Luna rompió las nubes y vimos una
masa en el horizonte en la dirección de Berra.
Entonces aceleramos, creo que de alegría y no
paramos hasta que llegamos a una playa; muy
felices de estar vivos.


Nota aclaratoria de importancia vital


Por cierto, Querida Persona Desconocida, no
escribí esto el 12 de noviembre, porque estaba muy
cansado. Y ya no lo voy a decir cuando me vuelva a
pasar porque ya te lo he avisado. ¿Vale?




13 de noviembre


Querida Persona Desconocida, tuvimos miedo en
cuanto salió el sol. Lo que pasó es que vino la
luz y pudimos ver que Berra estaba en ruinas. Ahí,
junto a la playa en la que desembarcamos,
descubrimos un pueblo de casas quemadas por
maldad. Eso se ve porque están demasiado separadas
como para que el fuego salte de una a otra.
Además, no hay casi nada quemado en medio, que
sería muy raro si el fuego fuera natural o un
accidente. Además, ¡si aquí siempre está
lloviendo! Carlos dijo que a lo mejor lo habían
quemado los mismos habitantes, pero después vimos
huesos en la arena. No sabemos si son de niños,
perros o personas mayores, no nos acercamos.


—¿Volvemos a casa? —Sugirió mamá.


Nadie quiso decir ni que sí, ni que no. Sargento
Mamá es nuestra líder así que le toca decidir lo
que hacemos cuando pasan cosas de miedo. Es más
cómodo para nosotros. Sí, somos unos inmaduros, lo
reconocemos, por lo menos yo, sí.


—Está bien, calma. —Sargento Mamá siempre cumple
con su misión. —Ya hemos visto esto antes. Para
que se vean huesos de los muertos tiene que haber
pasado mucho tiempo, meses. Así que pienso que
esto pasó hace mucho tiempo; durante “las
muertes”. ¿Vale?
—Vale mamá. —Lo dijo Carlos y luego Andrea y yo
asentimos con la cabeza a la vez.
—Pues si nadie nos ha atacado todavía lo más
seguro es que no haya nadie. Y queremos nuestro
barco. Lo necesitamos. Cada cual que aliste su
arma. Nadie la saca, ni nadie dispara si yo no lo
digo.


Alistar: Preparar algo y ponerlo cerca. Es una
palabra que le gusta a Sargento Mamá, sobre todo
cuando habla de armas y supervivencia.


Las armas: Sargento Mamá tenía un rifle de caza de
los más gordos, Andrea y Carlos escopetas de matar
pájaros y yo una carabina del 22, que es la más
pequeña de las armas de verdad.


Y así, tras prepararnos, nos volvimos a poner a
palear hasta que llegamos al puerto de Berra. Todo
estaba destruido, menos un barco de vela sin velas
y con el combustible del motor podrido. Supongo
que por eso no se molestaron en romperlo mucho.
Pero a Sargento Mamá se le encendieron los ojitos
de felicidad. Nos mandó a buscar las cosas que
faltaban o estaban rotas por todo el puerto y al
final nos salió un barco medio decente.


(Una cosa que me molesta mucho es el pene gigante
que los orcos pintaron con espray rosa en la borda
de babor, lo que significa por el lado de la
izquierda.)


Debido al olor, —lo que había dentro me lo callo—,
no nos hemos metido en la cabina. Solo hemos
subido los kayaks a la cubierta, y nosotros
también y ya estamos navegando de vuelta. Y
resulta que Sargento Mamá sí sabía navegar a vela,
solo tenía que acordarse de un curso que hizo
cuando era joven, hace mil años. Está muy
nerviosa, pero creo que lo está haciendo muy bien.
Mañana llegaremos a casa, y sin cansarnos. :)
¡Viva!
-



14 de noviembre


Querida Persona Desconocida, no puedo decir que
esté feliz, pero tampoco lloro. Hemos vuelto a
nuestro refugio de invierno y me parece que va a
ser nuestra última aventura en mucho tiempo. Me
doy la bienvenida a mi aburrimiento mortal. Todo
empezó cuando nevó en nuestro viaje de vuelta. La
nieve en el mar es rara porque se disuelve, no es
nada bonita, y solo sirve para enfriar todas las
partes del barco, que da miedo tocar nada de
metal. Y te quedas pegado, que es lo peor, por el
ridículo. (Nunca, nunca chupes un metal muy frío.)


Al final nos vimos obligados a refugiarnos dentro
del barco, a pesar de que apestaba a todas las
aberraciones peores del mundo: a gato zombi muerto
y vuelto a morir mezclado con huevos podridos y
caca de foca vieja. Y eso con las ventanas
abiertas, que queríamos cerrar por el frío, pero
nadie se atrevía a hacerlo por la peste asquerosa.
Al final mamá hizo un hornillo con una cacerola y
carbones y nos pudimos calentar un poco, mientras
hacíamos turnos para el timón. Menos mal que el
viento nos ayudó y tardamos poco. Llegamos a
tiempo para saludar a Laika e irnos a revisar las
nasas. Apenas un par de cangrejos, esta vez,
aunque sí conseguimos algas.


En fin, como ves, ni feliz, ni triste, ni tampoco
en medio.


Una mosca posada en una roca
La marea la rodea con agua mortal
Asustada, olvida sus alas




15 de noviembre




Querida Persona Desconocida, el sol nació rojo y
en un segundo las nubes lo momificaron. Desde
entonces la luz es gris y no queda más color en el
mundo que el de las aves que vuelan tan alto como
pueden, alejándose de nosotros. La última parte no
tiene nada de poética; es que ya saben que si me
dan oportunidad les daré con la carabina y Laika
vendrá a por ellas.


Muerta la aurora
¿Qué amanece en mi corazón?
Malagana…


Otro día cualquiera me iría de caza, pero no hoy.
Iría con Laika, me escondería cubierto de hojas y
de otra basura de la naturaleza y esperaría, muy
concentrado y muy tranquilo y me olvidaría de las
nubes y el frío. Estarían conmigo, pero yo no les
haría caso. Entonces vendría el momento en que un
cuervo se posaría en una rama, yo apuntaría con mi
gamo directamente a su ojo grande y negro. Y
dispararía; el pájaro caería, herido y asustado,
pero antes incluso de que cayeran al suelo, Laika
lo remataría. En ese momento me sentiría muy feliz
y un segundo después tan culpable como feliz
antes. Entonces haría una oración por el cuervo y
volvería a sentir las nubes, la luz gris y el
frío. Pero hoy no quería, hasta que Sargento Mamá
usó sus cuerdas de titiritera conmigo.


—Guille, vete con Andrea y Laika de caza.


¿Por qué? Si solo quería… ¡nada! ¿Por qué no me
entiende?


________________


Capítulo 5
Té de Asperger








16 de noviembre


Querida Persona Desconocida, las puertas del mar
se han cerrado. Según mamá, la gente de por aquí
llamaba “sea gates” a unas corrientes que rodean
nuestra isla que corren tan fuertes que es casi
imposible pasar a remo y difícil a vela, salvo con
viento muy bueno. Desde la playa hemos podido
verlas; parecen ríos en medio del mar. Ahora, y
hasta dentro de un mes, más o menos, estamos
aislados. Por supuesto mamá sabía que iba a pasar
esto y por eso estamos aquí, protegidos del mundo
en este cacho de tierra.


Por la tarde invité a once amigos fantasmas a
jugar a rugby. Hacía frío, pero no los veía desde
que cerraron Saint Munro School, nuestro colegio,
y no les gusta jugar a otra cosa. Usamos una
almohada de balón y fue muy divertido. Mi equipó
ganó, tras ganar una melé, me pasaron el balón,
corrí a la “goal line” y “try!!”. Intenté
convencerlos para que vinieran otro día a jugar a
rol, a ver si lo consigo alguna vez.


Sargento Mamá y Andrea, que no podían ver a los
fantasmas, ni imaginárselos, piensan que estoy un
poco loco. No me importa, sé que estoy un poco
loco, pero no de esa clase.




17 de noviembre


Querida Persona Desconocida, aquí estamos los
prisioneros de la Tierra, los sitiados, los
refugiados en esta isla envuelta en frío y
pesadumbre. Suena triste, tal como me siento. No
sé ni por qué escribir, tampoco es que haya pasado
nada de particular y mis sentimientos no son de
los que me guste compartir con nadie.


Me gustaría pensar que las corrientes son una
muralla que nos protege. Miro al cielo y podría
pensar eso. Hasta el cielo de nubes, si te quedas
mirándolo mucho rato, acaba por parecer hermoso. Y
luego están los pájaros, las focas, las playas y
todo en la naturaleza. Todo eso me debería hacer
decir que es maravilloso vivir aquí aunque sea
solo por un día, aunque tuviera que dormir mañana,
aunque tuviera que morir hoy y para siempre.


Pero lo que siento no son mis pensamientos de hoy.
Siento la tristeza de ayer. Me cuesta respirar. Es
un futuro vacío. Podemos ser los últimos del mundo
y cuando muramos nadie cantará.


¿Qué está volando?
Una ave en las nubes
O mi fantasma


Laika me tira de la pierna para que salga a jugar.
Le haré caso.




18 de noviembre


Querida Persona Desconocida, encontré unos papeles
inquietantes. Son míos y de Carlos, de cuando
vivíamos en España. Sé que son importantes porque
mamá los ha guardado, aunque bueno, importantes
para ella, porque para mí el mundo no se va a
recuperar nunca y entonces los papeles no van a
servir para nada. ¿Por qué no los rompió? ¿O los
perdió? Así no me habría enterado de algo que me
da miedo.


Lo único que me importa es un papel de mi
profesora de segundo que es un informe que no me
gusta leer. Dice algo de que tengo una enfermedad
mental o algo así que se llama “Asperger tea”. Y
que me debería poner tratamiento.


O sea, ¿qué estoy loco? Y no lo puedo preguntar
por qué mamá sabría que he leído sus papeles
secretos. Aunque es justo que los lea porque son
mis papeles. Pero a ella no le gustará cuando se
lo diga, porque me va a acabar preguntando por qué
seguro que me he olvidado de dejarlo todo igual,
igual, sin ninguna pista.


Es gracioso: en inglés “Asperger tea” significa,
si lo lees tal cual, té de Asperger.


Será un té de pijos.


Es triste, la humanidad casi muerta y yo, que soy
de los poquísimos que quedan, estoy mal. Quiero
hacer bromas, pero es porque tengo miedo, de
verdad, que me he puesto a llorar solo, dándome
cuenta y me parecía que me iba a quedar sin
respirar. Solo quiero dormir y olvidarme, y es
que, ni siquiera sé quien soy en verdad.


¿Lo sabes tú? Si me lo pudieras decir…




19 de noviembre


Querida Persona Desconocida, hoy ha sido un día
desértico. No hemos cazado ni pescado nada. No nos
preocupamos mucho porque sabemos que estas cosas
pasan, pero es preocupante. Vale, sé que me
contradigo. Lo primero me lo digo con mi razón, lo
segundo me lo dicen mis emociones y Laika, que la
noto enfadada por no haber pillado nada.


Mamá no me ha preguntado nada por los papeles. Dos
opciones:


1.     No ha descubierto que he encontrado los
papeles que decían eso feo de mí.
2.     Lo ha descubierto pero no se atreve a
preguntarme nada porque es incómodo preguntar a
nadie si ha descubierto que tiene la mente
estropeada o no. Además, así puede seguir pensando
que es su secreto y todos podemos hacer como si no
pasara nada. Yo creo que esta segunda opción es la
verdadera.


Bueno, además de todo eso, pienso que si lo mío
fuera muy malo ya tendría que haberme hecho mucho
daño y no parece que sea así. Es un pensamiento
que me gusta pensar porque me hace más fuerte.


Aunque solo puedo quitarme de la cabeza intentar
descubrir qué es eso del Asperger tea con la
canción de los Abney Park:


I was born,        born in the wrong time
And I live,         here in the wrong time…


Nací en el tiempo equivocado (o malo), y vivo aquí
en el tiempo malo (o equivocado)


Y si ellos pensaban que vivían en un tiempo
equivocado, imagínate que pensarían del mío. No
sé, a lo mejor les gustaba, porque cantaban cosas
de aventura y del Apocalipsis. ¡Qué gente más
rara!




20 de noviembre


Querida Persona Desconocida, sueño con que un día
mamá me diga que todo está bien con lo de mis
locuras, pero no me atrevo a preguntar todavía y
ella no dice nada. Creo que voy a tener que
olvidarme de todo eso y será lo mejor. Mejor no
sufrir sin saber que sufrir por saber, ese es mi
lema. Claro que también se puede sufrir por no
saber pero no quiero complicar más mis
pensamientos.


Andrea y Carlos se han pasado el día solos, por
cierto, y Sargento Mamá les ha reñido porque
llegaron tarde, “y a saber qué habréis hecho por
ahí”. No sé, mamá, están en una isla desolada y
aislada y seguramente vamos a morir todos, ¿qué
importa nada?


Eso lo pensé, no lo dije porque mi madre estaba
enfadada de que no te dan ganas de reír. A lo
mejor fue porque no trajeron pescado, solo algas,
pero da igual porque Laika y yo pillamos un par de
palomas, un balín diábolo justo a la cabeza de
cada una; estoy hecho un francotirador. Así que
hemos podido comer hoy bien: paloma asada y algas
guisadas.


Pero si seguimos sin poder pescar lo vamos a pasar
muy mal. Lo que me recuerda que mañana me toca a
mí ir a pescar con mamá. Esperemos que no la
cague. (Perdón, pero estoy tan nervioso que si
escribiera otra cosa me sonaría a mentira).




21 de noviembre


Querida Persona Desconocida, mamá y yo hemos sido
afortunados en la pesca mientras que Andrea y
Carlos lo han hecho regular con lo de las algas.
Pero no pasa nada, vamos a comer bien y nos va a
sobrar para mañana. De hecho Sargento Mamá ya está
hablando de hacernos una salina para sacar sal del
mar y poder conservar la comida más tiempo. Eso,
si no conoces a mi madre significa que mañana, en
cuanto salga el sol arrastrará a alguno de
nosotros a la playa a construir la salina. ¿Quién
será? Consulto al oráculo y se escucha una voz que
es difícil de interpretar: “te tocará a ti, gran
pringado”.


La arena limpia
Nuestro pescado brilla
¿Han muerto las moscas?




22 de noviembre


Querida Persona Desconocida, el oráculo se
equivocaba, le tocó a Andrea lo de la salina. A mí
me ha tocado algo peor, aguantar al enfadado de mi
hermano. Te preguntarás por qué está enfadado. Yo
también. No tengo ni idea. Solo se puso refunfuñón
desde que Sargento Mamá nos ordenó buscar algas.


No ha hablado mucho, y yo me he quedado callado.
Si está enfadado prefiero hablar con mis
pensamientos. Así que hemos tenido un silencio de
frío, aunque el frío de verdad lo hemos tenido en
las manos. Las llevábamos cubiertas con guantes de
cocina rosa vulgar, pero aun así me dejaron los
dedos temblando y blancos. Nevaba y puedo jurar
que las focas nos miraban como si estuviéramos
locos.


Lo que no saben las pobres es que pronto les
tocará morir. Me da pena porque me caen bien y
tienen caras que parecen de personas. Pero es que
dentro de poco no tendremos más remedio.
Necesitamos grasa. Es por el frío.


Mamá y Carlos, seguramente, irán con los kayaks
hasta un refugio de focas. Desembarcarán y se
ocultarán tras unas rocas. Después esperarán y, en
el momento preciso, oiré tres disparos: uno de
mamá y dos de Carlos, porque Carlos siempre falla
el primero. Entonces yo, mientras esté cuidando
las plantas, me alegraré porque, comeremos foca.


Doy un poco de asco, supongo.




23 de noviembre


Querida Persona Desconocida, hoy no ha pasado nada
importante. Todo ha ido normal. Lo que me ha
permitido pensar en lo del té de Asperger. Lo
primero que no entiendo es porqué una maestra
habla de enfermedades si las maestras no eran
médicos ni nada de eso. Lo segundo es que a lo
mejor ya me curé de eso, solo que mamá no lo ha
dicho, o no me acuerdo. Eso explicaría por qué no
me siento enfermo. Pero no por qué mamá ha
guardado ese papel. ¿Será que me puedo poner otra
vez malo?


Por la tarde llamé al fantasma de papá, pero no
vino. Me pregunto si ha tenido algo importante qué
hacer. La verdad es que no sé lo que hacen los
fantasmas en su mundo. A lo mejor están en el
cielo, tan felices, sin preocuparse por nosotros.
Pero nunca me cuentan nada de eso. Deben tenerlo
prohibido.


Pensé eso y me fui a rezar.




Llueve, llueve
Lloran, llueve, llueve y lloran
Llora la nube, llueve Dios




24 de noviembre


Querida Persona Desconocida, según decía papá,
—cuando estaba vivo porque desde que es fantasma
solo dice palabras sabias—, el clima de aquí es
bueno porque “nunca hay demasiado pingüino”.
(Cuando quería ser gracioso en español le salían
frases así de raras). Y las focas seguro que le
dan la razón; nunca han visto un pingüino, porque
nunca hace demasiado frío como para eso, pero
tampoco hace nunca demasiado calor, para nada.


Lo peor de mi tristeza es saber que nadie puede
venir ni nosotros salir de esta isla, por las
corrientes. Exagero, un poquito. Sí se puede
entrar y salir, solo es muy cansado y peligroso.
Si luchas con el mar y ganas todo te irá bien; si
pierdes, te estrellas contra las rocas o te vas de
viaje a América y espero que tengas comida y agua
para eso. En la playa de Sargento Mamá había un
cartel que ponía: “Soy el mar. Si no me respetas,
te mataré”.


Así que en la realidad no exagero, aunque en
teoría se pueda ir, pero ya no vivimos en el mundo
de ayer.




25 de noviembre


Querida Persona Desconocida, hoy me puse malo; el
invierno pudo conmigo y me caí jugando con Laika,
lo que no es malo. Lo malo es que no me pude
levantar de lo cansado que estaba; solo pude
porque Laika me ayudó haciendo de taburete. Los
demás se asustaron porque tenía la cara toda llena
de barro y caminaba como un zombi y entonces me
dieron té y me llevaron a la cama y ya no me
acuerdo de más. Creo que me dormí.


Hoy sí vino el fantasma de papá. No le pregunté
por qué no vino la otra vez. Me pareció de mala
educación. También vinieron mi abuela Julia y mi
amigo Scouse, aunque a él no le llamé. Se quedaron
junto a mi cama y me contaron cuentos de antiguas
películas.


Pero no me acuerdo de nada. Lo siento. Me duele la
cabeza.


Risas jugando
Pañuelo a la nariz
Patapúm me caí




26 de noviembre




Querida Persona Desconocida, hoy también estoy
malo. Síntomas:
1. fiebre (algo),
2. mocos de color verde oliva,
3. dolor (medio),
4. cansancio (mucho).


No son “las muertes” porque no me están temblando
las manos, ni me sangran las uñas, ni tengo la
piel azul-negra, ni estoy muerto, que son los
síntomas más comunes de “las muertes”.




27 de noviembre


Querida Persona Desconocida, sigo enfermo, no voy
ni a mejor ni a peor. Laika duerme conmigo, mamá
le ha dejado y mamá también está casi siempre
conmigo. Andrea y Carlos también se pasan. No sé
mucho más porque la mayor parte del tiempo estoy
durmiendo.


Sueño. Soy viejo, en un hospital del “mundo de
ayer”, me muero, estoy en coma y sueño. Vuelvo a
ser un niño, tengo un traje medieval, de campesino
y voy con una loba, que es Laika.


Nieva y llegamos a un castillo y toco la puerta
gigantesca. La abren, pero sale un monje, porque
el castillo en realidad es un monasterio y me
dicen que si quiero ser un paladín y digo que sí y
entonces despierto. Creo que es de un cómic que
leí.


Un paladín, por cierto, es lo mejor. Eres un
guerrero, pero tienes los poderes mágicos de
alejar a zombis, esqueletos, momias y vampiros. Y
puedes curar con magia. Y tienes un caballo
super-inteligente. Pero tienes que ser un santo, o
pierdes tus poderes.




28 de noviembre


Querida Persona Desconocida, sigo igual. Hoy lo
mejor que me ha pasado es que mamá me ha dejado
caldo de pescado y me lo he comido todo. También
una papa entera. Luego vino lo terrible, como
pienso que me puedo morir pronto, tuve que hacerle
a mamá la peor pregunta de todas.


—Mamá, ¿mi enfermedad cómo se llama?
—No son las muertes, te pondrás bien.


Con eso yo ya creí que me pondría bien, aunque…
—Mamá… a lo mejor…


—¿Qué?
—¿Podría ser?… es que… ¿podría ser té de
“Aspregers”? (¡Fail! Lo dije así de mal).


Mamá se paró, cerró los ojos y luego se rió, para
luego revolverme el pelo como hacía cuando era
pequeño y decía una tontada graciosa. —No. Guille,
solo estás malo, solo tienes una enfermedad
corriente y normal y te pondrás bien.


Quise preguntarle qué cómo lo sabía pero no me
atrevía porque a) ya había dicho una tontada, b)
mamá ya se estaría dando cuenta de que había leído
sus/mis papeles secretos, y c) mientras me decidía
me dormí.


Sueño calaveras


En mi sueño estaba perdido en el bosque de nuevo.
No sé por qué, solo que quería volver al
monasterio y estaba solo, y entonces me di cuenta
de que el bosque estaba alfombrado con calaveras.
Solo calaveras, no había más huesos. Y fueron
volando a por mí y quería escapar corriendo pero
nunca lo conseguía, hasta que el sueño se acabó.




29 de noviembre


Querida Persona Desconocida, me he puesto peor y
de lo único que me doy cuenta es de que todos
están preocupados.


En el sueño he vuelto al monasterio. Estoy en un
pasillo gigante, solo, y camino hacia delante sin
que se acabe nunca hasta que me canso y me siento
junto a una ventana.


Me duele mucho. Si me pasa eso que sabes… adiós…




30 de noviembre




Querida Persona Desconocida, no me he muerto, lo
que me pone feliz. Me siento igual de cansado, o
más que al principio. (Creo que más, pero no estoy
seguro). Pero ya no me duele ni tengo fiebre.
Andrea me ha gastado una broma pesada que consiste
en medirme para el ataúd, aprovechándose de que no
estaba mamá y que no tengo ganas de defenderme ni
de nada. Es igual, aquí no hay ataúdes y creo que
ya no me voy a morir pronto.


De todas formas, en cuanto vino mamá tuvo que
salir corriendo con la cinta métrica entre
risitas. Por suerte para ella mamá estaba de mal
humor, momento que aproveché para preguntarle a
mamá lo del té de Asperger. Esas cosas es bueno
preguntarlas cuando has estado cerca de morir
porque a la gente le dan ganas de perdonar y de
decir la verdad, que es lo que necesitaba. Pero su
respuesta fue terrible.


—¿Leíste aquello?
—Sí.
—Lo siento, es que soy un curioso.
—Bueno, a ver que te digo… ¿algo bonito o la
verdad? —La verdad.
—Vale. Tu maestra pensaba que podías ser especial…
—¿Tonto?
—No, más bien, raro. Lo siento. Soy de infantería.
No sé explicar bien los términos médicos. Y menos
ahora. Si estuviera tu padre… Lo que recuerdo… el
Asperger tiene diferencias, como que te gusta
estar solo más que con mucha gente y las cosas
tranquilas, y el orden.
—Ah, ¿y qué más?
—Que no se llama té de Asperger. Solo Asperger.
¿Vale? —Vale. —Pero eso fue lo único que entendí
bien.
—Guille, en realidad nunca te hicieron las
pruebas. Nadie puede saber si lo tienes o no; solo
es la sospecha de una maestra novata.
—Vale.
—Además, seas como seas, eres muy fuerte. Lo has
aguantado todo: las muertes, los orcos, el hambre…
—(ahí se puso a llorar por alguna razón misteriosa
de madre). Yo no me preocuparía.
—Vale. —E hice como si me quedaba dormido, porque
noté a mamá rara. Y además, no tenía sentido, si
solo era una tontería de una profesora novata,
como decía ella, ¿por qué lo había guardado? Yo lo
hubiera roto, si hubiera sido ella, para que no se
enterara mi pobre hijo que siempre le da vueltas a
la cabeza a todo.


Lo peor es que nunca sabré si lo tengo o no porque
seguro que todos los que podrían saberlo están
muertos. Me voy a estar dando vueltas a la cabeza
durante toda la extensión de mi vida. ¡Agh!


(Aunque, como probablemente mi vida será muy
corta, tampoco es que sea tan grave).




1 de diciembre


Querida Persona Desconocida, no voy muy bien. Me
aburro de estar enfermo. Me fui a levantar y me
caí encima de Laika y todos se han enfadado
conmigo, menos Laika. Quería ir afuera a ver el
mundo, un sueño un poco tonto, la verdad.


Me han traído unos libros, pero me cansa leerlos.
Encima Andrea ha dicho que parezco un “goblin de
tus libros”. Lo malo es que tiene razón, menos por
mi piel. Estoy tan blanco que si meto la cabeza
por debajo de la manta y la muevo un poco para que
entre luz no sé donde acaba mi pie y donde empieza
las sábanas.


Puntos y comas
Caminando en fila
Cargan miguitas




2 de diciembre


Querida Persona Desconocida, sigo igual, o un poco
peor, no lo sé. Me gustaría vivir hasta final de
año o, si puede ser, hasta después de Navidad. Si
muero antes les voy a estropear las fiestas. Lo
mejor es que me pusiera bien para poder sentarme
en Nochebuena, aunque sea con una manta y luego
irme muriendo despacito hasta expirar el 2 de
enero, por ejemplo. Hoy, por si acaso, hablé con
mamá.


—Mamá, si me muero, me gustaría que me pusieras en
mi kayak.
—Se te llevaría la corriente.
—Sí, como a un vikingo.
—Vale, pero no te vas a morir hoy.
—Es verdad. A lo mejor aguanto hasta la Navidad.
—Yo creo que te curarás antes.
—Mamá, por si acaso, ¿te puedo decir que mi vida
ha sido muy bonita?
—Sí
—¿Y qué te quiero?
—No, que te tienes que dormir. —Y lo hice porque
lo dijo llorando.




3 de diciembre


Querida Persona Desconocida, hoy me siento un poco
mejor que ayer, pero no me atrevo a soñar, tendría
pesadillas.
—Mamá, si me muero, ¿quieres que le diga algo a
papá? —No hace falta, yo ya se lo digo todas las
noches. —¿Y qué te dice?
—Que te quiere, que nos quiere mucho.
—¿Ves? Tengo razón. Puedes hablar con los
fantasmas.
—Sí. —Menos mal, por fin lo reconoce. (Aunque es
posible que lo hiciera para que me sintiera mejor
en mi enfermedad.)


Y le dije que me gustaba y otras cosas bonitas.




4 de diciembre


Querida Persona Desconocida, no me muero. Hoy
desperté muy mejorado. Ya puedo caminar sin
caerme, pero mamá no me ha dejado salir del
monasterio. Solo me ha dejado ir a la cocina,
donde se está calentito.


Lo único que he hecho en todo el día fue llamar al
fantasma de papá para contarle las novedades.
Cuando terminé me dijo una cosa típica de padre…
de padre fantasma.


—Cuídate. Estoy bien pero es mejor estar vivo.
—Esto me lo dijo en inglés, claro. Siempre habla
en el mejor inglés de Escocia, que es mucho mejor
que esa jerigonza pija que hablan en el sur de
Inglaterra.
—No te preocupes. A lo mejor mañana ya vuelvo a la
normalidad.
—Eso es, “Scot’s Spirit”


O sea, Espíritu Escocés, que son siete espíritus:
1. Calidez, que es ser cariñoso, decir palabras
agradables, preparar un tazón de avena etcétera,
2. Agallas (Valor),
3. Determinación, que es no rendirse nunca cuando
quieres algo,
4. Divertirte y hacer que los demás se diviertan,
5. Reír y conseguir que los demás se rían, aunque
estén muy triste,
6. Alma, que es como ser sensato y preocuparte por
los demás, y
7. Chispa que es inteligencia alegre. Se puede
resumir con la versión de mamá en español de la
canción “500 miles”.


Caminaría 500 millas
y luego caminaría 500 más,
solo para ver cómo estás
y hacerte luego sin parar,
pedorretas, pedorretas,
pedorretas, pedorre-e-e-etas.


Cuando Fantasma Papá se fue, me puse a cantar la
canción; lo que es buena señal, a mi parecer,
aunque Carlos protestara desde la ventana cuando
me oyó. —¡Cuidado con esa boca! ¡Está
estropeada!—. Y se puso a burlarse y a hacer toda
clase de ruidos obscenos desagradables. No le
respondí nada, es un inmaduro y no gano nada
enfadándome; enfadarse es un dolor. Así que me fui
a la cocina y contemplé la tranquila lumbre.
(Lumbre es fuego, de ahí viene lumbrera, etcétera.
Lo leí en el diccionario ayer).




Baila el fuego
Sus llamas se mecen
El caldero canta




5 de diciembre


Querida Persona Desconocida, me siento feliz
porque me parece que ya es seguro que no me voy a
morir. Ya puedo caminar sin dolores y Sargento
Mamá me ha dejado ir con ella a cuidar el huerto.
Aunque en realidad no he trabajado mucho porque
“todavía no te llega el cuerpo”.


Es decir lo ha hecho ella casi todo y yo solo le
he ido pasando las cosas y eso porque le dije que
si no me movía me iba a congelar.




6 de diciembre


Querida Persona Desconocida, hoy solo pasó una
cosa que merezca escribirse. Carlos y Andrea se
enfadaron uno con el otro y después, los muy
bobos, quedaron tristes. Yo pensé que íbamos a
vivir otro día horrible pero durante la cena
Andrea le pidió a mamá que nos contará el cuento
favorito de Carlos. (Él no lo hubiera pedido nunca
para no parecer un niño pequeño).


—Mamá, ¿hoy nos puedes contar el cuento de la
abuela? —Vale…


Nos lo contó en la capilla, junto a un brasero,
mientras llovía afuera y todos los espíritus de
los muertos cantaban felices. Aunque no tanto como
nosotros.


Laika me rodea
me abraza con su lomo
como la abuela


________________


Capítulo 6
Las últimas flores








7 de diciembre


Querida Persona Desconocida, las otras veces que
he estado a punto de morir me he prometido hacer
cosas mejores de las que hago. Esta vez no, solo
quiero que… NO. No quiero nada; solo vivir y ver
las cosas que el mundo hace mejor que lo que yo
hago. Hasta las nubes más grises pueden ser
hermosas cuando estoy alegre y no mojado hasta los
huesos. Estar alegre es lo único que quiero, lo
único que necesito. Lo demás sirve a eso.


Por cierto me acordé de un refrán de papá (me
refiero a papá de verdad, no a su fantasma).
“Joy”, o sea, alegría en inglés, “is everywhere,
just look around”. Me lo decía mucho durante las
muertes y yo lo creía un segundo y después me
desesperaba porque parecía más cuento que los
Reyes Magos y Father Christmas. Sé que es verdad,
solo me falta esperanza.




8 de diciembre


Querida Persona Desconocida, vuelvo a la
normalidad y me encuentro fuerte así que fui con
mamá a pillar almejas y otras cosas de seafood
—perdón, pienso en inglés porque tengo nostalgia
de papá. (Su fantasma no es lo mismo).


Ha ido bien porque hemos esperado lo suficiente a
que se recuperaran las almejas. Ahora las gaviotas
nos odiarán, pero ellas pueden volar a otras islas
a comer.


Salió el sol y se fueron las nubes y me parece que
es la manera que tiene Dios de decirme que no
tenga miedo y me quiere. A lo mejor te parezco
tonto pero tengo el sentimiento de que el mundo me
quiere: el mar, las nubes, las musarañas, el
cielo, mamá, Fantasma Papá, Dios, Carlos, Andrea,
las focas y hasta las gaviotas.


(Eso último no puede ser verdad, ¡nunca!
Chillonas, apestosas, ladronas y todos los
insultos peores del mundo son para ellas).


9 de diciembre




Querida Persona Desconocida, Sargento Mamá me ha
vuelto a elegir otra vez. Sé lo que estás
pensando: que me está protegiendo porque sigo
siendo un niño. Y aunque no me guste ser un niño
es lo que soy.


Aunque me ha elegido para una aventura: nos fuimos
a cazar focas. Dije que sí solo con la cabeza, sin
palabras y mamá no dijo nada porque sabe que me
gusta comerlas pero no cazarlas. Bueno, me gusta
pero me hace sentir culpable, soy un lío.


Vale, la parte de la aventura empezó montando en
los kayaks. Paleamos muy despacio alrededor de la
isla; como en un cuento de paz. El agua hacía
remolinos donde salían nuestras palas, todo lo
demás estaba quieto, el viento dormía, las nubes
se habían marchado. Papa diría, lo voy a poner en
español, que es un día que el invierno robó al
verano. Y era verdad, salvo por el frío. Pero esa
paz acabó.


La madre del monstruo y el monstruo, (yo), se
acercaron con sus kayaks, los dejaron en una
mini-playa, ocultos con algas de uvas y tomaron
sus armas terribles. Se escondieron entre las
rocas y esperaron a que las familias de las focas
salieran por otra playa cercana. Las focas miraron
antes de salir, siempre miran, pero no vieron al
monstruo porque el monstruo es pequeño y sabe
esconderse muy bien y solo olía a alga de uva
apestosa.


Entonces, cuando las inocentes estaban en la
arena, la madre del monstruo disparó y falló, pero
el monstruo no, al revés de lo que debía haber
pasado. Y el monstruo se alegró de matar para
comer pero se ganó otro punto de monstruo.


Ahora tenemos carne y grasa y piel y huesos y
otras cosas útiles. El hígado lo comimos primero,
dejando un poco para los demás, y estaba muy rico.


Le hice una especie de oración, que voy a recordar
para otras veces:


Doy las gracias a la foca y le pido perdón
Igual que caza peces yo la cazo
Y la como y la borro del mundo
Doy las gracias a los peces con piedad y con pena
Y a todos los que mato muy culpable…
Para que podamos vivir


Alga de uva: Es un alga hecha de tiras largas
verdes y dentro tiene unos bultitos que parecen
uvas.




10 de diciembre


Querida Persona Desconocida, el trabajo de hoy,
como te podrás imaginar, ha sido preparar la carne
de foca y sacarle la piel y los huesos. Una poca
de la carne la cocinamos para hoy, la mayor parte
la pusimos en sal, cortada en tiras y la guardamos
colgada en una de las celdas del monasterio, bajo
un fuego con humo. Esto es para conservar la
carne, darle sabor y, sobre todo, ahuyentar a
todos los bichitos que querrían comérsela. Si sale
bien vamos a comer foca hasta que nos salga por
las orejas, o se nos acabe, lo que pase antes.


Por lo demás ha estado lloviendo y esta vez sin
parar, diluyendo la nieve. Ahora no queda nada
blanco, pero la hierba está pálida y se va a
quedar así mucho rato. Miro al fuego para
alegrarme en sus llamitas, que son como hierba
cálida.


Bajo las nubes
Muere la última flor
Llora la hierba




11 de diciembre


Querida Persona Desconocida, papá murió un once de
diciembre y un fantasma se nos ha metido a todos
bajo la ropa. Es un frío que no podemos quitarnos
con canciones. Hasta Laika, que no tiene ni idea
de lo que pasa, se ha puesto triste y he tenido
que consolarla como a los niños pequeños.


Le pedía a Sargento Mamá hacer una misa por papá y
me dijo que sí. Aunque no lo había previsto
vinieron todos. Supongo que me salió horrible, sin
contar que la comunión la hicimos con papas,
porque no hay pan, pero a los demás les gustó.
Pude decir unas palabras a papá en nombre de
todos; Fantasma Papá asistió a su misa funeral,
aunque no le gustan estas cosas.


También pensé una oración para que no se muera
mamá y que me muera yo en vez de ella, pero la
dije solo en mi cabeza, para que nadie se
asustara.


Pero Fantasma Papá se dio cuenta y me miró
enfadado. ¡¿Por qué?! Es injusto.


12 de diciembre


Querida Persona Desconocida, en mi habitación he
colgado una cruz de la capilla y ahora la veo
mientras escribo. Hoy el día comenzó con una gran
despertada de las gaviotas escandalosas que
estaban más alteradas que nunca. Por mi cabeza
corrieron todas las palabrotas que sé, en todos
los idiomas que sé, hasta que me acordé de la
carne de foca.


Salí corriendo con una silla para luchar contra
esas ladronas, pero resultó que no estaban
interesadas en nuestra salazón, que además mamá
había cerrado las contraventanas. Lo único que
hacían, además de chillar, era revolotear,
excrementar en el tejado y, después de diez
minutos, volar fuera de la isla. Nos preguntamos:
¿habrán visto algo peligroso que los ha asustado?


Seguimos la rutina de buscar comida y atender a
las plantas. Carlos y Andrea se quedaron reparando
las nasas; mamá se fue a por los peces y me mandó
a Laika y a mí a guardar parte de la carne de foca
y otras cosas en el búnker.


Cuando acabé eso tan divertido se me ocurrió ir a
ayudar a mis hermanos, pero cuando los encontré
tuve que hacer señales a Laika para que se quedara
quieta. ¡Estaban haciéndose besos de adultos!


Salí corriendo para que no me vieran. No podían
hacer eso, son hermanos oficialmente, es como una
traición, pero no dije nada.


Mis secretos


Querida Persona Desconocida, hay cosas que te
cuento a ti y no se lo cuento a nadie más y hay
cosas que cuento a mamá pero que no te cuento a
ti. A mamá no le he dicho lo del beso. A ti no te
he contado otras cosas.




13 de diciembre


Querida Persona Desconocida, Andrea ha
desaparecido. Carlos fue corriendo a buscarla por
tierra pero no sabemos si la ha encontrado o no.
Tampoco nosotros. Te cuento. Estoy un poco
nervioso. Me duelen las manos por el frío y no hay
luz, así que perdón por escribir así.


Vale, nosotros, mamá y yo —Laika se fue con
Carlos—, estamos dando la vuelta a la isla con los
kayaks, porque faltaba el de Andrea. Pensamos que
no puede irse lejos por los de las corrientes.
Además tenemos una buena pista: encontramos su
kayak entre la playa de las algas apestosas y
creemos que mañana, cuando vuelva el sol, la
encontraremos.
La pregunta es ¿por qué se fue?




14 de diciembre


Querida Persona Desconocida, hemos encontrado a
Andrea. ¡Felicidad! Y la respuesta a la pregunta
es porque pensaba que tenía “las muertes” y que
nos iba a contagiar a todos. Pero resultó que no,
solo tiene fiebre y está muy cansada, dice mamá.
Bueno, ahora estamos todos muy cansados, aunque
aliviados. Va a ser un invierno muy duro.


Un cormorán espera
Dos kayaks se acercan
El ave desaparece






15 de diciembre


Querida Persona Desconocida, dentro poco es
navidad. Espero y quiero que sean unas navidades
tranquilas, sin malos que vengan a matarnos, como
la otra vez. Ha vuelto a nevar un poco pero la
nieve aquí no está como en los cuentos, sino que
es una mezcla de agua y nieve hasta que la hierba
susurrante y los líquenes se la tragan. Los
líquenes se lo tragan todo y cuando acaban
descubres pájaros muertos, medio podridos. Aquí
nada es completo, todo está a medias, salvo la
humedad: nada está seco.


Me siento triste, cansado, pero no quiero morir,
ni vivir como un muerto. Quiero ser feliz, y lo
que hago para conseguirlo es jugar a que soy feliz
cuando estoy con los demás. Con Laika es más
fácil, me hace feliz. Con Carlos es más difícil
porque él me enseñó este juego hace dos años,
cuando nos atacaron los orcos. Hacía mucho más
frío que ahora y estábamos perdidos.


Fue en un monte, cerca de un pueblo costero que se
llamaba Ajchitibule o algo así (puede que el
cartel fuera una broma para los turistas del mundo
de ayer). Había salido con Carlos de caza y en
medio de la caza nos saltó una jauría de doberman
salvajes. (O a lo mejor eran de otra raza, no se
los pregunté, daban demasiado miedo).


Todavía sueño con esos perros malvados. Carlos los
espantó con la escopeta. Entonces corrimos porque
sabíamos que volverían. Y acabamos perdidos en el
espanto de la noche. Era una colina odiosa,
grande, con hierba mortecina, árboles espinosos y
nieve sucia encima de piedras puntiagudas. No me
lo estoy inventando. Y encima llovía.


En esa época éramos más niños, más flacos y
bajitos. Dábamos pena, sobre todo yo. Carlos tenía
una mochila con comida, pero ninguna lona para
hacernos una tienda. El sol se caía del cielo y
Carlos buscaba refugio: ruinas, cuevas, una
lobera, lo que fuera. Y yo le seguía, apretando mi
carabina como si eso sirviera para algo. Al final,
casi de noche, vimos una torre blanca. No te
engañes, no era una torre medieval, ni un edificio
mágico, ni nada por el estilo, sino una de esas
casas ultra-modernas que les gustaban a las gentes
sofisticadas del mundo de ayer. En una imprecisa
palabra: rara. El primer piso era de hormigón
blanco con una puerta de madera, que parecía de
castillo. El segundo tenía las paredes de cristal
que mágicamente estaban intactos.


Nos metimos, por una de las ventanas de abajo, que
sí estaban rotas. El cristal me cortó el abrigo,
me libré de milagro. Y entonces estuvimos los dos
en una escalera, toda guarra de caca de pájaro y
bichos muertos. Una pena, porque era de madera con
relieves grabados, así como de plantas y planetas
y letras raras, todos entrelazados unos con otros.
A la luz de las linternas parecía un “dungeon”
mágico, una partida de rol. Recuerdo lo que
dijimos, más o menos:


—¡Ay! —Este era yo que pensaba que me había hecho
daño.
—¿Tienes sangre?
—No, solo es mi ropa.
—¿Pues te quieres callar?
—¿Aquí hay monstruos?
—No, pero calla, nunca se sabe…


Carlos subió. La escalera estaba interrumpida por
una trampilla cerrada en el techo. Mi hermano
trató de abrirla, pero se veía que estaba corrido
el pestillo. —Carlos, ¿nos quedamos aquí?


—No, hay que entrar. Aquí hace mucho frío. —Era
por el viento que entraba por la ventana rota.
—Ayúdame.


Y nos pusimos a dar patadas hasta que reventamos
el pestillo. Ahí se ve que Carlos era un poco
hipócrita, porque mi “¡ay!” había hecho mucho
menos ruido que las patadas, aunque supongo que
era necesario. Bueno, detrás de la trampilla
estaba el tesoro: una cama y un escritorio y un
baúl con sábanas, edredones y de todo. Volvimos a
cerrar la trampilla lo mejor que pudimos y pusimos
el baúl encima para que nada pudiera pasar y nos
metimos en la cama, sin siquiera quitarnos las
botas. Y entonces nos dimos un beso de hermanos
porque nos creíamos salvados.
Ya dije que éramos más niños.


Dijimos que Carlos se quedaría despierto primero
para vigilar y en su turno no pasó nada.


—Guille, te toca.
—“Grunguis”.


Respondí algo así que no se entendía, de dormido
que estaba y me puse una manta de capa y la
escopeta en la mano. Debía dar risa-miedo. Carlos
se durmió de golpe y me puse a vigilar. Era fácil
porque todos las paredes eran de cristal de los
que se pueden ver hacia fuera y no hacia dentro.
Ya lo dije: magia. Todo estaba oscuro hasta que
mis ojos llegaban a las estrellas. Y me relajé,
pensé que todo iba bien y que al día siguiente nos
encontraría mamá, hasta que escuché ruidos. Lo
primero que me dije: ruidos de la noche; lo
primero que hice: comprobar la escopeta.


Me acerqué más a la pared de cristal. Vi que algo
se movía. No desperté a Carlos por no quedar como
un bebé si luego no era nada, sino que me quedé
observando, muy quieto. Y los fui descubriendo,
uno a uno, con sus cabezas pintadas como
calaveras, y las espadas y hachas que llevaban en
la mano.


—Carlos, despierta, gente mala.
—¿Orcos?
—Sí, orcos raros que quieren ser fantasmas.


Carlos solo comprendió lo que decía cuando lo vio
por sí mismo. UN RUIDO DENTRO. Carlos me arrancó
la escopeta y se puso en una esquina, yo debajo de
la cama, con mi carabina, que puede ayudar
haciendo dolor —mejor que nada.


Esperamos.


Esperamos.


Esperamos.


Abrieron la trampilla. No hicimos nada. Empujaron
el baúl dos centímetros. Pararon, desde abajo era
casi imposible. Entre el agujero de la trampilla y
el fondo del baúl alguien asomó la cabeza. Y me
vio, quiso ocultar su sorpresa pero le disparé en
el ojo con un balín y Carlos corrió con su
escopeta y disparó también.


Fue sangriento.


Podía haber pasado de todo, nos podían haber
quemado, con cualquier cosa, pero se asustaron, de
ver tanta sangre… la cabeza de ese hombre… nunca
me lo perdonaré. No teníamos más remedio, pero…


Y me quedé como vomitando y temblando en el suelo,
moviéndome sin querer. Después Carlos me limpió, y
me abrazó y me besó y me enseñó el juego de ser
feliz. Carlos era un gran hermano entonces, y mi
mejor amigo.






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Capítulo 7
Heather








16 de diciembre


Querida Persona Desconocida, ayer te escribí sobre
el ataque de los orcos. Hoy llegó un barco
fantasma; lo que quiere decir abandonado, que no
hay nadie dentro, salvo muertos, muertos normales,
no muertos vivientes, y el mar lo ha arrastrado.
Pero nos equivocamos, no era un barco fantasma
sino algo peor.


Era una embarcación pequeña, de pesca, y acabó por
encallar justo enfrente nuestra. Y nos preparamos
para lo normal en estas situaciones: ir a saquear
todo lo útil, pero pasó algo extraordinario:
salieron unas personas en un bote. ¿Personas?
¿Serían orcos?


Sargento Mamá levantó el brazo sacando del puño
los dedos índice y pulgar: la señal de los rifles.


Corrimos a la abadía a por las armas, hasta yo
tomé un arma de verdad, una carabina del 22, que
dicen de niño, pero puede matar a un gigante.


Tomamos posiciones, lo que quiere decir esconderse
tras una roca o lo que sea y apuntar. Yo me puse
detrás de un muro, con Laika a mi lado, listos
para luchar. Los del barco nos vieron porque hacía
mucho tiempo que no entrenábamos y se pusieron a
gritar.


—“¡Don’t shoot! ¡Please!” —O sea, no disparen por
favor, pero en inglés. (Todo lo demás lo voy a
escribir directamente en Español, más o menos como
me acuerde y sepa)


¿Qué respondería mamá? No queríamos visitas de
gente desconocida que podrían resultar ser de los
malos pero ellos no podían huir. Su barco estaba
hecho polvo, encallado y no íbamos a darles el
nuestro.


—¿Quiénes son? —Mamá también les respondió en
inglés, pero lo pondré todo en español para no
estar traduciendo todo el rato.
—Nadie importante. Solo queremos reparar nuestro
barco. Era mentira, tenía que ser mentira, ese
barco no se podía reparar, pero mamá les creyó.
—De acuerdo, vayan a ese lado de la playa, pero no
desembarquen, le traeremos herramientas. —Perdone,
solo queremos descansar. Mire, somos gente normal,
tenemos niños. —Eso era verdad. Pero también
tenían armas, y vi una, la más grande, la peor,
una ametralladora escondida, apuntándonos.
—¡Mamá! —Y le hice la señal de peligro.


Mamá se tiró al suelo. Ellos dispararon. Nosotros
también. No sé quién fue el primero. Me gustaría
que fueran ellos. Abatimos al de la ametralladora.
Laika ladraba. Otra vez apunté. Rápido, pero no a
lo loco. Dejaron de disparar. Las rocas nos había
salvado; ellos, los del bote, habían sido muy
estúpidos, muy estúpidos, tan estúpidos como nadie
puede ser.


—I’m sorry!


La voz era de una niña de doce años, como yo; la
única a la que no le habíamos dado. Una voz que te
daban ganas de llorar y te estrangula, ¿sabes? Es
como toda la tristeza del mundo y lo peor es que
sabes que es culpa tuya. Espero que nunca tengas
que sentirte así.


El tipo de la ametralladora estaba muerto, creo
que Carlos le había dado en el pecho. El segundo
también, creo que ese fui yo, en la cabeza. Un
tercero, con escopeta, tenía una herida en la
barriga. Y luego estaba un niño, que entonces
pensé tenía once años, gritando de dolor con una
herida en el brazo.


Mamá les habló en inglés, te lo traduzco. —Los
niños, los niños podéis venir. Las armas al agua.
—Sargento, —solo le hablamos así cuando hay
combate, —¿puedo ir a recogerlos?
—No, es muy peligroso.


Tenía razón, como siempre. Pero entonces el único
de los hombres que quedaba vivo se pegó un tiro en
el cuerpo con la escopeta y ya todo se calmó. Los
niños tiraron las armas al agua, como se lo dijo
mamá y ahora los tenemos en la abadía. Mamá y
Andrea están con el herido; Carlos, Laika y yo con
la niña. Se llama Heather y está muy asustada,
como nosotros.


¿Por qué tuvieron que disparar? ¿Por qué? Ahora
tenemos menos balas y la sangre que hemos hecho.
Me siento mal. Y bien, bien por haber ganado, pero
sentirme bien por eso me hace sentir peor. Voy a
cagar, lo siento.




17 de diciembre


Querida Persona Desconocida, el niño ha muerto.
Pasó de madrugada, se quedó blanco y se durmió.
Mamá dice que tenía heridas viejas, y quemaduras
hechas a propósito y marcas de sogas en las
muñecas. Y cosas peores que no me quería decir.
Esa gente era mala, por lo menos los adultos.


Heather sigue muy asustada. Seguramente cree que
somos tan malos como los orcos, o peores, porque
hemos matado a Allan. Así se llama el chico. Y en
realidad tenía catorce años, solo que estaba muy
flaco, peor que yo.


Lloros lejanos
La brisa los lleva al mar
Juegan las focas


Hicimos la ceremonia y después lo enterramos junto
con estrellas hechas de papel de colores, porque
no quedan flores. Luego Andrea escribió su nombre
en una de sus cintas de los muertos. Así siempre
tendrá quién le recuerde.


Heather cambió después del entierro. Dice que no
nos tiene miedo, aunque ni nos fiamos de ella ni
creemos que ella se fíe de nosotros todavía, diga
lo que diga. Dice que es por la ceremonia, que es
lo más cariñoso que tuvo nunca Allan.


Lloré cuando dijo eso. Aun lloro todavía. Y voy a
llorar más.


Laika está ahora con ella y no tengo celos.


¡Ah!, los otros muertos los devolvió el mar a la
playa y también los enterramos, pero más rápido,
para que no apesten ni contaminen el agua y eso.
Lo siento, los odié cuando los descubrí muertos,
pero ahora no, ahora son solo piedras y malos
recuerdos.


Ojalá hoy pueda dormir.




18 de diciembre


Querida Persona Desconocida, una semana para
navidad; un poco menos para noche buena. Deseo
paz, solo paz. Por eso me paso todo el tiempo
libre que tengo rezando. Y llorando también. Lloro
mucho y me siento enfermo, pero sé que es una
enfermedad de mentira. Es como que quiero estar
enfermo y no quiero y juego a estar enfermo sin
querer.


Pero Laika está conmigo. Y los ángeles también.
Hoy vi uno, en mi imaginación, me parece. ¿Será
real?


Anoche tuve una pesadilla con un ratón que me
perseguía y me cazaba como un león y me agarraba
del cuello y me arrastraba a su agujero y luego me
arrancaba trozos de carne del pecho y se la daba a
sus crías, pero no me moría.




19 de diciembre


Querida Persona Desconocida, estoy muy cansado,
pero mucho mejor que ayer. Heather está más
calmada y ya nos ayuda con las cosas, aunque la
mitad de las veces tenemos que repetir las cosas
en inglés para que nos entienda. Bueno, no
importa, ya aprenderá. Mamá dice que es bueno que
seamos más; aunque se necesite más comida también
podemos conseguir más. Andrea está encantada con
la nueva niña, casi parece su hermana mayor.
Carlos no, está enfadado y no confía en ella en
absoluto.


Y yo pienso como Carlos y siento como Andrea. No
nos podemos fiar, pero cuando la miro a los ojos,
solo veo dolor y me gustaría ser su padre. ¿Sabes?
Algo así de raro.


Hoy no tuve pesadillas, pero Heather sí, y se
levantó gritando despertándonos a todos. No
tenemos suerte.




20 de diciembre


Querida Persona Desconocida, la vida se está
complicando ahora que tenemos que adaptarnos a
Heather. Somos los que matamos a Allan, que era su
amigo, y a los otros que venían con ella, y eso
tiene que ponerla nerviosa, como nos pone a
nosotros.


Mamá la ha puesto a dormir conmigo, en mi
habitación quiero decir, a pesar de que hay
habitaciones libres. No es por mí, es por Laika.
Si a Heather se le metieran ideas suicidas o
malvadas por la noche Laika se daría cuenta y lo
impediría. O ese es el plan. Pero aunque confío en
Laika me desperté seis veces he estado de mal
humor todo el día. Y me ha tocado ir con Heather a
recoger bichos de mar en esas aguas tan, —modo
irónico on—, calentitas de la playa. Ahora Heather
me llama “grumpy” y yo la llamo “heller”. Lo mío
quiere decir gruñón y lo suyo “demonia del
infierno que es un grano en mi culo”, más o menos.


Por lo demás, un día normal en Mahwrpool. He leído
un artículo científico sobre la ecología de los
gansos por estas islas que nos ayudará a cazarlos.
La mayoría estaba escrito en inglés científico con
montón de cosas inútiles, pero con el resumen del
principio y las conclusiones tenemos lo
suficiente. Parece un poco malvado usar la
ecología para cazar pero tenemos que sobrevivir.
Ya quedamos pocos…


Y encima matamos. Tiene que parar.


Por favor.




21 de diciembre


Querida Persona Desconocida, odio cuando mamá me
dice “Guille, ¿quieres venir un momentito?” Porque
ni va a ser un momentito ni va a ser fácil ni
divertido. Pues eso es lo que pasó hoy. Estaba
todo “comfi” en la torre, haciendo de vigía, con
mis dos jerséis, mi gorro y mi termo de té de
hierbitas caliente cuando viene mama y dice la
frase fatídica.


—Guille, ¿quieres venir un momentito?


Y entonces el miedo al trabajo me atravesó el
cuerpo de cabeza a culo. (Nunca se va por las
piernas, no sé por qué). Y tenía mucha razón.


—Vamos a hacer una cerca nueva, en el campo viejo.
—Se refería a que yo iba a hacer una cerca
alrededor de un campo que se usaba en esta isla en
“el mundo de ayer”.
—¿Para qué?
—Hemos decidido que nos quedamos aquí en Mahwrpool
para siempre.
—O sea, se le acababa de ocurrir que nos tenemos
que quedar.
—Vale.
—Tenemos que vivir como gente normal, Guille,
dentro de poco tendréis vuestros propios niños.
—Vale, —cosas de adultos, cerebro modo sonreír—.
¿Heather puede ir conmigo?
—Mejor.


Y el resto del día fue: recoger piedras, cargarlas
en un saco, llevarlas al sitio, ponerlas unas
encima de otros y hacer un muro. Bueno, empezar a
hacerlo. Y todo gozando de la lluvia.




22 de diciembre


Querida Persona Desconocida, ¡faltan tres días
para navidad! Y mil para terminar la cerca. O algo
así. Menuda vida más aburrida. Por lo menos los
otros cazan, pescan y tienen pequeñas aventuras.
Para nosotros dos, la “Heller” y yo, los
discriminados, la vida consiste en lo de buscar
piedras, cargar piedras y poner piedras, y
meternos el uno con la otra. Ella me dice cosas
hirientes en inglés y yo en español, para que no
las entienda, o medio en español y medio en inglés
para que solo entienda lo que yo quiero, o todo en
inglés para que sufra por completo mi venganza.


Sí, es aburrimiento; pero hoy ninguno de los dos
hemos tenido pesadillas y hemos dormido de un
tirón. Debe ser la táctica de curación de Sargento
Mamá de hacer cosas aburridas. Apuesto a que nos
dice dentro de una semana que ha cambiado de idea
sobre la cerca y que en realidad salimos de
Mahwrpool, según lo previsto.




23 de diciembre


Querida Persona Desconocida, mañana es Nochebuena.
No sé que estarán preparando los demás porque a
nosotros nos ha tocado lo de buscar piedras,
cargar piedras y poner piedras otra vez. Y encima
tuvimos que rehacer parte de la cerca porque se
cayó. Se lo dijimos a Sargento Mamá esperando
ayuda o que se lo dejara a los que lo harían
mejor: Carlos y Andrea, pero lo único que dijo fue
—Mientras esté lista para la siembra no pasa nada.
¿Nada? Tenemos las rodillas de hielo de tanto
arrodillarnos en la hierba. Vale, también las
tendríamos haciendo otras cosas,


pero es que no sería tan aburrido. Y encima Laika,
aunque quiera, no me puede ayudar. Supongo que
solo está conmigo como guardaespaldas, por si a la
“Heller” se le ocurre castigarme por lo de Allan u
otra locura.


Y sí hizo una locura, una de las gordas. Le picó
un mosquito negro. Yo lo llamo así, es un bicho
grande y feo y que muerde y duele. No mucho, pero
le pasó algo dentro de la cabeza y se sentó en el
barro, con lo mega frío que está y se puso a
llorar. Recordando algo, seguro, pero balbuceaba
en inglés y nadie la hubiera entendido. Así que me
senté junto a ella y, cuando ya se me estaba
congelando el culo, le puse el brazo encima para
ver si así, poco a poco, la llevaba a un sitio un
poco mejor. Pero pensó que la abrazaba y me dio un
beso en la mejilla y luego se abrazó a mí como si
fuera su padre.


Y yo sentí una cosa muy rara en mi cuerpo que
nunca había sentido. ¿Amor romántico? Espero que
no, soy muy joven. ¿Y de la “Heller”? ¿Y en
navidad?








________________


Capítulo 8
Navidad








24 de diciembre


Querida Persona Desconocida, nuestra celebración
de la navidad empezó bajo la lluvia, no la nieve.
Llovió tanto que a nadie se le ha ocurrido salir
afuera y mamá no nos ha obligado a seguir con la
cerca. Intenté fabricar un árbol de navidad con
palitos y cintas de colores, —no cintas de los
muertos—, pero me quedó horrible y Heather se ha
reído. Y luego yo también, y los demás se nos han
quedado mirando como si supieran lo del beso de
ayer. Aunque solo nos acabamos de hacer amigos.


Carlos y Andrea hicieron un portal de Belén muy
bonito y ahora está junto a la chimenea, bajo mi
árbol horrible.


Hablando de chimenea: me quemé la mano al encender
la chimenea por tercera vez. No es grave ni nada,
pero Heather se rió más todavía pensando que soy
muy torpe. Y ahora yo también lo pienso.


Además de todo esto jugamos a rol, todos juntos,
con mamá de máster. (Aprendió en sus tiempos). Al
final comimos y contamos cuentos de navidad
mientras la lluvia caía…


Pero la verdad es que también estuve de guardia en
la torre, por si los orcos venían hoy. Así que
solo ha sido una navidad un 50 % magnífica; bueno
un 75 % magnífica, creo.




25 de diciembre


Querida Persona Desconocida, hemos tenido el
regalo de navidad. El regalo, o sea solo uno,
porque esa es la costumbre de mi familia desde el
principio de todo. Verás, papá ponía los regalos
en navidad y mamá el día de Reyes, porque papá era
escocés y mamá española. Es que en Escocia no
vienen los reyes magos. Así que milagrosamente
aparece el regalo de papá y todos nos ponemos
contentos y emocionamos aunque sabemos que
Fantasma Papá no puede poner regalos.


Bueno, a mí me tocó una caja de miniaturas de
robot para pegar y pintar, con pinturas y
pegamento. No sé dónde lo ha estado escondiendo
mamá todo este tiempo y casi parece verdad que es
papá quien lo ha hecho. A mamá le ha aparecido una
botella de whisky de las más pequeñas, de las que
no dan ni para un vaso. Andrea ha conseguido una
bufanda de la selección holandesa de fútbol,
naranja por supuesto. Carlos un bumerán de madera,
casi un juguete pero no exactamente. Será que él
es casi un adulto, pero no exactamente. Y a
Heather una joya de una flor de piedras preciosas
y brillantes. Mamá a veces pilla cosas así en las
joyerías abandonadas, si todavía queda algo.
Aunque esta tuvo que ser hace mucho tiempo,
probablemente cuando pasamos por las ruinas de
Fort William. En mi opinión no valen para nada
pero a Heather le gusta mucho.


Hice también una misa de navidad, con un sermón
muy bonito y la lectura típica del principio del
evangelio de Lucas. Me quedó muy bien, creo. Hoy
estoy optimista… ¡con todo!


(Pero mamá está muy cansada).




26 de diciembre




Querida Persona Desconocida, anoche tuve una
pesadilla, la peor, que se moría mamá, y nos
quedábamos solos los niños, como en una serie de
adolescentes “del mundo de ayer”. Así que me
levanté de madrugada a ver cómo estaba y me la
encontré despierta, con ojeras como surcos en los
ojos.


—Mamá, dime qué estás bien.
—Estoy bien —Pero lo decía con voz rara y luego
siguió con la misma voz. —¿Qué estás haciendo a
esta hora?
—Ver si estás bien. —, le dije. Soy bastante
obvio.
—Pues sí lo estoy.
—¿Seguro?
—Es solo la comida. Demasiado estofado. Ya no
estoy acostumbrada.


Pero no me lo creí mucho y me quedé con ella hasta
que amaneció. Al final resultó que tenía razón,
solo tuvo que vomitar un poco y limpiarse y al
final resultó un día bastante normal y corriente.




Mi canción favorita


Hoy es el día del villancico de: “Good King
Wenceslas looked out on the feast of Stephen”,
etcétera. Cuenta la historia del Buen Rey
Wenceslas (ni idea de cómo se llama en Español)
que un día como este que hacía mucho frío vio a un
pobre buscando leña para el fuego. Y decidió ir a
ayudarle personalmente pero un paje que debía ser
de mi edad, más o menos, tenía que acompañarle,
llevando comida y leña. (Debe ser una ley para los
reyes que no podían ir solos).


Y cuando estaban de camino vino una ventisca y el
niño pensó que se iban a morir de frío. Pero el
Buen Rey Wenceslas le dijo que pisara exactamente
donde él pisara. Y el paje lo hizo. Y entonces lo
que pasó es que el paje no pasó nada frío,
pudieron llegar con el pobre señor mayor y
comieron la cena de navidad todos juntos, con las
cosas que habían traído.


Esto no tiene nada que ver con nada que me ha
pasado hoy. Pero es que no me puedo sacar el
villancico de la cabeza. Lo único que se me
ocurrió después de meditarlo es ir a visitar la
tumba de Allan y ponerle un lazo de tela. (No hay
flores).


Pasé el frío que tenía que pasar, porque esto es
la vida real, pero me siento mejor.




27 de diciembre


Querida Persona Desconocida, me costó mucho
dormir. Quería, pero me despertaba a cada rato.
Fue horrible porque si me quería salir de la cama
el frío me rompía los pies y si quería volver a
intentar dormir me ponía peor. Pensé que no me
dormiría en toda la noche. Pero entonces vino un
fantasma sin invitación.


Era Allan, el niño que matamos, que me saludó en
inglés. —Hola, ¿te aburres?


Y yo le respondí —Sí. Venía vestido con la misma
ropa con la que le habíamos enterrado; incluso
descalzo. Mamá dice que es de mala educación
enterrar a una persona con zapatos. Es como
obligarle a dormir con los zapatos puestos. Tenía
mejor aspecto, limpito, —porque siempre lavamos a
los muertos— sin la herida, aunque con la piel,
los pelos y la pupila de los ojos blancos; como
corresponde a un buen fantasma.


—¿Jugamos a algo?
—Vale. ¿Quieres jugar a rol?
—¿Cómo es?
—Pues yo cuento una historia y tú eres el héroe
del cuento y me dices lo que quieres hacer. Luego
yo tiro los dados y te digo lo que pasa. Por
ejemplo, yo te digo, “se acerca un tigre, ¿qué
haces?” y tu puedes decir, “me escondo” o“salgo
corriendo” o “le disparo con mi escopeta” o lo que
quieras. Si decides que le disparas pues te dijo
que lances dos dados y si sumas 11 ó más, por
decir algo, lo matas. ¿Vale?
—Vale. ¿empezamos?
—Vale. ¿Qué quieres ser? ¿Guerrero, mago…?
—Mago.
—Vale, pero es difícil sin un guerrero que te
defienda. Entonces apareció papá, de fantasma
claro.
—¿Puedo jugar? Y justo después aparecieron los
fantasmas de mis amigos del colegio. Y hasta
Laika, que sin hablar nos hizo saber
telepáticamente que quería jugar de eso. Y
entonces pasó una cosa sorprendente: en el libro
del juego encontré las reglas para jugar de oso.
¡Y sé que no existen!


Hicimos los personajes y comenzamos a jugar. Era
un mundo de fantasía de cielos azules, un mar de
agua dulce y un gran imperio que estaba en medio
de una guerra civil y los orcos de fantasía
atacando por las fronteras y desde las
profundidades de la tierra. Y bueno, tuvimos
muchas grandes aventuras.


Pero un día del juego, en medio de la gran sala de
los tesoros, un dragón de bronce de solo tres
metros atacó al personaje de Allan y lo mató.


Y entonces se acabó el juego. Allan nos dijo
—Gracias, me he olvidado de que estaba muerto.
Volvemos a jugar otro día, ¿vale?


…


Temo que nos esperan muchos días aburridos y
tranquilos haciendo la cerca. Mi única esperanza
es que mañana, día de los inocentes, mamá diga que
todo fue una broma. Lo que me recuerda que Heather
no sabe nada del día de los inocentes y va a ser
extremadamente malvado e ingenioso lo que le voy a
hacer. Todavía no se me ha ocurrido nada, pero se
me ocurrirá. Ya lo verás.


Por cierto he vuelto a hacer lo de llorar sin
darme cuenta y también me he meado encima sin
darme cuenta. Me pasó cuando estaba leyendo, solo
con Laika, y por eso me fui directo a la cama, sin
cenar, hasta que Sargento Mamá me sacó a rastras.
Pero ya había conseguido mi objetivo porque me
había puesto la ropa de dormir y nadie se daría
cuenta.


Sé que lo hubieran entendido, pero es que no
quería explicarlo, ni preocuparlos, ni ver sus
caras de pena, ni que me diga mamá que es del
estrés, ni que todos piensen que es por lo del día
de los disparos.


Hubiera sido injusto con Heather.




28 de diciembre


Querida Persona Desconocida, también tocó lo de la
cerca. Y alguien debió contarle a Heather lo del
día de los inocentes porque llenó un saco hasta
arriba con líquenes y algas y solo la parte de
arriba de piedras y cuando intenté moverlo me
empapé todo el cuerpo y se partió de risa. Muy
graciosa. Mi único consuelo es todo lo que ha
tenido que trabajar para hacer esa broma. Lo peor
es que a mí no se me ocurrió nada que fuera
divertido pero no extremadamente malvado.


A ver, podía haberle puesto barro en las
“wellies”, pero esa trastada se me acaba de
ocurrir y es de niño de cinco años. Pero todo lo
que se me ocurrió de verdad es quemarle la ropa. Y
bueno, como broma es horrible. No sé, está cosa
tan aburrida de la cerca me está convirtiendo en
aburrido. Tengo que hacer algo.




29 de diciembre


Querida Persona Desconocida, sí, hoy también hemos
estado Heather y yo con la cerca. Pero ya se
empieza a apreciar su valor. Por la tarde, cuando
se estaba cayendo el sol al mar, me di cuenta de
que las piedras seguían la secuencia de dos
piedras pequeñas, una grande, dos pequeñas, dos
grandes, tres pequeñas y una grande. Y luego esta
secuencia se repetía una y otra vez.


¡No lo hemos hecho a propósito! Cuando se lo conté
a Heather me dijo que debía ser algo mágico y
aunque parece imposible a lo mejor tiene razón.


O a lo mejor nos estamos volviendo locos.




30 de diciembre


Querida Persona Desconocida, Heather me ha contado
que tiene poderes mágicos y que puede decirle al
viento dónde tiene que soplar. Así hizo que el
barco de los orcos llegara a Mahwrpool


Lo que hace es soplar en una cuerda y hacer un
nudo donde ha soplado y entonces el viento sopla
hacia donde ha querido el tiempo qué ha querido,
pero si se deshace el nudo antes pasa un desastre.


Así que lo probamos y el resultado fue que el
viento empezó a soplar hacia donde queríamos. Pero
luego quité el nudo y el viento no cambió hasta
que pasó bastante rato, así que no me lo creo.
Heather se enfadó y dice que tuvo que hacer magia
defensiva para evitar el desastre, pero ya… claro
que sí… seguro…




31 de diciembre


Querida Persona Desconocida, dicen que cuando
llega el fin de año pasa algo mágico y el mundo
cambia o puede cambiar o una cosa así. Pero yo
nunca he creído en la magia del fin de año. Es
solo un día. O quizás es que me gusta verlo así,
como simplemente un día cualquiera y nada más.


Hasta ahora, el momento que estoy escribiendo
esto, no ha pasado nada de especial. Carlos se
cayó mientras mariscaba y se hizo sangre en la
rodilla, como un niño de diez años, pero no es
nada grave. Lo peor es que se le rompió el
pantalón impermeable y aunque se cosa, nunca
quedará igual. Tendremos que buscarle uno nuevo
cuando llegue la primavera.


Por lo demás hemos seguido con la cerca; mamá y
Andrea han seguido pescando y buscando algas y
Laika sigue aburrida conmigo. Ahora solo esperamos
a que mamá diga que son las doce para la fiesta,
pero no sé si aguantaremos, porque la luz de la
chimenea, las velas y el susurro del mar quieren
que me duerma. Y yo también.




1 de enero


Querida Persona Desconocida, el día de hoy fue un
día ordinario y común, tal y como había previsto a
pesar de que nadie me había hecho caso y todos
actúan como si fuera especial, pero no lo es.


Bueno, sí que pasó una cosa diferente, Sargento
Mamá nos dijo que no teníamos que trabajar en la
odiosa cerca. Lo que no sé si es bueno porque ya
solo nos quedaban tres días para terminarla y
ahora nos quedarán cuatro con esta interrupción o
puede que sean todavía más.


Ah, también pasó otra cosa diferente: nos
levantamos tan tarde que ya estaba el sol arriba
del todo, o sea mediodía y antes de que nos
diéramos cuenta el sol se había caído de nuevo al
horizonte. No hemos pescado, no hemos cazado, ni
siquiera hemos avanzado en la “¡piiiip!” cerca.
(aunque eso me guste hoy, lo odiaré mañana). Un
día perdido y todo por la tontería del año nuevo.
Mañana tocará trabajar. Vale, al final el día no
ha sido tan normal.


Fuego lejano
Tras tres velos de llovizna
El sol tiembla






2 de enero


Querida Persona Desconocida, Sargento Mamá, antes
de desayunar, ordenó que tirásemos las últimas
medicinas. Llevaban caducadas el doble de tiempo
que tenían y ya eran peligrosas. A partir de ahora
nos queda la magia y rezar y, si no funciona nada
pues aguantar o morir. Preferiblemente aguantar.


Sargento Mamá se siente vieja. En el desayuno se
puso con que ha pasado un año más, —aunque solo ha
sido un día—, que tiene más canas y más arrugas,
que le dará un cáncer y se morirá y tenemos que
estar preparados porque podría pasar mañana. Como
nos asustó nos quedamos sin poder responder, con
lo que ella todavía se asustó más. Al final nos
riñó porque “no estáis preparados para mi muerte”.
Eso último es verdad…


Después, Heather y yo volvimos a la rutina
horrible de recoger piedras, transportar piedras,
poner piedras, etcétera. Calculo que nos quedan
todavía tres días más para terminar la cerca.
Suponiendo que no me equivoque, que el tiempo no
se ponga muy malo, que no nos interrumpan, todo
eso…


Cuando acabamos de trabajar Heather, Laika y yo
fuimos a pasear por la playa. Tenía un deseo loco:
nadar. Pero cuando ves un baile de copitos de
nieve junto a la orilla se te quitan todas las
ganas, aunque sean muy pocos copitos y, en
realidad, tampoco hiciera tanto frío.


Sonreímos y nos cogimos de la mano, porque sí.
Jugamos a cosas de niños más pequeños, a carreras,
al escondite y a hacer castillos de arena
super-fría y conchas. Pillamos algunas almejas,
hicimos un pequeño fuego y nos las comimos. Nos
quedamos mirando a las nutrias, hasta que el frío
nos mandó que volviéramos a casa.


No me acuerdo en qué orden pasó todo; solo soy muy
feliz.




3 de enero




Querida Persona Desconocida, hoy no tengo ganas de
escribir ni de nada. Solo tengo ganas de cantar la
canción del aburrimiento. Va así:


na, na, na
aburrido…
(silencio de duración igual a “na, na na”)
na, na, na
aburrido…
(silencio de duración igual a “na, na na”)


Y luego lo repites mil veces, con una música
plomiza, cansada, triste y asquerosa; que se
parece a como cuando tienes ganas de vomitar y no
puedes. Sí, seguimos con la cerca. Y me quiero
pegar de cabezazos contra lo que tenemos ya
construido, y contra el suelo.


¡Argh!




4 de enero


Querida Persona Desconocida, después del
aburrimiento de la cerca Sargento Mamá nos llamó a
todos a una reunión muy importante. Voy a llamarla
La Reunión de los Bebés.


Estábamos todos reunidos en la cocina, que es el
lugar favorito de Sargento Mamá para las
reuniones. También Heather, —que no se enteró de
mucho—, y Laika, —que no se enteró de nada. Pues
bien Sargento Mamá soltó un discurso muy largo que
te resumo en cinco puntos:


    1. Si los chicos nos hacemos demasiado amigos
de las chicas acabaremos teniendo amor romántico.
(Verdad).
    2. Si tenemos amor romántico acabaremos
haciendo cosas sexuales. (¡No me juzgues!).
    3. Si hacemos cosas sexuales nacerán bebés.
(Obvio).
    4. Los bebés necesitan madres fuertes y muchos
cuidados que llevan mucho tiempo y si no se
mueren. (Ya).
    5. Y por eso tenemos que tener mucho cuidado
con el amor. (Lo contrario que en los cuentos).


Supongo que todo eso lo dijo por Carlos y Andrea,
porque yo no sé hacer cosas sexuales. Además
todavía soy demasiado joven y Heather también.


¡No! Si he escrito eso de antes… significa…
significa que Heather es mi novia… Lo sabía, como
empezamos enfadados teníamos que terminar novios.
Pero no estoy seguro, no creo que tengamos amor
romántico todavía. Pienso… O no. ¡¡Dudas!!


Sus ojos miran
Una alondra y sus juegos
Llueve en mi nariz




5 de enero


Querida Persona Desconocida, la cerca está casi
terminada, pero como mañana es día de reyes habrá
una nueva interrupción. Me pregunto cuáles serán
nuestros regalos. La cabeza me dice que no pueden
ser nada porque es imposible que mamá haya
escondido nada más en su kayak cuando vinimos a
Mahwrpool. O si es alguna cosa tendrá que ser muy
pequeña.


Me preocupa mucho por mamá porque si no hay nada
estará preocupada de que nosotros nos pongamos
tristes, a pesar de que ya seamos grandes. Pero no
hay nada que pueda hacer, solo prepararme para
consolarla si la cosa sale tan mal como me
imagino. Ya lo hice una vez muy bien, cuando papá
murió, cuando lo mataron, quiero decir. Pero hoy
no quiero recordar eso triste que pasó hace tanto
tiempo. Quiero recordar lo que pasó hoy que fue
más bonito.


Después de lo de la cerca, mamá se llevó a las
chicas, —será por lo de ayer—, y yo me fui con
Laika a cazar carne pequeña. Sacamos dos musarañas
y dos conejos, un gran día, pero lo mejor y
preocupante fue que al final me senté frente al
horizonte del ocaso y Laika se acurrucó conmigo y
yo sentí calor en mi cuerpo. ¿Y por qué es
preocupante? Porque tengo sentimientos parecidos
con Heather… ¿Y si tuviera amor romántico con
Laika?


No, no puede ser. Es tan ridículo que solo te lo
cuento a ti, Querida Persona Desconocida. Será
que, en realidad, no sé lo que se siente en el
amor. ¿Me daré cuenta cuando me pase por primera
vez? Espero que sí.




6 de enero


Querida Persona Desconocida, mi regalo ha sido un
cuaderno nuevo, de los mejores, con tapa dura y
banda elástica. El color negro de las tapas es
elegante y práctico. Las hojas son cuadriculadas,
más fáciles para escribir y el papel es duro,
perfecto para resistir el agua de la lluvia con la
que sin duda se mojará. Me viene muy bien porque a
esta libreta le quedan siete páginas. (Ahora seis
y media).


A Heather le han regalado una muñeca que no sé de
dónde ha conseguido mamá. Mi teoría es que alguna
de las niñas de los científicos que vivían aquí en
“el mundo de ayer” se dejaría una guardada y mamá
la encontró sin decirnos nada. Carlos consiguió
una herramienta multiusos nueva y grande; de esas
que parecen unos alicates pero que salen muchas
herramientas de los mandos. Y Andrea unas botas
naranjas. Que por cierto esta vez pidió que no le
regalaran nada naranja nunca más. Pensé que mamá
se sentiría defraudada pero se alegró. Y los demás
también, aunque sea una locura inocente, lo de
tener todo naranja no deja de ser una locura.


Lo más gracioso fue el regalo de Laika: una
bufanda roja de las de tubo que ya se la hemos
puesto. Ahora seguro que los conejos le tienen
todavía más miedo y está más calentita.




7 de enero


Querida Persona Desconocida, hoy, por fin,
terminamos la “cerca de las palabrotas”; la llamo
así por todas las palabrotas que he inventado
estos días en su honor. Y, al final, Sargento Mamá
solo ha dicho “muy bien”. Lo cual me dejó un poco
entre enfadado y frustrado, para decirlo
suavemente como un niño repelente. Pero, después
del trabajo…


Después del trabajo, tuvimos la primera edición
del campeonato de kayak de Mahwrpool. Son de esas
cosas raras que se le ocurre a mamá cuando se
despierta. Por ejemplo, la de hoy. El momento,
como en las otras veces, justo cuando terminamos
de desayunar. Se pone a mirar por la ventana, se
da la vuelta, y ya estamos temblando, y entonces
dice: —Para celebrar el final de las navidades
vamos a celebrar una competición de kayak.


¿Celebrar el final de la navidad? ¿Alguien hace
eso? ¿Y qué más, celebrar el final de los
cumpleaños? Nadie protestó. Primera razón por la
que hubiera sido inútil: Sargento Mamá tenía el
brillo en los ojos de sus “decisiones militares”.
Segunda porque, en realidad, iba a ser más
divertido que lo que hacemos normalmente.


Participamos Carlos, Andrea y yo. La carrera fue
salir de un extremo de la playa, donde están las
piedras azules, seguir la orilla, llegar al otro
extremo, tocar la arena con la mano y volver a las
rocas azules. Y así pasó todo:


Estábamos junto a los kayaks, con el equipo
completo: “cags”, chalecos, pantalones y botas de
agua, palas en la mano. Mamá mano a mano con
Heather y junto a Laika estaban preparadas para
dar la señal. Alzaron los brazos, mis sentimientos
desaparecieron, los bajaron, ¡esa era la señal!
Rápido, a los kayaks. Sin que me diera cuenta
estaba el primero en el agua. Andrea me siguió un
segundo detrás y Carlos, que se había hecho un
lío, salió después clavando la pala en el agua
como un demonio. (Eso me lo contó Heather, yo solo
estaba acelerando todo lo que podía sin darme
cuenta de nada).


A la mitad de la primera vuelta aún estaba solo.
No me lo creía, aceleré. Dolor en los brazos, en
las piernas, en la boca; —lo último no sé por qué.
Me imaginé que me perseguía un tiburón y seguí.
Llegué al fin de la playa, escoré el kayak y
girando así golpeé la orilla. Carlos y Andrea
pasaban entonces, todavía tenían que dar la
vuelta. Aceleré todo lo que pude. En una carrera
larga no podía ganar, pero si aguantaba lo
suficiente, solo lo suficiente…


A la vuelta los brazos me pedían que parase con
dolor… , no, en realidad no me acuerdo de lo que
pasó. Solo que, justo al final, Carlos me superó
por un centímetro y se tiró a la arena de la
playa, llegando el primero. Así que él fue
primero, después yo y por último Andrea.


Perdí, pero él es mayor que yo, y si llegamos casi
iguales pronto ganaré yo. Esa es mi esperanza;
sobre todo si vuelve a meter la pata al empezar.
¿Pero qué probabilidades hay de eso?


________________


Capítulo 9
Grandes esperanzas, mucho frío








8 de enero


Querida Persona Desconocida, este es el primer día
en todos los que llevamos en Mahwrpool que no ha
llovido en absoluto. Huyeron las nubes y el sol ha
reinado todo el día en medio de un gran azul. Me
siento raro, ¿será así como te sientes cuando
estás seco?


Nos hemos entusiasmado. Solo hablamos del tiempo,
de lo bonito que estaba el mundo y de nuestra
felicidad. Además, hemos dejado de trabajar, como
si viviéramos en “el mundo de ayer” y fueran
vacaciones. Los chicos hemos estado en bañador y
camiseta, las chicas también y hasta mamá se ha
quitado las botas.


Fuimos a la playa así, a pesar del frío, y hasta
nos metimos en el agua. Salimos tiritando, pero
nos dio igual. Hicimos un fuego en la arena, nos
calentábamos y nos volvíamos a meter. Hemos reído,
hemos cantado, hemos pescado abadejos y los hemos
asado en la misma playa. Y hemos hecho grandes
planes para el futuro. Ha sido un día de los más
locos de todos y de los más felices.


Quise que Fantasma Papá estuviera con nosotros,
pero no acudió.




9 de enero


Querida Persona Desconocida, nuestros grandes
planes para el futuro significan quedarnos aquí
para siempre. Lo primero vamos a expandir la
huerta y para eso hemos hecho la cerca. Pero
también vamos a conseguir animales de granja. Para
ello vamos a usar el barco, porque con los kayaks
nunca sería práctico. Este es el plan: tres de
nosotros —me temo que los mayores— se irán en el
barco a la tierra principal, pillarán gallinas y
volverán aquí. Los demás, —creo que seremos
Heather, Laika y yo—, nos quedaremos aquí cuidando
de las cosas. Otro objetivo es conseguir una
pareja de cerdos, o terneros, o corderos y más
animales así. También vamos a pillar personas. No
me refiero a secuestrarlas, claro, sino invitarlas
a vivir con nosotros. Mamá dice que, aunque sea
peligroso, la única posibilidad de ser fuertes es
que seamos muchos y en esta isla pueden vivir
cómodamente cien o  doscientas personas.


Obviamente todo esto significa que habrá que
emprender muchos viajes y espero que me dejen ir
en alguna de las aventuras. Pero, primero habrá
que convencer a Sargento Mamá. Lo que es ahora, me
toca aburrirme quitando malas hierbas. Y encima ha
vuelto a llover.


Ballenas niñas
Surfeando las olas
Quiero ser ellas




10 de enero


Querida Persona Desconocida, han pasado dos cosas
importantes. La primera es que un nuevo barco ha
llegado a Mahwrpool.


Pensaba que era una isla secreta y que nadie sabía
dónde estaba por lo pequeña que es, pero resulta
que no. La segunda es que he ido con Heather a un
sitio especial. Empezaré por la primera:


Lo del barco. Esta vez llegó un barco de vela,
parecido al nuestro y ha anclado en la bahía. Al
principio nos pusimos todos nerviosos como la otra
vez. Así que sacamos las armas, nos pusimos en
posición, etcétera. Pero los del barco mandaron a
una persona sola en un kayak, en uno de esos
kayaks aburridos y lentos en los que te sientas
encima y cualquiera puede manejar. Todos pudimos
ver que venía sin armas, —aunque seguro que los
del barco tienen algunas—, y pudimos hablar. O,
mejor dicho habló Sargento Mamá.


Por lo visto lo único que quieren es comerciar y
buscar su propia isla. Pero no pudimos hacer
grandes negocios porque tienen más o menos los
mismos tipos de cosas que nosotros. Solo cambiamos
unos binoculares por un telescopio pequeño que
hemos instalado en la torre de la abadía. Con él
no solo podemos ver estrellas, sino otros barcos
que se puedan acercar.


Lo del sitio especial. Después del comercio el
barco se fue, a buscar su isla, supongo. Entonces
Heather me dijo que me quería enseñar un sitio
especial. La verdad es que no la creí porque ella
se ha pasado casi todo el tiempo conmigo y me
parecía que ya me conocía toda nuestra isla; pero
aproveché la oportunidad para enseñarle a montar
en kayak. Como la isla es tan salvaje y casi no
hay caminos normalmente es mucho más rápido ir en
kayak que caminando así que no tuve problemas en
convencerla.


Tomamos “prestado” el kayak de Andrea y le enseñé
a montarse y a palear. Esta vez fuimos muy, muy
despacio y refugiándonos tan pronto como el mar se
rizaba lo más mínimo, así que seguro que
hubiéramos ido más rápido andando, pero no me
quería arriesgar a que se cayera al agua. (Se
puede asustar, decir que no le gusta, que el agua
está muy fría, etcétera… )


Pues bueno, al final, resultó que su sitio
especial lo conocía, es una caleta muy pequeña, de
arena, con una roca en el medio que parece una
seta de duende. Yo le dije que no la conocía y
ella se puso tan feliz enseñándome el lugar que
todo se hizo nuevo para mí.


O sea, que su alegría transformó mi mentira en
verdad: ¡magia!




11 de enero


Querida Persona Desconocida, me desperté pensando
que mamá se había muerto. Corrí a su cama y estaba
vacía, me fui a la cocina y no estaba y luego
afuera y allí me la encontré de espaldas, mirando
al mar, con el gorro de lana, el anorak y las
botas, tomándose un té de hierbas calentito, toda
tranquila. (Se me olvidaba:¡también llevaba
pantalones!)
Y yo corrí a abrazarla —¡Mamá!


Casi se le cae el té encima y me miró asustada y
me dijo —¿Qué haces aquí?


—Buscarte.
—¿Pero, te has visto? — Yo estaba descalzo, con mi
ropa vieja de dormir, que es una camiseta fina
decorada con agujeros y un bañador. Llovía con
chispitas de nieve, amanecía aún, pero no sentí
frío hasta justo en ese momento…


Superadas las bromas de mi hermano, de Andrea, de
Heather y de mamá, sobre todo las de mamá, el día
trajo un nuevo proyecto de construcción. A Carlos
se le ocurrió que deberíamos construir una segunda
torre de vigilancia pero Sargento Mamá le dijo que
no, sino que construyera un segundo búnker cerca
de la abadía. Y Carlos se alegró muchísimo, aunque
luego Sargento Mamá le dijo que todavía no, que lo
haríamos cuando tuviéramos sembrado el campo.
Así que al final todos se han dedicado a pescar y
cazar, o sea, lo normal, menos yo, que me he
quedado haciendo surcos. Y no he protestado porque
seguro que mamá está enfadada conmigo, —en versión
burlona—, por lo de mi comportamiento extravagante
de esta mañana.


Muerta la ternura
Si lloro, es que vivo
Si callo, nada




12 de enero


Querida Persona Desconocida, me he puesto enfermo,
otra vez. No de morirme, pero mamá me ha dicho que
me quede en casa hoy, solo. Carlos se ha llevado a
Laika para cazar carne pequeña y los demás se han
ido cada uno a sus cosas. Me he pasado un rato
largo en la ventana, leyendo, escribiendo y viendo
las gotas caer, bebiendo té de sueños. Es solo
agua caliente más lo que quieras imaginar. Me
gusta su sabor, más que a la mayoría de las
personas.


La lluvia cae hermosa. Desde la ventana me susurra
su canción:


Chof, chof
Chof, suuuus, chof
Chof, chof


Yo le pongo música a la lluvia, —¿tú también se la
pones, Querida Persona Desconocida?—, y bailo con
mis dedos hasta que se tropiezan con el frío del
cristal. Entonces miro al brezo y vuelvo a mi
libro.


Te voy a contar un secreto. Mirando al brezo
descubrí un erizo que estaba caminando en elipses,
no en círculos, y sin esconderse. Me pareció raro,
así que salí fuera, desobedeciendo a Sargento Mamá
y a la lógica. La lluvia ya no parecía musical,
sino malvada y me arañaba el calor del cuello y de
las manos. Pero yo seguí hasta que me puse junto
al erizo.


No me hizo nada, no trató de huir. Solo tuve que
agacharme y recogerlo como se recoge un erizo
muerto, por debajo. Temblaba de fiebre. Lo llevé a
casa y lo metí en una cesta. En ella se murió del
todo, junto al fuego, sin protestar, una muerte
“comfy” y calentita. Creo que no le dolió mucho,
pero me dio pena. Será porque no nos lo vamos a
comer.




13 de enero


Querida Persona Desconocida, sigo cansado de los
huesos y con un poco de fiebre, así que mamá me ha
mandado a que siga solo en casa. Supongo que lo
del erizo de ayer no habrá ayudado, pero me parece
que, en realidad, tampoco es culpa mía. Siempre
que me pongo enfermo se me mete el sentimiento de
que es un castigo por algo que hice mal.


Seguramente son cinco días enfermo los que me
quedan. No está tan mal, no duele mucho en
realidad, solo me ha puesto un poco nervioso que
toda mi vida cambie así de rápido. Pero ahora
tengo mucho tiempo para hacer mis cosas favoritas:
pensar, escribir, leer y pasear en silencio
mirando cosas pequeñas como las grietas de las
paredes y los brillos de los cristales. No me hace
falta más. Excepto el kayak


I must go down to the seas again,
To the lonely sea and the sky,
And all I want is a kayak
And the sky can keep its stars…




Que es como la poesía original solo cambiada un
poco. Ahora en Español, lo traduzco.




Debo volver a los mares
Al joven mar y al cielo azul
Y solo deseo un kayak
Y un cielo que guarde la luz…


Bueno, al final no es una traducción. Es que me
puse a jugar con las palabras hasta que sentí lo
mismo que siento en el mar escocés; cuando está
tranquilo y no hay nubes (milagro).




14 de enero


Querida Persona Desconocida, hoy ha sido
apabullante. Han venido todos a la vez y todos me
han querido hablar. Sobre todo Laika, con su forma
perruna de hablar, que es más que los ladridos. Al
principio me ha gustado, pero luego me puse a
toser porque tantas atenciones me pusieron
nervioso. Que no me voy a morir ni nada. Solo es
un poco fiebre, por favor. Y la tos no tiene nada
que ver, por plastas que se pongan.


Después fui a la habitación de Heather y estuvimos
hablando de las cosas importantes, hasta que la
aburrí, me parece. Pero entonces me callé y no se
quejó ni quiso que me fuera y nos quedamos los dos
callados, mientras el sol se acostaba muy
lentamente bajo las olas.




15 de enero


Querida Persona Desconocida, como me imaginaba
este día no ha sido muy diferente del anterior. Lo
peor es que he estado bien por la mañana, pero
desde hace… ¿un rato? Justo cuando volvieron los
demás me he empezado a sentir peor. Ahora están
todos preocupados.




16 de enero


Querida Persona Desconocida, no me encuentro mejor
ni peor que ayer por la tarde. Me temo que estoy
lleno de perezas. Hoy me he pasado la mitad del
tiempo en la cama y Sargento Mamá ha dicho que
mañana Heather se va a quedar conmigo todo el día.


Hoy Fantasma Papá ha venido a verme. Lo vi
tranquilo y feliz, muy cariñoso con su mirada. A
lo mejor es que piensa que vamos a estar juntos de
fantasmas. O, opción b, piensa que así me ayuda a
no tener miedo. La verdad es que no tengo mucho.
Es lo mejor, el miedo no me ayudaría a nada.


¿Mi muerte? No sé. Cierro los ojos. Me acuerdo de
una música: “at the end of times, nothing… ” (al
final de los tiempos, nada), y estoy solo en el
kayak entre las islas innumerables, sin acercarme
a ninguna, sin sentir nada.




17 de enero


Querida Persona Desconocida, Heather no me ha
dejado salir de la cama en todo el día. Dice que
tengo la piel roja y los ojos también. Y la verdad
es que no tengo fuerzas para contradecirla. He
dormido, comido y pensado.


Hay dos abolladuras en el techo de mi habitación;
son montañas y en medio una grieta; es un río. Y
quiero imaginarme aventuras de viajes y risas y
dragones.


Querida suerte,
Trasgos, elfos y duendes,
Bromas de bruma


Me parece que me he vuelto a dormir otra vez.




18 de enero


Querida Persona Desconocida, no me acabo de sentir
mucho mejor y Heather me acaba de decir que no
sabe si me pondré bien, que no es médico. Es un
poco cruel, pero al principio al 90 % de los que
se murieron les dijeron que se iban a poner bien.
Después muchos pensaban que si te decían “te
pondrás bien”, es que te ibas a morir.


Se lo preguntaré a mamá y me dirá que estoy bien y
así me sentiré mejor. Inteligencia, Querida
Persona desconocida, Inteligencia.




19 de enero


Querida Persona Desconocida, hoy mi situación
patológica ha variado tan poco que no debería
escribir. La sintomatología es la misma y Heather
sigue igual de estricta que ayer. Además Sargento
Mamá se ha metido conmigo, dice que enfermo por
que estoy tan flanco. No es mi culpa. Pero no
respondí nada, porque soy un cobarde. Esa es la
verdad.


La única razón que me impulsa a escribir es por no
dejar un día hueco en el diario, porque si así
fuera no sería un diario si no un
“escribo-cuando-quiero-iario”, el caos y el
desastre. Como mi cabeza.




20 de enero


Querida Persona Desconocida, supuestamente hoy
tendría que haberme curado de mi enfermedad, pero
no. Simplemente he decidido jugar a que no estoy
enfermo, algo parecido a lo de jugar a ser feliz.
Heather no se lo ha creído y apenas me deja salir
de la cama.


Y yo le digo —¿Es qué no ves mi sonrisa?


Y ella me responde —Es sonrisa de “huisos”. —Lo
dijo así, en español, si a eso y con acento
escocés se le puede llamar español. No le pregunté
lo que quería decir sino que lo comprobé en el
baño, cuando fui a hacer las necesidades. Parezco
un muerto. Es porque me he quedado más delgado y
cansado. Pero no me voy a morir. Lo sé, porque me
ha dado un beso. (Mi tontería romántica).


He tardado horas en escribir esto, ya ves lo que
hago para ti, Querida Persona Desconocida.






21 de enero


Querida Persona Desconocida, sigo enfermo y es
tremendamente injusto. Ya ha pasado la semana
obligatoria pero la naturaleza no sigue sus
propias reglas: ni me pone peor o me mata, ni me
pone mejor. Solo juega conmigo. Es una sádica.


Heather ya no está conmigo, esta es la única
novedad. Sargento Mamá se está ocupando de mí ella
misma y soy su prisionero. Con ella me es mucho
más difícil abandonar la cama. Pensé que lo
conseguiría cuando tuviera que cocinar o hacer
cosas así, pero me llevó a la cocina y me puso con
manta y colchón. Bueno, al menos ha sido más
entretenido y he podido hablar con ellas de cosas.


Mi capa es mi manta
Mi corona es mi dolor
Miro a mamá
Sus ojos tan felices
¡Soy un príncipe!


Pero Sargento Mamá solo me riñó porque salí del
saco descalzo, etcétera, etcétera. ¡Miles de
etcéteras!




22 de enero


Querida Persona Desconocida, me siento mejor, como
en los primeros días de mi enfermedad, y ya me
dejan salir de la cama. Sobre todo porque ahora es
Carlos quien me “cuida” y no es tan estricto como
mamá; ni siquiera como Heather. Para Carlos esto
debe ser un día de vacaciones, sin trabajar, solo
descansar con el aburrido de su hermano pequeño.


Lo único que no me ha dejado hacer es cantar. Dice
que canto fatal, pero me da igual, me siento feliz
y el cuerpo no me da energías para bailar así que
quiero cantar. Al final me fui a la capilla y
canté del libro de himnos. Fue difícil porque no
entiendo las notas musicales, solo las letras, así
que la música me la tuve que inventar. Supongo que
eso fue lo que no le gustó a Carlos. No sé que
habrá opinado Dios.




23 de enero


Querida Persona Desconocida, por fin estoy curado,
aunque no oficialmente. Todavía me he pasado este
día en la casa, pero mamá me ha prometido que
mañana podré salir y que, si hace bueno, iré en
kayak a revisar las nasas que pusimos entre los
bosques de algas. Pero eso será mañana.


Hoy, lo único que he hecho es soñar sobre
electricidad. Antes teníamos un pequeño
aerogenerador pero lo perdimos hace seis meses
cuando tuvimos que huir de nuestro refugio. Desde
entonces solo tenemos luz con velas y lámparas de
aceite; además de la chimenea, que es mi luz
preferida.


A veces escribo sin luz. No es gran problema. Al
principio me salía horrible, pero he desarrollado
una técnica avanzada: escribo con lápiz y luego,
cuando tengo tiempo, lo borro y vuelvo a escribir
lo que no se entiende, o las partes donde he
malgastado mucho papel. Lo demás lo dejo igual.
Tampoco creo que pase nada porque las líneas estén
un poco torcidas o me falte alguna letra. Mientras
se entienda, está bien, pienso yo.


Bueno, ahora me voy a dormir más temprano que
nunca para que mañana esté bueno y no sufra “las
muertes repetitivas”, que es cuando te pones
enfermo muchas veces de enfermedades pequeñas como
esta y te acabas muriendo por desgaste. Es como si
te dan muchos golpes pequeños, que ninguno es
mortal pero ya no puedes más. Papá decía que
murieron más personas por las muertes repetitivas
que por la gran enfermedad, pero no estoy seguro
de eso.


¡Mañana, kayak!




24 de enero


Querida Persona Desconocida, anuncio oficial del
Reino de Mahwrpool: estoy curado. De hecho mamá me
dejó salir con ella a revisar las nasas, tal como
había dicho. Pero el trabajo se dio regular,
apenas hemos pescado para hacernos un caldo, así
que tuvimos que tirar de las pocas verduras de
invierno y de la despensa.


Le pregunté a mamá sobre el futuro y me dijo que
no podemos arriesgarnos a tener aventuras hasta la
primavera. Para entonces, si no estoy muerto,
tendré trece años y supongo que seré más fuerte.
Carlos dice que cuando cumples los trece te
empiezan a gustar las chicas. A mí ya me gusta
Heather, somos amigos y hablamos de cosas
profundas, aunque si hubiera más chicos o más
chicas a lo mejor ella se buscaba a una chica
especial, o a otro mejor que yo. Sería lo normal.




25 de enero


Querida Persona Desconocida, ayer pensaba que nos
esperan unas semanas muy tranquilas hasta la
primavera. Pero hoy descubrí a Heather llorando de
miedo junto al brezo y me explotó mi mente. No le
pregunté lo típico, “Heather, ¿qué te pasa?”
porque hasta yo sé que cuando estás así ni eres
muy consciente de lo que te pasa, ni quieres
hablar. Así que me senté junto a ella, en el único
sitio medio seco que quedaba.


Hacía sol, con un poco de viento y no se estaba
mal. Laika se había sentado también con Heather,
por el otro lado, y solo se escuchaba la hierba
susurradora entre sus sollozos. Y todo fue así de
apacible un rato, hasta que Heather me dijo, en
inglés, —¿Pero no me vas a decir nada? —Me dijo
eso, más o menos, solo que enfadada, supongo que
debido a su estado de ánimo.


—Hola.
—¿Hola! —Y se puso peor, así, por la cara.
—No estás bien, ¿verdad?
—No.
—¿Me lo quieres contar?
—Es que… por lo de… las aventuras. —Las últimas
dos palabras las dijo en español.
—¿Tienes miedo?
—Sí, siempre tengo miedo, pero ahora… peor.
—Ya… ¿sabes por qué tienes miedo?
—Sí. Tengo miedo de hacer cosas horribles.


Y entonces me di cuenta de que no era el único que
le daba vueltas a la cabeza y tuve el mismo miedo,
solo que más suave. Y la abracé, un poquito, como
un medio abrazo de lado y le dije —No tienes que
hacer cosas horribles si no quieres.


—¿Y vosotros?
—Nosotros no queremos hacer cosas horribles. Ni
siquiera cosas malas. Solo vivir.
—¿Y si tienes que hacer cosas horribles para
vivir?


Y le respondí algunas cosas que no recuerdo porque
me puse a llorar porque me acordé de lo del niño
que matamos. Y cuando creía que era la persona más
horrible del mundo y que Heather me odiaría para
siempre, me besó. (Pero no en los labios, en la
mejilla.)


—La bala no iba para Allan. Lo sé. —Y entonces
ella ya no lloraba; resplandecía como una santa
heroína. Se levantó, me ayudó a levantarme y
corrimos de felicidad bajo la nueva lluvia porque
el agua del cielo limpia todas las tristezas.


(Eso me lo acabo de inventar)


Hay días que son así de raros. Creo que este es de
los mejores días raros de mi vida.




26 de enero


Querida Persona Desconocida, queda un día menos
para las aventuras. Oficialmente la primavera
empieza el veinte de marzo y medio, así que quedan
cinco días de enero, 28 ó 29 días de febrero, —no
sé si toca bisiesto—, y veinte días de marzo, unos
54 ó 55 días. Después de eso mamá tendrá que
cumplir su palabra.


Pero no sé por qué me emociono. Seguro que yo me
quedaré en casa con Heather y Laika, por lo menos
en la primera expedición. Y será incluso más
aburrido o muy peligroso. Digo aburrido porque
tendremos que trabajar más solo para conseguir
comida y conservar el huerto para cuando vuelvan
los demás, —sin nada de aventuras.


Y peligroso, porque si vinieran orcos mientras los
demás están de expedición, solo estaríamos
nosotros dos para defendernos. Así que hoy tomé la
determinación de pedirle a Sargento Mamá que nos
dejara armas, pero ella me contestó con que ya se
verá… , que todavía no se sabe quién va a ir… ,
que solo nos quedan 53 balas después de lo de la
última vez, etcétera.


Por lo demás el día de hoy solo nos trajo un susto
con el fuego. Dejaron la chimenea sin protector,
—y no estoy mirando a Carlos ni nada. Saltaron
chispas cuando no se fue(ron) y cuando Sargento
Mamá volvió se encontró un sillón que empezaba a
arder. Susto, enfado, nos dio la gran charla a
todos, —incluso a Carlos a quien no estoy mirando
ni nada—, pero al final lo que quedó es el alivio
de no perder nuestra casa. Aunque todo va a oler a
Carlos, digo, a humo durante semanas.




27 de enero


Querida Persona Desconocida, Sargento Mamá me ha
dicho que le deje de preguntar por las aventuras,
que estoy siendo demasiado plasta hasta para mí.
Supongo que es verdad, a buena cuenta de que a las
aventuras no voy a ir yo, aunque no sea mi culpa
ser el pequeño. Estoy cansado de este invierno que
no da ninguna emoción.


Mira hoy, no ha pasado nada de particular. Andrea
y yo trabajando en la granja, los demás trabajando
en sus cosas. Lluvia, un poco de nieve, un poco de
viento, una brizna de sol y luego lluvia hasta la
noche. Trabajamos, comimos, limpiamos, leímos y
nada más. Sé que no debería quejarme, otros años
hubiera dicho que es muy bueno que no pase nada, y
en verdad así lo es. Pero es porque otros años se
ha muerto la gente y hemos pasado hambre. Con años
así cualquier cosa te parece bien. Para el futuro
me gustaría diversión y aventuras, inesperadas,
pero buenas, ¿es mucho pedir?




28 de enero


Querida Persona Desconocida, en medio de una
conversación con Heather, así por la cara, Andrea
me ha interrumpido y me ha dicho. —Estás siempre
hablando de “el mundo de ayer”


Y yo contuve mi enfado por causa de la
interrupción y le dije lo que era más obvio que
todo.


—Es que el mundo de hoy es horrible. —Afirmación
que no pudo negar y por eso salió con algo
imaginativo.
—¿Y qué pasa con el mundo de mañana?


Y tuve que cambiar de tema, porque me dejó en
blanco. La verdad es que nunca he pensado mucho en
el mundo de mañana. Es que a lo mejor no hay, o no
importa porque estaré muerto. Pero hace un rato me
puse a imaginar y vi pueblos pequeños, construidos
sobre las ruinas del mundo de ayer. Algunos
vivirían en las casas antiguas reparadas y otros
en casas antiguas recicladas. Las ruinas ya las
habrían limpiado y despejado el terreno para hacer
nuevas o para cultivar. Habría talleres y a lo
mejor haría coches y hasta aviones. Todo se haría
aprovechando lo viejo.


Cada pueblo estaría protegido contra los orcos. Yo
pondría, primero de todo, alambre de espino en
zigzag, detrás una zanja gigante y luego un
terraplén que, —si es posible—, estaría culminado
con una muralla de hormigón. Y luego cada treinta
metros un búnker camuflado para hacer emboscadas,
y otro búnker pintado de rojo para que dé miedo.


Cada pueblo sería un país y habría policía y
soldados y quizás una escuela, a lo mejor médicos,
depende de lo grande que sean. Eso sería el primer
siglo y después volveríamos a aprender a hacer
todas las cosas. Quizás lleguemos a las estrellas.


A lo mejor me paso de optimista, pero es mi
imaginación, y decido que sea así y también
trabajaré para que así sea.


29 de enero


Querida Persona Desconocida, tengo la cabeza
embotada de todo el trabajo que hemos hecho hoy.
Por lo menos yo, los demás no sé, no lo digo en
modo irónico, es que no lo recuerdo con seguridad.
La marea bajó un montón, —en modo bíblico—, de
forma que creó una playa gigantesca, que hasta
fuimos al barco donde vino Heather, andando.


Salimos arrastrando los kayaks para llevarnos de
todo. Lo primero que pudimos pillar del barco son
cosas que no recuerdo y una caja de munición, que
es genial. También whisky y unos polvos que
Sargento Mamá apartó y quemó con furia; debe ser
droga, nadie tuvo la locura de preguntar. (A mamá
nunca se le habla de drogas o le puede dar una
locura de las peores: rabia; ya se lo advertimos a
Heather).


Pero el trabajo principal ha sido mariscar en
todos los sitios que la marea ha despejado.
Resumen: buscar entre la arena húmeda con los
dedos o entre las rocas, según lo que busques.
Pillar almejas, mejillón, o lo que sea, meterlo en
una bolsa, o lo que tengas, y cuando está lleno
vaciarlo en el kayak. Y todo corriendo antes de
que venga la marea. Y al final arrastrar el kayak
a la playa y descargarlo todo.


Y luego no has terminado porque hay que cocinar
todo el marisco rápido para que no se estropee. Y
eso es pillar un montón de agua, la mitad de mar,
y hacer un gran fuego y luego comerlo hasta
reventar.


Que es lo que hemos hecho. A lo mejor por eso
tengo la cabeza como la tengo. Pero me gusta el
dolor que tengo en la barriga. Espero que mi
cuerpo resista.




30 de enero


Querida Persona Desconocida, lo he intentado pero
no he comido nada. Sargento Mamá insistió en que
tenía que comer de lo que sobró ayer o que si no,
no comiera nada. Y he elegido lo segundo, aunque
se enfadara. Lo que es injusto porque solo elegí
una de las opciones que me dio, pero luego decide
que no le gusta y la culpa es mía. (Eso lo hace
muchas veces). Es que mi cuerpo no puede más, me
dan ganas de vomitar y todo.


Bueno, confieso que el párrafo anterior es
mentira. Es lo que me gustaría haber hecho. Haber
sido valiente y todo eso, pero al final le hice
caso a mamá hasta que vomité. Y pensó que lo hice
aposta hasta que Andrea vomitó también. Es que
comimos demasiado ayer y demasiado pesado.


Ahora hay enfados por todas partes. Carlos y
Andrea los más enfadados de todos, porque son
adolescentes, supongo. Hasta se enfadan conmigo,
porque dicen que no me enfado. ¡Locura! Y yo
pienso, ¿acaso es obligatorio enfadarse? Pienso
nada más porque no me atreví a decirlo.


Mamá también está enfadada o algo así. Y Heather
está mitad enfadada mitad perdida, supongo que
pensando que los españoles somos raros o algo,
aunque Carlos y yo solo somos medio españoles en
realidad. Y Laika, bueno, Laika solo está
preocupada de que esté enfermo. Lo sé porque me
mira con los mismos ojos que cuando me cuidaba.
Debo tener un aspecto muy raro.




31 de enero


Querida Persona Desconocida, la mañana fue dura.
Nadie de ellos quería reconocer que se habían
enfadado por nada y hemos desayunado todos juntos,
pero solos, con la compañía cruel de los ruiditos
de los cubiertos contra los platos.


La tarde ha sido mejor y todos hicieron como que
se habían olvidado de todo y volvimos a nuestras
vidas normales, aburridas y no completamente
tristes.


Ras, ras, el cuchillo
Quiero matarlos a todos
¡Clang!, dijo, la cuchara








________________


Capítulo 10
Soñando aventuras








1 de febrero


Querida Persona Desconocida, mamá vino ayer por la
noche, cuando ya había terminado de escribir la
entrada, y nos dijo que Carlos y yo saldríamos de
aventuras. Sí, ya sé que podía haberlo añadido a
la entrada de ayer, pero es que ya había escrito
la fecha de hoy y no quería tacharla. Bueno, lo
que me dijo ayer exactamente, fue que lo había
pensado y que antes de la gran aventura de
primavera haríamos pequeñas aventuras, por las
islas cercanas, siempre que el tiempo fuera bueno.


Preparamos la expedición


Pues bien, amaneció normal para esta época, así
que nos fuimos, Carlos y yo, cada uno en su kayak.
Cargamos suministros de expedición para cuatro
días, aunque la idea es volver antes. Así que
tenemos una tienda de campaña, un saco de dormir
grande para compartir, las esterillas, el hornillo
de ramas, el ferrocerio, la cajita de estopa y una
muda de ropa por si alguien se cae al mar. También
llevamos agua (obvio) y comida que se pueda comer
cruda. Ya sé que llevamos el ferrocerio para hacer
fuego, pero puede haber complicaciones, como que
tengamos que huir y no podamos cocinar, etcétera.


Nuestra misión es de exploración. Primero
comprobar que no hay nadie viviendo allí, como los
del barco de antes. Si hay alguien, observamos sin
hacer nada y volvemos para contar a los demás lo
que pasó. Si no hay nadie exploramos más
profundamente e intentamos, sobre todo, descubrir
gallinas o corderos para traerlos otro día con el
barco. Bueno, pues así es como nos ha ido por
ahora.


Nos vamos


Nos despidieron en la playa. Lanzamos los kayaks
tranquilos, con mar quieta, y enseguida nos
pegamos a la costa, rumbo este, hasta llegar al
canal que nos separa de la isla de Darra. Esta es
la parte más peligrosa del viaje, porque está más
expuesta al viento.


La brisa jugó con nosotros, cambiando a cada rato,
metiéndonos lluvia y frío en el mar, así que
tuvimos que estar ajustando la orza también a cada
momento. Y gastar todas nuestras fuerzas, claro.


La costa de Darra, donde acaba el canal, es de
acantilados del tamaño de dos casas puestas
encima. Así que nos pusimos a seguir la costa
buscando una playa que habíamos visto una vez,
pero en la que nunca habíamos desembarcado. Bueno,
eso era el plan, pero había una cueva y como
podíamos entrar con los kayaks y somos niños,
pues, nos metimos.


Dentro el mar dormía. Todo se oscurecía poco a
poco. Las rocas nos rodeaban según nos
adentrábamos hasta que tuvimos que meter las palas
bajo los elásticos y empujar con las manos. Y
justo cuando parecía que llegábamos al final,
apareció una nueva luz.


La cueva era en realidad un túnel y seguimos
empujando con los brazos hasta que el caudal de
agua se abrió y llegamos a una pequeña playa de
arena de conchas y piedras, donde dejamos nuestras
embarcaciones. Para entonces era ya tarde, así que
exploramos un poco y luego montamos la tienda tan
protegida como pudimos, tanto del viento como de
miradas indiscretas. Carlos se ha quedado fuera a
hacer la primera guardia. Yo haré la segunda,
cuando esté todo completamente oscuro. Mañana a
explorar.




2 de febrero


Querida Persona Desconocida, hace falta valor para
estar aquí. Hemos encontrado huesos de dos
personas, de perros y de ovejas. Nuestra teoría es
que a esta isla vinieron personas, supervivientes
como nosotros, y murieron. Lo primero que pensamos
fue que los mataron porque ninguno está enterrado.
Luego los perros se comerían a las ovejas y al
final morirían de hambre.


Esa es la teoría A), la teoría B) es que los
perros también se comieron a la gente. La teoría
C) es que los humanos se suicidaron y mataron a
los perros. Eso explicaría por qué están todos
juntos y por qué no hemos encontrado signos de
violencia. (aunque eso último también se puede
explicar en que no somos detectives y todas
nuestras teorías podrían ser paparruchas de caca).


Mucha gente se suicidó durante las muertes porque
perdieron la esperanza. Pero no sé cómo pudieron
acabar así los de los huesos. Aquí estaban
seguros. Tenían carne, podían pescar y aunque no
hay ninguna casa podían haber hecho un refugio.
Seguro que tendrían una tienda como la nuestra o
mejor, solo que el viento la habrá destrozado poco
a poco, cuando quedó abandonado.


Lo que no sabemos es cómo llegaron aquí; vamos a
seguir buscando.




3 de febrero


Querida Persona Desconocida, ya sabemos cómo
llegaron aquí los de los huesos. Encontramos un
yate pequeño, de esos de pasar el fin de semana,
encallado junto a un acantilado, hecho una pena. Y
por eso ya tenemos una teoría del suicidio. Los
muertos nunca planearon venir a Darra. Tuvieron un
accidente, la tormenta los llevó aquí y se les
estropeó el barco. Pensaron que en esta isla
remota no lograrían sobrevivir y optaron por
acortar sus sufrimientos. Es una pena, si hubieran
aguantado los hubiéramos conocido y nos hubiéramos
ayudado. Ahora lo único que podemos hacer es
enterrar sus huesos. Solo los de las personas; hay
demasiados para enterrarlos a todos.


Pero después de todo esto también hay una
esperanza y un debate. Hemos visto humo en la isla
Ristol. No está muy lejos, a tres horas de paleo
siguiendo la costa y dice Carlos que deberíamos
ir, que podemos conseguirlo. Yo digo que no,
porque eso no es lo que dijimos a mamá y no me
hace gracia alejarme tanto en invierno. Además
hace tanto frío que los pulgares no se me cierran
del todo bien. Al final dijimos que lo
decidiríamos mañana, después de desayunar.




4 de febrero




Querida Persona Desconocida, ¡lo nunca visto!
¡Indignación! Estaba encendiendo el hornillo de
ramitas para el desayuno y viene Carlos y me dice.


—¿Sabes? Me parece que tienes razón.
—Gracias.
—Vale.


¿Y qué piensas? Que íbamos a volver a casa,
lógico. Así que desayunas muy feliz, o tan feliz
como se puede cuando desayunas caldo de pescado
seco. Luego lo recoges todo muy bien, te montas en
el kayak, ajustas el cubrebañeras y empiezas a
palear. Y durante todo este tiempo, el truhan de
tu hermano, que debe ser primo de Loki, el dios de
los mentirosos, no te dice nada. Y tú todo feliz.
Y entonces, cuando no te das cuenta se pone a
palear hacia el otro lado y te grita.
—Nos vamos a Ristol.
—Pero dijiste que… —Y ahí me interrumpió.
—Eso fue antes del desayuno y no prometía nada.
Dijimos que lo decidiríamos después del desayuno y
ahora es después.


Y le tuve que seguir porque lo último que hay que
hacer es navegar solo en kayak en invierno.


Si mi hermano escribiera este diario te diría que
estuve siendo un perezoso toda la mañana, que iba
a la mitad de mi velocidad normal, que todo era
porque protestaba contra su orden. Y, bueno,
tendría razón, solo que no tendría en cuenta que
tenía una herida en la yema del dedo anular de la
mano izquierda. No una herida horrible, pero está
justo donde agarro la pala y todo eso.


Bueno, pero no llegamos y no fue por mi culpa.
Verás el humo salía de una casa en la isla Ristol
y desde donde estábamos no podíamos llegar sin ser
vistos. (Si es que no nos había visto aun). Había
que tomar una decisión, esta vez sin bromas, y al
final hemos vuelto a Darra. Pasaremos aquí la
noche y mañana, sin bromas, vuelta a casa. Tenemos
grandes noticias que compartir.




5 de febrero


Querida Persona Desconocida, el día ha sido
horrible. Afuera hay una tormenta tan fuerte que
el mar golpea atravesando la cueva. La tienda
resiste muy bien y los kayaks están seguros, pero
solo hemos comido zanahorias crudas porque no
podemos hacer fuego dentro de la tienda. Demasiado
peligroso. Además es bueno porque así mañana
tendremos algo para comer. Hemos juntado los sacos
para darnos calor y solo salimos afuera cuando no
aguantamos el aburrimiento. Decimos que es por
hacer guardia, pero la verdad es que para poder
ser una persona humana y no un gusano. En cuanto
él vuelva, salgo yo.


Más tarde


Ya he vuelto. No he aguantado mucho. Nos
resignamos a ser gusanos. Pero ha sido
espectacular, como vivir dentro de la lluvia, como
en un río que cae del cielo, pero con el ángulo
que le quiere dar el huracán. Esto no es un viento
normal, es todo el universo que te golpea y te
hace creer que eres un gigante, hasta que ya no
puedes más. La naturaleza es poesía, poesía
torturadora y malvada. Muy malvada.


Nos hemos tenido que cambiar de ropa porque no nos
queda nada del cuerpo seco. Hemos llegado a
tiritar juntos, pero ya entramos en calor. Y ahora
me voy a dormir; tengo hambre y no queda nada que
podamos hacer.




6 de febrero


Querida Persona Desconocida, hemos perdido la
tienda y la comida. Los sacos de dormir están
empapados. No nos quedan ganas de ser felices.
Pensábamos que la tormenta se acabaría anoche pero
no, ha seguido y todavía ha pillado más fuerza.


Creo que nuestra tienda era demasiado vieja y en
un momento el viento tiró y se rasgó. Pensamos que
no era para tanto, solo un rasguño pequeño, pero
creció y luego entró la tormenta dentro de la
tienda, naciendo un caos grande y terrible. Nos
entró el pánico, salimos afuera y entonces la
tienda salió volando, junto con la mitad de
nuestras cosas. Bueno, no tanto, porque todavía
tenemos lo que habíamos guardado en nuestros
kayaks.


Pues salimos corriendo y menos mal que ya era de
día. Y entonces Carlos señaló una cruz de piedra y
dijo —Nuestra salvación. —Y yo pensé que estaba
loco pero lo seguí porque es mi hermano mayor y,
además, ¿qué más podía hacer? La tormenta está en
todas partes. Pero junto a la cruz, en la ladera
de una colina, había una grieta casi invisible y
apretándonos dentro llegamos a una cueva. Luego le
pregunté qué como se había enterado y me contó una
historia de miedo, pero que es verdad.


—Papá me contó que en esta isla se refugió un
pueblo entero, que los perseguían porque el hijo
del jefe del clan había cometido un asesinato. Y
se metieron en una cueva muy difícil de encontrar,
pero los encontraron y como los que los perseguían
no podían entrar hicieron un fuego delante y
dejaron que entrara todo el humo y murieron dos
mil personas (seguro que eran menos), hombres
mujeres y niños. Por eso la cruz.


Y aquí es donde vamos a dormir esta noche, en
cuanto apague la vela en la más absoluta
oscuridad.




7 de febrero


Querida Persona Desconocida, el tiempo despejó de
madrugada. Nos costó mucho dormir dentro de la
cueva porque está húmeda y asquerosa y todo eso.
Además de los fantasmas que resultaron un poco
plastas. Más que nada porque son unos gazapitos;
rebosando de miedo por todas partes. Sobre todo a
la luz; se pusieron histéricos cada vez que quería
encender mi vela.


Nada, me desperté por el frío, encendí mi vela y
escucho “¡mor eagal!” que son dos palabras en
Gaélico que juntas significan “gran miedo”. Y
entonces veo junto a mil un mogollón de fantasmas,
hombres, mujeres y niños, y todos muertos de
miedo. (Mejor muertos y aterrados. Son fantasmas y
no pueden estar muertos de miedo porque ya se
murieron. Etcétera. Menuda estupidez obvia y
reiterativa acabo de escribir otra vez).


Se me apagó la vela del sobresalto. Carlos,
entonces, se despierta, me pega un tortazo y se
vuelve a dormir. Y yo vuelvo a encender mi vela y
“mor eagal!” de nuevo. Traté de hablar con ellos,
pero los fantasmas bebés rompieron a llorar; los
adultos se pusieron a amenazarme con sus cuchillos
fantasmales y los adolescentes directamente se
metieron por mis narices. (Y uno por otro sitio,
no te digo cuál). Así que, enfadado, apagué la
vela y fingir dormir. Solo entonces me dejaron en
paz. (Pero Carlos, que se había vuelto a
despertar, me pegó otro tortazo).


Vuelta a casa


La ruta en kayak ha sido una de las mejores
locuras magníficas de toda mi vida. Empezó normal,
sufriendo el frío y el hambre y creímos que eso
era duro. Pero luego vino el deporte. Volvió la
tormenta, no tan terrible como ayer (estaríamos
muertos, claro). El mar se llenó de montañas de
agua y entonces nos pusimos a cantar y a reír
mientras nos movíamos de un lado a otra esquivando
el empuje de las olas. A los dos nos pasa eso
cuando estamos en medio del miedo, en vez de
asustarnos o llorar nos da por reír y cantar.
Quizás por eso estamos vivos. Bueno y porque se
acabó el viento justo antes de que se nos acabaran
las fuerzas. Y lo digo de verdad.


Cuando volvió la calma me quedé dormido en el
kayak y tuvo que venir Carlos a recuperar mi pala
y a despertarme. Ahora me río, después de todo
volvimos a casa y pude dormir.




8 de febrero


Querida Persona Desconocida, Este día me lo pasé
en la cama. Dice mamá que me desperté por la
tarde, desayuné, —lo que no recuerdo—, y me volví
a dormir en la cocina. Y esta es la más concisa y
fiel entrada de todo mi diario.




9 de febrero


Querida Persona Desconocida, cuando fui a contar a
mamá lo que habíamos visto me llevé un gran chasco
porque mi hermano ya se lo había contado. Por lo
visto él sí estuvo despierto ayer y todas nuestras
aventuras son ahora suyas.


Bueno, no importa. Lo que importa es que mamá se
ha quedado muy preocupada. Por eso, —aunque mamá
no haya dicho nada—, me temo que no voy a volver a
salir en mucho tiempo a ninguna expedición. En
realidad Sargento Mamá nos ha felicitado por
nuestro descubrimiento y ha dicho eso de que está
muy orgullosa de nosotros. (Espero que Heather y
Andrea no se pongan celosas). También ha dicho que
tenemos que volver cuando el tiempo sea más
seguro. Pero eso significa la primavera y la
primavera está todavía muy lejos.


En cuanto al día de hoy, mamá nos ha servido dos
papas super-grandes para cada uno, junto con el
pescado. Nos ha costado un poco tragarlas, pero
después nos hemos sentido muy bien. Por lo demás
hemos estado trabajando en la huerta; necesario
para que volvamos a comer papas otra vez.


Laika conmigo
Jugamos en la hierba parda
Heather baila




10 de febrero


Querida Persona Desconocida, ¿te acuerdas que ayer
estaba todo contento y feliz? Pues hoy tengo el
mismo nivel de cansancio y de dolor que de
contento y feliz tenía ayer. Es como si el
esfuerzo de todo lo que pasamos hubiera venido
hoy. Carlos también está planchado pero disimula
haciéndose el fuerte, seguro que sí.


Pero Sargento Mamá no ha tenido piedad ni
consideración con su pobre hijo que tanto la
quiere. Según ella ya descansé lo suficiente y “no
me moriré si recojo algunas nasas”. Y bien, tiene
razón en que no me morí, porque todavía estoy vivo
recogiendo esto pero creo que hubiera sido justo
un poco más de descanso. Ahora que soy un héroe y
sobreviví a la tormenta y todo eso. (Bueno, no soy
un héroe, pero solo quiero unas pocas vacaciones).


En fin, lo único bueno es que tuve la oportunidad
de ir en kayak con Heather y, además, pudimos
recoger un montón de pescado, gran parte del cual
reposa felizmente en mi barriga. Es cruel para el
pez pero feliz para mi barriga.




11 de febrero


Querida Persona Desconocida, casi nunca hablo de
las limpiezas porque son cosas fáciles e insulsas
que llevan mucho menos tiempo y esfuerzo que
cultivar. Además son menos importantes para
sobrevivir. En otras palabras: prefiero estar
sucio a estar enfermo o hambriento.


Pero hoy, cuando estaba doblando la ropa, me
descubrí meditando en una llama que vi a través de
un agujero en mi camisa. Ya sabes que a veces se
me va la cabeza así, y no soy consciente de ello.
Pero entonces me fijé en lo que debería haberme
fijado: el agujero y me entró la preocupación por
la ropa. Todo lo que tenemos está viejo y
descolorido y con remiendos y parches. Sí, claro
que podemos ir a cualquier sitio abandonado a por
más, pero lo cierto es que cada vez queda menos
ropas que saquear. Lo que no se han comido los
bichos, se ha quemado, lo han pillado otros
supervivientes o lo han roto los animales. En dos
años, —según mi parecer—, no quedará nada que
buitrear.


Buitrear, nuevo significado. Añado este nuevo
significado a la palabra buitrear. Apropiarse de
alguna cosa abandonada, como si fueras un buitre.


Cuando terminé de tender fui a comentárselo a mi
madre y lo único que me respondió fue:


—Pues tendremos que aprender a coser. Y yo le dije
—Vale, pero ¿y la tela? —Aprenderemos a hacerla
también.
—¿Pero con qué? Si casi no podemos hacer comida
para todos, ¿cómo nos va a dar tiempo de hacer la
ropa?


Y entonces vino mi hermano y se puso de parte de
mi madre. —Aprenderemos cuando haga falta, —y
añadió la frase que tanto odio—, “deja de dar
tantas vueltas a la cabeza”. Son iguales, nunca
piensan en las cosas a largo plazo, como yo. Estoy
solo.




12 de febrero


Querida Persona Desconocida, la vida ha vuelto a
su ritmo normal y me gustaría poder decirte solo
eso. Pero han pasado cosas curiosas. Lo primero y
más o menos normal es que ya estamos preparando la
siguiente expedición que haremos tan pronto el
tiempo mejore.


Lo segundo es que mamá ha estado haciendo una cosa
muy extraña. No lo he dicho hasta ahora porque la
primera vez no le di importancia y en la segunda
estaba tan cansado que pensé que era un sueño.
Pero hoy también Heather lo ha visto y ya nos
preocupa.


Resulta que, —cuando piensa que no la está viendo
nadie— mamá se pone a bailar. Así, sola, sin
música. No puede ser una locura de ella porque si
lo fuera le pasaría también delante de nosotros. Y
por eso me parece más extraño todavía.


Mientras la espiaba, agazapado junto a Heather y
Laika, me parecía soñar. Según Heather, Sargento
Mamá baila muy bien y no debo preocuparme, que
“seguro que juega a la música dentro de su
cabeza”.


Laika y yo nos miramos con la misma cara de bobos,
sin entender nada. Pero Laika lo tiene mejor,
porque no se preocupa. A ella le da igual lo que
hagas si eres feliz.




13 de febrero


Querida Persona Desconocida, anoche “pesadilleé”
que mi familia me mataba. Me ataban y me iban a
acuchillar y entonces me desperté pegando
alaridos. Fue horrible, no me acuerdo de haber
pasado tanto miedo nunca, —ni despierto ni
dormido—, ni siquiera cuando he estado en trance
de morir de verdad. Lo que me daba más miedo era
quién me iba a matar.


Y claro, cuando vinieron todos a ver qué me
pasaba, tuve que mentir, lo que me ha hecho sentir
todavía peor. Eso y que me meé encima y que luego
tuve que ir a arrojar. Ahora todos piensan que
estoy enfermo, y yo tengo que decirles que no, que
todo está bien. Aunque puede que no, en mi cabeza.


…




En cuanto al día de hoy ha hecho mucho frío. Mamá
nos dijo que solo saliéramos sí queríamos; que
podíamos aprovechar para trabajar en casa. Y eso
es lo que han hecho casi todos, menos yo. Al
mediodía fui a por mi kayak y me puse a comprobar
las nasas; el resultado han sido dos cangrejos de
los más grandes, que me han convertido en casi un
medio-héroe. Todos me han felicitado.


Pero yo solo quería estar solo, con mis
pensamientos y la paz del mar…




14 de febrero


Querida Persona Desconocida, si escucharas a
Andrea pensarías que se ha quedado embarazada.
Solo habla de tener niños a montones. Dice cosas
como “para que la vida continúe y en el mundo
vuelvan a florecer las flores”. Lo que es poético
y redundante por dos razones. Primero, en el mundo
las flores nunca han dejado de florecer. Y
segundo, solo existen las flores que han
florecido. Más bien habría que decir que son las
plantas las que florecen, no las flores. Me
disgusta que la gente sea imprecisa.


Carlos también está preocupado por tener niños.
Debe ser que no le gusta la idea de que haya más
niños. Que cuando seamos viejos nos muramos y se
acabe el mundo y ya están. Fin. Que si no nacen no
tendrán nunca dolor, ni hambre ni nada.


Además está todo el rato pinchándose la mano con
lo primero que pilla, como si le pasara algo malo.


Sargento Mamá, —por alguna razón que solo ella
sabrá—, está más enfadada que preocupada por la
actitud de Andrea. La prueba es que se la llevó a
“hablar” las dos solas con la excusa pelusa de que
iban a revisar el búnker. Pero seguro que es para
darle la charla que empieza con “pero cuántas
veces tengo que decir qué”.


Y Heather, es la más enigmática, solo sonríe, como
si supiera un secreto que yo no sé. Solo Laika me
entiende.




15 de febrero


Querida Persona Desconocida, hoy Sargento Mamá nos
llamó uno por uno a hablar con ella. ¿Te imaginas
lo azorado que estaba? ¿Qué habría hecho? Y si te
piensas que voy a decir que al final no fue para
tanto o que me echó la bronca por algo que hice o
una charla sobre cosas sexuales, te estás
equivocando. Si piensas que… bueno, sea lo que sea
que se te pueda haber ocurrido es probable que he
equivoques, porque el contenido de la reunión con
mamá fue muy original. Lee.


Pues empezó con los saludos innecesarios y las
palabras protocolarias. Esa charla tonta que la
gente hace cuando quiere decir algo importante.
¿Será para añadir suspense? Y cuando estábamos así
hablando de nada va mamá y me dice —Guille, tú…
¿quieres ser un héroe?


Así, a lo bestia. Y yo casi me tragué los labios
de la impresión. A ver, mamá, nunca, pero nunca,
nunca habla así, ni te pide que hagas cosas
peligrosas. Y no tenía ni idea de qué responder
así que me quedé callado de bobo que soy.


Y entonces siguió. —Es bueno que lo pienses porque
la respuesta significará a dónde irá tu vida.


¡Estaba hablando de las aventuras! ¡Tenía que ser
eso! Y entonces dije sí con la cabeza, de forma
tan enérgica que no tendría que haber tenido
dudas, pero mamá me las hizo decir. (Me sentí raro
como que me había escapado de un cuento). —Sí,
quiero ser un héroe.


Y me dijo —Muy bien, estarás lleno de emociones a
partir de ahora.


—¿Y cuál será mi misión?


—Dios dirá. —Tenía una expresión en la cara muy
difícil de interpretar, que no sé si se alegraba o
entristecía o qué locura le pasaba por su cabeza.




16 de febrero


Querida Persona Desconocida, si lo de ayer fue
real hoy debería ser un héroe. Así que soy un
héroe de la vida normal y corriente. Pescar,
limpiar la abadía, ahumar pescado, salir a jugar
con Laika y Heather; esas cosas.


Eso sí, hay algo nuevo, nadie lo dice muy alto…
pero todos estamos inquietos con lo de mamá ayer.
Quizás por eso tengo excusa para ser cruel con los
bichos.


Corre a la presa
La araña no encuentra
Mis dedos burlones


No, en realidad no. Así que no le hice nada a la
araña; ni siquiera le rompí la tela. (aunque a las
polillas no les parecería cruel, eso seguro).


17 de febrero


Querida Persona Desconocida, ha vuelto el buen
tiempo y Sargento Mamá ha dicho que deberíamos
volver a intentar la misión mañana. Esto no ha
hecho mucha gracia a Carlos. Se ha puesto a
quejarse, que si lo pasamos muy mal la otra vez,
que si casi morimos, etcétera. Un exagerado. Yo sí
que quería, por supuesto, que soy un héroe y, por
lo menos en público, debo mostrarme alegre,
dispuesto, valiente y generoso. Pero claro,
tampoco puedo ir solo, eso sería malo para la
misión.


Pero las reticencias de Carlos nos complica la
vida. Heather apenas sabe manejar un kayak
todavía. Andrea va a hacer lo que diga Carlos y
mamá hace falta aquí. Pero me entró el “ardor
guerrero” que no sabía que tenía y me presenté
voluntario.


—Mamá, mañana iré yo solo.


Pero eso solo enfadó más a Carlos que se marchó
rugiendo como un oso. Hasta hacía ruido con sus
pisadas a posta para parecer más enfadado. No se
le pasó hasta la hora de cenar. Bueno, veremos
mañana.




18 de febrero


Querida Persona Desconocida, el tiempo ha vuelto a
empeorar. No feroz, como Carlos ayer, pero con
tanto viento y lluvia que apenas hemos salido de
casa. De lo de ir de aventura en kayak ni te
cuento. Pero la discusión ha seguido en silencio,
casi a gruñidos, entre mamá y Carlos.


Laika está inquieta. Heather asustada y yo no voy
a dormir esta noche. Lo sé porque me está latiendo
el borde de la mano izquierda. Y cuando me pasa
eso luego duermo muy mal. Luego está Andrea que no
me habla porque dice que estoy en contra de
Carlos. Y Carlos solo se comunica conmigo dando
portazos a las puertas.


Ahora acaba de dar uno en mi habitación. Voy a
cerrarla con el fechillo y hacer como que soy
tonto. Mamá está gritando. Puede que me ponga a
llorar.


…


Heather me ha pedido que la acompañe a pasear esta
noche. Lo ha pedido por mí, ella no lo necesita en
realidad. Pero sabe que, para mí, la tormenta es
mejor que los enfados. (No me dan locuras, solo
enfermedades).




19 de febrero


Querida Persona Desconocida, el tiempo nos ha dado
una “trregua”… ¿se escribía así? No, tregua. Es
que no he dormido… Podía haberlo borrado, supongo
pero, de nuevo, es que no he dormido. Estoy un
poco tonto.


Mamá está mejor. Carlos también. Nadie se ha
pedido perdón, pero lo dejan estar. Como hemos
podido salir y trabajar se les han bajado los
humos. Además, todavía no hace un tiempo lo
bastante bueno como para salir.


Heather se quedó conmigo por la noche, como
dijimos. Nos fuimos al refugio, a escondernos, y
al final nos quedamos sentados juntos. Pusimos el
hornillo y nos hicimos una sopa de las sagradas
raciones intocables. Y al final, sin querer, los
dedos se nos entrelazaron sobre la mesa.


Y me quedé dormido. Y lloré, y me meé encima. Pero
cuando me desperté y me di cuenta de lo que había
pasado Heather estaba a mi lado y me besó. Y ahora
no sé si somos novios, pero siento amor.




20 de febrero


Querida Persona Desconocida, lo de ayer lo escribí
hoy. Se supone que ya no iba a decir cuando
escribo las cosas, pero creo que es necesario para
que todo quede más claro.


Bueno lo de que dije que siento amor es verdad.
Aunque me preocupa que, a lo mejor, lo que yo
pienso que es amor en realidad no lo seas, porque
no tengo experiencia. Triste y feliz he estado
muchas veces desde chico. Pero amor, del estilo de
amor a una chica, no. Tampoco he tenido muchas
oportunidades, porque Andrea está con Carlos, eso
seguro.


Por lo demás todo bien.


¡Ah!, He llevado a Laika en el kayak y a Heather
en el de Andrea, para que siga aprendiendo.
Después nos abrazamos con los chalecos puestos
porque lo había hecho muy bien. Somos felices,
somos de colores. Y me da igual decir estas
tonterías.




21 de febrero


Querida Persona Desconocida, el tiempo sigue
“invernalmente” horrible, pero esta vez no ha
habido peleas. Tampoco felicidad. Carlos vino a
hablarme y hemos tenido una conversación de lo más
rara. Te ahorraré las cosas que dijo antes de lo
importante.


—Mamá está loca.
—No, es que estás “adolescentando”. Es una palabra
que me he inventado y adivinarás lo que significa.
—Hablo en serio.
—Yo también.
—Déjame decirte por qué.
—Todos hacemos cosas raras. Es el estrés.
—¿A ti no te hizo la pregunta del héroe? —Sí.
—¿Y qué respondiste?
—Que sí.
—Te equivocaste.
—¿Por qué?
—Porque nos quiere… nos quiere matar, ¿vale?
—Estás loco, loco del todo o “adolescentando” al
infinito.
—La misión es para que muramos.
—¡Anda! (Si dijera palabrotas las habría dicho).
—Es lo que pienso.
—Lo que pasa es que tienes miedo porque eres un
cobarde. —Y mientras decía eso pensé que me iba a
pegar un tortazo, o ponerse a gritar o dar un
portazo o esas cosas emocionales suyas. Pero lo
que hizo fue peor. Me pidió que pensara, con una
voz muy tranquila.


Desde entonces mis razonamientos me confirman que
mi hermano está como una cabra. ¿Matarnos? Pero si
se ha pasado toda su vida haciendo que
sobrevivamos. ¿Matarnos? Pero con ponernos
medicinas caducadas en la comida lo podría hacer
más fácil. Está chiflado, tiene que estarlo, su
cabeza hace más ruido que las nueces. Pero mis
emociones no las puedo controlar y ahora tengo el
peor miedo de mi vida creciendo bajo mi piel. Como
en el sueño que me mataban, solo que real…




22 de febrero


Querida Persona Desconocida, el sol se ha
levantado resplandeciendo. Casi no ha llovido y el
viento no ha alcanzado ni a mecer la
hierba-abanico. En resumen es un día perfecto para
ir en kayak y hacer lo que te dé la gana en el
mar. Pero Carlos, como está con su paranoia, no
quiere ir. Sargento Mamá me aconseja no ir solo;
suena raro si me quiere matar, ¿verdad? Así que
hemos perdido el tiempo con otro día normal y
corriente de trabajo y supervivencia.




23 de febrero


Querida Persona Desconocida, estuve pensando en
salir yo solo en el kayak y cumplir la misión. No
lo he hecho por lo trabajoso que sería cargar
todas las cosas que necesito sin que nadie se
diera cuenta. Además de que el tiempo no amaneció
perfecto. Pero esa es una razón secundaria. Si
hubiera encontrado una forma de cargarlo en
silencio… Pero no debe saberlo nadie, ¡nadie!


Me he puesto un poco dramático, lo siento. Es que
me emociono con la frustración de no poder ir y no
poder resolver las cosas por mí mismo. Y también
de no atreverme.


A lo mejor has adivinado que he estado de mal
humor todo el día; ni siquiera Heather ha sido mi
isla de paz.




24 de febrero


Querida Persona Desconocida, toda la idea de la
misión se está abandonando. Mamá ni siquiera habla
ya de ello y Carlos tiene esa sonrisita tonta que
se le pone cuando gana a cualquier cosa. Ahora lo
que temo es que le quite el puesto de mando a
Sargento Mamá y decida que él es el mejor y tiene
que mandar. Si eso pasa entonces sí que me voy.
¡Muy lejos!


Nuestro día, el de Heather y yo, ha sido mejor. Es
que ya no estoy enfadado, solo triste y Heather
sabe cómo hacerme feliz con su mirada. Y su forma
de sonreír y de cantar, porque canta cuando está
conmigo. Y entonces jugamos a que es verano sobre
la arena. Y no pienso que nuestra arena es polvo
de conchas muertas, ni que hace frío, sino que,
como dice la canción: “the sky above is caribbean
blue… ”


Sobre las grises
Azul océano de paz
Alzo el vuelo






25 de febrero


Querida Persona Desconocida, lo que me ha hecho
feliz hoy es que Heather me ha dicho que quiere
hacer la misión conmigo ahora que Carlos no
quiere. No está entrenada todavía, pero nuestro
plan es salir en tres o cuatro días; salvo que
haga muy mal tiempo. El plan es perfecto porque
vamos a aprovechar para ir cargando los kayaks con
las cosas que necesitamos. Tenemos excusa perfecta
porque parte de las habilidades del kayak es saber
como cargarlo y descargarlo.


Ya empezamos el entrenamiento y lo ha hecho
bastante bien.


Hasta Sargento Mamá lo ha dicho.


Por supuesto le hemos ocultado nuestro plan. No
nos sentimos muy mal; después de todo cuando pase
seguro que no le importa una pequeña mentira como
la nuestra.




26 de febrero


Querida Persona Desconocida, nadie sospecha nada
de nuestro plan secreto. En cuanto a nosotros dos,
hemos perdido el interés por todas las cosas. Lo
único que nos preocupa es entrenar. Hoy no hemos
avanzado mucho con el entrenamiento, pero tengo
esperanzas, cuando aprendes algo siempre hay
periodos más lentos en los que no te sala nada
bien y solo quieres dejarlo. Pero es solo que tu
cerebro está haciendo los ajustes. Después de eso
te sale tan bien que parece magia.




27 de febrero


Querida Persona Desconocida, le he dicho a Heather
que no vamos a hacer lo de la misión y me ha
gritado. Me he estado engañando hasta cuando
escribo el diario. En realidad no tengo ningún
entusiasmo. En realidad no creo que Heather pueda
hacerlo conmigo, ni yo tampoco. No soy un héroe,
¿vale?


Me pongo idiota


En realidad solo quiero morirme, desaparecer, ser
nada y que nadie se acuerde nunca siquiera de que
existí. Eso sería lo mejor porque así nadie
sufriría. Aunque puede que tampoco sufrieran
aunque me recordaran; han muerto tantos que no
importa que muera yo también.


En fin, que le he dicho que no lo haríamos y me ha
gritado. Y yo no he dicho nada, pero es que no me
atrevo a hacerlo sin Carlos. Bueno, es más
complicado todavía. Siento ser tan complicado.


En verdad es que si Carlos me diera su aprobación
lo intentaría, pero si dice que no, creo que no
puedo. No porque me pillara o se lo dijera a mamá
o cualquier cosa. Tampoco que tenga miedo de que
pase algo malo. Es que no puedo engañarle tanto.
Miles de veces me salvó la vida.


Carlos se pone histérico


Bueno, pues sí que nos vamos. Pasó cuando estaba
escribiendo lo anterior que Heather se lo dijo
todo a mamá, a gritos, para que se enterara
Carlos. Y Carlos se puso en plan histérico y a
decirme que no iba a ir. Y luego le insultó a
mamá, lo peor. Así que me voy de aventuras. Y si
él es un gallina, pues que ponga huevos.


Vale, no hace gracia, pero tampoco intentaba hacer
gracia.




28 de febrero


Querida Persona Desconocida, nos despertamos de
noche, nos despedimos de todo, pillamos las armas,
las últimas cosas y besamos nuestros kayaks.
Esperamos a que el sol acabara de salir del mar y
justo en ese momento sonreí a Heather. Ella empezó
a cantar y nuestros kayaks se deslizaron sobre el
mar. Nunca me canso de la canción de las olas.


Poco a poco el sol calentó nuestros kayaks. Y
ahora es cuando dejó de ser poético. Porque el
calor venía de dentro del kayak, bajo los
cubrebañeras, pero por arriba cada vez que nos
daba el viento en la cara, sobre todo si se había
mojado, nos helaba del todo.


Y todo sin nubes, el cielo azul y un viento
horrible. De que te dan ganas de caerte y que todo
acabe, y de que después no te acuerdes de nada. No
sé lo que pasó, de verdad, solo que al final los
dos habíamos sobrevivido. Después el viento
amainó, y se nos puso a popa, empujándonos
suavemente hasta la isla de Darra y su cueva.


Ya hemos montado la tienda. (Obviamente no es la
misma que la que se rompió la otra vez). Y hemos
preparado todo para la noche. Hemos comido, hemos
dejado el fuego y no hemos hecho nada más. Así
estamos de cansados. Pero mañana, si todo va bien,
llegaremos a la isla Ristol y trataremos de
cumplir nuestra misión.


Deséanos suerte, la humanidad depende de nosotros.
(Puede que sea verdad).




Capítulo 11
Misión de exploración








29 de febrero


Querida Persona Desconocida, el cielo amaneció
cubierto de nubes. (¿Por qué la gente dice que el
cielo está “cubierto de nubes” si las nubes están
debajo del cielo y no encima? Empiezo de nuevo.)
El cielo amaneció sobre un techo de nubes grises y
espesas, que apenas se movían; un tiempo perfecto.


Recogimos todo, partimos a Ristol y nada nos pasó.
En seguida volvimos a ver la columna de humo y el
corazón se nos aceleró —por lo menos el mío—, y
nos detuvimos. ¿Qué hacer? ¿Íbamos directos y ya
está? No teníamos ningún plan pero me pareció
estúpido ir sin saber qué encontraríamos. Así que
giramos para entrar por la otra parte de la isla.
Costó entonces un poco, el mar se rizó, el viento
se nos puso en contra y cuando llegamos a la
altura de la costa ya nos dolían los huesos. Nos
asustamos, porque solo se veían acantilados hasta
que, justo delante, apareció una playa de rocas.


Desembarcamos, dejamos todo en los kayaks, menos
lo esencial: el agua y las armas y subimos la
primera “monadh” que vimos. (“Monadh” significa
montaña en gaélico escocés, pero un tipo especial
que se te hunden los pies en el páramo. Creo que
en España no existen.)


Pasamos bajo la lluvia sobre matorrales, muy
despacio, ocultándonos, sin esquivar las camas de
líquenes, por mucho que nos empaparan hasta que
rodeamos la “Monadh”. Y entonces no supimos qué
sentíamos. ¡Gente! Como dos familias, una casa
grande, un cobertizo viejo y granja con tierras,
corderos y gallinas. No me acuerdo muy bien de lo
que hicimos, supongo que intentar escondernos,
pero no lo hicimos muy bien, así embobados. Un
niño nos vio, nos señaló. Todos corrieron a la
casa y volvieron con armas en las manos.


Heather lo estaba pasando muy mal, pensando que
era lo mismo que la batalla de la otra vez. La
única diferencia es que nosotros teníamos mejor
cobertura tumbados en el suelo de la colina
pantanosa. Pero ni con eso ganaríamos, ni
queríamos ganar. Así que lo dije. (Por si acaso,
todo en inglés, claro).


—No queremos matar a nadie. Solo somos niños.


Se hizo un silencio. Uno de ellos, el más viejo,
el que debían gustarle las tonterías porque iba
vestido de verdadero escocés de tienda de
turistas, nos gritó. —Fuera de aquí. (Omito
palabrotas típicas de Edimburgo, etcétera).


—No podemos vivir solos. Nadie puede. —Lo que
quería decir es que debíamos unirnos contra los
orcos y para avanzar en la vida y esas cosas
bonitas. Pero a ellos les pareció que quería decir
que éramos huérfanos solitarios. (A lo mejor es
que llevaba mucho tiempo sin hablar en inglés con
nadie, salvo Heather y me lié un poco).


Y después de eso les entró la pena y nos invitaron
a su casa. Fuimos, claro, y cenamos y ahora hemos
podido explicar las cosas un poco mejor. Heather
está muy nerviosa, dice que nos pueden matar esta
noche. Ya, y cosas peores, pero ya podían haberlo
hecho.


Bueno, si encuentras que este diario termina aquí
con manchas de sangre, ya sabes qué pasó. (Es
broma, espero… )


Vida de risas
Los niños nos reímos
Saltó un ganso


(En realidad era un “razorbill”, pero como no
tengo ni idea de cómo se dice en español puse
ganso)


Nota: He decidido que este año febrero sea
bisiesto. No es justo para febrero ser tan
pequeño. Lo menos que puedo hacer es regalarle un
día y si me equivoco, pues mala suerte.


1 de marzo


Querida Persona Desconocida, fue una buena noche.
Compartimos la habitación de los niños. La luz del
sol, en un cielo “Caribbean Blue” nos despertó a
todos, poco a poco, haciéndonos cosquillas. (Esto
en modo figurado). Y después de un desperezamiento
muy largo fuimos a desayunar; “porridge” para
todos, con sonrisas. Y es que tienen un campo de
avena.


Hay días que sería bonito morir. Sería bonito que
la humanidad muriera así, una mañana como esta,
todos felices y en paz. Como nada dura para
siempre lo mejor sería tener un fin bonito.


Pero debemos irnos. Queríamos que fuera hoy, pero
nos lo han pedido y lo haremos mañana. Así que nos
queda una nueva noche y quizás un nuevo despertar
igual de bonito. Hoy hemos trabajado con ellos,
sacando algas para fertilizar el suelo; lo mismo
quizás que hubiéramos hecho en casa. Ahora nos
espera una noche de chimenea y canciones. “Happy
days!”




2 de marzo


Querida Persona Desconocida, quisimos alargar
nuestra visita todo el tiempo del mundo, pero a
mediodía tuvimos que ir a por nuestros kayaks y
partir de vuelta. Nuestro despertar hoy fue
incluso más lento que el de ayer, aunque con la
sombra de que teníamos que marchar.


El desayuno más bien triste y el resto de las
horas como cuidar a un niño que se va a morir.
(Bueno, no tan exagerado, pero si triste y
luchando contra los pensamientos de nuestra mente
que nos recordaba a cada momento que teníamos que
marchar.


La despedida fue la alegre promesa de que nos
volveríamos a ver. El viaje de vuelta a la isla
Ristol fue también agradable, buen tiempo y paleo
corto, sin problemas, casi aburrido porque con
Heather no puedo ir muy rápido. Pero fue
fantástico, lo mismo que el resto del día, ya que
en mi boca hay algo diferente. Esperanza,
esperanza, esperanza, lo digo (muy bajito) todo el
rato. Lo que siento se llama una esperanza enorme.
Hay más gente, y es gente buena. Me puedo morir
feliz por eso (aunque sea irónico). Heather ya
duerme en el saco, feliz como una lombriz.


Informe de Misión


Bueno, como nuestra tienda está preparada y tengo
tiempo, voy a hacer un informe de nuestra misión,
para no olvidarnos de nada cuando se lo contemos a
lo demás.


Infraestructura Maravillosa: Tienen una casa en
perfecto estado, con habitaciones y cristales en
la mayoría de las ventanas. Chimenea y seis
estufas. Dos plantas. Depósito de agua propio,
conectado a agua corriente, aunque demasiado fría.


Almacenaje: También hay un cobertizo viejo en el
que no hemos entrado. Pero por lo que pudimos ver
los tienen dividido por la mitad. En la cara este,
—que debe ser la más fría—, guardan herramientas y
otras cosas; en la mitad oeste tienen un refugio
para que los corderos se metan de noche.


Otros: Junto al cobertizo hay un gallinero con
cuarenta aves de todas las edades. Lo que
significa que tienen huevos todos los días. Mi
sueño.


Lo que no vimos. Obligatoriamente tienen que tener
un almacén de comida y semillas y algún medio de
transporte para salir de la isla, pero no nos dio
tiempo de ver ninguno y no nos lo quisieron
enseñar, lógico.


Gente: Son catorce personas, divididas en tres
“familias”. (En el diario escribí cuatro pero eso
fue un error de primera impresión).


Familia Robertson: Es una familia natural, o sea
que eran todos familia antes de “las muertes”.
¡Menuda suerte que estén todos vivos! Un niño:
Octi (9 años). Tres adultos: la madre, el padre y
una abuela. Octi seguramente es el niño más
afortunado del mundo, aunque Heather diga que es
más feo que el conde del infierno. Yo no sería tan
exagerado.


“Familia” Sax: Son seis y no es un apellido. Sax
es como los escoceses dicen seis. Gracioso. Bueno
pues hay dos niños y tres niñas: Rob (15), Brian
(10), Ros (5), Colina (13) y Nessie (14). También
está un señor mayor o viejo, lo menos cincuenta
años, Mungo.


Su historia es que Rob y Brian que eran hermanos
se encontraron a Ros en las ruinas de Glasgow, que
apenas hablaba. Y se pillaron una barca de motor
que todavía tenía combustible y se fueron a Oban.
Y allí encontraron a Mungo que había adoptado a
los otras dos niñas. Y luego se fueron como
nosotros al norte, cada vez más, huyendo de los
orcos.


“Familia” Fower: Fower es como los ingleses dicen
que los escoceses decimos cuatro. Es mentira, no
lo pillan bien, para nada. En fin son dos adultos,
una persona mayor y un niño.


El niño se llama Brianbrian y tiene ocho años,
repite todas las cosas y tiene la piel como un
terremoto que parece le tiembla todo el cuerpo.
Pero a él le da igual, está acostumbrado. Puede
que sea consecuencias del estrés. No lo sé. Los
adultos no tenían casa antes de “las muertes”. Es
lo que dicen, pero me parece difícil de creer.
Vivían en “sitios” como escondidos en el sótano de
un colegio con las tuberías de agua caliente, y
otras cosas de sus historias increíbles. Pero sin
contar sus mentiras, que tendrán sus razones para
no confiar en mí, parecen buena gente.


Su historia de cómo llegaron a la isla es más
sencilla y probablemente verdadera. Eran
supervivientes y se encontraron a Brianbrian
cantando “An Irish Pub”, pero imitando una gaita.
(Supongo que es una manera de decir que cantaba
mal). Vivía solo con su madre en un pub abandonado
en Brora, un pueblecito de la punta Norte. Y en
ese momento se fueron todos juntos, pero a su
madre la mataron los orcos hace un año. Como a mi
padre, así que le entiendo.


Quiero volver a verlos a todos.




3 de marzo


Querida Persona Desconocida, maldita la pereza que
me entró esta mañana. Me desperté tarde y cuando
Heather me despertó tuve que aceptar la marea que
había. Que era en contra. Tuvimos que luchar
contra todo el mar, zurciendo las olas, ¡y por eso
fue maravilloso! Heather se portó estupendamente.
Nos llovía y el agua del mar rompiendo en blanco
se mezclaba con el cielo. Y no volcamos, ni una
sola vez, como demuestra el hecho de que no
estamos muertos.


Esa era nuestra felicidad de la mañana. Hasta que
nos acercamos a nuestro Mahwrpool.


Y Alemania también


“Canción para kayak”


Conquistaremos Suiza,
Conquistaremos Suiza,
Conquistaremos Suiza.
Y Alemania también…


Conquistaremos Francia,
Conquistaremos Francia,
Conquistaremos Francia.
Y Alemania también…


(Y los países que me acuerde, y al final, como
somos Escoceses… )


Conquistaremos Inglaterra,
Conquistaremos Inglaterra,
Conquistaremos Inglaterra,
Y Alemania también
Y Alemania también
Y Alemania ¡también!


Las noticias excitaron y preocuparon a todo el
mundo. La idea principal ha sido la de “es
demasiado bonito para ser verdad” o la de “es una
trampa”. Lo más que me han preguntado es si les
había dicho dónde estábamos, (que no). Como si eso
pudiera protegernos mucho. Llegamos en kayak así
que si los de Ristol no son tontos sabrán que no
estamos muy lejos y aunque hay muchas islas por
aquí, no hay tantas con fuentes.


Carlos se puso a sugerir de forma que hasta las
focas lo pudieron entender que había estado en
contra desde el principio y que si nos pasaba algo
era culpa mía. Hasta mamá no sabía si alegrarse.
Supongo que no estamos preparados para las buenas
noticias. Casi nos estropearon la alegría, Heather
se puso un poco triste, pegada a mí todo el rato,
como si el calor de mi cuerpo pudiera hacer que se
riera. Pero yo, no sé por qué, me quedé muy sereno
y seguro.


Sé que no les puedo convencer. Porque la verdad es
que tengo que reconocer que yo mismo no puedo
saber quién es malo ni bueno. No tengo poderes
mágicos. A lo mejor los de Ristol quieren
llevarnos a una emboscada y matarnos. Solo tengo
la impresión de que no es así y algunas razones
para pensar que no es así. Pero ya me he
equivocado otras veces.


Yo veo claro como la luz de mi vela que nuestros
días van a ser mejores a partir de ahora. Que
vamos a vivir hasta que muramos, como todas las
personas. Pero que el mundo no se va a acabar
todavía. Encontraremos más gente buena, creceremos
y dentro de mil años volveremos a la normalidad.
(O puede que menos, es que no quiero pasarme de
optimista).


Ahora me voy a dormir. Los demás pueden pensar lo
que quieran. Al final tendrán que aventurarse a
comprobarlo por sí mismos. (Eso si no deciden
esconderse hasta su muerte. Yo seguro que no voy a
hacer eso).


Me siento extrañamente muy mayor, como si mi alma
tuviera canas…


________________


Capítulo 12 La verdad








4 de marzo


Querida Persona Desconocida, todo el mundo ha
estado ansioso esperando a mi reacción. Esperaban
que el ansioso fuera yo, dando a todo el mundo la
vara con que tenemos que ir a Ristol y todo eso.
Pero no, me he ido con Heather y Laika a por
algas, como si fuera un día normal. La verdad es
que estoy muy cansado. Lo último que quiero es ir
a ninguna parte, poder morir en el viento y pasar
frío. Solo quiero reír con Heather y ver el mar.
Hoy es lo que siento.


Mis dedos blancos
Gotean lentamente
Nieve en la playa




5 de marzo


Querida Persona Desconocida, ya están empezando a
caer la resistencia del enemigo. Mi malévolo plan
de no hacer nada está funcionando, [risa malvada].
Traducción: ahora tienen mucha curiosidad por la
gente de Ristol y quieren ir a verlos, solo que
tienen miedo por lo de que puedan ser orcos,
etcétera. Pero es cuestión de tiempo, supongo.


Sargento Mamá incluso nos ha mandado a preparar el
barco de vela y ni siquiera Carlos ha protestado
lo que desde luego es buena señal. aun no hay nada
decidido, pero… ya me puedo ir haciendo ilusiones.


Preparar el barco no ha sido tan ilusionante, por
cierto. Nada más que limpiar y limpiar.


6 de marzo


Querida Persona Desconocida, han cogido mis
ilusiones y las han quemado en una burla cruel de
las peores que haya conocido la historia del mundo
y de la humanidad. En resumen no vamos a Ristol,
van a Ristol. Porque lo ha sucedido es que Carlos,
que nunca ha querido, Andrea, que estaba
completamente opuesta, Sargento Mamá, Laika y
hasta Heather van a Ristol. Yo me quedo aquí, a
cuidar de la isla. ¡Como si se fuera a mover!


¿Y por qué me tengo que quedar solo? Bueno, estas
son las razones medio-verdaderas de mi madre.
Escucha porque no estoy nada de acuerdo.


    1. Porque alguien tenía que quedarse.
    2. Porque tenía que venir alguien que ya
conocieran la gente de Ristol (o Heather o yo).
    3. Porque Heather no se debe quedar sola.
    4. Porque tienen que ir los mayores por si hay
pelea.
    5. Porque Laika se daría cuenta si hay una
emboscada (esta es verdad)
    6. Porque tiene que venir un adulto y solo
está ella.


No me quejé porque a) no me harían caso, como
siempre, b) quedaría como un niño egoísta y, c)
solo pondría a Heather más preocupada. Además,
ahora que las leo, no me parece que las razones
sean tan malas y Sargento Mamá tenía que tomar una
decisión difícil. Lo único es que sé es cómo cuido
la isla. Si vienen malos, me escondo.


Gracias, gracias a todos por el Premio Gallina. Me
lo merezco. Sí, gracias. Pero estaré vivo


Mañana van a Ristol, y yo me quedaré aquí,
viéndolos salir en el barco.




7 de marzo


Querida Persona Desconocida, 6 de marzo se han
marchado. Los acompañé en mi kayak hasta doblar el
cabo de las focas y los vi alejarse, con las velas
hinchadas por el viento; más rápido de lo que
nunca podré ir. Hoy llegarán a Ristol si el viento
no les falla. Pero no atracarán, mamá, dijo que
pasarán la noche en el mar, anclados pero lejos
para estar seguros. Quieren llegar con plena luz
del sol para que no les tomen por orcos.


Después de su partida me fui directo a revisar las
líneas de pesca y con la mejor suerte del mundo
saqué un “bass”. Lo siento no sé cómo se dice eso
en español: es un pescado plateado de forma normal
con una raya que recorre su cuerpo desde un poco
por encima de los ojos hasta la cola. El que pillé
tenía el tamaño de mis manos puestas juntas. Y ha
sido suerte porque no es la época mejor, ni el
mejor método, ni nada. Supongo que tendría hambre
o era un glotón.


Bueno yo lo cociné en “chowder” especial de
nuestra época: sin leche, —que no me acuerdo a qué
sabe—, pero con papas y algas que pillé y las
cebollas que nos crecen. Lo hice en la misma
playa, sobre una hoguera, como si estuviera de
expedición. Sí, hubiera sido mejor y más fácil en
la cocina; es mi consuelo romántico por la
aventura perdida.


Después, me di una vuelta por el huerto,
arreglando cositas y me metí en la abadía. Desde
entonces ruge la lluvia y ya no he querido salir.


Ellos, ahora, estarán largando el ancla y
preparándose a dormir en los camarotes. Yo estoy
solo con el silencio salvaje de la naturaleza
abandonada.




8 de marzo


Querida Persona Desconocida, supongo que ya habrá
pasado lo que haya pasado. Lo más probable es que
desembarcaran allí un poco nerviosos hasta que
Brianbrian descubriera a Heather. Y desde entonces
todo habrán sido sonrisas y felicidad. Seguro que
ya se han hecho amigos y están pensando en la
Feliz Amistad de las Islas Innumerables. Es el
nombre que he pensado para nuestro país cuando se
constituya. Este es el escenario optimista.


El escenario pesimista es que haya ido mal y se
hayan liado a tiros y entonces las consecuencias
serían tan trágicas que no las quiero pensar.


Entre esos dos escenarios hay muchos intermedios y
algunos raros que me dan vueltas a la cabeza pero
que racionalmente son improbables. Así que no
merece la pena. Nunca sirve preocuparse en lo que
no puedas ocuparte, como dice mamá que decía la
abuela.


Mi día ha sido normal. Ir al huerto, ayudar a las
plantas un poquito. Ir a la torre, ver que no
vienen los malos. Ir a la costa, comprobar que
todo va bien. Dar una vuelta en kayak, ser feliz
un rato. Hacerme una sopa y comerla rápido para no
darme cuenta de que estoy solo. Pasear bajo la
lluvia, insultar a las gaviotas molestosas y algo
más.


Hoy hice que el Fantasma Papá viniera conmigo a
pasear y le dejé que me abrazara. Hice que viniera
también Sam Sagaz, el hobbit. Me gustan sus ideas
para la cena, aunque siempre esté protestando de
que tengamos poca comida. (Bueno, eso es broma,
Sam Sagaz solo es un fantasma de un niño gordito).




9 de marzo


Querida Persona Desconocida, quedan dos días para
empezar a preocuparme. Eso, como habrás imaginado,
quiere decir que todavía no han vuelto. En una
hipótesis optimista quiere decir que están
haciendo amigos, en una negativa pues soy huérfano
y no quiero más pensar en esas cosas.


En cuanto a mi día ha sido el más largo del mundo,
pero no aburrido. Tengo que aprovechar todas las
horas de sol para atender las tareas del huerto y
el mar. Y aun así no puedo con todo, hay un par de
cebollas que se me están muriendo y no sé por qué.
Además no he podido vigilar desde la torre. Si
hubiera venido un barco de orcos me habrían
pillado desprevenido. Pienso que mañana, por si
acaso, no me voy a desprender de mi carabina, que
es mejor que nada.


Ahora ya es de noche y no puedo hacer nada más.
Todo está oscuro. Voy a rezar para que no les pase
nada y luego a dormir.




10 de marzo


Querida Persona Desconocida, ¡han vuelto! Siento
que es el fin de mi vida. Si esto fuera una novela
sería el fin. Ahora todo iría bien para siempre y
ya no habría que contar nada más. Porque todo ha
salido muy bien. Se han conocido y han hecho
planes para comerciar los excedentes de comida de
cada sitio. Con el barco grande será fácil ir y
volver. No sé, pero me parece que es un éxito
resonante de nuestra misión. Hasta Carlos está
contento y ya no se queja de nada. Mamá dice que
tendremos que hacer más exploraciones, en el
futuro. Por ahora hay que volver a concentrarse en
el trabajo aburrido de pesca, huerto y las demás
cosas de la supervivencia.


De hecho es lo que hice hasta las cuatro de la
tarde, cuando regresaron, mientras que ellos todo
lo que han hecho es hablar de sus grandes cosas y
navegar hasta aquí. Vale, lo que estoy diciendo es
una chiquillada. Supongo que todavía estoy
enfadado por dentro por haber tenido que quedarme
aquí y ya me imagino que mañana me criticarán por
todo lo que no esté perfecto. Incluyendo las
cebollas. :(


Vuelven los héroes
La muchedumbre les aclama
¡Solo soy yo!




11 de marzo


Querida Persona Desconocida, ahora lo que sería
trágico es que muriéramos todos. Siento que va a
pasar, mejor dicho que puede pasar. No creo en el
destino, aunque a veces pasan cosas que son más
fuertes que nosotros. Podía venir el sol a
estrellarse con la Tierra, por ejemplo y entonces,
adiós “chimpún”. Supongo que me pasa esto porque
mamá habló conmigo anoche y acabó llorando. Aunque
no creo que fuera una cosa de llorar. Lo
importante que se dijo, porque siempre que se va a
decir algo importante se dicen muchas tonterías
primero, fue así, más o menos. Empezó mamá


—Pensé que no ibas a volver vivo.
—Pues yo creo que te equivocaste.
—Sí.
—¿Y no te preocupa?
—Es que ya he vuelto.
—Vale.
—Vale.
—¿Y si te hubieran matado?
—No pasa nada, saldrías adelante. Tampoco soy tan
importante. Solo un niño.


Y entonces se puso a llorar, y a decirme que se
sentía culpable y eso. Y yo tuve que consolarla y
perdonarla. Lo de consolarla lo entendí, lo de
perdonarla no demasiado porque no siento que me
haya hecho nada malo. Todos hemos perdido las
esperanzas muchas veces. Solo que luego las
volvemos a encontrar. (O nos vuelven a encontrar a
nosotros).


Pero después me entró el miedo de que nos
muriéramos todos. Fue un miedo puro, sin
pensamientos. Mi cerebro se apagó y no me di
cuenta de lo que había pasado hasta que Laika me
lamió la cara. Estaba en una esquina, con babas en
la boca y meado, y muy cansado. Pero cuando
desperté sentí paz y me abracé a mi amiga.


Mamá no me criticó cuando nos descubrió. Heather y
los demás no se han enterado. Y ahora estoy mal
porque mamá se cree que fue por culpa suya.


Pero es tontería tener miedo por morir o porque se
mueran todos. Es el círculo de la vida y todo eso…
es que hasta el sol se apagará un día muy, muy
lejano, mucho después de que los huesos de
nuestros bisnietos sean polvo. Es como nacer, no
te pasaba nada malo antes de nacer, ni pasará nada
malo después de morir. Solo cuenta lo del medio.
En lo del medio, que es la vida, puedes ser bueno
o malo, ser feliz o triste, limpiar o ensuciar,
etcétera. (Es lo que me enseñó papá y sé qué es
verdad).


…


Otras cosas que pasaron este día: trabajar, comer,
hacer nuestras necesidades, etcétera. Irme a
correr a las montañas de la isla, con Heather.
Reírnos, beber el agua de la lluvia con la boca,
antes de que toque el suelo, saltar encima de
Laika, caernos en el barro, reírnos más. Volver y
que todos piensen que estamos locos.


Estoy tan feliz que hasta he vuelto a cantar una
canción de mamá. La dejé de cantar porque pasaba
mucha hambre y la canción va de un lugar,
seguramente de su imaginación, donde los leones
daban clase y había mucho jamón.


Salamanca


Nos vamos a Salamanca,
donde enseñaba el León,
las patatas están muy buenas,
y hay mucho jamón…


Jamón, camaradas,
jamón, jamón,
esta semana,
jamón, jamón…


“Wir lagen vor Madagaskar”...


Y ya no me acuerdo de más… Pero esa última frase
en Alemán es sospechosa. De hecho no sé si es
Alemán; mamá me tuvo que enseñar a escribirla. Da
igual, probablemente, como he dicho, todo es una
creación suya.


Importante: No me acuerdo si los nombres de los
idiomas se escriben en mayúscula en Español o no.
En Inglés sí, así que supongo que será lo mismo en
Español, ¿no?.




12 de marzo


Querida Persona Desconocida, Carlos volvió triste,
abrazado a Andrea. Habían ido a la playa a atender
a la pesca y algo pasó que le hizo llorar. Por lo
visto Andrea dijo algo así como que habíamos
tenido la mejor suerte de la historia. Y a Carlos
se le puso la cara negra y diez minutos después
estaba llorando porque se le ocurrió que nuestra
buena suerte se iba a acabar de repente y que a
partir de ahora todo iba a ir a peor. Él no lo
dijo así; es lo que interpreto, es lo que yo temo,
también. Es como tiras dados, sacas un seis, diez
veces seguidas y a partir de entonces solo sacas
unos. Como si a los dados se les hubiera agotado
la buena suerte.


Pero Andrea le propuso una fiesta a mamá, entre
las dos islas, con banderolas y baile, el día que
comience la primavera, el 21 de marzo. Y mamá le
dijo que sí, pero que tendríamos que hablar
primero con la gente de Ristol. Lo que significa
que alguien va a tener que ir de emisario en
kayak. Lo que significa que, ¡¡yo!! Lo conseguiré,
lo tengo que conseguir, y Heather tiene que venir
también.






________________


Capítulo 13: Misión de amistad








13 de marzo


Querida Persona Desconocida, tan pronto como pude
convencer a mamá corrimos, Heather y yo, a
preparar nuestros kayaks. Llevamos el equipo de
acampada, un poco de comida y agua y nada más. Ni
siquiera pillamos armas porque pensamos que no las
íbamos a necesitar: nuestra misión era de amistad.


El tiempo era fantástico así que decidimos ir a
Ristol directamente. El viento que había se puso
siempre a nuestra espalda, como si quisiera
ayudarnos. Uno de los mejores paleos de mi vida
que acabó muy tristemente.


Llegamos a la misma playa de la otra vez, sacamos
los kayaks bajo un cielo feliz y fuimos a las
casas. Pero todos estaban mal, su avena se está
muriendo.


(No dije nada pero pensé en mis cebollas. ¿Y si
ahora “las muertes” se estaban pasando de las
personas a las plantas?)


Es un desastre. De lo peor. Quizás tengan que
pasar hambre o decidan irse. Malo… En lo que
quedaba del día les ayudamos a quemar las plantas
enfermas para que no contagien las sanas. Ahora
estoy en la habitación de los niños y mañana
volvemos a casa. Pero esta vez hemos comido
nuestra propia comida; no les hemos dejado que nos
den nada. La van a necesitar.


Mañana volvemos a casa y quiero que el tiempo no
sea muy bueno, para llegar lo más tarde posible.
No habrá fiesta.




14 de marzo


Querida Persona Desconocida, estamos en Derra. Las
olas se pusieron a jugar al fútbol y nosotros
éramos la pelota. Así que en cuanto pudimos, y
tuvimos que luchar mucho para ello, desembarcamos
en el primer sitio adecuado. Y ese era Derra.


No fue fácil. El kayak de Heather se llevó un
golpe contra las rocas, de no fijarse en el ritmo
de las olas, se lo tendré que explicar. Pero al
final no pasó nada.


Ahora descansamos tomando té de flores salvajes.
No hay nada más qué decir.




15 de marzo


Querida Persona Desconocida, El viento se ha
enfadado con nosotros o algo, porque no nos quiere
dejar salir de aquí. Bueno, con Carlos a lo mejor
lo hubiera intentado, porque él me podría ayudar,
pero con Heather no. Creo que podría conseguirlo
pero a lo mejor se le acaban las fuerzas y… que
no, si sale mal podría ahogarse. No estoy tan loco
todavía.


Apenas ha llovido, sin embargo, y eso nos ha
regalado tiempo para rodear nuestro refugio de una
cerca de piedras, por si se pone peor por la
noche. Una cosa mala es que se nos acabó la
comida. Pero no es muy importante. Si mañana no
conseguimos volver, seguro que vendrá mamá en el
barco a salvarnos. Además esta isla tiene fuentes,
huevos que robar y aves que cazar. Estaremos bien.


Heather no ha dicho casi nada en toda la mañana.
No parece enfadada así que creo que pensé que
tenía miedo. Entonces le dije —¿Jugamos a kayaks
voladores?


—¿Cómo se juega?
—Haz lo que yo haga.


Corrí a dónde habíamos dejado los kayaks, me metí
dentro y cerré los ojos. —Ven, imagínate que
volamos.


Heather se puso a cantar y entonces llovió. Nos
reímos, me caí y acabamos bailando juntos bajo una
lluvia suave y ventosa.


16 de marzo


Querida Persona Desconocida, el clima mejoró así
que pudimos volver a Mahwrpool y dar nuestras
malas noticias. Hemos comido y estamos muy
cansados, muy tristes. Ahora me da vergüenza lo
que hicimos ayer. Aunque Sargento Mamá dice que
estar triste no ayuda a nadie.


—De haber estado angustiados podríais haber
muerto. —Nos dijo también.


Sé lo que quiere decir. Cuando te angustias todo
parece peor y tomas malas decisiones. Quieres
escapar del peligro muy rápido y te pones en otro
peor. Eso o te hundes y dejas que la naturaleza
acabe contigo.


Nuestro alivio es que aquí en Mahwrpool no tenemos
nada tan malo como en Ristol. Mis cebollas, según
dice mamá, solo tienen hongos porque la tierra
estaba demasiado húmeda. No es un gran problema.


Otra buena noticia es que van a ir a Ristol a ver
si les pueden ayudar. Heather y yo nos quedaremos
aquí.


Cuando cierro los ojos, todo desaparece y escucho
al viento cantar sobre el brezal. Quería hacer un
poema sobre eso, para despedir el día, pero no me
ha salido porque las gaviotas me desconcentran.
¡Malvadas malignas y mal-peores!




17 de marzo


Querida Persona Desconocida, Carlos ha estado
preparando el barco mientras los demás nos hemos
ocupado de las tareas diarias y aburridas. En la
cena nos dijo que le fue fácil, poco más que
limpiar y cargar provisiones.


Lo nuestro tampoco ha sido nada extraordinario,
aunque puede ser que lo sienta así porque
desfallezco. No sé si es por el frío o la pena.
Miento, sí que lo sé, es por la pena.


Mañana Sargento Mamá, Andrea y Carlos irán en el
barco a ayudarlos y fracasarán. Es mi predicción.
Siempre es lo igual: cuando está a punto de llegar
un ángel se cuela un diablo. No podrán ayudarlos,
las plantas se morirán. Los de Ristol tendrán que
irse y nosotros nos volveremos a quedar solos en
esta isla, lejos de todos los amigos y temiendo el
día en que nos descubran los orcos. Me duelen los
ojos. Quiero llorar.




18 de marzo


Querida Persona Desconocida, ya no quiero llorar
porque mamá justo antes de irse con Andrea y
Carlos me contó su plan “b”.


Consiste en irnos todos juntos, los de Ristol
también, a la tierra principal o a alguna isla de
las Hébridas como Barra o Lewis y vivir allí. Eso
tendría algunos problemas como la pérdida de lo
que hemos plantado aquí, pero si elegimos bien el
día podría ser mejor a la larga. Siendo muchos
sería más fácil defenderse.


Tengo una idea alternativa. También podríamos
vivir en uno de esos islotes que están justo al
lado de la costa de la tierra principal, como si
fuera nuestro castillo, pero tener la mayoría de
las cosechas en la tierra principal. Es una idea.


A mí me gusta nuestra isla. A Heather también. Y
hemos tenido un bonito día pescando nosotros solos
por la mañana desde que se fueron los demás.


Por la tarde nos sentamos ante la chimenea,
descalzos junto al fuego, leyendo, escribiendo,
jugando a risas y diciéndonos cosas bonitas.
Además hemos decidido que esta noche vamos a
dormir aquí los dos juntos, en los sacos, como
cuando estábamos de acampada, pero mucho más
cómodos. Y con Laika, que también está con
nosotros. (aunque ella prefiere la manta vieja).




19 de marzo


Querida Persona Desconocida, supongo que ahora
mamá y los demás estarán ayudando a los de Ristol
a salvar sus cosechas.


Nosotros, Heather, Laika y yo estamos bien, en
nuestra pequeña novela extraña de aventuras.
Tenemos un juego en el que estamos de vacaciones
en “el mundo de ayer” y solo tenemos unos días
antes de volver al colegio. Sé que en “el mundo de
ayer” no era normal que los niños estuvieran solos
de vacaciones o en ninguna parte, y por eso nos
imaginamos que tenemos un tío, tío Frank, que está
siempre dormido.


Pica y pican
Una pulga, mil pulgas
Pobres Laika y yo




20 de marzo


Querida Persona Desconocida, creemos que nuestra
imaginación ha ido demasiado lejos. Eso o el
verano se ha adelantado y es además el mejor
verano que ha habido nunca tan al norte. No hay
nubes, ni una, y hace tanto calor que nos hemos
pasado el día sin pantalones, a pesar de que mis
calzoncillos están raídos y asquerosos.


Pero no hemos estado de vacaciones ni nada
parecido. Trabajamos en el huerto y en la playa y
aprovechamos para hacer una colada muy grande. Y
se ha secado toda en solo tres horas, según mi
reloj imaginario. Después, sí nos fuimos a la
playa a jugar y ser felices, hasta nos pusimos a
cantar y a contarnos cuentos.


Y al final, para que se acabara el sueño se puso a
llover hasta que tuvimos que salir corriendo a la
abadía, con frío de tiritar, pero nos secamos al
lado de la chimenea, juntos. Nos besamos. Creo que
ya somos novios.


21 de marzo






Querida Persona Desconocida, pensaba que hoy mamá
habría vuelto con mis hermanos así que ahora
estamos inquietos.


Podría ser bueno: quiero decir a lo mejor ha
encontrado la manera de salvar las cosechas y está
trabajando. Podría ser malo de muchas maneras
horribles que no hacen falta decir. La imaginación
de cosas malas nunca se acaba.




22 de marzo


Querida Persona Desconocida, no han llegado, no
han llegado, no han llegado. No quiero entrar en
pánico pero Heather, Laika y yo estamos nerviosos.
No sé si podremos dormir. Mañana, salvo que haya
una tormenta horrible, vamos a ir a buscarlos si
no es que aparecen antes.


No quiero escribir nada más, ni tampoco puedo, no
tengo pensamientos en mi cabeza sino sentimientos
de miedo y angustia. Y también de culpa porque a
lo mejor estoy llorando como un niño pequeño y
luego no les ha pasado nada, como otras veces que
me pasó antes. Es como si para mi cerebro la
separación significara la muerte de los demás.
Incluso antes de las muertes, cuando era muy
pequeño y me perdí pensé que los demás se habían
muerto y después tuve pesadillas.


Lo peor de hoy Heather me ha gritado y se ha ido
con Laika y no sé por qué. De pronto me puse muy
nervioso y después no me acuerdo de nada. Supongo
que haría algo malo. Bueno, lo sé, porque tenía
restos de baba en los labios y estoy muy cansado y
eso me pasa cuando me pasan cosas. Pero Heather ya
me ha perdonado y, además, seguro que comparado
con nuestros miedos, lo que hice no importa nada.




23 de marzo


Querida Persona Desconocida, lo que pasó en
nuestro viaje a la isla no lo cuento porque no
importa; mamá está enferma. Es grave… ¿Se va a
morir? No lo sé.


No se parece a las muertes, lo cual es bueno, pero
al tiempo es malo porque no sabemos lo que puede
pasar más tarde. Dicen los de la isla de Ristol
que debía traerla de antes, porque no la conocen
tampoco. Ahora estamos en el barco, porque mamá
dice que si es contagioso es mejor que no nos
arriesguemos. Así que no nos han dejado
desembarcar ni a Heather ni a mí. El sentimiento
que tenemos es horrible, porque por un lado sabes
que es lo lógico, pero por otro lado te sientes
culpable de no poder hacer nada.


Para luchar contra eso estamos haciendo cosas en
el barco, preparándolo y limpiándolo todo lo
posible, ordenando las velas, secando los cabos,
etc. Yo diría que todo estaba horrible, como una
mentira para justificar mis acciones obsesivas,
pero sé que hago todo lo que hago para no pensar.
Hasta me pongo a escribir sin para por eso mismo,
bueno pensar si pienso peor estoy demasiado
concentrado escribiendo rápido como para sentir
miedo, angustia, desesperación, culpa y todas las
cosas malas.


Tengo una canción para días así. La música es del
ejército finlandés (o lo era cuando había uno) y
la letra se repite mucho y tiene estribillo, así
que no me costó mucho hacerla.


Hemos pasado mucha hambre y frío,
huyendo de los malvados orcos.
Hemos pasado mucha hambre y frío,
huyendo de los malvados orcos.


¡Oh rugientes tormentas,
ya os conocemos bien!
Más valientes nos hacéis.


Los truenos cantan y bailan los rayos,
hasta cuando llueven las lágrimas.
Los truenos cantan y bailan los rayos,
hasta cuando llueven las lágrimas.


¡Oh rugientes tormentas,
ya os conocemos bien!
Más valientes nos hacéis.


La ventisca son fantasmas de niños,
que bajan con nosotros a jugar.
La ventisca son fantasmas de niños,
que bajan con nosotros a jugar.


¡Oh rugientes tormentas,
ya os conocemos bien!
Más valientes nos hacéis.


Si nuestros cuerpos se mueren, quedará más comida,
para que se hagan más fuertes los demás.
Si nuestros cuerpos se mueren, quedará más comida,
para que se hagan más fuertes los demás.


¡Oh rugientes tormentas,
ya os conocemos bien!
Más valientes nos hacéis.


¡Hurra!, nos vamos a nuestra nueva casa,
donde muy canlentitos se estará.
¡Hurra!, nos vamos a nuestra nueva casa,
donde muy canlentitos se estará.


¡Oh rugientes tormentas,
ya os conocemos bien!
Más valientes nos hacéis.




24 de marzo


Querida Persona Desconocida, hemos comido, nos
hemos aburrido y ese ha sido todo nuestro día.
Mamá sigue enferma. Brian-brian vino a decírnoslo
hace dos horas y no sabemos nada más. También nos
dijo que iban a poner una bandera de Escocia y que
mientras esté allí significa que mamá sigue
viviendo.


Desde entonces estoy un poco patriótico por mi
lado escocés que supongo que es el que importa más
porque vivo en Escocia. Aunque por otro lado mamá
es española. Pero aun así hay gaitas en mi corazón
y “whiskey” en mis labios (es en sentido figurado,
por supuesto).


Heather me ha dicho que me quiere, que siempre va
a estar cerca de mí y yo le he dicho lo mismo y sé
que es verdad. Pero nadie puede quitarme el miedo
de mi cuerpo. Yo sonrío y hago por parecer
tranquilo, sonrisa congelada y todo eso, pero mamá
está en todos mis pensamientos y me gustaría estar
enfermo yo en vez de ella.


Es una locura, como muchos de mis pensamientos,
pero por lo menos es una locura romántica y
bonita. No es justo. Y ahora, al escribir eso, me
acuerdo de lo que decía papá “death isn’t fair,
for death is nothing, don’t fret about that”. Que
si te lo traduzco para que quede un poco igual te
diría: “la muerte no es justa, porque la muerte es
nada, no te preocupes por eso”. Y desde entonces
intento no decir que la muerte no es justa porque
la muerte no es buena ni mala, ni grande ni
pequeña; la muerte no es nada. Así que no hay nada
de qué preocuparse.


Heather dice que he estado llorando sin darme
cuenta. Me da igual; Heather no se asustó, así que
está bien. Me hubiera dado igual aunque me hubiera
meado encima. O cagado. Importa el amor. También
ser bueno y hacer cosas bonitas, cantar y reír. Y
bueno, también comer y tener una cama y ver el mar
salpicado por las focas juguetonas, como lo veo yo
ahora.




25 de marzo


Querida Persona Desconocida, izaron la bandera lo
que significa que mamá sigue viva. Ya no vendrá
nadie hasta que se recupere o pidamos ayuda, para
minimizar la posibilidad de contagiarnos sin
necesidad. Bueno, en realidad sí lo necesito. Mi
cerebro entiende perfectamente que no debo ir, que
no serviría para nada, que me quieren proteger,
pero mi alma tiene una opinión super-contraria a
todo eso y me hace sentir triste y miserable.


Voy a dejar un mensaje en la playa. Dirá: “nos
hemos ido a buscar Laika”. La hemos dejado sola en
Mahwrpool y no es justo para ella. En este barco
son solo unas horas y es mejor que no hacer nada.
Lo peor que puede pasar es que me entere de la
muerte de mamá un poco más tarde. De todas formas
se me acaba de ocurrir así que se lo preguntaré a
Heather a ver qué opina. Yo estoy seguro de que
dirá que sí.




26 de marzo


Querida Persona Desconocida, llegamos a Mahwrpool
ayer, casi de noche. Resultó que nos costó llevar
el barco solos más de lo que había pensado. Hasta
pasamos un poco de miedo cuando el viento se
empeñaba a ratos en alejarnos de la isla y a otros
a estrellarnos contra las rocas. Pero al final
llegamos en una pieza, nosotros y el barco. Laika
estaba esperándonos en la orilla y estaba muy
bien, feliz de vernos, moviendo la cola y todo
eso.


Hubiéramos podido irnos inmediatamente pero estaba
cayendo el sol y estábamos tan cansados y tan
nerviosos de nuestra torpe lucha con el mar que
decidimos pasar la noche en la isla. En la
madrugada de hoy salimos y acabamos de llegar a
Ristol. Resulta que la bandera sigue ahí y nada ha
cambiado. Salvo que Laika está con nosotros para
hacernos compañía y para estar ella más feliz con
nosotros. Y ahora me voy a poner a leer un libro
de matemáticas difíciles para no pensar en lo más
triste.




27 de marzo


Querida Persona Desconocida, sigue nuestra especie
de vigilia nerviosa. Tendríamos que estar
acostumbrados, como nos acostumbramos a la muerte
en el primer año de las muertes, pero supongo que
quedamos tan pocos que cada vida es esencial.
Además, es mamá.


A veces me pregunto por qué hemos sobrevivido
tantos de nuestra familia. Papá murió pero no de
las muertes, así que no cuenta. Supongo que será
alguna cosa genética rara, O no, porque mamá y
papá no eran familia hasta que se casaron, así que
no son familia genética. Es raro decirlo así,
parece una cosa de palabras de político, pero es
verdad.


Resulta que lo que creó nuestra familia, de
verdad, fue el amor y no la sangre. A lo mejor se
lo tengo que decir a los demás, cuando mamá se
ponga mejor para hacer nuestra familia más grande.
Es bonito si lo piensas: tu familia puede ser tan
grande como tu amor. ¿Por qué solo se me ocurren
estas cosas cuando estoy cerca de la muerte?
Porque yo estoy bien, estate tranquila, querida
persona desconocida, pero si tu madre está enferma
tú también estás cerca de la muerte. Yo lo siento
así.


Ah, se me olvidaba lo que iba a escribir al
principio. Ya no me parece tan importante después
de lo que acabo de escribir, pero que lo escribiré
igualmente: me parece que no nos hemos escapado
totalmente de las muertes, porque nos ponemos
enfermos muchas veces, más de lo que era normal
antes y aunque conseguimos sobrevivir nos quedamos
muy cansados y perdemos el tiempo. De hecho, ahora
que lo pienso, si mamá no se pone buena en dos
días tendremos que volver para no perder las
cosechas ni que los aparejos de pesca se rompan y
todas esas cosas.


En cuanto al día de hoy pues lo que te habrás
imaginado: aburrimiento, algo de pesca y música de
mar y lluvia mientras intentamos no volvernos
locos de pena. Y seguimos rezando, pero no me
sirve.




28 de marzo


Querida Persona Desconocida, me he pasado el día
intentando recordar esta canción de mamá.


El día nace,        llora el cielo gris
los años mueren sin verte reír
la noche hiela,        la memoria aterra
el lobo se comió al sol
mmmm
…


(ahora solo hace eso por un rato)
y luego dice sin cantar)
…


Todo vuelve a respirar.
Dime que no vas a llorar,
dime que vas a reír…


La canta muchas veces cuando piensa que no la
escuchamos, quizás la esté cantando ahora. Dice
que es una canción de sus tiempos pero siempre
está cambiando las palabras un poco. Me pregunto
cómo sería la original.


A voz muy débil, muy tierna, la estoy oyendo con
mi corazón. Soy un “bobomántico”. Mamá también
tiene una historia que ahora recuerdo. Me decía,
cuando era pequeño, que las madres tienen un poder
mágico y si cantan mirando a la luna pueden ver a
su hijo como en un espejo, por lejos que esté, y
aunque la luna no esté en el cielo. Es un cuento
para niños chiquitos en el que creo ahora mismo.


Además la bandera sigue en el mismo sitio. Dios
mío, esperaremos un día completo más y, después,
no nos quedará más remedio y volver a casa, a
salvar lo que nos quede, para no morir de hambre
después. Tengo pena de mí mismo, pero recuerdo lo
que mi padre nos enseñó, y la canción de los
soldados del japón, tener la sonrisa congelada y
todo eso.




29 de marzo


Querida Persona Desconocida, cuando arriaron la
bandera pensamos que nos íbamos a romper por
dentro. Heather la vio y corrió a buscarme y yo
salí de la cabina, con mis pies descalzos sobre la
madera fría de la cubierta y sentí como me daba
puñetazos el corazón. Y vimos un bote, Mungo y
Nessie, de los Sax, venían en él y no hicimos
nada, solo les dejamos acercarse a nosotros, y no
pensamos nada ni sentimos nada, con el alma
envenenada hasta que les vimos sus sonrisas.
Sargento Mamá se ha recuperado.


Mamá está bien. Mamá está perfecta.


Todavía está en la cama, pero es de cansancio y
todo el mundo está feliz. Hoy he podido estar con
ella y darle un beso. No hablamos de nada, no
hacía falta y no nos dieron tiempo pero recordaré
su frágil sonrisa todos los días de mi vida. Que
me gustaría que fueran muchos.


Además, para quemar la excitación nos hemos puesto
a trabajar en el campo, con los Sax. Lo que había
plantado se ha perdido la mitad, pero la otra
mitad se ha recuperado después de los cambios que
hizo mamá hasta que se puso enferma. Es el poder
de la ciencia que yo quiero aprender. (Pero fue
Fantasma Papá quien se lo enseñó a mamá, cuando
todavía no era fantasma).


Tenemos ganas de fiesta, pero ningunas fuerzas,
así que lo compensaremos durmiendo muy bien y
soñando cosas bonitas. Quedan prohibidas las
pesadillas, firmado Guille, Emperador del Mundo y
planetas aledaños.




30 de marzo


Querida Persona Desconocida, son días de felicidad
o, para ponerme menos exagerado, han sido dos días
felices. Sobre todo hoy. Me tienta acabar mi
diario hoy para que mi historia acabe feliz como
en los cuentos. Para no ponerme demasiado tierno
te diré que esta mañana, cuando me quedé con mamá
le pedí que me cantara esa canción suya de “dime
que vas a reír” y cuando terminó me dijo.


—Guille, estás llorando, ¿te has dado cuenta?
—Sí, mucho, —y lo dije explotando de felicidad (o
exultante de felicidad, si es que significa lo
mismo).


Además vi a mamá mucho mejor, la piel la tiene
menos pálida y se le ve menos cansada que ayer. Y
por eso ya me doy permiso para pensar en las otras
personas.


Lo que me lleva a que Carlos y Andrea están más
distantes que nunca antes. Les pregunto y me dicen
que todo va normal, que están muy contentos por
mamá y todo eso pero en cuanto me voy se van solos
a hacer cosas. Pensaría que son cosas de
enamorados pero Carlos tiene esa mirada de cuando
me quiere esconder algo y, por supuesto, a Carlos
lo conozco muy bien. Pero bueno, no me voy a
fastidiar la tarde obsesionándome con los
pensamientos y acciones de esos dos. Prefiero
ocuparme de Heather y Laika y ser muy feliz con
nuestras propias cosas de enamorados.




31 de marzo


Querida Persona Desconocida, mamá ya está de pie,
pero ya no la veré hoy, porque estamos volviendo a
Mahwrpool. Te cuento que Carlos y Andrea se quedan
con mamá y el barco hasta que esté buena para
volver, mientras que nosotros nos vamos ya,
dejando también a Laika a su cuidado. Además hace
un tiempo tan bueno que teníamos que aprovecharlo.
Y sin más problemas ya estamos en casa, nunca lo
habíamos hecho tan rápido y además tan poco
cansados.


Nos hemos animado a pescar hoy mismo, bueno,
recoger las nasas en realidad. Dos estaban rotas,
pero en otras dos había suficiente cena para
nosotros. También le hemos dado una vuelta al
huerto y pillado algunas verduras y papas. Hay
alguna cosilla que atender, pero todo está muy
bien. La primavera es uno de los periodos más
felices de la vida.




1 de abril


Querida Persona Desconocida, como era de esperar
mamá no ha venido hoy, pero estoy tranquilo; no
tengo miedo ni nada. Mis emociones creen que ella
está bien y yo me siento inclinado a hacerles caso
sin discutir, ni pensar en posibles problemas.
Además, hemos tenido que trabajar mucho reparando
todas las “pequeñas cositas” que había que
atender, que al final eran un poco más de un
millón. ¿Cómo estamos? A ver…


1. Un millón de pequeñas cositas
2. Las emociones malvadas de ayer
3. El viaje de vuelta en kayak


Estamos como un sillón viejo, húmedo y podrido,
que ya ni los bichos quieren usar.


Heather se ha puesto triste por Allan, el chico
que murió cuando ella vino. Así que fuimos a
dejarle flores y a rezar un poco por él. Lo que me
ha chafado el día. Es uno de abril, el día de los
tontos en Escocia y deberíamos habernos gastado
bromas, pero tampoco soy tan insensible.


Es curioso porque Heather nunca habla mucho del
día horrible; más bien nada, pero aun así es
evidente que se acuerda mucho de él. Me pregunto
si no quiere decir nada para que no nos sintamos
culpables por lo que pasó. Es un detalle, aunque
me parece que tarde o temprano esos pensamientos y
sentimientos saldrán como en un terremoto o
tormenta y me pillarán. Pero no me da miedo, ni me
enfadaré por eso —o lo intentaré—, son cosas que
pasan cuando te enfrentas con la muerte de la
gente que quieres.


Ah, no dije nada, pero no creas que no me doy
cuenta de los caraduras que son Carlos y Andrea.
Se quedaron en la isla y volverán en el barco de
vela, con mamá, todos cómodos. Pero así sin
discutir es mejor para mamá y, además, en realidad
me gusta mucho ir en kayak, como ya sabes de sobra
y encima tengo dos o tres días solo con Heather.
Canción: “Heaven… I’m in heaven and I’m so happy
I… ”




2 de abril


Querida Persona Desconocida, todavía no ha vuelto
mamá y aquí estamos los dos, tan tranquilos,
trabajando y dejando pasar las horas. Quiero que
todo vuelva a la normalidad y me fastidia que
todavía no sea así. El que espera, desespera, se
dice en español y yo llevo demasiado tiempo
viviendo en la espera.


Me siento muy raro por cierto. ¿Qué soy? Un niño,
¿un adolescente? ¿un niño viejo? La mayoría de los
días me siento lo último de eso, un niño viejo, lo
que parece contradictorio y seguramente lo sea. La
verdad es que no sé muy bien lo que significa ser
viejo. Quiero decir que sé lo que significa en el
diccionario pero no en la vida real porque hace
mucho tiempo que no veo a ningún viejo y mis
recuerdos son borrosos. Si me explico, lo que
quiero decir, es que pienso cosas muy profundas y
también pienso que me voy a morir. No mañana ni
pasado, pero sí en algunos años. No sé si es
verdad, pero… , bueno lo que quiero es vivir lo
suficiente para tener mis propios niños y que sean
grandes para sobrevivir solos.


Ese es todo mi sueño, pero no sé si podrá hacerse
verdad alguna vez.




3 de abril


Querida Persona Desconocida, mamá ha vuelto, pero
no la felicidad porque Carlos y Andrea han
revelado el plan que tenían: se independizan. Se
marchan a vivir solos a su propia isla para hacer
lo que quieran, como adultos. Pero no lo son y
mamá no está conforme con eso. Así que ahora
tenemos aire contaminado de enfado; otra vez.


Opción primera, se les pasa la tontería rápido y
vuelve la vida normal. Opción segunda, no se les
pasa y estamos todos cabreados un mes y/o se van a
su isla y nos quedamos solas. Opción tercera, no
se les pasa la tontería pero tampoco se atreven a
irse y respiramos enfado todos los días. Elegiría
la opción primera pero en realidad no depende de
mí, así que Heather y yo nos vamos a refugiar en
el trabajo y no pensar en nada más.


¡Argh! otra vez están gritando, parecen gaviotas
peleonas.


Nota 1: Una cosa rara, el uno de abril escribí que
Allan fue “el chico que murió” . Pero lo que pasó
de verdad es que lo matamos. Aunque fuera sin
querer. ¿Por qué escribí eso?


Nota 2: Otra cosa rara. Después de escribir esa
nota anterior me mordí en la mano, fuerte. Dolió,
pero no salió sangre. Me da miedo contarte esto,
pero supongo que es la verdad. No debía haberme
mordido. No me ha ayudado. Esa también es la
verdad.




4 de abril


Querida Persona Desconocida, no tengo nada de
ganas de escribir y te imaginarás por qué. Son las
gaviotas humanas dando el griterío todo el tiempo.
Y eso que se van lejos, pero en esta isla el
viento trae todos los sonidos, hasta el más
pequeño. Comprenderás que cuando se ponen a gritar
es un infierno de pecadores. Heather y yo
intentamos pensar en nuestras cosas pero no nos
dejan, siempre molestando con las suyas. Hasta
manipulan nuestras emociones porque ahora también
estamos enfadados con ellos. No es un sentimiento
que queramos tener.


Quiero chillar
Tormenta de gaviotas
No hay refugio


No intento poner la paz, porque cuando lo he
intentado en otras ocasiones la situación ha
acabado peor de lo que estaba. Así que yo me quedo
callado y trato de ser invisible. No es
despreocupación, es supervivencia y lo mejor para
todos. Porque soy una patata hablando y siempre lo
estropeo todo.




5 de abril


Querida Persona Desconocida, no siendo el día de
los tontos, es raro que tengamos tantos. Ni me río
ni intento que esto sea una broma. De hecho ya
estoy muy cabreado y quiero chillar y gritar y
pegarles a todos empezando por mi mismo y luego
pegarles puñetazos a las piedras y a las focas y
al mar, pero me contengo todo el rato, lo que me
hace estar de mal humor. Por ponerlo de forma
suave.


Sobre todo estoy harto de Andrea que lo está
estropeando todo sin parar. Soy muy, muy
pesimista. Va a llegar uno de estos dos días: día
a) se marchan, día b) los echamos. Ese día podría
ser mañana.


Otra cosa, como soy tan idiota, y estoy enfadado
todo el rato he conseguido que Laika y Heather se
vayan juntas a pasear. Para no soportarme.
________________


Capítulo 14 Se marchan








6 de abril


Querida Persona Desconocida, Andrea y Carlos se
marchan. Sargento Mamá les ha dado permiso. Iremos
todos juntos a Berra, aquella isla desolada donde
encontramos el barco de vela. Es su mejor apuesta
para sobrevivir. Mañana será el día a) y será un
día muy triste. Mamá nos reunió a Laika, a Heather
y a mí y nos explicó que no tenía otra solución y
que, quizás, sea lo mejor para la supervivencia.
Si a nosotros nos pasara algo ellos, podrían
seguir con la esperanza de la humanidad. De lo que
queda…


—Pero aquí somos demasiado pocos, mamá. –Le dijo
Heather.


Bueno, hay algo que teníamos pensado, respondió,
aunque no para tan pronto. Van a venir de la otra
isla a aquí. ¿Vale? Estaremos bien. Y ellos ya son
mayores y…


Y, como es lógico, nos pusimos a llorar. Menos yo,
bueno sí, solo con mi forma de llorar especial
para cuando estoy demasiado triste: sin lágrimas.




7 de abril


Querida Persona Desconocida, el fracaso que siento
por dentro me está comiendo el corazón. Nos lo
está comiendo a todos, menos a la culpable,
Andrea. El proyecto de nuestra vida en Mahwrpool
ha terminado y no ha durado ni un año. Solo
queríamos estabilidad, vida normal y todo eso;
pero en realidad de vida normal solo hemos tenido
algunos días salteados. Ahora mismo me parece que
todo han sido esfuerzos y tristezas que estamos
tirando al mar para perderse en el fondo: “glu,
glu”.


Lo bueno es que ya no hay gritos. Laika, que no
entiende lo que está pasando, se queda con
nosotros en la popa del barco, mientras que los
rebeldes están a proa. Y así hemos pasado este
día, que aunque llueve poco y el viento sea suave
nos parece que hace demasiado frío. Y Heather y yo
estamos siempre juntos, de la mano sin darnos
cuenta, y Sargento Mamá nos mira y seguro que
tiene miedo de que acabemos siendo como los
malvados rebeldes, pero no dice nada. Supongo que
estará esperando a que estemos solos.


No sé cómo acabará porque no somos adolescentes
todavía. ¡Ojalá no acabemos siendo tan estúpidos!




8 de abril


Querida Persona Desconocida, es nuestro segundo
día de navegación y aún no hemos alcanzado nuestro
destino. Mamá se excusa con que el viento es muy
flojo y va en nuestra contra pero sospecho que
tampoco está intentando navegar muy bien. Andrea y
Carlos no se han quejado, lo cual me extrañó un
poco hasta que me di cuenta de que a lo mejor
tienen dudas y miedo de dejar todo lo plantado y
empezar de nuevo en la isla que arrasaron los
orcos. Rezo para que cambien de opinión en el
último momento; sería lo mejor para todos. Pero no
sé, parecían tan decididos hace solo dos días que
no creo que sea posible. En fin… ya veremos.


Cielo negro
Gorriones de estrellas
Tiritan las luces




9 de abril


Querida Persona Desconocida, al final pasó lo que
temía que pasara. No lo que tenía que pasar, como
dice el refrán, no tenía que haber pasado. Es solo
una estupidez, marcharse y eso…


Nos despedimos y ya está acabado. Bueno, con
algunos trabajos previos porque tuvimos que bajar
equipo y comidas que necesitarán para sobrevivir
los primeros días. Tienen suerte de que Berra es
grande para ellos y, a pesar de toda la
destrucción, quedan muchas cosas aprovechables.
Por ejemplo, el faro, donde van a vivir. Es
romántico, pero también muy resistente y puede ser
defendido con facilidad, siempre que no les
sorprendan o engañen, etcétera.


Bueno, esta es mi forma de decir que ya no tengo
hermano y todavía no entiendo por qué no se me ha
muerto el alma. Supongo porque ha sido poco a poco
o algo. O porque, en el fondo de mi cerebro, lo
había adivinado desde hace meses.


Debería tener mucho más miedo del que siento ahora
mismo. Quizás sea que conservo a mamá, cuando casi
la perdí hace unos días o porque tengo a Laika
pero, sobre todo porque tengo a Heather conmigo.
¿Significa eso que me convertiré como Carlos en
unos meses? Puede ser, aunque pienso que no porque
Heather no es como Andrea.


Heather es como la flor que significa su nombre,
pequeña, muy bonita y muy resistente y es muy
bonito dormir junto a ella. (Lo de la planta es
porque está más seca que lo de lo alrededor). Y
nunca está enfadada con mamá ni nada de eso. No se
piensa mejor que nadie, ni se enfada conmigo
demasiadas veces, ni se burla de mis locuras, ni
necesita nada mejor que el cielo y la lluvia y el
viento. Y además de todo eso, me quiere.


Sí, por eso ni tengo miedo ahora, ni me siento
traicionado. Aunque en realidad esté muy enfadado
con Carlos no necesito demostrarlo porque lo que
tengo dentro es más importante.


Además, ya tengo la piel muy dura.


Digo todo esto también porque sé que dentro de
unos días haré alguna estupidez. Seguro que no me
daré cuenta en el momento, pero insultaré a
alguien o quemaré algo o, si tengo mucha suerte,
me caeré en el suelo y me pondré a llorar sin
darme cuenta. Por eso voy a escribir, lo estoy
decidiendo ahora, una carta para mamá y otra para
Heather, para que me comprendan cuando sea un
estúpido dentro de poco y no se asusten.


Quisiera hacer lo que pienso y no lo que quieren
los demonios de las sombras de mi corazón. (Pero
son astutos, tienen planes secretos y no me los
cuentan; solo mentiras)




10 de abril


Querida Persona Desconocida, hemos pasado por
Ristol y, como mamá dijo, hay gente preparándose
para ir a Mahwrpool con nosotros. En concreto
serán los seis de la familia Sax, que te acordarás
que te escribí sobre ellos el mes pasado, cuando
hice el informe: Mungo Sax, el señor mayor y los
demás.


Nuestra isla va a parecerse a un colegio de antes
de las muertes. Si te digo la verdad eso me hace
sonreír, sobre todo después de ver a mamá teniendo
que explicar lo que pasó ayer, aunque por sus
caras y sus reacciones los adultos ya se lo
suponían. ¿era tan evidente? Hoy no van a venir
con nosotros, sin embargo, lo dejan para luego,
cuando esté la cosecha. Así que nos quedan muchos
meses para estar solos. No los cuento porque
pienso que son suficientes para morir mil veces y
para que pasen muchas cosas que lo cambien todos:
la vida es como es y no que queremos que sea, por
si no te has dado cuenta, querida persona
desconocida.


Además tengo una nueva preocupación y la culpa es
toda de Heather. Es que va y me pregunta.


—¿Te acordarás después?
—¿De qué?
—De que me borres.
Y me quedé callado y pensativo hasta que se me
ocurrió una cosa romántica. —Eres mi aire.
—Pero si viene una chica mejor… tú…
—Eres mi aire, I love you, for ever.
—For ever.


(Lo he puesto al revés, lo que está en inglés lo
dijimos en español y viceversa. Estoy bobo,
“bobomántico”.)


Pero después de eso, ahora me pregunto si, en
realidad ella se irá con el chico de los Sax. Con
Rob, quiero decir. Es mayor, más fuerte, quizás
más listo y seguro que tiene la cabeza mejor que
yo. Si es así me gustaría reaccionar como un
caballero y disolverme en la lluvia y la niebla.


(Pero será difícil porque viviremos en la misma
isla).




11 de abril


Querida Persona Desconocida, hemos vuelto a
Mahwrpool. Resulta increíble lo rápido que se
puede ir en un barco de vela comparado con un
kayak. Aunque todavía me gusta más el kayak tengo
que reconocer que es menos práctico. Una cosa
buena es que nos hemos podido poner a trabajar con
energía en la granja y las demás cosas. Y lo
necesitamos porque hemos perdido un montón de
tiempo con todas nuestras aventuras y
preocupaciones. Hasta Laika está trabajando: mamá
le hizo un Arnés con cuerdas y tela y dos cubos y
ahora nos ayuda a llevar tierra y herramientas y
otras cosas, según se necesite. No nos ha dado
tiempo a jugar y solo el justo para escribir. Así
que hasta mañana.


12 de abril


Querida Persona Desconocida, debo decir que hoy ha
sido un día satisfactoriamente aburrido, como los
que, según me parece ahora teníamos los primeros
días en esta isla. (Parece que fue hace 1934 años,
con todo lo pasado, pero no seré un aguafiestas y
volveré a estos momentos felices).


Discusiones: solo las que tienen las gaviotas.
Miedos, solo el de que haga algo estúpido, pero no
ha pasado todavía. Cosas malas: ninguna, ninguna,
ninguna. Hasta parecemos más guapos y mamá más
joven.


Pronto voy a prepararlo todo para jugar a rol
junto a la chimenea. Así que adiós, querida
persona desconocida.


(Hoy es un buen día para terminar mi diario)




13 de abril


Querida Persona Desconocida, Sargento Mamá, quizás
para darnos emociones, nos ha mandado estar más
vigilantes a partir de ahora. Resulta que como
otros años esta ha sido temporada de orcos o,
mejor dicho, temporada de cazar gente normal para
los orcos, mamá quiere que estemos preparados por
si intentan cazarnos los orcos caníbales, los
ladrones o los esclavistas.


Yo me he quejado porque pienso que no podemos
hacer mucho en realidad. Si atacaran de noche, por
ejemplo y suponiendo que no encallaran ni nada,
que sería su peligro, sería imposible
descubrirlos; incluso despiertos. Pero Sargento
Mamá dijo que no pasaría, no se arriesgarían tanto
y que atacarían al amanecer. O sea que dormiremos
pronto y nos levantaremos antes que el sol,
resguardados en nuestras posiciones defensivas.
Los días que haga tormenta va a ser el mayor de
los ascos. Eso seguro.


Pero hoy ha sido tranquilidad y paz; lluvia
normal, su poquito de sol, su caldito de algas y
canciones viejas. Como una fiesta tropical pero
con frío. (aunque menos que en invierno).




14 de abril


Querida Persona Desconocida, es que la mala suerte
me persigue como destino universal. Es que tiro
mil dados y me salen todos unos. Es que fue
despertarnos y cayó una tormenta impresionante.
Rayos, truenos, viento arrollador, dragones
ahogándose en la lluvia y con un poco de granizo
para que fuera más divertido. ¿Y mamá? Nuestro
sargento mayor fue inflexible, a ponerse los
ponchos y afuera.


Cuando por fin se pasó “la hora de peligro de los
orgos”, —que es como debemos llamar a la
madrugada—, estábamos tiritando. (“Orgos” es como
dices orcos con la boca llena de lluvia). Pero
luego va Sargento Mamá nos larga un discurso de
que éramos unos héroes y nos lo creemos y tan
felices.


El resto del día lo hemos pasado asegurándonos que
no le pasara nada al huerto y poco más. Aunque
amainaron los vientos, la lluvia ha seguido dale
que nos pega todo el santo día sin parar. Bueno,
nos ha dado tiempo de jugar a ser novios y de
bailar con música imaginada. Creo que Munro Sax
sabe tocar la gaita; a lo mejor si me enseña y
encontramos una…




15 de abril


Querida Persona Desconocida, una de las cosas que
más me gustaban de Carlos, cuando éramos más
pequeños es que siempre comprobaba si estábamos
bien. Lo primero que hacía era ir a por mamá,
después a papá y luego me ponía la mano en el
cuello para comprobar que no me había muerto por
la noche.


Me vino este pensamiento en la guardia de la
madrugada y aunque lo rechacé en ese momento me ha
acompañado el resto del día. Me preocupa un poco
porque puede ser que mi locura esté a punto de
brotar otra vez. Pero no, solo han sido memorias
bonitas, como un fantasma.


Es curioso, sé que antes de “las muertes” la
mayoría de la gente tenía miedo de los muertos.
Pero nosotros no; deben ser fantasmas. Y cuando
vienen me ayudan y me aman; siempre que no tengan
demasiado miedo, como los de la cueva. A mamá y a
Carlos le pasa lo mismo y a Heather se lo
preguntaré, pero me supongo que es igual. Y es que
si tuviéramos miedo de los fantasmas no podríamos
sobrevivir con tantos muertos.


Bueno, pues, en mi recuerdo Carlos descubrió a un
ciervo bebé. Tenía la pata rota y nosotros
llevábamos tres días sin comer. Los otros ciervos
no estaban cerca y lo lógico hubiera sido cazarlo:
carne fresca. Pero Carlos me pidió que le ayudara
a curarlo y lo hice. Claro que no sirvió para
nada, el cervatillo se resistió, a mí me dio una
coz que todavía me duele cuando lo imagino y solo
pudimos ponerle una porquería de venda. No lo
podíamos llevar a nuestro refugio porque los demás
se lo habrían comido así que nos fuimos.


Cuando volvimos había pasado lo normal. Solo
quedaban huesos, piel y tripas; perros
seguramente. Pero ya éramos muy duros entonces y
nos tragamos las penas. Al menos fue un bonito
acto de bondad, supongo. Sí, sí lo fue, todos los
actos de bondad son bonitos y, además, todos vamos
a morir así que la bondad es hermosa, dure mucho o
poco.




16 de abril


Querida Persona Desconocida, me siento muy raro
porque parece que me voy a escapar de una crisis y
no lo entiendo. Ahora me siento estúpido por haber
escrito esa carta sobre lo que me iba a pasar,
pero tampoco quiero fingir una crisis de mentira.
Uno, no es agradable y dos, la podría convertir en
realidad. Eso pienso.


Heather se me ha quejado de que estoy todo el día
hablando de Carlos. A mí me parece que no, pero
debería entenderme, ¿verdad? Era mi hermano y
ahora que no sé si lo quiere ser más, se me
ocurren un montón de cosas malas que podrían
pasarle en esa isla desolada. Además, tiene que
ser horrible aguantar a Ángela todo el rato. Esto
último se lo comenté a mamá y se rió, pero no le
veo la gracia en absoluto.


Por lo que te he contado hasta ahora te imaginarás
que el día ha sido muy tranquilo, muchas gracias.
Incluso nos dio tiempo de salir a cazar carne
pequeña; sobre todo erizos. Son fáciles pero
rinden poca carne. Lo que me llevó a preguntar a
mamá que por qué no vamos ya a secuestrar animales
para nuestra granja. Gallinas, por ejemplo, que te
dan huevos, u ovejas que dan leche, lana, carne,
cuero etcétera. ¡Todo un lujo de posibilidades de
comida y supervivencia! Pero no me respondió nada,
solo que no se dice secuestrar animales, sino
capturarlos. Menuda manera de desviar la atención.




17 de abril


Querida Persona Desconocida, hoy también he visto
nacer el sol y está empezando a gustarme. A pesar
de que todavía hace mucho frío de madrugada y que
lo hacemos para que los orcos no nos pillen
desprevenidos. Sobre todo ahora que somos menos.


La belleza de la naturaleza se impone a mis quejas
y tengo que luchar conmigo mismo para no
distraerme del espectáculo. Empiezo a
acostumbrarme a la vida tranquila y ya llevamos
una semana entera. Nuestro récord fue hace cuatro
años, cuando papá estaba vivo, y Carlos con
nosotros: 32 días exactos y 18 horas aproximadas
de felicidad aburrida.


Carlos, en aquel entonces me enseñaba todos sus
trucos de kayak y de cazar y jugábamos a concursos
de la tele del mundo de antes junto a la hoguera.
Pero creo que esos tiempos ya no van a volver
nunca; porque Carlos no volverá.


Para mí que todo lo tenía decidido Andrea hace
mucho tiempo. Incluso hoy, hablando con Heather,
me dice que seguramente están juntos y solos para
hacer cosas sexuales y tener hijos. Yo le dije que
no, que son muy jóvenes y todo eso, que no se han
casado, etcétera y todas las reglas del ayer. Pero
me temo que tiene razón.


Son días extraños, o mejor dicho, nuestro mundo es
un mundo extraño de supervivencia y nada más.
Hemos vuelto a ser animales, como Laika. Eso no es
ni bueno ni malo, es lo que es y no puede ser de
otra manera. Tenemos que ser animales. De lo
contrario un día desapareceríamos; toda la
humanidad quiero decir y eso es malo, supongo.


18 de abril


Querida Persona Desconocida, se paró la cuenta de
los días seguidos de tranquilidad. Hoy, en nuestra
guardia vimos otro barco merodeando por nuestra
isla.


Al final no se acercaron, pero eso no nos da
ninguna tranquilidad; quizás solo estaban
intentando saber si éramos ricos para comer y ya
vendrán otro día para matarnos. Así que tenemos
una regla nueva: a partir de ahora siempre vamos a
ir con las armas; aunque pesen y los descansos lo
haremos en la torre de la abadía para poder
vigilar. En esta ocasión sería bueno contar con
Carlos y hasta con Andrea y podríamos hacer
turnos, pero somos demasiado pocos. Esa es la
verdad.


19 de abril


Querida Persona Desconocida, hoy sería la fiesta
de cumpleaños de Carlos. A lo mejor te parece que
me estoy poniendo muy plasta con Carlos, pero es
que siendo su cumpleaños me parecería imposible no
mencionarlo. Además, supongo que es mejor que me
ponga plasta a que haga alguna estupidez.


Mamá está muy cansada, lo que en su idioma quiere
decir que está muy triste. Y por no disimular me
ha confesado que es por mi hermano y nos hemos
“medio-abrazado” durante una hora entera,
seguramente. Heather y yo también, pero más tarde.


El día está pasando tranquilamente; con todo el
tiempo que pasamos en la torre y eso, sin poder
divertirnos, por culpa de unos orcos fantasmas,
que podrían ser gente buena y todo, pero a ver
quién se arriesga.




20 de abril


Querida Persona Desconocida, otra madrugada de
frío inútil, otra tarde lenta de vigía y, en
medio, un día de trabajo y sudor. No me estoy
quejando… bueno sí, me estoy quejando, aunque sepa
que todo esto es necesario y prudente, etcétera.
Pero me quejo. También pienso en Carlos y lo que
hará en Berra, ¿le estarán hostigando los orcos? Y
mamá, si está pensando lo mismo que yo, debe ser
terrible lo que está pasando por su corazón.


Mañana voy a pedir a mamá dar un paseo con
Heather, cuando acabe nuestro turno. Le diré que
iremos con las armas, con mucho cuidado y siempre
a su vista. Espero que con todas esas condiciones
me tendrá que decir que sí.


Lo que siento sobre Andrea.


Pues imagínate una escopeta ametralladora que
disparara balas traladadoras con pimienta y fuego
y que apestaran con gases asfixiantes de la Gran
Guerra y que le estallaran por alrededor sin darle
ni una vez pero… Soy terrible, eso es lo que tengo
que decir para descargar la basura de mi alma.
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Capítulo 15: Buenos tiempos








21 de abril


Querida Persona Desconocida, mamá accedió a mi muy
justa y ecuánime solicitud. Así que hemos
conseguido ir juntos y hablar de nuestras cosas.
Va todo muy bien, no hay planes para nada, que es
bonita la primavera y la-la-la-la. La verdad es
que nuestra relación es sencilla como la vainilla:
estar juntos y jugar.


Nota: No me acuerdo a qué sabe la vainilla.


Lo que me preocupa es que quizás no seamos novios
de verdad; solo niños jugando a ser novios. Es un
juego que me gusta pero no me gustaría ser un
iluso viviendo en una mentira. En fin, por otro
lado, no hay nada que pueda hacer, jugar es lo que
hacemos los niños. Si es que todavía lo soy. (Ya
queda poco para mi cumpleaños: el 5 de junio)




22 de abril


Querida Persona Desconocida, Sargento Mamá ha
retirado la alerta amarilla. Lo que quiere decir
que haremos menos guardias. Nos queda la de la
madrugada hasta que termine el verano (que todavía
no ha empezado), pero dejamos la guardia de la
tarde. Necesitamos el tiempo para descansar, para
imprevistos urgentes de pesca y para ser feliz.


Heather me dijo que quería ir a buscar gallinas y
animales. Le dije que se lo preguntaremos a
Sargento Mamá un buen día, que seguro que todavía
está demasiado nerviosa como para dejarnos ir a
tamaña aventura. Pero, si te escribo la verdad, no
creo que nos deje. Ya somos demasiado pocos, hasta
que no vengan Munro Sax y los demás. Entonces será
todo más fácil. Yo, es que lo pienso, y es que no
podemos descuidar las plantas ahora. Necesitamos
la avena para el invierno; no solo las papas.






23 de abril


Querida Persona Desconocida, Lo más memorable de
este día será la nube de mosquitos que nos
persiguió. Pasó así: fuimos todos a la playa donde
las focas tomaban el sol. Estábamos esperando el
momento perfecto, pero, de pronto, se lanzaron
todas al mar.


No huían de nosotros, sino de una nube gigante de
mini-mosquitos chiquitines super-hambrientos. Para
cuando nos dimos cuenta de lo que pasaba estábamos
llenos de vampiros.


Huimos al mar entre chillidos. El agua estaba
llena de demonios de hielo que pensabas que un
rayo de frío te atravesaba el corazón. Todos los
demás se salieron pero yo me quedé porque quería
demostrar que aguantaba, y por los mosquitos. Los
demás se salían, los mosquitos les comían un poco
y se volvían a meter y otra vez a empezar, así
hasta que vino un viento y se llevó a los
mosquitos. Acabé tiritando pero muy feliz por
haber ganado. Aunque ahora tengo un mote nuevo:
foca.




24 de abril


Querida Persona Desconocida, Sargento Mamá
respondió que no a mi propuesta de ir a buscar
gallinas. La conozco tan bien que mi vida no tiene
suspense…


Pero nos dijo que podríamos ir a por huevos de
gaviota en cuantos los pongan; que ya es casi el
tiempo. Habrá que ir a la isla de los pájaros,
—aquí ya no los ponen—, y venir con la escopeta y
matar a alguna para que nos dejen en paz y obtener
carne extra.


Heather tiene la idea de capturar pollitos vivos
pero eso tiene dos problemas: hay que esperar
hasta un mes, como poco, mucho más para comerlos y
serán un lío de transportar. Seguro que hay una
maldición especial del lugar contrario al Cielo
sobre robar pollos de gaviota.




25 de abril


Querida Persona Desconocida, hace tanto calor que
nos hemos podido quitar los zapatos. Así es mejor
porque a los míos se le están abriendo un agujero
circular y, además, me van demasiado pequeños.
Durante el verano tendremos que ir a la tierra
principal de Escocia a por zapatos, pero mamá dice
que puede hacer nuevos, con ruedas de coche y tela
vaquera.


Menuda ocurrencia, serían los zapatos más raros de
la historia y seguro que me quedan mal. Y no
necesito mucho en realidad, con unas “wellis” de
goma me conformo, seguro que me durarán dos o tres
años, porque he crecido muy despacio y supongo que
será igual a partir de ahora.


Aunque, bueno, alguna vez tendremos que aprender a
hacer todas las cosas, porque el tiempo va
comiendo todo lo que se hizo antes de las muertes.


Pero no quiero pensar en cosas tristes. Ahora lo
que importa es que hemos podido ir en camiseta y
pantalones, sin frío. (Menos en la guardia de la
madrugada, claro). También hemos quitado el
cubrebañeras de neopreno de los kayaks, para que
duren más. ¿Qué haremos cuando se rompan del todo?
Mamá dice que antiguamente se fabricaban de pieles
de foca, pero eso va a hacer muy difícil. ¿Cómo
conseguiremos que cierren bien? Dice que si los
inuits lo consiguieron nosotros también, y por las
mismas razones, necesidad.




26 de abril


Querida Persona Desconocida, hemos descubierto un
zorro. ¿Cómo ha llegado a aquí? Supongo que
siempre estaría, pero ha sido muy escurridizo todo
este tiempo. Es una suerte tenerlo aquí. Seguro
que es quien ha defendido nuestras cosechas contra
los roedores de diversos tipos y no nos ha faltado
carne pequeña.


Pero no quiero hablar de eso. Lo que quiero es
recordar como el zorro se deslizaba tan elegante
sobre la playa; hasta que se dio cuenta de nuestra
presencia, la de Laika y la mía, y desapareció de
nuestra vista. E hizo bien, porque tuve que
retener a Laika para que no lo cazara. Estuvo toda
una hora a regañadientes conmigo y eso es mucho
para un perro; pero como ya dije el zorro defiende
nuestra comida y cualquiera que defienda nuestra
comida es mi amigo.


Y ahora que lo pienso. Es un misterio científico
cómo llegaron todos estos animales a estas islas.
Los pájaros, fácil: vuelan. ¿Pero los erizos, las
musarañas, los ratoncitos y los zorros? No creo
que los trajera ningún “highlander” en su boina.
¿Para qué? Te puedes imaginar que alguno viniera
de polizón en una barca pequeña, los más pequeños,
¿pero los grandes?




27 de abril


Querida Persona Desconocida, sigue el buen tiempo
y nuestra rutina. Madrugón, vigilancia, trabajo y
divertirse. La diversión no es mucha teniendo en
cuenta los pocos que somos y el silencio de todo
por aquí, pero aun así nos da tiempo a hacer
alguna carrera de kayak; pero tampoco porque soy
mucho más rápido que Heather y a mamá no le
interesa.


Hoy me noté una cosa rara en la frente y era un
chorro de sudor. No me acuerdo de cuándo es la
última vez que me había pasado. Seguro que hace,
como mínimo 20 ó 22 grados; una vida tropical. Si
esto sigue así va a hacer un verano muy cálido; lo
que estaría estupendo para usar la playa como en
los extraños países del sur. (España me parece
otro planeta).


Me pongo a leer libros de los científicos pero son
un desafío. A veces no entiendo nada y otras veces
me estalla la cabeza. Como hoy.


Lo más difícil o divertido de hoy fue un artículo
de física, el efecto Casimir, que dice que hasta
la nada, cuando has quitado todo tiene energía.
Puedes chupar hasta el último aire, buscar con un
súper-microscopio la última partícula y quitarla,
pero aun así surgirán cosas. (aunque se
desintegran nada más surgir). Lo repito: la nada,
la nada, nada, el vacío tiene energía. O sea que
el 0 no existe en la realidad.


Es como una magia que saca dos partículas de la
nada durante nada de tiempo y se aniquilan
mutuamente. Y luego vuelta a empezar; sin que
pueda haber fin, aunque todo el universo se
destruya. Siempre quedará la energía del mismo
espacio. ¿Será la energía de Dios? No. Creo que me
estoy poniendo romántico. Es solo energía, como el
calor y esas cosas. Nada más.


(No es mágico sino maravilloso. Si lo piensas la
realidad es mejor que la magia.)
________________


Capítulo 16: La más pequeña de las lágrimas








28 de abril


Querida Persona Desconocida, ha vuelto el barco
merodeador y esta vez lanzaron una botella al agua
con un mensaje. Claro que no salimos a recogerla
hasta que se marcharon: no somos tan estúpidos.


Ahora que lo pienso hubiera sido mejor dejar que
se hundiera para siempre. Pero Heather la sacó a
mediodía, la leyó y desde entonces estamos
tragando saliva. Decía: “kill thyselves, please”.
(O sea, “suicidaos, por favor”… ¿serán malvados? Y
nada más. O son unos sicópatas galantes, unos
orcos bromistas o unos profetas de la muerte
bella. Los dos primeros sabes lo que son.


El tercero eran unos que había antes, durante las
muertes, que decían que debías buscar una muerte
artística. Por ejemplo, buscabas un cuadro que te
gustara. Ponías tu habitación como el cuadro y
morías haciendo de uno de los personajes del
cuadro.


Tuvieron millones (o un montón) de seguidores con
nombres como “Dead crows”, “Night goblins”, “Far
beyond the mist”, “Wee tears” y demás, pero casi
nadie se suicidaba. La mayoría se conformaba con
adornar el cuarto donde iban a morir por alguna de
las enfermedades y ponían el vídeo en directo en
Internet para que todos vieran su “agonía y último
suspiro” y lo etiquetaban en plan “#agony
#lastbreath #deathart”.


Pero nunca quedaba bonito. Lo sé porque yo los
veía; — aunque era ilegal, casi todo el mundo los
veía al principio. Y después nos cortaron
Internet. Y me sentí horrible porque pensé que era
por mi culpa. Pero no, es que ya quedaba tan poca
gente que todo se estropeaba.


¿Por qué tengo que recordar esas cosas horribles?
¡Por qué me lo hago?




29 de abril






Querida Persona Desconocida, seguimos nerviosos.
Ayer dejamos la botella en el mismo sitio; por si
vuelven a comprobar de lejos; pero me parece una
preocupación absurda. Con todo el tinglado que
tenemos en la playa para pescar y que necesitamos
para vivir tienen que saber que hay gente aquí. Lo
bueno es que no pueden saber cuántos somos.
Proverbio de Sun-Tzu: “Si eres débil parece
fuerte”. ¿Alguna idea para conseguirlo?




30 de abril


Querida Persona Desconocida, Sargento Mamá nos
convocó, justo después de la guardia del amanecer.


–No han de ser orcos, —nos dijo. —Si lo fueran
nunca nos hubieran avisado.


Bueno, dijo más o menos eso, pero en inglés; ahora
que no están ni Carlos ni Andrea estamos volviendo
a hablar en inglés porque es más fácil para
Heather y, además, cuando vengan los otros ya no
habrá más remedio, así que nos sirve de práctica.


Sargento Mamá, que se había callado un rato, nos
miró, tragó saliva y dijo.


—Es malo. No podremos negociar ni asustarles.
Quieren matarnos, no van a hacer otra cosa hasta
que lo consigan o los matemos primero. Sabéis que
no podemos huir.


Ni ganas teníamos, ninguna. Justo cuando habían
llegado tiempos felices. —¿Queréis luchar contra
ellos en el barco?
Y me quedé blanco y Heather también. Un tercio de
mi mente: batalla pirata. Otro tercio: día
horrible de muerte. El tercio loco de mi mente: me
van a comer despacio, vivo y me imaginaba la
escena atado a una barbacoa, a medio comer. Soy el
héroe cobarde.


No pude responder con la lengua. Dije que sí con
la cabeza y Heather me apretó la mano, lo que no
supe que significaba, salvo que estaría conmigo.
Hoy por la noche aparejamos el barco, con todas
las armas y protecciones. Mañana vamos a por los
malos. Va en serio. No vamos a preguntarles nada,
porque sé que Sargento Mamá no se equivoca. Nunca
se equivoca cuando decide cosas como esta.


Guerra, guerra, guerra. (Si este diario termina
hoy, sé feliz querida persona desconocida, tu
felicidad no tiene que sufrir por mi muerte, que
no soy nadie importante)




1 de mayo


Querida Persona Desconocida, Había un deseo de
muerte, como había predicho mamá, aunque mamá se
equivocó porque no nos querían matar a nosotros.
Lo cual es mejor; para nosotros. Me explico: nos
encontramos el barco merodeador a la deriva y a
una psicópata muerta.


Su barco tenía un nombre muy revelador: “The Weest
Tear”, o en Español “La más pequeñita de las
lágrimas” o algo parecido.


Resultó que era una mujer mayor, por lo menos
cincuenta años viejos, una seguidora de la muerte
bella. Ahora mamá piensa que nos estaba provocando
a una pelea. Algunos de los seguidores de la
muerte bella opinaban que lo mejor era morir en
combate y hasta organizaban duelos y todo. No me
había acordado antes porque para mí eran un grupo
separado y además fueron de los primeros en morir.
Y recuerdo ahora cosas horribles de ellos, que no
te quiero contar. Por eso no los quería recordar,
supongo. La memoria es un asco, la memoria de las
cosas malas.
No sé que nos pasa a las personas que nos
obsesionamos tanto con las cosas malas que les
pasan a otros que hasta queremos que nos pasen a
nosotros. A lo mejor no me entiendes porque a ti
no te ha pasado nunca.


A ver cómo me ha pasado a mí: veo a alguien con
dolor y me da pena y pienso, ¿podría resistirlo? Y
entonces me imagino que me pasa y veo cómo puedo
resistirlo y me imagino las cosas buenas que te
pasarían como que te den amor cuando estás enfermo
y luego me gustaría probarlo por ver si en
realidad soy capaz. (aunque en realidad solo lo
deseo débilmente, ni lo digo, ni lo busco, porque
da mucho miedo).


Esa es una razón. Además hay otra: porque tengo
pena acabo teniendo cariño a esa persona y un
poquito quiero ser esa persona. A mí me parece
que, a lo mejor, eso es lo que le podía pasar por
la mente a esa mujer. Pero es una estupidez, es
equivocarse de sentimientos, y bueno, una locura,
al fin y al cabo.


Lo escribo ahora especialmente porque ya la hemos
enterrado y, como presidí la ceremonia, se me
volvieron muchos otros entierros. Todos fueron
malos. Hasta los que hicimos aburridos y los que
hicimos riendo. Pero era una risa gris, no
fingida, sino un muro para hacernos fuertes
mientras se caía el mundo. Es lo que pasa cuando
juegas con tu amigo y después se cae muerto.


A veces me pregunto por nuestras reacciones ante
la muerte, cuando lo que pasa es que no podemos
morir, pero vemos morir a todos los demás. Lo de
que no podemos morir lo puse sin pensar, supongo
que hay algo dentro de mí que dice que estoy
exceptuado de la muerte, que dice que… da igual lo
que diga, son mentiras y, al final, no importa; no
tiene nada que ver con lo que quiero decir.


Es que ya no sé cuál es el modo correcto de
emocionarme cuando alguien se muere. Sobre todo si
es alguien que no conozco.


Pero hoy he estado llorando, por la psicópata
muerta y los demás. O quizás no. He vuelto a tener
otras de mis ataques que llorar sin darme cuenta.
Además me ha temblado todo el cuerpo.


Pero ya estoy bien.


Una última cosa: le he pedido a mamá y a Heather
ser sacerdote. Me han dicho que sí. Estoy muy
cansado.




2 de mayo


Querida Persona Desconocida, este era un día
importante en España por una guerra antigua que
hubo contra los franceses. O los franceses contra
nosotros, mejor dicho, porque atacaron ellos. Lo
escribo para que no se me olvide, aunque no sé
para qué recuerdo estas cosas.


Lo que dije ayer de ser cura, aunque estaba bajo
los efectos del estrés y del cansancio, no lo dije
de mentira. Hoy, después de la guardia del
amanecer, que seguimos haciéndola, y después de
trabajar recé “Evensong” con Heather. Es bueno
volver a estar en la paz de Dios y es muy fácil
aquí, que es una abadía verdadera con una capilla
real, aunque yo sea un sacerdote de mentira.
Bueno, soy un niño, tengo derecho a jugar y espero
que Dios lo comprenda; aunque rezo de verdad.


Veré la bondad del Señor en la tierra de los
vivos. Esto es de lo que rezamos hoy; solo que
traducido por mí. Bueno, rezamos otras muchas
cosas, pero eso fue lo que se me quedó. Lo repito:
creo que veré la bondad del Señor en la tierra de
los vivos. De hecho ya la he visto muchos días de
mi vida (esto ya es personal). Aunque la mayoría
de los días, o por lo menos muchos, hayan sido de
tristezas. Pero espero una bondad mayor, una gran
victoria de la bondad y todo lo bueno. Y por eso
vamos a plantar flores en las tumbas de esta isla.




3 de mayo


Querida Persona Desconocida, este día también era
de fiesta en España, pero solo en la isla de mi
madre. Y se ponían flores en las cruces. Según
mamá porque es tradición y ya está.


Aunque quisiera ir con mi hermano ahora no puedo.
No sé por qué ese pensamiento me ha interrumpido.
Es por el mar y una barrera invisible que hay
entre los dos.


Bueno, sigo con lo que quería decir antes.
Nosotros hemos adornado nuestras cruces con las
poquitas flores que habían abierto, pero sobre
todo con hierbas y ramas. Además hemos hecho lo
que dije ayer: trasplantar flores a donde tenemos
las tumbas, empezando por Allan. Heather lo
agradeció con besos.


Espero algún día descubrir la razón de esta
tradición; de momento mi teoría es que tiene que
ver con que Jesús se salvó de la muerte. Es la
nueva vida que brota de la muerte; un símbolo muy
obvio, pero que me parece muy difícil de creer
porque nadie más lo ha hecho. Opciones: o es Dios,
o todo es falso. Todo.




4 de mayo






Querida Persona Desconocida, nuestra oración, —la
de los tres porque mamá se nos ha unido—, se está
haciendo más “céltica”. Es por el libro de dónde
las saco: “Celtic Prayers”, o sea “Oraciones
Celtas”, obvio. Y me gustan, mucho. Dicen cosas,
traducidas, como “bendice esta casa y a todos lo
que aquí descansen”. Así nos fuimos a dormir
anoche y, —como estábamos en romanticismo
espiritual—, lo hicimos en la misma capilla, con
tres colchones sobre el suelo.


Pero esta mañana, lo mismo de siempre: guardia del
amanecer y, después, trabajo y después cosas
sencillas, demasiadas para contarlas. También
hemos vuelto a estudiar, cosas para la
supervivencia. Sobre todo queremos una vida
normal, lo más aburrida posible y cuando llegue el
verano y los demás, tengamos una buena cosecha y
el año siguiente sea mejor. Y el otro, y el otro.
No es tan mal sueño.




5 de mayo


Querida Persona Desconocida, según mamá también
este día era fiesta en un país llamado México. Muy
lejano y muy feliz. El país del chocolate y la
vainilla y otras cosas de los cuentos de hadas.
Solo que era real. Sería un sueño ir a allí, o a
cualquier otra parte. ¿Habrá allí también
supervivientes? Puede, pero seguro que no piensan
en nuestras pequeñas islas de Escocia. No es nada
personal, somos insignificantes.


Otro día felizmente aburrido y soso, muchas
gracias.


Por la noche me pasó lo de Samuel. Lo de la
historia de la Biblia, que Samuel, el niño
sacerdote del Santuario, está dormido y escucha,
“Samuel, Samuel”, y piensa que le llama su jefe,
Eli, Y va a su jefe, pero este le dice que no le
ha llamado. (Tuvo que ser muy molesto para Eli.).
Hasta que le dice a Samuel que es Dios quien le
llama y que diga “Speak, Lord, that your servant
is listening” (Habla, Señor, que tu siervo
escucha) .


Pues yo he soñado con lo mismo. Solo que en mi
sueño yo sabía que era Dios. Y le dije “Speak,
Lord, that your servant is listening” y no me dijo
nada, pero caminé a la ventana y vi una aurora
boreal preciosa. Muy extraño en esta época del
año. (Pero si era un sueño… )




6 de mayo


Querida Persona Desconocida, tenemos calor de la
mañana hasta esta hora. Y me estoy preocupando
porque sigue así los mosquitos van a llegar a
millones, junto con los “midges” y las bonitas
moscas de caballo, que dan mordiscos de caballo.
Si no sabes los que son los “midges” y las moscas
de caballo es que tienes mucha suerte. Para
resumir diré, y digo toda la verdad, que hemos
hecho una oración para que llueva. De lo contrario
la única solución es cerrar toda la casa y
ahumarnos como pescados. El único es lo único que
aleja a esos monstruitos asesinos.




7 de mayo


Querida Persona Desconocida, nuestras oraciones
han dado resultado. Ha vuelto el clima normal de
lluvia. Pero mamá y Heather hicieron una cosa
mala. Me dieron las gracias a mí, cuando se las
debieron dar a Dios, el Señor de los ejércitos de
los cielos. Como si yo fuera un mago. No lo soy.
Rezar no es magia. No sé cuántas veces tendré que
repetirlo. Paciencia, Dios mío, paciencia…


Como se ha acabado esta “precuela” del verano, nos
vendrán ahora de una a tres semanas de lluvia fina
y escocesa con su trocito de sol en medio y
nuestras plantas crecerán como deben ser y después
las comeremos y todos seremos felices. Menos los
mosquitos, los “midges” y las moscas de caballo
que tendrán que esperar un poco más para
fastidiarnos la vida.




8 de mayo


Querida Persona Desconocida, Laika está tristona.
Vino conmigo a la guardia del amanecer normal, un
poco dormida, pero después de eso la noté rara.
Como triste. ¿Querrá tener un novio? Si es eso
podríamos escaparnos en mi kayak y buscar uno.
Pero es demasiada aventura para hacerla sin
conocer seguro sus deseos. Podría estar enferma;
aunque sería su prima vez desde que la conozca.


Se lo pregunté a mamá y me dijo que se está
haciendo vieja, “como ella”. Lo dijo de una forma
tan triste que creo que lo pasa es que hay un
virus de la tristeza.


A veces nos pasa eso a pesar de todos nuestros
deseos de felicidad. Normal: la lluvia, la
oscuridad y el frío son la realidad; los días de
sol una fantasía.




9 de mayo




Querida Persona Desconocida, pues ha vuelto la
fantasía, los días de pies descalzos y la
felicidad de Laika. Es decir que el día es muy
bonito y los pequeños vampiros están afilándose
las bocas o lo que usen para picarnos. Ya estamos
recopilando caca de ganso. La echas al fuego y
genera un montón de humo que aleja a todos los
insectos. (O por lo menos los que no queremos). En
el mundo de ayer había toda clase de ahuyentadores
y redecillas; pero hoy solo queda la caca de
ganso. Entenderás que nunca los hemos cazado salvo
en la más desesperada de las situaciones.


Día de rutina, completo con guardia del amanecer,
trabajo, estudio y oración (¿somos monjes?) Cuánto
me gustaría que fuera así durante mucho, mucho
tiempo.




10 de mayo


Querida Persona Desconocida, todo es lo mismo. Ya
casi no llueve; solo dos o tres horas, como mucho.
Demasiado poco para Escocia. Temo que nos estemos
volviendo ingleses. Es una broma claro; Escocia o
Inglaterra ya no significan nada y apuesto que
tampoco ninguno de los otros países del mundo. Es
como la canción de “Imagine… no countries” pues ya
no hay países ni naciones pero no es tan bonito
como la canción sugería. Claro que, para ser
justos, la canción iba de que el mundo se uniera y
no que se destruyera en la paz de los cementerios.
(Que significa que como están muertos no puede
pelearse).




Sobre la charca
Una araña cuelga
¡Ay!, ¡chop!, glu, glu, glu




11 de mayo


Querida Persona Desconocida, por fin hay una
novedad que merezca contarse. Nos hemos atrevido a
bañarnos en el mar. Empezó sin querer, porque se
me cayó un palo que uso para desenredar las redes
al agua. (Bueno, no las redes en sí, eso sería
estúpido y muy trabajoso sin o las cuerdas que
sostienen las redes en su sitio). Y me estiré a
cogerlo desde mi kayak y me mojé la cara sin
conseguir pillarlo, pero me di cuenta de que
soportaba el frío y me tiré al mar. Laika me vio
desde la playa y fue a por mí, pensando que estaba
en apuros y Heather y mamá detrás.


Y esa es mi versión oficial que es la única
verdadera. No es que se me volcara el kayak ni
nada.


Después de eso estuvimos jugando media hora dentro
del agua. (Sin contar el tiempo de sacar el kayak
a la playa y achicarlo, etcétera). Casi ha sido un
día de vacaciones.




12 de mayo


Querida Persona Desconocida, si hubiera venido mi
hermano podría haberle preguntado cómo le va, o si
está vivo o muerto. En mi pensamiento debería
estar bastante bien; ya tendrán su tinglado de
pesca montado, recogerán algas y ya estarán
plantando su huerto, o pillando zanahorias que
haya crecido salvajes, etcétera. En realidad si
tuviera que ser pesimista lo diría que para el
próximo invierno es cuando la cosa se le puede
poner muy malita. Sobre todo si les nace un bebé.
Pero también eso tiene solución si vuelven con
nosotros; aunque seguro que eso no les gustaría
nada. Sería como perder.


En cuanto a hoy lo único interesante son los
mosquitos que nos han visitado durante la
madrugada. Nada demasiado malo, he contado solo 16
picadas sobre mi piel y ninguna en ninguna zona
dolorosa.




Capítulo 17: Adiós








13 de mayo


Querida Persona Desconocida, puede que dentro de
poco te quiera decir adiós, querida persona
desconocida porque mi diario se está terminando.
Lo siento en mi espíritu, en mi corazón y en que
se me acaba el papel. Por eso verás que mi letra
es cada vez más apretada y uso más abreviaturas.


Bueno, está lo de Heather, que se cayó en la
trampa mortal de algas resbaladizas sobre piedras
endurecidas y se hizo sangre por todo el brazo,
pero sin romperse nada, así que es afortunado pero
poco interesante.


Las plantas van muy bien, la pesca mejor y las
algas se han vuelto locas a crecer. Creo que si no
estuviéramos nosotros se tragarían toda la isla y
la arrastrarían al mar. ¿Te lo imaginas?




14 de mayo


Querida Persona Desconocida, tenía pensado
contarte un recuerdo viejo para aderezar este día
aburrido, pero la tarde nos trajo una gran
novedad. Mungo y Rob Sax, han venido en un bote de
remos y nos han contado que quieren venir pronto.
“Omnia Paratus”, dijo Mungo, que por lo visto
quiere decir OK en Latín, un idioma muerto antes
de las muertes. Eso, o todo está preparado, no lo
recuerdo muy bien.


Su idea era que fuéramos a recogerlos mañana y la
idea es de mamá es que esperen una semana. Dice
que no podemos ir justo ahora, que estamos
ocupados con la cosecha; hasta recogiendo avena
salvaje de la costa adyacente. Así que mañana se
van y nos esperan.


Por cierto mamá no nos había dicho nada de ir por
las islas a cosechar avena salvaje. Además de que
es un poco pronto para la avena; así que podría
ser una excusa pelusa. Ahora se lo pregunto, en
español, por si nos están escuchando.




15 de mayo




Querida Persona Desconocida, a primera hora, poco
después de la guardia del amanecer, los dos Sax se
volvieron a su casa en su bote de remos. Lo tienen
bien preparado con una lona tensada que sirve de
refugio por si llueve o el mar está malo. Pero no
me gusta en realidad: solo gana a un kayak en
estabilidad y capacidad de carga y sí, puedes
ponerle una pequeña vela cangreja como hacen ellos
pero eso es indudablemente una ventaja injusta y
poco deportiva. Además nunca será tan divertido.


Me puse a rezar por ellos pero Heather me tiró de
la manga y me dijo que me pusiera a trabajar. Solo
me dio tiempo a rezar por su salvación y no para
que se dieran cuenta de lo equivocados que estaban
al haber elegido ese barquichuelo del demonio. Un
bote de remos, ¡qué pringados! El kayak es mejor.




16 de mayo


Querida Persona Desconocida, hoy fuimos a la isla
de Barvas en el barco de vela. Antes de las
muertes ahí había un pintor raro, excéntrico
hubieran dicho entonces, obsesionado con la avena.
Se fue a esa isla que había estado deshabitada
desde 1923 —eso dice mamá— y se puso a cultivarla.
Blanca, roja, de primavera, de invierno, hasta de
verano, si es que existe. Convirtió toda la isla
en un campo de avena y las autoridades de las
Highlands en Inverness lo quisieron echar pero se
salvó con una campaña en “Mienternet” (como
Sargento Mamá llamaba a Internet cuando descubría
bulos o calumnias).


A mamá no le gustaba nada la idea del pintor loco
porque destruía la naturaleza, y estaba de acuerdo
con las autoridades. Pero ahora nos ha venido
bien, por toda la avena salvaje que encontramos
creciendo en la isla.


Y también le ha venido bien a los pájaros, así que
en realidad no hemos cosechado tanto. Ha habido
que trabajar mucho, sin embargo. Estoy reventado
de los huesos y hasta estoy perdiendo las ganas de
escribir nada más.


Este Guille se va a hacer zzzzzzzz… antes de
escribir el punto final




17 de mayo


Querida Persona Desconocida, anoche tuve un sueño
de lo más raro. El pintor de Barvas se me apareció
como un fantasma. Yo, en el sueño, me había
despertado y estaba vestido tal como duermo en el
saco. Y Heather estaba conmigo, también en ropa
pequeña. Y el pintor loco estaba pintando semillas
en la tierra; las cubría, les echaba agua y
mágicamente brotaban. Y entonces nos vio y nos
dijo


—Hola queridos fantasmas. ¿Queréis café de avena?
—No somos fantasmas, le respondió Heather —y el
café se hace con café, no con avena.
—Sí que sois fantasmas, porque yo estoy muerto y
los vivos solo entran en la tierra de los muertos
como fantasmas. Miraos los pies.


Los miramos y estábamos flotando a una pulgada del
suelo, descalzos, como todo buen fantasma. Menos
Fantasma Papá. Fantasma Papá siempre viene con
Alba y Scotia, sus botas favoritas. Incluso le
enterramos con ellas puestas, una excepción a la
regla sagrada de mamá.


—Y en cuanto al café,  —nos siguió diciendo—, solo
hay que tostar la avena, molerla y hacerse un
café, como se haría un café normal.


Pasamos un poco de susto por estar flotando en el
aire. Pero cuando se nos pasó nos pusimos a volar
dando volteretas entre la niebla hasta que nos
cansamos. Entonces volvimos con el pintor muerto a
aceptar su invitación para el café.


Nos sentamos sin llegar a tocar el suelo y cuando
terminamos el café nos riñó. —Por esto los niños
no deben convertirse en fantasmas. Asustaríais a
todo el infierno. —¡Infierno! El reputado artista
dijo una palabrota. Porque en inglés infierno, o
sea “h#ll”, es una palabrota; si es que eres un
buen cristiano, claro. —Menos mal que aquí no hay
ningún muerto más que yo.


—Pero mamá me dijo que te habías ido al continente
durante las muertes. —Eso se lo dijo Heather, (yo
estaba indignado por la palabrota), y por mamá se
refería a mi madre (es un sueño, no todo tiene que
ser lógico, ni verdadero).


—Pues se equivoca. Tenía razón en que no debía
haberme cargado la pequeña naturaleza de esta
isla. Pero aquí estoy muerto, con todos estos
amigos. Y se subieron a él fantasmas de erizos, de
musarañas, de mosquitos gigantes (son buenos, no
pican) y de toda clase de bichos. —Todos estos los
maté yo por cultivar avena. Pero no me guardan
rencor, no saben odiar porque no son humanos, así
que somos felices.


Cuando me desperté Heather no recordaba nada y
mamá no quiso buscar al muerto por mucho que le
insistí. Y eso que insistí con insistencia.
(Insistí con insistencia, que obvio y redundante
soy; sin parar). Empecé en la guardia del
amanecer, seguí en el desayuno, también cuando
recogíamos más avena y no me cansé hasta el
almuerzo. Entonces Sargento Mamá me dijo. —Tu
fantasma no quería que le buscaran. Lo único que
quería es que no plantáramos más avena.


—Es verdad. Aunque no es mi fantasma; es libre.


—Pues no lo buscaremos porque no necesitamos más
cadáveres. Pero sí plantaremos avena, que hace
falta. El daño ya está hecho, ahora hay naturaleza
por todos lados y sobre todo y más importante,
ahora necesitamos comer. —Después de eso recogimos
todos y volvimos a nuestra isla.




18 de mayo


Querida Persona Desconocida, otra madrugada
perdida en la guardia del amanecer. Mamá dice que
lo mejor que nos puede pasar es que “malgastemos
las madrugadas”. Pensándolo tiene razón; porque
eso significa paz. Pero sintiéndolo, me siento
como un tonto derrochador.


Por la tarde hemos ido a hacer el mantenimiento
del búnker. Nada raro, pero, “hay una trampa”.
Mamá nos dijo que no le contáramos lo del búnker a
ninguno de los Sax cuando vengan; ni ahora ni
nunca, hasta que nos diera permiso. Por si
resultaban gente mala y tener un sitio donde
refugiarnos. Bueno, 1. No sé si servirá para algo
(nos podrían matar de noche). 2. Espero que nunca
tengamos que usarlo. 3. Aunque ganáramos,
¿tendríamos que matarlos? ¿serviría de algo vivir
después de eso?


Lo que quiero decir con la última frase es que si
la humanidad es mala a lo mejor sería mejor que
nos extinguiéramos. No sé, es un pensamiento
deprimente, fruto del miedo. “Weird”.


Es como un cuento que me contaron. Decía el
maestro Feliz que Noé fue el salvador de la
humanidad porque obedeció al Señor, pero el
maestro Triste decía que hubiera sido mejor que no
hubiera obedecido al Señor. Así se hubiera acabado
la humanidad y también el mal en el mundo. Un solo
pecado hubiera evitado muchos pecados, un mal
hubiera abortado muchos males. Pero el maestro
Feliz respondió que eso era una tontería, porque
ese pecado también hubiera matado todo el bien que
se ha hecho. Noé vivió para el bien, que el bien
es la salud de la vida y el mal, una enfermedad,
como las muertes.


Ni Laika, ni Heather ni yo hemos jugado hoy, ni
hemos hecho nada salvo descansar junto al fuego a
las primeras de la noche. Todos tenemos aire
pensativo; —será por las palabras de mamá. Justo
cuando la vida se hace más feliz crecen nuestros
miedos.


En fin, miedo feliz. Ahora, cuando escribo esto,
mamá está sirviendo estofado de carne pequeña y
Heather le está leyendo a Laika un libro de
poesías. Lee fatal, pero a Laika le gusta tanto su
voz como a mí. Disfrutamos.




19 de mayo


Querida Persona Desconocida, mamá todavía está
dudando de si ponemos rumbo a Ristol o no. Lo que
me parece es que no podemos irnos todavía sin
acabar de prepararlo todo y ocultar nuestras cosas
de la vista de los orcos. Pero mamá no escucha a
mis preocupaciones y hasta Heather me dice que no
nos dará tiempo; que deje de ser un “worry-borry”.
(Que supongo que es algo que se inventó algún
amigo de ella y que suena como “preocupaburrido”).
Vale. Nueva palabra:


Preocupaburrido
Definición: Se dice de aquella persona que se
preocupa tanto antes de emprender nada nuevo que
nunca intenta nada.


Ejemplo: Guille.


Frase: Guille es un “preocupaburrido” por que no
se decide a ir a Ristol hasta que la isla sea una
fortaleza infernal donde nadie pueda entrar nunca
más y tengamos cañones gigantes controlados por
robots asesinos con radares, cámaras de visión
nocturna y rayos láser verde-azulados. (O algo
igual de mortal)


Traducción al inglés: “worry-borry”. Mejor
pronunciar con acento escocés fingido,
“arrastrrando” las erres.


Luego le pregunté si mamá era también una
“worry-borry” y me dijo que no, porque mamá
“wish-wiser” (¿Deseadora-sabia?, ¿Deseadora de
sabiduría? En fin, cosas de Heather). También que
Sargento Mamá tenía más experiencia que yo y que
si ella se preocupaba por algo era una
preocupación real. Y yo no me enfadé con ella
porque… por alguna razón inconsciente. O porque la
quiero, que viene a ser lo mismo.


Y bueno, después me hizo reír con una broma que no
voy a contar. Pensarías que estamos locos. Supongo
que es el sol, con su tiempo estupendo que nos
ayuda a ser felices y a que ningún mal parezca
real. Si hiciéramos una encuesta entre los tres y
nos preguntaran si considerábamos más real Narnia
o lo que vemos, diríamos que Narnia. Aunque en
realidad en Narnia también pasen cosas malas y en
nuestras aventuras, ¿reales? también pasan cosas
buenas.



20 de mayo


Querida Persona Desconocida, después de muchas
dudas y preocupaciones salimos todos en “Canciones
de Verano” a Ristol. No tenía mucho sentido dejar
una persona o una perra sola e indefensa en la
isla, y el barco con una tripulación insuficiente.
Por lo menos ese ha sido el pensamiento final.


El viento ha sido fuerte, o sea que menos mal que
fuimos todos. A veces en verano te confías y crees
que todo seguirá siendo feliz pero en realidad el
mar siempre sorprende.


Así que, aunque no te lo creas, casi nos la
pegamos de proa contra las rocas de la isla.
Hubiera sido una forma muy mortal de morir. (Qué
frase tan mala me ha salido). Pero al final no
pasó nada pues Heather, que iba al timón, pudo
esquivar el choque en el último momento, en plan
película de acción. ¡Es mi heroína!


Así que todo salió bien. Salvo para mí, que me
pegué un porrazo en la cabeza, como un niño chico.
Se cayeron un montón de cosas, nos barrió una ola
y se nos cagó una gaviota encima. Entonces nos
ponemos a reír y a cantar y a excitarnos y yo con
sangre en la frente, como un héroe de la guerra.
(Ya, bueno, :P )



21 de mayo


Querida Persona Desconocida, cuando llegamos a
Ristol todos me preguntaron por lo de mi vendaje.
Y claro, yo no quería decir que había sido por
culpa de Heather, que tampoco lo fue porque salvó
el barco en realidad. Así que les conté que había
sido una “gavifoca” porque se me trabó la lengua
de mentir, y a Heather le entró la risa y lo
confesó todo. Todos se rieron.


Pero pasé una noche muy rara porque se empeñaron
en vigilarme. Así que tuve a cuatro adultos
desconocidos despiertos haciendo turnos al lado de
mi cama por si me moría o algo. Tuve que jugar a
dormir para conseguir dormirme de verdad. (Mi
viejo truco).




22 de mayo


Querida Persona Desconocida, hemos tenido un
montón de trabajo embarcándolo todo, sobre todo
las reservas de avena, otras cosas de comer y
herramientas y armas de nuestros nuevos vecinos.
Los Sax. Mañana vamos a tener una pequeña fiesta
que yo creo que resultará triste; porque los de
Ristol se dividen en dos grupos. Tiene que ser
así, se decidió hace mucho tiempo y su isla no da
para más. Pero aun así debe ser triste para ellos.


Para nosotros será muy feliz. Ya no nos sentiremos
tan indefensos como antes ni tendremos que estar
todos de guardia todos los días. Creo que todo va
a ir de mejor a mejor.


Y si va mal nos burlaremos de las cosas malas.
¡Adelante! En plan heroico.




23 de mayo


Querida Persona Desconocida, por la mañana parecía
que todo estaba preparado hasta que aparecieron
las pequeñas cosas que los Sax, los niños, querían
llevarse. Una roca, un trozo de estrella de mar,
un coche de plástico arrojado por la marea y
cachivaches que ni siquiera habían guardado antes;
pero que tuvieron que elegir justo ese momento
para recoger.


Para mi quiere decir que en realidad no querían
irse de Ristol y de sus antiguos amigos. Pero no
hay más salida: el suelo de la isla no da para más
gente. Me pregunto qué pasará cuando tengamos
hijos propios y luego nietos. Supongo que tendrán
que ir a otras islas o al continente. Espero que
para entonces los orcos ya se hayan muerto para
siempre.


Total, que al final salimos un poco tarde con
todos los niños remoloneando. El viento tampoco
nos ayudó mucho; muy fuerte, pero siempre en la
dirección contraria y bufando entre las rocas. Y
Ros, la niña pequeña, dijo “¡gigantes!”, pero no
eran gigantes, solo su imaginación. Aun así, antes
de que nos diéramos cuenta, estábamos todos
jugando a Jasón y los Argonautas. Yo era Jasón y
el resto los demás héroes. Nuestro barco se
convirtió en una galera, la gloriosa Argo
(argonauta = Marineros del Argo; astronauta =
Marineros de los astros, como estrellas,
etcétera); las islas en las costas del Mar Negro y
por todos sitios aparecían monstruos y tesoros que
conquistábamos con las artimañas más absurdas. Y
tras matar al Rey dragón conseguimos el vellocino
de oro, que nadie sabe lo que es, pero siendo de
oro tiene que ser un gran tesoro. Y todo eso en
medio de la realidad, mientras los adultos
ajustaban las velas, quitaban cosas de cubierta,
etcétera. Mamá se quejó mucho de que no
ayudábamos. Y tenía razón. Nos dejamos llevar.


Pero al final del día llegamos a Mahwrpool y ya
todo está bien. Los Sax van a ocupar dos
habitaciones libres de la abadía y ya están todos
en el salón, dejándose dormir.




24 de mayo


Querida Persona Desconocida, empieza una nueva
época de nuestra vida. El primer cambio ha sido
que no he tenido que hacer la guardia del
amanecer. Desde hoy hacemos turnos y no me ha
tocado; así que me he despertado con menos sueño y
más feliz que los otros días. El segundo es que el
trabajo sale más rápido ahora que somos más;
aunque en compensación estamos ampliando el huerto
y ya hablan de ir dejando más nasas alrededor de
la isla; así tendremos más comida.


Tercer cambio: nuestra escuela parece más una
escuela de verdad, ahora que estoy de maestro de
los niños pequeños. Ha sido más fácil de lo que
pensaba; —espero que seguirá siendo así todo el
tiempo.


Cuarto cambio: hay más ruido, con todas las
personas corriendo por la isla. Supongo que será
así por lo menos mientras dure el verano, el
invierno siempre apacigua los ánimos, pero nunca
tanto como el del año pasado.


Quinto cambio, el que nadie se ha dado cuenta.
Ahora hay dos adultos y ya no es seguro que mande
mamá. Yo espero que el señor Mungo se dé cuenta de
que mamá sabe perfectamente lo que hay que hacer
aquí y no se ponga en plan machote a hacerse el
listo y el fuerte. De lo contrario lo pasaremos
mal por su culpa.


Pero no quiero pensar cosas malas. A lo mejor, con
el tiempo se gustan y hasta se hacen novios y se
casan. Nah!, no creo.


Todos estamos felices. Me imagino que echaremos de
menos a los demás de Ristol mañana. Muchas veces
las cosas pasan así. El primer día son demasiadas
novedades y la excitación te puede. Además tenía
que ser así, era verdaderamente inevitable.




25 de mayo


Querida Persona Desconocida, algo se ha quedado
igual que antes. Un rato, cuando me quedé solo con
Laika, me puse a llorar. Cuando noté lo que pasaba
estaba descalzo sobre el blando terreno del
páramo, pero sin pasar frío, porque mi amiga me
arropó todo el tiempo. No sé por qué me pasa
ahora. No debería. Todo está bien, ¿por qué no me
curo de mis locuras?




26 de mayo


Querida Persona Desconocida, quizás tenga que
aprender a ser quién soy. No sé cómo explicártelo
y… bueno creo que voy a terminar este diario
cuando sea mi cumpleaños. Te explico por qué, qué
eso sí sé como explicarlo. A ver, a mi entender un
diario se termina por la siguientes causas: a) te
mueres, b) te pones tan malo que ya no puedes
escribir, c) se te acaba el papel y d) te aburres.
Bueno pues es un poquito por la c) porque he
dibujado demasiadas tonterías en mi cuaderno
últimamente. Pero eso no sería una razón de verdad
porque puedo borrarlas. Y la de aburrirse, no sé,
tampoco es eso. ¡Vaya, pues estaba equivocado,
tampoco estoy seguro de explicarlo muy bien! Soy
tonto.


Pensándolo, creo que ya he terminado este diario
porque nuestra vida ha cambiado tanto. Es porque
ahora tenemos amigos. Ya sabemos que no somos la
última gente buena que queda sin contar a fantasma
papá y a los otros fantasmas. Eso es muy
importante. Si fuera un libro podría decir, “y el
héroe consiguió la paz que quería, etcétera, Fin”.
Bueno, no es cien por cien verdad porque aún
quiero otras cosas como ponerme a llorar sin darme
cuenta, ser más alto, más fuerte, más listo, más
todas las cosas buenas. Y que todo el mundo
estuviera feliz. Pero hasta esos deseos son buena
señal porque al principio solo quería no morirme.


La historia que empezamos ya está terminada. Ahora
nuestra vida va menos de supervivencia y más de
ser felices. Sé que no tenemos que tener tanto
miedo al invierno ni a los orcos porque ahora
tenemos amigos y nos podemos ayudar. Quizás haya
una nueva historia, pero tendría que ser de
hacerse mayor y reconstruir el mundo empezando por
estas islas. Ya no podemos volver nunca al mundo
de ayer, es una pena. A lo mejor nuestros nietos o
bisnietos lo consiguen si tenemos muchos niños y
ellos tienen muchos niños y lo hacen todo bien,
etcétera. Pero nosotros no, nosotros haremos lo
que podamos, y esperemos que sea suficiente
aventura.




27 de mayo


Querida Persona Desconocida, no te sientas triste.
Es que si has leído hasta aquí es porque te gusta
este diario y a lo mejor no quieres que se acabe.
Pero puede ser que escriba otro si mi nueva vida
verdadera merece la pena contarla. ¡A lo mejor
tenemos más aventuras aunque la vida sea más
cómoda! Nunca se sabe.


Hoy, la verdad, es que todo ha ido muy bien.




28 de mayo


Querida Persona Desconocida, si te miento y te
digo que mi cumpleaños es hoy en realidad, ¿me
creerías? Es que quedan todavía días para el fin
oficial del diario, y no sé si habrá algo que
contarte más que poner palabras.


Al menos ha pasado algo divertido, una
aventurilla. Laika se vino a jugar con Heather y
conmigo a la cueva que fuimos el siete de octubre.
 Lo sé porque estoy repasando mi diario para
quitarle los herrores más orrorosos. (¡Como esos!
:-D ) Pues se puso a ladrarle a una gaviota y la
gaviota a chillar y a saltar, pero no salía
volando, así que pensamos que estaba herida y no
sabíamos qué hacer. Solo tenía mi gamo de aire
comprimido y con eso no se debe matar a una
gaviota. Está mal. Así que me quité la chaqueta y
le conté a Heather mi plan. A Laika también pero
no sé si me entendió porque es una perra y eso.


Bueno pues me acerqué con la chaqueta como si
fuera una red para pillarla y entonces, en el
último momento, salió volando. Resulta que estaba
defendiendo una cachorra de zorro, una zorrita.
Eso dice Heather pero siendo una gaviota para mí
que se lo quería comer. Por eso le dejamos ir,
pero le seguimos hasta que desapareció entre la
hierba. Espero que haya vuelto con su mamá. ¡Otra
historia que acaba bien!




29 de mayo


Querida Persona Desconocida, el cinco de junio
terminaré mi diario y tendré trece años. Eso me
convertirá oficialmente en adolescente, porque
eres adolescente si el número de tus años termina
en “teen” en inglés. Por ejemplo thirteen,
fourteen y así hasta 19. Y, ¿es qué le ves
sentido? ¿Qué tiene que ver un niño de trece con
un señor de diecinueve? Sería mejor agruparme con
los números que terminan por “ce” en español, o
sea: once, doce, trece y quince. Que somos más
parecidos y nos gustan más o menos la mismas
cosas. Eso pienso yo que acabo de pasar por once y
doce. Pero no, en cinco días me tengo que
convertir en adolescente y me da algo de miedo.


Espero que la transformación sea poco a poco y me
pueda acostumbrar y que no me convierta en una
versión más chiflada de mi hermano. Ni de Andrea.
Bueno, lo bueno es que Heather estará conmigo
porque le va a pasar lo mismo que a mí. Que por
cierto no sé cuándo será su cumpleaños. Se lo
tendré que preguntar. Ahora vuelvo.


Me costó que lo dijera porque ya se había dormido.
(Es de noche). Pero es fantástico porque cumple el
20 de junio. O sea que vamos a ir en la
transformación “adolescentadora” casi a la vez.
¡Saldrá genial!




5 de junio


Querida Persona Desconocida, te has dado cuenta de
que no he escrito nada más desde el 29 de mayo,
porque no ha pasado nada importante y como ya voy
a terminar tampoco me apetecía seguir escribiendo
cosas normales. Lo único es que nos hemos juntado
todos para tres cumpleaños: el de Heather (aunque
no toca hoy), el de Rob Sax (que tampoco) y el
mío, que es el único que está bien.


La fiesta ha sido muy sencilla, pero nos han hecho
una tarta de calabaza, con la avena que trajeron
los Sax. Además hemos comido pastel de pescado,
calabazas y carne grande de foca. También ha
habido música de gaita que se debe haber escuchado
hasta en Brasil y en muchos otros sitios de lo que
quede del mundo.


Tuvimos un baile bajo el sol del verano. Muy poca
lluvia, con banderines de colores y montones de
comida. Heather y yo acabamos bailando juntos. Me
gustaría pensar que lo hicimos muy bien, pero yo
apenas me acuerdo de bailar, de lo que vi en una
película hace milenios, algo de un país muy
bonito, con palacios. (Es que era muy pequeño y lo
recuerdo así). Pero hoy todo ha estado bien. Creo
que nos envidian todos, o yo lo siento así. La
noche está clara. Todos están en paz. Es una noche
hermosa para morirse; pero no lo voy a hacer.
(Bueno en el sentido de que no me voy a suicidar
ni estoy enfermo, por si acaso te confundas por lo
que ahora te voy a decir).


Adiós


Hoy se acaba mi diario. Creo que ya no me hace
falta porque no me estoy todo el día dando vueltas
a la cabeza; como me pasaba cuando lo empecé. Soy,
somos, más o menos felices y tenemos esperanzas.
Este año seguro que sobrevivimos y es probable que
el siguiente tampoco muramos. Estamos mucho más
fuertes que antes. Nuestro pequeño reino de las
islas se sostiene. Es el mejor final para mi
diario y, además, se me está acabando el cuaderno.
(Mi excusa preferida)


Claro que podemos ir de aventuras y buscar más
papel. O fabricarlo de alguna manera. O muchas
otras ideas que se te podrían ocurrir. Pero lo voy
a pillar de excusa pelusa para ponerme a cantar
“Exploradores del mar” y decir fin con una
sonrisa.
Adiós, querida persona desconocida,


Exploradores del mar


De todos los que viven por aquí, somos los más
felices.
Los orcos nunca ríen ni bailan,
y siempre están enfadados.
Somos exploradores del mar,
y viajamos al fin del mundo,


y tralará, y tralará
y tralará, y tralará
¡ay, sí!
Somos exploradores del mar,
del mar
y llegaremos al fin del mundo.


¡Al fin!

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~ Miguel de Luis Espinosa