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Capítulo 1 La sonrisa congelada 25 de septiembre Querida Persona Desconocida, me llamo Guillermo y tengo doce años si la cuenta la he hecho bien. Y me parece que no soy muy interesante. No estoy demasiado flaco, aunque Sargento Mamá crea que sí, ni desde luego gordo, aunque eso no lo piensa nadie. Tengo los ojos verdes, el pelo marrón, con un mechón canoso que a mí me gusta porque es como que en esa parte de mi cuerpo soy adulto, pero mamá dice que es de estrés. Y tengo una cicatriz en el codo, de cuando me lo rompí, pero eso pasó cuando era pequeño, en “el mundo de ayer”, así que me lo arreglaron bien. Y ya está. Hoy comienzo a escribirte mi diario porque mi madre me ha pedido hasta lo más plasta que comience uno para no estar “siempre pensando vueltas en la cabeza”. Y, bueno, me parece que en el diario tengo que decir quién soy y escribir las cosas que he hecho y lo que me ha pasado. 26 de septiembre Querida Persona Desconocida, ayer me presenté, pero faltó la parte espiritual. Me gusta comer todo lo que se pueda tragar. Me gusta vivir, correr, nadar, respirar y todo lo que signifique no estar muerto en general. Quiero tener un perro, pero mamá no quiere. Mi hobby 1 es el kayak, por supuesto. Es la paz y la alegría. Mi hobby 2 es escribir, obvio. A veces escribo poesías pequeñas, que me enseñó papá. Se llaman haikus. Pero me salen mejor en inglés. En español es más difícil. No sé por qué. Mi hobby 3 es jugar a fantasmas. Es útil para hablar o jugar con los muertos. Hoy, por ejemplo, jugué a piratas con “Scouse”, el otro John y “Odga”. Fuimos a “Spanish Main” y avistamos un galeón, pero no lo pudimos saquear porque tenía demasiados cañones, pero pudimos huir. Después nos fuimos a la playa. Vale, ya no quiero escribir más. Posdata, importante: Si me muero, por favor, que alguien lo escriba en este diario, al final, para que la “Querida Persona Desconocida” sepa qué me pasó. Con escribir “Guillermo se murió”, vale, pero mejor si ponen qué pasó exactamente. 27 de septiembre Querida Persona Desconocida, hoy te presentaré a mi familia. Muertos: los primos, los tíos, los abuelos, mi hermano al que no le pusimos nombre y papá. Todos murieron de “las muertes” menos papá que lo mataron. Sargento Mamá es la primera de los vivos y con ella somos cuatro: Sargento Mamá, Andrea, Carlos y yo. Sargento Mamá tiene 43 años, según me ha dicho, y es sargento de verdad. ¿Qué te cuento de ella? Que le gustan las rosas, las cafeterías de moda, Internet, la música y todas las cosas que ya no existen; que siempre está cansada, que tiene muchas más canas que yo, que es muy buena y que se duerme siempre cantando y sonriendo, aunque no haya nada por lo que ser feliz. Andrea tiene quince años y se convirtió en nuestra hermana el año pasado cuando se quedó sola. A Andrea le gusta la naturaleza y que la dejen en paz y odia los ruidos y está perdida por el color naranja. Calcetines naranjas, blusa blanca con mandarinas, zapatos naranja, lo de dentro naranja, y siempre, aunque haga calor, una chaqueta impermeable de naranja marinero. Andrea la zanahoria se la puede llamar. Mamá dice que el naranja era el color de Protección Civil que era en lo que trabaja su familia en “el mundo de ayer”, así que es un recuerdo obsesivo como el que tenemos todo. Pero a mí me da que su locura particular le ha salido por ahí. Bien pensado tampoco es una locura tan mala. Carlos tiene también quince años y ya nunca podrá ser quien quería ser, porque quería ser policía y ya no hay policía. Solo hay malos, los orcos. Eso le pone un poco triste todavía, sobre todo por las noches, justo antes de dormir. Yo le digo que, a lo mejor, cuando la gente se vuelva a juntar, volvemos a tener policía pero el dice que para cuando pase eso ya estará viejo o muerto y se esconde en el saco. Y estoy yo, pero ya te dije quien soy. 28 de septiembre Querida Persona Desconocida, se acabaron las presentaciones; desde hoy te contaré las cosas que pasan. Septiembre ha sido un mes muy feliz, porque no ha habido ningún muerto y ninguno de nosotros ha tenido que llorar. Sargento Mamá está bien, Andrea está bien, Carlos está bien y ya no pensamos en Fantasma Papá. Bueno, yo sí. Me he acordado de lo que decía papá, que vivimos en un mundo post-apocalíptico y que éramos los mejores porque estábamos vivos. No me gusta entonces pensar que papá no es ya de los mejores porque se muriera. Sé que mamá no piensa eso tampoco de él. Papá nos enseñó a vivir, a nadar y a montar en kayak y también a conducir aunque con las leyes antiguas no se podía y hoy da igual porque tampoco hay gasolina con la que conducir. Estamos en Wester Ross, en la costa noreste de Escocia, en las Highlands más salvajes. Wester Ross, que te quede claro, es un lugar de verdad. Sargento Mamá nos guió aquí, huyendo de los orcos, como el año pasado. Vivimos en una cabaña de piedra, escondida entre árboles y tenemos comida seca y latas. Pero Sargento Mamá dice que solo nos vamos a quedar aquí este mes, después iremos a buscar algo más seguro. Creo que, en realidad lo que quiere decir es que nos quedaremos aquí hasta que se nos acabe la comida o vengan los orcos. Hoy, hoy de verdad no he hecho muchas cosas. Hace frío para ser septiembre y no tenía muchas ganas de comer 29 de septiembre Querida Persona Desconocida, el día ha sido de la paz. Tuvimos una tormenta horrible con miles de rayos que todavía siguen cayendo con luces de fantasmas y tambores de gigantes. Pero eso es lo que nos ha dado un día tranquilo. Ningún malo podría venir hoy a matarnos y tampoco podemos salir a cazar ardillas, ni hacer otras cosas. Nos quedamos en el refugio, apretados junto al fuego. Lo maravilloso es que no nos hemos peleado. Hemos pasado el tiempo leyendo, tomando té de hierbas, caldo de carne pequeña y jugando a cosas: ajedrez, damas y parchís. Leímos las viejas cartas de papá, sin llorar. Nos contamos las viejas historias de la tele. Y hasta cantamos “Soldados del Japón” la canción de mamá para cuando todo va mal, aunque nada iba mal: Soldados del Japón “Yuki no shingun” Estribillo Miedo no tenemos, Ni nos vamos a quejar, Tenemos la sonrisa congelada. Nieva sobre el hielo, Y hace mucho frío, Pero somos soldados del Japón… Hace tres días que no comemos, El agua sabe a meada, El último caballo se acaba de morir Bueno pues haremos una barbacoa aquí. Estribillo Rodeados por diez mil enemigos, Nos quedan cien balas, Disparamos Y banzai a la bayoneta Da igual No vamos a sobrevivir… (y a partir de aquí cantamos más tonterías) 30 de septiembre Querida Persona Desconocida, sigue la tormenta y sigue nuestra paz. No sé cómo puede ser. Será porque este refugio tiene todas las ventanas de cristal sin romper y la lluvia haciendo todo el rato “sua, pesua, sua, pesua, sua, pesua”… Me busqué un sitio para dormir cuando vinieron mis lágrimas y me quedé sin recordar lo que pensé, como otras veces. Sé que lloré porque mi cara estaba húmeda. Y también había restos de mocos en el jersey. Esta es mi locura, para que la sepas, querida Persona Desconocida, me pongo a llorar y estoy como dormido, solo que llorando y no sé lo que pasa ni me acuerdo después. A veces es peligroso, como cuando nos persiguieron los “pañuelos rojos”. Son unos orcos que se ponen trapos rojos en la cabeza, me quedé llorando sin moverme y mamá me tuvo que arrastrar dentro de una lobera abandonada. Cuando me sacó estaba lleno de tierra, arañazos y garrapatas, pero ni me dolía, ni estaba triste, ni tenía miedo. ¡Ni siquiera me picaba! Pero lo normal es que pase lo de las lágrimas cuando estoy muy tranquilo y todo va muy bien. Me apago y lloro y me salen mocos y a veces me meo encima y no me entero de nada, aunque me maten. Mamá dice que es por estrés, pero para mamá el estrés tiene la culpa de todo. Luego vino una perra. Es delgada y joven, como nosotros, de raza parecida a un pastor alemán o algo así. Se quedó afuera llorando a ladridos para entrar. Sargento Mamá le abrió la puerta pero se quedó que si se venía o se iba. Sé que su cabeza estaba adivinando si éramos malos. Un relámpago la convenció para entrar. Sargento Mamá le dejó acurrucarse en una esquina pero, cuando cerramos la puerta, la perra quiso irse de nuevo. Sargento Mamá entonces abrió y la perra se quedó como que se quería ir, pero no se quería ir. Así que al final aceptó que la puerta se quedara cerrada. Es así, hasta las perras lo deberían saber: no se puede quedar la puerta cerrada, por los orcos malvados. 1 de octubre Querida Persona Desconocida, Sargento Mamá nos dijo que no nos hiciéramos amigos de la perra. Yo no me hice amigo de ella. Solo me levanté, me acerqué y le di un poco del caldo de carne pequeña.Y después me quedé con ella y no me ladró ni nada, pero tampoco se puso a lamerme ni nada por el estilo. Después tuve que pedir a mamá si me podía quedar a Laika, —ese es el nombre que le he puesto—, mientras Carlos miraba y Andrea movía la cabeza y se iba a su habitación. Y entonces hice mi mejor y estúpido intento: —Me ayudará a cazar, —le dije. —Vale, –y puso una voz rara cuando lo dijo, como si estuviera imitando a alguien—, puedes empezar ahora, si traes dos conejos hoy, se puede quedar. Eso me pareció muy injusto porque Laika no me hizo caso. Tendría que estar muy loca para fiarse de mí. Todos hemos comido perro, ¿verdad? Como no ha querido venir Sargento Mamá le enseñará la puerta mañana y ella se irá. Y yo lloraré dándome cuenta de que lloro, pero por Laika, porque mis hermanos ya se han reído de mí y me dará igual si lo vuelven a hacer. 2 de octubre Querida Persona Desconocida, de madrugada, cuando estaban dormidos, escribí una nota: “me fui de casa a por caza, Guille”. (Esto me parece una figura literaria, pero no me acuerdo de cuál). Me puse la ropa de frío, tomé mi gamo, los balines y la mochila pequeña. Y entonces, por casualidad, Laika ya se había despertado. Abrí la puerta, salí y la cerré sin prisa, (guiño, guiño), y Laika salió también y me acompañó a cazar. (Pero yo no la animé ni nada, guiño, guiño). A mitad de la mañana teníamos dos conejos y carne pequeña de ardilla y ratón. Sargento Mamá se enfadó al principio, me gritó cosas como que me podían haber matado, que era un descafeinado o un irresponsable o algo así, —no se le entendía—, pero le gustó la carne y Laika se queda porque somos cazadores estupendos. ¿No es maravilloso toda la vida? Esperando la caza El aire de su boca con el mío Laika y un niño 3 de octubre Querida Persona Desconocida, el viento ha despejado, como se dice y va a ser el fin de nuestra estancia aquí. Mamá ha dicho que nos vamos a pasar el invierno en “Mahwrpool” que es una isla. Son tres días en kayak pero al llegar estaremos seguros, lejos de la mayoría de los orcos que ni saben dónde está. Allí tenemos un zulo de comida y herramientas. Además hay algas para comer y abonar, tierra regular-buena para las plantas de comer y toda la pesca que quieras. Lo que me preocupa es que el próximo invierno, si todavía estamos vivos, ya no nos quedará reservas en ningún zulo. Podemos encontrar otro pero ya alguna vez se acabarán y entonces podemos morirnos de hambre. Pasaría así: vendrían los orcos, tendríamos que huir sin comida y luego habría mal tiempo. Conseguiríamos comida de vez en cuando, pero poca. Entonces nos pondríamos enfermos y, al final… Pero es mejor que morir de cuchillos como les pasó a una familia que hicieron una granja y les mataron los malos. Había un niño que era como yo, pero podrido y sin ojos y le habían vaciado la barriga. ¡¿Por qué?! Fue mi entierro más difícil, y en su cinta del recuerdo le puse mi nombre, “Guille, el de la granja” y me la cosí en la chaqueta junto a la cinta de papá, para que esté protegido. Bueno, recogimos las cosas y ensuciamos las habitaciones para que no sepan que estuvimos aquí y andamos al mar, a la casa secreta donde escondimos los kayaks y más cosas. Todo estaba ahí, así que hoy dormimos y mañana salimos. 4 de octubre Querida Persona Desconocida, cuando salimos al mar tuve un problema con Laika. Todavía no confía mucho en mí y un kayak cerrado es un sitio muy pequeño para ir con una pastora alemana como Laika. Sargento Mamá se impacientó. —Si no quiere venir, que no venga. —Venga Guille, —se puso Andrea—, que tenemos que irnos. —No tenía que decirme eso, ya sabía lo que podía pasar: los malos… —Un momento. Lo vuelvo a intentar una vez, ¿vale? Pero no se subió y yo me subí, y ya se estaban yendo los demás y entonces vino Laika y saltó a la cabina. El kayak rodó en el agua y casi me salgo, la pala para un lado, algas congeladas en mi cara, un desastre. Al final la pude abrazar y meterla dentro conmigo. Y la felicidad hace que no importe nada más. 5 de octubre Querida Persona Desconocida, te quiero decir que hemos tenido un día feliz. Las olas amaron el mar y los kayaks se deslizaron con su música: “chof, chof, fuuz, fuuz”. (Es importante que lo pronuncies con la u larga, por eso he puesto dos “úes” en “fuuz”). Nadie decía nada, ni cantaba ni media palabra durante todas las horas. Claro es que palear cansa y no dan ganas de hablar, pero es que esta vez teníamos ganas de guardar silencio. Fue como volar en un sueño, hacia un país imaginario. A la tarde llegamos a una playa y allí levantamos nuestro pequeño campamento de dos tiendas y hemos pasado el resto del día descansando y vigilando. Yo haré la primera guardia de la noche, mañana iremos a nuestra casa de invierno, acabando nuestra pequeña aventura. Ya me toca, voy a coger mi fusil. (Que es pequeño, “porque eres pequeño”, dice Sargento Mamá). 6 de octubre Querida Persona Desconocida, está haciendo un día de lluvia, sin viento, una tormenta perezosa, en un mundo agónico. Sí, me he vuelto a poner a “pensar vueltas en la cabeza”, pero en el kayak. Es raro que me pase en el kayak. Normalmente o estoy concentrado en no caerme o disfruto y nada más. La magia de ayer me preparó para preocuparme hoy. Me volvió mi preocupación de siempre, la del futuro. Si todos morimos no pasará nada. Las focas y las gaviotas nos olvidarán y los perros volverán a ser lobos. Y todos muy felices… Es así, no es alegre ni triste, es lo normal. La verdadera pregunta es “¿viviremos?” Si todos morimos preocuparse es estúpido. Si alguien sobrevive al invierno debo preocuparme por el verano. Pero como no estoy seguro de si sobrevivirá alguien en el mundo no sé si tengo que preocuparme o no y eso me preocupa. Porque si me preocupo del futuro, me preocupo de que estaré perdiendo el tiempo de hoy preocupándome y si decido no me preocupo, me preocupo de que podríamos perder la oportunidad de sobrevivir. Así que me preocupo de estar preocupado y de no estar preocupado, y todo a la vez. 7 de octubre Querida Persona Desconocida, conseguimos dejar la casa “medio-limpia”, según las normas y estándares de Sargento Mamá. Para ello trabajamos todo el día. Y no con felicidad sino con discusiones. Laika se marchó un rato y un perro tiene que estar exasperado para irse solo. Entonces mamá me ordenó que me fuera con Laika un ratito. Fuimos a la orilla. A Laika no le molesta el agua y husmea entre las rocas. Le encanta explorar. Me llevó a una cueva y me dejó sentarme a contemplar las hendiduras de las rocas. Es otra de mis aficiones: imaginar que son caminos y los cangrejos viejos peregrinos que protegen al mundo de los orcos. A mis hermanos les bullen las venas. Creo que es por la adolescencia. Creo, no estoy seguro. La verdad es que no conozco a muchos adolescentes. Solo a esos dos que se supone que son mis hermanos y algún goblin perdido, que encontramos de vez en cuando. Me da miedo pensar que yo también seré adolescente cuando pase el invierno y sus grandes peligros. 8 de octubre Querida Persona Desconocida, empieza nuestra nueva vida normal. Esta es mi forma de decir que nos hemos asentado. Nuestra casa había sido un monasterio en esta isla, cuando solo vivían los monjes y luego lo usaban los científicos para quedarse mientras estudiaban el mar de por aquí. Así que es grande, tiene más habitaciones de las que necesitamos y es muy sólido. Las ventanas son pequeñas y es oscuro pero tiene una capilla muy bonita que usamos para rezar y recordar. Tiene solo dos baños, uno del tiempo de los monjes y otro más pequeño que hicieron para las mujeres científicas. Este es el que usamos, porque el otro no funciona. También tiene un campanario. Si subes tienes que cuidarte porque hay dos escalones de madera medio sueltos pero cuando llegas puedes ver toda la isla y el mar hasta Yonderland. Sobre todo porque tenemos prismáticos montados en un trípode que, cuando los veo, me recuerdan a papá, porque fue él quien los consiguió. Las llamas se mecen Ahora quiero dormir Llueven “chispitas” Yonderland: Broma de papá, no es un país de verdad, solo significa “Muy lejos país” Capítulo 2 Caza, pesca y novios 9 de octubre Querida Persona Desconocida, hoy fui a cosechar algas con mamá mientras Andrea y Carlos plantaban verduras con la simiente que teníamos escondida en la isla. Es el primero de los turnos que haremos todos los días, cambiando de parejas. Solo que ahora yo tengo ventaja porque Laika viene conmigo. Aunque podemos sacar muchas cosas del mar, hemos empezado por lo más fácil y para tener vitaminas, minerales y esas cosas hasta que broten las verduras. Aunque, en realidad, haremos compost con la mayoría de las algas. Después lo pondremos a la tierra, como abono. Plantas comiendo plantas muertas, plantas caníbales, plantas que nos comeremos después. Si estás pensando que sería mejor que nos quedáramos siempre en un sitio para tener cosechas, estoy de acuerdo. Pero luego los malos se enteran y al final es peor. 10 de octubre Querida Persona Desconocida, La lluvia llegó también hoy y si es como el año pasado se quedará hasta que vengan las nieves. El sol se difumina, los días se acortan y pronto nacerán las tormentas. Pero este año no voy a dejar que el tiempo me deprima. Se lo dije a Sargento Mamá: —Mamá, la lluvia me hace más fuerte. —¡Qué miedo! —¿Por qué? —Vas a ser Hulk. —En mi interior, mamá, más fuerte en mi interior, eso es lo que quiero decir. —“Vaale”, mira, por allí hay cangrejos, a ver si los pillas. —Eso es para que callara mis cosas raras. Cuando pasan conversaciones así me acuerdo de papá. Con papá hubiéramos hablado en profundo. Se habría acordado de Heidegger, de Levinás, de Platón o de gente de ese estilo y me hubiera comunicado su sabiduría, y me hubiera dejado pensar a mí también como si fuera de esa gente, no como cuando hablas a un niño. Pero Sargento mamá es más práctica y burlona y no le importan los pensamientos profundos. En fin, no es que esté mal, es que echo de menos a papá… Sargento mamá se casó con papá. Se querían y todo eso, pero es muy misterioso. Una sargento (se dice así, no sargenta) española y un profesor escocés, ¿por qué! Así salí yo de raro. Una preocupación tenebrosa Me deprimo contando las latas que nos quedan. No tenemos para todo el invierno. Si el tiempo es peor que el año pasado los guisantes no saldrán, la pesca será difícil y la caza imposible (o al revés) y entonces pasaremos hambre y vendrá la enfermedad; quizás incluso “las muertes”. Entre las olas ¿Está ahí papá? Solo es mar 11 de octubre Querida Persona Desconocida, hoy me ha tocado ir con Andrea a buscar ramas espinosas para los guisantes. Las clavas alrededor de donde has plantado los guisantes y luego las atas por arriba. Así ni los pájaros ni los conejos pueden comerse las semillas ni las plantitas recién nacidas. Otra cosa son las musarañas y ratones que se pueden colar en medio. Contra ellos pondremos trampas y cuando caigan tendremos “carne pequeña” para caldo. Es muy fácil: pones un cubo muy hondo con agua y encima un tubo que gire, o algo resbaloso. Dejas comida en el tubo y te vas. Entonces el ratón piensa: “comida fácil”, pero el tubo gira y cae al agua y se ahoga. Es mejor que salir con el gamo y matarlos de un balinazo en toda la cabezota. Lo malo es que si no les das ahí no se mueren y les duele mucho hasta que las rematas y entonces te das cuenta de que lo que estás haciendo es matar. Pero es supervivencia y no podemos malgastar balas de verdad en ratas. Balas de verdad tenemos 63; balines 12 cajitas de quinientos y se pueden hacer más con los gastados porque vale cualquier cosa que puedas meter en el cañón sin romperlo. Y si usas las balas, ¿cómo vas a fabricar más? 12 de octubre Querida Persona Desconocida, le pregunté a Andrea sobre mi sospecha secreta. —Andrea, ¿te gusta Carlos? —Es… como mi hermano, ¿no? —Ya, pero ¿te gusta? —Me gusta y no me gusta. —¿Cómo los guisantes? —No, como las playas. Pero tendrías que ser más mayor para entenderlo. Y ahí lo dejé, debe ser una cosa de adolescentes. Bueno, pero sí noté que se le cambió la cara cuando le pregunté, así que a lo mejor es una de estas cosas: a) le gusta mi hermano pero a veces se enfada con él, lo que no me sorprende porque mira que hay que tener paciencia con mi hermano, o b) no está segura. Bueno, mañana le preguntaré a Carlos. Va a ser divertido. 13 de octubre Querida Persona Desconocida, como hoy me tocaba ir con Carlos le hice la pregunta correspondiente sobre mi sospecha secreta. —¿Y te gusta Andrea? —Es simpática. —¿Y te gusta mucho? —Ah, “pos” la cosa es que no te importa. —Ahí estás equivocado, sí que me importa, porque podéis ser el último amor de la humanidad. Y entonces se le puso a temblar la boca que me dieron ganas de huir a Marte, pero en vez de enfadarse, se partió de risa. Ha estado todo el día de burlón, así que, —muy injustamente—, me quedo sin saber nada. 14 de octubre Querida Persona Desconocida, el día puede resumirse en dos partes. Primera parte aburrida con Sargento mamá: fabricar trampas para peces llamadas nasas. Es como una jaula que es fácil entrar pero difícil salir. Dentro pones cebo la echas al mar y entran peces o cangrejos, según quieras, y luego las recoges y te los comes. Pasé la tarde en la biblioteca de la abadía leyendo un libro de dinosaurios para niños de trece años. Me imagino que llegó con los científicos por 1983, —ese es el año del “copyright”—. Eso significa que a veces venían con sus familias. También he descubierto, me parece, que los libros que tuvieran los monjes se fueron con ellos porque no hay ninguno anterior a 1953 y ese se llama, y no es broma, “Philosophical Investigations”. Obviamente no es para niños para nada, aunque sepas inglés. Intenté entenderlo, imposible. 15 de octubre Querida Persona Desconocida, Andrea se enfadó un poco… bueno, es más como decepcionada porque le preguntó a mamá si íbamos a tener la escuela como antes. Sargento Mamá respondió que ya nos había enseñado todo lo que nos podía enseñar de cosas de escuela. Lo cual no parece muy de verdad del todo, si lo puedo decir. Me parece que le puede dar miedo enseñar las cosas más difíciles o puede que piense que como al final del todo vamos a morir tampoco merece mucho la pena. Pero yo pienso que a veces quiero aprender cosas porque quiero aprender cosas, no para hacer otras cosas. Por ejemplo cuando aprendí que el sol es una estrella y que produce luz con la fuerza de su propia gravedad. O cuando aprendí que en China la gente comía con palillos (No sé lo que harán los supervivientes, si es que hay). ¿Para qué sirve eso? Para nada, me parece, pero aun así me gustó aprenderlo. Y he tenido una idea, mañana iré con mamá, y le diré —Mamá, ¿por qué no hacemos una escuela pero sin maestros? Aprendamos de los libros. Y ella dirá: “Sí, qué idea tan buena.” Bueno, no sé lo que dirá, a lo mejor piensa que no me gusta fabricar nasas y que por eso quiero lo de la escuela. 16 de octubre Querida Persona Desconocida, mamá respondió a mi pregunta de la escuela de la forma más extraña que nunca me hubiera imaginado: —me cansa leer, —me dijo. Y entonces me confesó que lleva un tiempo viendo peor que antes, sobre todo de cerca, pero también de lejos. Y entonces no respondí nada porque estamos solos. Aquí no hay médicos y ni siquiera una tienda de gafas que puede que tuvieran alguna sin romper que le valiese. Pero ella descubrió mi tristeza y me dijo que nosotros sí deberíamos tener una escuela. Los demás no se entusiasmaron pero les pareció bien. Hemos empezado, cada uno con su libro, pero separados. Andrea fue a leer el suyo fuera, Carlos en su habitación y solo Laika se ha quedado conmigo mientras leo uno de criar gallinas; será muy útil cuando encontremos alguna. Rezo Me da miedo que mamá se esté poniendo vieja o enferma. Me fui a la capilla donde puse las cosas de Dios en el altar y me quedé sentado hasta que me entraron las lágrimas. Debía haber rezado, pero solo lloré. Ahora me quedaré durmiendo aquí. Los demás ya saben que a veces me gusta dormir apartado. La copa de Cristo Vacía y brillante Entre las luces 17 de octubre Querida Persona Desconocida, un puzle, un huevo y después las montañas. Lo que te he dicho no se podría entender aunque fuera un sueño. En realidad es un juego que me he inventado. Sargento mamá me da palabras al azar y tengo que inventar un cuento. No te lo contaré porque era una porquería asquerosa, que solo sirvió para que Andrea se riera de lo absurda que era, pero sí que me hizo recordar los buenos tiempos de antes de las muertes. Son recuerdos de cuando era pequeño. Del tipo que no sabes si te los has inventado. Fuimos con el colegio al monte, en autobús, todos calentitos, y llegamos a una cafetería o algo así y nos dieron huevos fritos para comer. Cada vez que los recuerdos están más ricos. Así que después de la historia le dije a mamá que tenemos que arriesgar la vida para conseguir gallinas. Por si te preguntas si me he olvidado del puzle, te recuerdo que eso era parte del juego. En mis memorias de verdad no había ninguna combinación tan absurda. Por lo demás, el día se movió rápido hasta la noche. 18 de octubre Querida Persona Desconocida, ayer salí con Carlos en kayak al islote de los pollos. Te lo repito para que recuerdes mi felicidad: al islote de los pollos. Escribí “ayer” porque estoy escribiendo esto el 26 de octubre. Resulta que anoche caí dormido en la cama, literalmente. Eso que quiere decir que me caí de verdad, dormido antes de tocar el colchón. No soporto a los que dicen “literalmente” sin saber lo que dicen. Bueno, pasemos a contar mi, “¡tachán, tachán!”, gran y gloriosa aventura al islote de los huevos. Es divertido repetirlo: islote de los pollos, islote de los pollos… bueno ya vale, bueno no, islote de los pollos… Ese no era su nombre de verdad, que no sabemos si alguna vez tuvo uno. Según Sargento Mamá estoy hecho un “pesado enamorado” con lo de que quiero comer huevos fritos, así que nos mandó ir para que me “comiera la boca”, —lo que literalmente es imposible. La travesía fue dura porque el viento nos atacó con tanta fuerza que tengo ganas de pegar al gigante que estaba soplando. No nos caímos, pero nos tuvimos que matar a palear solo para mantener la dirección y con la orza sacada del todo. Nos dolían los brazos, los hombros, la espalda y todo lo que puede doler. Pero no pudimos descansar ni un rato porque si lo intentabas venía el viento y te arrastraba hacia el mar abierto, lo que en mi idioma significa “la muerte”. Así que aguantamos el dolor todo el viaje. El sitio es una palabrota; —te imaginas cuál. Es una mini-montaña con una mini-playa escondida y todo el resto rompientes peligrosas. Tienes que ir directo con el kayak a la mini-playa a toda velocidad y esquivar las rocas en el último segundo. De lo contrario la corriente te saca y vuelta a empezar. Pues imagina con nuestro dolor y cansancio. Cuando llegas, ¿qué hay?, algas, piedras, charcos de lluvia y porquería y ¡piiiip! de pájaro cubriendo todo lo demás. La mayoría de la piiiip está seca, y es blanca, pero aun así da asco, etcétera. ¿Es qué no pueden hacerlo en el mar? Bueno, hay un camino secreto en el islote que va desde su mini-playa a su mini-montaña, donde las aves marinas descansan sin ningún peligro a que nadie se los coma. Porque no hay ni zorros, ni perros, ni personas. Pero llegamos nosotros y cazamos siete. No hace falta ser muy buen cazador, porque son muy confiados. Basta tener escopetas y esperar. Los desplumamos, las limpiamos y a la bolsa. Solo nos hemos comido los hígados bien fritos con un poquito de su propia grasa. ¡Muy rico! La vuelta fue todo lo contrario. Ahora el viento soplaba de nuestro gusto y hasta se podían surfear las olas con los kayaks, pero no lo hicimos porque se nos venía la noche encima y nos caíamos de dolor, sufrimiento y cansancio. (No literalmente). Hombros ardiendo El mar salta a los ojos Cerca, la playa 19 de octubre Querida Persona Desconocida, pienso que lo de ayer no valió mucho la pena por lo que tuvimos que remar para alcanzar los pájaros no compensa. Y si volvemos pronto seguro que se escapan en cuanto nos vean. Por eso le volví a decir a Sargento Mamá que necesitamos imperiosa y urgentemente las gallinas; que dan huevos cuando tú quieres. Puso una cara rara, que no sé que significa, pero no me atreví a preguntar. Es que se enfada si no adivino bien lo que significa su cara. Pero tampoco es tan difícil buscar gallinas, creo yo. Hay que ir a la costa, buscar donde había granjas antes, encontrarlas y secuestrarlas. Si no nos encontramos con gente mala debería irnos muy bien. Tras el éxito tendremos huevos todos los días. Todos, sin faltar ninguno. Y si se muere una gallina de vieja, caldo. Y si nacen pollitos, tres meses y pollo frito. Pero eso no lo entendió mamá, y ni Andrea ni Carlos me apoyan, lo que encuentro extremadamente injusto. Lo demás de hoy aburrido, dedicado a trabajar con Andrea plantando papas; aunque como vio que estaba cansado me dijo que me sentara. Pero no pude porque el suelo me congelaba el culo, así que volví y ayudé lo poco que pude. Laika ha sido la única que me ha entendido, se ha pasado todo el día a mi lado, por si me caía. En cuanto esté mejor prometo ir a cazar con ella, que tanto le gusta. 20 de octubre Querida Persona Desconocida, ayer tuve un sueño extraño de que estaba en el mar, sumergido, con un anzuelo atravesándome la barriga, pero no me dolía. Luego vino un tiburón comodón y me comió. ¿Significado del sueño? Espero que ninguno, pero se me ocurrió que podíamos ir a comprobar las nasas. Sargento mamá asignó la tarea a mis hermanos mientras nosotros nos quedamos preparando la casa para el invierno que está llegando… Tiburón comodón: Así llamo en español al “Basking Shark.” Es un tiburón gigante, gordo y lento, que solo come “plankton” (así se escribe en inglés, en español parece raro, pondré plancton) como una ballena. Así que el sueño era absurdo. Pensamientos positivos: aquí, si es como el otro año, no vendrá ningún orco. Tendremos mucha lluvia y el suelo se embarrará y después nieve y se congelará. Menos mal que nuestra abadía-casa es fuerte. Aunque una vez tuvimos que colgarnos del techo para sellar goteras con una mezcla asquerosa de paja y una cosa pastosa que no te voy a decir. 21 de octubre Querida Persona Desconocida, lo mejor del día fue el pescado que nos comimos de lo que Carlos y Andrea sacaron ayer de las nasas. Lo guisamos con algas porque todavía no han crecido los vegetales que plantamos (mis sueños). Lo malo es que tuvimos que comer todo de golpe porque si no se van a echar a perder. Por cierto, les he dado ideas para conservar pescado de lo que he ido aprendiendo de los libros. 1. Vikingos: humeaban el pescado. 2. En el Neolítico en un pueblo que se llamaba Skara Brae, hacían piscinas de piedra dentro de las casas, —que eran de piedra y paja— y, como el pescado estaba vivo no se pudría. Pero eso les ha hecho gracia. Sargento mamá dice que “no hacen falta las piscinas, ya viene el tiempo de nevera”. -- 22 de octubre Querida Persona Desconocida, hoy he salido a cazar con Laika, según lo prometido. Vino Carlos también porque Sargento Mamá insiste en que no vaya nunca solo, por si los orcos. Pero es que con Laika no estoy solo y no lo entiende. En fin, siempre está bien que venga Carlos porque tiene la pistola. Yo solo tengo la gamo de aire comprimido pero él lleva la pistola de verdad y otra gamo, porque se supone que yo no soy lo bastante mayor. Creo que es al revés, de inteligencia quiero decir. Es que yo soy más maduro. En cuanto a la caza, no se nos dio muy mal: dos musarañas, cuatro ardillas y un casi conejo que se escapó, pero ya sabemos por dónde anda. Lo dejaremos para un día más frío. 23 de octubre Querida Persona Desconocida, las nubes que nos roban el cielo. Me tumbo en el sofá viendo la ventana y no tengo ganas de reír. Afuera todo se va poniendo gris y sé que cada día será peor que el anterior durante mucho tiempo. Soy muy tonto por dejarme esclavizar por la tristeza: los días pasarán pero no me llevarán con ellos. Andrea dice que piense en cosas bonitas y yo la miré, le dije que sí, me quité los zapatos, me tiré en la alfombra, y esperé a que me preguntara qué hacía. —Bañarme en la playa de la arena. En mi imaginación estamos en España y hace calor. —Pues quítate toda la ropa. Tuve que pensar un segundo qué responder, porque seguro que quería burlarse de mí. —No tengo tanta imaginación para quitarme todo el frío de verdad. Y después me quedé pensando, ¿se me estaba insinuando? ¡Ah! ________________ Capítulo 3 Sacerdote 24 de octubre Querida Persona Desconocida, le dije a Sargento Mamá que quería hacerme sacerdote. Me miró y no me dijo nada, supongo porque llevaba un alba puesta que me caía hasta los tobillos. Lo de antes es mentira, no se lo he dicho a mamá y, además, por aquí no queda ningún alba, ni casi nada de los monjes, solo una vitrina en la sacristía de la capilla que dejaron a modo de museo, por llamarlo de alguna manera. Hay un cáliz, la otra copa de poner las formas, un platito que se pone encima, algunos pañuelos especiales con una cruz y un libro de oraciones gordo y grande en inglés: “Book of Common Worship”, que además tiene instrucciones para hacer todo, bautismos, misas, lo que quieras. También hay una Biblia grande y unas campanitas y un quemador de incienso, pero sin incienso. Hoy presidí mi primera misa. Me puse la túnica, la estola y el cinturón blanco. Estoy seguro de que Dios no se enfadará porque ya no quedan curas, así que tengo que hacerlo yo. Además vinieron los fantasmas de los monjes y no protestaron. Quiero ser uno de ellos. Monje, no fantasma. 25 de octubre Querida Persona Desconocida, ¿te acuerdas que un día pusimos las nasas? Pues hoy nos dedicamos a poner trampas de carne pequeña. Pero en vez de ponerlas cerca del huerto las repartimos por la isla para conseguir más comida. Al final bendije cada trampa, lo que no sé si es un pecado porque para los mamíferos pequeños es la muerte, aunque para nosotros sean comida. Rezaré por los pequeños mamíferos. Laika se quedó conmigo en la capilla después del trabajo mientras yo rezaba. Puse dos velas en el altar y me senté al lado, en la silla grande de madera. Y no me acuerdo si los perros iban a la iglesia, pero Laika sí que vino conmigo. Creo que nos hemos hecho los mejores amigos. Llora el viento Mis manos en el altar Aire frío de paz 26 de octubre Querida Persona Desconocida, todavía no se me ha pasado lo de ser cura. Hay varios inconvenientes, ya lo sé. Uno que no tenemos ni pan ni vino. Aunque las formas de misa se pueden hacer con harina, agua y una sartén tampoco tenemos harina de trigo, solo de maíz y se está acabando. Quizás se puedan hacer de patata. Creo que en los buenos tiempos hubieran dicho que estaba mal porque a los curas no les gustaba cambiar nada, eso me ha dicho mamá, pero ahora no habría más remedio. Además hay otros inconvenientes: no hay nadie que me pueda enseñar, aunque en el libro pone todo lo que hay que hacer, no puede ser lo mismo que si te enseñan y el mayor inconveniente de todos es ser un niño. Laika creo que sí me apoya, porque me sigue a todas partes y en la capilla parece que rezara conmigo. 27 de octubre Querida Persona Desconocida, nos sobresaltamos cuando Sargento Mamá nos despertó a todos de madrugada. Estaba de guardia y había visto una vela en el horizonte. La última vez que pasó eso, aunque fuera en otro sitio, bajaron del marco, nos robaron y nos mataron. Entonces éramos 23 personas de siete familias; desde entonces los supervivientes nos fuimos cada uno por nuestro lado y no sabemos que ha pasado con los demás. Así que te imaginas lo nerviosos que estábamos. Agarramos las armas, y corrimos casi desnudos a escondernos tras las rocas de la playa. Esperamos hasta que el barco desapareció, posiblemente sin vernos. Supongo que no pudieron descubrir el humo de nuestra chimenea de lo nuboso que está el cielo. Si es así las nubes nos salvaron la vida. ¿Lo harán la próxima vez? Es interesante, casi morimos y mañana es el día de las cintas. 28 de octubre Querida Persona Desconocida, tres minutos después de que saliera el primer trocito de sol, hicimos una fila en la capilla, con nuestras chaquetas de cintas puestas y una vela encendida en la mano. Mamá tocó la campana y entonces desfilamos, yo primero con Laika, después Carlos, después Andrea y por fin mamá. Salimos fuera, hacia el mar y el sol y cuando llegamos a la arena, a pesar del frío, nos quitamos las chaquetas y leímos los nombres que llevamos escritos en las cintas. Los míos son: Roy, —ese era papá—, Guille, el de la granja, Julia, —una de mis abuelas—, Maisie, —mi tía—, Juan, —uno de mis tíos—, mi hermanito sin nombre, y mis amigos de antes: Frank, Luis, Antonio, Daisy, Saundra (que es un nombre escocés que se escribe así y no Sandra), Jaime, James, Sara, John el lento, el otro John, “Scouse”, que en realidad se llamaba John, pero es que era de Liverpool y “Odga”, que en realidad se llamaba Olga, pero yo la llamaba así cuando era muy pequeño. Creía que era mi novia, pero ya casi no me acuerdo de su preciosa sonrisa y me la tengo que inventar en algunos sueños. Las demás cintas de mi familia las tienen mamá y Carlos. Luego dijimos “todas las personas”, los cuatro a la vez y al final dijimos la poesía de la primera guerra mundial en inglés. Aquí la pongo en español, más o menos como es. (Lo he intentado escribir como en un libro de poemas, espero que se entienda). No envejecerán, Como envejecemos los que quedamos La edad no los desgastará, Ni los años los condenarán En la puesta de sol y al amanecer, Los recordaremos. Después hicimos un fuego en la playa y nos quedamos cantando y contando historias de los muertos y de si habíamos visto sus fantasmas en sueños o despiertos y según las reglas nadie te podía decir que estabas loco por eso. Hoy fue el “día de las cintas”, el día más triste del año y al mismo tiempo, a lo mejor, el más feliz. Sería mejor decir que es el día más emotivo del año, más que la Navidad, porque es el día oficial para recordar a los muertos. Nosotros nos hemos olvidado de las viejas tradiciones y hemos hecho nuevas y eso nos da esperanza. Sí, porque lo acabo de pensar y me parece que si nos quedáramos solo con las viejas tradiciones estaríamos conformándonos con defender las últimas ruinas del mundo de antes, pero al crear nuevas, creamos un mundo nuevo. 29 de octubre Querida Persona Desconocida, hoy no ha pasado nada interesante. Por eso he decidido hacerte una descripción geográfica de nuestra isla. Mahwrpool tiene forma de bumerán, o como de un triángulo que ha perdido un lado, lo que prefieras. Nuestra casa, la abadía está en el punto donde se dobla el bumerán imaginario, pero por el interior. Así que estamos protegidos de las tormentas. Ya sabes que junto a nuestra casa hay una playa enorme. Hay otras dos, más pequeñas. El resto de la costa son rocas cubiertas de algas. También la mitad de la arena de las playas están cubiertas de algas. En cuanto al terreno de la isla en si misma, la mitad es “moor”. No sé cómo traducir “moor” al español, pero es un terreno muy blando, pero no es barro sino hierba podrida, hongos, líquenes, musgo, “heather” (que según Sargento Mamá en español se dice Brezo), hierba de abanico, y hierba cantarina, (como las llamo yo). También hay como esponjas de tierra, que son amarillas y si metes el pie por descuido te lo empapas. Hay un pequeño campo donde cultivaban los antiguos habitantes de la isla. El resto son rocas negras, algunos árboles, grandes campos de helechos, —que aquí llamamos “fern”—, y cuevas; sobre todo en la costa. También tenemos dos loch. Loch se dice “loj”, más o menos, y significa lago o laguna o ensenada; todas esas cosas. La laguna del este, la llamamos “Goosepoo”, caquita de ganso, y es una charca que se mezcla con el agua del mar. (Supongo que cuando hay marea alta más tormenta, porque nunca la he visto). Allí anidan los gansos, (y hacen sus otras cosas). El agua se supone que es asquerosa; no la hemos probado. Al segundo loch lo llamamos Azul, y es de agua dulce y buena, con un islote en el centro lleno de árboles. Nuestra isla es hermosa, por eso es injusto que muy pocas veces salga el sol para verla. (Esto vale para toda Escocia). 1 de noviembre Querida Persona Desconocida, no esperaba llegar hasta aquí con el diario. Pensé que lo dejaría a la primera semana, o antes, pero no ha sido así. Mis planes para noviembre son bien sencillos: trabajar, aburrirme, hacer lo que diga mi madre y tratar de no congelarme. Llueve, llueve, llueve, siempre llueve. Podíamos haber huido a España, que no puede estar peor que esto y seguro que hace mejor tiempo, pero mamá no me hizo caso, como siempre. Mamá no tenía miedo del hambre, ni del frío, ni de “las muertes”, solo de la gente que se había vuelto loca. Y la entiendo, pero a veces me parece que el riesgo habría merecido la pena si significa ver el sol. . . . Limpieza secreta Hoy limpiamos el búnker. Es nuestro refugio secreto, camuflado en un sitio de la isla. Para entrar tienes que saber dónde está. No es fácil de descubrir y tenemos trampas que no te puedo decir por si los orcos pillan este diario. Lo fabricamos con sacos de tela reciclada llenos de tierra natural. Luego, lo reforzamos con cemento, que trajimos a la isla la segunda vez que vinimos. Nuestro búnker tiene dos habitaciones: una para la gente y otra para la comida y el material de supervivencia. Pero nunca te gustaría estar ahí. Es frío, húmedo, y tan oscuro que no ves lo feo que es. Cuando terminamos Sargento Mamá dio una orden sagrada —Tengo que deciros algo. Las latas que hay aquí no se pueden tocar, nunca. Aunque os duela de hambre. Son las últimas que tenemos y las necesitaremos si tenemos que escondernos. Nadie se quejó, ya había dicho otras veces cosas parecidas, pero esta vez es peor porque no nos queda más reservas. Es lo que cacemos, pillemos y cosechemos, nada más. Y eso en invierno es muy malo. 2 de noviembre Querida Persona Desconocida, el tiempo ha mejorado mucho, hasta salió el sol un rato. Hemos aprovechado para pescar los cuatro, con caña, pero casi no hubo que esforzarse. Resulta que hay un grupo de orcas por el vecindario y los peces grandes han entrado en pánico, buscando refugio en la playa. Pero claro, por la costa están las focas y las nutrias, así que los peces tampoco están tranquilos con ellas. Y como ni a las focas ni a las nutrias les gusta acercarse demasiado a los humanos, porque saben que tenemos hambre, van a dónde estamos nosotros, se confían y pican. Por la tarde el tiempo empeoró, así que no pude salir con Laika a pasear, ni a poner trampas. Nos quedamos en casa; hice una misa con los monjes fantasmas, como la otra vez. Pero esta vez vino el fantasma de papá y de la abuela. Después jugué un poco a rol pero solo con los vivos. Yo poco, porque conseguí que mataran a mi personaje. Triste y corta es la vida del mago novato. Olas de brisa Vuela suave la arena El mar sin canas 3 de noviembre Querida Persona Desconocida, hemos pasado un miedo espantoso porque cuando salimos de casa por la mañana vimos un gran fuego en el horizonte. ¿Orcos? Fue lo primero que pensamos y en nuestra cabeza había una película de gente mala quemando algún pueblo después de abusar, robar y matar o todas las cosas a la vez. Es una película horrible que no te quiere contar porque la vivimos una vez, excepto por la parte de que nos mataban, claro. Lo que nos pasó fue mejor, más emocionante. Bueno, quiero decir si quitamos el miedo. Pero cuando ves un barco gigantesco, un petrolero de los más grandes, lanzando llamas gigantescas al cielo es como si te visitara una estrella y se te pusiera la barriga como una fruta vieja. Y luego, además, viene también el miedo. Porque durante una hora, más o menos, parecía que venía hacia nuestra playa y si le daba por encallar aquí… No le puedes disparar, no lo puedes parar, es un asteroide gigante de hierro ardiendo. (Mi metáfora). Y si encalla en nuestra playa soltaría el petróleo venenoso. Adiós pesca, adiós nasas, adiós algas y adiós nosotros. Hubiéramos tenido que buscar otro refugio en medio del invierno y perder las cosechas y seguramente al final nos moriríamos de hambre y frío. Así que sí, ha sido un día emocionante. Que no venga ninguno más. ________________ Capítulo 4 Canciones de Verano 4 de noviembre Querida Persona Desconocida, me encontré un cuervo muerto como primera cosa que me pasó hoy. Estaba en la puerta de nuestro monasterio-casa y, por su culpa grande y terrible, me he estado dando vueltas a la cabeza todo el día. Que si será una señal de Dios, que si es una amenaza de algún malvado desconocido, que si hay una enfermedad pululando por ahí, que si es un presagio de tiempos oscuros, que si me voy a morir, que si vamos a morir todos. Y todos esos pensamientos bailando en corro a mi alrededor. (Imagina: estoy atado a un tótem y los pensamientos bailando y lanzándome piedras y cosas asquerosas, así es como me hacen sentir). Mamá me dijo que por qué no se me ocurren obsesiones bonitas, pero ¿qué obsesión bonita se me puede ocurrir con un cuervo muerto? Sin embargo sí se me ocurrió una idea. Metí el cuervo en una bolsa y me la llevé hasta que vi un sitio despejado junto a la laguna. Luego cavé una tumba y enterré la bolsa con un par de céntimos, porque creo que a los cuervos les gustan las cosas brillantes. Después hice un círculo de piedras y ahora mi cuervo tiene su Stonehenge particular. Si dentro de mil años un arqueólogo lo descubre seguro que no se imagina qué pasó. (Pero la verdad es que no creo que mi pequeño círculo dure tanto). 5 de noviembre Querida Persona Desconocida, Mamá encontró a Carlos lleno de sangre. Estaba en el barro, junto al árbol viejo, el que está lleno de raíces, y no respondía. Mamá lo recogió y lo llevó corriendo a casa. Tiene un chichón, y la ceja rota, (otra vez) y raspones por toda la cara. No lo dice, ni se lo diré yo a Sargento Mamá, pero seguro que fue por su locura. Si Carlos tiene malos recuerdos corre con los ojos cerrados. No sé por qué lo hace. Creo que juega contra la muerte o algo. Como que le dice a la muerte: “A que no me pillas, cara de tortilla”. Es muy infantil y estúpido. Pero es mi hermano y se me caen las lágrimas por dentro, porque tengo que disimular… Ahora está en la cama, jugando a las cartas tranquilamente con mamá y Andrea al lado. Laika también está aquí. Yo estoy sentado en su cama, escribiendo esto. Con mucho cuidado para que no lo lea nadie. Te escribo que estamos angustiados por si se muere esta noche. Nadie lo dice, ponemos máscara de sonrisa, pero tenemos miedo. Podría pasar, todos lo hemos visto, incluido Carlos. Alguien se lleva un golpe muy fuerte en la cabeza, parece que no es nada, pero luego se duerme y no despierta. En “el mundo de ayer” los llevaban al hospital, hoy tenemos que ser fuertes. Una cosa es cierta, el verano no está llegando. El sol me parece ya el personaje de un cuento. Llueve, este es el resumen del día, llueve y sopla el viento que hasta las focas parecían molestas. No me extraña que los monjes eligieran este lugar. Aquí solo se puede trabajar, estudiar y rezar; por lo menos mientras dure el invierno. Rezaré. 6 de noviembre Querida Persona Desconocida, Carlos se despertó, lo que es una buena noticia. Mamá se ha quedado con él todo el día y los demás nos hemos ocupado de las tareas aburridas y necesarias para la vida. Todo ha sido confuso porque en realidad nuestra mente quería estar con Carlos y no atender a las plantas de la tierra. Supongo que esa es mi excusa pelusa para haber pisado una cebolla, —espero que acabe saliendo porque si no me la voy a cargar. No pude recobrar mi cerebro hasta que volvimos y descubrimos que Carlos estaba mejor. Se le ve cansado, pero mi apuesta es que ya ganó a la enfermedad. Esta noche dormiremos todos juntos en la misma habitación y mañana, cuando se recupere del todo, haremos una pequeña fiesta. Sí, soy optimista, porque sí y que se callen todos los demonios que no quieran ser aplastados por mi maza cruel y poderosa. “Cielomoto” Las estrellas se rompen ¡Son mis nervios! 7 de noviembre Querida Persona Desconocida, Carlos se ha restablecido del todo y por tanto le vamos a poner a trabajar. De hecho ya Sargento Mamá le puso a buscar “búnkeres de comer” conmigo. Nosotros les decimos “búnkeres de comer” a todas esos bichos con conchas como mejillones, berberechos y demás. Hay que ir cuando la marea esta muy baja. Así tienes el doble de playa y vas en plan depredador, buscando cualquier pista en la arena. Somos los asesinos psicópatas de las almejas. Con eso y el pescado de un par de nasas conseguimos media sopa para dos días. La pequeña fiesta de “Carlos no ha muerto” fue tan pequeña que casi inexistente. Solamente abrimos un tubo de leche condensada que mamá había reservado para una ocasión especial. La mezclamos con agua y chocolate en polvo y fue como volver a un desayuno de los de antes. Después cantamos un poquito y ya está; es este frío que nos va raspando la alegría del cuerpo, supongo. Laika duerme a mi lado. Voy a unirme a ella. 8 de noviembre Querida Persona Desconocida, me levanté cansado y, por eso, también lleno de miedo de estar enfermo. Pero el fantasma de la abuela Julia me dijo: “las caídas no se contagian, ¡tonto!”. Supongo que estaba soñando conque habían vuelto “las muertes” para rematarnos o algo así. Espero que lo que mi abuela fuera parte del sueño. No me gusta que los fantasmas vengan sin invitación. El resto del día fue normal, con la pequeña diferencia de que preparamos una línea de pesca con cebo que mañana vamos a tender entre dos kayaks para que piquen muchos peces a la vez. La idea la leyó mamá en un libro de pesca —a pesar de su vista— solo que no lo hacían con kayaks sino con barcos. Lo que es más fácil, porque son más grandes y estables. Nuestro plan (o su plan) es esperar a tener un día con muy poco viento y hacer la prueba. Lo que nos llevó a hablar si debíamos conseguirnos un barco más grande y Andrea nos habló de Berra, una isla cercana. —En Berra hay barcos, montones de ellos, sobre todo barcos pequeños de vela. Me acuerdo porque lo dijeron en las noticias. —Eso fue en “el mundo de ayer”. —Le respondí yo. —Sí, pero también dijeron que los barcos eran de turistas. Era un reportaje sobre “las muertes” y que los barcos estaban abandonados porque sus dueños estaban muertos y toda su familia. Si vamos a lo mejor queda alguno que no esté muy mal y nos lo podemos llevar. —Ya… si no nos matan primero, —comentó Carlos, que era exactamente lo que sentía yo también. Sargento Mamá dijo entonces algo así como que se lo pensaría, pero siendo invierno seguro que no quiere que vayamos tan lejos porque no tenemos la ropa adecuada y es más probable que tengamos tormentas, etcétera… (Y además, me parece que tampoco sabe navegar a vela, como nosotros). 9 de noviembre Querida Persona Desconocida, los días de noviembre no son los mejores para ir de pesca y este tampoco ha sido de los peores, la verdad. Hemos desistido de disponer nuestra línea cebada de pesca. Por supuesto tampoco hemos hecho nada con respecto a nuestro viaje a Berra. En vez de la pesca, nos hemos concentrado en limpiar el búnker y en convencer a Sargento Mamá que no hay ninguna necesidad de pasarnos una noche entera durmiendo en el búnker, con el frío que hace hay dentro, que era lo que quería mandarnos. Si tenemos que escondernos porque vienen los malos pues vamos, pero ir solo para estar preparados pues no. —Sois unos imprudentes, —nos dijo junto con otras admoniciones de ese estilo que dicen las madres. Entonces yo tuve una respuesta genial, una con la que casi la convencí —¿y enfermarse no es también algo imprudente? Si quieres yo voy voluntario, pero Carlos está débil y Andrea se enferma mucho. —Me parece muy bien. Ahora escribo esto dentro del saco de dormir, lo más cerca posible del fuego para no congelarme. Quisiera quejarme pero no serviría para nada. Voy a llamar a unos fantasmas para jugar a sustos. Adiós. 10 de noviembre Querida Persona Desconocida, hoy sí pudimos hacer lo de la línea de pesca y tengo que decir que, en realidad, se nos dio bastante bien. Mamá y Carlos fueron los que tendieron la línea mientras que Andrea y yo atendíamos las plantas, así que no te puedo decir en realidad muchos detalles, solo que volvieron con pescado para llenar tres cazuelas. Vale, de hecho, tengo que reconocer que la victoria fue de ellos completamente, ni Andrea ni yo ayudamos. El resto del día lo hemos pasado cocinando pescado hervido, frito y en caldo. Sí más días va esto así de bien vamos a tener que dedicarnos a aprender a salar el pescado u otras formas de conservación. Es estupendo, por primera vez estoy libre de preocupaciones y problemas. La víctima de la araña Se retuerce desesperada en la red Bajo hojas mordidas 11 de noviembre Querida Persona Desconocida, ¡¡ah!!, soy un idiota. Me ha vuelto a pasar lo de mi locura de olvidar todo y romper a llorar. Me lo tenía que haber esperado porque, como ayer fue bueno, hoy tenía que pasarme algo malo. Es mi sino perverso, las cadenas con las que las brujas del destino atan mi alma. Lo único que me anima es que ahora Laika se quedó conmigo. Te preguntarás como sé que pasó así y te respondo que primero, que por que lo sé y ya está, y segundo, porque me lo dijeron mamá y Carlos. Ya sé que, como locura, el que a veces te apagues y te pongas a llorar tampoco parece tan grave; pero ¿y si me pongo peor y creo que mamá es de los malos y los demás también y los mato a todos como si fuera un zombi? ¿Y si me da por creer que soy una foca y me tiro al mar y me muero congelado y ¿si me empiezo a hacerme daño a mi mismo? Conocí a una niña que lo hacía… Era Odga. Hay miles de destinos horribles que me acechan y… pero lo peor no es nada de eso, es que a veces me siento estropeado o, peor, como un monstruo que está a punto de salir. A veces, cuando éramos siete familias, hacíamos una fiesta y todo el mundo era feliz y yo quería ser feliz como los demás, pero no podía. Solo quería que todo se acabase porque era como una tormenta de palabras. Pero la tormenta era solo para mí, los demás lo estaban pasando muy bien y no sé que me pasaba (y me pasa). Es como si jugara a carreras con heridas en los pies pero nadie se diera cuenta y pensaban que si no me divertía era porque estaba enfadado o algo. Pero no, es que no podía divertirme, no me gustan las fiestas con mucha gente. La verdad es que me angustiaban. Ahora que somos solo cinco estoy tranquilo. “Smore”, el bisabuelo de papá, el de los tanques. El día 11 de noviembre de 1918 ó 1919 terminó una guerra terrible que se llamó la Primera Guerra Mundial. No he estudiado mucho de ella así que solo sé lo que me contó papá. Pero resulta que por eso, en el Reino Unido y países de esos, cada 11 de noviembre a las 11 en punto se celebra un recuerdo por ellos. Te pones una florecita roja en la solapa o algo parecido y se canta un poema, el mismo que el del final de octubre: “no envejecerán como envejeceremos, los años no los condenarán” etcétera. Obviamente se dice en inglés, como la otra vez. Hoy también lo rezamos, pero la verdad es que solo Carlos pensaba en los soldados que nunca conocimos. (“Smore”, un bisabuelo de papá, luchó en la “Heavy Branch MGC”, que fue la primera unidad de tanques de la historia). Los demás estábamos pensando en la gente de las muertes. Luego comimos smores. Los oficiales se hacen con un sándwich de galletas, nubes de golosina tostadas al fuego y trozos de chocolate. Pero solo tenemos galletas, así que nuestros smores no iban rellenos de nada. Después, yo solo, hablé con los fantasmas de los soldados. Fue fantástico, porque aparecieron miles, en sus viejos uniformes caqui. No estaban enfadados, me dijeron que nos entendían perfectamente. Hasta me dejaron montar en el tanque de mi bisabuelo. (Él no estaba allí, murió escalando después de la guerra). Dientes apretados Canciones quita-miedos (Y un poco de whiskey) ¡A la carga! Nota super-importante: Lo de Smore es un mote. Se llamaba Andrew Philips en realidad. 12 de noviembre Querida Persona Desconocida, el fantástico día empezó con un grito. —Despertad, despertad, despertad. Hace un día estupendo de emoción. ¡¡¡ de Super-emoción !!! Saltamos, nos pusimos la ropa y corrimos a la ventana de la cocina. Mamá tenía razón: el cielo vestía de azul, con dos cordeles de nubes de adorno; los pajaritos volando como si fuera marzo. ¡A la puerta! Sin zapatos, ¡Sí!, el sol estaba tan maravilloso que creímos pasar calor durante cinco minutos hasta que el frío de la realidad nos ganó y nos tuvimos que meter dentro; pero sería solo para desayunar porque un segundo gran día había llegado. ¡Nos íbamos a Berra! Lo supimos en cuanto vimos la cara de mamá. Nos íbamos a Berra a buscar nuestro barco y por alguna razón que no comprendíamos del todos estábamos tan excitados que saltamos y bailamos sin cantar. Bueno, a mí se me acabó la batería cuando caí en la cuenta de que Laika no podía ir. El viaje a Berra no es demasiado largo pero sí hay que pasar un tramo en mar abierto y con Laika en la cabina sería demasiado peligroso si de pronto vienen olas y viento y nos caemos, porque no tengo ropa buena de kayak. La tengo pero solo la parte de arriba, si me cayera al mar se me congelarían las piernas y, cantado con música triste, “puturrú, puturrú, puturruuuú”. Así que, con mucha tristeza, tuve que hacer comprender a Laika que no podía venir con nosotros. La verdad es que me resultó más fácil de lo que pensaba. O confía mucho en mí, o no está muy apegada o le gusta mucho más perseguir ardillas que meterse en un kayak. Sí, debe ser eso. Nuestra aventura La primera parte del viaje fue tranquila. Sargento Mamá mandó V2, que significa ir un poco rápido, hasta que pasamos la protección de las islas y llegamos al mar verdadero. A partir de entonces la locura de las olas que se nos metían en los ojos, y nos hacían subir y bajar sin parar. Yo estaba eufórico, cantando canciones en mi mente, porque no me quedaba aire en la boca, y con la sonrisa que mamá me han enseñado para estas ocasiones. Si tienes miedo te pones rígido y si te pones rígido te caes al agua, así que el truco es sonreír. Bueno pues a Andrea se le olvidó sonreír. Mamá la rescató en seguida, pero el mar se llevó su kayak, volcado y todo. Carlos y yo fuimos a por él. Carlos llegó primero pero yo tuve que ayudarle para poder remolcarlo. Nos costó siete intentos, pero al final entre todos pudimos a ayudar a Andrea a meterse. La pobre ya estaba temblando y medio azul. Pensé que se iba a morir, pero Carlos y mamá la resucitaron a base de abrazarse con ella. Nos refugiamos al abrigo de una caleta de un islote rocoso. Allí juntamos los kayaks y nos pasamos el calor. Después de todo ese susto seguimos, pero sin alegría. Las nubes se juntaron todas para fastidiarnos más todavía, robándonos la luz y las estrellas. Se nos hizo de noche y, justo cuando se ponía el sol, me entró el miedo, pero no dije nada para que no se dieran cuenta. Todos tenemos brújula pero aun así te puedes perder y si eso hubiera pasado, acabaríamos por desaparecer en el mar; la primera Andrea. Fuimos paleando despacito, como hacemos cuando tenemos miedo. Yo por lo menos sí lo tenía, de los demás lo supongo, porque nadie dijo nada hasta que en un momento la Luna rompió las nubes y vimos una masa en el horizonte en la dirección de Berra. Entonces aceleramos, creo que de alegría y no paramos hasta que llegamos a una playa; muy felices de estar vivos. Nota aclaratoria de importancia vital Por cierto, Querida Persona Desconocida, no escribí esto el 12 de noviembre, porque estaba muy cansado. Y ya no lo voy a decir cuando me vuelva a pasar porque ya te lo he avisado. ¿Vale? 13 de noviembre Querida Persona Desconocida, tuvimos miedo en cuanto salió el sol. Lo que pasó es que vino la luz y pudimos ver que Berra estaba en ruinas. Ahí, junto a la playa en la que desembarcamos, descubrimos un pueblo de casas quemadas por maldad. Eso se ve porque están demasiado separadas como para que el fuego salte de una a otra. Además, no hay casi nada quemado en medio, que sería muy raro si el fuego fuera natural o un accidente. Además, ¡si aquí siempre está lloviendo! Carlos dijo que a lo mejor lo habían quemado los mismos habitantes, pero después vimos huesos en la arena. No sabemos si son de niños, perros o personas mayores, no nos acercamos. —¿Volvemos a casa? —Sugirió mamá. Nadie quiso decir ni que sí, ni que no. Sargento Mamá es nuestra líder así que le toca decidir lo que hacemos cuando pasan cosas de miedo. Es más cómodo para nosotros. Sí, somos unos inmaduros, lo reconocemos, por lo menos yo, sí. —Está bien, calma. —Sargento Mamá siempre cumple con su misión. —Ya hemos visto esto antes. Para que se vean huesos de los muertos tiene que haber pasado mucho tiempo, meses. Así que pienso que esto pasó hace mucho tiempo; durante “las muertes”. ¿Vale? —Vale mamá. —Lo dijo Carlos y luego Andrea y yo asentimos con la cabeza a la vez. —Pues si nadie nos ha atacado todavía lo más seguro es que no haya nadie. Y queremos nuestro barco. Lo necesitamos. Cada cual que aliste su arma. Nadie la saca, ni nadie dispara si yo no lo digo. Alistar: Preparar algo y ponerlo cerca. Es una palabra que le gusta a Sargento Mamá, sobre todo cuando habla de armas y supervivencia. Las armas: Sargento Mamá tenía un rifle de caza de los más gordos, Andrea y Carlos escopetas de matar pájaros y yo una carabina del 22, que es la más pequeña de las armas de verdad. Y así, tras prepararnos, nos volvimos a poner a palear hasta que llegamos al puerto de Berra. Todo estaba destruido, menos un barco de vela sin velas y con el combustible del motor podrido. Supongo que por eso no se molestaron en romperlo mucho. Pero a Sargento Mamá se le encendieron los ojitos de felicidad. Nos mandó a buscar las cosas que faltaban o estaban rotas por todo el puerto y al final nos salió un barco medio decente. (Una cosa que me molesta mucho es el pene gigante que los orcos pintaron con espray rosa en la borda de babor, lo que significa por el lado de la izquierda.) Debido al olor, —lo que había dentro me lo callo—, no nos hemos metido en la cabina. Solo hemos subido los kayaks a la cubierta, y nosotros también y ya estamos navegando de vuelta. Y resulta que Sargento Mamá sí sabía navegar a vela, solo tenía que acordarse de un curso que hizo cuando era joven, hace mil años. Está muy nerviosa, pero creo que lo está haciendo muy bien. Mañana llegaremos a casa, y sin cansarnos. :) ¡Viva! - 14 de noviembre Querida Persona Desconocida, no puedo decir que esté feliz, pero tampoco lloro. Hemos vuelto a nuestro refugio de invierno y me parece que va a ser nuestra última aventura en mucho tiempo. Me doy la bienvenida a mi aburrimiento mortal. Todo empezó cuando nevó en nuestro viaje de vuelta. La nieve en el mar es rara porque se disuelve, no es nada bonita, y solo sirve para enfriar todas las partes del barco, que da miedo tocar nada de metal. Y te quedas pegado, que es lo peor, por el ridículo. (Nunca, nunca chupes un metal muy frío.) Al final nos vimos obligados a refugiarnos dentro del barco, a pesar de que apestaba a todas las aberraciones peores del mundo: a gato zombi muerto y vuelto a morir mezclado con huevos podridos y caca de foca vieja. Y eso con las ventanas abiertas, que queríamos cerrar por el frío, pero nadie se atrevía a hacerlo por la peste asquerosa. Al final mamá hizo un hornillo con una cacerola y carbones y nos pudimos calentar un poco, mientras hacíamos turnos para el timón. Menos mal que el viento nos ayudó y tardamos poco. Llegamos a tiempo para saludar a Laika e irnos a revisar las nasas. Apenas un par de cangrejos, esta vez, aunque sí conseguimos algas. En fin, como ves, ni feliz, ni triste, ni tampoco en medio. Una mosca posada en una roca La marea la rodea con agua mortal Asustada, olvida sus alas 15 de noviembre Querida Persona Desconocida, el sol nació rojo y en un segundo las nubes lo momificaron. Desde entonces la luz es gris y no queda más color en el mundo que el de las aves que vuelan tan alto como pueden, alejándose de nosotros. La última parte no tiene nada de poética; es que ya saben que si me dan oportunidad les daré con la carabina y Laika vendrá a por ellas. Muerta la aurora ¿Qué amanece en mi corazón? Malagana… Otro día cualquiera me iría de caza, pero no hoy. Iría con Laika, me escondería cubierto de hojas y de otra basura de la naturaleza y esperaría, muy concentrado y muy tranquilo y me olvidaría de las nubes y el frío. Estarían conmigo, pero yo no les haría caso. Entonces vendría el momento en que un cuervo se posaría en una rama, yo apuntaría con mi gamo directamente a su ojo grande y negro. Y dispararía; el pájaro caería, herido y asustado, pero antes incluso de que cayeran al suelo, Laika lo remataría. En ese momento me sentiría muy feliz y un segundo después tan culpable como feliz antes. Entonces haría una oración por el cuervo y volvería a sentir las nubes, la luz gris y el frío. Pero hoy no quería, hasta que Sargento Mamá usó sus cuerdas de titiritera conmigo. —Guille, vete con Andrea y Laika de caza. ¿Por qué? Si solo quería… ¡nada! ¿Por qué no me entiende? ________________ Capítulo 5 Té de Asperger 16 de noviembre Querida Persona Desconocida, las puertas del mar se han cerrado. Según mamá, la gente de por aquí llamaba “sea gates” a unas corrientes que rodean nuestra isla que corren tan fuertes que es casi imposible pasar a remo y difícil a vela, salvo con viento muy bueno. Desde la playa hemos podido verlas; parecen ríos en medio del mar. Ahora, y hasta dentro de un mes, más o menos, estamos aislados. Por supuesto mamá sabía que iba a pasar esto y por eso estamos aquí, protegidos del mundo en este cacho de tierra. Por la tarde invité a once amigos fantasmas a jugar a rugby. Hacía frío, pero no los veía desde que cerraron Saint Munro School, nuestro colegio, y no les gusta jugar a otra cosa. Usamos una almohada de balón y fue muy divertido. Mi equipó ganó, tras ganar una melé, me pasaron el balón, corrí a la “goal line” y “try!!”. Intenté convencerlos para que vinieran otro día a jugar a rol, a ver si lo consigo alguna vez. Sargento Mamá y Andrea, que no podían ver a los fantasmas, ni imaginárselos, piensan que estoy un poco loco. No me importa, sé que estoy un poco loco, pero no de esa clase. 17 de noviembre Querida Persona Desconocida, aquí estamos los prisioneros de la Tierra, los sitiados, los refugiados en esta isla envuelta en frío y pesadumbre. Suena triste, tal como me siento. No sé ni por qué escribir, tampoco es que haya pasado nada de particular y mis sentimientos no son de los que me guste compartir con nadie. Me gustaría pensar que las corrientes son una muralla que nos protege. Miro al cielo y podría pensar eso. Hasta el cielo de nubes, si te quedas mirándolo mucho rato, acaba por parecer hermoso. Y luego están los pájaros, las focas, las playas y todo en la naturaleza. Todo eso me debería hacer decir que es maravilloso vivir aquí aunque sea solo por un día, aunque tuviera que dormir mañana, aunque tuviera que morir hoy y para siempre. Pero lo que siento no son mis pensamientos de hoy. Siento la tristeza de ayer. Me cuesta respirar. Es un futuro vacío. Podemos ser los últimos del mundo y cuando muramos nadie cantará. ¿Qué está volando? Una ave en las nubes O mi fantasma Laika me tira de la pierna para que salga a jugar. Le haré caso. 18 de noviembre Querida Persona Desconocida, encontré unos papeles inquietantes. Son míos y de Carlos, de cuando vivíamos en España. Sé que son importantes porque mamá los ha guardado, aunque bueno, importantes para ella, porque para mí el mundo no se va a recuperar nunca y entonces los papeles no van a servir para nada. ¿Por qué no los rompió? ¿O los perdió? Así no me habría enterado de algo que me da miedo. Lo único que me importa es un papel de mi profesora de segundo que es un informe que no me gusta leer. Dice algo de que tengo una enfermedad mental o algo así que se llama “Asperger tea”. Y que me debería poner tratamiento. O sea, ¿qué estoy loco? Y no lo puedo preguntar por qué mamá sabría que he leído sus papeles secretos. Aunque es justo que los lea porque son mis papeles. Pero a ella no le gustará cuando se lo diga, porque me va a acabar preguntando por qué seguro que me he olvidado de dejarlo todo igual, igual, sin ninguna pista. Es gracioso: en inglés “Asperger tea” significa, si lo lees tal cual, té de Asperger. Será un té de pijos. Es triste, la humanidad casi muerta y yo, que soy de los poquísimos que quedan, estoy mal. Quiero hacer bromas, pero es porque tengo miedo, de verdad, que me he puesto a llorar solo, dándome cuenta y me parecía que me iba a quedar sin respirar. Solo quiero dormir y olvidarme, y es que, ni siquiera sé quien soy en verdad. ¿Lo sabes tú? Si me lo pudieras decir… 19 de noviembre Querida Persona Desconocida, hoy ha sido un día desértico. No hemos cazado ni pescado nada. No nos preocupamos mucho porque sabemos que estas cosas pasan, pero es preocupante. Vale, sé que me contradigo. Lo primero me lo digo con mi razón, lo segundo me lo dicen mis emociones y Laika, que la noto enfadada por no haber pillado nada. Mamá no me ha preguntado nada por los papeles. Dos opciones: 1. No ha descubierto que he encontrado los papeles que decían eso feo de mí. 2. Lo ha descubierto pero no se atreve a preguntarme nada porque es incómodo preguntar a nadie si ha descubierto que tiene la mente estropeada o no. Además, así puede seguir pensando que es su secreto y todos podemos hacer como si no pasara nada. Yo creo que esta segunda opción es la verdadera. Bueno, además de todo eso, pienso que si lo mío fuera muy malo ya tendría que haberme hecho mucho daño y no parece que sea así. Es un pensamiento que me gusta pensar porque me hace más fuerte. Aunque solo puedo quitarme de la cabeza intentar descubrir qué es eso del Asperger tea con la canción de los Abney Park: I was born, born in the wrong time And I live, here in the wrong time… Nací en el tiempo equivocado (o malo), y vivo aquí en el tiempo malo (o equivocado) Y si ellos pensaban que vivían en un tiempo equivocado, imagínate que pensarían del mío. No sé, a lo mejor les gustaba, porque cantaban cosas de aventura y del Apocalipsis. ¡Qué gente más rara! 20 de noviembre Querida Persona Desconocida, sueño con que un día mamá me diga que todo está bien con lo de mis locuras, pero no me atrevo a preguntar todavía y ella no dice nada. Creo que voy a tener que olvidarme de todo eso y será lo mejor. Mejor no sufrir sin saber que sufrir por saber, ese es mi lema. Claro que también se puede sufrir por no saber pero no quiero complicar más mis pensamientos. Andrea y Carlos se han pasado el día solos, por cierto, y Sargento Mamá les ha reñido porque llegaron tarde, “y a saber qué habréis hecho por ahí”. No sé, mamá, están en una isla desolada y aislada y seguramente vamos a morir todos, ¿qué importa nada? Eso lo pensé, no lo dije porque mi madre estaba enfadada de que no te dan ganas de reír. A lo mejor fue porque no trajeron pescado, solo algas, pero da igual porque Laika y yo pillamos un par de palomas, un balín diábolo justo a la cabeza de cada una; estoy hecho un francotirador. Así que hemos podido comer hoy bien: paloma asada y algas guisadas. Pero si seguimos sin poder pescar lo vamos a pasar muy mal. Lo que me recuerda que mañana me toca a mí ir a pescar con mamá. Esperemos que no la cague. (Perdón, pero estoy tan nervioso que si escribiera otra cosa me sonaría a mentira). 21 de noviembre Querida Persona Desconocida, mamá y yo hemos sido afortunados en la pesca mientras que Andrea y Carlos lo han hecho regular con lo de las algas. Pero no pasa nada, vamos a comer bien y nos va a sobrar para mañana. De hecho Sargento Mamá ya está hablando de hacernos una salina para sacar sal del mar y poder conservar la comida más tiempo. Eso, si no conoces a mi madre significa que mañana, en cuanto salga el sol arrastrará a alguno de nosotros a la playa a construir la salina. ¿Quién será? Consulto al oráculo y se escucha una voz que es difícil de interpretar: “te tocará a ti, gran pringado”. La arena limpia Nuestro pescado brilla ¿Han muerto las moscas? 22 de noviembre Querida Persona Desconocida, el oráculo se equivocaba, le tocó a Andrea lo de la salina. A mí me ha tocado algo peor, aguantar al enfadado de mi hermano. Te preguntarás por qué está enfadado. Yo también. No tengo ni idea. Solo se puso refunfuñón desde que Sargento Mamá nos ordenó buscar algas. No ha hablado mucho, y yo me he quedado callado. Si está enfadado prefiero hablar con mis pensamientos. Así que hemos tenido un silencio de frío, aunque el frío de verdad lo hemos tenido en las manos. Las llevábamos cubiertas con guantes de cocina rosa vulgar, pero aun así me dejaron los dedos temblando y blancos. Nevaba y puedo jurar que las focas nos miraban como si estuviéramos locos. Lo que no saben las pobres es que pronto les tocará morir. Me da pena porque me caen bien y tienen caras que parecen de personas. Pero es que dentro de poco no tendremos más remedio. Necesitamos grasa. Es por el frío. Mamá y Carlos, seguramente, irán con los kayaks hasta un refugio de focas. Desembarcarán y se ocultarán tras unas rocas. Después esperarán y, en el momento preciso, oiré tres disparos: uno de mamá y dos de Carlos, porque Carlos siempre falla el primero. Entonces yo, mientras esté cuidando las plantas, me alegraré porque, comeremos foca. Doy un poco de asco, supongo. 23 de noviembre Querida Persona Desconocida, hoy no ha pasado nada importante. Todo ha ido normal. Lo que me ha permitido pensar en lo del té de Asperger. Lo primero que no entiendo es porqué una maestra habla de enfermedades si las maestras no eran médicos ni nada de eso. Lo segundo es que a lo mejor ya me curé de eso, solo que mamá no lo ha dicho, o no me acuerdo. Eso explicaría por qué no me siento enfermo. Pero no por qué mamá ha guardado ese papel. ¿Será que me puedo poner otra vez malo? Por la tarde llamé al fantasma de papá, pero no vino. Me pregunto si ha tenido algo importante qué hacer. La verdad es que no sé lo que hacen los fantasmas en su mundo. A lo mejor están en el cielo, tan felices, sin preocuparse por nosotros. Pero nunca me cuentan nada de eso. Deben tenerlo prohibido. Pensé eso y me fui a rezar. Llueve, llueve Lloran, llueve, llueve y lloran Llora la nube, llueve Dios 24 de noviembre Querida Persona Desconocida, según decía papá, —cuando estaba vivo porque desde que es fantasma solo dice palabras sabias—, el clima de aquí es bueno porque “nunca hay demasiado pingüino”. (Cuando quería ser gracioso en español le salían frases así de raras). Y las focas seguro que le dan la razón; nunca han visto un pingüino, porque nunca hace demasiado frío como para eso, pero tampoco hace nunca demasiado calor, para nada. Lo peor de mi tristeza es saber que nadie puede venir ni nosotros salir de esta isla, por las corrientes. Exagero, un poquito. Sí se puede entrar y salir, solo es muy cansado y peligroso. Si luchas con el mar y ganas todo te irá bien; si pierdes, te estrellas contra las rocas o te vas de viaje a América y espero que tengas comida y agua para eso. En la playa de Sargento Mamá había un cartel que ponía: “Soy el mar. Si no me respetas, te mataré”. Así que en la realidad no exagero, aunque en teoría se pueda ir, pero ya no vivimos en el mundo de ayer. 25 de noviembre Querida Persona Desconocida, hoy me puse malo; el invierno pudo conmigo y me caí jugando con Laika, lo que no es malo. Lo malo es que no me pude levantar de lo cansado que estaba; solo pude porque Laika me ayudó haciendo de taburete. Los demás se asustaron porque tenía la cara toda llena de barro y caminaba como un zombi y entonces me dieron té y me llevaron a la cama y ya no me acuerdo de más. Creo que me dormí. Hoy sí vino el fantasma de papá. No le pregunté por qué no vino la otra vez. Me pareció de mala educación. También vinieron mi abuela Julia y mi amigo Scouse, aunque a él no le llamé. Se quedaron junto a mi cama y me contaron cuentos de antiguas películas. Pero no me acuerdo de nada. Lo siento. Me duele la cabeza. Risas jugando Pañuelo a la nariz Patapúm me caí 26 de noviembre Querida Persona Desconocida, hoy también estoy malo. Síntomas: 1. fiebre (algo), 2. mocos de color verde oliva, 3. dolor (medio), 4. cansancio (mucho). No son “las muertes” porque no me están temblando las manos, ni me sangran las uñas, ni tengo la piel azul-negra, ni estoy muerto, que son los síntomas más comunes de “las muertes”. 27 de noviembre Querida Persona Desconocida, sigo enfermo, no voy ni a mejor ni a peor. Laika duerme conmigo, mamá le ha dejado y mamá también está casi siempre conmigo. Andrea y Carlos también se pasan. No sé mucho más porque la mayor parte del tiempo estoy durmiendo. Sueño. Soy viejo, en un hospital del “mundo de ayer”, me muero, estoy en coma y sueño. Vuelvo a ser un niño, tengo un traje medieval, de campesino y voy con una loba, que es Laika. Nieva y llegamos a un castillo y toco la puerta gigantesca. La abren, pero sale un monje, porque el castillo en realidad es un monasterio y me dicen que si quiero ser un paladín y digo que sí y entonces despierto. Creo que es de un cómic que leí. Un paladín, por cierto, es lo mejor. Eres un guerrero, pero tienes los poderes mágicos de alejar a zombis, esqueletos, momias y vampiros. Y puedes curar con magia. Y tienes un caballo super-inteligente. Pero tienes que ser un santo, o pierdes tus poderes. 28 de noviembre Querida Persona Desconocida, sigo igual. Hoy lo mejor que me ha pasado es que mamá me ha dejado caldo de pescado y me lo he comido todo. También una papa entera. Luego vino lo terrible, como pienso que me puedo morir pronto, tuve que hacerle a mamá la peor pregunta de todas. —Mamá, ¿mi enfermedad cómo se llama? —No son las muertes, te pondrás bien. Con eso yo ya creí que me pondría bien, aunque… —Mamá… a lo mejor… —¿Qué? —¿Podría ser?… es que… ¿podría ser té de “Aspregers”? (¡Fail! Lo dije así de mal). Mamá se paró, cerró los ojos y luego se rió, para luego revolverme el pelo como hacía cuando era pequeño y decía una tontada graciosa. —No. Guille, solo estás malo, solo tienes una enfermedad corriente y normal y te pondrás bien. Quise preguntarle qué cómo lo sabía pero no me atrevía porque a) ya había dicho una tontada, b) mamá ya se estaría dando cuenta de que había leído sus/mis papeles secretos, y c) mientras me decidía me dormí. Sueño calaveras En mi sueño estaba perdido en el bosque de nuevo. No sé por qué, solo que quería volver al monasterio y estaba solo, y entonces me di cuenta de que el bosque estaba alfombrado con calaveras. Solo calaveras, no había más huesos. Y fueron volando a por mí y quería escapar corriendo pero nunca lo conseguía, hasta que el sueño se acabó. 29 de noviembre Querida Persona Desconocida, me he puesto peor y de lo único que me doy cuenta es de que todos están preocupados. En el sueño he vuelto al monasterio. Estoy en un pasillo gigante, solo, y camino hacia delante sin que se acabe nunca hasta que me canso y me siento junto a una ventana. Me duele mucho. Si me pasa eso que sabes… adiós… 30 de noviembre Querida Persona Desconocida, no me he muerto, lo que me pone feliz. Me siento igual de cansado, o más que al principio. (Creo que más, pero no estoy seguro). Pero ya no me duele ni tengo fiebre. Andrea me ha gastado una broma pesada que consiste en medirme para el ataúd, aprovechándose de que no estaba mamá y que no tengo ganas de defenderme ni de nada. Es igual, aquí no hay ataúdes y creo que ya no me voy a morir pronto. De todas formas, en cuanto vino mamá tuvo que salir corriendo con la cinta métrica entre risitas. Por suerte para ella mamá estaba de mal humor, momento que aproveché para preguntarle a mamá lo del té de Asperger. Esas cosas es bueno preguntarlas cuando has estado cerca de morir porque a la gente le dan ganas de perdonar y de decir la verdad, que es lo que necesitaba. Pero su respuesta fue terrible. —¿Leíste aquello? —Sí. —Lo siento, es que soy un curioso. —Bueno, a ver que te digo… ¿algo bonito o la verdad? —La verdad. —Vale. Tu maestra pensaba que podías ser especial… —¿Tonto? —No, más bien, raro. Lo siento. Soy de infantería. No sé explicar bien los términos médicos. Y menos ahora. Si estuviera tu padre… Lo que recuerdo… el Asperger tiene diferencias, como que te gusta estar solo más que con mucha gente y las cosas tranquilas, y el orden. —Ah, ¿y qué más? —Que no se llama té de Asperger. Solo Asperger. ¿Vale? —Vale. —Pero eso fue lo único que entendí bien. —Guille, en realidad nunca te hicieron las pruebas. Nadie puede saber si lo tienes o no; solo es la sospecha de una maestra novata. —Vale. —Además, seas como seas, eres muy fuerte. Lo has aguantado todo: las muertes, los orcos, el hambre… —(ahí se puso a llorar por alguna razón misteriosa de madre). Yo no me preocuparía. —Vale. —E hice como si me quedaba dormido, porque noté a mamá rara. Y además, no tenía sentido, si solo era una tontería de una profesora novata, como decía ella, ¿por qué lo había guardado? Yo lo hubiera roto, si hubiera sido ella, para que no se enterara mi pobre hijo que siempre le da vueltas a la cabeza a todo. Lo peor es que nunca sabré si lo tengo o no porque seguro que todos los que podrían saberlo están muertos. Me voy a estar dando vueltas a la cabeza durante toda la extensión de mi vida. ¡Agh! (Aunque, como probablemente mi vida será muy corta, tampoco es que sea tan grave). 1 de diciembre Querida Persona Desconocida, no voy muy bien. Me aburro de estar enfermo. Me fui a levantar y me caí encima de Laika y todos se han enfadado conmigo, menos Laika. Quería ir afuera a ver el mundo, un sueño un poco tonto, la verdad. Me han traído unos libros, pero me cansa leerlos. Encima Andrea ha dicho que parezco un “goblin de tus libros”. Lo malo es que tiene razón, menos por mi piel. Estoy tan blanco que si meto la cabeza por debajo de la manta y la muevo un poco para que entre luz no sé donde acaba mi pie y donde empieza las sábanas. Puntos y comas Caminando en fila Cargan miguitas 2 de diciembre Querida Persona Desconocida, sigo igual, o un poco peor, no lo sé. Me gustaría vivir hasta final de año o, si puede ser, hasta después de Navidad. Si muero antes les voy a estropear las fiestas. Lo mejor es que me pusiera bien para poder sentarme en Nochebuena, aunque sea con una manta y luego irme muriendo despacito hasta expirar el 2 de enero, por ejemplo. Hoy, por si acaso, hablé con mamá. —Mamá, si me muero, me gustaría que me pusieras en mi kayak. —Se te llevaría la corriente. —Sí, como a un vikingo. —Vale, pero no te vas a morir hoy. —Es verdad. A lo mejor aguanto hasta la Navidad. —Yo creo que te curarás antes. —Mamá, por si acaso, ¿te puedo decir que mi vida ha sido muy bonita? —Sí —¿Y qué te quiero? —No, que te tienes que dormir. —Y lo hice porque lo dijo llorando. 3 de diciembre Querida Persona Desconocida, hoy me siento un poco mejor que ayer, pero no me atrevo a soñar, tendría pesadillas. —Mamá, si me muero, ¿quieres que le diga algo a papá? —No hace falta, yo ya se lo digo todas las noches. —¿Y qué te dice? —Que te quiere, que nos quiere mucho. —¿Ves? Tengo razón. Puedes hablar con los fantasmas. —Sí. —Menos mal, por fin lo reconoce. (Aunque es posible que lo hiciera para que me sintiera mejor en mi enfermedad.) Y le dije que me gustaba y otras cosas bonitas. 4 de diciembre Querida Persona Desconocida, no me muero. Hoy desperté muy mejorado. Ya puedo caminar sin caerme, pero mamá no me ha dejado salir del monasterio. Solo me ha dejado ir a la cocina, donde se está calentito. Lo único que he hecho en todo el día fue llamar al fantasma de papá para contarle las novedades. Cuando terminé me dijo una cosa típica de padre… de padre fantasma. —Cuídate. Estoy bien pero es mejor estar vivo. —Esto me lo dijo en inglés, claro. Siempre habla en el mejor inglés de Escocia, que es mucho mejor que esa jerigonza pija que hablan en el sur de Inglaterra. —No te preocupes. A lo mejor mañana ya vuelvo a la normalidad. —Eso es, “Scot’s Spirit” O sea, Espíritu Escocés, que son siete espíritus: 1. Calidez, que es ser cariñoso, decir palabras agradables, preparar un tazón de avena etcétera, 2. Agallas (Valor), 3. Determinación, que es no rendirse nunca cuando quieres algo, 4. Divertirte y hacer que los demás se diviertan, 5. Reír y conseguir que los demás se rían, aunque estén muy triste, 6. Alma, que es como ser sensato y preocuparte por los demás, y 7. Chispa que es inteligencia alegre. Se puede resumir con la versión de mamá en español de la canción “500 miles”. Caminaría 500 millas y luego caminaría 500 más, solo para ver cómo estás y hacerte luego sin parar, pedorretas, pedorretas, pedorretas, pedorre-e-e-etas. Cuando Fantasma Papá se fue, me puse a cantar la canción; lo que es buena señal, a mi parecer, aunque Carlos protestara desde la ventana cuando me oyó. —¡Cuidado con esa boca! ¡Está estropeada!—. Y se puso a burlarse y a hacer toda clase de ruidos obscenos desagradables. No le respondí nada, es un inmaduro y no gano nada enfadándome; enfadarse es un dolor. Así que me fui a la cocina y contemplé la tranquila lumbre. (Lumbre es fuego, de ahí viene lumbrera, etcétera. Lo leí en el diccionario ayer). Baila el fuego Sus llamas se mecen El caldero canta 5 de diciembre Querida Persona Desconocida, me siento feliz porque me parece que ya es seguro que no me voy a morir. Ya puedo caminar sin dolores y Sargento Mamá me ha dejado ir con ella a cuidar el huerto. Aunque en realidad no he trabajado mucho porque “todavía no te llega el cuerpo”. Es decir lo ha hecho ella casi todo y yo solo le he ido pasando las cosas y eso porque le dije que si no me movía me iba a congelar. 6 de diciembre Querida Persona Desconocida, hoy solo pasó una cosa que merezca escribirse. Carlos y Andrea se enfadaron uno con el otro y después, los muy bobos, quedaron tristes. Yo pensé que íbamos a vivir otro día horrible pero durante la cena Andrea le pidió a mamá que nos contará el cuento favorito de Carlos. (Él no lo hubiera pedido nunca para no parecer un niño pequeño). —Mamá, ¿hoy nos puedes contar el cuento de la abuela? —Vale… Nos lo contó en la capilla, junto a un brasero, mientras llovía afuera y todos los espíritus de los muertos cantaban felices. Aunque no tanto como nosotros. Laika me rodea me abraza con su lomo como la abuela ________________ Capítulo 6 Las últimas flores 7 de diciembre Querida Persona Desconocida, las otras veces que he estado a punto de morir me he prometido hacer cosas mejores de las que hago. Esta vez no, solo quiero que… NO. No quiero nada; solo vivir y ver las cosas que el mundo hace mejor que lo que yo hago. Hasta las nubes más grises pueden ser hermosas cuando estoy alegre y no mojado hasta los huesos. Estar alegre es lo único que quiero, lo único que necesito. Lo demás sirve a eso. Por cierto me acordé de un refrán de papá (me refiero a papá de verdad, no a su fantasma). “Joy”, o sea, alegría en inglés, “is everywhere, just look around”. Me lo decía mucho durante las muertes y yo lo creía un segundo y después me desesperaba porque parecía más cuento que los Reyes Magos y Father Christmas. Sé que es verdad, solo me falta esperanza. 8 de diciembre Querida Persona Desconocida, vuelvo a la normalidad y me encuentro fuerte así que fui con mamá a pillar almejas y otras cosas de seafood —perdón, pienso en inglés porque tengo nostalgia de papá. (Su fantasma no es lo mismo). Ha ido bien porque hemos esperado lo suficiente a que se recuperaran las almejas. Ahora las gaviotas nos odiarán, pero ellas pueden volar a otras islas a comer. Salió el sol y se fueron las nubes y me parece que es la manera que tiene Dios de decirme que no tenga miedo y me quiere. A lo mejor te parezco tonto pero tengo el sentimiento de que el mundo me quiere: el mar, las nubes, las musarañas, el cielo, mamá, Fantasma Papá, Dios, Carlos, Andrea, las focas y hasta las gaviotas. (Eso último no puede ser verdad, ¡nunca! Chillonas, apestosas, ladronas y todos los insultos peores del mundo son para ellas). 9 de diciembre Querida Persona Desconocida, Sargento Mamá me ha vuelto a elegir otra vez. Sé lo que estás pensando: que me está protegiendo porque sigo siendo un niño. Y aunque no me guste ser un niño es lo que soy. Aunque me ha elegido para una aventura: nos fuimos a cazar focas. Dije que sí solo con la cabeza, sin palabras y mamá no dijo nada porque sabe que me gusta comerlas pero no cazarlas. Bueno, me gusta pero me hace sentir culpable, soy un lío. Vale, la parte de la aventura empezó montando en los kayaks. Paleamos muy despacio alrededor de la isla; como en un cuento de paz. El agua hacía remolinos donde salían nuestras palas, todo lo demás estaba quieto, el viento dormía, las nubes se habían marchado. Papa diría, lo voy a poner en español, que es un día que el invierno robó al verano. Y era verdad, salvo por el frío. Pero esa paz acabó. La madre del monstruo y el monstruo, (yo), se acercaron con sus kayaks, los dejaron en una mini-playa, ocultos con algas de uvas y tomaron sus armas terribles. Se escondieron entre las rocas y esperaron a que las familias de las focas salieran por otra playa cercana. Las focas miraron antes de salir, siempre miran, pero no vieron al monstruo porque el monstruo es pequeño y sabe esconderse muy bien y solo olía a alga de uva apestosa. Entonces, cuando las inocentes estaban en la arena, la madre del monstruo disparó y falló, pero el monstruo no, al revés de lo que debía haber pasado. Y el monstruo se alegró de matar para comer pero se ganó otro punto de monstruo. Ahora tenemos carne y grasa y piel y huesos y otras cosas útiles. El hígado lo comimos primero, dejando un poco para los demás, y estaba muy rico. Le hice una especie de oración, que voy a recordar para otras veces: Doy las gracias a la foca y le pido perdón Igual que caza peces yo la cazo Y la como y la borro del mundo Doy las gracias a los peces con piedad y con pena Y a todos los que mato muy culpable… Para que podamos vivir Alga de uva: Es un alga hecha de tiras largas verdes y dentro tiene unos bultitos que parecen uvas. 10 de diciembre Querida Persona Desconocida, el trabajo de hoy, como te podrás imaginar, ha sido preparar la carne de foca y sacarle la piel y los huesos. Una poca de la carne la cocinamos para hoy, la mayor parte la pusimos en sal, cortada en tiras y la guardamos colgada en una de las celdas del monasterio, bajo un fuego con humo. Esto es para conservar la carne, darle sabor y, sobre todo, ahuyentar a todos los bichitos que querrían comérsela. Si sale bien vamos a comer foca hasta que nos salga por las orejas, o se nos acabe, lo que pase antes. Por lo demás ha estado lloviendo y esta vez sin parar, diluyendo la nieve. Ahora no queda nada blanco, pero la hierba está pálida y se va a quedar así mucho rato. Miro al fuego para alegrarme en sus llamitas, que son como hierba cálida. Bajo las nubes Muere la última flor Llora la hierba 11 de diciembre Querida Persona Desconocida, papá murió un once de diciembre y un fantasma se nos ha metido a todos bajo la ropa. Es un frío que no podemos quitarnos con canciones. Hasta Laika, que no tiene ni idea de lo que pasa, se ha puesto triste y he tenido que consolarla como a los niños pequeños. Le pedía a Sargento Mamá hacer una misa por papá y me dijo que sí. Aunque no lo había previsto vinieron todos. Supongo que me salió horrible, sin contar que la comunión la hicimos con papas, porque no hay pan, pero a los demás les gustó. Pude decir unas palabras a papá en nombre de todos; Fantasma Papá asistió a su misa funeral, aunque no le gustan estas cosas. También pensé una oración para que no se muera mamá y que me muera yo en vez de ella, pero la dije solo en mi cabeza, para que nadie se asustara. Pero Fantasma Papá se dio cuenta y me miró enfadado. ¡¿Por qué?! Es injusto. 12 de diciembre Querida Persona Desconocida, en mi habitación he colgado una cruz de la capilla y ahora la veo mientras escribo. Hoy el día comenzó con una gran despertada de las gaviotas escandalosas que estaban más alteradas que nunca. Por mi cabeza corrieron todas las palabrotas que sé, en todos los idiomas que sé, hasta que me acordé de la carne de foca. Salí corriendo con una silla para luchar contra esas ladronas, pero resultó que no estaban interesadas en nuestra salazón, que además mamá había cerrado las contraventanas. Lo único que hacían, además de chillar, era revolotear, excrementar en el tejado y, después de diez minutos, volar fuera de la isla. Nos preguntamos: ¿habrán visto algo peligroso que los ha asustado? Seguimos la rutina de buscar comida y atender a las plantas. Carlos y Andrea se quedaron reparando las nasas; mamá se fue a por los peces y me mandó a Laika y a mí a guardar parte de la carne de foca y otras cosas en el búnker. Cuando acabé eso tan divertido se me ocurrió ir a ayudar a mis hermanos, pero cuando los encontré tuve que hacer señales a Laika para que se quedara quieta. ¡Estaban haciéndose besos de adultos! Salí corriendo para que no me vieran. No podían hacer eso, son hermanos oficialmente, es como una traición, pero no dije nada. Mis secretos Querida Persona Desconocida, hay cosas que te cuento a ti y no se lo cuento a nadie más y hay cosas que cuento a mamá pero que no te cuento a ti. A mamá no le he dicho lo del beso. A ti no te he contado otras cosas. 13 de diciembre Querida Persona Desconocida, Andrea ha desaparecido. Carlos fue corriendo a buscarla por tierra pero no sabemos si la ha encontrado o no. Tampoco nosotros. Te cuento. Estoy un poco nervioso. Me duelen las manos por el frío y no hay luz, así que perdón por escribir así. Vale, nosotros, mamá y yo —Laika se fue con Carlos—, estamos dando la vuelta a la isla con los kayaks, porque faltaba el de Andrea. Pensamos que no puede irse lejos por los de las corrientes. Además tenemos una buena pista: encontramos su kayak entre la playa de las algas apestosas y creemos que mañana, cuando vuelva el sol, la encontraremos. La pregunta es ¿por qué se fue? 14 de diciembre Querida Persona Desconocida, hemos encontrado a Andrea. ¡Felicidad! Y la respuesta a la pregunta es porque pensaba que tenía “las muertes” y que nos iba a contagiar a todos. Pero resultó que no, solo tiene fiebre y está muy cansada, dice mamá. Bueno, ahora estamos todos muy cansados, aunque aliviados. Va a ser un invierno muy duro. Un cormorán espera Dos kayaks se acercan El ave desaparece 15 de diciembre Querida Persona Desconocida, dentro poco es navidad. Espero y quiero que sean unas navidades tranquilas, sin malos que vengan a matarnos, como la otra vez. Ha vuelto a nevar un poco pero la nieve aquí no está como en los cuentos, sino que es una mezcla de agua y nieve hasta que la hierba susurrante y los líquenes se la tragan. Los líquenes se lo tragan todo y cuando acaban descubres pájaros muertos, medio podridos. Aquí nada es completo, todo está a medias, salvo la humedad: nada está seco. Me siento triste, cansado, pero no quiero morir, ni vivir como un muerto. Quiero ser feliz, y lo que hago para conseguirlo es jugar a que soy feliz cuando estoy con los demás. Con Laika es más fácil, me hace feliz. Con Carlos es más difícil porque él me enseñó este juego hace dos años, cuando nos atacaron los orcos. Hacía mucho más frío que ahora y estábamos perdidos. Fue en un monte, cerca de un pueblo costero que se llamaba Ajchitibule o algo así (puede que el cartel fuera una broma para los turistas del mundo de ayer). Había salido con Carlos de caza y en medio de la caza nos saltó una jauría de doberman salvajes. (O a lo mejor eran de otra raza, no se los pregunté, daban demasiado miedo). Todavía sueño con esos perros malvados. Carlos los espantó con la escopeta. Entonces corrimos porque sabíamos que volverían. Y acabamos perdidos en el espanto de la noche. Era una colina odiosa, grande, con hierba mortecina, árboles espinosos y nieve sucia encima de piedras puntiagudas. No me lo estoy inventando. Y encima llovía. En esa época éramos más niños, más flacos y bajitos. Dábamos pena, sobre todo yo. Carlos tenía una mochila con comida, pero ninguna lona para hacernos una tienda. El sol se caía del cielo y Carlos buscaba refugio: ruinas, cuevas, una lobera, lo que fuera. Y yo le seguía, apretando mi carabina como si eso sirviera para algo. Al final, casi de noche, vimos una torre blanca. No te engañes, no era una torre medieval, ni un edificio mágico, ni nada por el estilo, sino una de esas casas ultra-modernas que les gustaban a las gentes sofisticadas del mundo de ayer. En una imprecisa palabra: rara. El primer piso era de hormigón blanco con una puerta de madera, que parecía de castillo. El segundo tenía las paredes de cristal que mágicamente estaban intactos. Nos metimos, por una de las ventanas de abajo, que sí estaban rotas. El cristal me cortó el abrigo, me libré de milagro. Y entonces estuvimos los dos en una escalera, toda guarra de caca de pájaro y bichos muertos. Una pena, porque era de madera con relieves grabados, así como de plantas y planetas y letras raras, todos entrelazados unos con otros. A la luz de las linternas parecía un “dungeon” mágico, una partida de rol. Recuerdo lo que dijimos, más o menos: —¡Ay! —Este era yo que pensaba que me había hecho daño. —¿Tienes sangre? —No, solo es mi ropa. —¿Pues te quieres callar? —¿Aquí hay monstruos? —No, pero calla, nunca se sabe… Carlos subió. La escalera estaba interrumpida por una trampilla cerrada en el techo. Mi hermano trató de abrirla, pero se veía que estaba corrido el pestillo. —Carlos, ¿nos quedamos aquí? —No, hay que entrar. Aquí hace mucho frío. —Era por el viento que entraba por la ventana rota. —Ayúdame. Y nos pusimos a dar patadas hasta que reventamos el pestillo. Ahí se ve que Carlos era un poco hipócrita, porque mi “¡ay!” había hecho mucho menos ruido que las patadas, aunque supongo que era necesario. Bueno, detrás de la trampilla estaba el tesoro: una cama y un escritorio y un baúl con sábanas, edredones y de todo. Volvimos a cerrar la trampilla lo mejor que pudimos y pusimos el baúl encima para que nada pudiera pasar y nos metimos en la cama, sin siquiera quitarnos las botas. Y entonces nos dimos un beso de hermanos porque nos creíamos salvados. Ya dije que éramos más niños. Dijimos que Carlos se quedaría despierto primero para vigilar y en su turno no pasó nada. —Guille, te toca. —“Grunguis”. Respondí algo así que no se entendía, de dormido que estaba y me puse una manta de capa y la escopeta en la mano. Debía dar risa-miedo. Carlos se durmió de golpe y me puse a vigilar. Era fácil porque todos las paredes eran de cristal de los que se pueden ver hacia fuera y no hacia dentro. Ya lo dije: magia. Todo estaba oscuro hasta que mis ojos llegaban a las estrellas. Y me relajé, pensé que todo iba bien y que al día siguiente nos encontraría mamá, hasta que escuché ruidos. Lo primero que me dije: ruidos de la noche; lo primero que hice: comprobar la escopeta. Me acerqué más a la pared de cristal. Vi que algo se movía. No desperté a Carlos por no quedar como un bebé si luego no era nada, sino que me quedé observando, muy quieto. Y los fui descubriendo, uno a uno, con sus cabezas pintadas como calaveras, y las espadas y hachas que llevaban en la mano. —Carlos, despierta, gente mala. —¿Orcos? —Sí, orcos raros que quieren ser fantasmas. Carlos solo comprendió lo que decía cuando lo vio por sí mismo. UN RUIDO DENTRO. Carlos me arrancó la escopeta y se puso en una esquina, yo debajo de la cama, con mi carabina, que puede ayudar haciendo dolor —mejor que nada. Esperamos. Esperamos. Esperamos. Abrieron la trampilla. No hicimos nada. Empujaron el baúl dos centímetros. Pararon, desde abajo era casi imposible. Entre el agujero de la trampilla y el fondo del baúl alguien asomó la cabeza. Y me vio, quiso ocultar su sorpresa pero le disparé en el ojo con un balín y Carlos corrió con su escopeta y disparó también. Fue sangriento. Podía haber pasado de todo, nos podían haber quemado, con cualquier cosa, pero se asustaron, de ver tanta sangre… la cabeza de ese hombre… nunca me lo perdonaré. No teníamos más remedio, pero… Y me quedé como vomitando y temblando en el suelo, moviéndome sin querer. Después Carlos me limpió, y me abrazó y me besó y me enseñó el juego de ser feliz. Carlos era un gran hermano entonces, y mi mejor amigo. ________________ Capítulo 7 Heather 16 de diciembre Querida Persona Desconocida, ayer te escribí sobre el ataque de los orcos. Hoy llegó un barco fantasma; lo que quiere decir abandonado, que no hay nadie dentro, salvo muertos, muertos normales, no muertos vivientes, y el mar lo ha arrastrado. Pero nos equivocamos, no era un barco fantasma sino algo peor. Era una embarcación pequeña, de pesca, y acabó por encallar justo enfrente nuestra. Y nos preparamos para lo normal en estas situaciones: ir a saquear todo lo útil, pero pasó algo extraordinario: salieron unas personas en un bote. ¿Personas? ¿Serían orcos? Sargento Mamá levantó el brazo sacando del puño los dedos índice y pulgar: la señal de los rifles. Corrimos a la abadía a por las armas, hasta yo tomé un arma de verdad, una carabina del 22, que dicen de niño, pero puede matar a un gigante. Tomamos posiciones, lo que quiere decir esconderse tras una roca o lo que sea y apuntar. Yo me puse detrás de un muro, con Laika a mi lado, listos para luchar. Los del barco nos vieron porque hacía mucho tiempo que no entrenábamos y se pusieron a gritar. —“¡Don’t shoot! ¡Please!” —O sea, no disparen por favor, pero en inglés. (Todo lo demás lo voy a escribir directamente en Español, más o menos como me acuerde y sepa) ¿Qué respondería mamá? No queríamos visitas de gente desconocida que podrían resultar ser de los malos pero ellos no podían huir. Su barco estaba hecho polvo, encallado y no íbamos a darles el nuestro. —¿Quiénes son? —Mamá también les respondió en inglés, pero lo pondré todo en español para no estar traduciendo todo el rato. —Nadie importante. Solo queremos reparar nuestro barco. Era mentira, tenía que ser mentira, ese barco no se podía reparar, pero mamá les creyó. —De acuerdo, vayan a ese lado de la playa, pero no desembarquen, le traeremos herramientas. —Perdone, solo queremos descansar. Mire, somos gente normal, tenemos niños. —Eso era verdad. Pero también tenían armas, y vi una, la más grande, la peor, una ametralladora escondida, apuntándonos. —¡Mamá! —Y le hice la señal de peligro. Mamá se tiró al suelo. Ellos dispararon. Nosotros también. No sé quién fue el primero. Me gustaría que fueran ellos. Abatimos al de la ametralladora. Laika ladraba. Otra vez apunté. Rápido, pero no a lo loco. Dejaron de disparar. Las rocas nos había salvado; ellos, los del bote, habían sido muy estúpidos, muy estúpidos, tan estúpidos como nadie puede ser. —I’m sorry! La voz era de una niña de doce años, como yo; la única a la que no le habíamos dado. Una voz que te daban ganas de llorar y te estrangula, ¿sabes? Es como toda la tristeza del mundo y lo peor es que sabes que es culpa tuya. Espero que nunca tengas que sentirte así. El tipo de la ametralladora estaba muerto, creo que Carlos le había dado en el pecho. El segundo también, creo que ese fui yo, en la cabeza. Un tercero, con escopeta, tenía una herida en la barriga. Y luego estaba un niño, que entonces pensé tenía once años, gritando de dolor con una herida en el brazo. Mamá les habló en inglés, te lo traduzco. —Los niños, los niños podéis venir. Las armas al agua. —Sargento, —solo le hablamos así cuando hay combate, —¿puedo ir a recogerlos? —No, es muy peligroso. Tenía razón, como siempre. Pero entonces el único de los hombres que quedaba vivo se pegó un tiro en el cuerpo con la escopeta y ya todo se calmó. Los niños tiraron las armas al agua, como se lo dijo mamá y ahora los tenemos en la abadía. Mamá y Andrea están con el herido; Carlos, Laika y yo con la niña. Se llama Heather y está muy asustada, como nosotros. ¿Por qué tuvieron que disparar? ¿Por qué? Ahora tenemos menos balas y la sangre que hemos hecho. Me siento mal. Y bien, bien por haber ganado, pero sentirme bien por eso me hace sentir peor. Voy a cagar, lo siento. 17 de diciembre Querida Persona Desconocida, el niño ha muerto. Pasó de madrugada, se quedó blanco y se durmió. Mamá dice que tenía heridas viejas, y quemaduras hechas a propósito y marcas de sogas en las muñecas. Y cosas peores que no me quería decir. Esa gente era mala, por lo menos los adultos. Heather sigue muy asustada. Seguramente cree que somos tan malos como los orcos, o peores, porque hemos matado a Allan. Así se llama el chico. Y en realidad tenía catorce años, solo que estaba muy flaco, peor que yo. Lloros lejanos La brisa los lleva al mar Juegan las focas Hicimos la ceremonia y después lo enterramos junto con estrellas hechas de papel de colores, porque no quedan flores. Luego Andrea escribió su nombre en una de sus cintas de los muertos. Así siempre tendrá quién le recuerde. Heather cambió después del entierro. Dice que no nos tiene miedo, aunque ni nos fiamos de ella ni creemos que ella se fíe de nosotros todavía, diga lo que diga. Dice que es por la ceremonia, que es lo más cariñoso que tuvo nunca Allan. Lloré cuando dijo eso. Aun lloro todavía. Y voy a llorar más. Laika está ahora con ella y no tengo celos. ¡Ah!, los otros muertos los devolvió el mar a la playa y también los enterramos, pero más rápido, para que no apesten ni contaminen el agua y eso. Lo siento, los odié cuando los descubrí muertos, pero ahora no, ahora son solo piedras y malos recuerdos. Ojalá hoy pueda dormir. 18 de diciembre Querida Persona Desconocida, una semana para navidad; un poco menos para noche buena. Deseo paz, solo paz. Por eso me paso todo el tiempo libre que tengo rezando. Y llorando también. Lloro mucho y me siento enfermo, pero sé que es una enfermedad de mentira. Es como que quiero estar enfermo y no quiero y juego a estar enfermo sin querer. Pero Laika está conmigo. Y los ángeles también. Hoy vi uno, en mi imaginación, me parece. ¿Será real? Anoche tuve una pesadilla con un ratón que me perseguía y me cazaba como un león y me agarraba del cuello y me arrastraba a su agujero y luego me arrancaba trozos de carne del pecho y se la daba a sus crías, pero no me moría. 19 de diciembre Querida Persona Desconocida, estoy muy cansado, pero mucho mejor que ayer. Heather está más calmada y ya nos ayuda con las cosas, aunque la mitad de las veces tenemos que repetir las cosas en inglés para que nos entienda. Bueno, no importa, ya aprenderá. Mamá dice que es bueno que seamos más; aunque se necesite más comida también podemos conseguir más. Andrea está encantada con la nueva niña, casi parece su hermana mayor. Carlos no, está enfadado y no confía en ella en absoluto. Y yo pienso como Carlos y siento como Andrea. No nos podemos fiar, pero cuando la miro a los ojos, solo veo dolor y me gustaría ser su padre. ¿Sabes? Algo así de raro. Hoy no tuve pesadillas, pero Heather sí, y se levantó gritando despertándonos a todos. No tenemos suerte. 20 de diciembre Querida Persona Desconocida, la vida se está complicando ahora que tenemos que adaptarnos a Heather. Somos los que matamos a Allan, que era su amigo, y a los otros que venían con ella, y eso tiene que ponerla nerviosa, como nos pone a nosotros. Mamá la ha puesto a dormir conmigo, en mi habitación quiero decir, a pesar de que hay habitaciones libres. No es por mí, es por Laika. Si a Heather se le metieran ideas suicidas o malvadas por la noche Laika se daría cuenta y lo impediría. O ese es el plan. Pero aunque confío en Laika me desperté seis veces he estado de mal humor todo el día. Y me ha tocado ir con Heather a recoger bichos de mar en esas aguas tan, —modo irónico on—, calentitas de la playa. Ahora Heather me llama “grumpy” y yo la llamo “heller”. Lo mío quiere decir gruñón y lo suyo “demonia del infierno que es un grano en mi culo”, más o menos. Por lo demás, un día normal en Mahwrpool. He leído un artículo científico sobre la ecología de los gansos por estas islas que nos ayudará a cazarlos. La mayoría estaba escrito en inglés científico con montón de cosas inútiles, pero con el resumen del principio y las conclusiones tenemos lo suficiente. Parece un poco malvado usar la ecología para cazar pero tenemos que sobrevivir. Ya quedamos pocos… Y encima matamos. Tiene que parar. Por favor. 21 de diciembre Querida Persona Desconocida, odio cuando mamá me dice “Guille, ¿quieres venir un momentito?” Porque ni va a ser un momentito ni va a ser fácil ni divertido. Pues eso es lo que pasó hoy. Estaba todo “comfi” en la torre, haciendo de vigía, con mis dos jerséis, mi gorro y mi termo de té de hierbitas caliente cuando viene mama y dice la frase fatídica. —Guille, ¿quieres venir un momentito? Y entonces el miedo al trabajo me atravesó el cuerpo de cabeza a culo. (Nunca se va por las piernas, no sé por qué). Y tenía mucha razón. —Vamos a hacer una cerca nueva, en el campo viejo. —Se refería a que yo iba a hacer una cerca alrededor de un campo que se usaba en esta isla en “el mundo de ayer”. —¿Para qué? —Hemos decidido que nos quedamos aquí en Mahwrpool para siempre. —O sea, se le acababa de ocurrir que nos tenemos que quedar. —Vale. —Tenemos que vivir como gente normal, Guille, dentro de poco tendréis vuestros propios niños. —Vale, —cosas de adultos, cerebro modo sonreír—. ¿Heather puede ir conmigo? —Mejor. Y el resto del día fue: recoger piedras, cargarlas en un saco, llevarlas al sitio, ponerlas unas encima de otros y hacer un muro. Bueno, empezar a hacerlo. Y todo gozando de la lluvia. 22 de diciembre Querida Persona Desconocida, ¡faltan tres días para navidad! Y mil para terminar la cerca. O algo así. Menuda vida más aburrida. Por lo menos los otros cazan, pescan y tienen pequeñas aventuras. Para nosotros dos, la “Heller” y yo, los discriminados, la vida consiste en lo de buscar piedras, cargar piedras y poner piedras, y meternos el uno con la otra. Ella me dice cosas hirientes en inglés y yo en español, para que no las entienda, o medio en español y medio en inglés para que solo entienda lo que yo quiero, o todo en inglés para que sufra por completo mi venganza. Sí, es aburrimiento; pero hoy ninguno de los dos hemos tenido pesadillas y hemos dormido de un tirón. Debe ser la táctica de curación de Sargento Mamá de hacer cosas aburridas. Apuesto a que nos dice dentro de una semana que ha cambiado de idea sobre la cerca y que en realidad salimos de Mahwrpool, según lo previsto. 23 de diciembre Querida Persona Desconocida, mañana es Nochebuena. No sé que estarán preparando los demás porque a nosotros nos ha tocado lo de buscar piedras, cargar piedras y poner piedras otra vez. Y encima tuvimos que rehacer parte de la cerca porque se cayó. Se lo dijimos a Sargento Mamá esperando ayuda o que se lo dejara a los que lo harían mejor: Carlos y Andrea, pero lo único que dijo fue —Mientras esté lista para la siembra no pasa nada. ¿Nada? Tenemos las rodillas de hielo de tanto arrodillarnos en la hierba. Vale, también las tendríamos haciendo otras cosas, pero es que no sería tan aburrido. Y encima Laika, aunque quiera, no me puede ayudar. Supongo que solo está conmigo como guardaespaldas, por si a la “Heller” se le ocurre castigarme por lo de Allan u otra locura. Y sí hizo una locura, una de las gordas. Le picó un mosquito negro. Yo lo llamo así, es un bicho grande y feo y que muerde y duele. No mucho, pero le pasó algo dentro de la cabeza y se sentó en el barro, con lo mega frío que está y se puso a llorar. Recordando algo, seguro, pero balbuceaba en inglés y nadie la hubiera entendido. Así que me senté junto a ella y, cuando ya se me estaba congelando el culo, le puse el brazo encima para ver si así, poco a poco, la llevaba a un sitio un poco mejor. Pero pensó que la abrazaba y me dio un beso en la mejilla y luego se abrazó a mí como si fuera su padre. Y yo sentí una cosa muy rara en mi cuerpo que nunca había sentido. ¿Amor romántico? Espero que no, soy muy joven. ¿Y de la “Heller”? ¿Y en navidad? ________________ Capítulo 8 Navidad 24 de diciembre Querida Persona Desconocida, nuestra celebración de la navidad empezó bajo la lluvia, no la nieve. Llovió tanto que a nadie se le ha ocurrido salir afuera y mamá no nos ha obligado a seguir con la cerca. Intenté fabricar un árbol de navidad con palitos y cintas de colores, —no cintas de los muertos—, pero me quedó horrible y Heather se ha reído. Y luego yo también, y los demás se nos han quedado mirando como si supieran lo del beso de ayer. Aunque solo nos acabamos de hacer amigos. Carlos y Andrea hicieron un portal de Belén muy bonito y ahora está junto a la chimenea, bajo mi árbol horrible. Hablando de chimenea: me quemé la mano al encender la chimenea por tercera vez. No es grave ni nada, pero Heather se rió más todavía pensando que soy muy torpe. Y ahora yo también lo pienso. Además de todo esto jugamos a rol, todos juntos, con mamá de máster. (Aprendió en sus tiempos). Al final comimos y contamos cuentos de navidad mientras la lluvia caía… Pero la verdad es que también estuve de guardia en la torre, por si los orcos venían hoy. Así que solo ha sido una navidad un 50 % magnífica; bueno un 75 % magnífica, creo. 25 de diciembre Querida Persona Desconocida, hemos tenido el regalo de navidad. El regalo, o sea solo uno, porque esa es la costumbre de mi familia desde el principio de todo. Verás, papá ponía los regalos en navidad y mamá el día de Reyes, porque papá era escocés y mamá española. Es que en Escocia no vienen los reyes magos. Así que milagrosamente aparece el regalo de papá y todos nos ponemos contentos y emocionamos aunque sabemos que Fantasma Papá no puede poner regalos. Bueno, a mí me tocó una caja de miniaturas de robot para pegar y pintar, con pinturas y pegamento. No sé dónde lo ha estado escondiendo mamá todo este tiempo y casi parece verdad que es papá quien lo ha hecho. A mamá le ha aparecido una botella de whisky de las más pequeñas, de las que no dan ni para un vaso. Andrea ha conseguido una bufanda de la selección holandesa de fútbol, naranja por supuesto. Carlos un bumerán de madera, casi un juguete pero no exactamente. Será que él es casi un adulto, pero no exactamente. Y a Heather una joya de una flor de piedras preciosas y brillantes. Mamá a veces pilla cosas así en las joyerías abandonadas, si todavía queda algo. Aunque esta tuvo que ser hace mucho tiempo, probablemente cuando pasamos por las ruinas de Fort William. En mi opinión no valen para nada pero a Heather le gusta mucho. Hice también una misa de navidad, con un sermón muy bonito y la lectura típica del principio del evangelio de Lucas. Me quedó muy bien, creo. Hoy estoy optimista… ¡con todo! (Pero mamá está muy cansada). 26 de diciembre Querida Persona Desconocida, anoche tuve una pesadilla, la peor, que se moría mamá, y nos quedábamos solos los niños, como en una serie de adolescentes “del mundo de ayer”. Así que me levanté de madrugada a ver cómo estaba y me la encontré despierta, con ojeras como surcos en los ojos. —Mamá, dime qué estás bien. —Estoy bien —Pero lo decía con voz rara y luego siguió con la misma voz. —¿Qué estás haciendo a esta hora? —Ver si estás bien. —, le dije. Soy bastante obvio. —Pues sí lo estoy. —¿Seguro? —Es solo la comida. Demasiado estofado. Ya no estoy acostumbrada. Pero no me lo creí mucho y me quedé con ella hasta que amaneció. Al final resultó que tenía razón, solo tuvo que vomitar un poco y limpiarse y al final resultó un día bastante normal y corriente. Mi canción favorita Hoy es el día del villancico de: “Good King Wenceslas looked out on the feast of Stephen”, etcétera. Cuenta la historia del Buen Rey Wenceslas (ni idea de cómo se llama en Español) que un día como este que hacía mucho frío vio a un pobre buscando leña para el fuego. Y decidió ir a ayudarle personalmente pero un paje que debía ser de mi edad, más o menos, tenía que acompañarle, llevando comida y leña. (Debe ser una ley para los reyes que no podían ir solos). Y cuando estaban de camino vino una ventisca y el niño pensó que se iban a morir de frío. Pero el Buen Rey Wenceslas le dijo que pisara exactamente donde él pisara. Y el paje lo hizo. Y entonces lo que pasó es que el paje no pasó nada frío, pudieron llegar con el pobre señor mayor y comieron la cena de navidad todos juntos, con las cosas que habían traído. Esto no tiene nada que ver con nada que me ha pasado hoy. Pero es que no me puedo sacar el villancico de la cabeza. Lo único que se me ocurrió después de meditarlo es ir a visitar la tumba de Allan y ponerle un lazo de tela. (No hay flores). Pasé el frío que tenía que pasar, porque esto es la vida real, pero me siento mejor. 27 de diciembre Querida Persona Desconocida, me costó mucho dormir. Quería, pero me despertaba a cada rato. Fue horrible porque si me quería salir de la cama el frío me rompía los pies y si quería volver a intentar dormir me ponía peor. Pensé que no me dormiría en toda la noche. Pero entonces vino un fantasma sin invitación. Era Allan, el niño que matamos, que me saludó en inglés. —Hola, ¿te aburres? Y yo le respondí —Sí. Venía vestido con la misma ropa con la que le habíamos enterrado; incluso descalzo. Mamá dice que es de mala educación enterrar a una persona con zapatos. Es como obligarle a dormir con los zapatos puestos. Tenía mejor aspecto, limpito, —porque siempre lavamos a los muertos— sin la herida, aunque con la piel, los pelos y la pupila de los ojos blancos; como corresponde a un buen fantasma. —¿Jugamos a algo? —Vale. ¿Quieres jugar a rol? —¿Cómo es? —Pues yo cuento una historia y tú eres el héroe del cuento y me dices lo que quieres hacer. Luego yo tiro los dados y te digo lo que pasa. Por ejemplo, yo te digo, “se acerca un tigre, ¿qué haces?” y tu puedes decir, “me escondo” o“salgo corriendo” o “le disparo con mi escopeta” o lo que quieras. Si decides que le disparas pues te dijo que lances dos dados y si sumas 11 ó más, por decir algo, lo matas. ¿Vale? —Vale. ¿empezamos? —Vale. ¿Qué quieres ser? ¿Guerrero, mago…? —Mago. —Vale, pero es difícil sin un guerrero que te defienda. Entonces apareció papá, de fantasma claro. —¿Puedo jugar? Y justo después aparecieron los fantasmas de mis amigos del colegio. Y hasta Laika, que sin hablar nos hizo saber telepáticamente que quería jugar de eso. Y entonces pasó una cosa sorprendente: en el libro del juego encontré las reglas para jugar de oso. ¡Y sé que no existen! Hicimos los personajes y comenzamos a jugar. Era un mundo de fantasía de cielos azules, un mar de agua dulce y un gran imperio que estaba en medio de una guerra civil y los orcos de fantasía atacando por las fronteras y desde las profundidades de la tierra. Y bueno, tuvimos muchas grandes aventuras. Pero un día del juego, en medio de la gran sala de los tesoros, un dragón de bronce de solo tres metros atacó al personaje de Allan y lo mató. Y entonces se acabó el juego. Allan nos dijo —Gracias, me he olvidado de que estaba muerto. Volvemos a jugar otro día, ¿vale? … Temo que nos esperan muchos días aburridos y tranquilos haciendo la cerca. Mi única esperanza es que mañana, día de los inocentes, mamá diga que todo fue una broma. Lo que me recuerda que Heather no sabe nada del día de los inocentes y va a ser extremadamente malvado e ingenioso lo que le voy a hacer. Todavía no se me ha ocurrido nada, pero se me ocurrirá. Ya lo verás. Por cierto he vuelto a hacer lo de llorar sin darme cuenta y también me he meado encima sin darme cuenta. Me pasó cuando estaba leyendo, solo con Laika, y por eso me fui directo a la cama, sin cenar, hasta que Sargento Mamá me sacó a rastras. Pero ya había conseguido mi objetivo porque me había puesto la ropa de dormir y nadie se daría cuenta. Sé que lo hubieran entendido, pero es que no quería explicarlo, ni preocuparlos, ni ver sus caras de pena, ni que me diga mamá que es del estrés, ni que todos piensen que es por lo del día de los disparos. Hubiera sido injusto con Heather. 28 de diciembre Querida Persona Desconocida, también tocó lo de la cerca. Y alguien debió contarle a Heather lo del día de los inocentes porque llenó un saco hasta arriba con líquenes y algas y solo la parte de arriba de piedras y cuando intenté moverlo me empapé todo el cuerpo y se partió de risa. Muy graciosa. Mi único consuelo es todo lo que ha tenido que trabajar para hacer esa broma. Lo peor es que a mí no se me ocurrió nada que fuera divertido pero no extremadamente malvado. A ver, podía haberle puesto barro en las “wellies”, pero esa trastada se me acaba de ocurrir y es de niño de cinco años. Pero todo lo que se me ocurrió de verdad es quemarle la ropa. Y bueno, como broma es horrible. No sé, está cosa tan aburrida de la cerca me está convirtiendo en aburrido. Tengo que hacer algo. 29 de diciembre Querida Persona Desconocida, sí, hoy también hemos estado Heather y yo con la cerca. Pero ya se empieza a apreciar su valor. Por la tarde, cuando se estaba cayendo el sol al mar, me di cuenta de que las piedras seguían la secuencia de dos piedras pequeñas, una grande, dos pequeñas, dos grandes, tres pequeñas y una grande. Y luego esta secuencia se repetía una y otra vez. ¡No lo hemos hecho a propósito! Cuando se lo conté a Heather me dijo que debía ser algo mágico y aunque parece imposible a lo mejor tiene razón. O a lo mejor nos estamos volviendo locos. 30 de diciembre Querida Persona Desconocida, Heather me ha contado que tiene poderes mágicos y que puede decirle al viento dónde tiene que soplar. Así hizo que el barco de los orcos llegara a Mahwrpool Lo que hace es soplar en una cuerda y hacer un nudo donde ha soplado y entonces el viento sopla hacia donde ha querido el tiempo qué ha querido, pero si se deshace el nudo antes pasa un desastre. Así que lo probamos y el resultado fue que el viento empezó a soplar hacia donde queríamos. Pero luego quité el nudo y el viento no cambió hasta que pasó bastante rato, así que no me lo creo. Heather se enfadó y dice que tuvo que hacer magia defensiva para evitar el desastre, pero ya… claro que sí… seguro… 31 de diciembre Querida Persona Desconocida, dicen que cuando llega el fin de año pasa algo mágico y el mundo cambia o puede cambiar o una cosa así. Pero yo nunca he creído en la magia del fin de año. Es solo un día. O quizás es que me gusta verlo así, como simplemente un día cualquiera y nada más. Hasta ahora, el momento que estoy escribiendo esto, no ha pasado nada de especial. Carlos se cayó mientras mariscaba y se hizo sangre en la rodilla, como un niño de diez años, pero no es nada grave. Lo peor es que se le rompió el pantalón impermeable y aunque se cosa, nunca quedará igual. Tendremos que buscarle uno nuevo cuando llegue la primavera. Por lo demás hemos seguido con la cerca; mamá y Andrea han seguido pescando y buscando algas y Laika sigue aburrida conmigo. Ahora solo esperamos a que mamá diga que son las doce para la fiesta, pero no sé si aguantaremos, porque la luz de la chimenea, las velas y el susurro del mar quieren que me duerma. Y yo también. 1 de enero Querida Persona Desconocida, el día de hoy fue un día ordinario y común, tal y como había previsto a pesar de que nadie me había hecho caso y todos actúan como si fuera especial, pero no lo es. Bueno, sí que pasó una cosa diferente, Sargento Mamá nos dijo que no teníamos que trabajar en la odiosa cerca. Lo que no sé si es bueno porque ya solo nos quedaban tres días para terminarla y ahora nos quedarán cuatro con esta interrupción o puede que sean todavía más. Ah, también pasó otra cosa diferente: nos levantamos tan tarde que ya estaba el sol arriba del todo, o sea mediodía y antes de que nos diéramos cuenta el sol se había caído de nuevo al horizonte. No hemos pescado, no hemos cazado, ni siquiera hemos avanzado en la “¡piiiip!” cerca. (aunque eso me guste hoy, lo odiaré mañana). Un día perdido y todo por la tontería del año nuevo. Mañana tocará trabajar. Vale, al final el día no ha sido tan normal. Fuego lejano Tras tres velos de llovizna El sol tiembla 2 de enero Querida Persona Desconocida, Sargento Mamá, antes de desayunar, ordenó que tirásemos las últimas medicinas. Llevaban caducadas el doble de tiempo que tenían y ya eran peligrosas. A partir de ahora nos queda la magia y rezar y, si no funciona nada pues aguantar o morir. Preferiblemente aguantar. Sargento Mamá se siente vieja. En el desayuno se puso con que ha pasado un año más, —aunque solo ha sido un día—, que tiene más canas y más arrugas, que le dará un cáncer y se morirá y tenemos que estar preparados porque podría pasar mañana. Como nos asustó nos quedamos sin poder responder, con lo que ella todavía se asustó más. Al final nos riñó porque “no estáis preparados para mi muerte”. Eso último es verdad… Después, Heather y yo volvimos a la rutina horrible de recoger piedras, transportar piedras, poner piedras, etcétera. Calculo que nos quedan todavía tres días más para terminar la cerca. Suponiendo que no me equivoque, que el tiempo no se ponga muy malo, que no nos interrumpan, todo eso… Cuando acabamos de trabajar Heather, Laika y yo fuimos a pasear por la playa. Tenía un deseo loco: nadar. Pero cuando ves un baile de copitos de nieve junto a la orilla se te quitan todas las ganas, aunque sean muy pocos copitos y, en realidad, tampoco hiciera tanto frío. Sonreímos y nos cogimos de la mano, porque sí. Jugamos a cosas de niños más pequeños, a carreras, al escondite y a hacer castillos de arena super-fría y conchas. Pillamos algunas almejas, hicimos un pequeño fuego y nos las comimos. Nos quedamos mirando a las nutrias, hasta que el frío nos mandó que volviéramos a casa. No me acuerdo en qué orden pasó todo; solo soy muy feliz. 3 de enero Querida Persona Desconocida, hoy no tengo ganas de escribir ni de nada. Solo tengo ganas de cantar la canción del aburrimiento. Va así: na, na, na aburrido… (silencio de duración igual a “na, na na”) na, na, na aburrido… (silencio de duración igual a “na, na na”) Y luego lo repites mil veces, con una música plomiza, cansada, triste y asquerosa; que se parece a como cuando tienes ganas de vomitar y no puedes. Sí, seguimos con la cerca. Y me quiero pegar de cabezazos contra lo que tenemos ya construido, y contra el suelo. ¡Argh! 4 de enero Querida Persona Desconocida, después del aburrimiento de la cerca Sargento Mamá nos llamó a todos a una reunión muy importante. Voy a llamarla La Reunión de los Bebés. Estábamos todos reunidos en la cocina, que es el lugar favorito de Sargento Mamá para las reuniones. También Heather, —que no se enteró de mucho—, y Laika, —que no se enteró de nada. Pues bien Sargento Mamá soltó un discurso muy largo que te resumo en cinco puntos: 1. Si los chicos nos hacemos demasiado amigos de las chicas acabaremos teniendo amor romántico. (Verdad). 2. Si tenemos amor romántico acabaremos haciendo cosas sexuales. (¡No me juzgues!). 3. Si hacemos cosas sexuales nacerán bebés. (Obvio). 4. Los bebés necesitan madres fuertes y muchos cuidados que llevan mucho tiempo y si no se mueren. (Ya). 5. Y por eso tenemos que tener mucho cuidado con el amor. (Lo contrario que en los cuentos). Supongo que todo eso lo dijo por Carlos y Andrea, porque yo no sé hacer cosas sexuales. Además todavía soy demasiado joven y Heather también. ¡No! Si he escrito eso de antes… significa… significa que Heather es mi novia… Lo sabía, como empezamos enfadados teníamos que terminar novios. Pero no estoy seguro, no creo que tengamos amor romántico todavía. Pienso… O no. ¡¡Dudas!! Sus ojos miran Una alondra y sus juegos Llueve en mi nariz 5 de enero Querida Persona Desconocida, la cerca está casi terminada, pero como mañana es día de reyes habrá una nueva interrupción. Me pregunto cuáles serán nuestros regalos. La cabeza me dice que no pueden ser nada porque es imposible que mamá haya escondido nada más en su kayak cuando vinimos a Mahwrpool. O si es alguna cosa tendrá que ser muy pequeña. Me preocupa mucho por mamá porque si no hay nada estará preocupada de que nosotros nos pongamos tristes, a pesar de que ya seamos grandes. Pero no hay nada que pueda hacer, solo prepararme para consolarla si la cosa sale tan mal como me imagino. Ya lo hice una vez muy bien, cuando papá murió, cuando lo mataron, quiero decir. Pero hoy no quiero recordar eso triste que pasó hace tanto tiempo. Quiero recordar lo que pasó hoy que fue más bonito. Después de lo de la cerca, mamá se llevó a las chicas, —será por lo de ayer—, y yo me fui con Laika a cazar carne pequeña. Sacamos dos musarañas y dos conejos, un gran día, pero lo mejor y preocupante fue que al final me senté frente al horizonte del ocaso y Laika se acurrucó conmigo y yo sentí calor en mi cuerpo. ¿Y por qué es preocupante? Porque tengo sentimientos parecidos con Heather… ¿Y si tuviera amor romántico con Laika? No, no puede ser. Es tan ridículo que solo te lo cuento a ti, Querida Persona Desconocida. Será que, en realidad, no sé lo que se siente en el amor. ¿Me daré cuenta cuando me pase por primera vez? Espero que sí. 6 de enero Querida Persona Desconocida, mi regalo ha sido un cuaderno nuevo, de los mejores, con tapa dura y banda elástica. El color negro de las tapas es elegante y práctico. Las hojas son cuadriculadas, más fáciles para escribir y el papel es duro, perfecto para resistir el agua de la lluvia con la que sin duda se mojará. Me viene muy bien porque a esta libreta le quedan siete páginas. (Ahora seis y media). A Heather le han regalado una muñeca que no sé de dónde ha conseguido mamá. Mi teoría es que alguna de las niñas de los científicos que vivían aquí en “el mundo de ayer” se dejaría una guardada y mamá la encontró sin decirnos nada. Carlos consiguió una herramienta multiusos nueva y grande; de esas que parecen unos alicates pero que salen muchas herramientas de los mandos. Y Andrea unas botas naranjas. Que por cierto esta vez pidió que no le regalaran nada naranja nunca más. Pensé que mamá se sentiría defraudada pero se alegró. Y los demás también, aunque sea una locura inocente, lo de tener todo naranja no deja de ser una locura. Lo más gracioso fue el regalo de Laika: una bufanda roja de las de tubo que ya se la hemos puesto. Ahora seguro que los conejos le tienen todavía más miedo y está más calentita. 7 de enero Querida Persona Desconocida, hoy, por fin, terminamos la “cerca de las palabrotas”; la llamo así por todas las palabrotas que he inventado estos días en su honor. Y, al final, Sargento Mamá solo ha dicho “muy bien”. Lo cual me dejó un poco entre enfadado y frustrado, para decirlo suavemente como un niño repelente. Pero, después del trabajo… Después del trabajo, tuvimos la primera edición del campeonato de kayak de Mahwrpool. Son de esas cosas raras que se le ocurre a mamá cuando se despierta. Por ejemplo, la de hoy. El momento, como en las otras veces, justo cuando terminamos de desayunar. Se pone a mirar por la ventana, se da la vuelta, y ya estamos temblando, y entonces dice: —Para celebrar el final de las navidades vamos a celebrar una competición de kayak. ¿Celebrar el final de la navidad? ¿Alguien hace eso? ¿Y qué más, celebrar el final de los cumpleaños? Nadie protestó. Primera razón por la que hubiera sido inútil: Sargento Mamá tenía el brillo en los ojos de sus “decisiones militares”. Segunda porque, en realidad, iba a ser más divertido que lo que hacemos normalmente. Participamos Carlos, Andrea y yo. La carrera fue salir de un extremo de la playa, donde están las piedras azules, seguir la orilla, llegar al otro extremo, tocar la arena con la mano y volver a las rocas azules. Y así pasó todo: Estábamos junto a los kayaks, con el equipo completo: “cags”, chalecos, pantalones y botas de agua, palas en la mano. Mamá mano a mano con Heather y junto a Laika estaban preparadas para dar la señal. Alzaron los brazos, mis sentimientos desaparecieron, los bajaron, ¡esa era la señal! Rápido, a los kayaks. Sin que me diera cuenta estaba el primero en el agua. Andrea me siguió un segundo detrás y Carlos, que se había hecho un lío, salió después clavando la pala en el agua como un demonio. (Eso me lo contó Heather, yo solo estaba acelerando todo lo que podía sin darme cuenta de nada). A la mitad de la primera vuelta aún estaba solo. No me lo creía, aceleré. Dolor en los brazos, en las piernas, en la boca; —lo último no sé por qué. Me imaginé que me perseguía un tiburón y seguí. Llegué al fin de la playa, escoré el kayak y girando así golpeé la orilla. Carlos y Andrea pasaban entonces, todavía tenían que dar la vuelta. Aceleré todo lo que pude. En una carrera larga no podía ganar, pero si aguantaba lo suficiente, solo lo suficiente… A la vuelta los brazos me pedían que parase con dolor… , no, en realidad no me acuerdo de lo que pasó. Solo que, justo al final, Carlos me superó por un centímetro y se tiró a la arena de la playa, llegando el primero. Así que él fue primero, después yo y por último Andrea. Perdí, pero él es mayor que yo, y si llegamos casi iguales pronto ganaré yo. Esa es mi esperanza; sobre todo si vuelve a meter la pata al empezar. ¿Pero qué probabilidades hay de eso? ________________ Capítulo 9 Grandes esperanzas, mucho frío 8 de enero Querida Persona Desconocida, este es el primer día en todos los que llevamos en Mahwrpool que no ha llovido en absoluto. Huyeron las nubes y el sol ha reinado todo el día en medio de un gran azul. Me siento raro, ¿será así como te sientes cuando estás seco? Nos hemos entusiasmado. Solo hablamos del tiempo, de lo bonito que estaba el mundo y de nuestra felicidad. Además, hemos dejado de trabajar, como si viviéramos en “el mundo de ayer” y fueran vacaciones. Los chicos hemos estado en bañador y camiseta, las chicas también y hasta mamá se ha quitado las botas. Fuimos a la playa así, a pesar del frío, y hasta nos metimos en el agua. Salimos tiritando, pero nos dio igual. Hicimos un fuego en la arena, nos calentábamos y nos volvíamos a meter. Hemos reído, hemos cantado, hemos pescado abadejos y los hemos asado en la misma playa. Y hemos hecho grandes planes para el futuro. Ha sido un día de los más locos de todos y de los más felices. Quise que Fantasma Papá estuviera con nosotros, pero no acudió. 9 de enero Querida Persona Desconocida, nuestros grandes planes para el futuro significan quedarnos aquí para siempre. Lo primero vamos a expandir la huerta y para eso hemos hecho la cerca. Pero también vamos a conseguir animales de granja. Para ello vamos a usar el barco, porque con los kayaks nunca sería práctico. Este es el plan: tres de nosotros —me temo que los mayores— se irán en el barco a la tierra principal, pillarán gallinas y volverán aquí. Los demás, —creo que seremos Heather, Laika y yo—, nos quedaremos aquí cuidando de las cosas. Otro objetivo es conseguir una pareja de cerdos, o terneros, o corderos y más animales así. También vamos a pillar personas. No me refiero a secuestrarlas, claro, sino invitarlas a vivir con nosotros. Mamá dice que, aunque sea peligroso, la única posibilidad de ser fuertes es que seamos muchos y en esta isla pueden vivir cómodamente cien o doscientas personas. Obviamente todo esto significa que habrá que emprender muchos viajes y espero que me dejen ir en alguna de las aventuras. Pero, primero habrá que convencer a Sargento Mamá. Lo que es ahora, me toca aburrirme quitando malas hierbas. Y encima ha vuelto a llover. Ballenas niñas Surfeando las olas Quiero ser ellas 10 de enero Querida Persona Desconocida, han pasado dos cosas importantes. La primera es que un nuevo barco ha llegado a Mahwrpool. Pensaba que era una isla secreta y que nadie sabía dónde estaba por lo pequeña que es, pero resulta que no. La segunda es que he ido con Heather a un sitio especial. Empezaré por la primera: Lo del barco. Esta vez llegó un barco de vela, parecido al nuestro y ha anclado en la bahía. Al principio nos pusimos todos nerviosos como la otra vez. Así que sacamos las armas, nos pusimos en posición, etcétera. Pero los del barco mandaron a una persona sola en un kayak, en uno de esos kayaks aburridos y lentos en los que te sientas encima y cualquiera puede manejar. Todos pudimos ver que venía sin armas, —aunque seguro que los del barco tienen algunas—, y pudimos hablar. O, mejor dicho habló Sargento Mamá. Por lo visto lo único que quieren es comerciar y buscar su propia isla. Pero no pudimos hacer grandes negocios porque tienen más o menos los mismos tipos de cosas que nosotros. Solo cambiamos unos binoculares por un telescopio pequeño que hemos instalado en la torre de la abadía. Con él no solo podemos ver estrellas, sino otros barcos que se puedan acercar. Lo del sitio especial. Después del comercio el barco se fue, a buscar su isla, supongo. Entonces Heather me dijo que me quería enseñar un sitio especial. La verdad es que no la creí porque ella se ha pasado casi todo el tiempo conmigo y me parecía que ya me conocía toda nuestra isla; pero aproveché la oportunidad para enseñarle a montar en kayak. Como la isla es tan salvaje y casi no hay caminos normalmente es mucho más rápido ir en kayak que caminando así que no tuve problemas en convencerla. Tomamos “prestado” el kayak de Andrea y le enseñé a montarse y a palear. Esta vez fuimos muy, muy despacio y refugiándonos tan pronto como el mar se rizaba lo más mínimo, así que seguro que hubiéramos ido más rápido andando, pero no me quería arriesgar a que se cayera al agua. (Se puede asustar, decir que no le gusta, que el agua está muy fría, etcétera… ) Pues bueno, al final, resultó que su sitio especial lo conocía, es una caleta muy pequeña, de arena, con una roca en el medio que parece una seta de duende. Yo le dije que no la conocía y ella se puso tan feliz enseñándome el lugar que todo se hizo nuevo para mí. O sea, que su alegría transformó mi mentira en verdad: ¡magia! 11 de enero Querida Persona Desconocida, me desperté pensando que mamá se había muerto. Corrí a su cama y estaba vacía, me fui a la cocina y no estaba y luego afuera y allí me la encontré de espaldas, mirando al mar, con el gorro de lana, el anorak y las botas, tomándose un té de hierbas calentito, toda tranquila. (Se me olvidaba:¡también llevaba pantalones!) Y yo corrí a abrazarla —¡Mamá! Casi se le cae el té encima y me miró asustada y me dijo —¿Qué haces aquí? —Buscarte. —¿Pero, te has visto? — Yo estaba descalzo, con mi ropa vieja de dormir, que es una camiseta fina decorada con agujeros y un bañador. Llovía con chispitas de nieve, amanecía aún, pero no sentí frío hasta justo en ese momento… Superadas las bromas de mi hermano, de Andrea, de Heather y de mamá, sobre todo las de mamá, el día trajo un nuevo proyecto de construcción. A Carlos se le ocurrió que deberíamos construir una segunda torre de vigilancia pero Sargento Mamá le dijo que no, sino que construyera un segundo búnker cerca de la abadía. Y Carlos se alegró muchísimo, aunque luego Sargento Mamá le dijo que todavía no, que lo haríamos cuando tuviéramos sembrado el campo. Así que al final todos se han dedicado a pescar y cazar, o sea, lo normal, menos yo, que me he quedado haciendo surcos. Y no he protestado porque seguro que mamá está enfadada conmigo, —en versión burlona—, por lo de mi comportamiento extravagante de esta mañana. Muerta la ternura Si lloro, es que vivo Si callo, nada 12 de enero Querida Persona Desconocida, me he puesto enfermo, otra vez. No de morirme, pero mamá me ha dicho que me quede en casa hoy, solo. Carlos se ha llevado a Laika para cazar carne pequeña y los demás se han ido cada uno a sus cosas. Me he pasado un rato largo en la ventana, leyendo, escribiendo y viendo las gotas caer, bebiendo té de sueños. Es solo agua caliente más lo que quieras imaginar. Me gusta su sabor, más que a la mayoría de las personas. La lluvia cae hermosa. Desde la ventana me susurra su canción: Chof, chof Chof, suuuus, chof Chof, chof Yo le pongo música a la lluvia, —¿tú también se la pones, Querida Persona Desconocida?—, y bailo con mis dedos hasta que se tropiezan con el frío del cristal. Entonces miro al brezo y vuelvo a mi libro. Te voy a contar un secreto. Mirando al brezo descubrí un erizo que estaba caminando en elipses, no en círculos, y sin esconderse. Me pareció raro, así que salí fuera, desobedeciendo a Sargento Mamá y a la lógica. La lluvia ya no parecía musical, sino malvada y me arañaba el calor del cuello y de las manos. Pero yo seguí hasta que me puse junto al erizo. No me hizo nada, no trató de huir. Solo tuve que agacharme y recogerlo como se recoge un erizo muerto, por debajo. Temblaba de fiebre. Lo llevé a casa y lo metí en una cesta. En ella se murió del todo, junto al fuego, sin protestar, una muerte “comfy” y calentita. Creo que no le dolió mucho, pero me dio pena. Será porque no nos lo vamos a comer. 13 de enero Querida Persona Desconocida, sigo cansado de los huesos y con un poco de fiebre, así que mamá me ha mandado a que siga solo en casa. Supongo que lo del erizo de ayer no habrá ayudado, pero me parece que, en realidad, tampoco es culpa mía. Siempre que me pongo enfermo se me mete el sentimiento de que es un castigo por algo que hice mal. Seguramente son cinco días enfermo los que me quedan. No está tan mal, no duele mucho en realidad, solo me ha puesto un poco nervioso que toda mi vida cambie así de rápido. Pero ahora tengo mucho tiempo para hacer mis cosas favoritas: pensar, escribir, leer y pasear en silencio mirando cosas pequeñas como las grietas de las paredes y los brillos de los cristales. No me hace falta más. Excepto el kayak I must go down to the seas again, To the lonely sea and the sky, And all I want is a kayak And the sky can keep its stars… Que es como la poesía original solo cambiada un poco. Ahora en Español, lo traduzco. Debo volver a los mares Al joven mar y al cielo azul Y solo deseo un kayak Y un cielo que guarde la luz… Bueno, al final no es una traducción. Es que me puse a jugar con las palabras hasta que sentí lo mismo que siento en el mar escocés; cuando está tranquilo y no hay nubes (milagro). 14 de enero Querida Persona Desconocida, hoy ha sido apabullante. Han venido todos a la vez y todos me han querido hablar. Sobre todo Laika, con su forma perruna de hablar, que es más que los ladridos. Al principio me ha gustado, pero luego me puse a toser porque tantas atenciones me pusieron nervioso. Que no me voy a morir ni nada. Solo es un poco fiebre, por favor. Y la tos no tiene nada que ver, por plastas que se pongan. Después fui a la habitación de Heather y estuvimos hablando de las cosas importantes, hasta que la aburrí, me parece. Pero entonces me callé y no se quejó ni quiso que me fuera y nos quedamos los dos callados, mientras el sol se acostaba muy lentamente bajo las olas. 15 de enero Querida Persona Desconocida, como me imaginaba este día no ha sido muy diferente del anterior. Lo peor es que he estado bien por la mañana, pero desde hace… ¿un rato? Justo cuando volvieron los demás me he empezado a sentir peor. Ahora están todos preocupados. 16 de enero Querida Persona Desconocida, no me encuentro mejor ni peor que ayer por la tarde. Me temo que estoy lleno de perezas. Hoy me he pasado la mitad del tiempo en la cama y Sargento Mamá ha dicho que mañana Heather se va a quedar conmigo todo el día. Hoy Fantasma Papá ha venido a verme. Lo vi tranquilo y feliz, muy cariñoso con su mirada. A lo mejor es que piensa que vamos a estar juntos de fantasmas. O, opción b, piensa que así me ayuda a no tener miedo. La verdad es que no tengo mucho. Es lo mejor, el miedo no me ayudaría a nada. ¿Mi muerte? No sé. Cierro los ojos. Me acuerdo de una música: “at the end of times, nothing… ” (al final de los tiempos, nada), y estoy solo en el kayak entre las islas innumerables, sin acercarme a ninguna, sin sentir nada. 17 de enero Querida Persona Desconocida, Heather no me ha dejado salir de la cama en todo el día. Dice que tengo la piel roja y los ojos también. Y la verdad es que no tengo fuerzas para contradecirla. He dormido, comido y pensado. Hay dos abolladuras en el techo de mi habitación; son montañas y en medio una grieta; es un río. Y quiero imaginarme aventuras de viajes y risas y dragones. Querida suerte, Trasgos, elfos y duendes, Bromas de bruma Me parece que me he vuelto a dormir otra vez. 18 de enero Querida Persona Desconocida, no me acabo de sentir mucho mejor y Heather me acaba de decir que no sabe si me pondré bien, que no es médico. Es un poco cruel, pero al principio al 90 % de los que se murieron les dijeron que se iban a poner bien. Después muchos pensaban que si te decían “te pondrás bien”, es que te ibas a morir. Se lo preguntaré a mamá y me dirá que estoy bien y así me sentiré mejor. Inteligencia, Querida Persona desconocida, Inteligencia. 19 de enero Querida Persona Desconocida, hoy mi situación patológica ha variado tan poco que no debería escribir. La sintomatología es la misma y Heather sigue igual de estricta que ayer. Además Sargento Mamá se ha metido conmigo, dice que enfermo por que estoy tan flanco. No es mi culpa. Pero no respondí nada, porque soy un cobarde. Esa es la verdad. La única razón que me impulsa a escribir es por no dejar un día hueco en el diario, porque si así fuera no sería un diario si no un “escribo-cuando-quiero-iario”, el caos y el desastre. Como mi cabeza. 20 de enero Querida Persona Desconocida, supuestamente hoy tendría que haberme curado de mi enfermedad, pero no. Simplemente he decidido jugar a que no estoy enfermo, algo parecido a lo de jugar a ser feliz. Heather no se lo ha creído y apenas me deja salir de la cama. Y yo le digo —¿Es qué no ves mi sonrisa? Y ella me responde —Es sonrisa de “huisos”. —Lo dijo así, en español, si a eso y con acento escocés se le puede llamar español. No le pregunté lo que quería decir sino que lo comprobé en el baño, cuando fui a hacer las necesidades. Parezco un muerto. Es porque me he quedado más delgado y cansado. Pero no me voy a morir. Lo sé, porque me ha dado un beso. (Mi tontería romántica). He tardado horas en escribir esto, ya ves lo que hago para ti, Querida Persona Desconocida. 21 de enero Querida Persona Desconocida, sigo enfermo y es tremendamente injusto. Ya ha pasado la semana obligatoria pero la naturaleza no sigue sus propias reglas: ni me pone peor o me mata, ni me pone mejor. Solo juega conmigo. Es una sádica. Heather ya no está conmigo, esta es la única novedad. Sargento Mamá se está ocupando de mí ella misma y soy su prisionero. Con ella me es mucho más difícil abandonar la cama. Pensé que lo conseguiría cuando tuviera que cocinar o hacer cosas así, pero me llevó a la cocina y me puso con manta y colchón. Bueno, al menos ha sido más entretenido y he podido hablar con ellas de cosas. Mi capa es mi manta Mi corona es mi dolor Miro a mamá Sus ojos tan felices ¡Soy un príncipe! Pero Sargento Mamá solo me riñó porque salí del saco descalzo, etcétera, etcétera. ¡Miles de etcéteras! 22 de enero Querida Persona Desconocida, me siento mejor, como en los primeros días de mi enfermedad, y ya me dejan salir de la cama. Sobre todo porque ahora es Carlos quien me “cuida” y no es tan estricto como mamá; ni siquiera como Heather. Para Carlos esto debe ser un día de vacaciones, sin trabajar, solo descansar con el aburrido de su hermano pequeño. Lo único que no me ha dejado hacer es cantar. Dice que canto fatal, pero me da igual, me siento feliz y el cuerpo no me da energías para bailar así que quiero cantar. Al final me fui a la capilla y canté del libro de himnos. Fue difícil porque no entiendo las notas musicales, solo las letras, así que la música me la tuve que inventar. Supongo que eso fue lo que no le gustó a Carlos. No sé que habrá opinado Dios. 23 de enero Querida Persona Desconocida, por fin estoy curado, aunque no oficialmente. Todavía me he pasado este día en la casa, pero mamá me ha prometido que mañana podré salir y que, si hace bueno, iré en kayak a revisar las nasas que pusimos entre los bosques de algas. Pero eso será mañana. Hoy, lo único que he hecho es soñar sobre electricidad. Antes teníamos un pequeño aerogenerador pero lo perdimos hace seis meses cuando tuvimos que huir de nuestro refugio. Desde entonces solo tenemos luz con velas y lámparas de aceite; además de la chimenea, que es mi luz preferida. A veces escribo sin luz. No es gran problema. Al principio me salía horrible, pero he desarrollado una técnica avanzada: escribo con lápiz y luego, cuando tengo tiempo, lo borro y vuelvo a escribir lo que no se entiende, o las partes donde he malgastado mucho papel. Lo demás lo dejo igual. Tampoco creo que pase nada porque las líneas estén un poco torcidas o me falte alguna letra. Mientras se entienda, está bien, pienso yo. Bueno, ahora me voy a dormir más temprano que nunca para que mañana esté bueno y no sufra “las muertes repetitivas”, que es cuando te pones enfermo muchas veces de enfermedades pequeñas como esta y te acabas muriendo por desgaste. Es como si te dan muchos golpes pequeños, que ninguno es mortal pero ya no puedes más. Papá decía que murieron más personas por las muertes repetitivas que por la gran enfermedad, pero no estoy seguro de eso. ¡Mañana, kayak! 24 de enero Querida Persona Desconocida, anuncio oficial del Reino de Mahwrpool: estoy curado. De hecho mamá me dejó salir con ella a revisar las nasas, tal como había dicho. Pero el trabajo se dio regular, apenas hemos pescado para hacernos un caldo, así que tuvimos que tirar de las pocas verduras de invierno y de la despensa. Le pregunté a mamá sobre el futuro y me dijo que no podemos arriesgarnos a tener aventuras hasta la primavera. Para entonces, si no estoy muerto, tendré trece años y supongo que seré más fuerte. Carlos dice que cuando cumples los trece te empiezan a gustar las chicas. A mí ya me gusta Heather, somos amigos y hablamos de cosas profundas, aunque si hubiera más chicos o más chicas a lo mejor ella se buscaba a una chica especial, o a otro mejor que yo. Sería lo normal. 25 de enero Querida Persona Desconocida, ayer pensaba que nos esperan unas semanas muy tranquilas hasta la primavera. Pero hoy descubrí a Heather llorando de miedo junto al brezo y me explotó mi mente. No le pregunté lo típico, “Heather, ¿qué te pasa?” porque hasta yo sé que cuando estás así ni eres muy consciente de lo que te pasa, ni quieres hablar. Así que me senté junto a ella, en el único sitio medio seco que quedaba. Hacía sol, con un poco de viento y no se estaba mal. Laika se había sentado también con Heather, por el otro lado, y solo se escuchaba la hierba susurradora entre sus sollozos. Y todo fue así de apacible un rato, hasta que Heather me dijo, en inglés, —¿Pero no me vas a decir nada? —Me dijo eso, más o menos, solo que enfadada, supongo que debido a su estado de ánimo. —Hola. —¿Hola! —Y se puso peor, así, por la cara. —No estás bien, ¿verdad? —No. —¿Me lo quieres contar? —Es que… por lo de… las aventuras. —Las últimas dos palabras las dijo en español. —¿Tienes miedo? —Sí, siempre tengo miedo, pero ahora… peor. —Ya… ¿sabes por qué tienes miedo? —Sí. Tengo miedo de hacer cosas horribles. Y entonces me di cuenta de que no era el único que le daba vueltas a la cabeza y tuve el mismo miedo, solo que más suave. Y la abracé, un poquito, como un medio abrazo de lado y le dije —No tienes que hacer cosas horribles si no quieres. —¿Y vosotros? —Nosotros no queremos hacer cosas horribles. Ni siquiera cosas malas. Solo vivir. —¿Y si tienes que hacer cosas horribles para vivir? Y le respondí algunas cosas que no recuerdo porque me puse a llorar porque me acordé de lo del niño que matamos. Y cuando creía que era la persona más horrible del mundo y que Heather me odiaría para siempre, me besó. (Pero no en los labios, en la mejilla.) —La bala no iba para Allan. Lo sé. —Y entonces ella ya no lloraba; resplandecía como una santa heroína. Se levantó, me ayudó a levantarme y corrimos de felicidad bajo la nueva lluvia porque el agua del cielo limpia todas las tristezas. (Eso me lo acabo de inventar) Hay días que son así de raros. Creo que este es de los mejores días raros de mi vida. 26 de enero Querida Persona Desconocida, queda un día menos para las aventuras. Oficialmente la primavera empieza el veinte de marzo y medio, así que quedan cinco días de enero, 28 ó 29 días de febrero, —no sé si toca bisiesto—, y veinte días de marzo, unos 54 ó 55 días. Después de eso mamá tendrá que cumplir su palabra. Pero no sé por qué me emociono. Seguro que yo me quedaré en casa con Heather y Laika, por lo menos en la primera expedición. Y será incluso más aburrido o muy peligroso. Digo aburrido porque tendremos que trabajar más solo para conseguir comida y conservar el huerto para cuando vuelvan los demás, —sin nada de aventuras. Y peligroso, porque si vinieran orcos mientras los demás están de expedición, solo estaríamos nosotros dos para defendernos. Así que hoy tomé la determinación de pedirle a Sargento Mamá que nos dejara armas, pero ella me contestó con que ya se verá… , que todavía no se sabe quién va a ir… , que solo nos quedan 53 balas después de lo de la última vez, etcétera. Por lo demás el día de hoy solo nos trajo un susto con el fuego. Dejaron la chimenea sin protector, —y no estoy mirando a Carlos ni nada. Saltaron chispas cuando no se fue(ron) y cuando Sargento Mamá volvió se encontró un sillón que empezaba a arder. Susto, enfado, nos dio la gran charla a todos, —incluso a Carlos a quien no estoy mirando ni nada—, pero al final lo que quedó es el alivio de no perder nuestra casa. Aunque todo va a oler a Carlos, digo, a humo durante semanas. 27 de enero Querida Persona Desconocida, Sargento Mamá me ha dicho que le deje de preguntar por las aventuras, que estoy siendo demasiado plasta hasta para mí. Supongo que es verdad, a buena cuenta de que a las aventuras no voy a ir yo, aunque no sea mi culpa ser el pequeño. Estoy cansado de este invierno que no da ninguna emoción. Mira hoy, no ha pasado nada de particular. Andrea y yo trabajando en la granja, los demás trabajando en sus cosas. Lluvia, un poco de nieve, un poco de viento, una brizna de sol y luego lluvia hasta la noche. Trabajamos, comimos, limpiamos, leímos y nada más. Sé que no debería quejarme, otros años hubiera dicho que es muy bueno que no pase nada, y en verdad así lo es. Pero es porque otros años se ha muerto la gente y hemos pasado hambre. Con años así cualquier cosa te parece bien. Para el futuro me gustaría diversión y aventuras, inesperadas, pero buenas, ¿es mucho pedir? 28 de enero Querida Persona Desconocida, en medio de una conversación con Heather, así por la cara, Andrea me ha interrumpido y me ha dicho. —Estás siempre hablando de “el mundo de ayer” Y yo contuve mi enfado por causa de la interrupción y le dije lo que era más obvio que todo. —Es que el mundo de hoy es horrible. —Afirmación que no pudo negar y por eso salió con algo imaginativo. —¿Y qué pasa con el mundo de mañana? Y tuve que cambiar de tema, porque me dejó en blanco. La verdad es que nunca he pensado mucho en el mundo de mañana. Es que a lo mejor no hay, o no importa porque estaré muerto. Pero hace un rato me puse a imaginar y vi pueblos pequeños, construidos sobre las ruinas del mundo de ayer. Algunos vivirían en las casas antiguas reparadas y otros en casas antiguas recicladas. Las ruinas ya las habrían limpiado y despejado el terreno para hacer nuevas o para cultivar. Habría talleres y a lo mejor haría coches y hasta aviones. Todo se haría aprovechando lo viejo. Cada pueblo estaría protegido contra los orcos. Yo pondría, primero de todo, alambre de espino en zigzag, detrás una zanja gigante y luego un terraplén que, —si es posible—, estaría culminado con una muralla de hormigón. Y luego cada treinta metros un búnker camuflado para hacer emboscadas, y otro búnker pintado de rojo para que dé miedo. Cada pueblo sería un país y habría policía y soldados y quizás una escuela, a lo mejor médicos, depende de lo grande que sean. Eso sería el primer siglo y después volveríamos a aprender a hacer todas las cosas. Quizás lleguemos a las estrellas. A lo mejor me paso de optimista, pero es mi imaginación, y decido que sea así y también trabajaré para que así sea. 29 de enero Querida Persona Desconocida, tengo la cabeza embotada de todo el trabajo que hemos hecho hoy. Por lo menos yo, los demás no sé, no lo digo en modo irónico, es que no lo recuerdo con seguridad. La marea bajó un montón, —en modo bíblico—, de forma que creó una playa gigantesca, que hasta fuimos al barco donde vino Heather, andando. Salimos arrastrando los kayaks para llevarnos de todo. Lo primero que pudimos pillar del barco son cosas que no recuerdo y una caja de munición, que es genial. También whisky y unos polvos que Sargento Mamá apartó y quemó con furia; debe ser droga, nadie tuvo la locura de preguntar. (A mamá nunca se le habla de drogas o le puede dar una locura de las peores: rabia; ya se lo advertimos a Heather). Pero el trabajo principal ha sido mariscar en todos los sitios que la marea ha despejado. Resumen: buscar entre la arena húmeda con los dedos o entre las rocas, según lo que busques. Pillar almejas, mejillón, o lo que sea, meterlo en una bolsa, o lo que tengas, y cuando está lleno vaciarlo en el kayak. Y todo corriendo antes de que venga la marea. Y al final arrastrar el kayak a la playa y descargarlo todo. Y luego no has terminado porque hay que cocinar todo el marisco rápido para que no se estropee. Y eso es pillar un montón de agua, la mitad de mar, y hacer un gran fuego y luego comerlo hasta reventar. Que es lo que hemos hecho. A lo mejor por eso tengo la cabeza como la tengo. Pero me gusta el dolor que tengo en la barriga. Espero que mi cuerpo resista. 30 de enero Querida Persona Desconocida, lo he intentado pero no he comido nada. Sargento Mamá insistió en que tenía que comer de lo que sobró ayer o que si no, no comiera nada. Y he elegido lo segundo, aunque se enfadara. Lo que es injusto porque solo elegí una de las opciones que me dio, pero luego decide que no le gusta y la culpa es mía. (Eso lo hace muchas veces). Es que mi cuerpo no puede más, me dan ganas de vomitar y todo. Bueno, confieso que el párrafo anterior es mentira. Es lo que me gustaría haber hecho. Haber sido valiente y todo eso, pero al final le hice caso a mamá hasta que vomité. Y pensó que lo hice aposta hasta que Andrea vomitó también. Es que comimos demasiado ayer y demasiado pesado. Ahora hay enfados por todas partes. Carlos y Andrea los más enfadados de todos, porque son adolescentes, supongo. Hasta se enfadan conmigo, porque dicen que no me enfado. ¡Locura! Y yo pienso, ¿acaso es obligatorio enfadarse? Pienso nada más porque no me atreví a decirlo. Mamá también está enfadada o algo así. Y Heather está mitad enfadada mitad perdida, supongo que pensando que los españoles somos raros o algo, aunque Carlos y yo solo somos medio españoles en realidad. Y Laika, bueno, Laika solo está preocupada de que esté enfermo. Lo sé porque me mira con los mismos ojos que cuando me cuidaba. Debo tener un aspecto muy raro. 31 de enero Querida Persona Desconocida, la mañana fue dura. Nadie de ellos quería reconocer que se habían enfadado por nada y hemos desayunado todos juntos, pero solos, con la compañía cruel de los ruiditos de los cubiertos contra los platos. La tarde ha sido mejor y todos hicieron como que se habían olvidado de todo y volvimos a nuestras vidas normales, aburridas y no completamente tristes. Ras, ras, el cuchillo Quiero matarlos a todos ¡Clang!, dijo, la cuchara ________________ Capítulo 10 Soñando aventuras 1 de febrero Querida Persona Desconocida, mamá vino ayer por la noche, cuando ya había terminado de escribir la entrada, y nos dijo que Carlos y yo saldríamos de aventuras. Sí, ya sé que podía haberlo añadido a la entrada de ayer, pero es que ya había escrito la fecha de hoy y no quería tacharla. Bueno, lo que me dijo ayer exactamente, fue que lo había pensado y que antes de la gran aventura de primavera haríamos pequeñas aventuras, por las islas cercanas, siempre que el tiempo fuera bueno. Preparamos la expedición Pues bien, amaneció normal para esta época, así que nos fuimos, Carlos y yo, cada uno en su kayak. Cargamos suministros de expedición para cuatro días, aunque la idea es volver antes. Así que tenemos una tienda de campaña, un saco de dormir grande para compartir, las esterillas, el hornillo de ramas, el ferrocerio, la cajita de estopa y una muda de ropa por si alguien se cae al mar. También llevamos agua (obvio) y comida que se pueda comer cruda. Ya sé que llevamos el ferrocerio para hacer fuego, pero puede haber complicaciones, como que tengamos que huir y no podamos cocinar, etcétera. Nuestra misión es de exploración. Primero comprobar que no hay nadie viviendo allí, como los del barco de antes. Si hay alguien, observamos sin hacer nada y volvemos para contar a los demás lo que pasó. Si no hay nadie exploramos más profundamente e intentamos, sobre todo, descubrir gallinas o corderos para traerlos otro día con el barco. Bueno, pues así es como nos ha ido por ahora. Nos vamos Nos despidieron en la playa. Lanzamos los kayaks tranquilos, con mar quieta, y enseguida nos pegamos a la costa, rumbo este, hasta llegar al canal que nos separa de la isla de Darra. Esta es la parte más peligrosa del viaje, porque está más expuesta al viento. La brisa jugó con nosotros, cambiando a cada rato, metiéndonos lluvia y frío en el mar, así que tuvimos que estar ajustando la orza también a cada momento. Y gastar todas nuestras fuerzas, claro. La costa de Darra, donde acaba el canal, es de acantilados del tamaño de dos casas puestas encima. Así que nos pusimos a seguir la costa buscando una playa que habíamos visto una vez, pero en la que nunca habíamos desembarcado. Bueno, eso era el plan, pero había una cueva y como podíamos entrar con los kayaks y somos niños, pues, nos metimos. Dentro el mar dormía. Todo se oscurecía poco a poco. Las rocas nos rodeaban según nos adentrábamos hasta que tuvimos que meter las palas bajo los elásticos y empujar con las manos. Y justo cuando parecía que llegábamos al final, apareció una nueva luz. La cueva era en realidad un túnel y seguimos empujando con los brazos hasta que el caudal de agua se abrió y llegamos a una pequeña playa de arena de conchas y piedras, donde dejamos nuestras embarcaciones. Para entonces era ya tarde, así que exploramos un poco y luego montamos la tienda tan protegida como pudimos, tanto del viento como de miradas indiscretas. Carlos se ha quedado fuera a hacer la primera guardia. Yo haré la segunda, cuando esté todo completamente oscuro. Mañana a explorar. 2 de febrero Querida Persona Desconocida, hace falta valor para estar aquí. Hemos encontrado huesos de dos personas, de perros y de ovejas. Nuestra teoría es que a esta isla vinieron personas, supervivientes como nosotros, y murieron. Lo primero que pensamos fue que los mataron porque ninguno está enterrado. Luego los perros se comerían a las ovejas y al final morirían de hambre. Esa es la teoría A), la teoría B) es que los perros también se comieron a la gente. La teoría C) es que los humanos se suicidaron y mataron a los perros. Eso explicaría por qué están todos juntos y por qué no hemos encontrado signos de violencia. (aunque eso último también se puede explicar en que no somos detectives y todas nuestras teorías podrían ser paparruchas de caca). Mucha gente se suicidó durante las muertes porque perdieron la esperanza. Pero no sé cómo pudieron acabar así los de los huesos. Aquí estaban seguros. Tenían carne, podían pescar y aunque no hay ninguna casa podían haber hecho un refugio. Seguro que tendrían una tienda como la nuestra o mejor, solo que el viento la habrá destrozado poco a poco, cuando quedó abandonado. Lo que no sabemos es cómo llegaron aquí; vamos a seguir buscando. 3 de febrero Querida Persona Desconocida, ya sabemos cómo llegaron aquí los de los huesos. Encontramos un yate pequeño, de esos de pasar el fin de semana, encallado junto a un acantilado, hecho una pena. Y por eso ya tenemos una teoría del suicidio. Los muertos nunca planearon venir a Darra. Tuvieron un accidente, la tormenta los llevó aquí y se les estropeó el barco. Pensaron que en esta isla remota no lograrían sobrevivir y optaron por acortar sus sufrimientos. Es una pena, si hubieran aguantado los hubiéramos conocido y nos hubiéramos ayudado. Ahora lo único que podemos hacer es enterrar sus huesos. Solo los de las personas; hay demasiados para enterrarlos a todos. Pero después de todo esto también hay una esperanza y un debate. Hemos visto humo en la isla Ristol. No está muy lejos, a tres horas de paleo siguiendo la costa y dice Carlos que deberíamos ir, que podemos conseguirlo. Yo digo que no, porque eso no es lo que dijimos a mamá y no me hace gracia alejarme tanto en invierno. Además hace tanto frío que los pulgares no se me cierran del todo bien. Al final dijimos que lo decidiríamos mañana, después de desayunar. 4 de febrero Querida Persona Desconocida, ¡lo nunca visto! ¡Indignación! Estaba encendiendo el hornillo de ramitas para el desayuno y viene Carlos y me dice. —¿Sabes? Me parece que tienes razón. —Gracias. —Vale. ¿Y qué piensas? Que íbamos a volver a casa, lógico. Así que desayunas muy feliz, o tan feliz como se puede cuando desayunas caldo de pescado seco. Luego lo recoges todo muy bien, te montas en el kayak, ajustas el cubrebañeras y empiezas a palear. Y durante todo este tiempo, el truhan de tu hermano, que debe ser primo de Loki, el dios de los mentirosos, no te dice nada. Y tú todo feliz. Y entonces, cuando no te das cuenta se pone a palear hacia el otro lado y te grita. —Nos vamos a Ristol. —Pero dijiste que… —Y ahí me interrumpió. —Eso fue antes del desayuno y no prometía nada. Dijimos que lo decidiríamos después del desayuno y ahora es después. Y le tuve que seguir porque lo último que hay que hacer es navegar solo en kayak en invierno. Si mi hermano escribiera este diario te diría que estuve siendo un perezoso toda la mañana, que iba a la mitad de mi velocidad normal, que todo era porque protestaba contra su orden. Y, bueno, tendría razón, solo que no tendría en cuenta que tenía una herida en la yema del dedo anular de la mano izquierda. No una herida horrible, pero está justo donde agarro la pala y todo eso. Bueno, pero no llegamos y no fue por mi culpa. Verás el humo salía de una casa en la isla Ristol y desde donde estábamos no podíamos llegar sin ser vistos. (Si es que no nos había visto aun). Había que tomar una decisión, esta vez sin bromas, y al final hemos vuelto a Darra. Pasaremos aquí la noche y mañana, sin bromas, vuelta a casa. Tenemos grandes noticias que compartir. 5 de febrero Querida Persona Desconocida, el día ha sido horrible. Afuera hay una tormenta tan fuerte que el mar golpea atravesando la cueva. La tienda resiste muy bien y los kayaks están seguros, pero solo hemos comido zanahorias crudas porque no podemos hacer fuego dentro de la tienda. Demasiado peligroso. Además es bueno porque así mañana tendremos algo para comer. Hemos juntado los sacos para darnos calor y solo salimos afuera cuando no aguantamos el aburrimiento. Decimos que es por hacer guardia, pero la verdad es que para poder ser una persona humana y no un gusano. En cuanto él vuelva, salgo yo. Más tarde Ya he vuelto. No he aguantado mucho. Nos resignamos a ser gusanos. Pero ha sido espectacular, como vivir dentro de la lluvia, como en un río que cae del cielo, pero con el ángulo que le quiere dar el huracán. Esto no es un viento normal, es todo el universo que te golpea y te hace creer que eres un gigante, hasta que ya no puedes más. La naturaleza es poesía, poesía torturadora y malvada. Muy malvada. Nos hemos tenido que cambiar de ropa porque no nos queda nada del cuerpo seco. Hemos llegado a tiritar juntos, pero ya entramos en calor. Y ahora me voy a dormir; tengo hambre y no queda nada que podamos hacer. 6 de febrero Querida Persona Desconocida, hemos perdido la tienda y la comida. Los sacos de dormir están empapados. No nos quedan ganas de ser felices. Pensábamos que la tormenta se acabaría anoche pero no, ha seguido y todavía ha pillado más fuerza. Creo que nuestra tienda era demasiado vieja y en un momento el viento tiró y se rasgó. Pensamos que no era para tanto, solo un rasguño pequeño, pero creció y luego entró la tormenta dentro de la tienda, naciendo un caos grande y terrible. Nos entró el pánico, salimos afuera y entonces la tienda salió volando, junto con la mitad de nuestras cosas. Bueno, no tanto, porque todavía tenemos lo que habíamos guardado en nuestros kayaks. Pues salimos corriendo y menos mal que ya era de día. Y entonces Carlos señaló una cruz de piedra y dijo —Nuestra salvación. —Y yo pensé que estaba loco pero lo seguí porque es mi hermano mayor y, además, ¿qué más podía hacer? La tormenta está en todas partes. Pero junto a la cruz, en la ladera de una colina, había una grieta casi invisible y apretándonos dentro llegamos a una cueva. Luego le pregunté qué como se había enterado y me contó una historia de miedo, pero que es verdad. —Papá me contó que en esta isla se refugió un pueblo entero, que los perseguían porque el hijo del jefe del clan había cometido un asesinato. Y se metieron en una cueva muy difícil de encontrar, pero los encontraron y como los que los perseguían no podían entrar hicieron un fuego delante y dejaron que entrara todo el humo y murieron dos mil personas (seguro que eran menos), hombres mujeres y niños. Por eso la cruz. Y aquí es donde vamos a dormir esta noche, en cuanto apague la vela en la más absoluta oscuridad. 7 de febrero Querida Persona Desconocida, el tiempo despejó de madrugada. Nos costó mucho dormir dentro de la cueva porque está húmeda y asquerosa y todo eso. Además de los fantasmas que resultaron un poco plastas. Más que nada porque son unos gazapitos; rebosando de miedo por todas partes. Sobre todo a la luz; se pusieron histéricos cada vez que quería encender mi vela. Nada, me desperté por el frío, encendí mi vela y escucho “¡mor eagal!” que son dos palabras en Gaélico que juntas significan “gran miedo”. Y entonces veo junto a mil un mogollón de fantasmas, hombres, mujeres y niños, y todos muertos de miedo. (Mejor muertos y aterrados. Son fantasmas y no pueden estar muertos de miedo porque ya se murieron. Etcétera. Menuda estupidez obvia y reiterativa acabo de escribir otra vez). Se me apagó la vela del sobresalto. Carlos, entonces, se despierta, me pega un tortazo y se vuelve a dormir. Y yo vuelvo a encender mi vela y “mor eagal!” de nuevo. Traté de hablar con ellos, pero los fantasmas bebés rompieron a llorar; los adultos se pusieron a amenazarme con sus cuchillos fantasmales y los adolescentes directamente se metieron por mis narices. (Y uno por otro sitio, no te digo cuál). Así que, enfadado, apagué la vela y fingir dormir. Solo entonces me dejaron en paz. (Pero Carlos, que se había vuelto a despertar, me pegó otro tortazo). Vuelta a casa La ruta en kayak ha sido una de las mejores locuras magníficas de toda mi vida. Empezó normal, sufriendo el frío y el hambre y creímos que eso era duro. Pero luego vino el deporte. Volvió la tormenta, no tan terrible como ayer (estaríamos muertos, claro). El mar se llenó de montañas de agua y entonces nos pusimos a cantar y a reír mientras nos movíamos de un lado a otra esquivando el empuje de las olas. A los dos nos pasa eso cuando estamos en medio del miedo, en vez de asustarnos o llorar nos da por reír y cantar. Quizás por eso estamos vivos. Bueno y porque se acabó el viento justo antes de que se nos acabaran las fuerzas. Y lo digo de verdad. Cuando volvió la calma me quedé dormido en el kayak y tuvo que venir Carlos a recuperar mi pala y a despertarme. Ahora me río, después de todo volvimos a casa y pude dormir. 8 de febrero Querida Persona Desconocida, Este día me lo pasé en la cama. Dice mamá que me desperté por la tarde, desayuné, —lo que no recuerdo—, y me volví a dormir en la cocina. Y esta es la más concisa y fiel entrada de todo mi diario. 9 de febrero Querida Persona Desconocida, cuando fui a contar a mamá lo que habíamos visto me llevé un gran chasco porque mi hermano ya se lo había contado. Por lo visto él sí estuvo despierto ayer y todas nuestras aventuras son ahora suyas. Bueno, no importa. Lo que importa es que mamá se ha quedado muy preocupada. Por eso, —aunque mamá no haya dicho nada—, me temo que no voy a volver a salir en mucho tiempo a ninguna expedición. En realidad Sargento Mamá nos ha felicitado por nuestro descubrimiento y ha dicho eso de que está muy orgullosa de nosotros. (Espero que Heather y Andrea no se pongan celosas). También ha dicho que tenemos que volver cuando el tiempo sea más seguro. Pero eso significa la primavera y la primavera está todavía muy lejos. En cuanto al día de hoy, mamá nos ha servido dos papas super-grandes para cada uno, junto con el pescado. Nos ha costado un poco tragarlas, pero después nos hemos sentido muy bien. Por lo demás hemos estado trabajando en la huerta; necesario para que volvamos a comer papas otra vez. Laika conmigo Jugamos en la hierba parda Heather baila 10 de febrero Querida Persona Desconocida, ¿te acuerdas que ayer estaba todo contento y feliz? Pues hoy tengo el mismo nivel de cansancio y de dolor que de contento y feliz tenía ayer. Es como si el esfuerzo de todo lo que pasamos hubiera venido hoy. Carlos también está planchado pero disimula haciéndose el fuerte, seguro que sí. Pero Sargento Mamá no ha tenido piedad ni consideración con su pobre hijo que tanto la quiere. Según ella ya descansé lo suficiente y “no me moriré si recojo algunas nasas”. Y bien, tiene razón en que no me morí, porque todavía estoy vivo recogiendo esto pero creo que hubiera sido justo un poco más de descanso. Ahora que soy un héroe y sobreviví a la tormenta y todo eso. (Bueno, no soy un héroe, pero solo quiero unas pocas vacaciones). En fin, lo único bueno es que tuve la oportunidad de ir en kayak con Heather y, además, pudimos recoger un montón de pescado, gran parte del cual reposa felizmente en mi barriga. Es cruel para el pez pero feliz para mi barriga. 11 de febrero Querida Persona Desconocida, casi nunca hablo de las limpiezas porque son cosas fáciles e insulsas que llevan mucho menos tiempo y esfuerzo que cultivar. Además son menos importantes para sobrevivir. En otras palabras: prefiero estar sucio a estar enfermo o hambriento. Pero hoy, cuando estaba doblando la ropa, me descubrí meditando en una llama que vi a través de un agujero en mi camisa. Ya sabes que a veces se me va la cabeza así, y no soy consciente de ello. Pero entonces me fijé en lo que debería haberme fijado: el agujero y me entró la preocupación por la ropa. Todo lo que tenemos está viejo y descolorido y con remiendos y parches. Sí, claro que podemos ir a cualquier sitio abandonado a por más, pero lo cierto es que cada vez queda menos ropas que saquear. Lo que no se han comido los bichos, se ha quemado, lo han pillado otros supervivientes o lo han roto los animales. En dos años, —según mi parecer—, no quedará nada que buitrear. Buitrear, nuevo significado. Añado este nuevo significado a la palabra buitrear. Apropiarse de alguna cosa abandonada, como si fueras un buitre. Cuando terminé de tender fui a comentárselo a mi madre y lo único que me respondió fue: —Pues tendremos que aprender a coser. Y yo le dije —Vale, pero ¿y la tela? —Aprenderemos a hacerla también. —¿Pero con qué? Si casi no podemos hacer comida para todos, ¿cómo nos va a dar tiempo de hacer la ropa? Y entonces vino mi hermano y se puso de parte de mi madre. —Aprenderemos cuando haga falta, —y añadió la frase que tanto odio—, “deja de dar tantas vueltas a la cabeza”. Son iguales, nunca piensan en las cosas a largo plazo, como yo. Estoy solo. 12 de febrero Querida Persona Desconocida, la vida ha vuelto a su ritmo normal y me gustaría poder decirte solo eso. Pero han pasado cosas curiosas. Lo primero y más o menos normal es que ya estamos preparando la siguiente expedición que haremos tan pronto el tiempo mejore. Lo segundo es que mamá ha estado haciendo una cosa muy extraña. No lo he dicho hasta ahora porque la primera vez no le di importancia y en la segunda estaba tan cansado que pensé que era un sueño. Pero hoy también Heather lo ha visto y ya nos preocupa. Resulta que, —cuando piensa que no la está viendo nadie— mamá se pone a bailar. Así, sola, sin música. No puede ser una locura de ella porque si lo fuera le pasaría también delante de nosotros. Y por eso me parece más extraño todavía. Mientras la espiaba, agazapado junto a Heather y Laika, me parecía soñar. Según Heather, Sargento Mamá baila muy bien y no debo preocuparme, que “seguro que juega a la música dentro de su cabeza”. Laika y yo nos miramos con la misma cara de bobos, sin entender nada. Pero Laika lo tiene mejor, porque no se preocupa. A ella le da igual lo que hagas si eres feliz. 13 de febrero Querida Persona Desconocida, anoche “pesadilleé” que mi familia me mataba. Me ataban y me iban a acuchillar y entonces me desperté pegando alaridos. Fue horrible, no me acuerdo de haber pasado tanto miedo nunca, —ni despierto ni dormido—, ni siquiera cuando he estado en trance de morir de verdad. Lo que me daba más miedo era quién me iba a matar. Y claro, cuando vinieron todos a ver qué me pasaba, tuve que mentir, lo que me ha hecho sentir todavía peor. Eso y que me meé encima y que luego tuve que ir a arrojar. Ahora todos piensan que estoy enfermo, y yo tengo que decirles que no, que todo está bien. Aunque puede que no, en mi cabeza. … En cuanto al día de hoy ha hecho mucho frío. Mamá nos dijo que solo saliéramos sí queríamos; que podíamos aprovechar para trabajar en casa. Y eso es lo que han hecho casi todos, menos yo. Al mediodía fui a por mi kayak y me puse a comprobar las nasas; el resultado han sido dos cangrejos de los más grandes, que me han convertido en casi un medio-héroe. Todos me han felicitado. Pero yo solo quería estar solo, con mis pensamientos y la paz del mar… 14 de febrero Querida Persona Desconocida, si escucharas a Andrea pensarías que se ha quedado embarazada. Solo habla de tener niños a montones. Dice cosas como “para que la vida continúe y en el mundo vuelvan a florecer las flores”. Lo que es poético y redundante por dos razones. Primero, en el mundo las flores nunca han dejado de florecer. Y segundo, solo existen las flores que han florecido. Más bien habría que decir que son las plantas las que florecen, no las flores. Me disgusta que la gente sea imprecisa. Carlos también está preocupado por tener niños. Debe ser que no le gusta la idea de que haya más niños. Que cuando seamos viejos nos muramos y se acabe el mundo y ya están. Fin. Que si no nacen no tendrán nunca dolor, ni hambre ni nada. Además está todo el rato pinchándose la mano con lo primero que pilla, como si le pasara algo malo. Sargento Mamá, —por alguna razón que solo ella sabrá—, está más enfadada que preocupada por la actitud de Andrea. La prueba es que se la llevó a “hablar” las dos solas con la excusa pelusa de que iban a revisar el búnker. Pero seguro que es para darle la charla que empieza con “pero cuántas veces tengo que decir qué”. Y Heather, es la más enigmática, solo sonríe, como si supiera un secreto que yo no sé. Solo Laika me entiende. 15 de febrero Querida Persona Desconocida, hoy Sargento Mamá nos llamó uno por uno a hablar con ella. ¿Te imaginas lo azorado que estaba? ¿Qué habría hecho? Y si te piensas que voy a decir que al final no fue para tanto o que me echó la bronca por algo que hice o una charla sobre cosas sexuales, te estás equivocando. Si piensas que… bueno, sea lo que sea que se te pueda haber ocurrido es probable que he equivoques, porque el contenido de la reunión con mamá fue muy original. Lee. Pues empezó con los saludos innecesarios y las palabras protocolarias. Esa charla tonta que la gente hace cuando quiere decir algo importante. ¿Será para añadir suspense? Y cuando estábamos así hablando de nada va mamá y me dice —Guille, tú… ¿quieres ser un héroe? Así, a lo bestia. Y yo casi me tragué los labios de la impresión. A ver, mamá, nunca, pero nunca, nunca habla así, ni te pide que hagas cosas peligrosas. Y no tenía ni idea de qué responder así que me quedé callado de bobo que soy. Y entonces siguió. —Es bueno que lo pienses porque la respuesta significará a dónde irá tu vida. ¡Estaba hablando de las aventuras! ¡Tenía que ser eso! Y entonces dije sí con la cabeza, de forma tan enérgica que no tendría que haber tenido dudas, pero mamá me las hizo decir. (Me sentí raro como que me había escapado de un cuento). —Sí, quiero ser un héroe. Y me dijo —Muy bien, estarás lleno de emociones a partir de ahora. —¿Y cuál será mi misión? —Dios dirá. —Tenía una expresión en la cara muy difícil de interpretar, que no sé si se alegraba o entristecía o qué locura le pasaba por su cabeza. 16 de febrero Querida Persona Desconocida, si lo de ayer fue real hoy debería ser un héroe. Así que soy un héroe de la vida normal y corriente. Pescar, limpiar la abadía, ahumar pescado, salir a jugar con Laika y Heather; esas cosas. Eso sí, hay algo nuevo, nadie lo dice muy alto… pero todos estamos inquietos con lo de mamá ayer. Quizás por eso tengo excusa para ser cruel con los bichos. Corre a la presa La araña no encuentra Mis dedos burlones No, en realidad no. Así que no le hice nada a la araña; ni siquiera le rompí la tela. (aunque a las polillas no les parecería cruel, eso seguro). 17 de febrero Querida Persona Desconocida, ha vuelto el buen tiempo y Sargento Mamá ha dicho que deberíamos volver a intentar la misión mañana. Esto no ha hecho mucha gracia a Carlos. Se ha puesto a quejarse, que si lo pasamos muy mal la otra vez, que si casi morimos, etcétera. Un exagerado. Yo sí que quería, por supuesto, que soy un héroe y, por lo menos en público, debo mostrarme alegre, dispuesto, valiente y generoso. Pero claro, tampoco puedo ir solo, eso sería malo para la misión. Pero las reticencias de Carlos nos complica la vida. Heather apenas sabe manejar un kayak todavía. Andrea va a hacer lo que diga Carlos y mamá hace falta aquí. Pero me entró el “ardor guerrero” que no sabía que tenía y me presenté voluntario. —Mamá, mañana iré yo solo. Pero eso solo enfadó más a Carlos que se marchó rugiendo como un oso. Hasta hacía ruido con sus pisadas a posta para parecer más enfadado. No se le pasó hasta la hora de cenar. Bueno, veremos mañana. 18 de febrero Querida Persona Desconocida, el tiempo ha vuelto a empeorar. No feroz, como Carlos ayer, pero con tanto viento y lluvia que apenas hemos salido de casa. De lo de ir de aventura en kayak ni te cuento. Pero la discusión ha seguido en silencio, casi a gruñidos, entre mamá y Carlos. Laika está inquieta. Heather asustada y yo no voy a dormir esta noche. Lo sé porque me está latiendo el borde de la mano izquierda. Y cuando me pasa eso luego duermo muy mal. Luego está Andrea que no me habla porque dice que estoy en contra de Carlos. Y Carlos solo se comunica conmigo dando portazos a las puertas. Ahora acaba de dar uno en mi habitación. Voy a cerrarla con el fechillo y hacer como que soy tonto. Mamá está gritando. Puede que me ponga a llorar. … Heather me ha pedido que la acompañe a pasear esta noche. Lo ha pedido por mí, ella no lo necesita en realidad. Pero sabe que, para mí, la tormenta es mejor que los enfados. (No me dan locuras, solo enfermedades). 19 de febrero Querida Persona Desconocida, el tiempo nos ha dado una “trregua”… ¿se escribía así? No, tregua. Es que no he dormido… Podía haberlo borrado, supongo pero, de nuevo, es que no he dormido. Estoy un poco tonto. Mamá está mejor. Carlos también. Nadie se ha pedido perdón, pero lo dejan estar. Como hemos podido salir y trabajar se les han bajado los humos. Además, todavía no hace un tiempo lo bastante bueno como para salir. Heather se quedó conmigo por la noche, como dijimos. Nos fuimos al refugio, a escondernos, y al final nos quedamos sentados juntos. Pusimos el hornillo y nos hicimos una sopa de las sagradas raciones intocables. Y al final, sin querer, los dedos se nos entrelazaron sobre la mesa. Y me quedé dormido. Y lloré, y me meé encima. Pero cuando me desperté y me di cuenta de lo que había pasado Heather estaba a mi lado y me besó. Y ahora no sé si somos novios, pero siento amor. 20 de febrero Querida Persona Desconocida, lo de ayer lo escribí hoy. Se supone que ya no iba a decir cuando escribo las cosas, pero creo que es necesario para que todo quede más claro. Bueno lo de que dije que siento amor es verdad. Aunque me preocupa que, a lo mejor, lo que yo pienso que es amor en realidad no lo seas, porque no tengo experiencia. Triste y feliz he estado muchas veces desde chico. Pero amor, del estilo de amor a una chica, no. Tampoco he tenido muchas oportunidades, porque Andrea está con Carlos, eso seguro. Por lo demás todo bien. ¡Ah!, He llevado a Laika en el kayak y a Heather en el de Andrea, para que siga aprendiendo. Después nos abrazamos con los chalecos puestos porque lo había hecho muy bien. Somos felices, somos de colores. Y me da igual decir estas tonterías. 21 de febrero Querida Persona Desconocida, el tiempo sigue “invernalmente” horrible, pero esta vez no ha habido peleas. Tampoco felicidad. Carlos vino a hablarme y hemos tenido una conversación de lo más rara. Te ahorraré las cosas que dijo antes de lo importante. —Mamá está loca. —No, es que estás “adolescentando”. Es una palabra que me he inventado y adivinarás lo que significa. —Hablo en serio. —Yo también. —Déjame decirte por qué. —Todos hacemos cosas raras. Es el estrés. —¿A ti no te hizo la pregunta del héroe? —Sí. —¿Y qué respondiste? —Que sí. —Te equivocaste. —¿Por qué? —Porque nos quiere… nos quiere matar, ¿vale? —Estás loco, loco del todo o “adolescentando” al infinito. —La misión es para que muramos. —¡Anda! (Si dijera palabrotas las habría dicho). —Es lo que pienso. —Lo que pasa es que tienes miedo porque eres un cobarde. —Y mientras decía eso pensé que me iba a pegar un tortazo, o ponerse a gritar o dar un portazo o esas cosas emocionales suyas. Pero lo que hizo fue peor. Me pidió que pensara, con una voz muy tranquila. Desde entonces mis razonamientos me confirman que mi hermano está como una cabra. ¿Matarnos? Pero si se ha pasado toda su vida haciendo que sobrevivamos. ¿Matarnos? Pero con ponernos medicinas caducadas en la comida lo podría hacer más fácil. Está chiflado, tiene que estarlo, su cabeza hace más ruido que las nueces. Pero mis emociones no las puedo controlar y ahora tengo el peor miedo de mi vida creciendo bajo mi piel. Como en el sueño que me mataban, solo que real… 22 de febrero Querida Persona Desconocida, el sol se ha levantado resplandeciendo. Casi no ha llovido y el viento no ha alcanzado ni a mecer la hierba-abanico. En resumen es un día perfecto para ir en kayak y hacer lo que te dé la gana en el mar. Pero Carlos, como está con su paranoia, no quiere ir. Sargento Mamá me aconseja no ir solo; suena raro si me quiere matar, ¿verdad? Así que hemos perdido el tiempo con otro día normal y corriente de trabajo y supervivencia. 23 de febrero Querida Persona Desconocida, estuve pensando en salir yo solo en el kayak y cumplir la misión. No lo he hecho por lo trabajoso que sería cargar todas las cosas que necesito sin que nadie se diera cuenta. Además de que el tiempo no amaneció perfecto. Pero esa es una razón secundaria. Si hubiera encontrado una forma de cargarlo en silencio… Pero no debe saberlo nadie, ¡nadie! Me he puesto un poco dramático, lo siento. Es que me emociono con la frustración de no poder ir y no poder resolver las cosas por mí mismo. Y también de no atreverme. A lo mejor has adivinado que he estado de mal humor todo el día; ni siquiera Heather ha sido mi isla de paz. 24 de febrero Querida Persona Desconocida, toda la idea de la misión se está abandonando. Mamá ni siquiera habla ya de ello y Carlos tiene esa sonrisita tonta que se le pone cuando gana a cualquier cosa. Ahora lo que temo es que le quite el puesto de mando a Sargento Mamá y decida que él es el mejor y tiene que mandar. Si eso pasa entonces sí que me voy. ¡Muy lejos! Nuestro día, el de Heather y yo, ha sido mejor. Es que ya no estoy enfadado, solo triste y Heather sabe cómo hacerme feliz con su mirada. Y su forma de sonreír y de cantar, porque canta cuando está conmigo. Y entonces jugamos a que es verano sobre la arena. Y no pienso que nuestra arena es polvo de conchas muertas, ni que hace frío, sino que, como dice la canción: “the sky above is caribbean blue… ” Sobre las grises Azul océano de paz Alzo el vuelo 25 de febrero Querida Persona Desconocida, lo que me ha hecho feliz hoy es que Heather me ha dicho que quiere hacer la misión conmigo ahora que Carlos no quiere. No está entrenada todavía, pero nuestro plan es salir en tres o cuatro días; salvo que haga muy mal tiempo. El plan es perfecto porque vamos a aprovechar para ir cargando los kayaks con las cosas que necesitamos. Tenemos excusa perfecta porque parte de las habilidades del kayak es saber como cargarlo y descargarlo. Ya empezamos el entrenamiento y lo ha hecho bastante bien. Hasta Sargento Mamá lo ha dicho. Por supuesto le hemos ocultado nuestro plan. No nos sentimos muy mal; después de todo cuando pase seguro que no le importa una pequeña mentira como la nuestra. 26 de febrero Querida Persona Desconocida, nadie sospecha nada de nuestro plan secreto. En cuanto a nosotros dos, hemos perdido el interés por todas las cosas. Lo único que nos preocupa es entrenar. Hoy no hemos avanzado mucho con el entrenamiento, pero tengo esperanzas, cuando aprendes algo siempre hay periodos más lentos en los que no te sala nada bien y solo quieres dejarlo. Pero es solo que tu cerebro está haciendo los ajustes. Después de eso te sale tan bien que parece magia. 27 de febrero Querida Persona Desconocida, le he dicho a Heather que no vamos a hacer lo de la misión y me ha gritado. Me he estado engañando hasta cuando escribo el diario. En realidad no tengo ningún entusiasmo. En realidad no creo que Heather pueda hacerlo conmigo, ni yo tampoco. No soy un héroe, ¿vale? Me pongo idiota En realidad solo quiero morirme, desaparecer, ser nada y que nadie se acuerde nunca siquiera de que existí. Eso sería lo mejor porque así nadie sufriría. Aunque puede que tampoco sufrieran aunque me recordaran; han muerto tantos que no importa que muera yo también. En fin, que le he dicho que no lo haríamos y me ha gritado. Y yo no he dicho nada, pero es que no me atrevo a hacerlo sin Carlos. Bueno, es más complicado todavía. Siento ser tan complicado. En verdad es que si Carlos me diera su aprobación lo intentaría, pero si dice que no, creo que no puedo. No porque me pillara o se lo dijera a mamá o cualquier cosa. Tampoco que tenga miedo de que pase algo malo. Es que no puedo engañarle tanto. Miles de veces me salvó la vida. Carlos se pone histérico Bueno, pues sí que nos vamos. Pasó cuando estaba escribiendo lo anterior que Heather se lo dijo todo a mamá, a gritos, para que se enterara Carlos. Y Carlos se puso en plan histérico y a decirme que no iba a ir. Y luego le insultó a mamá, lo peor. Así que me voy de aventuras. Y si él es un gallina, pues que ponga huevos. Vale, no hace gracia, pero tampoco intentaba hacer gracia. 28 de febrero Querida Persona Desconocida, nos despertamos de noche, nos despedimos de todo, pillamos las armas, las últimas cosas y besamos nuestros kayaks. Esperamos a que el sol acabara de salir del mar y justo en ese momento sonreí a Heather. Ella empezó a cantar y nuestros kayaks se deslizaron sobre el mar. Nunca me canso de la canción de las olas. Poco a poco el sol calentó nuestros kayaks. Y ahora es cuando dejó de ser poético. Porque el calor venía de dentro del kayak, bajo los cubrebañeras, pero por arriba cada vez que nos daba el viento en la cara, sobre todo si se había mojado, nos helaba del todo. Y todo sin nubes, el cielo azul y un viento horrible. De que te dan ganas de caerte y que todo acabe, y de que después no te acuerdes de nada. No sé lo que pasó, de verdad, solo que al final los dos habíamos sobrevivido. Después el viento amainó, y se nos puso a popa, empujándonos suavemente hasta la isla de Darra y su cueva. Ya hemos montado la tienda. (Obviamente no es la misma que la que se rompió la otra vez). Y hemos preparado todo para la noche. Hemos comido, hemos dejado el fuego y no hemos hecho nada más. Así estamos de cansados. Pero mañana, si todo va bien, llegaremos a la isla Ristol y trataremos de cumplir nuestra misión. Deséanos suerte, la humanidad depende de nosotros. (Puede que sea verdad). Capítulo 11 Misión de exploración 29 de febrero Querida Persona Desconocida, el cielo amaneció cubierto de nubes. (¿Por qué la gente dice que el cielo está “cubierto de nubes” si las nubes están debajo del cielo y no encima? Empiezo de nuevo.) El cielo amaneció sobre un techo de nubes grises y espesas, que apenas se movían; un tiempo perfecto. Recogimos todo, partimos a Ristol y nada nos pasó. En seguida volvimos a ver la columna de humo y el corazón se nos aceleró —por lo menos el mío—, y nos detuvimos. ¿Qué hacer? ¿Íbamos directos y ya está? No teníamos ningún plan pero me pareció estúpido ir sin saber qué encontraríamos. Así que giramos para entrar por la otra parte de la isla. Costó entonces un poco, el mar se rizó, el viento se nos puso en contra y cuando llegamos a la altura de la costa ya nos dolían los huesos. Nos asustamos, porque solo se veían acantilados hasta que, justo delante, apareció una playa de rocas. Desembarcamos, dejamos todo en los kayaks, menos lo esencial: el agua y las armas y subimos la primera “monadh” que vimos. (“Monadh” significa montaña en gaélico escocés, pero un tipo especial que se te hunden los pies en el páramo. Creo que en España no existen.) Pasamos bajo la lluvia sobre matorrales, muy despacio, ocultándonos, sin esquivar las camas de líquenes, por mucho que nos empaparan hasta que rodeamos la “Monadh”. Y entonces no supimos qué sentíamos. ¡Gente! Como dos familias, una casa grande, un cobertizo viejo y granja con tierras, corderos y gallinas. No me acuerdo muy bien de lo que hicimos, supongo que intentar escondernos, pero no lo hicimos muy bien, así embobados. Un niño nos vio, nos señaló. Todos corrieron a la casa y volvieron con armas en las manos. Heather lo estaba pasando muy mal, pensando que era lo mismo que la batalla de la otra vez. La única diferencia es que nosotros teníamos mejor cobertura tumbados en el suelo de la colina pantanosa. Pero ni con eso ganaríamos, ni queríamos ganar. Así que lo dije. (Por si acaso, todo en inglés, claro). —No queremos matar a nadie. Solo somos niños. Se hizo un silencio. Uno de ellos, el más viejo, el que debían gustarle las tonterías porque iba vestido de verdadero escocés de tienda de turistas, nos gritó. —Fuera de aquí. (Omito palabrotas típicas de Edimburgo, etcétera). —No podemos vivir solos. Nadie puede. —Lo que quería decir es que debíamos unirnos contra los orcos y para avanzar en la vida y esas cosas bonitas. Pero a ellos les pareció que quería decir que éramos huérfanos solitarios. (A lo mejor es que llevaba mucho tiempo sin hablar en inglés con nadie, salvo Heather y me lié un poco). Y después de eso les entró la pena y nos invitaron a su casa. Fuimos, claro, y cenamos y ahora hemos podido explicar las cosas un poco mejor. Heather está muy nerviosa, dice que nos pueden matar esta noche. Ya, y cosas peores, pero ya podían haberlo hecho. Bueno, si encuentras que este diario termina aquí con manchas de sangre, ya sabes qué pasó. (Es broma, espero… ) Vida de risas Los niños nos reímos Saltó un ganso (En realidad era un “razorbill”, pero como no tengo ni idea de cómo se dice en español puse ganso) Nota: He decidido que este año febrero sea bisiesto. No es justo para febrero ser tan pequeño. Lo menos que puedo hacer es regalarle un día y si me equivoco, pues mala suerte. 1 de marzo Querida Persona Desconocida, fue una buena noche. Compartimos la habitación de los niños. La luz del sol, en un cielo “Caribbean Blue” nos despertó a todos, poco a poco, haciéndonos cosquillas. (Esto en modo figurado). Y después de un desperezamiento muy largo fuimos a desayunar; “porridge” para todos, con sonrisas. Y es que tienen un campo de avena. Hay días que sería bonito morir. Sería bonito que la humanidad muriera así, una mañana como esta, todos felices y en paz. Como nada dura para siempre lo mejor sería tener un fin bonito. Pero debemos irnos. Queríamos que fuera hoy, pero nos lo han pedido y lo haremos mañana. Así que nos queda una nueva noche y quizás un nuevo despertar igual de bonito. Hoy hemos trabajado con ellos, sacando algas para fertilizar el suelo; lo mismo quizás que hubiéramos hecho en casa. Ahora nos espera una noche de chimenea y canciones. “Happy days!” 2 de marzo Querida Persona Desconocida, quisimos alargar nuestra visita todo el tiempo del mundo, pero a mediodía tuvimos que ir a por nuestros kayaks y partir de vuelta. Nuestro despertar hoy fue incluso más lento que el de ayer, aunque con la sombra de que teníamos que marchar. El desayuno más bien triste y el resto de las horas como cuidar a un niño que se va a morir. (Bueno, no tan exagerado, pero si triste y luchando contra los pensamientos de nuestra mente que nos recordaba a cada momento que teníamos que marchar. La despedida fue la alegre promesa de que nos volveríamos a ver. El viaje de vuelta a la isla Ristol fue también agradable, buen tiempo y paleo corto, sin problemas, casi aburrido porque con Heather no puedo ir muy rápido. Pero fue fantástico, lo mismo que el resto del día, ya que en mi boca hay algo diferente. Esperanza, esperanza, esperanza, lo digo (muy bajito) todo el rato. Lo que siento se llama una esperanza enorme. Hay más gente, y es gente buena. Me puedo morir feliz por eso (aunque sea irónico). Heather ya duerme en el saco, feliz como una lombriz. Informe de Misión Bueno, como nuestra tienda está preparada y tengo tiempo, voy a hacer un informe de nuestra misión, para no olvidarnos de nada cuando se lo contemos a lo demás. Infraestructura Maravillosa: Tienen una casa en perfecto estado, con habitaciones y cristales en la mayoría de las ventanas. Chimenea y seis estufas. Dos plantas. Depósito de agua propio, conectado a agua corriente, aunque demasiado fría. Almacenaje: También hay un cobertizo viejo en el que no hemos entrado. Pero por lo que pudimos ver los tienen dividido por la mitad. En la cara este, —que debe ser la más fría—, guardan herramientas y otras cosas; en la mitad oeste tienen un refugio para que los corderos se metan de noche. Otros: Junto al cobertizo hay un gallinero con cuarenta aves de todas las edades. Lo que significa que tienen huevos todos los días. Mi sueño. Lo que no vimos. Obligatoriamente tienen que tener un almacén de comida y semillas y algún medio de transporte para salir de la isla, pero no nos dio tiempo de ver ninguno y no nos lo quisieron enseñar, lógico. Gente: Son catorce personas, divididas en tres “familias”. (En el diario escribí cuatro pero eso fue un error de primera impresión). Familia Robertson: Es una familia natural, o sea que eran todos familia antes de “las muertes”. ¡Menuda suerte que estén todos vivos! Un niño: Octi (9 años). Tres adultos: la madre, el padre y una abuela. Octi seguramente es el niño más afortunado del mundo, aunque Heather diga que es más feo que el conde del infierno. Yo no sería tan exagerado. “Familia” Sax: Son seis y no es un apellido. Sax es como los escoceses dicen seis. Gracioso. Bueno pues hay dos niños y tres niñas: Rob (15), Brian (10), Ros (5), Colina (13) y Nessie (14). También está un señor mayor o viejo, lo menos cincuenta años, Mungo. Su historia es que Rob y Brian que eran hermanos se encontraron a Ros en las ruinas de Glasgow, que apenas hablaba. Y se pillaron una barca de motor que todavía tenía combustible y se fueron a Oban. Y allí encontraron a Mungo que había adoptado a los otras dos niñas. Y luego se fueron como nosotros al norte, cada vez más, huyendo de los orcos. “Familia” Fower: Fower es como los ingleses dicen que los escoceses decimos cuatro. Es mentira, no lo pillan bien, para nada. En fin son dos adultos, una persona mayor y un niño. El niño se llama Brianbrian y tiene ocho años, repite todas las cosas y tiene la piel como un terremoto que parece le tiembla todo el cuerpo. Pero a él le da igual, está acostumbrado. Puede que sea consecuencias del estrés. No lo sé. Los adultos no tenían casa antes de “las muertes”. Es lo que dicen, pero me parece difícil de creer. Vivían en “sitios” como escondidos en el sótano de un colegio con las tuberías de agua caliente, y otras cosas de sus historias increíbles. Pero sin contar sus mentiras, que tendrán sus razones para no confiar en mí, parecen buena gente. Su historia de cómo llegaron a la isla es más sencilla y probablemente verdadera. Eran supervivientes y se encontraron a Brianbrian cantando “An Irish Pub”, pero imitando una gaita. (Supongo que es una manera de decir que cantaba mal). Vivía solo con su madre en un pub abandonado en Brora, un pueblecito de la punta Norte. Y en ese momento se fueron todos juntos, pero a su madre la mataron los orcos hace un año. Como a mi padre, así que le entiendo. Quiero volver a verlos a todos. 3 de marzo Querida Persona Desconocida, maldita la pereza que me entró esta mañana. Me desperté tarde y cuando Heather me despertó tuve que aceptar la marea que había. Que era en contra. Tuvimos que luchar contra todo el mar, zurciendo las olas, ¡y por eso fue maravilloso! Heather se portó estupendamente. Nos llovía y el agua del mar rompiendo en blanco se mezclaba con el cielo. Y no volcamos, ni una sola vez, como demuestra el hecho de que no estamos muertos. Esa era nuestra felicidad de la mañana. Hasta que nos acercamos a nuestro Mahwrpool. Y Alemania también “Canción para kayak” Conquistaremos Suiza, Conquistaremos Suiza, Conquistaremos Suiza. Y Alemania también… Conquistaremos Francia, Conquistaremos Francia, Conquistaremos Francia. Y Alemania también… (Y los países que me acuerde, y al final, como somos Escoceses… ) Conquistaremos Inglaterra, Conquistaremos Inglaterra, Conquistaremos Inglaterra, Y Alemania también Y Alemania también Y Alemania ¡también! Las noticias excitaron y preocuparon a todo el mundo. La idea principal ha sido la de “es demasiado bonito para ser verdad” o la de “es una trampa”. Lo más que me han preguntado es si les había dicho dónde estábamos, (que no). Como si eso pudiera protegernos mucho. Llegamos en kayak así que si los de Ristol no son tontos sabrán que no estamos muy lejos y aunque hay muchas islas por aquí, no hay tantas con fuentes. Carlos se puso a sugerir de forma que hasta las focas lo pudieron entender que había estado en contra desde el principio y que si nos pasaba algo era culpa mía. Hasta mamá no sabía si alegrarse. Supongo que no estamos preparados para las buenas noticias. Casi nos estropearon la alegría, Heather se puso un poco triste, pegada a mí todo el rato, como si el calor de mi cuerpo pudiera hacer que se riera. Pero yo, no sé por qué, me quedé muy sereno y seguro. Sé que no les puedo convencer. Porque la verdad es que tengo que reconocer que yo mismo no puedo saber quién es malo ni bueno. No tengo poderes mágicos. A lo mejor los de Ristol quieren llevarnos a una emboscada y matarnos. Solo tengo la impresión de que no es así y algunas razones para pensar que no es así. Pero ya me he equivocado otras veces. Yo veo claro como la luz de mi vela que nuestros días van a ser mejores a partir de ahora. Que vamos a vivir hasta que muramos, como todas las personas. Pero que el mundo no se va a acabar todavía. Encontraremos más gente buena, creceremos y dentro de mil años volveremos a la normalidad. (O puede que menos, es que no quiero pasarme de optimista). Ahora me voy a dormir. Los demás pueden pensar lo que quieran. Al final tendrán que aventurarse a comprobarlo por sí mismos. (Eso si no deciden esconderse hasta su muerte. Yo seguro que no voy a hacer eso). Me siento extrañamente muy mayor, como si mi alma tuviera canas… ________________ Capítulo 12 La verdad 4 de marzo Querida Persona Desconocida, todo el mundo ha estado ansioso esperando a mi reacción. Esperaban que el ansioso fuera yo, dando a todo el mundo la vara con que tenemos que ir a Ristol y todo eso. Pero no, me he ido con Heather y Laika a por algas, como si fuera un día normal. La verdad es que estoy muy cansado. Lo último que quiero es ir a ninguna parte, poder morir en el viento y pasar frío. Solo quiero reír con Heather y ver el mar. Hoy es lo que siento. Mis dedos blancos Gotean lentamente Nieve en la playa 5 de marzo Querida Persona Desconocida, ya están empezando a caer la resistencia del enemigo. Mi malévolo plan de no hacer nada está funcionando, [risa malvada]. Traducción: ahora tienen mucha curiosidad por la gente de Ristol y quieren ir a verlos, solo que tienen miedo por lo de que puedan ser orcos, etcétera. Pero es cuestión de tiempo, supongo. Sargento Mamá incluso nos ha mandado a preparar el barco de vela y ni siquiera Carlos ha protestado lo que desde luego es buena señal. aun no hay nada decidido, pero… ya me puedo ir haciendo ilusiones. Preparar el barco no ha sido tan ilusionante, por cierto. Nada más que limpiar y limpiar. 6 de marzo Querida Persona Desconocida, han cogido mis ilusiones y las han quemado en una burla cruel de las peores que haya conocido la historia del mundo y de la humanidad. En resumen no vamos a Ristol, van a Ristol. Porque lo ha sucedido es que Carlos, que nunca ha querido, Andrea, que estaba completamente opuesta, Sargento Mamá, Laika y hasta Heather van a Ristol. Yo me quedo aquí, a cuidar de la isla. ¡Como si se fuera a mover! ¿Y por qué me tengo que quedar solo? Bueno, estas son las razones medio-verdaderas de mi madre. Escucha porque no estoy nada de acuerdo. 1. Porque alguien tenía que quedarse. 2. Porque tenía que venir alguien que ya conocieran la gente de Ristol (o Heather o yo). 3. Porque Heather no se debe quedar sola. 4. Porque tienen que ir los mayores por si hay pelea. 5. Porque Laika se daría cuenta si hay una emboscada (esta es verdad) 6. Porque tiene que venir un adulto y solo está ella. No me quejé porque a) no me harían caso, como siempre, b) quedaría como un niño egoísta y, c) solo pondría a Heather más preocupada. Además, ahora que las leo, no me parece que las razones sean tan malas y Sargento Mamá tenía que tomar una decisión difícil. Lo único es que sé es cómo cuido la isla. Si vienen malos, me escondo. Gracias, gracias a todos por el Premio Gallina. Me lo merezco. Sí, gracias. Pero estaré vivo Mañana van a Ristol, y yo me quedaré aquí, viéndolos salir en el barco. 7 de marzo Querida Persona Desconocida, 6 de marzo se han marchado. Los acompañé en mi kayak hasta doblar el cabo de las focas y los vi alejarse, con las velas hinchadas por el viento; más rápido de lo que nunca podré ir. Hoy llegarán a Ristol si el viento no les falla. Pero no atracarán, mamá, dijo que pasarán la noche en el mar, anclados pero lejos para estar seguros. Quieren llegar con plena luz del sol para que no les tomen por orcos. Después de su partida me fui directo a revisar las líneas de pesca y con la mejor suerte del mundo saqué un “bass”. Lo siento no sé cómo se dice eso en español: es un pescado plateado de forma normal con una raya que recorre su cuerpo desde un poco por encima de los ojos hasta la cola. El que pillé tenía el tamaño de mis manos puestas juntas. Y ha sido suerte porque no es la época mejor, ni el mejor método, ni nada. Supongo que tendría hambre o era un glotón. Bueno yo lo cociné en “chowder” especial de nuestra época: sin leche, —que no me acuerdo a qué sabe—, pero con papas y algas que pillé y las cebollas que nos crecen. Lo hice en la misma playa, sobre una hoguera, como si estuviera de expedición. Sí, hubiera sido mejor y más fácil en la cocina; es mi consuelo romántico por la aventura perdida. Después, me di una vuelta por el huerto, arreglando cositas y me metí en la abadía. Desde entonces ruge la lluvia y ya no he querido salir. Ellos, ahora, estarán largando el ancla y preparándose a dormir en los camarotes. Yo estoy solo con el silencio salvaje de la naturaleza abandonada. 8 de marzo Querida Persona Desconocida, supongo que ya habrá pasado lo que haya pasado. Lo más probable es que desembarcaran allí un poco nerviosos hasta que Brianbrian descubriera a Heather. Y desde entonces todo habrán sido sonrisas y felicidad. Seguro que ya se han hecho amigos y están pensando en la Feliz Amistad de las Islas Innumerables. Es el nombre que he pensado para nuestro país cuando se constituya. Este es el escenario optimista. El escenario pesimista es que haya ido mal y se hayan liado a tiros y entonces las consecuencias serían tan trágicas que no las quiero pensar. Entre esos dos escenarios hay muchos intermedios y algunos raros que me dan vueltas a la cabeza pero que racionalmente son improbables. Así que no merece la pena. Nunca sirve preocuparse en lo que no puedas ocuparte, como dice mamá que decía la abuela. Mi día ha sido normal. Ir al huerto, ayudar a las plantas un poquito. Ir a la torre, ver que no vienen los malos. Ir a la costa, comprobar que todo va bien. Dar una vuelta en kayak, ser feliz un rato. Hacerme una sopa y comerla rápido para no darme cuenta de que estoy solo. Pasear bajo la lluvia, insultar a las gaviotas molestosas y algo más. Hoy hice que el Fantasma Papá viniera conmigo a pasear y le dejé que me abrazara. Hice que viniera también Sam Sagaz, el hobbit. Me gustan sus ideas para la cena, aunque siempre esté protestando de que tengamos poca comida. (Bueno, eso es broma, Sam Sagaz solo es un fantasma de un niño gordito). 9 de marzo Querida Persona Desconocida, quedan dos días para empezar a preocuparme. Eso, como habrás imaginado, quiere decir que todavía no han vuelto. En una hipótesis optimista quiere decir que están haciendo amigos, en una negativa pues soy huérfano y no quiero más pensar en esas cosas. En cuanto a mi día ha sido el más largo del mundo, pero no aburrido. Tengo que aprovechar todas las horas de sol para atender las tareas del huerto y el mar. Y aun así no puedo con todo, hay un par de cebollas que se me están muriendo y no sé por qué. Además no he podido vigilar desde la torre. Si hubiera venido un barco de orcos me habrían pillado desprevenido. Pienso que mañana, por si acaso, no me voy a desprender de mi carabina, que es mejor que nada. Ahora ya es de noche y no puedo hacer nada más. Todo está oscuro. Voy a rezar para que no les pase nada y luego a dormir. 10 de marzo Querida Persona Desconocida, ¡han vuelto! Siento que es el fin de mi vida. Si esto fuera una novela sería el fin. Ahora todo iría bien para siempre y ya no habría que contar nada más. Porque todo ha salido muy bien. Se han conocido y han hecho planes para comerciar los excedentes de comida de cada sitio. Con el barco grande será fácil ir y volver. No sé, pero me parece que es un éxito resonante de nuestra misión. Hasta Carlos está contento y ya no se queja de nada. Mamá dice que tendremos que hacer más exploraciones, en el futuro. Por ahora hay que volver a concentrarse en el trabajo aburrido de pesca, huerto y las demás cosas de la supervivencia. De hecho es lo que hice hasta las cuatro de la tarde, cuando regresaron, mientras que ellos todo lo que han hecho es hablar de sus grandes cosas y navegar hasta aquí. Vale, lo que estoy diciendo es una chiquillada. Supongo que todavía estoy enfadado por dentro por haber tenido que quedarme aquí y ya me imagino que mañana me criticarán por todo lo que no esté perfecto. Incluyendo las cebollas. :( Vuelven los héroes La muchedumbre les aclama ¡Solo soy yo! 11 de marzo Querida Persona Desconocida, ahora lo que sería trágico es que muriéramos todos. Siento que va a pasar, mejor dicho que puede pasar. No creo en el destino, aunque a veces pasan cosas que son más fuertes que nosotros. Podía venir el sol a estrellarse con la Tierra, por ejemplo y entonces, adiós “chimpún”. Supongo que me pasa esto porque mamá habló conmigo anoche y acabó llorando. Aunque no creo que fuera una cosa de llorar. Lo importante que se dijo, porque siempre que se va a decir algo importante se dicen muchas tonterías primero, fue así, más o menos. Empezó mamá —Pensé que no ibas a volver vivo. —Pues yo creo que te equivocaste. —Sí. —¿Y no te preocupa? —Es que ya he vuelto. —Vale. —Vale. —¿Y si te hubieran matado? —No pasa nada, saldrías adelante. Tampoco soy tan importante. Solo un niño. Y entonces se puso a llorar, y a decirme que se sentía culpable y eso. Y yo tuve que consolarla y perdonarla. Lo de consolarla lo entendí, lo de perdonarla no demasiado porque no siento que me haya hecho nada malo. Todos hemos perdido las esperanzas muchas veces. Solo que luego las volvemos a encontrar. (O nos vuelven a encontrar a nosotros). Pero después me entró el miedo de que nos muriéramos todos. Fue un miedo puro, sin pensamientos. Mi cerebro se apagó y no me di cuenta de lo que había pasado hasta que Laika me lamió la cara. Estaba en una esquina, con babas en la boca y meado, y muy cansado. Pero cuando desperté sentí paz y me abracé a mi amiga. Mamá no me criticó cuando nos descubrió. Heather y los demás no se han enterado. Y ahora estoy mal porque mamá se cree que fue por culpa suya. Pero es tontería tener miedo por morir o porque se mueran todos. Es el círculo de la vida y todo eso… es que hasta el sol se apagará un día muy, muy lejano, mucho después de que los huesos de nuestros bisnietos sean polvo. Es como nacer, no te pasaba nada malo antes de nacer, ni pasará nada malo después de morir. Solo cuenta lo del medio. En lo del medio, que es la vida, puedes ser bueno o malo, ser feliz o triste, limpiar o ensuciar, etcétera. (Es lo que me enseñó papá y sé qué es verdad). … Otras cosas que pasaron este día: trabajar, comer, hacer nuestras necesidades, etcétera. Irme a correr a las montañas de la isla, con Heather. Reírnos, beber el agua de la lluvia con la boca, antes de que toque el suelo, saltar encima de Laika, caernos en el barro, reírnos más. Volver y que todos piensen que estamos locos. Estoy tan feliz que hasta he vuelto a cantar una canción de mamá. La dejé de cantar porque pasaba mucha hambre y la canción va de un lugar, seguramente de su imaginación, donde los leones daban clase y había mucho jamón. Salamanca Nos vamos a Salamanca, donde enseñaba el León, las patatas están muy buenas, y hay mucho jamón… Jamón, camaradas, jamón, jamón, esta semana, jamón, jamón… “Wir lagen vor Madagaskar”... Y ya no me acuerdo de más… Pero esa última frase en Alemán es sospechosa. De hecho no sé si es Alemán; mamá me tuvo que enseñar a escribirla. Da igual, probablemente, como he dicho, todo es una creación suya. Importante: No me acuerdo si los nombres de los idiomas se escriben en mayúscula en Español o no. En Inglés sí, así que supongo que será lo mismo en Español, ¿no?. 12 de marzo Querida Persona Desconocida, Carlos volvió triste, abrazado a Andrea. Habían ido a la playa a atender a la pesca y algo pasó que le hizo llorar. Por lo visto Andrea dijo algo así como que habíamos tenido la mejor suerte de la historia. Y a Carlos se le puso la cara negra y diez minutos después estaba llorando porque se le ocurrió que nuestra buena suerte se iba a acabar de repente y que a partir de ahora todo iba a ir a peor. Él no lo dijo así; es lo que interpreto, es lo que yo temo, también. Es como tiras dados, sacas un seis, diez veces seguidas y a partir de entonces solo sacas unos. Como si a los dados se les hubiera agotado la buena suerte. Pero Andrea le propuso una fiesta a mamá, entre las dos islas, con banderolas y baile, el día que comience la primavera, el 21 de marzo. Y mamá le dijo que sí, pero que tendríamos que hablar primero con la gente de Ristol. Lo que significa que alguien va a tener que ir de emisario en kayak. Lo que significa que, ¡¡yo!! Lo conseguiré, lo tengo que conseguir, y Heather tiene que venir también. ________________ Capítulo 13: Misión de amistad 13 de marzo Querida Persona Desconocida, tan pronto como pude convencer a mamá corrimos, Heather y yo, a preparar nuestros kayaks. Llevamos el equipo de acampada, un poco de comida y agua y nada más. Ni siquiera pillamos armas porque pensamos que no las íbamos a necesitar: nuestra misión era de amistad. El tiempo era fantástico así que decidimos ir a Ristol directamente. El viento que había se puso siempre a nuestra espalda, como si quisiera ayudarnos. Uno de los mejores paleos de mi vida que acabó muy tristemente. Llegamos a la misma playa de la otra vez, sacamos los kayaks bajo un cielo feliz y fuimos a las casas. Pero todos estaban mal, su avena se está muriendo. (No dije nada pero pensé en mis cebollas. ¿Y si ahora “las muertes” se estaban pasando de las personas a las plantas?) Es un desastre. De lo peor. Quizás tengan que pasar hambre o decidan irse. Malo… En lo que quedaba del día les ayudamos a quemar las plantas enfermas para que no contagien las sanas. Ahora estoy en la habitación de los niños y mañana volvemos a casa. Pero esta vez hemos comido nuestra propia comida; no les hemos dejado que nos den nada. La van a necesitar. Mañana volvemos a casa y quiero que el tiempo no sea muy bueno, para llegar lo más tarde posible. No habrá fiesta. 14 de marzo Querida Persona Desconocida, estamos en Derra. Las olas se pusieron a jugar al fútbol y nosotros éramos la pelota. Así que en cuanto pudimos, y tuvimos que luchar mucho para ello, desembarcamos en el primer sitio adecuado. Y ese era Derra. No fue fácil. El kayak de Heather se llevó un golpe contra las rocas, de no fijarse en el ritmo de las olas, se lo tendré que explicar. Pero al final no pasó nada. Ahora descansamos tomando té de flores salvajes. No hay nada más qué decir. 15 de marzo Querida Persona Desconocida, El viento se ha enfadado con nosotros o algo, porque no nos quiere dejar salir de aquí. Bueno, con Carlos a lo mejor lo hubiera intentado, porque él me podría ayudar, pero con Heather no. Creo que podría conseguirlo pero a lo mejor se le acaban las fuerzas y… que no, si sale mal podría ahogarse. No estoy tan loco todavía. Apenas ha llovido, sin embargo, y eso nos ha regalado tiempo para rodear nuestro refugio de una cerca de piedras, por si se pone peor por la noche. Una cosa mala es que se nos acabó la comida. Pero no es muy importante. Si mañana no conseguimos volver, seguro que vendrá mamá en el barco a salvarnos. Además esta isla tiene fuentes, huevos que robar y aves que cazar. Estaremos bien. Heather no ha dicho casi nada en toda la mañana. No parece enfadada así que creo que pensé que tenía miedo. Entonces le dije —¿Jugamos a kayaks voladores? —¿Cómo se juega? —Haz lo que yo haga. Corrí a dónde habíamos dejado los kayaks, me metí dentro y cerré los ojos. —Ven, imagínate que volamos. Heather se puso a cantar y entonces llovió. Nos reímos, me caí y acabamos bailando juntos bajo una lluvia suave y ventosa. 16 de marzo Querida Persona Desconocida, el clima mejoró así que pudimos volver a Mahwrpool y dar nuestras malas noticias. Hemos comido y estamos muy cansados, muy tristes. Ahora me da vergüenza lo que hicimos ayer. Aunque Sargento Mamá dice que estar triste no ayuda a nadie. —De haber estado angustiados podríais haber muerto. —Nos dijo también. Sé lo que quiere decir. Cuando te angustias todo parece peor y tomas malas decisiones. Quieres escapar del peligro muy rápido y te pones en otro peor. Eso o te hundes y dejas que la naturaleza acabe contigo. Nuestro alivio es que aquí en Mahwrpool no tenemos nada tan malo como en Ristol. Mis cebollas, según dice mamá, solo tienen hongos porque la tierra estaba demasiado húmeda. No es un gran problema. Otra buena noticia es que van a ir a Ristol a ver si les pueden ayudar. Heather y yo nos quedaremos aquí. Cuando cierro los ojos, todo desaparece y escucho al viento cantar sobre el brezal. Quería hacer un poema sobre eso, para despedir el día, pero no me ha salido porque las gaviotas me desconcentran. ¡Malvadas malignas y mal-peores! 17 de marzo Querida Persona Desconocida, Carlos ha estado preparando el barco mientras los demás nos hemos ocupado de las tareas diarias y aburridas. En la cena nos dijo que le fue fácil, poco más que limpiar y cargar provisiones. Lo nuestro tampoco ha sido nada extraordinario, aunque puede ser que lo sienta así porque desfallezco. No sé si es por el frío o la pena. Miento, sí que lo sé, es por la pena. Mañana Sargento Mamá, Andrea y Carlos irán en el barco a ayudarlos y fracasarán. Es mi predicción. Siempre es lo igual: cuando está a punto de llegar un ángel se cuela un diablo. No podrán ayudarlos, las plantas se morirán. Los de Ristol tendrán que irse y nosotros nos volveremos a quedar solos en esta isla, lejos de todos los amigos y temiendo el día en que nos descubran los orcos. Me duelen los ojos. Quiero llorar. 18 de marzo Querida Persona Desconocida, ya no quiero llorar porque mamá justo antes de irse con Andrea y Carlos me contó su plan “b”. Consiste en irnos todos juntos, los de Ristol también, a la tierra principal o a alguna isla de las Hébridas como Barra o Lewis y vivir allí. Eso tendría algunos problemas como la pérdida de lo que hemos plantado aquí, pero si elegimos bien el día podría ser mejor a la larga. Siendo muchos sería más fácil defenderse. Tengo una idea alternativa. También podríamos vivir en uno de esos islotes que están justo al lado de la costa de la tierra principal, como si fuera nuestro castillo, pero tener la mayoría de las cosechas en la tierra principal. Es una idea. A mí me gusta nuestra isla. A Heather también. Y hemos tenido un bonito día pescando nosotros solos por la mañana desde que se fueron los demás. Por la tarde nos sentamos ante la chimenea, descalzos junto al fuego, leyendo, escribiendo, jugando a risas y diciéndonos cosas bonitas. Además hemos decidido que esta noche vamos a dormir aquí los dos juntos, en los sacos, como cuando estábamos de acampada, pero mucho más cómodos. Y con Laika, que también está con nosotros. (aunque ella prefiere la manta vieja). 19 de marzo Querida Persona Desconocida, supongo que ahora mamá y los demás estarán ayudando a los de Ristol a salvar sus cosechas. Nosotros, Heather, Laika y yo estamos bien, en nuestra pequeña novela extraña de aventuras. Tenemos un juego en el que estamos de vacaciones en “el mundo de ayer” y solo tenemos unos días antes de volver al colegio. Sé que en “el mundo de ayer” no era normal que los niños estuvieran solos de vacaciones o en ninguna parte, y por eso nos imaginamos que tenemos un tío, tío Frank, que está siempre dormido. Pica y pican Una pulga, mil pulgas Pobres Laika y yo 20 de marzo Querida Persona Desconocida, creemos que nuestra imaginación ha ido demasiado lejos. Eso o el verano se ha adelantado y es además el mejor verano que ha habido nunca tan al norte. No hay nubes, ni una, y hace tanto calor que nos hemos pasado el día sin pantalones, a pesar de que mis calzoncillos están raídos y asquerosos. Pero no hemos estado de vacaciones ni nada parecido. Trabajamos en el huerto y en la playa y aprovechamos para hacer una colada muy grande. Y se ha secado toda en solo tres horas, según mi reloj imaginario. Después, sí nos fuimos a la playa a jugar y ser felices, hasta nos pusimos a cantar y a contarnos cuentos. Y al final, para que se acabara el sueño se puso a llover hasta que tuvimos que salir corriendo a la abadía, con frío de tiritar, pero nos secamos al lado de la chimenea, juntos. Nos besamos. Creo que ya somos novios. 21 de marzo Querida Persona Desconocida, pensaba que hoy mamá habría vuelto con mis hermanos así que ahora estamos inquietos. Podría ser bueno: quiero decir a lo mejor ha encontrado la manera de salvar las cosechas y está trabajando. Podría ser malo de muchas maneras horribles que no hacen falta decir. La imaginación de cosas malas nunca se acaba. 22 de marzo Querida Persona Desconocida, no han llegado, no han llegado, no han llegado. No quiero entrar en pánico pero Heather, Laika y yo estamos nerviosos. No sé si podremos dormir. Mañana, salvo que haya una tormenta horrible, vamos a ir a buscarlos si no es que aparecen antes. No quiero escribir nada más, ni tampoco puedo, no tengo pensamientos en mi cabeza sino sentimientos de miedo y angustia. Y también de culpa porque a lo mejor estoy llorando como un niño pequeño y luego no les ha pasado nada, como otras veces que me pasó antes. Es como si para mi cerebro la separación significara la muerte de los demás. Incluso antes de las muertes, cuando era muy pequeño y me perdí pensé que los demás se habían muerto y después tuve pesadillas. Lo peor de hoy Heather me ha gritado y se ha ido con Laika y no sé por qué. De pronto me puse muy nervioso y después no me acuerdo de nada. Supongo que haría algo malo. Bueno, lo sé, porque tenía restos de baba en los labios y estoy muy cansado y eso me pasa cuando me pasan cosas. Pero Heather ya me ha perdonado y, además, seguro que comparado con nuestros miedos, lo que hice no importa nada. 23 de marzo Querida Persona Desconocida, lo que pasó en nuestro viaje a la isla no lo cuento porque no importa; mamá está enferma. Es grave… ¿Se va a morir? No lo sé. No se parece a las muertes, lo cual es bueno, pero al tiempo es malo porque no sabemos lo que puede pasar más tarde. Dicen los de la isla de Ristol que debía traerla de antes, porque no la conocen tampoco. Ahora estamos en el barco, porque mamá dice que si es contagioso es mejor que no nos arriesguemos. Así que no nos han dejado desembarcar ni a Heather ni a mí. El sentimiento que tenemos es horrible, porque por un lado sabes que es lo lógico, pero por otro lado te sientes culpable de no poder hacer nada. Para luchar contra eso estamos haciendo cosas en el barco, preparándolo y limpiándolo todo lo posible, ordenando las velas, secando los cabos, etc. Yo diría que todo estaba horrible, como una mentira para justificar mis acciones obsesivas, pero sé que hago todo lo que hago para no pensar. Hasta me pongo a escribir sin para por eso mismo, bueno pensar si pienso peor estoy demasiado concentrado escribiendo rápido como para sentir miedo, angustia, desesperación, culpa y todas las cosas malas. Tengo una canción para días así. La música es del ejército finlandés (o lo era cuando había uno) y la letra se repite mucho y tiene estribillo, así que no me costó mucho hacerla. Hemos pasado mucha hambre y frío, huyendo de los malvados orcos. Hemos pasado mucha hambre y frío, huyendo de los malvados orcos. ¡Oh rugientes tormentas, ya os conocemos bien! Más valientes nos hacéis. Los truenos cantan y bailan los rayos, hasta cuando llueven las lágrimas. Los truenos cantan y bailan los rayos, hasta cuando llueven las lágrimas. ¡Oh rugientes tormentas, ya os conocemos bien! Más valientes nos hacéis. La ventisca son fantasmas de niños, que bajan con nosotros a jugar. La ventisca son fantasmas de niños, que bajan con nosotros a jugar. ¡Oh rugientes tormentas, ya os conocemos bien! Más valientes nos hacéis. Si nuestros cuerpos se mueren, quedará más comida, para que se hagan más fuertes los demás. Si nuestros cuerpos se mueren, quedará más comida, para que se hagan más fuertes los demás. ¡Oh rugientes tormentas, ya os conocemos bien! Más valientes nos hacéis. ¡Hurra!, nos vamos a nuestra nueva casa, donde muy canlentitos se estará. ¡Hurra!, nos vamos a nuestra nueva casa, donde muy canlentitos se estará. ¡Oh rugientes tormentas, ya os conocemos bien! Más valientes nos hacéis. 24 de marzo Querida Persona Desconocida, hemos comido, nos hemos aburrido y ese ha sido todo nuestro día. Mamá sigue enferma. Brian-brian vino a decírnoslo hace dos horas y no sabemos nada más. También nos dijo que iban a poner una bandera de Escocia y que mientras esté allí significa que mamá sigue viviendo. Desde entonces estoy un poco patriótico por mi lado escocés que supongo que es el que importa más porque vivo en Escocia. Aunque por otro lado mamá es española. Pero aun así hay gaitas en mi corazón y “whiskey” en mis labios (es en sentido figurado, por supuesto). Heather me ha dicho que me quiere, que siempre va a estar cerca de mí y yo le he dicho lo mismo y sé que es verdad. Pero nadie puede quitarme el miedo de mi cuerpo. Yo sonrío y hago por parecer tranquilo, sonrisa congelada y todo eso, pero mamá está en todos mis pensamientos y me gustaría estar enfermo yo en vez de ella. Es una locura, como muchos de mis pensamientos, pero por lo menos es una locura romántica y bonita. No es justo. Y ahora, al escribir eso, me acuerdo de lo que decía papá “death isn’t fair, for death is nothing, don’t fret about that”. Que si te lo traduzco para que quede un poco igual te diría: “la muerte no es justa, porque la muerte es nada, no te preocupes por eso”. Y desde entonces intento no decir que la muerte no es justa porque la muerte no es buena ni mala, ni grande ni pequeña; la muerte no es nada. Así que no hay nada de qué preocuparse. Heather dice que he estado llorando sin darme cuenta. Me da igual; Heather no se asustó, así que está bien. Me hubiera dado igual aunque me hubiera meado encima. O cagado. Importa el amor. También ser bueno y hacer cosas bonitas, cantar y reír. Y bueno, también comer y tener una cama y ver el mar salpicado por las focas juguetonas, como lo veo yo ahora. 25 de marzo Querida Persona Desconocida, izaron la bandera lo que significa que mamá sigue viva. Ya no vendrá nadie hasta que se recupere o pidamos ayuda, para minimizar la posibilidad de contagiarnos sin necesidad. Bueno, en realidad sí lo necesito. Mi cerebro entiende perfectamente que no debo ir, que no serviría para nada, que me quieren proteger, pero mi alma tiene una opinión super-contraria a todo eso y me hace sentir triste y miserable. Voy a dejar un mensaje en la playa. Dirá: “nos hemos ido a buscar Laika”. La hemos dejado sola en Mahwrpool y no es justo para ella. En este barco son solo unas horas y es mejor que no hacer nada. Lo peor que puede pasar es que me entere de la muerte de mamá un poco más tarde. De todas formas se me acaba de ocurrir así que se lo preguntaré a Heather a ver qué opina. Yo estoy seguro de que dirá que sí. 26 de marzo Querida Persona Desconocida, llegamos a Mahwrpool ayer, casi de noche. Resultó que nos costó llevar el barco solos más de lo que había pensado. Hasta pasamos un poco de miedo cuando el viento se empeñaba a ratos en alejarnos de la isla y a otros a estrellarnos contra las rocas. Pero al final llegamos en una pieza, nosotros y el barco. Laika estaba esperándonos en la orilla y estaba muy bien, feliz de vernos, moviendo la cola y todo eso. Hubiéramos podido irnos inmediatamente pero estaba cayendo el sol y estábamos tan cansados y tan nerviosos de nuestra torpe lucha con el mar que decidimos pasar la noche en la isla. En la madrugada de hoy salimos y acabamos de llegar a Ristol. Resulta que la bandera sigue ahí y nada ha cambiado. Salvo que Laika está con nosotros para hacernos compañía y para estar ella más feliz con nosotros. Y ahora me voy a poner a leer un libro de matemáticas difíciles para no pensar en lo más triste. 27 de marzo Querida Persona Desconocida, sigue nuestra especie de vigilia nerviosa. Tendríamos que estar acostumbrados, como nos acostumbramos a la muerte en el primer año de las muertes, pero supongo que quedamos tan pocos que cada vida es esencial. Además, es mamá. A veces me pregunto por qué hemos sobrevivido tantos de nuestra familia. Papá murió pero no de las muertes, así que no cuenta. Supongo que será alguna cosa genética rara, O no, porque mamá y papá no eran familia hasta que se casaron, así que no son familia genética. Es raro decirlo así, parece una cosa de palabras de político, pero es verdad. Resulta que lo que creó nuestra familia, de verdad, fue el amor y no la sangre. A lo mejor se lo tengo que decir a los demás, cuando mamá se ponga mejor para hacer nuestra familia más grande. Es bonito si lo piensas: tu familia puede ser tan grande como tu amor. ¿Por qué solo se me ocurren estas cosas cuando estoy cerca de la muerte? Porque yo estoy bien, estate tranquila, querida persona desconocida, pero si tu madre está enferma tú también estás cerca de la muerte. Yo lo siento así. Ah, se me olvidaba lo que iba a escribir al principio. Ya no me parece tan importante después de lo que acabo de escribir, pero que lo escribiré igualmente: me parece que no nos hemos escapado totalmente de las muertes, porque nos ponemos enfermos muchas veces, más de lo que era normal antes y aunque conseguimos sobrevivir nos quedamos muy cansados y perdemos el tiempo. De hecho, ahora que lo pienso, si mamá no se pone buena en dos días tendremos que volver para no perder las cosechas ni que los aparejos de pesca se rompan y todas esas cosas. En cuanto al día de hoy pues lo que te habrás imaginado: aburrimiento, algo de pesca y música de mar y lluvia mientras intentamos no volvernos locos de pena. Y seguimos rezando, pero no me sirve. 28 de marzo Querida Persona Desconocida, me he pasado el día intentando recordar esta canción de mamá. El día nace, llora el cielo gris los años mueren sin verte reír la noche hiela, la memoria aterra el lobo se comió al sol mmmm … (ahora solo hace eso por un rato) y luego dice sin cantar) … Todo vuelve a respirar. Dime que no vas a llorar, dime que vas a reír… La canta muchas veces cuando piensa que no la escuchamos, quizás la esté cantando ahora. Dice que es una canción de sus tiempos pero siempre está cambiando las palabras un poco. Me pregunto cómo sería la original. A voz muy débil, muy tierna, la estoy oyendo con mi corazón. Soy un “bobomántico”. Mamá también tiene una historia que ahora recuerdo. Me decía, cuando era pequeño, que las madres tienen un poder mágico y si cantan mirando a la luna pueden ver a su hijo como en un espejo, por lejos que esté, y aunque la luna no esté en el cielo. Es un cuento para niños chiquitos en el que creo ahora mismo. Además la bandera sigue en el mismo sitio. Dios mío, esperaremos un día completo más y, después, no nos quedará más remedio y volver a casa, a salvar lo que nos quede, para no morir de hambre después. Tengo pena de mí mismo, pero recuerdo lo que mi padre nos enseñó, y la canción de los soldados del japón, tener la sonrisa congelada y todo eso. 29 de marzo Querida Persona Desconocida, cuando arriaron la bandera pensamos que nos íbamos a romper por dentro. Heather la vio y corrió a buscarme y yo salí de la cabina, con mis pies descalzos sobre la madera fría de la cubierta y sentí como me daba puñetazos el corazón. Y vimos un bote, Mungo y Nessie, de los Sax, venían en él y no hicimos nada, solo les dejamos acercarse a nosotros, y no pensamos nada ni sentimos nada, con el alma envenenada hasta que les vimos sus sonrisas. Sargento Mamá se ha recuperado. Mamá está bien. Mamá está perfecta. Todavía está en la cama, pero es de cansancio y todo el mundo está feliz. Hoy he podido estar con ella y darle un beso. No hablamos de nada, no hacía falta y no nos dieron tiempo pero recordaré su frágil sonrisa todos los días de mi vida. Que me gustaría que fueran muchos. Además, para quemar la excitación nos hemos puesto a trabajar en el campo, con los Sax. Lo que había plantado se ha perdido la mitad, pero la otra mitad se ha recuperado después de los cambios que hizo mamá hasta que se puso enferma. Es el poder de la ciencia que yo quiero aprender. (Pero fue Fantasma Papá quien se lo enseñó a mamá, cuando todavía no era fantasma). Tenemos ganas de fiesta, pero ningunas fuerzas, así que lo compensaremos durmiendo muy bien y soñando cosas bonitas. Quedan prohibidas las pesadillas, firmado Guille, Emperador del Mundo y planetas aledaños. 30 de marzo Querida Persona Desconocida, son días de felicidad o, para ponerme menos exagerado, han sido dos días felices. Sobre todo hoy. Me tienta acabar mi diario hoy para que mi historia acabe feliz como en los cuentos. Para no ponerme demasiado tierno te diré que esta mañana, cuando me quedé con mamá le pedí que me cantara esa canción suya de “dime que vas a reír” y cuando terminó me dijo. —Guille, estás llorando, ¿te has dado cuenta? —Sí, mucho, —y lo dije explotando de felicidad (o exultante de felicidad, si es que significa lo mismo). Además vi a mamá mucho mejor, la piel la tiene menos pálida y se le ve menos cansada que ayer. Y por eso ya me doy permiso para pensar en las otras personas. Lo que me lleva a que Carlos y Andrea están más distantes que nunca antes. Les pregunto y me dicen que todo va normal, que están muy contentos por mamá y todo eso pero en cuanto me voy se van solos a hacer cosas. Pensaría que son cosas de enamorados pero Carlos tiene esa mirada de cuando me quiere esconder algo y, por supuesto, a Carlos lo conozco muy bien. Pero bueno, no me voy a fastidiar la tarde obsesionándome con los pensamientos y acciones de esos dos. Prefiero ocuparme de Heather y Laika y ser muy feliz con nuestras propias cosas de enamorados. 31 de marzo Querida Persona Desconocida, mamá ya está de pie, pero ya no la veré hoy, porque estamos volviendo a Mahwrpool. Te cuento que Carlos y Andrea se quedan con mamá y el barco hasta que esté buena para volver, mientras que nosotros nos vamos ya, dejando también a Laika a su cuidado. Además hace un tiempo tan bueno que teníamos que aprovecharlo. Y sin más problemas ya estamos en casa, nunca lo habíamos hecho tan rápido y además tan poco cansados. Nos hemos animado a pescar hoy mismo, bueno, recoger las nasas en realidad. Dos estaban rotas, pero en otras dos había suficiente cena para nosotros. También le hemos dado una vuelta al huerto y pillado algunas verduras y papas. Hay alguna cosilla que atender, pero todo está muy bien. La primavera es uno de los periodos más felices de la vida. 1 de abril Querida Persona Desconocida, como era de esperar mamá no ha venido hoy, pero estoy tranquilo; no tengo miedo ni nada. Mis emociones creen que ella está bien y yo me siento inclinado a hacerles caso sin discutir, ni pensar en posibles problemas. Además, hemos tenido que trabajar mucho reparando todas las “pequeñas cositas” que había que atender, que al final eran un poco más de un millón. ¿Cómo estamos? A ver… 1. Un millón de pequeñas cositas 2. Las emociones malvadas de ayer 3. El viaje de vuelta en kayak Estamos como un sillón viejo, húmedo y podrido, que ya ni los bichos quieren usar. Heather se ha puesto triste por Allan, el chico que murió cuando ella vino. Así que fuimos a dejarle flores y a rezar un poco por él. Lo que me ha chafado el día. Es uno de abril, el día de los tontos en Escocia y deberíamos habernos gastado bromas, pero tampoco soy tan insensible. Es curioso porque Heather nunca habla mucho del día horrible; más bien nada, pero aun así es evidente que se acuerda mucho de él. Me pregunto si no quiere decir nada para que no nos sintamos culpables por lo que pasó. Es un detalle, aunque me parece que tarde o temprano esos pensamientos y sentimientos saldrán como en un terremoto o tormenta y me pillarán. Pero no me da miedo, ni me enfadaré por eso —o lo intentaré—, son cosas que pasan cuando te enfrentas con la muerte de la gente que quieres. Ah, no dije nada, pero no creas que no me doy cuenta de los caraduras que son Carlos y Andrea. Se quedaron en la isla y volverán en el barco de vela, con mamá, todos cómodos. Pero así sin discutir es mejor para mamá y, además, en realidad me gusta mucho ir en kayak, como ya sabes de sobra y encima tengo dos o tres días solo con Heather. Canción: “Heaven… I’m in heaven and I’m so happy I… ” 2 de abril Querida Persona Desconocida, todavía no ha vuelto mamá y aquí estamos los dos, tan tranquilos, trabajando y dejando pasar las horas. Quiero que todo vuelva a la normalidad y me fastidia que todavía no sea así. El que espera, desespera, se dice en español y yo llevo demasiado tiempo viviendo en la espera. Me siento muy raro por cierto. ¿Qué soy? Un niño, ¿un adolescente? ¿un niño viejo? La mayoría de los días me siento lo último de eso, un niño viejo, lo que parece contradictorio y seguramente lo sea. La verdad es que no sé muy bien lo que significa ser viejo. Quiero decir que sé lo que significa en el diccionario pero no en la vida real porque hace mucho tiempo que no veo a ningún viejo y mis recuerdos son borrosos. Si me explico, lo que quiero decir, es que pienso cosas muy profundas y también pienso que me voy a morir. No mañana ni pasado, pero sí en algunos años. No sé si es verdad, pero… , bueno lo que quiero es vivir lo suficiente para tener mis propios niños y que sean grandes para sobrevivir solos. Ese es todo mi sueño, pero no sé si podrá hacerse verdad alguna vez. 3 de abril Querida Persona Desconocida, mamá ha vuelto, pero no la felicidad porque Carlos y Andrea han revelado el plan que tenían: se independizan. Se marchan a vivir solos a su propia isla para hacer lo que quieran, como adultos. Pero no lo son y mamá no está conforme con eso. Así que ahora tenemos aire contaminado de enfado; otra vez. Opción primera, se les pasa la tontería rápido y vuelve la vida normal. Opción segunda, no se les pasa y estamos todos cabreados un mes y/o se van a su isla y nos quedamos solas. Opción tercera, no se les pasa la tontería pero tampoco se atreven a irse y respiramos enfado todos los días. Elegiría la opción primera pero en realidad no depende de mí, así que Heather y yo nos vamos a refugiar en el trabajo y no pensar en nada más. ¡Argh! otra vez están gritando, parecen gaviotas peleonas. Nota 1: Una cosa rara, el uno de abril escribí que Allan fue “el chico que murió” . Pero lo que pasó de verdad es que lo matamos. Aunque fuera sin querer. ¿Por qué escribí eso? Nota 2: Otra cosa rara. Después de escribir esa nota anterior me mordí en la mano, fuerte. Dolió, pero no salió sangre. Me da miedo contarte esto, pero supongo que es la verdad. No debía haberme mordido. No me ha ayudado. Esa también es la verdad. 4 de abril Querida Persona Desconocida, no tengo nada de ganas de escribir y te imaginarás por qué. Son las gaviotas humanas dando el griterío todo el tiempo. Y eso que se van lejos, pero en esta isla el viento trae todos los sonidos, hasta el más pequeño. Comprenderás que cuando se ponen a gritar es un infierno de pecadores. Heather y yo intentamos pensar en nuestras cosas pero no nos dejan, siempre molestando con las suyas. Hasta manipulan nuestras emociones porque ahora también estamos enfadados con ellos. No es un sentimiento que queramos tener. Quiero chillar Tormenta de gaviotas No hay refugio No intento poner la paz, porque cuando lo he intentado en otras ocasiones la situación ha acabado peor de lo que estaba. Así que yo me quedo callado y trato de ser invisible. No es despreocupación, es supervivencia y lo mejor para todos. Porque soy una patata hablando y siempre lo estropeo todo. 5 de abril Querida Persona Desconocida, no siendo el día de los tontos, es raro que tengamos tantos. Ni me río ni intento que esto sea una broma. De hecho ya estoy muy cabreado y quiero chillar y gritar y pegarles a todos empezando por mi mismo y luego pegarles puñetazos a las piedras y a las focas y al mar, pero me contengo todo el rato, lo que me hace estar de mal humor. Por ponerlo de forma suave. Sobre todo estoy harto de Andrea que lo está estropeando todo sin parar. Soy muy, muy pesimista. Va a llegar uno de estos dos días: día a) se marchan, día b) los echamos. Ese día podría ser mañana. Otra cosa, como soy tan idiota, y estoy enfadado todo el rato he conseguido que Laika y Heather se vayan juntas a pasear. Para no soportarme. ________________ Capítulo 14 Se marchan 6 de abril Querida Persona Desconocida, Andrea y Carlos se marchan. Sargento Mamá les ha dado permiso. Iremos todos juntos a Berra, aquella isla desolada donde encontramos el barco de vela. Es su mejor apuesta para sobrevivir. Mañana será el día a) y será un día muy triste. Mamá nos reunió a Laika, a Heather y a mí y nos explicó que no tenía otra solución y que, quizás, sea lo mejor para la supervivencia. Si a nosotros nos pasara algo ellos, podrían seguir con la esperanza de la humanidad. De lo que queda… —Pero aquí somos demasiado pocos, mamá. –Le dijo Heather. Bueno, hay algo que teníamos pensado, respondió, aunque no para tan pronto. Van a venir de la otra isla a aquí. ¿Vale? Estaremos bien. Y ellos ya son mayores y… Y, como es lógico, nos pusimos a llorar. Menos yo, bueno sí, solo con mi forma de llorar especial para cuando estoy demasiado triste: sin lágrimas. 7 de abril Querida Persona Desconocida, el fracaso que siento por dentro me está comiendo el corazón. Nos lo está comiendo a todos, menos a la culpable, Andrea. El proyecto de nuestra vida en Mahwrpool ha terminado y no ha durado ni un año. Solo queríamos estabilidad, vida normal y todo eso; pero en realidad de vida normal solo hemos tenido algunos días salteados. Ahora mismo me parece que todo han sido esfuerzos y tristezas que estamos tirando al mar para perderse en el fondo: “glu, glu”. Lo bueno es que ya no hay gritos. Laika, que no entiende lo que está pasando, se queda con nosotros en la popa del barco, mientras que los rebeldes están a proa. Y así hemos pasado este día, que aunque llueve poco y el viento sea suave nos parece que hace demasiado frío. Y Heather y yo estamos siempre juntos, de la mano sin darnos cuenta, y Sargento Mamá nos mira y seguro que tiene miedo de que acabemos siendo como los malvados rebeldes, pero no dice nada. Supongo que estará esperando a que estemos solos. No sé cómo acabará porque no somos adolescentes todavía. ¡Ojalá no acabemos siendo tan estúpidos! 8 de abril Querida Persona Desconocida, es nuestro segundo día de navegación y aún no hemos alcanzado nuestro destino. Mamá se excusa con que el viento es muy flojo y va en nuestra contra pero sospecho que tampoco está intentando navegar muy bien. Andrea y Carlos no se han quejado, lo cual me extrañó un poco hasta que me di cuenta de que a lo mejor tienen dudas y miedo de dejar todo lo plantado y empezar de nuevo en la isla que arrasaron los orcos. Rezo para que cambien de opinión en el último momento; sería lo mejor para todos. Pero no sé, parecían tan decididos hace solo dos días que no creo que sea posible. En fin… ya veremos. Cielo negro Gorriones de estrellas Tiritan las luces 9 de abril Querida Persona Desconocida, al final pasó lo que temía que pasara. No lo que tenía que pasar, como dice el refrán, no tenía que haber pasado. Es solo una estupidez, marcharse y eso… Nos despedimos y ya está acabado. Bueno, con algunos trabajos previos porque tuvimos que bajar equipo y comidas que necesitarán para sobrevivir los primeros días. Tienen suerte de que Berra es grande para ellos y, a pesar de toda la destrucción, quedan muchas cosas aprovechables. Por ejemplo, el faro, donde van a vivir. Es romántico, pero también muy resistente y puede ser defendido con facilidad, siempre que no les sorprendan o engañen, etcétera. Bueno, esta es mi forma de decir que ya no tengo hermano y todavía no entiendo por qué no se me ha muerto el alma. Supongo porque ha sido poco a poco o algo. O porque, en el fondo de mi cerebro, lo había adivinado desde hace meses. Debería tener mucho más miedo del que siento ahora mismo. Quizás sea que conservo a mamá, cuando casi la perdí hace unos días o porque tengo a Laika pero, sobre todo porque tengo a Heather conmigo. ¿Significa eso que me convertiré como Carlos en unos meses? Puede ser, aunque pienso que no porque Heather no es como Andrea. Heather es como la flor que significa su nombre, pequeña, muy bonita y muy resistente y es muy bonito dormir junto a ella. (Lo de la planta es porque está más seca que lo de lo alrededor). Y nunca está enfadada con mamá ni nada de eso. No se piensa mejor que nadie, ni se enfada conmigo demasiadas veces, ni se burla de mis locuras, ni necesita nada mejor que el cielo y la lluvia y el viento. Y además de todo eso, me quiere. Sí, por eso ni tengo miedo ahora, ni me siento traicionado. Aunque en realidad esté muy enfadado con Carlos no necesito demostrarlo porque lo que tengo dentro es más importante. Además, ya tengo la piel muy dura. Digo todo esto también porque sé que dentro de unos días haré alguna estupidez. Seguro que no me daré cuenta en el momento, pero insultaré a alguien o quemaré algo o, si tengo mucha suerte, me caeré en el suelo y me pondré a llorar sin darme cuenta. Por eso voy a escribir, lo estoy decidiendo ahora, una carta para mamá y otra para Heather, para que me comprendan cuando sea un estúpido dentro de poco y no se asusten. Quisiera hacer lo que pienso y no lo que quieren los demonios de las sombras de mi corazón. (Pero son astutos, tienen planes secretos y no me los cuentan; solo mentiras) 10 de abril Querida Persona Desconocida, hemos pasado por Ristol y, como mamá dijo, hay gente preparándose para ir a Mahwrpool con nosotros. En concreto serán los seis de la familia Sax, que te acordarás que te escribí sobre ellos el mes pasado, cuando hice el informe: Mungo Sax, el señor mayor y los demás. Nuestra isla va a parecerse a un colegio de antes de las muertes. Si te digo la verdad eso me hace sonreír, sobre todo después de ver a mamá teniendo que explicar lo que pasó ayer, aunque por sus caras y sus reacciones los adultos ya se lo suponían. ¿era tan evidente? Hoy no van a venir con nosotros, sin embargo, lo dejan para luego, cuando esté la cosecha. Así que nos quedan muchos meses para estar solos. No los cuento porque pienso que son suficientes para morir mil veces y para que pasen muchas cosas que lo cambien todos: la vida es como es y no que queremos que sea, por si no te has dado cuenta, querida persona desconocida. Además tengo una nueva preocupación y la culpa es toda de Heather. Es que va y me pregunta. —¿Te acordarás después? —¿De qué? —De que me borres. Y me quedé callado y pensativo hasta que se me ocurrió una cosa romántica. —Eres mi aire. —Pero si viene una chica mejor… tú… —Eres mi aire, I love you, for ever. —For ever. (Lo he puesto al revés, lo que está en inglés lo dijimos en español y viceversa. Estoy bobo, “bobomántico”.) Pero después de eso, ahora me pregunto si, en realidad ella se irá con el chico de los Sax. Con Rob, quiero decir. Es mayor, más fuerte, quizás más listo y seguro que tiene la cabeza mejor que yo. Si es así me gustaría reaccionar como un caballero y disolverme en la lluvia y la niebla. (Pero será difícil porque viviremos en la misma isla). 11 de abril Querida Persona Desconocida, hemos vuelto a Mahwrpool. Resulta increíble lo rápido que se puede ir en un barco de vela comparado con un kayak. Aunque todavía me gusta más el kayak tengo que reconocer que es menos práctico. Una cosa buena es que nos hemos podido poner a trabajar con energía en la granja y las demás cosas. Y lo necesitamos porque hemos perdido un montón de tiempo con todas nuestras aventuras y preocupaciones. Hasta Laika está trabajando: mamá le hizo un Arnés con cuerdas y tela y dos cubos y ahora nos ayuda a llevar tierra y herramientas y otras cosas, según se necesite. No nos ha dado tiempo a jugar y solo el justo para escribir. Así que hasta mañana. 12 de abril Querida Persona Desconocida, debo decir que hoy ha sido un día satisfactoriamente aburrido, como los que, según me parece ahora teníamos los primeros días en esta isla. (Parece que fue hace 1934 años, con todo lo pasado, pero no seré un aguafiestas y volveré a estos momentos felices). Discusiones: solo las que tienen las gaviotas. Miedos, solo el de que haga algo estúpido, pero no ha pasado todavía. Cosas malas: ninguna, ninguna, ninguna. Hasta parecemos más guapos y mamá más joven. Pronto voy a prepararlo todo para jugar a rol junto a la chimenea. Así que adiós, querida persona desconocida. (Hoy es un buen día para terminar mi diario) 13 de abril Querida Persona Desconocida, Sargento Mamá, quizás para darnos emociones, nos ha mandado estar más vigilantes a partir de ahora. Resulta que como otros años esta ha sido temporada de orcos o, mejor dicho, temporada de cazar gente normal para los orcos, mamá quiere que estemos preparados por si intentan cazarnos los orcos caníbales, los ladrones o los esclavistas. Yo me he quejado porque pienso que no podemos hacer mucho en realidad. Si atacaran de noche, por ejemplo y suponiendo que no encallaran ni nada, que sería su peligro, sería imposible descubrirlos; incluso despiertos. Pero Sargento Mamá dijo que no pasaría, no se arriesgarían tanto y que atacarían al amanecer. O sea que dormiremos pronto y nos levantaremos antes que el sol, resguardados en nuestras posiciones defensivas. Los días que haga tormenta va a ser el mayor de los ascos. Eso seguro. Pero hoy ha sido tranquilidad y paz; lluvia normal, su poquito de sol, su caldito de algas y canciones viejas. Como una fiesta tropical pero con frío. (aunque menos que en invierno). 14 de abril Querida Persona Desconocida, es que la mala suerte me persigue como destino universal. Es que tiro mil dados y me salen todos unos. Es que fue despertarnos y cayó una tormenta impresionante. Rayos, truenos, viento arrollador, dragones ahogándose en la lluvia y con un poco de granizo para que fuera más divertido. ¿Y mamá? Nuestro sargento mayor fue inflexible, a ponerse los ponchos y afuera. Cuando por fin se pasó “la hora de peligro de los orgos”, —que es como debemos llamar a la madrugada—, estábamos tiritando. (“Orgos” es como dices orcos con la boca llena de lluvia). Pero luego va Sargento Mamá nos larga un discurso de que éramos unos héroes y nos lo creemos y tan felices. El resto del día lo hemos pasado asegurándonos que no le pasara nada al huerto y poco más. Aunque amainaron los vientos, la lluvia ha seguido dale que nos pega todo el santo día sin parar. Bueno, nos ha dado tiempo de jugar a ser novios y de bailar con música imaginada. Creo que Munro Sax sabe tocar la gaita; a lo mejor si me enseña y encontramos una… 15 de abril Querida Persona Desconocida, una de las cosas que más me gustaban de Carlos, cuando éramos más pequeños es que siempre comprobaba si estábamos bien. Lo primero que hacía era ir a por mamá, después a papá y luego me ponía la mano en el cuello para comprobar que no me había muerto por la noche. Me vino este pensamiento en la guardia de la madrugada y aunque lo rechacé en ese momento me ha acompañado el resto del día. Me preocupa un poco porque puede ser que mi locura esté a punto de brotar otra vez. Pero no, solo han sido memorias bonitas, como un fantasma. Es curioso, sé que antes de “las muertes” la mayoría de la gente tenía miedo de los muertos. Pero nosotros no; deben ser fantasmas. Y cuando vienen me ayudan y me aman; siempre que no tengan demasiado miedo, como los de la cueva. A mamá y a Carlos le pasa lo mismo y a Heather se lo preguntaré, pero me supongo que es igual. Y es que si tuviéramos miedo de los fantasmas no podríamos sobrevivir con tantos muertos. Bueno, pues, en mi recuerdo Carlos descubrió a un ciervo bebé. Tenía la pata rota y nosotros llevábamos tres días sin comer. Los otros ciervos no estaban cerca y lo lógico hubiera sido cazarlo: carne fresca. Pero Carlos me pidió que le ayudara a curarlo y lo hice. Claro que no sirvió para nada, el cervatillo se resistió, a mí me dio una coz que todavía me duele cuando lo imagino y solo pudimos ponerle una porquería de venda. No lo podíamos llevar a nuestro refugio porque los demás se lo habrían comido así que nos fuimos. Cuando volvimos había pasado lo normal. Solo quedaban huesos, piel y tripas; perros seguramente. Pero ya éramos muy duros entonces y nos tragamos las penas. Al menos fue un bonito acto de bondad, supongo. Sí, sí lo fue, todos los actos de bondad son bonitos y, además, todos vamos a morir así que la bondad es hermosa, dure mucho o poco. 16 de abril Querida Persona Desconocida, me siento muy raro porque parece que me voy a escapar de una crisis y no lo entiendo. Ahora me siento estúpido por haber escrito esa carta sobre lo que me iba a pasar, pero tampoco quiero fingir una crisis de mentira. Uno, no es agradable y dos, la podría convertir en realidad. Eso pienso. Heather se me ha quejado de que estoy todo el día hablando de Carlos. A mí me parece que no, pero debería entenderme, ¿verdad? Era mi hermano y ahora que no sé si lo quiere ser más, se me ocurren un montón de cosas malas que podrían pasarle en esa isla desolada. Además, tiene que ser horrible aguantar a Ángela todo el rato. Esto último se lo comenté a mamá y se rió, pero no le veo la gracia en absoluto. Por lo que te he contado hasta ahora te imaginarás que el día ha sido muy tranquilo, muchas gracias. Incluso nos dio tiempo de salir a cazar carne pequeña; sobre todo erizos. Son fáciles pero rinden poca carne. Lo que me llevó a preguntar a mamá que por qué no vamos ya a secuestrar animales para nuestra granja. Gallinas, por ejemplo, que te dan huevos, u ovejas que dan leche, lana, carne, cuero etcétera. ¡Todo un lujo de posibilidades de comida y supervivencia! Pero no me respondió nada, solo que no se dice secuestrar animales, sino capturarlos. Menuda manera de desviar la atención. 17 de abril Querida Persona Desconocida, hoy también he visto nacer el sol y está empezando a gustarme. A pesar de que todavía hace mucho frío de madrugada y que lo hacemos para que los orcos no nos pillen desprevenidos. Sobre todo ahora que somos menos. La belleza de la naturaleza se impone a mis quejas y tengo que luchar conmigo mismo para no distraerme del espectáculo. Empiezo a acostumbrarme a la vida tranquila y ya llevamos una semana entera. Nuestro récord fue hace cuatro años, cuando papá estaba vivo, y Carlos con nosotros: 32 días exactos y 18 horas aproximadas de felicidad aburrida. Carlos, en aquel entonces me enseñaba todos sus trucos de kayak y de cazar y jugábamos a concursos de la tele del mundo de antes junto a la hoguera. Pero creo que esos tiempos ya no van a volver nunca; porque Carlos no volverá. Para mí que todo lo tenía decidido Andrea hace mucho tiempo. Incluso hoy, hablando con Heather, me dice que seguramente están juntos y solos para hacer cosas sexuales y tener hijos. Yo le dije que no, que son muy jóvenes y todo eso, que no se han casado, etcétera y todas las reglas del ayer. Pero me temo que tiene razón. Son días extraños, o mejor dicho, nuestro mundo es un mundo extraño de supervivencia y nada más. Hemos vuelto a ser animales, como Laika. Eso no es ni bueno ni malo, es lo que es y no puede ser de otra manera. Tenemos que ser animales. De lo contrario un día desapareceríamos; toda la humanidad quiero decir y eso es malo, supongo. 18 de abril Querida Persona Desconocida, se paró la cuenta de los días seguidos de tranquilidad. Hoy, en nuestra guardia vimos otro barco merodeando por nuestra isla. Al final no se acercaron, pero eso no nos da ninguna tranquilidad; quizás solo estaban intentando saber si éramos ricos para comer y ya vendrán otro día para matarnos. Así que tenemos una regla nueva: a partir de ahora siempre vamos a ir con las armas; aunque pesen y los descansos lo haremos en la torre de la abadía para poder vigilar. En esta ocasión sería bueno contar con Carlos y hasta con Andrea y podríamos hacer turnos, pero somos demasiado pocos. Esa es la verdad. 19 de abril Querida Persona Desconocida, hoy sería la fiesta de cumpleaños de Carlos. A lo mejor te parece que me estoy poniendo muy plasta con Carlos, pero es que siendo su cumpleaños me parecería imposible no mencionarlo. Además, supongo que es mejor que me ponga plasta a que haga alguna estupidez. Mamá está muy cansada, lo que en su idioma quiere decir que está muy triste. Y por no disimular me ha confesado que es por mi hermano y nos hemos “medio-abrazado” durante una hora entera, seguramente. Heather y yo también, pero más tarde. El día está pasando tranquilamente; con todo el tiempo que pasamos en la torre y eso, sin poder divertirnos, por culpa de unos orcos fantasmas, que podrían ser gente buena y todo, pero a ver quién se arriesga. 20 de abril Querida Persona Desconocida, otra madrugada de frío inútil, otra tarde lenta de vigía y, en medio, un día de trabajo y sudor. No me estoy quejando… bueno sí, me estoy quejando, aunque sepa que todo esto es necesario y prudente, etcétera. Pero me quejo. También pienso en Carlos y lo que hará en Berra, ¿le estarán hostigando los orcos? Y mamá, si está pensando lo mismo que yo, debe ser terrible lo que está pasando por su corazón. Mañana voy a pedir a mamá dar un paseo con Heather, cuando acabe nuestro turno. Le diré que iremos con las armas, con mucho cuidado y siempre a su vista. Espero que con todas esas condiciones me tendrá que decir que sí. Lo que siento sobre Andrea. Pues imagínate una escopeta ametralladora que disparara balas traladadoras con pimienta y fuego y que apestaran con gases asfixiantes de la Gran Guerra y que le estallaran por alrededor sin darle ni una vez pero… Soy terrible, eso es lo que tengo que decir para descargar la basura de mi alma. ________________ Capítulo 15: Buenos tiempos 21 de abril Querida Persona Desconocida, mamá accedió a mi muy justa y ecuánime solicitud. Así que hemos conseguido ir juntos y hablar de nuestras cosas. Va todo muy bien, no hay planes para nada, que es bonita la primavera y la-la-la-la. La verdad es que nuestra relación es sencilla como la vainilla: estar juntos y jugar. Nota: No me acuerdo a qué sabe la vainilla. Lo que me preocupa es que quizás no seamos novios de verdad; solo niños jugando a ser novios. Es un juego que me gusta pero no me gustaría ser un iluso viviendo en una mentira. En fin, por otro lado, no hay nada que pueda hacer, jugar es lo que hacemos los niños. Si es que todavía lo soy. (Ya queda poco para mi cumpleaños: el 5 de junio) 22 de abril Querida Persona Desconocida, Sargento Mamá ha retirado la alerta amarilla. Lo que quiere decir que haremos menos guardias. Nos queda la de la madrugada hasta que termine el verano (que todavía no ha empezado), pero dejamos la guardia de la tarde. Necesitamos el tiempo para descansar, para imprevistos urgentes de pesca y para ser feliz. Heather me dijo que quería ir a buscar gallinas y animales. Le dije que se lo preguntaremos a Sargento Mamá un buen día, que seguro que todavía está demasiado nerviosa como para dejarnos ir a tamaña aventura. Pero, si te escribo la verdad, no creo que nos deje. Ya somos demasiado pocos, hasta que no vengan Munro Sax y los demás. Entonces será todo más fácil. Yo, es que lo pienso, y es que no podemos descuidar las plantas ahora. Necesitamos la avena para el invierno; no solo las papas. 23 de abril Querida Persona Desconocida, Lo más memorable de este día será la nube de mosquitos que nos persiguió. Pasó así: fuimos todos a la playa donde las focas tomaban el sol. Estábamos esperando el momento perfecto, pero, de pronto, se lanzaron todas al mar. No huían de nosotros, sino de una nube gigante de mini-mosquitos chiquitines super-hambrientos. Para cuando nos dimos cuenta de lo que pasaba estábamos llenos de vampiros. Huimos al mar entre chillidos. El agua estaba llena de demonios de hielo que pensabas que un rayo de frío te atravesaba el corazón. Todos los demás se salieron pero yo me quedé porque quería demostrar que aguantaba, y por los mosquitos. Los demás se salían, los mosquitos les comían un poco y se volvían a meter y otra vez a empezar, así hasta que vino un viento y se llevó a los mosquitos. Acabé tiritando pero muy feliz por haber ganado. Aunque ahora tengo un mote nuevo: foca. 24 de abril Querida Persona Desconocida, Sargento Mamá respondió que no a mi propuesta de ir a buscar gallinas. La conozco tan bien que mi vida no tiene suspense… Pero nos dijo que podríamos ir a por huevos de gaviota en cuantos los pongan; que ya es casi el tiempo. Habrá que ir a la isla de los pájaros, —aquí ya no los ponen—, y venir con la escopeta y matar a alguna para que nos dejen en paz y obtener carne extra. Heather tiene la idea de capturar pollitos vivos pero eso tiene dos problemas: hay que esperar hasta un mes, como poco, mucho más para comerlos y serán un lío de transportar. Seguro que hay una maldición especial del lugar contrario al Cielo sobre robar pollos de gaviota. 25 de abril Querida Persona Desconocida, hace tanto calor que nos hemos podido quitar los zapatos. Así es mejor porque a los míos se le están abriendo un agujero circular y, además, me van demasiado pequeños. Durante el verano tendremos que ir a la tierra principal de Escocia a por zapatos, pero mamá dice que puede hacer nuevos, con ruedas de coche y tela vaquera. Menuda ocurrencia, serían los zapatos más raros de la historia y seguro que me quedan mal. Y no necesito mucho en realidad, con unas “wellis” de goma me conformo, seguro que me durarán dos o tres años, porque he crecido muy despacio y supongo que será igual a partir de ahora. Aunque, bueno, alguna vez tendremos que aprender a hacer todas las cosas, porque el tiempo va comiendo todo lo que se hizo antes de las muertes. Pero no quiero pensar en cosas tristes. Ahora lo que importa es que hemos podido ir en camiseta y pantalones, sin frío. (Menos en la guardia de la madrugada, claro). También hemos quitado el cubrebañeras de neopreno de los kayaks, para que duren más. ¿Qué haremos cuando se rompan del todo? Mamá dice que antiguamente se fabricaban de pieles de foca, pero eso va a hacer muy difícil. ¿Cómo conseguiremos que cierren bien? Dice que si los inuits lo consiguieron nosotros también, y por las mismas razones, necesidad. 26 de abril Querida Persona Desconocida, hemos descubierto un zorro. ¿Cómo ha llegado a aquí? Supongo que siempre estaría, pero ha sido muy escurridizo todo este tiempo. Es una suerte tenerlo aquí. Seguro que es quien ha defendido nuestras cosechas contra los roedores de diversos tipos y no nos ha faltado carne pequeña. Pero no quiero hablar de eso. Lo que quiero es recordar como el zorro se deslizaba tan elegante sobre la playa; hasta que se dio cuenta de nuestra presencia, la de Laika y la mía, y desapareció de nuestra vista. E hizo bien, porque tuve que retener a Laika para que no lo cazara. Estuvo toda una hora a regañadientes conmigo y eso es mucho para un perro; pero como ya dije el zorro defiende nuestra comida y cualquiera que defienda nuestra comida es mi amigo. Y ahora que lo pienso. Es un misterio científico cómo llegaron todos estos animales a estas islas. Los pájaros, fácil: vuelan. ¿Pero los erizos, las musarañas, los ratoncitos y los zorros? No creo que los trajera ningún “highlander” en su boina. ¿Para qué? Te puedes imaginar que alguno viniera de polizón en una barca pequeña, los más pequeños, ¿pero los grandes? 27 de abril Querida Persona Desconocida, sigue el buen tiempo y nuestra rutina. Madrugón, vigilancia, trabajo y divertirse. La diversión no es mucha teniendo en cuenta los pocos que somos y el silencio de todo por aquí, pero aun así nos da tiempo a hacer alguna carrera de kayak; pero tampoco porque soy mucho más rápido que Heather y a mamá no le interesa. Hoy me noté una cosa rara en la frente y era un chorro de sudor. No me acuerdo de cuándo es la última vez que me había pasado. Seguro que hace, como mínimo 20 ó 22 grados; una vida tropical. Si esto sigue así va a hacer un verano muy cálido; lo que estaría estupendo para usar la playa como en los extraños países del sur. (España me parece otro planeta). Me pongo a leer libros de los científicos pero son un desafío. A veces no entiendo nada y otras veces me estalla la cabeza. Como hoy. Lo más difícil o divertido de hoy fue un artículo de física, el efecto Casimir, que dice que hasta la nada, cuando has quitado todo tiene energía. Puedes chupar hasta el último aire, buscar con un súper-microscopio la última partícula y quitarla, pero aun así surgirán cosas. (aunque se desintegran nada más surgir). Lo repito: la nada, la nada, nada, el vacío tiene energía. O sea que el 0 no existe en la realidad. Es como una magia que saca dos partículas de la nada durante nada de tiempo y se aniquilan mutuamente. Y luego vuelta a empezar; sin que pueda haber fin, aunque todo el universo se destruya. Siempre quedará la energía del mismo espacio. ¿Será la energía de Dios? No. Creo que me estoy poniendo romántico. Es solo energía, como el calor y esas cosas. Nada más. (No es mágico sino maravilloso. Si lo piensas la realidad es mejor que la magia.) ________________ Capítulo 16: La más pequeña de las lágrimas 28 de abril Querida Persona Desconocida, ha vuelto el barco merodeador y esta vez lanzaron una botella al agua con un mensaje. Claro que no salimos a recogerla hasta que se marcharon: no somos tan estúpidos. Ahora que lo pienso hubiera sido mejor dejar que se hundiera para siempre. Pero Heather la sacó a mediodía, la leyó y desde entonces estamos tragando saliva. Decía: “kill thyselves, please”. (O sea, “suicidaos, por favor”… ¿serán malvados? Y nada más. O son unos sicópatas galantes, unos orcos bromistas o unos profetas de la muerte bella. Los dos primeros sabes lo que son. El tercero eran unos que había antes, durante las muertes, que decían que debías buscar una muerte artística. Por ejemplo, buscabas un cuadro que te gustara. Ponías tu habitación como el cuadro y morías haciendo de uno de los personajes del cuadro. Tuvieron millones (o un montón) de seguidores con nombres como “Dead crows”, “Night goblins”, “Far beyond the mist”, “Wee tears” y demás, pero casi nadie se suicidaba. La mayoría se conformaba con adornar el cuarto donde iban a morir por alguna de las enfermedades y ponían el vídeo en directo en Internet para que todos vieran su “agonía y último suspiro” y lo etiquetaban en plan “#agony #lastbreath #deathart”. Pero nunca quedaba bonito. Lo sé porque yo los veía; — aunque era ilegal, casi todo el mundo los veía al principio. Y después nos cortaron Internet. Y me sentí horrible porque pensé que era por mi culpa. Pero no, es que ya quedaba tan poca gente que todo se estropeaba. ¿Por qué tengo que recordar esas cosas horribles? ¡Por qué me lo hago? 29 de abril Querida Persona Desconocida, seguimos nerviosos. Ayer dejamos la botella en el mismo sitio; por si vuelven a comprobar de lejos; pero me parece una preocupación absurda. Con todo el tinglado que tenemos en la playa para pescar y que necesitamos para vivir tienen que saber que hay gente aquí. Lo bueno es que no pueden saber cuántos somos. Proverbio de Sun-Tzu: “Si eres débil parece fuerte”. ¿Alguna idea para conseguirlo? 30 de abril Querida Persona Desconocida, Sargento Mamá nos convocó, justo después de la guardia del amanecer. –No han de ser orcos, —nos dijo. —Si lo fueran nunca nos hubieran avisado. Bueno, dijo más o menos eso, pero en inglés; ahora que no están ni Carlos ni Andrea estamos volviendo a hablar en inglés porque es más fácil para Heather y, además, cuando vengan los otros ya no habrá más remedio, así que nos sirve de práctica. Sargento Mamá, que se había callado un rato, nos miró, tragó saliva y dijo. —Es malo. No podremos negociar ni asustarles. Quieren matarnos, no van a hacer otra cosa hasta que lo consigan o los matemos primero. Sabéis que no podemos huir. Ni ganas teníamos, ninguna. Justo cuando habían llegado tiempos felices. —¿Queréis luchar contra ellos en el barco? Y me quedé blanco y Heather también. Un tercio de mi mente: batalla pirata. Otro tercio: día horrible de muerte. El tercio loco de mi mente: me van a comer despacio, vivo y me imaginaba la escena atado a una barbacoa, a medio comer. Soy el héroe cobarde. No pude responder con la lengua. Dije que sí con la cabeza y Heather me apretó la mano, lo que no supe que significaba, salvo que estaría conmigo. Hoy por la noche aparejamos el barco, con todas las armas y protecciones. Mañana vamos a por los malos. Va en serio. No vamos a preguntarles nada, porque sé que Sargento Mamá no se equivoca. Nunca se equivoca cuando decide cosas como esta. Guerra, guerra, guerra. (Si este diario termina hoy, sé feliz querida persona desconocida, tu felicidad no tiene que sufrir por mi muerte, que no soy nadie importante) 1 de mayo Querida Persona Desconocida, Había un deseo de muerte, como había predicho mamá, aunque mamá se equivocó porque no nos querían matar a nosotros. Lo cual es mejor; para nosotros. Me explico: nos encontramos el barco merodeador a la deriva y a una psicópata muerta. Su barco tenía un nombre muy revelador: “The Weest Tear”, o en Español “La más pequeñita de las lágrimas” o algo parecido. Resultó que era una mujer mayor, por lo menos cincuenta años viejos, una seguidora de la muerte bella. Ahora mamá piensa que nos estaba provocando a una pelea. Algunos de los seguidores de la muerte bella opinaban que lo mejor era morir en combate y hasta organizaban duelos y todo. No me había acordado antes porque para mí eran un grupo separado y además fueron de los primeros en morir. Y recuerdo ahora cosas horribles de ellos, que no te quiero contar. Por eso no los quería recordar, supongo. La memoria es un asco, la memoria de las cosas malas. No sé que nos pasa a las personas que nos obsesionamos tanto con las cosas malas que les pasan a otros que hasta queremos que nos pasen a nosotros. A lo mejor no me entiendes porque a ti no te ha pasado nunca. A ver cómo me ha pasado a mí: veo a alguien con dolor y me da pena y pienso, ¿podría resistirlo? Y entonces me imagino que me pasa y veo cómo puedo resistirlo y me imagino las cosas buenas que te pasarían como que te den amor cuando estás enfermo y luego me gustaría probarlo por ver si en realidad soy capaz. (aunque en realidad solo lo deseo débilmente, ni lo digo, ni lo busco, porque da mucho miedo). Esa es una razón. Además hay otra: porque tengo pena acabo teniendo cariño a esa persona y un poquito quiero ser esa persona. A mí me parece que, a lo mejor, eso es lo que le podía pasar por la mente a esa mujer. Pero es una estupidez, es equivocarse de sentimientos, y bueno, una locura, al fin y al cabo. Lo escribo ahora especialmente porque ya la hemos enterrado y, como presidí la ceremonia, se me volvieron muchos otros entierros. Todos fueron malos. Hasta los que hicimos aburridos y los que hicimos riendo. Pero era una risa gris, no fingida, sino un muro para hacernos fuertes mientras se caía el mundo. Es lo que pasa cuando juegas con tu amigo y después se cae muerto. A veces me pregunto por nuestras reacciones ante la muerte, cuando lo que pasa es que no podemos morir, pero vemos morir a todos los demás. Lo de que no podemos morir lo puse sin pensar, supongo que hay algo dentro de mí que dice que estoy exceptuado de la muerte, que dice que… da igual lo que diga, son mentiras y, al final, no importa; no tiene nada que ver con lo que quiero decir. Es que ya no sé cuál es el modo correcto de emocionarme cuando alguien se muere. Sobre todo si es alguien que no conozco. Pero hoy he estado llorando, por la psicópata muerta y los demás. O quizás no. He vuelto a tener otras de mis ataques que llorar sin darme cuenta. Además me ha temblado todo el cuerpo. Pero ya estoy bien. Una última cosa: le he pedido a mamá y a Heather ser sacerdote. Me han dicho que sí. Estoy muy cansado. 2 de mayo Querida Persona Desconocida, este era un día importante en España por una guerra antigua que hubo contra los franceses. O los franceses contra nosotros, mejor dicho, porque atacaron ellos. Lo escribo para que no se me olvide, aunque no sé para qué recuerdo estas cosas. Lo que dije ayer de ser cura, aunque estaba bajo los efectos del estrés y del cansancio, no lo dije de mentira. Hoy, después de la guardia del amanecer, que seguimos haciéndola, y después de trabajar recé “Evensong” con Heather. Es bueno volver a estar en la paz de Dios y es muy fácil aquí, que es una abadía verdadera con una capilla real, aunque yo sea un sacerdote de mentira. Bueno, soy un niño, tengo derecho a jugar y espero que Dios lo comprenda; aunque rezo de verdad. Veré la bondad del Señor en la tierra de los vivos. Esto es de lo que rezamos hoy; solo que traducido por mí. Bueno, rezamos otras muchas cosas, pero eso fue lo que se me quedó. Lo repito: creo que veré la bondad del Señor en la tierra de los vivos. De hecho ya la he visto muchos días de mi vida (esto ya es personal). Aunque la mayoría de los días, o por lo menos muchos, hayan sido de tristezas. Pero espero una bondad mayor, una gran victoria de la bondad y todo lo bueno. Y por eso vamos a plantar flores en las tumbas de esta isla. 3 de mayo Querida Persona Desconocida, este día también era de fiesta en España, pero solo en la isla de mi madre. Y se ponían flores en las cruces. Según mamá porque es tradición y ya está. Aunque quisiera ir con mi hermano ahora no puedo. No sé por qué ese pensamiento me ha interrumpido. Es por el mar y una barrera invisible que hay entre los dos. Bueno, sigo con lo que quería decir antes. Nosotros hemos adornado nuestras cruces con las poquitas flores que habían abierto, pero sobre todo con hierbas y ramas. Además hemos hecho lo que dije ayer: trasplantar flores a donde tenemos las tumbas, empezando por Allan. Heather lo agradeció con besos. Espero algún día descubrir la razón de esta tradición; de momento mi teoría es que tiene que ver con que Jesús se salvó de la muerte. Es la nueva vida que brota de la muerte; un símbolo muy obvio, pero que me parece muy difícil de creer porque nadie más lo ha hecho. Opciones: o es Dios, o todo es falso. Todo. 4 de mayo Querida Persona Desconocida, nuestra oración, —la de los tres porque mamá se nos ha unido—, se está haciendo más “céltica”. Es por el libro de dónde las saco: “Celtic Prayers”, o sea “Oraciones Celtas”, obvio. Y me gustan, mucho. Dicen cosas, traducidas, como “bendice esta casa y a todos lo que aquí descansen”. Así nos fuimos a dormir anoche y, —como estábamos en romanticismo espiritual—, lo hicimos en la misma capilla, con tres colchones sobre el suelo. Pero esta mañana, lo mismo de siempre: guardia del amanecer y, después, trabajo y después cosas sencillas, demasiadas para contarlas. También hemos vuelto a estudiar, cosas para la supervivencia. Sobre todo queremos una vida normal, lo más aburrida posible y cuando llegue el verano y los demás, tengamos una buena cosecha y el año siguiente sea mejor. Y el otro, y el otro. No es tan mal sueño. 5 de mayo Querida Persona Desconocida, según mamá también este día era fiesta en un país llamado México. Muy lejano y muy feliz. El país del chocolate y la vainilla y otras cosas de los cuentos de hadas. Solo que era real. Sería un sueño ir a allí, o a cualquier otra parte. ¿Habrá allí también supervivientes? Puede, pero seguro que no piensan en nuestras pequeñas islas de Escocia. No es nada personal, somos insignificantes. Otro día felizmente aburrido y soso, muchas gracias. Por la noche me pasó lo de Samuel. Lo de la historia de la Biblia, que Samuel, el niño sacerdote del Santuario, está dormido y escucha, “Samuel, Samuel”, y piensa que le llama su jefe, Eli, Y va a su jefe, pero este le dice que no le ha llamado. (Tuvo que ser muy molesto para Eli.). Hasta que le dice a Samuel que es Dios quien le llama y que diga “Speak, Lord, that your servant is listening” (Habla, Señor, que tu siervo escucha) . Pues yo he soñado con lo mismo. Solo que en mi sueño yo sabía que era Dios. Y le dije “Speak, Lord, that your servant is listening” y no me dijo nada, pero caminé a la ventana y vi una aurora boreal preciosa. Muy extraño en esta época del año. (Pero si era un sueño… ) 6 de mayo Querida Persona Desconocida, tenemos calor de la mañana hasta esta hora. Y me estoy preocupando porque sigue así los mosquitos van a llegar a millones, junto con los “midges” y las bonitas moscas de caballo, que dan mordiscos de caballo. Si no sabes los que son los “midges” y las moscas de caballo es que tienes mucha suerte. Para resumir diré, y digo toda la verdad, que hemos hecho una oración para que llueva. De lo contrario la única solución es cerrar toda la casa y ahumarnos como pescados. El único es lo único que aleja a esos monstruitos asesinos. 7 de mayo Querida Persona Desconocida, nuestras oraciones han dado resultado. Ha vuelto el clima normal de lluvia. Pero mamá y Heather hicieron una cosa mala. Me dieron las gracias a mí, cuando se las debieron dar a Dios, el Señor de los ejércitos de los cielos. Como si yo fuera un mago. No lo soy. Rezar no es magia. No sé cuántas veces tendré que repetirlo. Paciencia, Dios mío, paciencia… Como se ha acabado esta “precuela” del verano, nos vendrán ahora de una a tres semanas de lluvia fina y escocesa con su trocito de sol en medio y nuestras plantas crecerán como deben ser y después las comeremos y todos seremos felices. Menos los mosquitos, los “midges” y las moscas de caballo que tendrán que esperar un poco más para fastidiarnos la vida. 8 de mayo Querida Persona Desconocida, Laika está tristona. Vino conmigo a la guardia del amanecer normal, un poco dormida, pero después de eso la noté rara. Como triste. ¿Querrá tener un novio? Si es eso podríamos escaparnos en mi kayak y buscar uno. Pero es demasiada aventura para hacerla sin conocer seguro sus deseos. Podría estar enferma; aunque sería su prima vez desde que la conozca. Se lo pregunté a mamá y me dijo que se está haciendo vieja, “como ella”. Lo dijo de una forma tan triste que creo que lo pasa es que hay un virus de la tristeza. A veces nos pasa eso a pesar de todos nuestros deseos de felicidad. Normal: la lluvia, la oscuridad y el frío son la realidad; los días de sol una fantasía. 9 de mayo Querida Persona Desconocida, pues ha vuelto la fantasía, los días de pies descalzos y la felicidad de Laika. Es decir que el día es muy bonito y los pequeños vampiros están afilándose las bocas o lo que usen para picarnos. Ya estamos recopilando caca de ganso. La echas al fuego y genera un montón de humo que aleja a todos los insectos. (O por lo menos los que no queremos). En el mundo de ayer había toda clase de ahuyentadores y redecillas; pero hoy solo queda la caca de ganso. Entenderás que nunca los hemos cazado salvo en la más desesperada de las situaciones. Día de rutina, completo con guardia del amanecer, trabajo, estudio y oración (¿somos monjes?) Cuánto me gustaría que fuera así durante mucho, mucho tiempo. 10 de mayo Querida Persona Desconocida, todo es lo mismo. Ya casi no llueve; solo dos o tres horas, como mucho. Demasiado poco para Escocia. Temo que nos estemos volviendo ingleses. Es una broma claro; Escocia o Inglaterra ya no significan nada y apuesto que tampoco ninguno de los otros países del mundo. Es como la canción de “Imagine… no countries” pues ya no hay países ni naciones pero no es tan bonito como la canción sugería. Claro que, para ser justos, la canción iba de que el mundo se uniera y no que se destruyera en la paz de los cementerios. (Que significa que como están muertos no puede pelearse). Sobre la charca Una araña cuelga ¡Ay!, ¡chop!, glu, glu, glu 11 de mayo Querida Persona Desconocida, por fin hay una novedad que merezca contarse. Nos hemos atrevido a bañarnos en el mar. Empezó sin querer, porque se me cayó un palo que uso para desenredar las redes al agua. (Bueno, no las redes en sí, eso sería estúpido y muy trabajoso sin o las cuerdas que sostienen las redes en su sitio). Y me estiré a cogerlo desde mi kayak y me mojé la cara sin conseguir pillarlo, pero me di cuenta de que soportaba el frío y me tiré al mar. Laika me vio desde la playa y fue a por mí, pensando que estaba en apuros y Heather y mamá detrás. Y esa es mi versión oficial que es la única verdadera. No es que se me volcara el kayak ni nada. Después de eso estuvimos jugando media hora dentro del agua. (Sin contar el tiempo de sacar el kayak a la playa y achicarlo, etcétera). Casi ha sido un día de vacaciones. 12 de mayo Querida Persona Desconocida, si hubiera venido mi hermano podría haberle preguntado cómo le va, o si está vivo o muerto. En mi pensamiento debería estar bastante bien; ya tendrán su tinglado de pesca montado, recogerán algas y ya estarán plantando su huerto, o pillando zanahorias que haya crecido salvajes, etcétera. En realidad si tuviera que ser pesimista lo diría que para el próximo invierno es cuando la cosa se le puede poner muy malita. Sobre todo si les nace un bebé. Pero también eso tiene solución si vuelven con nosotros; aunque seguro que eso no les gustaría nada. Sería como perder. En cuanto a hoy lo único interesante son los mosquitos que nos han visitado durante la madrugada. Nada demasiado malo, he contado solo 16 picadas sobre mi piel y ninguna en ninguna zona dolorosa. Capítulo 17: Adiós 13 de mayo Querida Persona Desconocida, puede que dentro de poco te quiera decir adiós, querida persona desconocida porque mi diario se está terminando. Lo siento en mi espíritu, en mi corazón y en que se me acaba el papel. Por eso verás que mi letra es cada vez más apretada y uso más abreviaturas. Bueno, está lo de Heather, que se cayó en la trampa mortal de algas resbaladizas sobre piedras endurecidas y se hizo sangre por todo el brazo, pero sin romperse nada, así que es afortunado pero poco interesante. Las plantas van muy bien, la pesca mejor y las algas se han vuelto locas a crecer. Creo que si no estuviéramos nosotros se tragarían toda la isla y la arrastrarían al mar. ¿Te lo imaginas? 14 de mayo Querida Persona Desconocida, tenía pensado contarte un recuerdo viejo para aderezar este día aburrido, pero la tarde nos trajo una gran novedad. Mungo y Rob Sax, han venido en un bote de remos y nos han contado que quieren venir pronto. “Omnia Paratus”, dijo Mungo, que por lo visto quiere decir OK en Latín, un idioma muerto antes de las muertes. Eso, o todo está preparado, no lo recuerdo muy bien. Su idea era que fuéramos a recogerlos mañana y la idea es de mamá es que esperen una semana. Dice que no podemos ir justo ahora, que estamos ocupados con la cosecha; hasta recogiendo avena salvaje de la costa adyacente. Así que mañana se van y nos esperan. Por cierto mamá no nos había dicho nada de ir por las islas a cosechar avena salvaje. Además de que es un poco pronto para la avena; así que podría ser una excusa pelusa. Ahora se lo pregunto, en español, por si nos están escuchando. 15 de mayo Querida Persona Desconocida, a primera hora, poco después de la guardia del amanecer, los dos Sax se volvieron a su casa en su bote de remos. Lo tienen bien preparado con una lona tensada que sirve de refugio por si llueve o el mar está malo. Pero no me gusta en realidad: solo gana a un kayak en estabilidad y capacidad de carga y sí, puedes ponerle una pequeña vela cangreja como hacen ellos pero eso es indudablemente una ventaja injusta y poco deportiva. Además nunca será tan divertido. Me puse a rezar por ellos pero Heather me tiró de la manga y me dijo que me pusiera a trabajar. Solo me dio tiempo a rezar por su salvación y no para que se dieran cuenta de lo equivocados que estaban al haber elegido ese barquichuelo del demonio. Un bote de remos, ¡qué pringados! El kayak es mejor. 16 de mayo Querida Persona Desconocida, hoy fuimos a la isla de Barvas en el barco de vela. Antes de las muertes ahí había un pintor raro, excéntrico hubieran dicho entonces, obsesionado con la avena. Se fue a esa isla que había estado deshabitada desde 1923 —eso dice mamá— y se puso a cultivarla. Blanca, roja, de primavera, de invierno, hasta de verano, si es que existe. Convirtió toda la isla en un campo de avena y las autoridades de las Highlands en Inverness lo quisieron echar pero se salvó con una campaña en “Mienternet” (como Sargento Mamá llamaba a Internet cuando descubría bulos o calumnias). A mamá no le gustaba nada la idea del pintor loco porque destruía la naturaleza, y estaba de acuerdo con las autoridades. Pero ahora nos ha venido bien, por toda la avena salvaje que encontramos creciendo en la isla. Y también le ha venido bien a los pájaros, así que en realidad no hemos cosechado tanto. Ha habido que trabajar mucho, sin embargo. Estoy reventado de los huesos y hasta estoy perdiendo las ganas de escribir nada más. Este Guille se va a hacer zzzzzzzz… antes de escribir el punto final 17 de mayo Querida Persona Desconocida, anoche tuve un sueño de lo más raro. El pintor de Barvas se me apareció como un fantasma. Yo, en el sueño, me había despertado y estaba vestido tal como duermo en el saco. Y Heather estaba conmigo, también en ropa pequeña. Y el pintor loco estaba pintando semillas en la tierra; las cubría, les echaba agua y mágicamente brotaban. Y entonces nos vio y nos dijo —Hola queridos fantasmas. ¿Queréis café de avena? —No somos fantasmas, le respondió Heather —y el café se hace con café, no con avena. —Sí que sois fantasmas, porque yo estoy muerto y los vivos solo entran en la tierra de los muertos como fantasmas. Miraos los pies. Los miramos y estábamos flotando a una pulgada del suelo, descalzos, como todo buen fantasma. Menos Fantasma Papá. Fantasma Papá siempre viene con Alba y Scotia, sus botas favoritas. Incluso le enterramos con ellas puestas, una excepción a la regla sagrada de mamá. —Y en cuanto al café, —nos siguió diciendo—, solo hay que tostar la avena, molerla y hacerse un café, como se haría un café normal. Pasamos un poco de susto por estar flotando en el aire. Pero cuando se nos pasó nos pusimos a volar dando volteretas entre la niebla hasta que nos cansamos. Entonces volvimos con el pintor muerto a aceptar su invitación para el café. Nos sentamos sin llegar a tocar el suelo y cuando terminamos el café nos riñó. —Por esto los niños no deben convertirse en fantasmas. Asustaríais a todo el infierno. —¡Infierno! El reputado artista dijo una palabrota. Porque en inglés infierno, o sea “h#ll”, es una palabrota; si es que eres un buen cristiano, claro. —Menos mal que aquí no hay ningún muerto más que yo. —Pero mamá me dijo que te habías ido al continente durante las muertes. —Eso se lo dijo Heather, (yo estaba indignado por la palabrota), y por mamá se refería a mi madre (es un sueño, no todo tiene que ser lógico, ni verdadero). —Pues se equivoca. Tenía razón en que no debía haberme cargado la pequeña naturaleza de esta isla. Pero aquí estoy muerto, con todos estos amigos. Y se subieron a él fantasmas de erizos, de musarañas, de mosquitos gigantes (son buenos, no pican) y de toda clase de bichos. —Todos estos los maté yo por cultivar avena. Pero no me guardan rencor, no saben odiar porque no son humanos, así que somos felices. Cuando me desperté Heather no recordaba nada y mamá no quiso buscar al muerto por mucho que le insistí. Y eso que insistí con insistencia. (Insistí con insistencia, que obvio y redundante soy; sin parar). Empecé en la guardia del amanecer, seguí en el desayuno, también cuando recogíamos más avena y no me cansé hasta el almuerzo. Entonces Sargento Mamá me dijo. —Tu fantasma no quería que le buscaran. Lo único que quería es que no plantáramos más avena. —Es verdad. Aunque no es mi fantasma; es libre. —Pues no lo buscaremos porque no necesitamos más cadáveres. Pero sí plantaremos avena, que hace falta. El daño ya está hecho, ahora hay naturaleza por todos lados y sobre todo y más importante, ahora necesitamos comer. —Después de eso recogimos todos y volvimos a nuestra isla. 18 de mayo Querida Persona Desconocida, otra madrugada perdida en la guardia del amanecer. Mamá dice que lo mejor que nos puede pasar es que “malgastemos las madrugadas”. Pensándolo tiene razón; porque eso significa paz. Pero sintiéndolo, me siento como un tonto derrochador. Por la tarde hemos ido a hacer el mantenimiento del búnker. Nada raro, pero, “hay una trampa”. Mamá nos dijo que no le contáramos lo del búnker a ninguno de los Sax cuando vengan; ni ahora ni nunca, hasta que nos diera permiso. Por si resultaban gente mala y tener un sitio donde refugiarnos. Bueno, 1. No sé si servirá para algo (nos podrían matar de noche). 2. Espero que nunca tengamos que usarlo. 3. Aunque ganáramos, ¿tendríamos que matarlos? ¿serviría de algo vivir después de eso? Lo que quiero decir con la última frase es que si la humanidad es mala a lo mejor sería mejor que nos extinguiéramos. No sé, es un pensamiento deprimente, fruto del miedo. “Weird”. Es como un cuento que me contaron. Decía el maestro Feliz que Noé fue el salvador de la humanidad porque obedeció al Señor, pero el maestro Triste decía que hubiera sido mejor que no hubiera obedecido al Señor. Así se hubiera acabado la humanidad y también el mal en el mundo. Un solo pecado hubiera evitado muchos pecados, un mal hubiera abortado muchos males. Pero el maestro Feliz respondió que eso era una tontería, porque ese pecado también hubiera matado todo el bien que se ha hecho. Noé vivió para el bien, que el bien es la salud de la vida y el mal, una enfermedad, como las muertes. Ni Laika, ni Heather ni yo hemos jugado hoy, ni hemos hecho nada salvo descansar junto al fuego a las primeras de la noche. Todos tenemos aire pensativo; —será por las palabras de mamá. Justo cuando la vida se hace más feliz crecen nuestros miedos. En fin, miedo feliz. Ahora, cuando escribo esto, mamá está sirviendo estofado de carne pequeña y Heather le está leyendo a Laika un libro de poesías. Lee fatal, pero a Laika le gusta tanto su voz como a mí. Disfrutamos. 19 de mayo Querida Persona Desconocida, mamá todavía está dudando de si ponemos rumbo a Ristol o no. Lo que me parece es que no podemos irnos todavía sin acabar de prepararlo todo y ocultar nuestras cosas de la vista de los orcos. Pero mamá no escucha a mis preocupaciones y hasta Heather me dice que no nos dará tiempo; que deje de ser un “worry-borry”. (Que supongo que es algo que se inventó algún amigo de ella y que suena como “preocupaburrido”). Vale. Nueva palabra: Preocupaburrido Definición: Se dice de aquella persona que se preocupa tanto antes de emprender nada nuevo que nunca intenta nada. Ejemplo: Guille. Frase: Guille es un “preocupaburrido” por que no se decide a ir a Ristol hasta que la isla sea una fortaleza infernal donde nadie pueda entrar nunca más y tengamos cañones gigantes controlados por robots asesinos con radares, cámaras de visión nocturna y rayos láser verde-azulados. (O algo igual de mortal) Traducción al inglés: “worry-borry”. Mejor pronunciar con acento escocés fingido, “arrastrrando” las erres. Luego le pregunté si mamá era también una “worry-borry” y me dijo que no, porque mamá “wish-wiser” (¿Deseadora-sabia?, ¿Deseadora de sabiduría? En fin, cosas de Heather). También que Sargento Mamá tenía más experiencia que yo y que si ella se preocupaba por algo era una preocupación real. Y yo no me enfadé con ella porque… por alguna razón inconsciente. O porque la quiero, que viene a ser lo mismo. Y bueno, después me hizo reír con una broma que no voy a contar. Pensarías que estamos locos. Supongo que es el sol, con su tiempo estupendo que nos ayuda a ser felices y a que ningún mal parezca real. Si hiciéramos una encuesta entre los tres y nos preguntaran si considerábamos más real Narnia o lo que vemos, diríamos que Narnia. Aunque en realidad en Narnia también pasen cosas malas y en nuestras aventuras, ¿reales? también pasan cosas buenas. 20 de mayo Querida Persona Desconocida, después de muchas dudas y preocupaciones salimos todos en “Canciones de Verano” a Ristol. No tenía mucho sentido dejar una persona o una perra sola e indefensa en la isla, y el barco con una tripulación insuficiente. Por lo menos ese ha sido el pensamiento final. El viento ha sido fuerte, o sea que menos mal que fuimos todos. A veces en verano te confías y crees que todo seguirá siendo feliz pero en realidad el mar siempre sorprende. Así que, aunque no te lo creas, casi nos la pegamos de proa contra las rocas de la isla. Hubiera sido una forma muy mortal de morir. (Qué frase tan mala me ha salido). Pero al final no pasó nada pues Heather, que iba al timón, pudo esquivar el choque en el último momento, en plan película de acción. ¡Es mi heroína! Así que todo salió bien. Salvo para mí, que me pegué un porrazo en la cabeza, como un niño chico. Se cayeron un montón de cosas, nos barrió una ola y se nos cagó una gaviota encima. Entonces nos ponemos a reír y a cantar y a excitarnos y yo con sangre en la frente, como un héroe de la guerra. (Ya, bueno, :P ) 21 de mayo Querida Persona Desconocida, cuando llegamos a Ristol todos me preguntaron por lo de mi vendaje. Y claro, yo no quería decir que había sido por culpa de Heather, que tampoco lo fue porque salvó el barco en realidad. Así que les conté que había sido una “gavifoca” porque se me trabó la lengua de mentir, y a Heather le entró la risa y lo confesó todo. Todos se rieron. Pero pasé una noche muy rara porque se empeñaron en vigilarme. Así que tuve a cuatro adultos desconocidos despiertos haciendo turnos al lado de mi cama por si me moría o algo. Tuve que jugar a dormir para conseguir dormirme de verdad. (Mi viejo truco). 22 de mayo Querida Persona Desconocida, hemos tenido un montón de trabajo embarcándolo todo, sobre todo las reservas de avena, otras cosas de comer y herramientas y armas de nuestros nuevos vecinos. Los Sax. Mañana vamos a tener una pequeña fiesta que yo creo que resultará triste; porque los de Ristol se dividen en dos grupos. Tiene que ser así, se decidió hace mucho tiempo y su isla no da para más. Pero aun así debe ser triste para ellos. Para nosotros será muy feliz. Ya no nos sentiremos tan indefensos como antes ni tendremos que estar todos de guardia todos los días. Creo que todo va a ir de mejor a mejor. Y si va mal nos burlaremos de las cosas malas. ¡Adelante! En plan heroico. 23 de mayo Querida Persona Desconocida, por la mañana parecía que todo estaba preparado hasta que aparecieron las pequeñas cosas que los Sax, los niños, querían llevarse. Una roca, un trozo de estrella de mar, un coche de plástico arrojado por la marea y cachivaches que ni siquiera habían guardado antes; pero que tuvieron que elegir justo ese momento para recoger. Para mi quiere decir que en realidad no querían irse de Ristol y de sus antiguos amigos. Pero no hay más salida: el suelo de la isla no da para más gente. Me pregunto qué pasará cuando tengamos hijos propios y luego nietos. Supongo que tendrán que ir a otras islas o al continente. Espero que para entonces los orcos ya se hayan muerto para siempre. Total, que al final salimos un poco tarde con todos los niños remoloneando. El viento tampoco nos ayudó mucho; muy fuerte, pero siempre en la dirección contraria y bufando entre las rocas. Y Ros, la niña pequeña, dijo “¡gigantes!”, pero no eran gigantes, solo su imaginación. Aun así, antes de que nos diéramos cuenta, estábamos todos jugando a Jasón y los Argonautas. Yo era Jasón y el resto los demás héroes. Nuestro barco se convirtió en una galera, la gloriosa Argo (argonauta = Marineros del Argo; astronauta = Marineros de los astros, como estrellas, etcétera); las islas en las costas del Mar Negro y por todos sitios aparecían monstruos y tesoros que conquistábamos con las artimañas más absurdas. Y tras matar al Rey dragón conseguimos el vellocino de oro, que nadie sabe lo que es, pero siendo de oro tiene que ser un gran tesoro. Y todo eso en medio de la realidad, mientras los adultos ajustaban las velas, quitaban cosas de cubierta, etcétera. Mamá se quejó mucho de que no ayudábamos. Y tenía razón. Nos dejamos llevar. Pero al final del día llegamos a Mahwrpool y ya todo está bien. Los Sax van a ocupar dos habitaciones libres de la abadía y ya están todos en el salón, dejándose dormir. 24 de mayo Querida Persona Desconocida, empieza una nueva época de nuestra vida. El primer cambio ha sido que no he tenido que hacer la guardia del amanecer. Desde hoy hacemos turnos y no me ha tocado; así que me he despertado con menos sueño y más feliz que los otros días. El segundo es que el trabajo sale más rápido ahora que somos más; aunque en compensación estamos ampliando el huerto y ya hablan de ir dejando más nasas alrededor de la isla; así tendremos más comida. Tercer cambio: nuestra escuela parece más una escuela de verdad, ahora que estoy de maestro de los niños pequeños. Ha sido más fácil de lo que pensaba; —espero que seguirá siendo así todo el tiempo. Cuarto cambio: hay más ruido, con todas las personas corriendo por la isla. Supongo que será así por lo menos mientras dure el verano, el invierno siempre apacigua los ánimos, pero nunca tanto como el del año pasado. Quinto cambio, el que nadie se ha dado cuenta. Ahora hay dos adultos y ya no es seguro que mande mamá. Yo espero que el señor Mungo se dé cuenta de que mamá sabe perfectamente lo que hay que hacer aquí y no se ponga en plan machote a hacerse el listo y el fuerte. De lo contrario lo pasaremos mal por su culpa. Pero no quiero pensar cosas malas. A lo mejor, con el tiempo se gustan y hasta se hacen novios y se casan. Nah!, no creo. Todos estamos felices. Me imagino que echaremos de menos a los demás de Ristol mañana. Muchas veces las cosas pasan así. El primer día son demasiadas novedades y la excitación te puede. Además tenía que ser así, era verdaderamente inevitable. 25 de mayo Querida Persona Desconocida, algo se ha quedado igual que antes. Un rato, cuando me quedé solo con Laika, me puse a llorar. Cuando noté lo que pasaba estaba descalzo sobre el blando terreno del páramo, pero sin pasar frío, porque mi amiga me arropó todo el tiempo. No sé por qué me pasa ahora. No debería. Todo está bien, ¿por qué no me curo de mis locuras? 26 de mayo Querida Persona Desconocida, quizás tenga que aprender a ser quién soy. No sé cómo explicártelo y… bueno creo que voy a terminar este diario cuando sea mi cumpleaños. Te explico por qué, qué eso sí sé como explicarlo. A ver, a mi entender un diario se termina por la siguientes causas: a) te mueres, b) te pones tan malo que ya no puedes escribir, c) se te acaba el papel y d) te aburres. Bueno pues es un poquito por la c) porque he dibujado demasiadas tonterías en mi cuaderno últimamente. Pero eso no sería una razón de verdad porque puedo borrarlas. Y la de aburrirse, no sé, tampoco es eso. ¡Vaya, pues estaba equivocado, tampoco estoy seguro de explicarlo muy bien! Soy tonto. Pensándolo, creo que ya he terminado este diario porque nuestra vida ha cambiado tanto. Es porque ahora tenemos amigos. Ya sabemos que no somos la última gente buena que queda sin contar a fantasma papá y a los otros fantasmas. Eso es muy importante. Si fuera un libro podría decir, “y el héroe consiguió la paz que quería, etcétera, Fin”. Bueno, no es cien por cien verdad porque aún quiero otras cosas como ponerme a llorar sin darme cuenta, ser más alto, más fuerte, más listo, más todas las cosas buenas. Y que todo el mundo estuviera feliz. Pero hasta esos deseos son buena señal porque al principio solo quería no morirme. La historia que empezamos ya está terminada. Ahora nuestra vida va menos de supervivencia y más de ser felices. Sé que no tenemos que tener tanto miedo al invierno ni a los orcos porque ahora tenemos amigos y nos podemos ayudar. Quizás haya una nueva historia, pero tendría que ser de hacerse mayor y reconstruir el mundo empezando por estas islas. Ya no podemos volver nunca al mundo de ayer, es una pena. A lo mejor nuestros nietos o bisnietos lo consiguen si tenemos muchos niños y ellos tienen muchos niños y lo hacen todo bien, etcétera. Pero nosotros no, nosotros haremos lo que podamos, y esperemos que sea suficiente aventura. 27 de mayo Querida Persona Desconocida, no te sientas triste. Es que si has leído hasta aquí es porque te gusta este diario y a lo mejor no quieres que se acabe. Pero puede ser que escriba otro si mi nueva vida verdadera merece la pena contarla. ¡A lo mejor tenemos más aventuras aunque la vida sea más cómoda! Nunca se sabe. Hoy, la verdad, es que todo ha ido muy bien. 28 de mayo Querida Persona Desconocida, si te miento y te digo que mi cumpleaños es hoy en realidad, ¿me creerías? Es que quedan todavía días para el fin oficial del diario, y no sé si habrá algo que contarte más que poner palabras. Al menos ha pasado algo divertido, una aventurilla. Laika se vino a jugar con Heather y conmigo a la cueva que fuimos el siete de octubre. Lo sé porque estoy repasando mi diario para quitarle los herrores más orrorosos. (¡Como esos! :-D ) Pues se puso a ladrarle a una gaviota y la gaviota a chillar y a saltar, pero no salía volando, así que pensamos que estaba herida y no sabíamos qué hacer. Solo tenía mi gamo de aire comprimido y con eso no se debe matar a una gaviota. Está mal. Así que me quité la chaqueta y le conté a Heather mi plan. A Laika también pero no sé si me entendió porque es una perra y eso. Bueno pues me acerqué con la chaqueta como si fuera una red para pillarla y entonces, en el último momento, salió volando. Resulta que estaba defendiendo una cachorra de zorro, una zorrita. Eso dice Heather pero siendo una gaviota para mí que se lo quería comer. Por eso le dejamos ir, pero le seguimos hasta que desapareció entre la hierba. Espero que haya vuelto con su mamá. ¡Otra historia que acaba bien! 29 de mayo Querida Persona Desconocida, el cinco de junio terminaré mi diario y tendré trece años. Eso me convertirá oficialmente en adolescente, porque eres adolescente si el número de tus años termina en “teen” en inglés. Por ejemplo thirteen, fourteen y así hasta 19. Y, ¿es qué le ves sentido? ¿Qué tiene que ver un niño de trece con un señor de diecinueve? Sería mejor agruparme con los números que terminan por “ce” en español, o sea: once, doce, trece y quince. Que somos más parecidos y nos gustan más o menos la mismas cosas. Eso pienso yo que acabo de pasar por once y doce. Pero no, en cinco días me tengo que convertir en adolescente y me da algo de miedo. Espero que la transformación sea poco a poco y me pueda acostumbrar y que no me convierta en una versión más chiflada de mi hermano. Ni de Andrea. Bueno, lo bueno es que Heather estará conmigo porque le va a pasar lo mismo que a mí. Que por cierto no sé cuándo será su cumpleaños. Se lo tendré que preguntar. Ahora vuelvo. Me costó que lo dijera porque ya se había dormido. (Es de noche). Pero es fantástico porque cumple el 20 de junio. O sea que vamos a ir en la transformación “adolescentadora” casi a la vez. ¡Saldrá genial! 5 de junio Querida Persona Desconocida, te has dado cuenta de que no he escrito nada más desde el 29 de mayo, porque no ha pasado nada importante y como ya voy a terminar tampoco me apetecía seguir escribiendo cosas normales. Lo único es que nos hemos juntado todos para tres cumpleaños: el de Heather (aunque no toca hoy), el de Rob Sax (que tampoco) y el mío, que es el único que está bien. La fiesta ha sido muy sencilla, pero nos han hecho una tarta de calabaza, con la avena que trajeron los Sax. Además hemos comido pastel de pescado, calabazas y carne grande de foca. También ha habido música de gaita que se debe haber escuchado hasta en Brasil y en muchos otros sitios de lo que quede del mundo. Tuvimos un baile bajo el sol del verano. Muy poca lluvia, con banderines de colores y montones de comida. Heather y yo acabamos bailando juntos. Me gustaría pensar que lo hicimos muy bien, pero yo apenas me acuerdo de bailar, de lo que vi en una película hace milenios, algo de un país muy bonito, con palacios. (Es que era muy pequeño y lo recuerdo así). Pero hoy todo ha estado bien. Creo que nos envidian todos, o yo lo siento así. La noche está clara. Todos están en paz. Es una noche hermosa para morirse; pero no lo voy a hacer. (Bueno en el sentido de que no me voy a suicidar ni estoy enfermo, por si acaso te confundas por lo que ahora te voy a decir). Adiós Hoy se acaba mi diario. Creo que ya no me hace falta porque no me estoy todo el día dando vueltas a la cabeza; como me pasaba cuando lo empecé. Soy, somos, más o menos felices y tenemos esperanzas. Este año seguro que sobrevivimos y es probable que el siguiente tampoco muramos. Estamos mucho más fuertes que antes. Nuestro pequeño reino de las islas se sostiene. Es el mejor final para mi diario y, además, se me está acabando el cuaderno. (Mi excusa preferida) Claro que podemos ir de aventuras y buscar más papel. O fabricarlo de alguna manera. O muchas otras ideas que se te podrían ocurrir. Pero lo voy a pillar de excusa pelusa para ponerme a cantar “Exploradores del mar” y decir fin con una sonrisa. Adiós, querida persona desconocida, Exploradores del mar De todos los que viven por aquí, somos los más felices. Los orcos nunca ríen ni bailan, y siempre están enfadados. Somos exploradores del mar, y viajamos al fin del mundo, y tralará, y tralará y tralará, y tralará ¡ay, sí! Somos exploradores del mar, del mar y llegaremos al fin del mundo. ¡Al fin!
~ Miguel de Luis Espinosa