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Durante quince años, existió un aprendiz que lograría el peso del gran maestro Sumo: un fabricante de electrónica que dominaría casi a título monopólico el mercado del cómputo en la isla del Emperador del Sol Naciente, antes de ser vencido y obligado al hara-kiri.
Veamos cómo los norteamericanos aplastaron al gigante japonés de las PC.
A principios de la década de 1970, Intel, Motorola y Zilog inventaron e introdujeron los primeros microprocesadores suficientemente potentes como para que los hobbistas pudiesen armarse computadoras de escritorio con ellos. Como la mayoría de la gente aún asociaba las computadoras con los grandes mainframes del tamaño de una habitación, estos dispositivos para aficionados se conocían como "microcomputadoras".
Takayoshi Shiina era empleado de DEC, fabricante de mainframes y minicomputadoras. Con sólo 26 años, abandonó la prometedora empresa en 1970 para fundar una propia a la que llamó SORD. Su tarea: escribir software para computadoras importadas, y lograr hacerse de fondos que le permitieran producir las suyas propias en el Japón. A partir de 1974, SORD lanzó en tal país una serie de microcomputadoras en forma de kits para armar - algunas de las primeras del Japón - concebidas para microprocesadores de 8 bits de marca Intel y Zilog. Al igual que las computadoras hobbistas estadounidenses de 8 bits, estas podían correr software en BASIC y estaban destinadas al voraz público adepto a la microelectrónica y el software.
Los primeros fabricantes estadounidenses de microcomputadoras se mantuvieron en gran medida fuera del suelo japonés. Esto se debió en gran parte al desafío de traducir y dar soporte al numeroso juego de caracteres que utilizan los idiomas del este de Asia, como el japonés. Este impuso nuevos requisitos fundamentales a toda máquina, y actuó como un límite mercadotécnico de difícil solución.
La representación de cada carácter del Kanji japonés hace uso de unos 2 bytes de memoria (el doble que los caracteres latinos, que ocupan aproximadamente 1 byte). Una máquina japonesa tendría que registrar, almacenar y mostrar muchos más caracteres que los europeos: 6.000 frente a 200. Por no hablar de todos los periféricos y el software (consideremos teclados, impresoras, aplicaciones, etc). Adaptar todo esto para manejar caracteres japoneses resultaba desalentador, incluso para el tamaño del mercado nipón.
De todos modos, los estadounidenses estaban demasiado ocupados en una lucha a muerte e por el dominio de sus propios mercados de microcomputadoras, (estimado en cuatro veces superior al japonés). Esto dejó al mercado del cómputo nipón como coto exclusivo de los proveedores nacionales al menos durante los comienzos de la informática hogareña.
Por entonces, el mercado japonés se dividía entre tres grandes fabricantes vernáculos de computadoras, con integración vertical, y la omnipresente IBM estadounidense. Los locales eran Fujitsu, Hitachi y la Nippon Electric Company o NEC. Junto con IBM Japón, contaban con una participación del 85% de todo el mercado japonés de mainframes.
El encargado de dar inicio a la revolución japonesa del cómputo sería NEC, el más pequeño de los fabricantes de ordenadores japoneses. Su División de IC (Circuitos Integrados) había firmado un acuerdo de provisión secundaria con Intel para su 8080, por lo que fabricaba el microprocesador NEC μPD753 de 8 bits. El producto era exitoso en los EE.UU. pero en Japón llenaba los canastos en ferias locales.
La división de ventas de NEC apreció necesario educar a sus clientes sobre estos microchips, en parte a la falta de comprensión del producto por parte de los propios vendedores. Tal es así que un pequeño equipo de ventas produjo la TK-80 - una placa única educativa para armar una computadora hobbista - algo así como una Apple I. A diferencia de otros kits de microcomputadoras de su época, la TK-80 no requería entradas o salidas adicionales para terminal o un teletipo. Tenía ocho LED para salida de datos y un teclado de 20 teclas montado directamente en placa.
La División IC la llamó "doraku" ("pasatiempo secundario") para alejarla de las narices de los CEOs y de la bien conectada División de Computación de NEC, quienes en su momento habían dicho al equipo TK-80 que "dejara de jugar con fuego", pues no querían sacar un producto tan crudo con la prestigiosa etiqueta de NEC en la caja. El equipo de IC de NEC esperaba vender como mucho unas 200 unidades del TK-80, con un precio total de 88.500 yenes cada una. Pero no sólo lo compraron ingenieros, sino también empresarios y aficionados: dos años después de su lanzamiento en 1976, había vendido 25.000 unidades, demostrando el hambre por la informática casera.
Alumbrada por este éxito, en septiembre de 1976 NEC creó un centro de soporte llamado "Bit-Inn" en el séptimo piso de una tienda en Akihabara. El lugar pronto se convirtió en una especie Meca de los entusiastas de la informática casera japonesa, al estilo del Club de las Computadoras Caseras de Menlo Park. en los EEUU.
Los demás grandes fabricantes japoneses de computadoras introdujeron rápidamente sus propios kits de microcomputadoras como la BASIC Master L1 de Hitachi, de 1978. Ese mismo año se vendieron 9.143 computadoras en Japón. Casi la mitad de eso (45%) eran kits hobbistas.
El equipo de desarrollo de NEC trabajaba en el Bit-Inn en ventas y soporte durante los fines de semana, lo que les sirvió para comprender rápidamente que los clientes intentaban utilizar al desnutrido TK-80 como ordenador de potencia.
Un médico preguntó si podían utilizar la TK-80 para registrar los costes médicos, un agricultor deseaba saber cómo hacer la contabilidad y estudios agrológicos. Incluso apareció un astrónomo preguntando si podía usarlo para calcular eclipses solares.
La TK-80 carecía de la capacidad de memoria y ampliación para afrontar cálculos mas complejos. Como sucedáneo, NEC lanzó un modelo al que llamó TK-80BS que contaba con teclado completo, y corría una versión muy liviana de BASIC (de ahí el nombre BS), pero no era gran cosa y fue un fracaso. Esto los llevó a empezar desde cero. A finales de 1978 se embarcaron en la producción de una verdadera microcomputadora: la PC-8001.
A diferencia de la TK-80, la microcomputadora PC-8001 venía ya ensamblada, y se vednía por un equivalente a 4.150 dólares, relativamente asequible. Y era potente. Impulsada por un chip NEC de 8 bits compatible con Zilog Z80, la PC-8001 fue la primera microcomputadora japonesa con pantalla a color y diskettera para una rápida lectura y escritura de datos.
Como muchas microcomputadoras de la época, corría una versión del lenguaje de programación Micro$oft BASIC, en este caso denominada N-BASIC, más tarde rebautizada N88-BASIC. A la gente de NEC le preocupaba depender de una empresa de diez personas, pero Kazuya Watanabe - jefe de desarrollo de PC-8001 - insistió dado que Microsoft BASIC ya estaba ampliamente adoptado en el mercado norteamericano.
El lanzamiento de la PC-8001 constituyó un riesgo. Por entonces, el mantra sanador de la División IC de vender una "placa de enseñanza" ya no se sostendría, y se hizo claro a los CEOs que NEC apostaría renombre en lo que muchos en la empresa veían como una máquina de juguete. Las malas ventas del TK-80BS sólo hicieron que esta decisión fuese más difícil.
Presentada en el Microcomputer Show celebrado en Tokio, las ventas de la PC-8001 comenzaron en septiembre de 1979. Para alivio de los salariman, el producto constituyó un éxito arrollador: incluso NEC tuvo problemas para producirla en la medida necesaria con las ventas.
Para el per{iodo 1980-82, NEC se hizo con el 44% del mercado computacional de la isla, vendiendo un cuarto de millón de PC-8001 a través de su red minorista NEC Microcomputer Shop. Tal disponibilidad jugó un papel importante en su aceptación popular, al igual que el auge de las Radio Shack, Commodore y otras computadoras de escritorio en los Estados Unidos.
En los EE.UU., el Gigate Azul notó el creciente éxito de las microcomputadoras. Al considerarlas una amenaza a su negocio, iniciaron un proyecto improvisado en el bajo costo destinado a desarrollar una microcomputadora propia que las domine a todas: la IBM PC o "Computadora Personal". Para dar cuenta de una puesta veloz, este equipo de PC de IBM recurrió a componente disponibles en el mercado. La única parte propiedad de IBM en la computadora era una BIOS intermedia. Lo más importante fue que su microprocesador procedió de Intel y el sistema operativo de Micro$oft.
La IBM PC fue un éxito inmediato. Técnicamente, era un producto excelente, que ofrecía un aumento significativo en la potencia y capacidad gracias a su microprocesador de 16 bits de última generación. Pero la computadora también se benefició del prestigio del sello IBM, así como de los titánicos recursos de marketing del gigante azul. El estándar IBM PC no tardó en extenderse a todas partes, anclándose en la industria informática.
A pesar de su popularidad, la PC de IBM carecía aún de la potencia requerida para presentar los kanji del idioma japonés. Fue este el motivo por el cual IBM decidió destinar al Japón su ordenador IBM PC 5550 (incompatible con el software del PC estándar). Tal mezquindad para con oriente se presentó como una oportunidad para NEC, que podría aprovechar para apalancar su dominio interno.
El gran éxito de su PC-8001 y la del IBM PC hizo claro, a ojos de NEC, el conflicto inmediato. La División de Computación de NEC decidió finalmente orientarse a las microcomputadoras personales: serían ellos quienes producirían la PC NEC de 16 bits de próxima generación.
Mientras tanto, la División IC de NEC retendría las líneas de microcomputadoras hogareñas de 8 bits (el PC-8001 original y su sucesor, el PC-8801), sin siquiera darle las gracias a la División IC. Es comprensible que a la División IC de NEC no le agradara la actitud. Díscolos ronin siguieron adelante y produjeron la PC-100 en octubre de 1983. Esta NEC PC-100 era una máquina que corría MS-DOS y por alarde personal, contaba con gráficos con la resolución necesaria - requisito para afrontar la presentación de kanjis - pero costaba demasiado y no era compatible con el software anterior. NEC finalmente detuvo su fabricación.
En febrero de 1982, el nuevo equipo computación de NEC dio inicio al desarrollo de su nueva PC de 16 bits. Originalmente, estaba destinada a ser una versión más pequeña de una de las minicomputadoras anteriores de NEC, pero el jefe de desarrollo de PC-8001, Watanabe, envisionó esta máquina similar a la IBM PC, que fuese compatible con todo el software de PC-8001. Naturalmente, esto obligó a NEC a aplicar ingeniería inversa al antiguo lenguaje de programación NEC BASIC utilizado en la PC-8001 y PC-8801 con el fin de lograr compatibilidad con las versiones anteriores. El esfuerzo vandría la pena pues permitió a los clientes portar su software propio, implicancia crucial y sumamente influyente.
Puesto que NEC había trabajado anteriormente con Microsoft, se comunicaron nuevamente con Bill Gates para licenciar una versión japonesa de MS-DOS, pero la gente de Redmond afrontaba problmeas incluyso para ocupar el mercado estadounidense. NEC les requirió una copia del código fuente y la modificaron para mejorar la compatibilidad con la visualización de kanji japoneses, sometiéndolo al uso de hardware de video específico. El resultado final no se diferenciaba mucho del MS-DOS original, pero los cambios fueron lo suficientemente significativos como para hacerlo incompatible con el software escrito para MS-DOS.
En octubre de 1982 - un año más tarde que el lanzamiento de la IBM PC - NEC lanzó su NEC PC-9801 en Japón, para un éxito rotundo. Para 1983, la PC-9801 de NEC se había hecho con la friolera del 80% del mercado japonés de máquinas de 16 bits.
La PC-9801 no estuvo sola por mucho tiempo en el rango de los 16 bits. Su principal rival sería el fabricante de computadoras Fujitsu, notable por sus productos técnicamente superiores, pero relegados en términos de estrategia y ejecución. Fujitsu había lanzado un kit propio de microcomputadora, el LKIT-8, pero a destiempo (llegó en 1977, un año después del de NEC). Luego no habían podido imponerse otra máquina hasta su computadora hogareña Fujitsu FM-8, de mayo de 1981.
La FM-8 era una microcomputadora de 8 bits, equivalente a la bien asentada PC-8001. Carecía sin embargo de buenos programas de terceros y, a pesar de una interfaz gráfica superior, no logró imponerse en ventasl.
En noviembre de 1982, Fujitsu lanzaría un nuevo kit de PC de 8 bits: su FM-7 y al año siguiente un derivado de alta gama, el FM-11. Corría una versión de BASIC exclusiva de Fujitsu incompatible con programas escritos para su propia computadora FM-8, que entonces tenía solo un año.
Esta falta de compatibilidad era reflejo de la discordia entre la división IC de Fujitsu y el resto de la compañía, típicas divisiones políticas entre ortodoxos y heterodoxos como la experimentada en NEC.
Mientras tanto, NEC sacó ventaja, superando a Fujitsu en distribución y aplicaciones disponibles. NEC amplió su tienda original para entusiastas Bit-Inn y la convirtió en una cadena de venta, con los ingenieros de NEC en el staff. Estos se retroalimentaban con las sugerencias y pedidos de sus usuarios, sobre cómo utilizar su producto. Este planteo fue novedoso en Japón: fueron los primeros en hacer algo como esto.
Fujitsu no logró ampliar equivalentes y quedó cada vez más relegada en la medida que NEC se expandía comercialmente. Para 1985, NEC tenía alrededor de 134 puntos de distribución, mientras que Fujitsu sólo tenía 80.
Fue NEC la que logró crear una exitosa biblioteca de software. Desde un principio tuvieron un sólido programa de relaciones con desarrolladores externos, dando a las casas de software japonesas acceso a documentación y computadoras gratuitas. Para 1987, la PC-98 contaba con diez veces más software que las máquinas Fujisu, especialmente el procesador de textos en japonés más vendido, Ichitaro, y la hoja de cálculo Lotus 1-2-3.
Ichitaro era una de las aplicaciones clave de productividad empresarial del ecosistema. A los usuarios les gustó su módulo único para convertir sílabas kana en caracteres kanji. Su productor, una pequeña empresa llamada Justsoftware, creció hasta convertirse en la tercera empresa de software más grande de Japón en 1994.
En cualquier caso, el resultado final fue casi la expulsión del mercado de la IBM PC de 16 bits por parte de NEC. En 1983, dos años después de su lanzamiento, el estándar PC-98, similar pero incompatible con el de IBM, se convirtió en líder en Japón.
Los otros proveedores de PC de Japón levantaron cabeza para atacar el dominio del PC-98 de NEC. En 1985 Toshiba presentó la primer computadora portátil para el mercado de masas: la T1100. Al año siguiente ataco el mercado japonés con una versión específica: la DynaBook J-3100, que usaba un chip Intel 286 y corría una versión japonesa de MS-DOS.
Este modelo más pequeño y portátil presentaba un serio desafío para la plataforma PC-98. Sin embargo, Toshiba ya había abandonado la industria japonesa de PC de escritorio unos años antes y los japoneses percibieron a la J-3100 como un intento posterero de reingresar.
Fue NEC la que tuvo oportunidad de presentar una novedad ese año, con su NEC PC-98LT. Era una máquina mas barata y liviana que su competidora de Toshiba. Sin embargo, no era compatible con el software de escritorio japonés de la PC-98 y, por lo tanto, no vendió bien. Durante el primer año, la Toshiba J-3100 la superó en ventas a pesar de su tamaño y peso.
NEC intuyó correctamente que los usuarios valorarían compatibilidad y potencia por encima de la portabilidad. Y así, en marzo de 1988, lanzaron la PC-9801LV totalmente compatible con PC-98. Combinada con la posterior NEC PC-9801N o 98NOTE de marzo de 1990, las notebooks de NEC le permitieron defenderse de Toshiba y retener dominio territorial.
Seiko Epson fue el fabricante de una de las primeras computadoras de escritorio de Japón en 1977, su Seiko 5700. Diez años más tarde, decidieron intentarlo en la plataforma ideada por NEC con una serie de clones de computadoras portátiles y de escritorio PC-98.
NEC demandó a Seiko por esta infracción, pero a las dos compañías le convenía y finalmente arribaron un acuerdo extrajudicial. Los clones costaban un poco menos que los de NEC, lo que les permitió hacerse con una parte del mercado, lo cual estuvo bien porque su dinero procedía más de sus míticas impresoras de agujas.
En 1991, la empresa era el segundo mayor fabricante de computadoras, con el 8,5% del mercado japonés, apenas por delante de Fujitsu. NEC era el Sumo que lideraba el tatami, con una participación del 51%. Esto significa que el estándar PC-98 representaba casi el 60% del mercado japonés. Otras plataformas de PC importantes en ese momento incluían las de Fujitsu (también con su propia versión de MS-DOS incompatible con IBM), IBM Japón y Toshiba, que producían PC compatibles con IBM basadas en Intel; Y luego tenemos el consorcio AX, un intento de empresas de PC más pequeñas como Sanyo, Oki, Casio y Acer de desbancar a NEC con una variante del estándar IBM PC/AT llamada "AX".
Esta podía presentar caracteres japoneses, pero sólo con la ayuda de chips de vídeo especiales adicionales. Por lo tanto, costaba más y no tenía un buen soporte para aplicaciones. Empresas más pequeñas como Tomcat y Proside intentaban ingresar al negocio de los clones de PC-98 junto a Epson, pero era su acuerdo el que delimitó las posibilidades de la clonación técnica de terceros.
Finalmente, el estándar PC-98 de NEC se basaba en tres elementos:
NEC acabó por dormir en sus laureles. Si bien tomaron algunas medidas para globalizarse, continuaron viviendo de lo que escencialmente era un coto de caza protegido. En 1991, las PC representaban sólo el 18% de los ingresos de la empresa, pero le aportaba el 40% de sus beneficios.
Al mismo tiempo, era cada vez más claro que al mercado japonés de PC le había llegado su Era Tokugawa: se había aislado tecnológicamente del resto del mundo.
La adopción de computadoras en Japón resultó inferior a la de Estados Unidos: sólo 8,7 PC por cada 100 personas en 1994, en comparación con 28,4 en Estados Unidos para el período. Esto se debió en parte a los precios más altos de NEC.
Dos acontecimientos importantes alteraron el ying y el yang para NEC, señalando el comienzo de su declive.
El primero fue el diseño por parte de Intel de un diseño de microprocesaador que finalmente pudiese permitir a las PC manejar kanji japoneses. Este fue el Intel 386 -que entró en Japón en 1987- y luego el Intel 486 en 1990.
NEC contó con su propia línea de clones de chips compatibles con x86 al que llamaban Serie V. Intel los demandó por la copia de diseño, pero perdió ante las cortes orientales. Muchos esperaron que NEC aprovechara el revés para alimentar al tercer mundo con procesadores de 32 bits, pero la empresa ni siquiera lo tuvo en cuenta. Incluso las PC de NEC los abandonaron en 1993.
En segundo lugar, la subsidiaria IBM Japón publicó en octubre de 1990 una nueva versión de su PC-DOS en japonés llamada DOS/V, pensada para los Micros Serie V. Era una solución de software compatible con IBM, y capaz de manejar el idioma japonés solo una placa de video VGA estándar. IBM Japón fue a la cabeza, permitiendo que otras empresas lo licenciaran, dando lugar a un consorcio conocido como "PC Open Architecture Developers' Group" para gestionarlo.
Grandes empresas japonesas se lanzaron a engrosar sus carteras típicas con la fabricación inmediata de estos PC licenciados según estas ventajosas caracter{{isticas: Canon, Mitsubishi Electric y Sanyo no tenían nada que perder: el producto ya estaba hecho, el software aparecería. Solo había que poner un galpón y ensamblar. A finales de 1991 había 23 proveedores incorporados.
Lo más importante es que DOS/V era un paquete de software puro.
De repente, esto permitió a las productoras extranjeras de software traducir sus exitosos productos al japonés sin tener que hacer caso a las complicadas modificaciones de hardware vernáculo de los japoneses. Se había conseguido la pala que enterraría a NEC en su propio suelo japonés.
NEC intentó defender el jardín bajo el argumento que el hardware específico era superio al VGA del sistema DOS/V. Pero IBM Japón respondió -correctamente- que las placas SVGA y los procesadores Intel obviarían tal ventaja.
En octubre de 1992, Compaq desembarcó en el mercado japonés de PC como Moby Dick contra el Pequod. Lanzaron una computadora DOS/V con un precio de aproximadamente 128.000 yenes, que si bien era próximo a los precios precios estadounidenses era la mitad del precio del modelo de computadora PC-98 más barato de NEC en Japón. Dell le siguió en enero de 1993, con su propia máquina, aludiendo al márketing de masas para socavar las redes de distribución de NEC. En realidad, Compaq nunca logró un progreso real en el mercado japonés, pero su "Compaq Shock" (como se le llamó), desató el corte de precios, llevando al consumo del cómputo hasta los de otros países desarrollados, con alrededor del 50% entre 1992 y 1994.
A pesar de tener que reducir los precios, NEC y PC-98 continuaron manteniendo una importante cuota de mercado a costa de sus ganancias. Esto se debió en parte a las deficiencias de DOS/V en los paquetes de software: la biblioteca de PC-98 todavía tenía casi tres veces el tamaño de los cinco mil programas japoneses disponibles para la DOS/V.
Fue 1993 que Microsoft lanzó al mercado una versión japonesa de Windows 3.1, Windows 3.1J. Al igual que en el resto del mundo, la atractiva interfaz gráfica personalizada para el usuario japonés de Windows 3.1J resultó un gran éxito en Japón, vendiendo la friolera de 1,46 millones de copias en su primer año en el mercado. Fundamentalmente, Microsoft había logrado que todas las aplicaciones compatibles con Windows corrieran también en sistemas operativos basados en DOS. Esto significó no solo las máquinas con DOS/V, sino también los sistemas PC-98 de NEC y FMR de Fujitsu. De este modo, el viejo estándar PC-98 vernáculo dejó de tener ventajas especiales. Simplemente Windows era quien trazaba la senda del guerrero.
Los viejos shogunes -no sólo sus samuráis- comenzaron su deserción, convirtiendose en ronin de las computadoras Wintel o DOS/V: Toshiba y Hitachi se unieron en mayo de 1993 (poco después del lanzamiento de Windows 3.1J). Era el principio de la Era Meiji para NEC y su PC-98 patentada.
Fujitsu, el mayor rival de NEC, se unió unos meses más tarde, en octubre, con su línea de computadoras FMV. Incluso Epson, el socio clon de NEC, cambió su bandera.
Luego, en 1995, la estrategia de Fujitsu fue iniciar un verdadera maniobra kamikaze con los precios de sus PC, vendiéndolas incluso por debajo del precio de las importadas. Literalmente perdían entre 200 y 500 dólares por cada PC vendida. En el pasado, la poderosa biblioteca de software de PC-98 habría hecho que recortes de precios como estos hubieran sido infructuosos. ¿Por qué molestarse en comprar una PC barata si no había nada japonés que se podía hacer con ella? Pero las cosas han cambiado.
Las PC de Fujitsu eran máquinas Wintel con acceso completo a la creciente biblioteca de aplicaciones de Windows. Y esta vez, el kamikaze de precios de Fujitsu dio en el blanco: vendieron casi un millón de computadoras en 1995, duplicando su cuota de mercado hasta el 17,5%. En sólo cuatro años, la cuota de mercado de NEC se hundió del 51% al 41%. Repentinamente, su participación empezó a hacer agua. En 1996, perdieron otros 8 puntos para caer al 33% de su cuota de mercado. Fujitsu elevó el suyo al 22%.
NEC hizo todo lo posible para mantenerse a flote en la guerra de precios del hardware.Tercerizaron la fabricación de PC a Taiwán, trasladaron el diseño a Hong Kong y compraron al fabricante de gama baja Packard-Bell, aprovechando sus dificultades. Pero al final, no pudieron competir con la marea de Windows, especialmente con el súper popular sistema operativo Windows 95, al momento de irrumpir en su versión nipona.
NEC fabricaba hardware, no software. No tenían idea de cómo adaptar e injertar una interfaz gráfica de usuario como la de Windows 95 en su decrépito estándar PC-98. Así, en 1997 les cayó la bomba atómica y decidieron terminar con todo. En marzo, comenzaron a vender sus propias máquinas DOS/V y en octubre de 1997, revelaron la última PC98-NX, como una especie de reculso último emperador de la arquitectura PC-98.
Japón transcurrió su década y media de aislamiento (respecto al software) y eso tuvo consecuencias duraderas.
Por un lado, gran parte del software japonés terminó estando personalizado para cada máquina particular. Esto obligó a invertir tiempo y dinero muy considerable sólo para portar material del PC-98 a un formato compatible con Windows.
En segundo lugar, incrementó enormemente la dificultad de las empresas japonesas para escribir software que pudiesen vender en el extrajero, desbancando prácticamente a las productoras de software de aplicación. El mercado autoóctono de PC-98 no fue lo suficientemente grande ni rentable para permitir a las empresas de software japonesas internacionalizarse. Esto tiene efectos duraderos en la industria del software de Japón hasta el día de hoy.
Si bien existieron propuestas de PC98 con UNIX, NEC incluso perdió la opoertunidad de adherir estándares gráficos establecidos o seguir el camino de crear su propio estándar para el Japón.
La plataforma PC-98 fue influyente sin embargo en condicionamientos técnicos y estéticos que llevaron a la industria del videojuego japonesa a un alto grado de madurez. Esto permitiría la exportación de productos localizados de formato consola. La plataforma sigue viva gracias a numerosos emuladores, que dan cuenta de la enorme biblioteca de títulos noveodos (jamás exportados).