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Hoy, se cumplen 85 años que August Dvorak recibió la patente por su nueva distribución de teclado, que a día de hoy conocemos como Dvorak.
Hace muchos años que conocía esta distribución de teclado, nunca me había atrevido. Pero la edad, el echar horas tecleando en el trabajo, me hicieron pensar en ese fantasma doloroso que es el túnel carpiano. Y mi relación, larga, con la distribución Qwerty, también me mantenía un poco atado, para qué negarlo; desde que era un crío de diez años he usado Qwerty.
Hace unos seis años decidí dar el salto, atreverme a aprender algo nuevo. De paso, corregir el no haber conseguido adaptarme a utilizar Qwerty con una correcta técnica mecanográfica —debido sobre todo a años de vicio tecleando— y con Dvorak, tenía la oportunidad de empezar con un lienzo en blanco. También me animó el encontrar que existe una distribución específica para el castellano y que es muy sencillo cambiar de distribución de teclado en GNU/Linux.
Como dije, hace seis años que me decidí a dar el salto. Configuré el teclado para poder saltar entre el Qwerty clásico y la nueva distribución Dvorak, tanto en casa como en el trabajo. En el trabajo, por defecto, Qwerty; en casa por defecto, Dvorak. También, me instalé aoeui que sirve para practicar Dvorak con técnicas mecanográficas y empecé a alternar. Al principio, evidentemente, costaba horrores. Mis tres dedos para teclear en Qwerty volaban al contrario que todos mis dedos con Dvorak.
El proceso, poco a poco, iba pasando de porcentaje mayor en Qwerty a mayor en Dvorak, especialmente cuando empecé a notar que mi velocidad era por fin decente; que no rápida. Que mucha gente te vende la velocidad como una de las razones para pasárse a Dvorak, lo cual, es un eterno debate; para mi, lo que me hizo convencerme durante el experimento fue la comodidad. Nada que ver una cosa con la otra. Menos movimiento de muñecas, y cada vez menos necesidad de mirar el teclado.
A los seis meses de hacer el paso completo —9 meses desde que empecé, con lo que hay que añadir los 3 para transicionar a niveles aceptables— recuperé la velocidad que tenía con Qwerty. Al año completo, he cogido algo de velocidad, aunque sigo sin ser un corredor de la tecla.
En serio, si dáis el paso, olvidad lo de cambiar las teclas o poner pegatinas; es al final menos productivo y acabaréis como yo, pasando de las etiquetas. Ahora puedo coger cualquier teclado, ponerlo en Dvorak, y ponerme a teclear sin mirar, lo cual es lo mejor y más rápido para teclear.
Y con esto, os dejo para el próximo post!