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La invención de la publicidad dirigida por parte de Google allanó el camino para el éxito financiero de la compañÃa, pero también constituyó la piedra angular de un fenómeno de más largo alcance: el descubrimiento y elaboración del capitalismo de la vigilancia. - Shoshanna Zuboff
Para nadie es un secreto que por los servicios que recibimos por parte de las GAFAM pagamos un precio muy alto. El ciudadano común, que debe enfrentarse a asuntos tan serios como "resolver" que puede llevar a su casa para comer hoy, pues no le afecta que roben, violen y utilicen sus datos a diario para fines puramente especulativos. El mortal común, que debe enfrentarse a un a presión fiscal brutal para mantener su pequeño negocio, se olvida que debe protegerse frente a estos abusos. Todo esto, porque se no has educado a no mirar este asunto como prioritario.
La decadencia de los medios para emitir la perversión de este sistema es simplemente nula. Subvencionados o financiados por estos "monstruos" simplemente callan. Esta apisonadora que se ha convertido como refiere la obra "Capitalismo de la Vigilancia" es un arma que socava y vulnera nuestros derechos más elementales a no ceder no solo nuestros datos sino además el derecho a decidir si deseamos ser parte de un sistema que lo devora todo a su paso.
Nos saturan con ofertas y nos hacen cumplir reglas de juegos no solo en lo referente a los medios sino también en lo educativo, donde se nos impone el uso de herramientas por parte de estos monopolios. Cabe hacer mención de iniciativas como @educatic@txs.es que luchan por el derecho a el uso de nuestros más pequeños en la nube de los centros educativos.
El aluvión de apps y webs que nos hacen traqueo y seguimiento por medio de cookies es simplemente salvaje. Las GAFAM condicionan nuestros medios no solo para comunicarnos sino también para moldear nuestras conductas. De eso no solo no somos conscientes sino además contribuimos de buena gana a entregarnos a su voluntad.