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============================================ Título: Ejecución Serie: Otros Episodio: 1 Estado: Borrador Completo: Sí Incluído en: Pólvar Inicio: 2023-01-28 Última Edición: 2023-01-29 Fecha (Pólvar): 8932-01-28 Lunes ============================================ Extracto de la sección de Cartas al Director de "El Eco de Tornalmas". Señor director, agradecería la publicación de esta carta aunque perdonaría que usted no la tuviera en consideración. Tengo presente que se trata de un tema escabroso, que mis opinio- es resultarán de muy mal gusto y que la ver- dad requebrejará para siempre mi reputación para toda clase de personas. Aún así, y por hacer algo bueno en la vida, le ruego al me- nos que estas líneas pasen por sus ojos. Pues bien, para cuando haya llegado esta misiva a su ilustre periódico, Jofechu, de la raza conocida por los Otros, yacerá muerto so- bre el suelo, fuera del camposanto, para fes- tín de ratas y perros como ajusticiado que es. De la escena de su ejecución no habrán sido testigos mis cobardes ojos, pero puedo relata- rla por haber asistido a muchas de esa misma clase. A la segunda del gallo, los guardias lo ha- brán sacado de la celda. A empellones —que fuera hombre valiente les habrá dado lo mis- mo pues lo principal es mostrarlo aterrado— lo habrás conducido a la plaza. Allí el alguacil habrá proclamado la sentencia mien- tras los verdugos le ataban al ingenio de la muerte. Acabado esto, izarían la bande- ra negra los tambores habrán rugido, mien- tras el ingenio aplastaba el corazón de Jofechu, matándolo sin remisión. Todos, o casi todos habrán satisfecho así justicia y venganza. ¿Cómo no podrá haber sido de otra forma? Este es el mismo Jofechu que encontraron des- nudo, manchado de sangre y borracho, cerca de donde mataron a esa muchacha, la bonita, la de cabellos de robles, la que siempre sonreía, la que mantenía con vida a su padre con su mera presencia. Ese enfermo estará ya murien- do de pena, y mayor será su sufrimiento cuan- do conozca que no ha sido vengado. El simple de Jofechu no habrá negado nada, ¿cómo podría, si ni habla como una persona si- no esa jerigonza de los Otros, si su sentido extraño del honor le impide testificar en su propia defensa? ¿No se le ocurrió nunca al Tribunal de la Sangre que alguién como yo podría haber a- rreglado todo para satisfacer sus propias an- sias? ¿Qué quién es? ¿No lo podéis adivinar? ¿Tan ignorantes sóis? Pues digamos simple- mente que sois cómplices en mis crímines y víctimas de vuestros propios odios. Buscadme si queréis, ya estoy muy lejos, pero perded cuidado, nos volveremos encontrar tras muertos, haremos buenos compañeros de celda en el infierno. 0-<------------------------------------>----|