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Inspirado por la obra de Cezánne y tras seis meses de trabajo, Picasso realiza en 1907 y expone en 1916 “Las señoritas se Avignon” en la Galerie d’Antin, donde se representa a cinco prostitutas de la calle Avinyó de Barcelona. En realidad, la prostituta de la izquierda iba a ser un hombre entrando en la sala, pero el pintor cambió de idea en el último momento1. Uno de los detalles más importantes de la obra es lo que desencadenó: el cubismo. El cuadro (considerado proto-cubista) tuvo incisivas críticas, entre ellas la de Matisse (uno de los considerados rivales artísticos de Picasso) el cual se sintió ofendido por el cuadro asumiendo que estaba intentando ridiculizar el movimiento del arte moderno. El cuadro marcaba los primeros pasos del autor en su período africano, tema de inspiración que también compartiría con Matisse, detalle que puede apreciarse en las caras de lasprostitutas, pues se asemejan a máscaras africanas.

El contexto temático suele ir acompañado en varias descripciones con la referencia a “una relación compleja” del autor con las mujeres. El tema de la prostitución en el arte de la época (en torno a 1907) era recurrente en la obra de diversos artistas3, sin embargo este apunte sobre complejidad tiene un matiz más relevante. Picasso tuvo varias parejas y amantes, a veces incluso mucho más jóvenes que él (menores), y se ha registrado a través de cartas y diarios que despreció y maltrató emocional y mentalmente a varias de ellas, hundiéndolas incluso hasta que se suicidaban4. De modo que su relación con las mujeres más que “compleja” bien podría ser de maltrato. Teniendo en cuenta este dato, y el hecho de que “la mujer” y su intimidad parece una temática clave en el cuadro, he querido virar entorno a este tema. La idea de las obras que acompañarán a “Las señoritas de Avignon” en este ensayo es enfrentar directamente las ideas de maltrato, perspectiva entorno a la prostitución, intimidad y erotismo, sirviéndose de la obra como contrapunto, abstrayendo la obra para construir un contexto más amplio.

En el siguiente ensayo, que surje como una práctica universitaria, desarrollo la posibilidad de una "exposición imaginaria" que debería acompañar a las señoritas de Avignon, criticando a través de la exposición de obras de autoras el blanqueo del machismo y las perspectivas acerca de la intimidad femenina a lo largo de diversas obras.

La primera obra elegida para acompañar el cuadro de Picasso sería “29 rue d’astorg” de Dora Maar, una fotógrafa y pintora surrealista que también formó parte de esa red de toxicidad que creaba Picasso en torno a las mujeres. La elección pretende enfrentar directamente esta dinámica ymostrar una de las obras más famosas de la artista en el mismo período que ella era parte de la vida del autor. Cuando Dora salió de la vida de Picasso, se vio emocionalmente muy afectada y no fue capaz de recuperar su producción artística normal hasta entrados los años ochenta. La obra de . La obra de “29 rue d’astorg” (el que era la dirección de su estudio) explora el tema de lo fantástico en un escenario real pero manipulado. La obra es un fotomontaje creado con una impresión en gelatina de plata realzada con color (técnica de litografía); Esta es una de las varias versiones que realizó la autora. En la actualidad la obra se encuentra en el centro Pompidou (Francia) y fue creado en 1936, un año después de conocer a Picasso. En 1936 también realizó el que sería una de sus obras más famosas e intrigantes: Retrato de Ubu. La obra muestra un pasillo del palacio de Versailles y una figura fantástica que insinúa una figura femenina.

Explorando la idea de erotismo y sensualidad, y volviendo a la temática de la prostitución, la siguiente elección sería “Au Salon de la rue des Moulins”, de Touluse Lautrec. La elección tiene que ver con varios elementos. Para empezar la paleta de colores es similar, predominando rojos y carmesí, al igual que casi la misma cantidad de mujeres (casi, porque se ve parte de una sexta mujer). El cuadro data de 1894, una diferencia de trece años con el cuadro de Las señoritas de Avignon. Actualmente el cuadro se encuentra en el Museo Tolouse-Lautrec de Albi en Francia. La escena se inspira en La Fleurblanche, un burdel que frecuentaba el autor (el cual inspiró al autor para otras obras) y está realiza en óleo sobre lienzo, y existen bocetos previos hechos a pastel. Lautrec llegaba a pasar semanas enteras en el burdel haciendo éstos bocetos y esbozos de las prostitutas y su entorno. Pese a las similitudes temáticas mencionadas anteriormente, hay grandes diferencias: el estilo trabaja la profundidad. En este caso, además, a diferencia de lo que ocurre en Las señoritas de Avignon, en la que las caras (o máscaras) de las mujeres obtienen protagonismo, en Au Salon de la rue des Moulins la incidencia de la luz y el protagonismo de las prostitutas del fondo a la izquierda recae sobre su escote y sus caras quedan relegadas a un segundo plano de oscuridad.

La elección pretende comparar no sólo las similitudes y diferencias técnicas, si no la relación del artista con las protagonistas, y la perspectiva de Lautrec sobre una escena similar años atrás. Pretende enfrentar actitudes frente al mismo tema (un prostíbulo y sus protagonistas).

Volviendo a la época de principios del siglo XX, la próxima obra expuesta sería una obra de Herminie Cadolle, inventora del sujetador moderno y diseñadora de moda, que luego inspiró a otras diseñadoras como Mary Phelps Jacop. Siendo su nombre original “Corselet gorge”, este sujetador surgió tras convertir el clásico corset en una pieza doble. En 1905 empiezan a

venderse por separado y en 1907 la revista Vogue empieza a utilizar la palabra “brassiere” para definir la prenda. Aunque la prenda pretende ser útil, como pieza clave del diseño de lencería explora no solo comodidad, si no intimidad femenina. La autora era feminista y formaba parte del movimiento por los derechos de la mujer, sentimiento que volcó en sus diseños. En la actualidad, varios de los diseños de Cadolle están expuestos como obras de arte, pese a que en la época, la de arte, pese a que en la época, la costura y otras habilidades consideradas “femeninas” era una producción no artística (ver "el género del genio" Shiner. La invención del arte. Paidos, 2014. p. 176-186. ISBN 8449329922). La elección de la obra pretende mantener la tensión del tema del erotismo y la intimidad femenina sin desprenderse de la conciencia por las mujeres, a través de un medio de artesanía también considerado femenino (la costura). Las prostitutas de “Las señoritas se Avignon” están desnudas el mismo año que esta prenda es tendencia entre las mujeres.

La obra ha sido elegida en la modalidad de diseño de moda y costura también como modo de protesta burlona frente a lo mencionado por Addison en el Spectator acerca de el “modo propio de una dama de mostrar su genio refinado”, pues la obra es de costura pero a la vez de diseño y expuesta como obra, en conjunto a otras obras plásticas (aun que el autor se refiriese al arte de la escritura).

Finalmente, la última obra elegida sería “Skin on skin” de Frances Goodman. La obra13 (2012) forma parte de una colección llamada “Rapaciously Yours” expuesta en Nueva York ese mismo año. La artista sudafricana explica en una entrevista14 cómo pretende explorar la identidad femenina, la belleza y el feminismo a través de su obra. “Skin on skin” es una escultura conformada por pequeños pendientes de perlas falsas pegados al asiento de un coche, que a su vez ha sido “despellejado” y colocado en la pared. La obra hace referencia al detalle de encontrar el pendiente de una mujer en el asiento trasero de un coche, pero usando este concepto con cientos de pendientes, creando un discurso más siniestro entorno a la pérdida de la virginidad. La elección de la obra pretende arrastrar la temática de la intimidad y la sexualidad a nuestra época, y cerrar así el círculo de la crítica sobre la intimidad de las mujeres a través del arte.

Este cierre con la autora Frances Goodman pretende enseñar una muestra de lo que parte del arte africano actual quiere exponer sobre la intimidad de las mujeres, contrastando con “Las señoritas de Avignon”. Ambas obras se inspiran en la intimidad femenina y en el arte africano, pero el contexto socio cultural y el tiempo ha cambiado.

Bibliografía:

Sculptures – GirlTalkHQ, 9 de febrero de 2016. Disponible en: https://www.girltalkhq.com/south-african-artist-explores-female-identities-and-notions-of-beauty- with-her-unusual-sculptures/