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Date: Sun, 19 Mar 2006 02:33:33 -0000
From: "koalillo" <koalillo@...>
Subject: lejos de la pantalla - El Castillo Ambulante
Miyazaki sigue fiel a su empeño de tomarle el pulso a lo cotidiano y describirnos situaciones de hoy en día en este su nuevo film "El Castillo Ambulante"- todo un tratado sobre la situación inmobiliaria actual. El Howl del título (del título en inglés), harto de las inconveniencias y de que el precio de los pisos esté imposible hasta para los practicantes de las artes arcanas, decide hacer un trato con un demonio para agenciarse una chabolilla. Claro está, pactar con el diablo suele salir mejor que pactar con el banco y la inmobiliaria y así la chabolilla resulta ser el castillo (de)ambulante del título. A todo esto el espectador se plantea como funcionan los temas de impuestos de suelo y demás inconveniencias cuando tu hogar tiene unas patitas que le permiten desplazarse y retransformarse de tienda mágica en la ciudad a casa de campo en un paraje bien idílico. Poco después (y felizmente justo cuando tenía su pisito de soltero hecho unos zorros... ¡hombres!), el Howl este conoce a una muchachita, que tras toda una serie de embrujos y giros argumentales varios ve que tiene posibilidades de conseguir techo sin hipotecarse a treinta años y se lanza a conseguirlo, convirtiéndose en su sirvienta y dejándole la casa como los chorros del oro. A partir de aquí, no acabo de tenerlo claro- pero lo que queda bien expuesto es que a toda la plana política que desfila por la pantalla les importa más bien poco las piruetas que tienen que hacer los protagonistas para gozar de una vivienda digna, pues hay una guerra de esas con bombas y destrucción que les resulta más provechosa e interesante. Esta es más o menos mi interpretación de la última del Miyazaki este. Por lo demás, una animación preciosista y cuidada y el diseño de personajes cucos y saltarines a los que nos tiene acostumbrado el estudio Ghibli- aunque como aseveró mi acompañante, "el perro no es suficiente"- o sea, que los incondicionales quedarán satisfechos y los demás, aturdidos- el argumento puede resumirse con un simple "pasan cosas mayormente inconexas", pero ¿a quién le importa ante el espectaculo visual? Más seriamente, empata con La Princesa Mononoke en la categoría de Miyazakis que no entiendo, quedando detrás de El Viaje de Chihiro -que entendí parcialmente y por supuesto de Porco Rosso, que supongo que entendí (aunque comienzo a tener serias dudas) y con la que disfruté como un enano. En todo caso, este castillo ambulante puede entretener e incluso gustar (sobretodo a la legión de incondicionales de Miyazaki y a los fans del anime en general).