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Title: El neo-ludismo en los movimientos ecologistas de acción directa en los Estados Unidos (1970-2010)
Author: Asa Ekengren
Date: 2012
Language: en
Topics: neo-luddism, direct action, ecoterrorism, United States
Source: https://www.academia.edu/attachments/35650333/download_file?st=MTQxNjQ4Mjc3NCw4MS4zNy4xNTcuMjUxLDE4MTAyODM%3D&s=work_strip&ct=MTQxNjQ4Mjc3NywyNjc1OTMsMTgxMDI4Mw==

Asa Ekengren

El neo-ludismo en los movimientos ecologistas de acción directa en los

Estados Unidos (1970-2010)

El neo-ludismo en los movimientos ecologistas de acción directa en los

Estados Unidos (1970-2010)

 

 

Asa Ekengren San Andres

 

 

 

 

Indice

 

-Capítulo I- ¿Qué es el neo-ludismo?

Introducción: del ludismo al neo-ludismo 1

Objetivo de la investigación 6

Estado de la cuestión 9

-Capítulo II- Interrogantes en escena y expectativas en proceso

(1960s-1970s)

El declive de la contra-cultura y la división sobre la cuestión

tecnológica 13

“The Fox” y los principios de la acción directa ecologista 16

Ecotage! 21

Edward Abbey y The Monkey Wrench Gang 24

-Capítulo III- La radicalización y organización de los ecologistas

estadounidenses

Introducción 30

Los “Bolt Weevils” de Minnesota 35

Earth First! 40

Earth Liberation Front (ELF) 47

Theodore Kaczynski, el “Unabomber” 53

Las consecuencias 59

-Capítulo IV- Otras bases filosóficas de los movimientos ecologistas

radicales

Bases filosóficas y antecedentes históricos de los movimientos

ecologistas radicales 61

La ecología profunda 63

El anarquismo verde 66

-Capítulo V- Conclusiones

El neo-ludismo en los movimientos ecologistas de acción directa 74

Investigaciones futuras 76

Anexo 78

Fuentes y bibliografía 80

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Siglas y términos utilizados

 

-Siglas-

ALF - Animal Liberation Front (Frente de Liberación Animal)

EF! - Earth First! (Tierra Primero!)

FC - Freedom Club (el Club de la Libertad)

ELF - Earth Liberation Front (Frente de Liberación de la Tierra)

FBI - Federal Bureau of Investigación (la Oficina Federal de

Investigación) (EEUU)

OMC - Organización Mundial del Comercio

 

-Términos-

Desurveying – la eliminación de campamentos de medición de obras de

construcción con el fin de causar daños económicos.

Ecotaje – sinónimo de monkeywrenching creado por David Love y Daniel

Obst en Ecotage! (1972).

Ludista – referido al movimiento social ludista originario de Inglaterra

(1811-1814) donde los artesanos, como método de protesta, destruyeron

maquinaría industrial.

Monkeywrenching – sabotaje de máquinas por motivos ecologistas y/o

sociales. El termino fue creado por Edward Abbey en The Monkey Wrench

Gang (1975).

Neo-ludista – referido al pensamiento contemporáneo critico de la

tecnología no solamente como objeto sino como un sistema.

Tree pinning – igual a tree spiking pero se utiliza clavijas cerámicas

endurecidas para que no se pueda encontrar con un detector de metales.

Tree spiker – un individuo quien emplea tree spiking.

Tree spiking (o simplemente spiking) – el acto de meter clavos en los

troncos de árboles para evitar la tala de ellos.

Tree sitting – el acto de acampar en las ramas de árboles para evitar la

tela de ellos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

This work is licensed under a Creative Commons

Attribution-NonCommercial-ShareAlike 3.0 Unported License.

-Capítulo I-

¿QUÉ ES EL NEO-LUDISMO?

 

Introducción: del ludismo al neo-ludismo

 

El ludismo surge durante la Revolución Industrial en Inglaterra como un

movimiento social contra las nuevas máquinas industriales,

particularmente el telar y el despojador de lana automáticos (Hammond

1920:86, 189), que fueron percibidas como una amenaza a sus puestos de

trabajo. Las manifestaciones ludistas empezaron en 1811 y se extendieron

rápidamente a los condados de Yorkshire, Lancashire, Cheshire,

Derbyshire y Nottinghamshire entre los obreros tejedores y artesanos

(Sale 1996:1). Los obreros se organizaban en reuniones secretas para

realizar marchas nocturnas a las fábricas, sabotear e inhabilitar las

máquinas industriales con golpes de martillo el funcionamiento de las

máquinas, esparcir arena en las poleas para estropear los nuevos

“ingenios”, intimidar y amenazar a los responsables de la implementación

de esas nuevas máquinas exigiendo rectores en su incorporación a los

proceso de producción ya que perturbaban las preexistentes formas de

vida productiva.

Ned Ludd1 (también conocido como el Capitán Ludd, el Rey Ludd o el

General Ludd) fue el mítico líder folclórico del movimiento de quien

tomaron su nombre. No ha sido comprobado cuando o de dónde apareció el

mito, ni tampoco se tiene constancia sobre la vida de este líder, sin

embargo, el relato cuenta que Ned Ludd era un tejedor, posiblemente de

Anstey, un pueblo cercano a Leicester, quien en el año 1779 rompió un

“stocking frame”, una de las primeras máquinas de la Revolución

Industrial, en un “ataque de pasión”2 tras ser castigado con latigazos

por holgazanería (Hammond 1920:259). Los ludistas utilizaron el relato e

imagen de Ned Ludd como inspiración para su movimiento, y también como

parte fundamental de su estrategia para mantener un movimiento sin

ningún líder reconocible, sino varios actores que se esconderían detrás

de la imagen y nombre de Ned Ludd. Aunque los ludistas y otros

movimientos sociales afines3 en Inglaterra lograron enfrentar los

cambios de la Revolución Industrial en Inglaterra, provocaron una fuerte

y violenta reacción por parte del gobierno Británico a lo largo del

siglo XIX, el cual convirtió la destrucción de máquinas en una pena

capital, lo que trajo como resultado la derrota definitiva del

movimiento ludista en 1814. Esto dio lugar a la creencia generalizada de

que el sabotaje de máquinas nunca tuvo éxito como forma de resistencia

activa. Sin embargo, veremos que el movimiento ludista ha tenido un

impacto significativo en la memoria histórica y la imaginación de los

movimientos contemporáneos del siglo XX y XXI, que han percibido cierta

afinidad con la estrategia y los motivos de los ludistas originarios.

Es de suma importancia tener una idea básica sobre el movimiento ludista

para entender los mitos históricos y las raíces del neo-ludismo, la

ideología contemporánea que tomó su nombre de ellos, y cuyas

manifestaciones y fenómenos sociales han sido influenciados por dicho

movimiento. En primer lugar, para comprender mejor el significado del

neo-ludismo, será útil diferenciarlo del ludismo originario a través de

algunos aspectos clave para luego acudir a los escritos de los

neo-ludistas a fin de entender los principios de su perspectiva.

Una diferencia clave entre los ludistas y neo-ludistas nos remite a la

siguiente pregunta: ¿por qué se levantaron los obreros ingleses contra

las nuevas máquinas industriales? La respuesta no es demasiado

complicada; los artesanos ingleses no querían perder la fuente de

ingresos que sostenía a sus familias y a ellos mismos. El uso de las

nuevas máquinas industriales permitieron que los artesanos, cuyo oficio

y habilidades eran imprescindibles hasta la Revolución Industrial,

fueran reemplazados por obreros de baja calificación. El ludismo

entonces actúa en contra de la lógica empresarial en donde se

contrataban menos trabajadores debido a la implementación de más

maquinaria en el proceso productivo. Por otro lado, el neo-ludismo no se

trata del desempleo ni cuestiones laborales sino, como veremos, de una

amplia gama de consecuencias negativas relacionadas con el uso ilimitado

de la tecnología. Como consecuencia de la diversidad de las inquietudes

planteadas por el neo-ludismo, este movimiento ha surgido por razones

tan variadas como: la religión, las ideologías políticas, la defensa

personal, y, como es el enfoque de esta investigación, preocupaciones

concernientes al medio-ambiente.

Chellis Glendinning, una de las portavoces de los neo-ludistas,

estableció tres principios del neo-ludismo en su artículo “Notes Toward

a Neo-Luddite Manifesto” (“Apuntes hacía un manifiesto neo-ludista”)

(1990) que han sido ampliamente aceptados por la mayoría de los

neo-ludistas y los movimientos afines.

 

1.) Los llamados neo-ludistas no rechazan la tecnología de por sí, sino

aquellas tecnologías que “son destructivas a la vida de seres humanos y

comunidades” o “que emanan de una cosmovisión que percibe la

racionalidad como la clave del potencial humano, adquisición material

como clave para la realización del ser humano y el desarrollo

tecnológico como clave para el progreso social” (Glendinning 1990:84).

Es decir, no están solamente en contra de la tecnología como objeto

físico, sino las filosofías que se manifiestan con el uso indiscriminado

de ella.

2.) Reconocen que “todas las tecnologías son políticas” y son

condicionadas por la “sociedad tecnológica de masas” con objetivos de

“eficiencia de corto plazo, facilidad de producción, distribución,

marketing y potencial de ganancias – o para guerra” (Glendinning

1990:85-86).

3.) Hay que medir las consecuencias de las tecnologías, examinando “el

contexto sociológico, las ramificaciones económicas y políticas […] su

impacto en otros seres, sistemas naturales y el medio ambiente.” En fin,

“consiste en preguntarse no solamente en lo que se gana—sino también por

aquello que se pierde, y por quienes resultan afectados” (Glendinning

1990:86).

 

Según Ronald Bailey, editor de la revista científica Reason, la primera

conferencia neo-ludista tuvo lugar en Nueva York el 24 de febrero de

2001, por medio del “Teach-In on Technology and Globalization”

(“Conferencia de la tecnología y la globalización”) en Hunter College,

en la cual encontramos la conexión entre el neo-ludismo y los

movimientos afines como el ecologismo de acción directa. La conferencia

se basaba en presentaciones y discursos de 40 académicos e

investigadores, entre ellos Kirkpatrick Sale, Jerry Mander y Langdon

Winner, y 25 talleres que trataron de la relación entre la tecnología y

el proceso de globalización, las corporaciones, las burocracias

globales, la homogenización de la cultura, el ejército y la tecnología

del espacio y la biotecnología. De las 1.400 personas que asistieron a

la conferencia, la mayoría eran mayores de 45 años y habían participado

en la lucha por los derechos civiles, en movimientos ecologistas y en

las protestas contra de la Guerra de Vietnam. El programa de la

conferencia anunciaba que “nuestra sociedad apuesta todo en la

tecnología como si fuera la panacea para nuestros males. Pero puede ser

el momento para reconsiderar. Lejos del paraíso en la Tierra, estamos

rodando hacia el colapso ecológico: el rápido cambio climático y la

elevación de los mares, los agujeros en la capa de ozono; la pérdida de

especies y el hábitat; las tasas aceleradas de cáncer; las formas

terminales de contaminación del aire, el agua y el suelo […] Todos ellos

producidos en los excesos de la tecnología” (“Present a Teach-In...”

2001). Con este primer párrafo del programa de la conferencia y

dedicando tantas palabras a ello, quedó bastante claro la contundente

preocupación de los neo-ludistas por el medio-ambiente. Kirkpatrick Sale

proclamó que “debido a que la tecnología es, por su propia naturaleza,

artificial […] tiende a distanciar los seres humanos de su ambiente y

oponerlos al mismo. Y en cuanto más grande y poderosa llegue a ser, el

mayor será la distancia y oposición” (Banning 2001).

“El objetivo del evento, anunciado por Jerry Mander, era “juntar al

movimiento nacido en Seattle con los críticos de las tecnologías más

destacados—ludistas, por así decirlo”” (Bailey 2001). Las

manifestaciones en Seattle a las que Mander se refería tuvieron lugar en

1999 en protesta por la cumbre de la Organización Mundial del Comercio

en Seattle, también conocido como la “Batalla de Seattle” debido al

vandalismo y enfrentamientos agitados entre ciudadanos y la policía. La

protesta se basaba sobretodo en una perspectiva anti-globalización que

realzó la necesidad de priorizar “las personas y la naturaleza antes que

las ganancias”, tal como lo indicaba una pancarta en las

manifestaciones. Otras pancartas decían “no se le da las gracias a los

alimentos transgénicos”, una tecnología que ha sido percibida como una

amenaza entre los neo-ludistas, los movimientos ecologistas radicales y

los anarquistas verdes. Hablando de las protestas, el periodista Lluis

Amiguet mantiene que “si estas buscando un pensador detrás del

movimiento, definitivamente es John Zerzan” (Surplus... 2003:4:45), uno

de los principales portavoces de los anarquistas verdes que ha escrito

críticas agudas de la “civilización tecnológica” (Species Traitor

2003:54). Todo aquello sirve como muestra de que, desde el “nacimiento”

del movimiento neo-ludista como movimiento auto-consciente, ha existido

una conexión entre teoría, tanto su propias teorías como las compartidas

con el anarquismo verde, y práctica que se manifestaba en forma del

sabotaje económico de las empresas percibidas como particularmente

dañinas.

Los ecologistas, particularmente los de acción directa y sus bases

filosóficas, han compartido la conclusión neo-ludista de que muchos,

sino todos, de los problemas ecológicos contemporáneos, están

directamente relacionados con el uso excesivo de la tecnología. Quizá

por esto, el portavoz neo-ludista Kirkpatrick Sale reflejó su interés

por dichos movimientos cuando publicó The Green Revolution: The American

Environmental Movement, 1962-1992 (La revolución verde: El movimiento

ecologista estadounidense) (1993). Observadores del fenómeno de acción

directa ecologista, tanto los que están en contra como a favor de ella,

han reconocido que “los ecologistas radicales son forzosamente opuestos

al progreso tecnológico, tal como ha sido definido hasta el presente,

porque éste es la causa inmediata de la destrucción del mundo natural.

Hablar de la crisis ambiental en su contexto moderno es hablar sobre el

papel de la tecnología en los asuntos humanos” (Manes 1990:152-153).

Plasmando esta idea, Dave Foreman, uno de los fundadores de Earth

First!, proclamó: “estamos ofreciendo una crítica aguda del

industrialismo, el progreso y la tecnología. ¿Somos ludistas? ¡Pues

claro que somos ludistas! […] Somos anti-tecnología. ¡Alguien tiene que

ser anti-tecnología!” (Manes 1987:44:20).

 

Hasta ahora, el fenómeno de acción directa por motivos ecológicos y las

escuelas filosóficas que lo respalda han sido escasamente estudiados,

conocidos y pensados (en menor medida en el mundo hispano) debido a que

han sido percibidos como algo negativo proveniente de una minoría

radical e irracionalmente violenta.

Durante los años 1960, la década en que apareció el movimiento de acción

directa de motivación ecológica el fenómeno gozaba de apoyo público y

cierta permisividad por parte del Estado. Esta tendencia continuó hasta

1986 cuando Earth First! fue declarado un movimiento de “terrorismo de

baja intensidad” tras sus intentos de cortar cables de alta tensión

(Long 2004:154), pero solo a partir del 11 de septiembre de 2001,

movimientos como el Earth Liberation Front han sido etiquetados como

“terroristas de intereses particulares” (U.S. Department of Justice

2002:33), es decir, terroristas con intereses que no caben claramente

dentro del terrorismo tradicional, para que luego en el año 2005, fueran

considerados por parte del FBI como “la mayor amenaza de terrorismo

domestico” de los Estados Unidos (Schuster 2005). Lo anterior hace

evidente la tendencia existente hacía un enfrentamiento gradualmente más

hostil entre el gobierno estadounidense y los movimientos ecologistas de

acción directa. Sin embargo, no hay ningún caso en el cual un activista

por motivos ecológicas ha matado a alguien en los Estados Unidos, los

daños han sido exclusivamente económicos. Varios comentaristas han

observado que “verde es el nuevo rojo” (Potter 2011), refiriéndose a la

política del gobierno estadounidense que demonizaba el comunismo durante

la Guerra Fría, insinuando que lo mismo ocurre con el ecologismo

radical. Los partidarios de estos movimientos, y particularmente los

empleadores de acción directa, han sido despectiva y confusamente

etiquetados como Marxistas y fascistas, anarquistas y una muchedumbre

“hambrienta” de poder, terroristas, hippies idealistas, enemigos del

estilo de vida estadounidense, ateos y tecnófobos4.

De manera parecida, los términos “ludista” y “neo-ludista” han sido

frecuentemente utilizados con un sentido peyorativo para individuos

etiquetados como tecnofóbicos, irracionalmente en contra del progreso

material y que son desesperadamente incapaces de entender las nuevas

tecnologías. De manera parecida a los movimientos ecologistas, tras los

ataques del 11 de septiembre de 2001 en los Estados Unidos y la

aparición de la “guerra contra el terrorismo”, “miembros de al-Qaeda

fueron frecuentemente presentados como ludistas (que vivían en cuevas en

Afghanistan), de hecho, en una ocasión el consultor conservador, George

Glider, se refirió a los terroristas como “Osama Bin Ludistas”” (Jones

2006:34). En 2009 el Ministerio de Seguridad Nacional estadounidense

incorporó a los neo-ludistas al Domestic Extremism Lexicon (Lexico de

extremismo doméstico), describiéndoles como “un movimiento de grupos o

individuos quienes están opuestos a la tecnología. Estos grupos se han

sabido propugnar o participar en actividades criminales y organizar

actos de violencia y terrorismo en un intento de avanzar sus objetivos

extremistas” (U.S. Department of Security 2009:3). En el mismo documento

se puede encontrar a los anarquistas verdes, a los extremistas de los

derechos animales y a los ecologistas extremistas.

Además, y en parte como consecuencia del discurso del Estado, el público

ha mostrado un entendimiento parcial y distorsionado de lo que es el

neo-ludismo, un claro ejemplo de esto es la página Wikipedia, que como

una fuente primaria es una buena muestra de la comprensión del publico

dominante. En esta página se define el neo-ludismo5 como “una

cosmovisión personal opositora a cualquier tecnología moderna que

desplaza trabajadores y aumenta el desempleo”. Primero, como hemos visto

la perspectiva neo-ludista no está en contra de todas las tecnologías

modernas de por sí, sino las que sirven como herramienta que permite la

continuación del sistema actual que da prioridad a las ganancias, la

eficiencia y el progreso material sobreponiéndose a la conservación de

la armonía ecológica, y en consecuencia, del sistema natural que permite

la existencia de toda vida compleja en el planeta. En segundo lugar, el

enfoque del neo-ludismo no se manifiesta solamente, ni en su mayoría, en

contra del desplazamiento de trabajadores o el aumento del desempleo.

 

 

Objetivo de la investigación

 

La tecnología es un factor central y decisivo a nivel global. Por ello

el estudio de su impacto se ha hecho una prioridad en todos los ámbitos

académicos. Con la ayuda de la tecnología y el avance científico hemos

logrado prolongar nuestra esperanza de vida, gastar menos tiempo en

tareas que antes eran demoradas y agotadoras, disfrutamos de una amplia

gama de servicios, aparatos entretenidos y mucho más. Sin embargo,

también deberíamos pensar en lo que estamos perdiendo con el aumento de

la tecnología. Además de dichos beneficios, sectores de la sociedad

estadounidense han percibido que el sistema tecnológico-industrial nos

ha llevado a la destrucción de mucha naturaleza y riqueza biológica, y

ha cambiado las relaciones sociales a una velocidad sin precedentes,

borrando tradiciones y potenciando el control de los poderosos sobre los

débiles. El fuerte efecto de los desastres y los fallos de las

tecnologías modernas en Bhopal, Chernobyl, Hiroshima, Nagasaki y

Fukushima, la deforestación, la extinción de especies, el derrame de

petróleo y el cambio climático global junto con el impacto social de la

tecnología han provocado el cuestionamiento sobre los riesgos y la

sostenibilidad del modelo de progreso que estamos y hemos seguido por lo

menos desde la Revolución Industrial. El concepto de “la sociedad del

riesgo”6 expuesto por Ulrich Beck es un índice de la evidente

incertidumbre existente en la sociedad contemporánea sobre el impacto de

la tecnología en los seres humanos y el medio-ambiente, la fuente de

nuestra vida. Por lo tanto, el estudio de las perspectivas críticas de

la tecnología “puede ser vital para la supervivencia de la sociedad

tecnológica, o mejor dicho, puede ser vital para la preservación de la

sociedad y su evolución hacia una sociedad pos-tecnológica” (Skolimowski

1974:460).

El objetivo principal de esta investigación es mostrar la relación entre

el neo-ludismo, los movimientos ecologistas de acción directa y sus

bases filosóficas, los cuales han servido como plataforma para la

crítica a la tecnología y al sistema actual dependiente de ella. El

periodo que se trabaja es aproximadamente 40 años, entre 1970 y 2010,

época de gestación y evolución de los fenómenos que se abordan en este

trabajo. Nos enfocaremos en los Estados Unidos, país en el que ha

florecido y se ha reproducido la ideología neo-ludista y la acción

directa ecologista (Jones 2006:20; Lindholdt 1998:866; Liddick 2006:2;

Sale 1995:241), experimentado las mayores manifestaciones de éstas en

diferentes grupos y movimientos y resultando en lo que Steven Jones ha

llamado el “eco-ludismo” (2006:218). Con respecto a las fuentes que

utilizamos, las fuentes secundarias son de carácter histórico y de las

ciencias humanas, y las fuentes primarias son los escritos y testimonio

del objeto de estudio en cuestión. Explicaremos más sobre las fuentes en

el Estado de la Cuestión. Lamentablemente, muchos de los estudios sobre

estos fenómenos se enfocan en la legalidad de sus actos, pero se le da

atención mínima a la filosofía y retórica utilizada para justificar los

actos ilegales de acción directa7.

La investigación comparte temas de discusión con múltiples campos de

estudio, principalmente el que se llama Ciencia, Tecnología y Sociedad

(CTS), la Historia de la Filosofía, la Historia Social y pertenece al

enfoque temporal de la Historia Contemporánea. Los movimientos

ecologistas radicales son un fenómeno social (Doherty 2005:7) que ha

participado aportando novedades a la Evaluación de la Tecnología, una

subclase de la Historia de la Filosofía que ha sido definida como “una

reflexión socio-moral sobre las consecuencias no planeadas y de gran

escala de la tecnología prófuga. […] Tal evaluación tiene que ser, por

definición, fundamentalmente crítica” (Skolimowski 1974:459-60).

Consideramos la comprensión y reflexión sobre el neo-ludismo, sus

observaciones, su lógica y las manifestaciones de él como una aportación

valiosa y necesaria al mundo académico hispano debido a que el

neo-ludismo es un fenómeno que se ha propagado en América Latina y

Europa.

En la segunda parte del trabajo comenzamos con una breve introducción

sobre la contra-cultura estadounidense de los años 1960 y su declive a

principios de los años 1970, un fenómeno que coincidió con el aumento

del pensamiento neo-ludista, ecologista y condicionó los futuros

movimientos ecologistas radicales en los Estados Unidos. Luego

trataremos algunos casos ejemplares de los primeros actos de acción

directa por motivos ecologistas a principios de los años 1970 que

sirvieron como catalizadores de la creación de nuevos movimientos

ecologistas radicales más organizados que surgieron una década después.

Por otro lado, las obras Ecotage! (1972) y The Monkey Wrench Gang (1975)

también fueron altamente influyentes para los movimientos ecologistas;

en estas encontramos señales de las tácticas que se popularizarían entre

dichos movimientos, su marco mental, así como la desconfianza de ellos

hacia la tecnología. Según Donald Liddick, “por la década de 1970 una

época de “radicalización progresiva” había empezado” (2006:31).

En el tercer capítulo, primero nos enfocaremos en algunas

características claves de los movimientos ecologistas y términos

pertinentes para mejor entender este fenómeno tan poco conocido en el

mundo hispano. Después analizaremos la evolución del movimiento

ecologista radical en los Estados Unidos empezando con la controversia

del proyecto CU (1974-1980), el primer ejemplo de una situación que

provocó un movimiento de acción directa organizado por motivos

ecologistas, entre otros, y que realzó la cuestión de la tecnología

desde una perspectiva crítica. Luego analizaremos aspectos claves de los

movimientos ecologistas radicales que han surgido desde 1980 y que se

han afiliado con la perspectiva neo-ludista, principalmente Earth First!

(1980-presente) y el Earth Liberation Front (ELF) (1992-presente).

Acabaremos el capítulo con un análisis de Theodore Kaczynski, el

“Unabomber”, quien ha sido el neo-ludista y ecologista radical más

conocido de los Estados Unidos.

En el último capítulo analizaremos algunas de las bases filosóficas que

han apoyado a los movimientos ecologistas radicales y que han realzado

la cuestión de la tecnología desde una perspectiva crítica,

principalmente la ecología profunda, el anarquismo verde y como

demostraremos a lo largo de esta investigación, el neo-ludismo. Ahora

trataremos de la historiografía del neo-ludismo y los movimientos

ecologistas radicales para entender mejor el objetivo de la

investigación y las aportaciones académicas que haremos.

 

 

 

Estado de la cuestión

 

Si bien es cierto que el neo-ludismo como tal carece de estudios

académicos, autores como Nicols Fox, Steven Jones y Kirkpatrick Sale han

mostrado que el ludismo es una tradición histórica que se ha

transformado, o que ha sido transformada, en un fenómeno internacional

contemporáneo, adaptándose a los nuevos retos de la sociedad actual en

forma del neo-ludismo. Nicols Fox ha escrito sobre lo que ella llama “la

tradición ludista” en la literatura, el arte y individuos de los Estados

Unidos e Inglaterra en Against the Machine: The Hidden Luddite Tradition

in Literature, Art, and Individual Lives8 (2002), que debido a la

amplitud de la investigación, carece de muchos detalles. En Against

Technology: From Luddism to Neo-Luddism (2006), Steven Jones ha tratado

la evolución del ludismo al neo-ludismo, enfocándose en obras de ficción

que con el tiempo han sido adaptadas, coincidiendo con las inquietudes

neo-ludistas cada vez más. Kirkpatrick Sale, uno de los portavoces más

activos del movimiento neo-ludista estadounidense, ha escrito Rebels

Against the Future: The Luddites and Their War on the Industrial

Revolution – Lessons for the Computer Age (1995), lo cual es una obra

histórica que trata del movimiento ludista originario de Inglaterra,

pero también el neo-ludismo contemporáneo y los movimientos ecologistas

de acción directa en los últimos capítulos.

Aunque los escritos de estos académicos ilustran y plantean muchos

interrogantes, en gran parte han ignorado la importancia del pensamiento

neo-ludista en los movimientos ecologistas de acción directa y sus bases

filosóficas. En el presente trabajo analizaremos algunos de los amplios

ejemplos que demuestran el impacto que han tenido las críticas a la

tecnología, o sea el neo-ludismo, en los movimientos ecologistas de

acción directa. Esta investigación no pretende ser una crítica de las

investigaciones antes mencionadas, de lo contrario sus enfoques serán

tomados como marco teórico, profundizando en los Estados Unidos y en

cómo el neo-ludismo se ha hecho evidente en los grupos ecologistas de

acción directa y sus bases filosóficas.

En cuanto a los movimientos ecologistas de acción directa hay amplias

fuentes secundarias que tratan de ellos en detalle, de estudios teóricos

sobre la historia criminal y legal hasta estudios cronológicos de sus

operaciones de acción directa. Además de utilizar una lente enfocada en

la cuestión de la tecnología, esta investigación pretende desarrollarse

en base a algunas críticas que podemos hacer de los estudios existentes

sobre el tema—primero, aunque ha sido evidente y frecuentemente

mencionado, como hemos visto, nadie ha tratado la postura hostil a la

tecnología de los movimientos ecologistas radicales, y segundo, suelen

ser excesivamente partidarios, en favor o en contra del fenómeno en

cuestión.

Entre las principales obras críticas de los movimientos ecologistas de

acción directa encontramos In Defense of People: Ecology and the

Seduction of Radicalism9 (1971), Ecoterror: The Violent Agenda to Save

Nature/The World of the Unabomber (1997), Trashing the Economy: How

Runaway Environmentalism is Wrecking America (1998), Ecoterrorism: The

Dangerous Fringe of the Environmental Movement (1990), Walking on the

Edge: How I Infiltrated Earth First! (1994). Aunque la mayoría de los

historiadores reconocen la dificultad de escribir de manera objetiva

sobre este tema, se han considerado como representativas de una

colección de literatura que ha tomado una postura intrínsecamente hostil

al objeto de estudio, lo que ha dificultado para el lector la

comprensión del razonamiento y perspectiva de los activistas. Como

fuentes primarias encontramos los informes y escritos gubernamentales y

del sector comercial quienes también han tomado una postura hostil a los

movimientos ecologistas radicales. Por estas razones, las fuentes

mencionadas solamente serán utilizadas como ejemplos del fuerte

contra-ataque que los movimientos ecologistas radicales han provocado y

como contrapeso para las afirmaciones de los escritos en favor de dichos

movimientos.

Por otro lado, los textos en favor de los movimientos ecologistas

radicales también suelen emplear lenguaje incendiario, tendencioso y ser

poco permisivos de perspectivas contrarias. Por ejemplo, Green Rage:

Radical Environmentalism and the Unmaking of Civilization10 (1990),

Christopher Manes proclama que “este libro no pretender ser ni objetivo

ni desapasionado sobre el movimiento radical ecologista” (Manes:Preface)

mostrando el carácter político de su obra. Por lo tanto, una

característica común de los escritos a favor de los movimientos

ecologistas radicales es que suelen ser escritos por los propios

activistas y los miembros de los mismos movimientos en cuestión, lo que

dificulta distinguir entre fuentes secundarias y fuentes primarias. Dos

ejemplos más de esta tendencia son los libros Burning Rage of a Dying

Planet: Speaking for the Earth Liberation Front (2004) y Green is the

New Red: An Insider's Account of a Social Movement Under Siege (2011),

los cuales también fueron escritos por partidarios de los movimientos

ecologistas en cuestión. Sin embargo, la cercanía entre los escritores

de estas obras y los propios movimientos y activistas hace que aportan

muchos detalles sobre hechos y perspectivas no incluidos en otros

estudios sobre el objeto de estudio. Por otro lado, aunque la postura

partidaria normalmente queda clara, nos obliga a ser escépticos a la

hora de valorar los acontecimientos tratados en sus escritos, siendo

necesario buscar otras fuentes para respaldar sus afirmaciones, ya que

podrían tratar aspectos importantes no mencionados en estos.

A pesar de que los títulos dan a entender lo contrario, Ecoterrorism11

(2004) de Douglas Long y Eco-Terrorism: Radical Environmental and Animal

Liberation Movements (2006), son quizá las principales fuentes

secundarias escritas desde una postura más equilibrada. Abordando la

relación entre el “ecoterrorismo”, la legislación estadounidense y las

listas cronológicas de actos de acción directa hacen de Ecoterrorism un

gran aporte al estudio de los movimientos ecologistas de acción directa.

También consideramos bastante objetivas otras obras como Eco-Terrorism:

Radical Environmental and Animal Liberation Movements en donde se

estudian la historia y filosofía de los movimientos de ecologismo

radical, la estructura organizativa, el modus operandi de los distintos

grupos, las audiencias ante el Congreso relacionados con el tema y

también las listas de actos de acción directa. Además de estas obras

tenemos la investigación de Brian Doherty, Ideas and Actions in the

Green Movement (2005), la cual aporta información valiosa sobre los

movimientos ecologistas como un movimiento social, cómo nacieron, cómo

han crecido y las ideas detrás de sus prácticas.

Con respecto a las bases filosóficas de los movimientos ecologistas

radicales, contamos con los libros ya mencionados, Green Rage (1990),

Burning Rage of a Dying Planet (2006), Ecoterrorism (2004), Ideas and

Actions in the Green Movement (2005) y Eco-terrorism (2006), los cuales

incluyen análisis sobre las ideas históricas más influyentes para dichos

movimientos, la ecología profunda y el anarquismo verde en dichos

movimientos ecologistas. Utilizaremos estos estudios en conjunto con

fuentes primarias de los propios partidarios y miembros de cada escuela

de pensamiento.

En cuanto a las fuentes primarias contamos con la ventaja de que tanto

los grupos ecologistas de acción directa como las escuelas de

pensamiento que forman sus bases filosóficas se han caracterizado por

difundir sus perspectivas de manera ferviente. Estos grupos en búsqueda

de difundir su pensamiento han divulgado una grande cantidad de

publicaciones (frecuentemente a través de medios independientes y

gratuitos), revistas, carteles, obras audiovisuales y archivos

digitalizados, facilitando de esta forma su estudio y análisis. Como

consecuencia de la situación geográfica del investigador, la principal

fuente son los artículos de prensa disponible por Internet. Sin embargo,

páginas de Internet como Internet Archive, The Anarchist Library,

Conflict Gypsy, A-Infos, Zine Library y Radical Archives aportan grandes

colecciones de fuentes primarias de gran utilidad para ésta

investigación, adicionalmente, en todas éstas páginas se ha encontrado

la existencia de una etiqueta o categoría denominada “la tecnología”,

facilitando parte del trabajo al demostrar la importancia que la

cuestión tecnológica ocupa en estos movimientos. Aunque también

recurrimos a revistas publicadas por los movimientos ecologistas, como

por ejemplo Earth First! Journal (1980-presente) y Resistance

(1999-2001), una parte central de la atención que damos a dichos

movimientos será enfocada en los manuales de campo que han publicado

sobre cómo realizar actos de sabotaje, dando luz a qué ha sido el blanco

de sus ataques y por qué. Dichos manuales incluyen Ecotage!12 (1972),

Ecodefense: A Field Guide to Monkeywrenching (1985) y Earth First!

Direct Action Manual (2001), los cuales fueron publicados por Earth

First!, The Black Cat Sabotage Handbook (2006) que fue publicado por un

miembro del Earth Liberation Front, y varios otros sobre actos de

sabotaje más específicos, como por ejemplo The Nighttime Gardener's

Handbook (2002) y My First Little Book of GM Crop Decontamination (2002)

que trataron el sabotaje de las plantas transgénicas y Setting Fires

with Electrical Timers: An Earth Liberation Front Guide (2001), que

trata específicamente sobre cómo realizar actos de incendiarismo.

Revistas independientes como Fifth Estate13 (1965-presente), Live Wild

or Die! (1989-1990s), Disorderly Conduct, Species Traitor

(2001-presente) y Green Anarchy (2000-2009) son representativos de una

gran colección de escritos que nos dan perspectiva al pensamiento y

retórica del anarquismo verde y que ha sido poco tratado por académicos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-Capítulo II-

INTERROGANTES EN ESCENA Y EXPECTATIVAS EN PROCESO (1960s-1970s)

 

 

El declive de la contra-cultura y la división sobre la cuestión

tecnológica

 

En el año 1975, bajo el mandato de Richard Nixon, los Estados Unidos

dejó de dirigir y participar en la Guerra de Vietnam de manera

definitiva. Parecía que el movimiento contra-cultural, que dirigido en

su mayoría por jóvenes universitarios se basaba en el elogio de la paz,

la lucha contra todas formas de poder opresivo y el activismo político,

por fin lograba su objetivo de influenciar a la opinión pública

estadounidense para que presionara al gobierno a acabar con la guerra.

Además de esto, la lucha por los derechos civiles e igualdad de genero,

la “revolución sexual”, fueron percibidas como logradas o por lo menos

pacificadas. Una amplia gama de nuevas leyes y ramas gubernamentales

fueron creadas con el fin de proteger al medio-ambiente, como por

ejemplo la Agencia de Protección Ambiental, y el primer Día de la Tierra

tuvo lugar en abril de 1970, un índice de la propagación de

preocupaciones medio-ambientales entre la mayoría de la población. Tras

este proceso de cambios los anteriormente jóvenes dirigentes de la

contra-cultura pasaron a la edad de tener familias y conseguir

estabilidad económica, lo que ocasionó el fin definitivo de la

contra-cultura estadounidense a mediados de la década 70. La

contra-cultura, que era resultado de una “lucha de generaciones” (Roszak

1969:1), ya no podría existir de la misma forma con el envejecimiento de

sus partidarios.

Una parte importante de la contra-cultura de los años 1960 era la

retórica y el pensamiento crítico hacia la tecnología (Jones 2006:177) y

la destrucción del medio-ambiente, dos aspectos que condicionarían el

surgimiento de los movimientos ecologistas radicales y sus bases

filosóficas. La publicación de Silent Spring por Rachel Carson en 1962

ha sido considerada de suma importancia popularizando preocupaciones por

el medio-ambiente en los Estados Unidos. A lo largo de la Guerra de

Vietnam el uso de “Agent Orange”, un defoliante utilizado para despejar

las selvas y facilitar bombardeos, fue altamente criticado por su

impacto, no solamente sobre los seres humanos, sino también sobre la

naturaleza y el ecosistema del sureste de Asia. También hubo movimientos

con tendencias anti-tecnológicas en contra de la energía nuclear, la

carrera de armamentos entre los Estados Unidos y la Unión Sovietica y el

movimiento “Back to the land” (“Volver a la tierra”) que consistía en

una migración a zonas rurales por motivos ecológicos y prefiguró ideas

anti-civilización que veremos.

En sus investigaciones Andrew Kirk ha demostrado cómo una división

creció en la contra-cultura sobre la cuestión de la tecnología, los

cuales “ayudaron a reformar el movimiento ecologista estadounidense””

(Jones 2006:181). Existían integrantes claramente en favor del

desarrollo tecnológico como medio para solucionar los problemas actuales

y futuros, y “un segmento vociferante de la contra-cultura [que] fue

ampliamente visto (con razón) como anti-tecnología, como neo-ludista”

(Jones 2006:181). Esta escisión ilustra la división que tendría lugar

dentro del movimiento ecologista estadounidense; por un lado los cuerpos

gubernamentales y las organizaciones corrientes como las del “Grupo de

Díez”14 claramente a favor de las soluciones tecnológicas a problemas de

carácter ecológico, por otro lado, los movimientos ecologistas radicales

en contra de la tecnología quienes también tienen raíces en la

contra-cultura (Doherty 2002:1), adoptarían tácticas de ella (Manes

1990:69) y rechazarían los conceptos de progreso y desarrollo

tecnológico-científico. La advertencia del mal uso de la tecnología y

los sistemas industriales no encontró lugar solamente en la

contra-cultura, sino también en el gobierno estadounidense y en entornos

académicos. En 1961, el presidente Dwight D. Eisenhower en su despedida

a la nación, advirtió sobre el otorgamiento de poderes al “Complejo

Militar-Industrial”, sugiriendo mantener una visión moderada de la

investigación científica y añadió que “tenemos que estar alerta al

peligro de que la política pública pudiese terminar cautiva por la élite

científico-tecnológico” (Pursell 2007:278). El hecho de que Eisenhower

expusiera ideas preventivas contra una tecnocrácia fue, en parte,

indicador del impacto e influencia de las representaciones neo-ludistas

en la cultura estadounidense.

Theodore Roszak, un historiador de California, es frecuentemente citado

como el creador del neologismo “la contra-cultura” cuyo libro, The

Making of a Counter Culture: Reflections on the Technocratic Society and

Its Youthful Opposition (El nacimiento de una contra-cultura:

Reflexiones sobre la sociedad tecnócrata y su joven oposición) (1969)

formó parte de una creciente colección de literatura neo-ludista en los

Estados Unidos. Como se puede suponer por el título, el libro se enfoca

en lo que Roszak ha llamado “la sociedad tecnocrática”, o sea, el

régimen de corporaciones y pericia tecnológica que domina la sociedad

industrial, y la lucha de la contra-cultura contra ella. Además de sus

escritos sobre la sociedad tecnocrática, Roszak en The Voice of the

Earth: An Exploration of Ecopsychology (La voz de la Tierra: Una

exploración de la eco-psicología), también publicado en 1969, contribuyó

con ideas relacionadas con las crecientes preocupaciones por el

medio-ambiente y la dependencia de los seres humanos en el mismo. En

este libro Roszak aborda temas como la eco-psicología donde nos dice que

el objetivo de ésta “es despertar el sentido inherente de reciprocidad

ambiental que forma parte del inconsciente ecológico. […] La

eco-psicología busca curar la alienación fundamental entre el individuo

y el ambiente natural” (2001:320), y junto a esto, si seguimos la

perspectiva del autor, encontramos que sus ideas son una crítica aguda

del sistema industrial.

En el año 1967, publican en los Estados Unidos la traducción de La

Technique: L'enjeu du siècle (1964) de Jacques Ellul, un anarquista

católico francés, obra que fue citada por Roszak en dos ocasiones en The

Making of a Counter Culture (1969:6, 231). El libro de Ellul contribuyó

a la contra-cultura estadounidense el concepto de determinismo

tecnológico y una crítica teórica tanto de la tecnología como objeto

físico así como de la técnica (Jones 2006:180), o sea de todos los

medios empleados con el objetivo de llegar a un fin predeterminado y de

la manera más eficaz, el principio rector de todas las tecnologías.

Junto a esto, Jacques Ellul aportó un análisis crítico de siete

características de la técnica y la tecnología que se han convertido en

factores determinantes y opresivos en las sociedades tecnológicas: la

racionalidad, la artificialidad, el automatismo de decisiones técnicas,

el auto-aumento, el monismo, el universalismo y la autonomía (1967:79).

Jacques Ellul, reproduciendo la conocida frase de Henry David

Thoreau—“el hombre se ha hecho la herramienta de sus herramientas”,

agregó que “los seres humanos han tenido que adaptarse a [la tecnología]

y aceptar cambio total” (1964:136). Según Ellul, uno de los resultados

del determinismo tecnológico es que “destruye, elimina o subordina el

mundo natural, y no permite que este mundo se recupere ni tampoco que

entre en una relación simbiótica con él” (1967:57), una idea que

claramente sería plasmada en los movimientos ecologistas radicales que

surgirían a finales de los años 1970.

Lewis Mumford, un destacado historiador y filósofo de la tecnología

estadounidense, enfocándose en el pasado para llegar a observaciones y

conclusiones similares a Jacques Ellul, publicó su obra seminal, Myth of

the Machine (El míto de la máquina), en dos tomos, Technics and Human

Development (Técnicas y el desarrollo humano) (1967) y The Pentagon of

Power (El pentágono del poder) (1970). En su obra, Mumford llegó a la

conclusión de que “la máquina” y “la mega-máquina”, un eufemismo para la

civilización, han creado una estructura social que no se enfoca en las

necesidades humanas orgánicas, sino en las “necesidades” que la

tecnología ha creado. De alguna manera previendo los movimientos

ecologistas radicales que surgirían una década después, Mumford

escribió—“si vamos a prevenir que las mega-técnicas controlen y deformen

todos los aspectos de la cultura humana aún más, solamente vamos a poder

hacerlo con la ayuda de un modelo radicalmente diferente que es

directamente derivado, no de las máquinas, sino de los organismos vivos

y los complejos orgánicos (eco-sistemas)” (1974:352). Veremos en el

cuarto capítulo que los movimientos ecologistas radicales y sus bases

filosóficas acogieron a las ideas expuestas por Theodore Roszak, Lewis

Mumford y Jacques Ellul (Manes 1990:227), juntando una visión crítica de

la tecnología y la civilización con un enfoque ecologista.

Además de los escritos academicos de Theodore Roszak, Jacques Ellul y

Lewis Mumford, otras perspectivas neo-ludistas y ecologistas fueron

ampliamente difundidas en la cultura-pop estadounidense. Según George

Romero, un destacado director estadounidense, “la mayoría del horror de

los años 50”, una década formativa para los futuros partidarios de la

contra-cultura, “si tenía algún mensaje, era “ten miedo de la ciencia,

bombas nucleares van a destruirnos, mujeres van a ser 50 pies de altura

y que vamos a tener problemas”” (Midnight Movies, 15:25). Kirkpatrick

Sale (1997) dijo que “la idea de la tecnología desbocada es una

tendencia en la ciencia-ficción que ha ayudado a conseguir el apoyo

popular por algunas de las inquietudes neo-ludistas actuales, como por

ejemplo su oposición a la energía nuclear”. La película Silent Running

(1972) es un buen ejemplo del enfoque ecologista de la época, en la cual

nos muestra como un astronauta se revele contra el sistema para impedir

la realización de una orden para destruir las últimas plantas en

existencia, advirtiéndonos que hay situaciones en las cuales está

justificado que uno se rebela contra el sistema para solucionar

problemas ecológicos.

 

En la siguiente parte analizaremos algunos de los primeros casos

ejemplares de acción directa por motivos ecologistas en los Estados

Unidos durante los años 1970 y trataremos dos obras literarias, Ecotage!

(1972) de Sam Love y David Obst, y The Monkey Wrench Gang (1975) de

Edward Abbey, los cuales desencadenaron un proceso de radicalización

progresiva y fueron el detonante en la creación de los movimientos

ecologistas radicales de las siguientes décadas.

 

 

“The Fox” y los principios de la acción directa ecologista

 

Uno de los primeros activistas ecologistas de acción directa que llegó a

ser conocido en los Estados Unidos era James Phillips, quien operaba de

manera anónima bajo el seudónimo de “The Fox” (El Zorro) en los

suburbios al oeste de Chicago a finales de los años 1960 y principios de

los 1970, cuando todavía no era popular entre los políticos

estadounidenses hablar del respeto por el medio-ambiente y una década

antes de la popularización de las tácticas de acción directa en los

movimientos ecologistas. De manera curiosa, James Phillips ha sido poco

o nada tratado en muchos de los estudios existentes sobre la historia de

los movimientos ecologistas radicales (Manes 1990:185; Long 2004:136;

Liddick 2006:17), pero no por ello de menor relevancia, por lo que en el

siguiente párrafo profundizaremos en esta importante figura del

movimiento.

The Fox explicó que “la desobediencia civil proliferó a finales de los

1960. […] Fue en aquel momento cuando me uní a las filas” (Swanson

1988), mostrando la importancia que la contra-cultura estadounidense

tuvo sobre sus actos. En 1988 fue estimado que Phillips había

desempeñado 26 campañas que incluían cientos de incursiones (Swanson

1988) “con el objetivo de acosar las industrias, avergonzarles, llamar

la atención a su manera de actuar, conseguir que el público presionara a

los legisladores quienes les han permitido estropear las aguas y el

aire, quienes se hacían la vista gorda, quienes condenaron a los

ecologistas” (Gordon). Solamente después de su fallecimiento en 2001,

The Fox fue identificado como James Frederick Phillips por sus amigos y

familia (Martin 2001).

Con más de 30 años Phillips vivía dos vidas, de día trabajaba como

profesor de ciencia en un colegio de Chicago, y en su tiempo libre se

dedicaba a operaciones de acción directa en nombre del bienestar del

medio-ambiente. En un artículo de prensa Phillips fue citado diciendo

que su primera operación de acción directa fue en el año 1969 tras

observar una familia de patos morir en el Río Fox (Swanson 1988),

supuestamente debido a los altos niveles de contaminación de las aguas.

Como respuesta a esto, Phillips decidió castigar a la empresa de jabón,

Armour-Dial Co., tapando uno de sus desagües principales con 7 toneladas

de residuos (Young 1999). Debido a que no provocó ningún cambio

inmediato, The Fox siguió su campaña contra la empresa hasta que

invirtieron $10 millones en equipo para controlar su producción de

residuos contaminadores.

Cumpliendo con una tendencia característica de los partidarios de acción

directa por motivos ecologistas, Phillips llegó a desconfiar de los

medios legales para resolver los problemas que observó. Según él “no

había más que leyes débiles y una burocracia débil en aquél momento, […]

La contaminación del aire y de las aguas se estaba acumulando” (Swanson

1988). Uno de sus pocos intentos a través de medios legales nunca fue

solucionado. Un juez simpatizante con Phillips se comprometió a emitir

una orden restrictiva en el distrito por problemas de contaminación,

pero solamente si podían comprobarlo. Para asegurar que los inspectores

encontrarían evidencia de contaminación, Phillips se montó en su lancha

para pescar materia fecal humana del mismo río y pintarla color plata

para que de esta forma fuese evidente para los inspectores, riéndose

mientras contaba el relato, Phillips dijo, “desafortunadamente, la

pintura causó un cambio en la gravedad especifica del popó, y se hundió”

(Young 1999) y consecuentemente no consiguió convencer al juez para

emitir la orden restrictiva. Bajo su perspectiva, ya era momento de

buscar otras soluciones más eficaces e inmediatas.

En 1971 Phillips entró en un edificio de la U.S. Steel Corporation

(Corporación de Hierro de los Estados Unidos) en Chicago con un cartel

en una mano protestando por la política de contaminación de la empresa,

y en la otra mano, una jarra de un galón de aguas residuales y un ataúd

pequeño que contenía peces, ranas y pájaros muertos, todo supuestamente

provenía de los desagües de la localidad de Gary. Después de subir al

piso 18 Phillips se encontró con las secretarias y les gritó, “¡esto es

lo que pasó en los Molinos de Gary!”, y tiró los contenidos de la jarra

y ataúd por la alfombra blanca de la oficina (“Pollution Foe” 1971). Al

salir del edificio puso una pegatina en la puerta de unos ejecutivos que

decía “Dale Fox, poner fin a la contaminación”. La combinación de

desobediencia civil con problemas ambientales en mente, vandalismo y un

toque de humor serían característicos de las tácticas empleadas por los

movimientos ecologistas que surgirían pronto después.

En el mismo año, 1971, Phillips renunció a su puesto como profesor de

colegio porque estaba “harto del sistema educativo que gasta millones de

dólares intentando llevar la naturaleza adentro en vez de sacar los

niños a ella” (Gordon) por lo que comenzó a trabajar como agente estatal

de las leyes medio-ambientales. A pesar de que estaba satisfecho con las

nuevas medidas tomadas por el gobierno, en particular la Clean Water Act

(Ley de Aguas Limpias), aprobada por el Congreso en 1970, Phillips

percibió que existían muchos problemas ambientales que aún no eran

tenidos en consideración y que carecían de una solución inmediata (Young

1999). Durante sus campañas, The Fox fue conocido por dejar mofetas

sueltas en frente de las casas de los dueños de empresas causantes de

contaminación, tapaba chimeneas industriales y una vez transportó 50

libras de aguas residuales desde Lake Michigan hasta la sala de

recepción de la empresa responsable. Veinte años después Phillips

expresó que “nunca pensé que después de casi 20 años estaría haciendo

esto. Es que estoy consternado por las cosas que siguen pasando”

(Swanson 1988).

Es interesante notar que varios oficiales del gobierno como David

Dominick simpatizaron con Phillips y hablaron bien de lo que había

hecho, algo que sería menos común en las décadas siguientes debido al

aumento de actos de acción directa y la política del gobierno

estadounidense que se volvió gradualmente más hostil a ellos. Phillips

cuenta cómo en una ocasión consiguió la ayuda de un político conocido

del condado de Kane para una operación. En esta pusieron pegatinas en

barras de jabón a la venta en supermercados para reprender a la empresa

de jabón, Armour-Dial, por la contaminación que causaba (Young 1999).

“Hay suficientes personas que saben quién soy, realmente, no es un

secreto”, dijo Phillips. “Es probable que la policía averigüe quien soy

dentro de unos pocos meses, pero algunos de ellos me han ayudado.

Creyeron en lo que estaba haciendo” (Young 1999). Sin embargo, la

publicación del libro In Defense of People: Ecology and the Seduction of

Radicalism (En defensa de la gente: la ecología y la seducción del

radicalismo) en 1971 es un ejemplo temprano de la creciente oposición a

la acción directa por motivos ecologistas.

Aunque no hay evidencia clara de que Phillips contó con el discurso

neo-ludista de manera explícita, David Dominick, quien era comisario de

la Administración de Calidad de Agua, entendió los actos de James

Phillips como parte de la cuestión tecnológica. En un discurso ante la

Sociedad Americana de Ingenieros Civiles en 1970, Dominick dijo, “The

Fox, por sus hechos, hace la pregunta a todos: ¿tenemos, como individuos

en una sociedad tecnológica, la voluntad para controlar y evitar la

degradación de nuestro medio-ambiente?” (Martin 2001). Esta misma

pregunta formaría la base de la perspectiva ecologista radical que

surgiría pronto después de las campañas de The Fox, llevándoles a

cuestionar la propia sociedad tecnológica.

Es importante resaltar el gran respeto y admiración que James Phillips

tuvo por los nativos americanos como modelo alternativo a las sociedades

tecnológicas porque esto sería una parte fundamental de una de las bases

filosóficas de los movimientos ecologistas radicales, el anarquismo

verde y la ecología profunda. En una campaña publicitaria en mayo de

1973, Phillips recreó la expedición de Louis Jolliet y Jacques Marquette

del siglo XVII con siete compañeros—cuatro meses en canoa por 3.000

millas desde St. Ignace, Michigan, hasta Green Bay—para conversar con la

gente de los pueblos a lo largo del camino sobre los cambios ecológicos

que han ocurrido en el río en los 300 años desde que la expedición tuvo

lugar (Gordon). En un discurso ante funcionarios en Starved Rock,

Illinois, Phillips, cumpliendo con el papel de un explorador francés,

proclamó “cuando llegué hace 300 años vi cómo las grandes culturas

vivían por las riberas de los ríos […] ¿Adónde se han ido? ¿Por qué no

habéis hecho leyes para proteger a estas tierras sagradas? ¿Tenemos que

perder todo esto? […] y ahora mis ojos lloran mientras viajo por

vuestras ciudades civilizadas” (Gordon). Veremos que la ecología

profunda y el anarquismo verde, dos escuelas filosóficas respaldadas por

los movimientos ecologistas radicales, también han relacionado los

objetivos de la acción directa de motivación ecológica con el elogio de

las culturas primitivas. Durante los años 1970, poco tiempo después de

la circulación de noticias sobre The Fox, dichas escuelas filosóficas

llamarían por la reducción gradual del sistema industrial con el fin de

crear una sociedad basada en los principios de las culturas primitivas.

Debido a la gran cantidad de publicidad que los actos de acción directa

de The Fox generaron15, Phillips inspiró, o por lo menos coincidió con

la aparición de otros grupos anónimos de sedición que trabajaban en

nombre de la naturaleza. Según la prensa de principios de los años 1970,

The Fox consiguió un aliado: “The Billboard Bandit” (“El Bandido de

Carteleras”), un personaje anónimo quien en menos de tres meses, entre

febrero y abril de 1971, tiró setenta-cinco carteleras por las

carreteras de Michigan, entre ellas una señal de tres dimensiones que

costó $5.000 USD (“Billboard Bandits...” 1971). En el Estado de Arizona,

el “Arizona Phantom” (“Fantasma de Arizona”) deshizo líneas ferroviarias

y destruyó maquinaria para parar la construcción de una mina de carbón

en la zona de Black Mesa mientras los “Eco-Raiders” (“Eco-Asaltantes”)

inutilizaron excavadoras, destrozaron obras de construcción y, como el

Billboard Bandit, tiraron carteleras que estaban por las carreteras. En

el Estado de Florida, cerca de Miami, el “Eco-Commando Force '70”

(“Fuerza Eco-Comando '70”) tiñó de color amarillo las aguas de plantas

de tratamiento de aguas residuales del condado Dade para demostrar que

dichas aguas no estaban siendo tratadas de manera correcta

(“Environment:Cheerful Sabotage” 1972). De manera similar a los grupos

mencionados, pequeños o individuales, en 1977 John Hanna formó

Environmental Life Force con siete amigos en Santa Cruz, California,

quienes estaban enfocados en luchar contra la contaminación y los

pesticidas. El 1 de mayo, 1977, John Hanna y Environmental Life Force

intentaron explotar siete avionetas utilizadas para la riega de

pesticidas que estaban estacionadas en el aeropuerto de Salinas,

California (Cole 1977).

Es notable la popularización de la estrategia de utilizar seudónimos

entre los activistas de los años 1970. Los ludistas originarios

reclamaron responsabilidad por sus actos por parte de Ned Ludd, ante

todo para mantener su anonimato frente los autoridades, pero también

para parecer super-héroes y generar atención, o sea, publicidad para

ganar apoyo público. Dicho de otra manera, el uso de seudónimos ha

servido, tanto entre los activistas de los años 1970 como entre los

ludistas, para crear cierta mitología y dejar una huella profunda en la

conciencia del público general. Dicha estrategia terminaría siendo una

tendencia común entre los grupos más pequeños e independientes de

ecologistas radicales que no se afiliaron a movimientos más grandes como

Earth First! o Earth Liberation Front16.

Además de inspirar otros individuos y colectivos pequeños a lo largo de

los años 1970, los actos de acción directa de James Phillips eran

catalizadores de la creación de futuros movimientos ecologistas

radicales que emplearían las mismas tácticas que él, incluso a un nivel

mucho más extendido y organizado. Dave Foreman, uno de los principales

fundadores de Earth First! dijo que “en los años 70 The Fox era una

figura mitológica—una leyenda para todos en el movimiento ecologista.

[…] Lo que impresionó a todos fue que era un hombre relativamente

moderado de la clase media. No era un agitador de izquierdas” (Young

1999). Forman incluyó la táctica de tapar los desagües de materias

contaminantes en el manual de campo de Earth First! (Foreman & Haywood

1993:72-76), claramente en honor de The Fox. Personas describieron a The

Fox como “un Robin Hood, luchando para nosotros, un héroe folclórico

genuino”, mientras que otros menos afines al aumento del fenómeno de

acción directa por razones ecológicas, le describieron como parte

fundamental de “las raíces del eco-terrorismo” (Brandow 1990:1).

 

 

 

Ecotage!

 

En 1971 Sam Love publicó Earth Tool Kit: A Field Manual for

Environmental Action (La caja de herramientas de la Tierra: Un manual de

campo para la acción ecológica), el primer libro dedicado la circulación

de las tácticas de acción directa por motivos ecologistas en los Estados

Unidos. La entidad organizadora del libro era Environmental Action, la

cual fundada el primer día del Día de la Tierra con el objetivo de

proteger al medio-ambiente enfrentando a los grandes contaminadores. En

el mismo año Environmental Action y Sam Love organizaron un concurso

nacional de propuestas sobre cómo hacer operaciones de sabotaje por

motivos ecológicos para publicar una nueva versión de Earth Tool Kit.

Todas las propuestas entregadas en el concurso fueron compiladas,

gozaron de más de mil propuestas, de las cuales seleccionaron las

mejores para crear Ecotage!, publicado en 1972 e “inspirado en las

hazañas de ““The Fox” y sus homólogos, “los Billboard Bandits y

Eco-Commandos de Florida” (Love & Obst 1972:2, 13). La Cámara de

Comercio estadounidense advirtió a sus miembros de que “un negocio, como

consecuencia del concurso, puede ser “el objetivo de sabotaje realizado

en nombre del ecologismo”” (Love & Obst 1972:14), y varios periódicos

escribieron sobre el concurso, todo esto estimulando interés y

participación en el proyecto. Aunque la Cámara de Comercio entendió la

amenaza que este libro podría significar para sus intereses nunca

imaginó que el libro iniciaría un proceso de radicalización progresiva

de muchos movimientos ecologistas por todos los Estados Unidos, que

desde ese momento decidieron poner en práctica las recomendaciones de

Ecotage!.

 

La relevancia de este libro se evidencia cuando observamos que en este

son tratados varios puntos que caracterizarían a los movimientos

ecologistas de acción directa que surgirían pronto después, entre ellos,

los motivos detrás del empleo de la acción directa, la idea de que la

moral justificada es más importante que la ley y el fracaso percibido de

anteriores intentos para solucionar problemas ecológicos.

Uno de los principales motivos que llevan a hacer uso del ecotaje había

sido explícitamente mencionado por The Fox: “llamar la atención sobre

los problemas actuales por medio de la presión pública creando mayor

movilización en pro de rectificar las injusticias que están siendo

cometidas” (Love & Obst 1972:15). Como hemos visto, The Fox logró llamar

la atención de los periodistas y consecuentemente del público, haciendo

que sus actos de acción directa no fuesen solamente un golpe a la

cartera de las empresas sino una forma de propaganda para el movimiento

ecologista y un llamamiento a la movilización en defensa del medio

ambiente. Estos acontecimientos probablemente alimentaron el

resurgimiento del concepto “la propaganda por el hecho”17 entre los

anarquistas estadounidenses, quienes también han sido partidarios del

neo-ludismo y los movimientos radicales ecologistas.

También tratado en Ecotage!, y en todos los actos de acción directa, fue

la idea de que “todos tienen que ser guiados por sus propia conciencia”

(Love & Obst 1972:10) y no solamente por las leyes. Según Love, esta

consigna “implica un llamamiento a una nueva ética moral que existe

entre aquellos quienes reconocen las injusticias cometidas por algunas

de las invenciones del hombre” (Love & Obst 1972:15). Este concepto de

existencia de unas “leyes superiores” a las del hombre, fue expuesto un

siglo antes en los Estados Unidos por Henry David Thoreau (1849) en

Civil Disobedience (La desobediencia civil) y sería repetido

continuamente entre los partidarios del sabotaje.

Otra tendencia tratada por Ecotage!, que sería característica de

posteriores movimientos ecologistas de acción directa, fue la percepción

de fracaso en anteriores intentos de resolver, por medio de las vías

legales, los problemas relacionados con el medio-ambiente, llevándoles a

emplear medidas más radicales y frecuentemente ilegales. Las percepción

era que la burocracia de los lobby, las Cortes y la representación

política en los Estados Unidos se ha mostrado incapaz de responder

eficientemente por el rápido envenenamiento y destrucción de la

naturaleza. Las inquietudes expresadas en las protestas pacificas del

Día de la Tierra y las manifestaciones corrientes cayeron en oídos

sordos, o por lo menos fue percibido así. De alguna manera, la

estructura de poder burocrática-estatal fue percibido como una parte

integral del propio sistema responsable por los agravios contra el

medio-ambiente. La siguiente cita nos ilustra de muy buena manera esta

idea:

 

“Sería una equivocación por parte de la comunidad empresarial o la

prensa interpretar estas ideas como una tendencia hacía la violencia o

irresponsabilidad. En todo caso, representan frustración porque los

problemas no están siendo solucionados. […] soluciones verdaderas, no

eslóganes de Madison Avenue, son necesarias. [Los partidarios de la

acción directa] saben que una multa de $500 por contaminar aguas no

significa nada para una corporación de múltiplesmillones de dólares,

saben que las carreteras son el problema, no el embellecimiento de

ellas. […] Así que si el ecotaje es condenado, la condena es de un

sistema que exige el ecotaje, un sistema que poco responde a las

necesidades y sueños de sus constituyentes, que les obliga a ser

clandestinos para lograr el cambio” (Love & Obst 1972:15).

 

La conclusión lógica de esta línea de pensamiento era que la acción

directa y el ecotaje eran los últimos medios de defensa capaces de crear

presión, resistencia y verdaderas soluciones. La acción directa “les

cuesta el inconveniente y por lo tanto dinero. Solamente cuando empieza

a doler de manera económica empezarán a trabajar contra la

contaminación” (Love & Obst 1972:52).

Las tecnologías percibidas como dañinas y seleccionadas como blanco para

el ecotaje, o sea acción directa, fueron los coches, calles y

carreteras, el oleoducto de Alaska y los desagües de materias

contaminantes, los pesticidas, carteles de empresas consideradoscomo

destructores del medio-ambiente, incineradores de basura que operasen de

manera ilegal, productos envasados, centros comerciales y también, otras

molestias menores como la propaganda postal, llamada “contaminación

postal” por algunos participantes del proyecto (Love & Obst 1972:56-57).

Básicamente toda la infraestructura, el sistema circulatorio de las

sociedades industrializadas, fue identificada como blanco de los ataques

para proteger al medio-ambiente.

En Ecotage! encontramos la primera mención de desurveying (Love & Obst

1972:87-88), la eliminación de campamentos de medición de obras de

construcción con el fin de causar daños económicos, una táctica que

luego sería popularizada por The Monkey Wrench Gang (1975) y puesta en

práctica por Earth First! (Foreman & Haywood 1993:52-61) y sus herederos

debido a que es relativamente fácil para quienes lo llevan a cabo, pero,

muy costoso para las victimas de ello. La importancia de la táctica fue

resaltada por Edward Abbey cuando escribió, “siempre quita las estacas

de medición […] En cualquier sitio que las encuentras, siempre. Es la

primera maldita orden general en el asunto de monkeywrenching [ecotaje],

siempre quita las estacas de medición” (Abbey 1975:50). Además de

desurveying, encontramos mención de la táctica de tapar los desagües de

materias contaminantes, como había hecho The Fox. Ecotage! continuó y

propugnó dicha táctica, la cual sería repetida por los posteriores

movimientos de motivos ecologistas en sus manuales de acción directa.

Es significativo que en principio muchos de los actos sugeridos en

Ecotage! eran legales y hubieran sido ampliamente aceptados por la media

de la población, como por ejemplo, escribir cartas de protesta a

empresas y políticos (Love & Obst 1972:44-46, 48-50, 56) y otros actos

legales de desobediencia civil. Sin embargo, dichas tácticas no formaron

la mayor parte de la estrategia utilizada por posteriores movimientos

ecologistas de acción directa, quienes se decidieron por medidas más

agresivas y destructivas. Sobretodo, la aportación más significativa de

Ecotage! a estos grupos fue la introducción del concepto del “manual de

acción directa”, importante tanto como herramienta de propaganda como

para medio de comunicación de las estrategias y tácticas utilizadas

entre los partidarios de la acción directa. La guías prácticas de Earth

First!, Ecodefense: A Field Guide to Monkeywrenching18 y Earth First!

Direct Action Manual, fueron publicadas en 1985 y 2001 respectivamente,

An Anarchist Cookbook: Recipes for Disaster publicado en 2004 por

CrimethInc., un colectivo anarquista, y The Black Cat Sabotage Handbook

que llegaría a su tercera edición en 2006, compilado de manera anónima

por Bill Rogers, un activista del ELF quien fue encarcelado en 2005 por

incendiarismo. Más tarde en la evolución de la guía práctica aparecieron

algunas más especificas enfocadas en tácticas y amenazas, como por

ejemplo, The Nighttime Gardener's Handbook (2002) y My First Little Book

of GM Crop Decontamination (2002) que trataron el sabotaje de las

plantas transgénicas y Setting Fires with Electrical Timers: An Earth

Liberation Front Guide (2001), que es, específicamente, una guía sobre

cómo realizar actos de incendiarismo. Todas aquellas publicaciones

tienen sus raíces en Ecotage!, el primer escrito ampliamente difundido

que propugnó la acción directa con motivos ecologistas como un nuevo

medio para llegar a soluciones inmediatas en cuestiones urgentes

 

 

Edward Abbey y The Monkey Wrench Gang

 

En 1975, Edward Abbey publicó The Monkey Wrench Gang, una obra de

ficción que tuvo un impacto de suma importancia en los grupos

ecologistas de acción directa que surgieron pronto después. Ya desde

finales de los años 1960 podíamos encontrar variedad de escritos y

manifestaciones de acción directa y ecologismo radical, pero la

aportación del trabajo de Edward Abbey estuvo en que fue capaz de

reformular los objetivos y las nuevas tácticas de sabotaje con motivos

ecologistas dentro de una obra de ficción que cautivó generaciones de

ecologistas de acción directa y del público general, logrando vender

alrededor de medio millón de copias. La impresionante aceptación de esta

obra dentro del público estadounidense se debió a la claridad con la que

fue escrita, una dosis saludable de humor y el hecho de que su

publicación coincidió con la popularización de las preocupaciones por el

medio-ambiente. A lo largo del libro “se puede ver la doctrina

anti-capitalista, la apocalíptica, la anarquista y la milenarista que

han caracterizado el movimiento ecologista radical contemporáneo”

(Liddick 2006:18). Pero, la importancia central de esta obra la

encontramos en que aborda temas como el fuerte desafío al progreso

tecnológico-científico y la exigencia de recurrir a la acción directa

con el fin de solucionar problemas ecológicos.

Siendo la acción directa una táctica normalmente rechazada por el

público, Abbey logró presentarla en un contexto fantástico e inocuo, en

cierta medida haciéndolo más palpable y generando reacciones más

positivas hacia esta forma de manifestación. Según Christopher Manes,

Edward Abbey era “el novelista que prácticamente inventó el movimiento

ecologista radical a través de su pluma” (1990:Preface). Otro

comentarista dijo que el libro “es una obra seminal; que introdujo la

acción directa en los ciudadanos como medio para combatir la guerra

contra la naturaleza del super-capitalismo” (Ritchey 2008). Este autor

acertó en la relevancia que tuvo la obra de Abbey aunque fue un error

decir que esta introduce la acción directa que como hemos visto tiene

raíces más profundas.

The Monkey Wrench Gang se basa en el relato de varios individuos, el

Doctor Sarvis (un médico cirujano), Bonnie Abbzug (asistente del Doctor

Sarvis), el mormón “Seldom Seen” Smith (el guía de ríos) y George

Hayduke (un veterano de la Guerra de Vietnam). Ellos se conocen en el

sureste de los Estados Unidos en un viaje de campamento y, tras varias

conversaciones y expresar sus quejas, deciden dedicarse al sabotaje de

maquinaria industrial para combatir la incursión de la civilización en

las tierras salvajes. La composición de los protagonistas rompió con los

estereotipos de que los ecologistas eran “tree huggers” o hippies

sensibleros. Abbey presentó a los protagonistas, los “rebeldes

neo-ludistas con una causa ecológica” (Manes 1990:69), como un sector

diverso y contrarios a los estereotipos dominantes. En el libro se

relata como los protagonistas frecuentemente botaban su basura personal

por la calle, conducían camionetas grandes, eran aficionados a las armas

de fuego, procedían de diversos sectores laborales y pertenecían a

diferentes clases sociales, o sea, la caracterización de estos

personajes no era acorde al perfil de ecologista común. A lo largo de la

obra se puede notar como Edward Abbey utilizó a los protagonistas como

plataforma para expresar sus propias ideas sobre la relación entre la

naturaleza y el desarrollo tecnológico-científico, entre muchas otras

cosas. En uno de los pasajes más reveladores y característicos de la

obra los personajes expresaban sus críticas e inquietudes como un

presagio, previendo la problemática futura:

 

“Odio aquella represa,” dijo Smith. “Esa represa inundó el cañón más

bello del mundo.”

“Ya sabemos,” dijo Hayduke. “Nos sentimos de la misma manera que tú.

Pero pensemos en las cosas más fáciles primero. Me gustaría tumbar

algunos de los tendidos eléctricos que están colocando por el desierto.

Y los nuevos puentes de estaño cerca de Hite. Y la maldita construcción

de carreteras que están haciendo por toda la zona del cañón. Podríamos

demorar un año solamente desmontando los malditos excavadores de

mierda.”

“Oiga, oiga,” dijo el doctor. “Y no se olviden de las carteleras. Y las

minas a cielo abierto. Y las tuberías de distribución. Y la nueva línea

ferroviaria desde Black Mesa hasta Page. Y las plantas eléctricas de

carbón. Y los fundidores de cobre. Y las minas de uranio. Y las plantas

nucleares. Y los centros de ordenadores. Y la Tierra y las empresas de

ganado. Y los envenenadores de la fauna y flora” (Abbey 1975:68).

 

Lo que entendemos de esta cita es que Edward Abbey no solamente estaba a

favor de mantener y proteger el medio-ambiente, también, al igual que

fue expresado en Ecotage!, mostraba una clara inconformidad con el

sistema industrial y la infraestructura necesaria para mantenerlo,

revelando el carácter neo-ludista de los escritos de Edward Abbey. Sobre

este mismo pasaje, el portavoz neo-ludista Jerry Mander explicó que “si

aceptas la existencia de automóviles, también aceptas la existencia de

carreteras puestas encima del paisaje, el petróleo para que los coches

se muevan e instituciones gigantes para buscar el petróleo, extraerlo y

distribuirlo. Adicionalmente, aceptas un estilo de vida acelerado y el

mismo movimiento de personas por la tierra a tales velocidades que hacen

imposible prestar atención a cualquier cosa que este creciendo en esas

mismas tierras” (Bailey 2001). De hecho, Abbey concordaba con Mander en

The Monkey Wrench Gang cuando escribió—“los tecnólogos utópicos imaginan

un futuro para nosotros en el que la distancia esta aniquilada y

cualquiera puede transportarse a cualquier lugar, instantáneamente.

¡Gran cosa! El estar por todos lados a la vez es como estar en ningún

sitio para siempre” (1975:205). Este pasaje nos muestra como Abbey

criticaba el concepto de progreso y aquella arrasadora fuerza motriz que

nos lleva a desarrollar más tecnologías.

En un ensayo personal, Edward Abbey, comentó sobre la dedicatoria de The

Monkey Wrench Gang antes de su publicación—“debo dedicarlo a Lewis

Mumford”. Pero reconociendo las amplias diferencias entre su obra de

ficción y los escritos de Mumford, Abbey decidió que “lo repudiaría. No

es su estilo” (Lindholdt 1998:108). Al final, la dedicatoria definitiva

de The Monkey Wrench Gang hizo referencia al movimiento ludista

originario y su líder mítico con las palabras “IN MEMORIAM: Ned Ludd” y

una cita de Lord Byron—“abajo con todos los reyes menos el Rey Ludd”19.

Además de las referencias explícitas a los ludistas originarios, hay

muchos reflejos de la perspectiva neo-ludista en los escritos de Edward

Abbey. Robert Crumb, un artista estadounidense de comics underground y

auto-proclamado neo-ludista (Sale 2006:198), hizo dibujos para la nueva

edición de The Monkey Wrench Gang en 1985. En el capítulo “Rage Against

the Machine: Edward Abbey and Neo-Luddite Thought” del libro Coyote in

the Maze: Tracking Edward Abbey in a World of Words, Paul Lindholdt

(1998:106) utilizó los escritos neo-ludistas para matizar y

contextualizar la biografía de Abbey y Steven Jones dedicó una parte de

Against Technology (2006:198) para hablar de Edward Abbey como “el

escritor neo-ludista más destacado de los años 1960 y 1970”.

Según Lindholdt, The Monkey Wrench Gang “se caracteriza por ser

resueltamente opuesto a la tecnología”, pero también reveló con claridad

que “la tecnocrácia”, es decir, la sociedad tecnológica y los poderes no

democráticos que la controlan, “no la tecnología, era el objetivo

principal del recelo de Abbey” (1998:107). Esta conclusión está

respaldada con el testimonio de Abbey cuando dijo “es bastante falso

decir que soy un escritor cuya preocupación principal y exclusiva es 'la

preservación de la tierra salvaje'”, y si seguimos la lógica de

Lindholdt, la destrucción de toda tecnología tampoco es su preocupación.

“Si mis libros tienen un tema común, sería algo como la libertad humana

en una sociedad industrial; la tierra salvaje es solamente uno de muchos

medios hacía ese fin” (Ritchey 2008). Sin embargo, esta perspectiva cabe

claramente dentro del marco teórico del neo-ludismo, lo cual, como hemos

visto, no está en contra de las tecnologías de por sí, sino, de los

efectos negativos del desarrollo ilimitado de estas.

Lindholdt ha demostrado los paralelismos entre el neo-ludismo y Edward

Abbey con cuatro principios claramente compartidos entre los dos.

Primero, coincidiendo con la idea de que “todas las tecnologías son

políticas” (Glendinning 1990:85-86), uno de los principios del

neo-ludismo establecido por Chellis Glendining, Edward Abbey creó un

personaje llamado GOLIATH, un excavador gigante con forma de ser humano

que, por su programación, “destruye el paisaje del desierto, [y] devasta

vida, cumpliendo con la voluntad de personajes como Bishop Love quien

promovía la industria minera y el turismo” (Lindholdt 1998:113).

Segundo, es evidente que Edward Abbey llegó a una conclusión similar a

la de otros neo-ludistas como Lewis Mumford y Jacques Ellul; diciendo

que con el crecimiento de las sociedades tecnológicas, el medio-ambiente

tiene más peligro de ser destruido y llegar a un punto de no retorno, y

por lo tanto, es el sistema que quien el problema, no otras prácticas

insignificantes. Para Abbey, tirar basura personal por las carreteras,

comer carne, utilizar coches y otras costumbres no eran el mayor

problema, sino la mentalidad y el sistema que se basa en el desarrollo

ilimitado. Sobre esto Abbey escribió, “la calle está aquí ahora, por lo

tanto la voy a usar. […] Yo sería tonto si saliera para caminar y dejara

que todos los turistas echaran sus fétidos gases de escape en mi cara,

¿no te parece? Si, lo sería. Pero si quería caminar – y lo queré cuando

llegue el momento – pues, caminaría toda la distancia desde aquí hasta

la bahía de Hudson y luego regresar” (1975:32).

Tercero, “un principio importante del pensamiento neo-ludista trata de

los efectos de la tecnología corporativa en la población del tercer

mundo” (Lindholdt 1998:114), más específicamente refiriéndose a los

efectos negativos sobre los pueblos que son mayoritariamente

auto-suficientes con culturas basadas directamente en la tierra sobre la

cual viven. En el prólogo de The Monkey Wrench Gang, Abbey (1975:3) en

un tono claramente sarcástico escribió—“reunidos en una colina abierta

encima de la carretera, por el lado del río que era la reserva, una

congregación de Ute, Paiute, Hopi y Navajo [pueblos de nativos

norte-americanos] se holgazanean alrededor de sus camionetas nuevas. Los

hombres y las mujeres beben Tokay, los enjambres de niños Pepsi-Cola,

todos masticando sándwiches de pan Wonder, Rainbo y Holsum con mayonesa

y Kleenex”. Quedó claro que, para el autor la sociedad tecnológica ha

sido un motor destructor de las costumbres de otras sociedades, aportado

nada más que un placer banal sobre las mismas.

Cuarto, un principio neo-ludista que ya hemos tratado en el caso de The

Fox y Ecotage!, es la necesidad de resistencia basada en principios

morales. Según Abbey, “sentimiento sin acción es la ruina del alma”

(Lindholdt 1998:108), lo cual implica que cualquier que se preocupe por

alguna causa, en este caso el medio-ambiente, debería levantarse y hacer

algo. Una de las “acciones” a las que Abbey se refería claramente era

los actos de sabotaje cometidos a lo largo de The Monkey Wrench Gang.

Según Lindholdt, “resistencia no violenta está al centro de todo lo que

[Edward Abbey] propugnó” (1998:115). El mensaje quedó claro: movilízate

y haz acción directa si te parece necesaria. De hecho, reflejando la

influencia de Ecotage!, partes de The Monkey Wrench Gang se leen como si

fueran de un manual sobre cómo realizar actos de sabotaje, proveyendo

detalles específicas sobre las herramientas, las materias y las

cuestiones de seguridad pertinentes para lograr realizar actos de

sabotaje. Hay especulación de que Abbey había hecho pruebas de campo

para poder escribir sobre dichos actos de sabotaje de manera realista.

Aproximadamente cinco años después el mensaje definitivamente llegó a

algunos, provocando el surgimiento de los movimientos ecologistas

radicales, particularmente Earth First!.

Añadiendo un quinto punto a la lista de Lindholdt sobre paralelismos

entre el neo-ludismo y Edward Abbey, encontramos la idea de determinismo

tecnológico expuesto por Jaques Ellul, Lewis Mumford, y quizá en menor

medida Theodore Roszak. Esta idea se refiere a la poca importancia que

tienen las diferencias políticas tradicionales en el desarrollo

tecnológico, Abbey declaró que “ni el socialismo, ni el capitalismo es

el enemigo, sino la industria y la tecnología llevadas al exceso, a un

punto más allá de la locura” (Lindholdt 1998:110). Varios de estos

temas—el carácter político de la tecnología, la destrucción del

medio-ambiente y el mensaje implícito de que tenemos que resistir a

estos cambios—fueron mencionados por Abbey en una entrevista:

 

“El progreso, el desarrollo, el crecimiento, la industria. Estoy en

contra de todo aquello que los políticos y la Cámara de Comercio aman.

[…] No creo que sobrevivan. Creo que estamos acabando nuestra base de

recursos, particularmente el agua [refiriéndose al Estado desértico de

Arizona], mucho más rápido de lo que pudiese ser reemplazado. […] Las

personas que dirigen este país presumen que la tecnología y la ciencia

siempre nos rescatarán de nuestra insensatez, y hasta ahora puede

parecer que han tenido la razón. De cualquier forma estamos quemando el

planeta, mientras intentaremos exportar la especie humana al espacio.

Hacer colonias espaciales. Colonizar la Luna, Venus, Martes, y eso es lo

que yo llamaría pensamiento verdaderamente chiflado y utopianismo

científico” (Temple 1982).

 

The Monkey Wrench Gang fue un éxito, tanto entre la comunidad literaria

como entre los individuos preocupados por cuestiones ecológicas. Además

de proveer críticas agudas y un mundo imaginario fantástico, provocó la

protesta activa que han caracterizado a los movimientos ecologistas

radicales posteriores a la publicación de la obra. Su impacto y éxito

está plasmado en el hecho de que el termino 'monkeywrenching' llegó a

ser un sinónimo de sabotaje. Según Dave Forman, uno de los fundadores

más importantes de Earth First!, “Ed Abbey era el Mudhead Kachina [el

líder de un pueblo indígena] del movimiento para la conservación de la

naturaleza y quizá de todo el movimiento para cambio social de este

país” (Foreman 1989). El libro, como hemos visto, se lee casi como si

fuera un manual para el sabotaje de tecnología industrial percibida como

dañina para el medio-ambiente y, como dijo Edward Abbey, de la libertad

humana.

 

 

 

 

 

 

 

-Capítulo III-

LA RADICALIZACIÓN Y ORGANIZACIÓN

DE LOS ECOLOGISTAS ESTADOUNIDENSES

 

 

Introducción

 

A finales de los años 1970, poco tiempo después de que se difundieran

las preocupaciones por el medio-ambiente, una división ideológica empezó

a crecer dentro del propio movimiento ecologista estadounidense. Por un

lado estaban las organizaciones formales establecidas, como las del

“Grupo de Diez”—el Sierra Club, National Audobon Society, National Parks

and Conservation Association, The Wilderness Society, Izaak Walton

League, National Wildlife Federation, Environmental Defense Fund, Natura

lResources Defense Council, Friends of the Earth y el Environmental

Policy Institute—que se han dedicado a la protección del medio-ambiente

atreves de los medios legales. Según Donald Liddick, “para los años

1970s una época de “radicalización progresiva” había empezado, pero fue

el conservadurismo de las asociaciones el que precipitó la separación de

grupos en facciones más agresivas” (2006:31) lo que determinó el

surgimiento de nuevos movimientos informales, grupos de ecologistas

radicales como Earth First! y luego el Earth Liberation Front (ELF).

Igual que sus homólogos anteriores, como The Fox, dichos movimientos

percibieron la necesidad de circunvalar todo el proceso burocrático de

negociación para conseguir soluciones más inmediatas a los problemas y

amenazas al medio-ambiente. Según Doherty, para los ecologistas

radicales “las obligaciones morales de individuos a hacer lo que es

correcto cuenta para todo, la obligación política del Estado importa

poco o nada” (2005:156).

El objetivo principal de los movimientos ecologistas de acción directa

ha sido proteger al medio ambiente, eliminar el afán de lucro en la

destrucción del medio-ambiente, y para algunos, crear apoyo público a la

vez. Veremos que con el tiempo el apoyo público ha sido gradualmente

menos importante para los movimientos ecologistas radicales a lo largo

de su evolución. Con respecto a la táctica de sabotaje, Dave Foreman,

uno de los co-fundadores de Earth First!, observó que “es muy costoso

mantener la infraestructura de calles necesaria para la explotación de

tierras salvajes. El costo de reparos, las dificultades, el retraso y

las pausas en actividad puedan ser demasiados para los burócratas y

explotadores a aceptar si un movimiento de resistencia amplio, no

organizado y estratégico se difunde por la tierra” (Foreman & Haywood

1993:8), por lo que se observa que estos movimientos estudian las

maneras más practicas de evitar la explotación medioambiental a través

de acciones que desestimulen o afecten económicamente a la empresa.

Una característica importante en los movimientos ecologistas radicales

es que han puesto el acento sobre el hecho de que sus acciones no

recurren exclusivamente a la acción directa y al sabotaje. Explicando

las tácticas empleadas por Earth First!, en el documental de 1987 Earth

First! The Politics of Radical Environmentalism, Edward Abbey aclaró que

“si medidas las políticas no funcionan, intenta protestar. Si esto no

funciona, intenta la desobediencia civil. Si esto tampoco funciona,

intenta el sabotaje” (Manes 1987:2:10). Según esta lógica, el sabotaje

es la última medida a ser empleada en la lucha para proteger al

medio-ambiente, y es cierto que Earth First! se ha dedicado a campañas

educativas, pero también queda claro que los movimientos ecologistas de

acción directa suelen haber llegado a la conclusión de que anteriores

intentos no han rendido frutos y por esto toman un rol más agresivo, el

ecotaje “la actividad que más que nada define al ecologismo radical”

(Manes 1990:21). Se puede decir entonces que el discurso de los

movimientos ecologistas radicales ha sido empleado como una de varias

herramientas utilizadas para legitimar a los grupos de acción directa y

justificar la práctica de sabotaje. El mismo razonamiento aparecería

años después entre los partidarios del Earth Liberation Front

(ELF)—“después de décadas de intentos para resolver problemas a través

de medios legales, estos se han mostrado inútiles ¿deberíamos continuar

trabajando estrechamente dentro de la ley o rendirnos completamente?

Cuando el Estado mismo se beneficia y es causa de las injusticias contra

las cuales luchamos ¿cómo poder ser lógico creer que el sistema cambiará

sin ser forzado?” (Igniting... 2008:7:20).

 

Como resultado de sus tácticas, la cuestión de que si los movimientos

ecologistas radicales son violentos ha sido un enfoque de mucho debate,

en gran parte debido a que depende en como uno define lo que es

'violencia'. Según la perspectiva en favor de la acción directa, la

violencia solamente puede ser un acto agresivo cometido contra un ser

consciente, no objetos inanimados, lo que sería vandalismo. Según un

importante investigador, “hay una distinción moral enorme entre romper

las vitrinas de un banco y romper a una persona. […] Romper una vitrina

no es violencia, es vandalismo. Existe una diferencia—a no ser que

piensas en la gente como el equivalente moral de la propiedad” (Kiley

2012). Partidarios de la acción directa han recurrido a relatos

históricos como el movimiento ludista originario, la lucha para los

derechos civiles y el Motín de Té de Boston para legitimar su posición y

dar realce a la idea de que el vandalismo puede ser valioso y

ampliamente aceptado en ciertas situaciones. Algunas de sus estrategias,

quizá la mayoría, caben claramente dentro del marco de desobediencia

civil no violento en todos los sentidos, como por ejemplo tree sitting,

la táctica de acampar en las ramas de la parte superior de los árboles

para evitar que estos sean talados, también utilizan otras más agresivas

pero siempre se llevan a cabo con las precauciones suficientes para no

herir a ningún ser vivo.

La estrategia de no violencia, según la perspectiva que acabamos de ver,

ha formado la piedra angular de los movimientos ecologistas de acción

directa, hecho que suele ser resaltado por ellos mismos para mejorar la

su imagen pública20. Según Paul Watson, el fundador del Sea Shepherd

Conservation Society (SSCS), “no ha habido ningún ser humano asesinado

ni herido por ningún conservacionista en ninguna parte de este país,

ninguna parte del mundo. En cambio, conservacionistas están muriendo en

los bosques de California por intentar salvar nuestros bosques. […] Yo,

por mi parte, estoy orgulloso de este registro de no-violencia hacia los

seres humanos. ¿He destruido propiedad? Si lo he hecho. Mi filosofía en

este asunto es guiada por nadie más que Martin Luther King quien dijo

muy firmemente que la violencia solamente puede ser cometida contra un

ser viviente y que posea consciencia” (Testify!... 2005:23:15). Según

los escritores de Ecodefense, libro ampliamente difundido sobre como

desempeñar sabotaje, monkeywrenching, o sea, el sabotaje de máquinas es

una resistencia no-violenta a la destrucción de la diversidad natural y

tierras salvajes. “El monkeywrenching jamás se dirige hacía seres

humanos ni otras formas de vida. De lo contrario, está dirigido a

máquinas inanimadas y herramientas que están destruyendo la vida. Por

ello los movimientos de acción directa realzan el hecho de que son muy

cuidadosos en sus estrategias para reducir al mínimo cualquier

posibilidad de amenaza a la gente” (Foreman & Haywood 1993:9). “Puesto

de manera más sencilla y fundamental, el objetivo de [los movimientos

ecologistas radicales] es salvar vidas” (Liddick 2006:141).

 

En cuanto al modelo organizativo de los movimientos en cuestión, Donald

Liddick ha llegando a una extraña conclusión: mantiene que el modus

operandi y estructura de los ecologistas radicales “fue popularizado por

Louis Beam como medio para que los nacionalistas blancos continuarían su

lucha contra el gobierno” (Liddick 2006:69), vinculando de alguna manera

los ecologistas de acción directa con los grupos etnocéntricos de

extrema-derecha (The Order, the Posse Comitatus, and The Covenant, the

Sword, and the Arm of the Lord) sin aportar hechos que sostengan su

hipótesis. Es mucho más probable que el modelo organizativo de los

movimientos ha sido basado, en mayor parte, en la estrategia

organizativa de los ludistas originales de Inglaterra—un movimiento sin

líder, jerarquía u organización formal y enfocado en el sabotaje de

máquinas. En Ecodefense: A Field Guide to Monkey Wrenching, la guía

práctica de Earth First!, se menciona la tradición de juramentos de

silencio en el movimiento ludista originario, recomendando la misma

práctica para sus miembros como estrategia de seguridad (Foreman &

Haywood 1993:238). Además, veremos que los movimientos ecologistas y sus

bases filosóficas han hecho repetido elogio a los ludistas originarios,

mientras no se ha encontrado evidencia de fuentes que indiquen una

relación entre los grupos de extrema-derecha y los movimientos

ecologistas de acción directa.

Tanto Earth First! como Earth Liberation Front se han constituido de

manera compleja. La división organizativa principal de estos movimientos

se conforma por una parte clandestina que lleva a cabo los actos de

acción directa y un sector legal con cara al público que se encarga de

la propaganda, el apoyo para activistas presos y de explicar al público

el pensamiento detrás de los actos de acción directa (Liddick 2006:70),

generalmente a través de publicaciones como el Earth First! Journal,

Earth Liberation Front Press Office y revistas independientes. “Debido a

que los activistas clandestinos son anónimos y aislados, su éxito

depende de manera crítica en los miembros del movimiento del sector

legal, quienes proveen apoyo y dirección” (Liddick 2006:69). Los

movimientos suelen organizarse primero por país, como EF!UK (del Reino

Unido) y EF!Netherlands, y luego por Estado o región, por ejemplo,

Everglades EF! y Santa Cruz EF!. Aunque existe la distinción a nivel

organizativo, es importante recordar que se han caracterizado por el

rechazo de la jerarquía, acercándoles a la práctica anarquista aunque no

siempre se auto-definan como tal (Frequently Asked... 2001:2-3). Por lo

tanto, no tratamos las organizaciones como Greenpeace que, a pesar de

que han recurrido a la acción directa, “no tienen el carácter

contra-cultural, no están sometidos a formas de organización no

jerárquicas ni comparten la ideología radical de acción directa por

motivos ecologistas de grupos como Earth First!” (Doherty 2005:155). Un

siguiente nivel organizativo de la organización es la división por

células autónomas que operan de manera independiente para que el

movimiento siga operativo aún cuando una célula sea infiltrada por

autoridades secretas o paralizado. Debido al modelo organizativo de los

movimientos ecologistas radicales y la semejanza entre las ideas que

comparten, a veces los activistas pueden pertenecer a varios

movimientos. Rodney Coronado, uno de los activistas más conocidos entre

los movimientos ecologistas, ha reclamado responsabilidad por actos de

acción directa por parte del Animal Liberation Front (ALF) y el Sea

Shepherd Conservation Society (SSCS), fue portavoz del Earth Liberation

Front (ELF) y también miembro del colectivo editorial del Earth First!

Journal.

 

Cuando nos referimos al fenómeno en cuestión, el termino “sabotaje”

suele ser substituido por varios otros, los más comunes siendo:

monkeywrenching, eco-terrorismo, eco-activismo o a veces ecotaje, cada

uno con un contenido particular determinado por las asociaciones que

provocan la acción y con un mensaje implícito en ello.

El primer termino, monkeywrenching, es un eufemismo que se ha extendido

entre los propios activistas, hecho que claramente refleja la

popularidad del libro de Edward Abbey, The Monkey Wrench Gang (1975),

entre los movimientos ecologistas radicales. Este término se refiere a

la imagen clásica de una llave inglesa que es utilizada para atascar el

engranaje de una máquina, tal como en la película Modern Times de

Charlie Chaplin, y se puede definir como cualquier acto de sabotaje por

motivos ecologistas. El uso de este término se ha extendido casi que

exclusivamente entre los propios activistas y los partidarios de la

acción directa, probablemente porque tiene una connotación pícara y poco

seria.

El segundo termino, “eco-terrorismo”, es el preferido de las autoridades

gubernamentales, periódicos corrientes y escritos críticos del

ecologismo radical, tiene una connotación claramente política y

peyorativa, provocando la comparación de los ecologistas de acción

directa con los terroristas islámicos que han sido objeto de obsesión de

la política estadounidense desde el 11 de septiembre, 2001. Paul Watson,

plasmó el desdén entre los activistas por el término en una conferencia

cuando dijo, “lo que quieren decir es que activistas ecologistas

realizan actos de terrorismo, ¿pero dónde están estas personas? ¿Soy

uno? Algunos de la prensa han dicho que lo soy. Aún estoy aquí hablando

ante este foro. Si yo fuera un terrorista estaría en la cárcel ahora, o

huyendo, clandestino, pero en cualquier sitio menos aquí […] no estaría

viajando libremente bajo mi propio nombre, con mi propio pasaporte”

(Testify... 2005:24:15). Como hemos visto, los ecologistas radicales se

han preocupado por no herir nunca a ningún ser vivo, y en los Estados

Unidos han cumplido con este principio. No hay un caso de ningún muerto

por un acto de acción directa de todos los movimientos ecologistas

radicales, y por lo tanto, los movimientos han preferido utilizar el

termino “eco-activismo”.

El último termino, “ecotaje”, aunque es quizá el menos utilizado de

todos, lingüísticamente es lo más exacto. Según los editores de

Ecotage!, el termino fue creado por ellos mismos (Love & Obst 1972:14),

lo cual ha sido ampliamente utilizado tanto entre los partidarios de los

movimientos ecologistas radicales como entre sus opositores. Según la

definición que aparece en la introducción del libro, la palabra

significa “una rama de biología táctica que trata de la relación entre

organismos vivos y su tecnología. Suele referirse a las tácticas que

pueden ser ejecutadas sin lastimar sistemas de vida” (Love & Obst

1972:6). Aunque en 1972 Love y Obst explicaron que ecotaje viene de

ecologismo más sabotaje, con el tiempo el término ha sido entendido

normalmente como sabotaje económico.

 

En el siguiente apartado analizaremos la evolución del movimiento

ecologista radical en los Estados Unidos, empezando con la controversia

del proyecto CU (1974-1980) y los llamados “Bolt Weevils”, el primer

ejemplo de una situación que provocó un movimiento de acción directa

organizado por motivos ecologistas, entre otros, y que realzó la

cuestión de la tecnología desde una perspectiva crítica.

 

 

Los “Bolt Weevils” de Minnesota

 

En 1973 las empresas Cooperative Power Association (CPA) de Edina,

Minnesota y United Power Association (UPA) de Elk River, Minnesota,

empezaron el proyecto CU ('Cooperative' y 'United'), para llevar

electricidad desde una planta eléctrica cerca de Bismarck, North Dakota,

por 430 millas, hasta Minneapolis y St. Paul, Minnesota, dos importantes

centros urbanos. Para realizar el proyecto era necesario expropiar

franjas de tierra de 160 pies de ancho en la zona centro-oeste del

Estado de Minnesota, una región predominantemente rural y de población

agricultora, y levantar torres de alta tensión para sostener los cables

eléctricos (Bran 2006:7; Wellstone & Casper 1981:3). Frente a la

propuesta e iniciativa de las dos empresas, la mayoría de los

agricultores que serían afectados se opusieron, por una variedad de

razones, a la construcción de los cables de alta tensión que pasarían

por encima de sus terrenos. A pesar de que este hecho ha sido

documentado en detalle por Paul Wellstone y Barry M. Casper (1981), en

su investigación no se abordó la relación existente entre el proyecto

CU, los movimientos ecologistas radicales y el neo-ludismo, por este

motivo dedicaremos este apartado al análisis de dicha relación.

Las razones principales por detrás de la oposición al proyecto CU tenían

que ver con muchos factores. “Había preguntas sobre los problemas de

salud y seguridad: descarga eléctrica, la capa de ozono y los efectos

biológicos, incluyendo exposición continua a campos eléctricos y

magnéticos de nivel bajo, además se preguntaban si este proyecto: “¿Es

necesario?” “¿Qué hará a nuestro medio-ambiente?” “¿Qué se sacrifica, a

quién beneficia y quién decide?”” (Holmes 2008). Las inquietudes de los

oponentes al proyecto CU encajaron claramente con los principios

neo-ludistas establecidos por Chellis Glendinning sobre el impacto de

las tecnologías en el medio-ambiente, los seres humanos y la percepción

de que las tecnologías tienen una naturaleza política que las hacen

beneficiar a algunos más que a otros. Además, Steven Jones () y

Kirkpatrick Sale (1996:248) han demostrado la conexión entre la

perspectiva neo-ludista y el rechazo por el proyecto CU. El problema de

estos estudios es que han sido meras introducciones al tema, careciendo

de detalles y de análisis, matizando el neo-ludismo y los

acontecimientos.

“Desde el principio, el asunto fundamental ha sido la cuestión de la

necesidad—los granjeros no estaban convencidos de que los cables de alta

tensión a través de sus campos eran verdaderamente necesarios”

(Wellstone & Casper 1981:241). Esto significa que, en el fondo del

debate, más allá de las preocupaciones por la salud, la seguridad y la

justicia, se encontraban dos visiones enfrentadas sobre el modelo de

sociedad y progreso que los Estados Unidos debería desarrollar, la de

los agricultores y la del gobierno. Para los campesinos de Minnesota,

también como para los Southern Agrarians (Agricultores del Sur) de los

años 1920-193021, hay una diferencia fundamental e incompatible entre

una sociedad industrial y una agrícola; los campesinos lógicamente

favoreciendo la última. Los campesinos de Minnesota se negaron al

proyecto CU, protestaron por lo que percibieron como la destrucción

forzada de su modo de vida para “suministrar centros predominantemente

urbanos” (Wellstone & Casper 1981:37). Las Cortes dejaron la decisión

final de la realización del proyecto en manos de un panel de científicos

que solamente consideraron las cuestiones científicas del debate,

ignorando completamente los aspectos no técnicos (Wellstone & Casper

1981:245). Sin duda, era un caso ejemplar del determinismo tecnológico

expuesto por Jacques Ellul y Lewis Mumford. “Para la mayoría de los

estadounidenses, los cables de alta tensión que entrecruzan el campo son

simplemente un hecho de la vida—enlaces de una red energética cuya

existencia es esencial a el modo de vida moderno. Sin embargo, para

muchos agricultores de Minnesota […] un cable de alta tensión terminó

siendo un símbolo poderoso—un símbolo de la disposición de América a

sacrificar sus ciudadanos rurales para alimentar un hambre por energía”

(Wellstone & Casper 1981:3).

En 1974, con el apoyo de varios partidos políticos, iglesias, y

organizaciones cívicas, los agricultores intentaron impedir el proyecto

CU a través de medios legales, hasta que en 1976, por la falta de

respuesta a sus peticiones estos empezaron a protestar de manera activa

y, eventualmente, a emplear tácticas de acción directa. En 1977, en

contra de la opinión de los agricultores el proyecto CU fue aprobado, es

ahí cuando algunos recurrieron al sabotaje de los cables de alta tensión

dándole nacimiento al movimiento que tomó como nombre “Bolt Weevils”

(gorgojos de tornillos), llegando a una nivel de protesta activa tan

extremo que un periodista de la Radio Pública de Minnesota lo llamó “una

guerra de guerrillas” (Losure 2002). Según Hold That Line, una revista

de protesta enfocada en el proyecto CU, “se ha intentado todos los

medios del sistema legal, y por cada paso del camino a los manifestantes

se les ha mentido, se les ha engañado y se les ha tomado por tontos. […]

En su lugar, la satisfacción viene de los campos. Cada vez que se cae

una torre, hay un poco de satisfacción. Cada vez que haya hierro

destruido, se eliminen los campamentos de medición, los aislantes

eléctricos estén rotos o no funcione el equipamiento de construcción el

próximo día, hay un poco de satisfacción” (Wellstone & Casper

1987:274-275). A lo largo del trabajo veremos que otros grupos de acción

directa han aludido a una lógica semejante a la de Bolt Weevils, en

donde, tras percibir que los medios legales no responden a sus

protestas, acuden al sabotaje como último recurso para defenderse.

Según Wellstone y Casper, “martes, el 8 de junio de 1976 era el punto de

inflexión […] el día que Virgil Fuchs se hizo cargo de los problemas por

sí mismo” (Wellstone & Casper 1981:136). El agricultor Virgil Fuchs,

cansado de protestar en las Cortes en contra del proyecto CU y sin

lograr solucionar sus quejas, condujo su tractor hacia agrimensores que

estaban inspeccionando su terreno, destruyendo un trípode de medición y

embistiendo contra uno de los vehículos de la empresa. Después de ser

detenido en St. Cloud y amenazado con culparlo de dos delitos graves,

Fuchs negó negociar con las autoridades, en gran parte porque el

incidente había llamado la atención de agricultores que rápidamente se

juntaron frente a la Corte del condado para mostrar su apoyo a Fuchs.

Horas después de que Fuchs había sido detenido fue liberado bajo la

condición de que no volviera a interferir con la inspección de los

campos (Wellstone & Casper 1987:137). Según el director de la

Cooperative Power Association, Alex Johnson, “parecía que los oponentes

de los cables de alta tensión estaban infringiendo la ley...y esquivando

el castigo” (Losure 2002), pero la opinión de los agricultores de

Minnesota estaba firmemente a favor de cualquier medida que impidiera la

realización del proyecto CU. Los comentarios de un granjero de leche,

Tony Bartos, ilustran la perspectiva campesina del momento.

 

“Para empezar, no deberían habernos hecho esto. Hicimos todo que pudimos

hacer de manera legal. Fuimos a Minneapolis, conseguimos abogados,

fuimos a las Cortes. Pero, o los jueces fueron sobornados o no se dieron

cuenta de lo que está sucediendo aquí. Creo que hay muchas diferentes

leyes y maneras de ver la cosa. También hay leyes morales. No sé, no

creo que lo que están haciendo esté mal. Claro que la gente piensa que

tienes que obedecer la ley, ¿pero qué es la ley? ¿Quién la hace?

Deberíamos tener más decir sobre lo que sucede en este Estado también

¿sabes? No pueden atropellarnos como si fuéramos una pandilla de perros”

(Losure 2002).

 

El incidente de Virgil Fuchs, más que provocar solamente una reacción en

la comunidad y entre los agricultores, hizo que campesinos de diferentes

condados en contra del proyecto CU se conocieran por primera vez y se

juntaran con el objetivo de protestar en contra del proyecto. Era un

momento significativo porque, al contrario de los bajos niveles de

organización que caracterizaron anteriores actores de acción directa,

marcó los principios de los movimientos de acción directa organizados de

manera informal. Según el testimonio de otros campesinos “Virgil es un

héroe en esta zona. Casi todo empezó cuando Virgil atropelló el equipo

[de los agrimensores]. Desde ese momento la participación de la gente se

hizo más intenso” (Wellstone & Casper 1981:137). Durante los años

siguientes, ahuyentar a los agrimensores del proyecto CU con estrategias

similares a la usada por Virgil se hizo bastante popular entre los

campesinos de Minnesota, con ello se evidenciaba cada vez en mayor

medida la radicalización de los opositores del proyecto .

En 1978 grupos de cientos de campesinos estaban ahuyentando a equipos

enteros de trabajadores del proyecto CU, culminando en la “Batalla del

condado de Stearns”, la cual tuvo lugar el 15 de febrero de 1978, cuando

los agricultores atacaron a los policías estatales con anhídrido de

amonio, un fertilizante toxico (Wellstone & Casper 1981:216; Véase Anexo

Fig. 3). Debido a que la táctica fue polémica, no solamente por estar

dirigida hacía seres humanos sino porque también eran policías estatales

y los acontecimientos recibieron muy mala prensa, los agricultores

tuvieron que revaluar sus tácticas, optando por la desobediencia civil y

el sabotaje en el clandestino de los cables de alta tensión que apenas

estaban empezando a ser construidos. Se conocieron casos de campesinos

que en forma de protesta se cubrieron en el estiércol de cerdos y

pidieron que los policías les detuvieran (Wellstone & Casper 1981:219).

Reconociendo la seriedad de la situación, el gobierno de Minnesota mandó

200 policías estatales, la mitad de toda su fuerza policíaca, a vigilar

los cables de alta tensión para asegurar que el proyecto CU se realizara

(Wellstone & Casper 1981:4), y por lo tanto, a pesar de las protestas

apasionadas de los agricultores, la construcción de las torres de alta

tensión logró ser finalizada en la primavera de 1978.

Sin embargo, los agricultores no se dieron por vencidos. Los Bolt

Weevils fueron apoyados por la General Assembly to Stop the Powerline

(La asamblea general a parar el tendido eléctrico), la cual “se

convirtió en la cabeza dirigente de las protestas” (Wellstone & Casper

1981:274), publicó el boletín de noticias semanal Hold That Line (Parar

aquella línea) que proveía asistencia legal para los activistas y “se

convirtió en el pegamento que mantenía la protesta unida” (Wellstone &

Casper 1981:275). En las primeras horas del día 2 de agosto de 1978, los

Bolt Weevils, la rama anónima de agricultores y activistas que se

encargaban de los actos de sabotaje, salieron con el objetivo de

estropear, tirar las torres de alta tensión y sabotear el proyecto CU.

Durante las semanas siguientes tres torres de alta tensión más fueron

tiradas (Losure 2002) y “a lo largo de dos años, cayeron catorce torres

de cables de alta tensión y casi 10.000 aislantes habían sido

disparados” (Bran 2006:7). El sabotaje de las torres de alta tensión le

estaba costando Cooperative Power Association y United Power Association

tanto dinero que, en el 9 de septiembre, 1980, pasaron el control del

proyecto CU al Rural Utilities Service, un departamento del Ministerio

de Agricultura estadounidense, en parte para que el sabotaje de los

cables de alta tensión se convirtiera en un delito federal, resultando

en el fin definitivo del movimiento de protesta en contra de los cables.

El caso de los Bolt Weevils ha sido objeto de elogio entre partidarios

de la acción directa (Foreman & Haywood 1993:63; Manes 1990:184), y

también animó posteriores campañas contra tecnologías en manos de

grandes corporaciones. Años después, Earth First!, movimiento del que

hablaremos más adelante, incorporó información detallada sobre el

sabotaje de las torres de alta tensión en su manual de campo con la

ayuda de los propios Bolt Weevils de Minnesota (Foreman & Haywood

1993:62-66). De hecho, en marzo de 2006 en la primera publicación de A

Murder of Crows, una revista anarquista independiente, Kasimere Bran

escribió un artículo titulado “Sabotage as Social War” (“El sabotaje

como guerra social”), el cuál se enfocaba en la controversia del

proyecto CU y hace elogio a los Bolt Weevils de Minnesota.

Aunque no ha sido claro si los Bolt Weevils después de la polémica del

proyecto CU han coordinado con sus homólogos, se ha encontrado evidencia

de individuos que actuando en su nombre han seguido manifestándose por

lo menos hasta el año 2000, cambiando el enfoque de sus ataques hacía

tecnologías como las plantas transgénicas. Según un comunicado del

grupo, forman parte del “rechazo mundial de los cultivos transgénicos y

el puñado de corporaciones trans-nacionales como Monsanto, Novartis y

Dupont […] que están intentando manipular el futuro de la agricultura

mundial y la fuente de alimentación para aumentar sus ganancias”

(Tufenkian 1999). Además de ser percibida como una amenaza para el

ambiente, la investigación y comercialización de semillas transgénicas

ha sido entendida por los ecologistas radicales como un fenómeno dañino

para poblaciones en posiciones desfavorecidas. El rechazo de cultivos

transgénicos, por lo menos por parte de los Bolt Weevils, ha sido tanto

por razones ecologistas como por razones sociales. “Los cultivos

transgénicos han sido relacionados con la contaminación genética, la

creación de nuevos virus y bacterias, el daño a insectos beneficiosos,

el aumento del uso de pesticidas y la creación de “super-plagas”. Por lo

tanto, el cultivo transgénico es una clara amenaza tanto para el

medio-ambiente como para la salud de los animales y seres humanos”

(Tufenkian 1999).

En septiembre de 1999, los Bolt Weevils reivindicaron dos actos de

acción directa, uno de ellos estuvo dirigido hacia un centro de

investigación de semillas de Pioneer Hi-Bred, la empresa estadounidense

más grande de semillas. Según el comunicado de los Bolt Weevils, “el

cultivo, los complejos de investigación y las oficinas corporativas son

todas fuentes de esta amenaza tecnológica y deberían ser el objeto de

ataques” (Tufenkian 1999). El ataque se basaba en destruir 50 filas de

maíz transgénico y destrozar vehículos de la empresa. También

escribieron grafitis como “Libera a la semilla”, “Parar el agro-negocio”

y cambiaron una señal al frente del complejo que decía “Pionero” a decir

“Pionero de Granjagedón”22. Luego veremos que además de los Bolt

Weevils, un conjunto de otros grupos y movimientos opuestos a los

cultivos transgénicos han hecho que la ingeniería genética sea uno de

los enfoques principales de los movimientos ecologistas radicales y sus

actos de sabotaje.

 

 

Earth First!

 

En abril de 1980, Dave Foreman, Mike Roselle, Howie Wolke, Bart Koehler

y Ron Kezar salieron en el antiguo automóvil Volkswagen de Foreman a un

viaje por la carretera 12 en donde se encuentran las Llanuras de San

Augustine del Desierto Pinacate del Estado de Nuevo Mexico,

supuestamente porque Edward Abbey lo había descrito como uno de los

lugares más bellos y naturales del mundo (Manes 1990:68).

La mayoría de los participantes del viaje se habían dedicado a campos

relacionados con la protección del medio-ambiente, y sino estaban

involucrados en el movimiento anti-guerra y la contra-cultura durante

los años 1960. Entre 1973 y 1980 Dave Forman trabajó para The Wilderness

Society en el Estado de Nuevo México como representante del suroeste de

los Estados Unidos, fue Director de Wilderness Affairs en Washington

D.C. y entre 1976 y 1980 fue miembro de The Nature Conservancy, también

en Nuevo México. Mike Roselle había sido un participante activo del

movimiento contra la guerra de Vietnam con los Yippies y luego con los

Zippies, un grupo dedicado a re-estimular a la contra-cultura

estadounidense, pero tras la salida de los Estados Unidos de la guerra

se alejó de estos grupos. Howie Wolke, un auto-proclamado ludista,

trabajaba para Friends of the Earth donde representó la organización en

Wyoming, “atendió audiencias públicas sobre cuestiones relacionados con

zonas vírgenes, habló con la prensa, apeló la venta de madera y organizó

apoyo público” (Manes 1990:67). Bart Koehler, al igual que Dave Forman,

trabajaba para The Wilderness Society, pero en el Estado de Wyoming. El

último miembro del grupo, Ron Kezar, era miembro del Sierra Club y

trabajaba en parques nacionales de los Estados Unidos. Según Howie

Wolke, cuando empezaron el viaje, Foreman estaba a punto de renunciar a

su puesto de trabajo en The Wilderness Society y Wolke había dejado

recientemente su puesto como representante del Estado de Wyoming para

Friends of the Earth (Wolke 2006). Ambos Dave Foreman y Howie Wolke

escribieron sobre la transición que experimentaron, desde trabajar

dentro de los medios legales, pasar por el desencanto y desesperación

hasta llegar a la radicalización total de sus actos.

El proceso de RARE II (la Segunda Roadless Area Review and Evaluation),

un proyecto realizado por El Servicio Forestal de los Estados Unidos,

empezó en el verano de 1977 y duró 18 meses, tuvo como objetivo hacer un

inventario de todas las zonas sin carreteras en los Estados Unidos y

determinar los criterios para crear más. “El Servicio Forestal

identificó 2.686 zonas de 5.000 acres o más sin calles, es decir, 66

millones de acres de los 187 millones de las tierras Forestales

Nacionales […] una zona equivalente en tamaño al Estado de Nuevo Mexico”

(Foreman & Haywood 1993:5). Según Dave Foreman, alrededor de 15 millones

de acres no fueron incluidos por “inventario descuidado” y otras

razones. Con respecto a este hecho, Howie Wolke dijo que “el Servicio

Forestal acaba de recomendar que la mayoría de las tierras salvajes sin

calles y bajo su jurisdicción […] deberían ser abiertas para la

construcción de calles, la tala de árboles, la minería y otros tipos de

daños incompatibles con nuestra visión de cómo deberían ser las cosas en

las tierras públicas” (Wolke 2006). Todos los viajeros de este automóvil

percibieron RARE II como un fracaso por su incapacidad de defender a la

naturaleza frente a los intereses económicos destructivos. Pero fue

justamente el RARE II lo que sirvió como catalizador para que este grupo

de viajantes comenzaran a practicar las tácticas que poco tiempo antes

fueron propugnadas por The Fox y sus homólogos, Ecotage! y Edward Abbey

en The Monkey Wrench Gang.

A lo largo del viaje por las Llanuras de San Augustine, las noches

fueron dedicadas a comer, beber y hablar sobre “la falta de visión del

movimiento ecologista, la ineficacia de su postura moderada, el

alejamiento entre su liderazgo profesional y los activistas locales, el

radicalismo de la industria, la oposición gubernamental a la protección

del medio-ambiente y la crisis existente por la destrucción de zonas

vírgenes como resultado del desarrollo industrial sin restricciones”

(Manes 1990:69). Estaban de acuerdo en que querían hacer algo nuevo,

según Howie Wolke ellos querían “evitar lo convencional, mezclar una

dosis saludable de humor e irreverencia con un enfoque que no negociaba

la conservación de la vida silvestre”, añadiendo en broma que la luna

sería calificada como una tierra intocable. De esta manera, curiosamente

parecida a como los protagonistas de The Monkey Wrench Gang (1975) se

unieron, Dave Foreman, Mike Roselle, Howie Wolke, Bart Koehler y Ron

Kezar crearon Earth First! y comenzaron su campaña de acción directa

contra la destrucción del medio-ambiente. Dave Foreman propuso el nombre

“Earth First!”, Roselle diseñó el logotipo, un puño verde dentro de un

circulo, y todos estaban de acuerdo sobre su lema: “comprometidos

absolutamente en la defensa de la Madre Tierra” (Manes 1990:70). Según

las suscripciones al Earth First! Journal, el movimiento gozaba de más

de 1.500 miembros después de un año, y en 1989 tenía más de 10.000,

“haciendo Earth First! el grupo ecologista de quizá el más rápido

crecimiento en la historia” (Manes 1990:76).

 

A lo largo de la historia Earth First! ha pasado por diferentes épocas

en las cuales ciertas tácticas han sido más populares que otras dentro

del movimiento, pero por lo general han utilizado todos los medios

posibles para lograr sus objetivos, desde los medios legales hasta la

desobediencia civil y el sabotaje económico. El 21 de marzo de 1981, el

movimiento Earth First!, con Edward Abbey presente, realizó una protesta

en la represa de Glenn Canyon, desplegaron una gigante tela de plástico

de 91 metros por la fachada de la represa, para simular que la

estructura tenía una grieta gigante, mientras lo hacían más de cien

personas se encontraban de espectadoras. La represa también fue el

enfoque principal de los protagonistas de la obra de 1975 de Edward

Abbey. Según Earth First!, esta represa, como cualquier otra, tendría un

impacto perjudicial y catastrófico sobre toda la zonas naturales

afectadas por ella. El primer acto de acción directa de Earth First! fue

bastante representativo de lo que serían sus acciones durante los

primeros años del movimiento cuando, en vez de enfocarse en hacer daño

económico, intentaban incrementar el apoyo público por sus causas e

inspirar más actos con la propaganda por el hecho. “La protesta de Glenn

Canyon sigue siendo un evento importante en la iconografía del

movimiento ecologista radical, dramatizando lo que un número creciente

de activistas creyeron: que nuestra cultura tecnológica, con sus

intrusiones en el mundo natural, tenían que ser disminuidas, tal vez

incluso deshechas” (Manes 1990:7-8). Cumpliendo con la observación de

Manes sobre el rechazo por la “cultura tecnológica”, durante una de las

reuniones anuales del grupo, Dave Foreman proclamó con entusiasmo,

“estamos ofreciendo una crítica aguda del industrialismo, el progreso y

la tecnología. ¿Somos ludistas? ¡Pues claro que somos ludistas! […]

Somos anti-tecnología. ¡Alguien tiene que ser anti-tecnología! (Manes

1987:44:20).

A pesar de que la primera protesta de Earth First! fue principalmente

pacífica y simbólica, se pudo notar cómo después de la publicación de

Ecodefense: A Field Guide to Monkeywrenching23 en 1985, sus tácticas se

tornaron distintas y comenzaron a estar más enfocadas en hacer daño

económico a empresas de extracción de recursos naturales por medio del

sabotaje. Según Manes, “el aumento de ecotaje por parte de ecologistas

radicales en los años 1980 era una respuesta a la expansión

aparentemente ilimitada de la tecnología” (1990:185). También se ha

observado que era durante esta época cuando “algunos ecologistas que

favorecieron la táctica monkeywrenching comenzaron a denominarse a sí

mismos como neo-ludistas” (Long 2004:151). Ecodefense sirvió como un

manual y elemento básico de los activistas ecologistas y fue publicado

bajo la casa editorial “Ned Ludd Books”, mostrando otra vez que el

ludismo ha sido una de las principales fuentes de inspiración para los

ecologistas de acción directa. Además, muchos de los artículos del libro

provenían de la columna “Dear Ned Ludd” del boletín de Earth First!

durante los principios de los años 80. Otro hecho que plasma el carácter

neo-ludista de este libro es el uso del término monkeywrenching en el

propio título, palabra tomada de la obra neo-ludista que Edward Abbey

publicó en 1975.

Aunque Christopher Manes (1990:82) ha sostenido que el libro era una

versión modificada de The Anarchist Cookbook, publicado por William

Powell para protestar por la Guerra de Vietnam en 1971, es mucho más

probable que Ecotage! (1972) hubiese sido una mayor fuente de

inspiración, sobretodo porque los motivos detrás de la publicación de

Ecotage! coincidían con los de Earth First! y porque Foreman expresó su

elogio por The Fox (Young 1999), a quien Ecotage! fue dedicado.

Debido a que Ecodefense proveía instrucciones detalladas sobre cómo

realizar actos de sabotaje a un nivel más serio que Ecotoage!, “es muy

discutible que este sea el libro ecologista más controvertido jamás

publicado” (Foreman & Haywood 1993:1; Véase Anexo Fig. 4). Llegando a su

tercera edición en 1993 bajo la casa editorial Abbzug—otro termino

tomado de The Monky Wrench Gang de Edward Abbey24—el libro se convirtió

en un manual detallado de las tácticas, equipamiento e información útil

para los activistas de acción directa, abarcando desde la información

más general sobre la acción directa estratégica, el futuro de la acción

directa, la defensa de animales, las pequeñas operaciones, la propaganda

y la seguridad hasta como realizar actos específicos de acción directa

en calles y carreteras, y de sabotaje del equipamiento industrial y

vehículos.

Ecodefense, precedido por Ecotage! y en parte por The Monkey Wrench

Gang, popularizó el concepto de guía de campo que ha sido ampliamente

replicado en los movimientos ecologistas radicales posteriores.

Siguiendo con la línea Earth First! publicó Earth First! Direct Action

Manual25 (1997), el cuál se enfocó en actos de desobediencia civil, no

de sabotaje. Luego otros movimientos afines seguirían con la misma línea

en sus publicaciones como el Earth Liberation Front en Settings Fires

With Electrical Timers: An Earth Liberation Front Guide (2001), The

Nighttime Gardener's Guide (2002), My first little book of GM Crop

Decontamination (2002), The Black Cat Sabotage Handbook (2006), y los

anarquistas que publicaron Recipes for Disaster: An Anarchist Cookbook

(2005).

Las técnicas más frecuentemente empleadas por Earth First! para castigar

el afán de lucro en la destrucción de la naturaleza han sido, sobretodo,

tree sitting, tree spiking, desurveying, el sabotaje de excavadoras, de

vehículos, de torres de alta tensión y de maquinaria pesada, tapar los

desagües de materias contaminadoras, el incendiarismo, el bloqueo de

acceso a zonas naturales y, como hemos visto, protestas publicitarias no

destructivas que caracterizaron los primeros actos de acción directa de

Earth First!. Por lo general, las estrategia de sabotaje de Earth

First!, por lo menos entre 1980 y 1990, estaba enfocada en parar la

extracción de recursos naturales y en el desarrollo de tierras salvajes.

Tree spiking, el acto de meter clavos en los troncos de árboles para

evitar que sean talados, ha sido una de las tácticas más frecuentemente

practicadas por los activistas de Earth First!. La táctica surgió en

respuesta, sobretodo, a la tala de árboles maduros y la práctica de tala

rasa, cuando las empresas madereras cortan absolutamente todos los

árboles de una zona, dificultando el sostenimiento y la recuperación de

los organismos de la zona afectada. Hay evidencia de dos casos en los

cuales empresas tenían que retirar madera para la venta debido a tree

spiking (Manes 1990:13). Según Ecodefense (18-19), hay dos filosofías

básicas del tree spiking: la primera es introducir el clavo en la base

del tronco de un árbol para dañar la sierra del leñador cuando esta

choca con el clavo, y la segunda se basa en subir al árbol para

introducir el clavo, dañar la sierra industrial en las fabricas

madereras y así evitar herir a los obreros26. Otra versión de tree

spiking que fue desarrollado por los ecologistas radicales se conoce

como tree pinning, en donde, en vez de meter un clavo metálico en el

tronco del árbol se usan clavijas cerámicas endurecidas para que no se

puedan encontrar con detectores de metales (Foreman & Haywood 1993:32;

Manes 1990:12-13). La popularización de tree spiking fue plasmada en una

canción dedicada a este acto por los miembros de Earth First!.

 

“He sido un tree spiker por muchos años.

He gastado todo mi dinero en clavos y cerveza.

Bajo al valle donde los árboles altos crecen.

Cuantos he clavado, pues nadie lo sabe.

He clavado algunas secoyas y he clavado algunos pinos.

Y han intentado pararme con recompensas y multas.

La policía y los Freddies (agentes del Servicio Forestal) casi que me

pillan.

Pero soy un tree spiker y nunca me van a capturar” (Manes 1987, 33:28;

Vease Anexo Fig. 7 para la letra original).

 

El caso más conocido del peligro de la táctica de tree spiking tuvo

lugar el 13 de mayo de 1987 cuando un clavo escondido en un árbol hizo

explotar una sierra de banda, dejando gravemente herido a un obrero del

aserradero de la empresa Louisiana-Pacific, en Cloverdale, California.

Las piezas de metal cortaron la vena yugular de George Alexander, casi

matándole, además de que rompió su mandíbula en cinco lugares y le hizo

perder una docena de dientes (Bari 1994). Trás el acontecimiento, Judi

Bari, una portavoz de un segmento de Earth First! manifestó su rechazo

al tree spiking, denunciándolo como peligrosa e incompatible con la

filosofía y objetivos de Earth First! en discursos y artículos como “La

historia secreta de tree spiking” (1994). En su lugar propugnaron el uso

de tree sitting, o sea el acto de acampar en las ramas de árboles. La

oposición a tree spiking y el renuncio de la táctica por parte de Earth

First! de manera definitiva en 1990 desencadenó un proceso de división

de Earth First! en donde el sector que estaba a favor del sabotaje formó

el Earth Liberation Front en 1992. Sin embargo, los defensores de Earth

First!, incluso sus miembros inconformes con la táctica de tree spiking,

negaron la responsabilidad del grupo, “señalando que los tree spikers

ecologistas siempre avisan a las empresas madereras sobre sus

actividades, ya que su objetivo era evitar la tala de arboles sin herir

a obreros o cualquier forma de vida ” (Manes 1990:11). Según Judi Bari,

“en 1987 Earth First! estaba apenas empezando en el condado de

Mendocino, y la única cuestión en ese momento era los rodales de edad

madura. Aún no había conciencia sobre la tala de arboles jóvenes, y el

árbol con el clavo fue solamente de 12 pulgadas de diámetro” (Bari

1994). De todas maneras, evidencia factible nunca fue encontrada para

castigar al culpable, pero la prensa aprovechó y culpo al blanco fácil

para las críticas, los ecologistas de acción directa.

Otra táctica empleada por Earth First! ha sido desurveying, la

eliminación de campamentos de medición de obras de construcción con el

fin de causar daños económicos. Como hemos visto, desurveying fue

mencionado por primera vez en Ecotage! (1972), luego fue popularizado

por Edward Abbey en The Monkey Wrench Gang (1975) y también fue empleado

por los Bolt Weevils de Minnesota. En un caso, miembros de Earth First!

desurveyed una zona destinada para la construcción de una carretera en

el Estado de Wyoming, “costándole a la empresa alrededor de 5 mil

dólares” (Manes 1990:81). Otro de los enfoques de los actos de sabotaje

de Earth First! ha sido la maquinaria industrial, particularmente

excavadores, en gran parte porque resulta en mayores daños económicos

(Foreman & Haywood 1993:118). Igual a los otros capítulos de Ecodefense,

la parte sobre el sabotaje de maquinaría industrial está repleta de

instrucciones, consejos e imágenes con información útil para realizar

los actos de sabotaje.

Al juntar diferentes enfoques de Earth First!, partícularmente

desurveying, el sabotaje de la maquinaria industrial y también el

sabotaje de calles (Foreman & Haywood 1993:87), entendemos que Earth

First!, igual a Edward Abbey, ha estado rotundamente en contra del

desarrollo de las infraestructuras que posibilitan las sociedades

tecnológicas. Esta perspectiva claramente tiene paralelismos con el

neo-ludismo que mantiene que el progreso tecnológico, además de ser

destructivo para el medio-ambiente, no esta relacionado con el progreso

social (Glendinning 1990:84). En 1987 una célula de Earth First! empezó

una campaña contra el desarrollo que resultó en el saboteo de un hotel

de esquí y de 29 torres de alta tensión que proveían electricidad a una

mina de uranio del Gran Cañón (Liddick 2006: 60). El enfoque

anti-desarrollo ha sido aumentado con la evolución de los movimientos

ecologistas radicales, ocupando un lugar central para el Earth

Liberation Front desde los años 1990, lo cual tratamos más en el

apartado sobre el ELF.

 

En 1990, tras años de cambios en sus miembros y el renuncio de la

táctica de tree spiking, Earth First! llegó a una encrucijada definitiva

cuando una parte del movimiento quería enfocarse en la justicia social y

la educación pública, abandonar las tácticas de sabotaje y mejorar su

imagen pública. Otros de sus miembros querían seguir la estrategia de

hacer daño económico a los culpables de los problemas ecologistas e

incrementar el uso del sabotaje. El nuevo manual de campo de Earth

First!, Earth First! Direct Action Manual (1997), claramente reflejó el

nuevo enfoque estratégico del movimiento en su lema modificado:

“intransigente en la resistencia no-violenta en la defensa de la Madre

Tierra!” (Portada) alterando su lema posterior—“comprometidos

absolutamente en la defensa de la Madre Tierra!”. A pesar de que los

movimientos ecologistas radicales siempre se han considerado

no-violentos, la mención explícita del empleo de tácticas no-violentas

era representativo de la nueva estrategia de Earth First! basada en

bloqueos para impedir el acceso a zonas naturales amenazadas, tree

sitting y otros actos de desobediencia civil, pero no de sabotaje

económico.

Tan temprano como 1988, Dave Foreman reconoció que, debido al aumento de

miembros de Earth First!, el modelo organizativo del movimiento había

cambiado y se estaba alejando el movimiento de sus objetivos originales,

los cuales estaban enfocados estrechamente en proteger a las tierras

salvajes (Forman 1988). El aumento de anarquistas e izquierdistas en

Earth First! aumento la preocupación sobre cuestiones de clase, opresión

y otras cuestiones humanistas en el movimiento. Según Foreman, “somos

conservacionistas. No somos anarquistas ni izquierdistas” (Foreman

1990), y por lo tanto Foreman y otros “Formanistas” dejaron Earth First!

de manera definitiva en 1990. Los comentarios de Rodney Coronado en una

entrevista son representativos de la parte de Earth First! que rompió

con el movimiento para luego formar el radical movimiento Earth

Liberation Front (ELF). “Creo que Earth First! ganará respetabilidad, lo

cual no creo que necesariamente sea algo bueno. Cuando cualquier

movimiento gana respetabilidad tiende a querer mantenerla, enfocándose

en los medios más legítimos y legales para lograr sus metas y objetivos.

[…] Pero a veces parece que EF! se deja envolver por completo por la

corporaciones a que se opone, debido a que tiene demasiada fe en los

actos de publicidad en vez de actos que cuestan dinero para

corporaciones” (“The Satya Interview...” 1997:Primera Parte).

Prefigurando la aparición del Earth Liberation Front dos años antes su

aparición, Foreman proclamó que “deberíamos reorganizarnos bajo

diferentes nombres” (Foreman 1990), cada uno canalizando sus habilidades

particulares, sea la educación, la desobediencia civil o el sabotaje, a

través de diferentes movimientos que no impedirían su eficiencia debido

a diversidad de opinión.

A pesar de que Earth First! entró en declive a partir de los años 1990,

el interés de sus miembros por el ludismo ha sido recientemente

mencionado en el año 2011, cuando se celebró el bicentenario del

movimiento ludista originario. Earth First! Journal pidió artículos

sobre la rebelión ludista “del pasado y presente”, claramente

refiriéndose a las manifestaciones contemporáneas del neo-ludismo,

porque, según ellos, “hoy, el sistema industrial contra el que se

revelaban nos ha llevado al cambio climático, grandes perdidas de

diversidad biológica, nuevas tecnologías, como la energía nuclear, la

ingeniería genética y nano-tecnología que plantean cuestiones igual de

profundos...” (“Help Celebrate...” 2011). También, un artículo titulado

“Lord of Machines: Into Middle Earth with J.R.R. Tolkien” (“El señor de

las máquinas: en la Tierra Media con J.R.R. Tolkien”) apareció en la

misma revista de Earth First!, en donde el autor, James Bell, se dedicó

a hacer una relación entre el neo-ludismo y las obras de J.R.R. Tolkein,

escritor de la famosa obra El señor de los anillos (Bell).

 

 

Earth Liberation Front (ELF)

 

Según documentos del propio Earth Liberation Front (ELF), “se sospecha

que el grupo fue fundado a principios de los años 90 como una filial del

Earth First! de Inglaterra. La ideología de ELF se extendió a

Norteamérica sólo a mediados de los años 1990” (Frequently Asked...

2001:1), y también hay amplia evidencia de que el ELF fue condicionado

por su movimiento hermano, Animal Liberation Front (ALF), enfocado en

los derechos animales y que empleaba tácticas semejantes. Acorde con la

idea de radicalización progresiva expuesta por Donald R. Liddick

(2006:31), la ruptura de Earth First! resulto en la creación del ELF, un

nuevo movimiento ecologista de acción directa que ha sido caracterizado

por el empleo de tácticas más destructivas y arriesgadas que las de sus

predecesores y también por enfocarse en diferentes problemas, como el

desarrollo, la expansión urbana y las injusticias sociales. El ELF se ha

basado en tres directrices rectoras que son:

 

“1) Causar el máximo daño económico posible a cualquier entidad que este

ganando dinero con la destrucción del medio-ambiente y de la vida, por

la codicia egoísta y las ganancias,

2) Educar al público sobre las atrocidades cometidas contra el

medio-ambiente y la vida,

3) Tomar todas las precauciones para no herir a los seres vivos”

(Frequently Asked... 2001:14-15).

 

A diferencia de sus antecesores, The Fox y Earth First!, ELF dejó de

preocuparse por generar apoyo publico, sosteniendo que esto es trabajo

de las organizaciones ecologistas corrientes. Según una revista del ELF,

“en ningún lado esta establecido que uno de los propósitos del ELF sea

ganar apoyo público para la implicación táctica de acción directa

encubierta. […] Considerar la opinión pública en la planificación de una

acción diseñada para maximizar el daño económico contra aquellos que se

benefician de la destrucción del ambiente natural es potencialmente

sacrificar la eficacia de la acción para el ELF” (Resistance 2000:2).

Quizá contradictorio con el principio numero dos del ELF, esta

característica ha sido muy significativa porque era otro punto de

inflexión en la evolución de los movimientos ecologistas radicales.

Descrito en términos tácticos, olvidarse del apoyo público es un claro

índice de militarización gradual de dichos movimientos aproximadamente a

partir de los años 1992.

En un folleto del ELF del año 2001 (Frequently Asked...:21) se aborda el

tema de los antecedentes históricos que han influenciado e inspirado al

movimiento. Legitimando sus acciones este folleto nos cita ejemplos de

situaciones en donde se infringió la ley constantemente,pero que hoy en

día, gozan de elogio y mucho apoyo popular alrededor del mundo, entre

estos tenemos, la lucha anti-colonial en India, el movimiento

abolicionista de los Estados Unidos, el Motín de Té de Boston, las

manifestaciones en contra de la Guerra de Vietnam y, por supuesto, los

ludistas originarios de Inglaterra.

 

“La mayoría de los sistemas educativos tampoco enseñan a sus alumnos

sobre los ludistas. Quizá uno de los primeros, sino el primer grupo que

se fijó en la Revolución Industrial como el blanco de sus ataques era un

grupo que se autodenominó los ludistas. De 1811-1816, los ludistas

causaron daños económicos extremos a la industria del telar en

Inglaterra. Enfadados por la amenaza a la vida y la cultura que las

nuevas máquinas de la revolución industrial representaron, los ludistas

contraatacaron utilizando tácticas muy similares a las ejecutadas por el

ELF hoy” (Frequently Asked... 2001:21).

 

The Black Cat Sabotage Handbook, una adaptación de Ecotage! (1972) y

Ecodefense: A Field Guide to Monkeywrenching (1985), llegó a su tercera

edición en 1996, compilado de manera anónima por Bill Rogers, un

activista del ELF que fue encarcelado en 2005 por incendiarismo. En el

libro encontramos el uso extendido del término monkeywrenching y una

cita de The Monkey Wrench Gang (1975) que trata de Ned Ludd (The Black

Cat… 1996:8), reflejando la continua importancia de Edward Abbey y el

movimiento ludista originario en los movimientos ecologistas radicales.

Según una de las citas encontradas en uno de los libros escrito por el

representante de ELF aseguraba que ellos estaban inspirados en los

ludistas (Rosebraugh 2004:20).

Daniel McGowan, uno de los seis activistas del ELF acusado de haber

empezado dos incendios en Oregon en 2001, cuenta que uno de los momentos

que más le afectó y que le llevó a actuar por parte del ELF fue cuando

vio el documental Koyaanisqatsi (1982) en Wetlands, un bar de Nueva York

que montaba conciertos y recaudaba dinero para causas ecologistas (Curry

& Cullman 2011:8:18). El título de la película viene de una palabra de

los nativos Hopi27, significa “vida inestable” y por lo tanto es uno de

los mensajes principales del documental. Hecha completamente sin

dialogo, Koyaanisqatsi contiene un mensaje ecologista y neo-ludista

implícito. La película empieza con imágenes de los primeros indicios de

civilización, como la pintura rupestre y la naturaleza, para luego

yuxtaponer estas imágenes con otras de panoramas industriales, fábricas,

la vida urbana y, probablemente lo que más impactó a Daniel McGowan, la

contaminación industrial, la alteración del paisaje con excavadoras y

explosivos, el derrame de petróleo, la tala de arboles de edad madura y

la caza de ballenas, todo aquello coincidiendo con la perspectiva

neo-ludista. Según relata McGowan, “nunca había visto con mis propios

ojos en que tipo de mundo vivimos” (Curry & Cullman 2011:9:15). También,

una revista independiente, Antitecnología, mostró elogios por los

movimientos ecologistas radicales.

 

“La liberación de la Tierra, la construcción de comunidades

autosuficientes, la destrucción de la civilización, la liberación animal

en conjunto, es un proceso largo, costoso, ambicioso e imprescindible.

[…] Las pequeñas acciones contra el sistema no sólo son importantes en

la medida en que contribuyen a la destrucción del sistema, sino también

en la medida en que contribuyen a la formación de individuos libres,

preparados, conscientes de sus capacidades y limitaciones, valientes y

capaces de luchar por lo que pretenden. Por ello, larga vida al Frente

de Liberación Animal (ALF) y al Frente de Liberación de la Tierra (ELF)”

(Antitecnología 2009).

 

The Black Cat Sabotage Handbook, otros escritos y los actos de acción

directa por los cuales el ELF ha reclamado responsabilidad sirven como

pistas sobre qué tecnologías han sido consideradas como una amenaza.

Agregando un enfoque social y más tecnologías a la lista de amenazas que

en su momento fue realizada por Earth First!, “los blancos de ataque del

ELF han incluido cuestiones como la deforestación (para el desarrollo de

carreteras, para estilos de vida lujosos y/o zonas de recreación, para

ganancias de la venta o uso de arboles, etc.), la extensión

descontrolada de áreas urbanas, la ingeniería genética, la destrucción

de los ambientes naturales y ecosistemas, el uso de trabajo esclavo y

más” (Frequently Asked... 2001:9).

El ELF, al igual que su homólogo Earth First!, se ha enfocado en

proteger las zonas de tierras salvajes, pero utilizando nuevas tácticas.

A pesar de que Earth First! también se ha caracterizado por realizar

actos de acción directa, una de las principales diferencias es que

muchos de sus actos se basaron en enfrentamientos de cara a cara con las

autoridades. El ELF ha abandonado las tácticas de pleno enfrentamiento,

recurriendo exclusivamente a actos de sabotaje hechos en la

clandestinidad. Este movimiento no se enfoca solamente en las industrias

de extracción de recursos naturales como lo ha hecho Earth First!,

también han dirigido sus actos de sabotaje hacía obras de construcción y

edificios para así maximizar el impacto económico de sus ataques.

 

El 19 de octubre, 1998, un solo acto de incendiarismo del ELF resultó en

más de $12 millones de daños para una empresa que construía una estación

de esquí en Vail, Colorado, según el ELF, porque “las 12 millas de

calles y los 885 acres de bosques talados arruinaría el último y mejor

hábitat del lince en el Estado. Priorizar las ganancias antes de la vida

silvestre de Colorado no será tolerado” (Long 2004:3). Según el FBI, “la

práctica más destructiva del ALF/ELF hasta hoy es el incendiarismo”

(Lewis 2004), esto se debe a que se aumenta el daño económico cuando el

ataque está dirigido hacia un producto final, en este caso los

edificios, los cuales son resultado de una larga cadena de transacciones

comerciales. El incendiarismo ha sido tan central para el ELF que

publicaron Settings Fires with Electrical Timers: An Earth Liberation

Front Guide (Comenzar incendios con cronómetros eléctricos: una guía del

Earth Liberation Front) en 2001, una versión modificada del ya común

manual de campo para la acción directa enfocada específicamente en cómo

realizar actos de incendiarismo. Desde 1997 ha habido por lo menos 12

casos de incendiarismo en los Estados Unidos por los que el ELF ha

tomado responsabilidad.

Aunque estuviese implícito en los movimientos ecologistas radicales

desde sus principios, el ELF exaltó la relación entre los problemas

ambientales y el capitalismo desbocado. De manera ingenua, el ELF se ha

propuesto realizar actos de sabotaje dirigidos hacía símbolos del

capitalismo como “Wall Street, la bolsa, la Estatua de Libertad,

Washington D.C., Mt. Rushmore, Disney, los conglomerantes de prensa, las

instalaciones militares, las agencias gubernmentales (CIA, FBI, el

Servicio Forestal, etc.)”, otros objetivos más realistas como el

sabotaje a “grandes corporaciones multinacionales, fabricantes de

automóviles, etc.” (Resistance 2000:9) si se han logrado. Tres de los

primeros actos de sabotaje reclamados por el ELF tuvieron lugar el 14,

16 y 17 de octubre de 1996, dirigidos hacía los restaurantes McDonalds,

en estos se estropearon cerraduras con pegamento y se ensuciaron las las

paredes con pintura. Como lo expresa una revista del ELF, “tendrá que

haber un enfoque dirigido a luchar contra los deseos creados por la

industrialización y la forma de vida occidental” (Resistance 2000:9).

Veremos que las escuelas de pensamiento afines con el ELF y el

ecologismo radical comparten la idea de que los deseos creados por la

sociedad industrial son las raíces de la destrucción del medio-ambiente,

y por lo tanto, requiere no solamente de un cambio físico por parte del

sistema, sino de un cambio de cosmovisión por parte de las masas.

Uno de los focos de trabajo del ELF que más claramente encaja con el

neo-ludismo es el desarrollo y la expansión urbana. Aparte del sabotaje

de obras de construcción en zonas de importancia ecológica, el ELF ha

atacado concesionarios de coches y obras de construcción de civil. Las

autoridades han encontrado eslóganes que decían “no más desarrollo”. Un

artículo de la revista Resistance (2000), poniendo en evidencia la

perspectiva del ELF, explicó que la expansión urbana hacen “los hábitat

indeseables o insostenibles para la mayoría de las especies. De esta

forma se nos advierte que las tasas de extinción de la vida silvestre

están aumentando exponencialmente y la expansión urbana ayuda expulsar

las especies de sus hogares y a buscar otras fuentes de sostenimiento”

(Resistance 2000:4). Esto es la viva expresión de la perspectiva

anti-desarrollo que fue expuesta por Edward Abbey en The Monkey Wrench

Gang y luego por Earth First!. Veremos que no solo estos dos

movimientos, también las escuelas filosóficas que tratamos en el

siguiente capítulo han proveído una base teórica que ha respaldado la

perspectiva anti-desarrollo que ha estado muy presente en los

movimientos ecologistas radicales.

Otro de los objetivos de ataque del ELF, que coincide con los de Bolt

Weevils, ha sido la ingeniería genética, particularmente la de alimentos

y semillas. Chellis Glendinning, como los otros portavoces neo-ludistas,

ha mantenido que “las tecnologías de ingenería genética [crean]

mutagénicos que nos amenazan con riesgos sin precedente cuando están

sueltos en la biósfera” (Glendinning 1990:86-87). Además de las

preocupaciones por el impacto de la ingeniería genética sobre el

medio-ambiente, el ELF y otros grupos han aludido al impacto social

negativo de esta tecnología (Resistance 1999:6) de manera semejante a

los neo-ludistas (Glendinning 1990:86). Según esta perspectiva, la

ingeniería genética ha hecho que grandes corporaciones multinacionales

de semillas como Monsanto aumenten su control sobre agricultores

indefensos. El problema con estas empresas de semillas transgeneticas es

que fabrican las semillas estériles para obligar que agricultores a que

siempre compren las semillas de la empresa cada año (Long 2004:117), por

ello, en 2001 el ELF reconoció la responsabilidad por empezar un

incendio en Visalia, California, dirigido hacía una de estas empresas,

aparte de otros ataques realizados contra plantas transgénicas han sido

justificados por razones puramente ecológistas (Resistance 2000:4).

Desde 1998, trece grupos han aparecido en los Estados Unidos que,

coincidiendo con las ideas de Glendinning, han aceptado la

responsabilidad por el sabotaje de cultivos y ataques contra específicos

centros de investigación junto con el ELF (An Analysis of

Crop-Crushing... 1999:3; Véase Anexo:Fig. 9), entre ellos un grupo

llamado los “California Croppers”, quienes han firmado comunicados en

nombre del “Capitán Swing”, una clara referencia a las Protestas Swing

de Inglaterra en 1830 cuando agricultores de múltiples condados

destruyeron más de 400 máquinas y empezaron 300 incendios (Sale

1996:18). Las Protestas Swing, reclamadas en nombre del Capitán Swing,

pueden ser consideradas el movimiento agricultor homólogo al ludista y

uno de sus manuales de sabotaje identificó la lucha contra las plantas

transgénicas como “la nueva guerra ludista” (Shapiro 2000:4). Las

razones por el sabotaje de plantas transgénicas, desde la perspectiva

del informe de una empresa de informaciones comerciales, están todas

relacionados con la Organización Mundial del Comercio (An Analysis of

Crop-Crushing... 1999:4). Encontramos una mejor explicación en el

comunicado desenfadado de los mismos California Croppers tras la

destrucción de 14 filas de maíz transgénica en la Universidad de

California, Berkeley, en 1998.

 

“El Capitán Swing emitió el siguiente mensaje […] Lamentablemente, UCB

[…] siguió adelante con sus planes imprudentes de investigación sobre

“Frankenfood”,28 y entonces, nos organizamos un partido nocturno de

fútbol americano en la extensión de Gil [donde las plantas transgénicas

estaban situadas]. Los resultados finales después del emocionante

partido era Croppers 14, UCB 0 […] ellos fueron el objetivo debido al

trabajo sucio que están realizando en una institución pública, para la

gigante corporación multinacional Novartis. Queríamos mandar un mensaje

claro de que este tipo de investigación es totalmente inaceptable en

nuestra comunidad. Esto no es ciencia, esto son corporaciones que se

disfrazan de ciencia por medio de la educación pública con el objetivo

de ganar dinero” (An Analysis of Crop-Crushing... 1999:41).

 

The Nighttime Gardener's Guide (La guía del jardinero nocturno) (2002) y

My first little book of GM Crop Decontamination (Mi primer librito de la

descontaminación de los cultivos transgénicos) (2002), son dos manuales

que detallan como realizar actos de sabotaje de las plantas

transgénicas. Claramente tomaron del precedente establecido por Ecotage!

(1972) y Ecodefense (1985), y se observa que el modelo de manual de

campo sobre cómo hacer actos de sabotaje estaba evolucionando,

ocupándose de blancos de ataque específicos en vez de una amplia gama de

objetivos que atacar.

 

A lo largo del último apartado hemos demostrado que tras la escisión de

Earth First! en 1992 apareció el Earth Liberation Front, un nuevo

movimiento de ecologistas radicales quienes se han caracterizado por

emplear tácticas más arriesgadas y destructivas, sobretodo el

incendiarismo. Sin embargo, igual a sus homólogos el ELF ha cumplido con

un de los principios rectores de los movimientos ecologistas radicales:

no herir a ningún ser vivo. Además de que el ELF ha recurrido a los

ludistas originarios como una fuente inspiración, sus blancos de ataque

han coincidido con la inquietudes neo-ludistas sobre la expansión urbana

y las plantas transgénicas, tanto por su impacto sobre los seres humanos

como para el medio-ambiente.

 

 

Theodore Kaczynski, el “Unabomber”

 

Posiblemente el neo-ludista y ecologista más radical y ampliamente

conocido en los Estados Unidos ha sido Theodore J. Kaczynski, el

“Unabomber”29. Este hombre aterrorizó a técnicos dedicados al avance

económico, tecnológico y científico, enviando bombas al azar entre 1978

y 1995 y provocó la búsqueda y la posterior captura más larga y costosa

de toda la historia estadounidense. A lo largo de su campaña contra “el

sistema tecno-industrial” Kaczynski dejó heridos a 23 personas y asesinó

a tres. Él no solamente era un activista violento, sino también un

académico lucido y erudito. Estudió matemáticas puras en la Universidad

de Harvard, terminó su tesis doctoral en la Universidad de Michigan y a

sus 25 años empezó a trabajar como profesor en la Universidad de

Berkeley, California. Sin duda era un joven genio que tenía un futuro

muy prometedor. Pero, Kaczynski había planeado irse de la Universidad de

Berkeley, después de dos años de trabajar y ahorrar dinero, se mudó al

Estado de Montana alejándose de la civilización, se dedicó a vivir de

manera autosostenible, a explorar campos de estudio como la

antropología, la filosofía y la historia para fundamentar sus ideas cada

vez de mejor forma. Revelando su afinidad por las raíces del ecologismo

radical, Kaczynski también leyó The Monkey Wrench Gang durante los años

1980 y se dio cuenta de que “hay otras personas que tienen los mismos

actitudes que yo”. Sin embargo, clarificó que “lo que me motivó no era

nada que leí. Simplemente me enfadé al ver maquinas destruyendo los

bosques y así sucesivamente” (“Interview with Ted Kaczynski”). En 1995

el enfoque ecologistas de Kaczynski quedó claro tras que su última bomba

mató a Gilbert Murray, portavoz de un grupo de presión política de la

industria maderera.

En junio de 1995 Kaczynski envió su manifiesto al The New York Times,

The Washington Post y Penthouse, éste se titulaba Industrial Society and

Its Future (La sociedad industrial y su futuro). El autor amenazó con

enviar más bombas de no ser publicado dentro de tres meses siguientes y

prometió que si efectivamente se publicaba él abandonaría su campaña de

terror. Así fue como Kaczynski logró su cometido, el manifiesto fue

divulgando no solamente por la revista Penthouse, sino también por dos

de los periódicos más “respetables” de los EEUU (Boxall 1995:1). Aunque

inicialmente los periódicos dudaron en hacerlo, el FBI autorizó la

publicación del manifiesto con la esperanza de que esto facilitara la

búsqueda de Kaczynski, quien aún estaba libre y anónimo. El artículo

apareció como “Unabomber Manifesto” (“El manifiesto del Unabomber”) en

The New York Times y The Washington Post el 19 de septiembre de 1995.

 

Industrial Society and Its Future30 se basaba en algunos conceptos

claves, algunos de ellos creados por Kaczynski y otros prestados por

otras escuelas de pensamiento como el anarquismo verde y el neo-ludismo.

A lo largo del manifestó se hace evidente el uso de la teoría del

determinismo tecnológico, tal como fue expuesta por Jacques Ellul y

Lewis Mumford, quienes son citados como académicos influyentes en las

ideas de este trabajo (2010:13). Según Kaczynski, “cuando una innovación

tecnológica logra ser difundida, la gente suele hacerse dependiente de

ella a tal punto que no pueden funcionar sin ella, a menos de que esta

sea remplazada por una innovación aún más avanzada” (2010:77), de esta

manera se erosiona gradualmente la libertad que tenemos de elegir otro

modo de vida, tema que fue abordado en el manifiesto y profundizado en

el libro que publicaría posteriormente a su arresto.

El tema de la libertad y la autonomía conformaron el enfoque principal

del trabajo de Kaczynski. Reconociendo que hay varias formas y tipos de

libertad, este autor definió un grupo de ellas como más importantes:

“estar en control (como un individuo o como miembro de un grupo PEQUEÑO)

de los asuntos de la vida y la muerte de uno mismo: los alimentos, la

ropa, el albergue y la defensa contra cualquier amenaza que existente en

el ambiente” (2010:64). Kaczynski aseguraba que el ser humano como

ciudadano en sociedades tecnológicas, solamente está permitido a decidir

y actuar sobre asuntos de poca importancia o que beneficien al progreso

material.

Aunque las tecnologías como la electricidad, las instalaciones de

cañería y el teléfono proveen muchas ventajas inmediatas, “el conjunto

de todos estos avances tecnológicos han creado un mundo en el que el

destino del hombre común no esta en sus propias manos” (Kaczynski

2010:77), sino en las de los políticos, los científicos y técnicos de

todo tipo. Coincidiendo con el anarquismo verde sobre la cuestión de la

división del trabajo, Kaczynski mantuvo que la especialización del ser

humano ha llegado a tal nivel que ni siquiera tenemos la libertad de

separarnos del sistema tecnológico-industrial para ser auto-suficientes

porque dependemos de absolutamente de él, esto puede ser interpretado

como la domesticación del hombre.

Manifestando su rechazo a los altos niveles de organización

centralizada, Kaczynski mantuvo que las corporaciones y los científicos

están jugando con el futuro de todos los organismos del planeta,

mediante el desarrollo de nuevas tecnologías como la energía nuclear, la

nanotecnología y la biotecnología, las cuales tienen la capacidad de

destruir y alterar la composición biológica del planeta a un nivel sin

precedente. Además, el avance científico-tecnológico suele ser no

democrático porque no hay ningún proceso de votación sobre la

introducción o desarrollo de este. “Así, la ciencia sigue avanzando a

ciegas, sin tener en cuenta el bienestar real de la raza humana o

cualquier otro criterio, obedeciendo sólo a las necesidades psicológicas

de los científicos, de los funcionarios gubernamentales y de los

ejecutivos de aquellas corporaciones proveedoras de fondos para la

investigación” (Kaczynski 2010:64)

Según Kaczynski, debido a que el ser humano esta fisiológicamente

preparado para un modo de vida menos tecnológico que el actual, el

sistema tiene técnicas, tanto físicas como psicológicas, que hacen que

este se adapte, algunas de estas son las drogas, la vigilancia, la

propaganda y los sistemas educativos. En cuanto a las drogas, él opina

que estas “en vez de eliminar las condiciones que hacen que la gente se

deprima, la sociedad moderna las utiliza como anti-depresivas. […] son

un medio para modificar temporalmente el estado interno de los

individuos permitiéndoles tolerar las condiciones sociales que de otro

modo serían intolerables” (Kaczynski 2010:82).

Kaczinski llegó a la conclusión de que “el sistema industrial no puede

ser reformado” (2010:69) debido a que ejerce un control totalitario,

tanto físico como psicológico, sobre sus súbditos. Bajo esta lógica, la

única manera de liberarnos del estado de esclavitud tecnológica es a

través de “un nuevo movimiento revolucionario, dedicado a la eliminación

de la sociedad tecnológica” (2010:15), atacando no solamente objetos

físicos, sino los valores que forman la base del propio sistema

tecnológico-industrial. Quizá tomando la estrategia organizativa de los

movimientos ecologistas radicales, Kaczynski propuso que la revolución

se basara en dos sectores, uno teórico: dedicado a propagar ideologías

anti-tecnología con una cara pública, y el otro práctico: que trabajaría

de forma clandestina, dedicándose a la elaboración y ejecución de

ataques contra políticos, científicos, y ejecutivos de corporaciones

(2010:98-99). Kaczynski al igual que varios de los movimientos

trabajados en esta investigación, ha propugnado una cosmovisión

alternativa que se basa en la naturaleza porque esta “es la anti-tesis

perfecta de la tecnología”, añadiendo que “los ecologistas radicales ya

poseen una ideología que exalta a la naturaleza y se opone a la

tecnología” (Kaczynski 2010:97). Su visión de la sociedad ideal estaba

basada en estudios antropológicos sobre una variedad de culturas

primitivas que Kaczynski claramente admiró. Sin embargo, el modelo

alternativo a la sociedad tecnológico-industrial propuesta quedó un poco

nebuloso en los sus escritos, sosteniendo que “para aliviar la presión

sobre la naturaleza no es necesario crear un sistema social en

particular, es solamente necesario eliminar la sociedad industrial”

(Kaczynski 2010:97).

A pesar de lo violento de sus estrategias, la ideología de Kaczynski fue

formulada con intenciones humanitarias. Según su lógica, romper con el

sistema tecnológico-industrial seguramente traería consecuencias muy

dolorosas, “pero en cuanto más crezca el sistema más desastroso serán

los resultados de su ruptura, así que si va caer, lo mejor será que

caiga más temprano que tarde” (Kaczynski 2010:38). Él estaba claramente

convencido de que estaba luchando para liberar al ser humano de un

sistema que percibía como opresivo y destructivo.

Consideramos la perspectiva expuesta por Kaczynski como claramente

neo-ludista debido a la perspectiva crítica que le da a la tecnología.

Como los neo-ludistas, mantuvo que “la Revolución Industrial y sus

consecuencias han sido desastrosas para la raza humana. […] El

desarrollo continuo de la tecnología empeorará la situación. Por

supuesto someterá los seres humanos a mayores indignaciones y ocasionará

mayor destrucción del mundo natural” (2010:38).

 

El FBI consiguió una pista concreta después de 17 años cuando el hermano

de Theodore Kaczynski, David, reconoció paralelismos entre Industrial

Society and Its Future y la manera de hablar e ideas de su hermano, lo

cual lo llevó a comunicarle sus sospechas al FBI. Con la ayuda de David,

el FBI capturó a Theodore en su cabaña de Montana en abril de 1996.

Desde su captura, la relación entre Theodore Kaczynski y los movimientos

ecologistas de acción directa ha sido bastante confusa, sobretodo por el

hecho de que la prensa estadounidense intentó vincularlo con dichos

movimientos sin la evidencia adecuada. Donald Liddick, Rogelio Maduro y

la prensa estadounidense corriente sostuvieron que existía “evidencia

que sugiere que Kaczynski fue influenciado por Earth First! y por lo

menos una de sus victimas fue seleccionada de la “Lista de eco-cabrones

a eliminar” publicada en la revista Live Wild or Die!” (Liddick

2006:104; Maduro 1998:72), y fue a raíz de estas declaraciones de donde

se dedujo que Kaczynski había asistido a una reunión que organizada por

Earth First! en la Universidad de Montana.

En realidad fue una conferencia organizada por Native Forest Network, un

colectivo ecologista corriente no afiliado con ningún tipo de acción

directa, quienes además declararon que no desconocían cualquier tipo de

evidencia de que Kaczynski hubiese asistido (Price, Holland & Johnson

1996). Esta acusación y el hecho de que las autoridades encontraron

literatura de Earth First! en la cabaña de Kaczynski fue toda la

evidencia presentada por los acusadores de las Cortes para demostrar que

este había trabajado con Earth First! (Maduro 1998:72), por lo tanto,

ninguna de las acusaciones era suficiente para probar una relación

directa entre los dos. Con respecto a la primera acusación, la revista

Live Wild or Die! era una revista independiente de anarquistas verdes

que propugnaban perspectivas anti-civilización y apoyaban la destrucción

de propiedad privada de corporaciones, no de individuos. Live Wild or

Die! no tenía nada en común con Earth First! más que una afinidad

compartida por la acción directa, por lo tanto, nunca estuvo

directamente relacionado con Earth First! ni con Kaczynski. Además, como

hemos visto, tanto Earth First! como el ELF se han basado en la doctrina

de nunca dirigir sus ataques hacía seres vivo, una práctica que

Kaczynski obviamente no aceptó. Posiblemente trataron de vincular los

movimientos ecologistas radicales con Kaczynski como una forma de

des-legitimar dichos movimientos y manchar su historia limitada a actos

no violentos (Maduro 1998:72), de manera parecida a la ocasión en 1987,

cuando las autoridades estadounidenses intentaron culpar a Earth First!

del accidente en donde un obrero de California resultó herido por un

clavo de un árbol al explotar una sierra industrial.

A pesar de que Kaczynski explicó que “hay movimientos de ecologistas y

de tierras salvajes […] que consideramos muy importantes” (2010:39),

también ha sido un crítico duro de varios aspectos de los movimientos

ecologistas radicales. Refiriéndose al objetivo del ELF, ALF y quienes

son partidarios de su ideología, Kaczynski dijo—“no soy una de estas

personas. […] de lo que yo sé sobre este sector ideológico [es que]

proclaman objetivos que son confusos, o no realistas, o ambos” (Liddick

2006:104). Más allá de que compartieran cierta perspectiva neo-ludista y

ecológica (Long 2004:49; Liddick 2006:103) no hay evidencia suficiente

para mantener que hubo una relación directa entre Theodore Kaczynski y

ningún movimiento ecologista radical.

Debido a la naturaleza de los actos de Kaczynski, la receptividad

pública de Industrial Society and Its Future fue precaria. Un académico

del campo de estudios de Ciencia, Tecnología y Sociedad (CTS)

involucrado en la búsqueda por el Unabomber comentó que cuando leyó el

manifiesto “empecé a sentir algo similar a lo que sentí cuando estaba

haciendo el pre-grado y tuve que leer partes de Mein Kampf” (Restivo,

Shrum & Benson 2001:89). Por otro lado, también hubo un sector

significativo que se identificó con aspectos del manifiesto. John

Zerzan, un portavoz anarquista verde, públicamente apoyó el mensaje del

manifiesto en un artículo de The New York Times (Noble 1995). En una

entrevista Zerzan explicó—“considero Industrial Society and Its Future

un texto de suma importancia” (“Interview-John Zerzan”), lo cual era

lógico porque, como veremos, Kaczynski propugnaba una visión semejante a

la de los anarquistas verdes. Revistas de anarquistas verdes como

Species Traitor también se han mostrado partidarios de las ideas

propugnadas por Kaczynski (2005:104-105). Sin embargo, Zerzan tuvo

cuidado para denunciar los actos violentos y explicó que “es un poco

lamentable que alguien dependa de la violencia espectacular para poder

publicar” (Noble 1995). Además de Zerzan, un grupo anarquistas hizo una

campaña para elegir a Theodore Kaczynski como presidente de los Estados

Unidos, hicieron pegatinas y camisetas que leían “¿harto del progreso?

Anotar Unabomber a la presidencia '96” (Glaberson 1997:3). A pesar de

que no existió ninguna relación directa entre Kaczynski y los

movimientos ecologistas radicales, Zerzan notó que “hubo una presencia

vociferante pro-Ted [de Theodore] en el Round River Rendezvous de 1998,

la reunión anual y nacional de Earth First!” (Jones 2006:219-220).

Los anarquistas verdes y grupos ecologistas no fueron los únicos que

valoraron aspectos del manifiesto. En una entrevista publicada en The

Nation, el portavoz neo-ludista, Kirkpatrick Sale, proclamó que “el

Unabomber y yo compartimos muchas ideas sobre el efecto pernicioso de la

Revolución Industrial [y] los males de las tecnologías modernas” (Jones

2006:221). Bill Joy, un destacado experto en informática, cofundador de

Sun Microsystems y coautor de el idioma informática Java, tuvo una

revelación cuando leyó una parte del libro de Ray Kurzweil, The Age of

Spiritual Machines (La edad de las maquinas espirituales) (1999), sacada

directamente del manifiesto de Kaczynski. En su artículo popular “Why

the future doesn't need us” (“Por qué el futuro no nos necesita”) Joy

explicó su complicada admisión de la lucidez de los argumentos de

Kaczynski. “Los actos de Kaczynski eran horribles y, en mi perspectiva,

de delincuente psicótico. Kaczynski es claramente un ludista, pero

simplemente diciendo esto no desecha su argumento; encontré el mérito en

su razonamiento” (Joy 2000).

 

Aunque Kaczynski no tuvo una relación directa con ningún movimiento,

claramente compartió ideas con los neo-ludistas y los movimientos

ecologistas concordando en la existencia de una amenaza tecnológica y la

necesidad de proteger al medio-ambiente a través de tácticas poco

convencionales. También, hemos mencionado algunos paralelismos entre su

pensamiento y el de los anarquistas verdes en temas como la libertad y

el modelo de sociedad ideal. Estos temas serán abordados más

profundamente en el siguiente capítulo sobre las bases filosóficas de

los movimientos ecologistas radicales.

 

 

Las consecuencias

 

Los movimientos ecologistas radicales son un fenómeno reciente, que

surge en los años 70 y se expande rápidamente por todos los Estados

Unidos. Sin embargo, medir la actividad de los movimientos ecologistas

es una tarea difícil debido a varios factores. Primero, por el modelo

organizativo desvinculado de dichos movimientos, muchos de sus actos no

han sido registrados. Segundo, hay evidencia que sugiere que las

autoridades estadounidenses han hecho una labor de contra-información a

todo lo relacionado con los movimientos ecologistas radicales, con el

fin de reducir el efecto de la propaganda por el hecho (Manes 1990:9).

De todos modos, según Dave Forman, en 1989 hubo “por lo menos un acto

certificado en cada uno de los Estados del oeste del Río Mississippi

(Manes 1990:9). Los actos de acción directa por motivos ecologistas han

estado concentrados sobretodo en la zona oeste de los Estados Unidos, en

gran parte porque es la región con más riqueza natural y de menor

desarrollo. En 2004 el FBI calculó que “el ALF/ELF y grupos relacionados

han cometido más de 1.100 actos criminales en los Estados Unidos desde

1976” (Lewis 2004), 600 de los cuales se llevaron desde 1996.

Probablemente esta cifra sea una subestimación, ya que, no coincide con

lo que los grupos han reportado, adicionalmente, no existe ningún

estudio neutral, no gubernamental o no comercial, que haya realizado

estadísticas sobre ello.

A pesar de que tampoco existen estadísticas precisas sobre cuantía total

de los daños económicos ocasionados por los movimientos ecologistas

radicales (Manes 1990:9), hay varias fuentes que han aportado

estimaciones. En 1990 Christopher Manes estimó que los daños “van desde

$20 millones a $25 millones al año” (1990:9). Según el FBI, los actos de

sabotaje han resultando “en daños, estimados de manera conservadora, de

aproximadamente $110 millones de dólares” (Lewis 2004). El total de los

daños causados sólo por el ELF ha estado “por encima de $34 millones de

dólares desde 1997 en los Estados Unidos” (Múltiples autores. Articles

on Animal... 2003:17).

La respuesta por parte del gobierno estadounidense ha sido gradualmente

más hostil debido a la amenaza que los movimientos representan a la ley,

al orden público, la seguridad, la infraestructura y el crecimiento

económico del país. En 1986 Earth First! fue declarado un movimiento de

“terrorismo de baja intensidad” tras sus intentos de cortar cables de

alta tensión (Long 2004:154; Manes 1990:193). Desde 1980 una amplia gama

de leyes han sido otorgadas con el fin de acabar con tree spiking,

incendiarismo y otras formas de sabotaje económico. El FBI ha estado

activo vigilando los movimientos ecologistas de acción directa, y por lo

tanto, el modelo organizativo de los movimientos ha sido condicionado

por esto. Tras la clasificación en 2001 de los movimientos ecologistas

radicales como conspiración organizada de “terrorismo domestico” o

eco-terroristas, el gobierno estadounidense ha amenazado a los

perpetradores de actos de sabotaje económico con cadena perpetua en

cárceles especiales para terroristas, aumentando los castigos al mismo

nivel de asesinos y otros criminales violentos. Cuando Christopher Manes

publicó Green Rage (1990:12) ningún tree spiker había sido capturado por

las autoridades estadounidenses, sin embargo en 2001 Frank Ambrose fue

encarcelado por haber realizado tree spiking en alrededor de 150 árboles

en el Estado de Indiana a nombre del ELF (Long 2004:128). En 2004 el FBI

empezó “Operation Backfire” (Operación contrafuego), la cual consistía

en unir siete diferentes investigaciones sobre el ELF y el ALF en una

investigación centralizada. En el año 2008 la operación había logrado

acusar a 17 individuos por más de 40 actos criminales (“Operation

Backfire...” 2008).

Debido la fuerte represión que el estado ha dirigido hacia los

movimientos ecologistas radicales, se ha percibido un declive del

fenómeno a finales de la década del 2000 (Eilperin 2012), esto es una

muestra de que el futuro de estos movimientos es cada vez menos claro.

Si los eco-activistas siguen cumpliendo con la teoría de radicalización

progresiva expuesta por Liddick (2006:31), es posible que aparezcan más

activistas dispuestos a emplear tácticas que no han sido comunes hasta

ahora, como Theodore Kaczynski quien recurrió a la violencia hacia los

seres humanos para, de alguna manera, proteger al medio ambiente.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-Capítulo IV-

OTRAS BASES FILOSÓFICAS DE LOS

MOVIMIENTOS ECOLOGISTAS RADICALES

 

 

Bases filosóficas y antecedentes históricos de los movimientos

ecologistas radicales

 

En el capítulo anterior demostramos que los grupos ecologistas de acción

directa han tomado a los ludistas originarios de Inglaterra y los

escritos neo-ludistas de los años 1960 y 1970 como sus fuentes de

inspiración. Estos grupos han utilizado el ludismo originario como un

antecedente histórico y de referencia para varias de sus estrategias,

por ejemplo el modelo organizativo y el sabotaje de máquinas. Pero, tal

como hemos visto el ludismo y neo-ludismo son distintos. Si bien el

ludismo del siglo XIX ha sido una fuente de inspiración, éste fue

incapaz de proveer soluciones a los percibidos retos de la sociedad

contemporánea, y por lo tanto, fue necesaria la conformación de nuevas

escuelas filosóficas que crecieron en paralelo con los movimientos

ecologistas de acción directa, brindándoles nuevas bases filosóficas,

las del neo-ludismo.

Según la teoría del proceso de la praxis cognitiva de Lyle Munro, “la

identidad central de un movimiento social, compuesto de figuras públicas

prominentes, desempeña el rol crucial de ““divulgador del conocimientos

y portador de nuevas ideas”” (Liddick 2006:70). Por lo tanto, es de suma

importancia que analicemos las bases filosóficas y escuelas de

pensamiento en que se han apoyado los movimientos ecologistas radicales.

No pretendemos decir que las filosofías que tratamos en esta

investigación sean las únicas que han sido de interés para los

movimientos ecologistas radicales, ni tampoco que sean representativas

de las creencias de todos sus partidarios, pero si que son

significativas como la base ideológica de sectores de los movimientos en

cuestión. En esta investigación nos hemos enfocado en la ecología

profunda, el anarquismo verde y como hemos demostrado a lo largo del

trabajo, el neo-ludismo, filosofías que han realzado la relación entre

la cuestión de la tecnología y el bienestar del medio-ambiente.

Christopher Manes ha sosteniendo que el ecologismo radical “no esta

intentando crear una nueva filosofía para desplazar las ideas dominantes

de la sociedad moderna”, denominando sus perspectivas como una mera

“sensibilidad” (1990:21). Además, Manes sostuvo que “la mayoría de los

ecologistas radicales perciben la filosofía sistemática como el

problema” (1990:21). A contrario de la perspectiva de Manes, mantenemos

que se puede demostrar que los movimientos ecologistas radicales acogen

varias filosofías (Doherty 2005:67; Liddick 2006:19), un hecho plasmado

en la amplia gama de sus publicaciones y otros hechos relevantes. En

cuanto al desplazamiento de “las ideas dominantes de la sociedad

moderna”, a contrario de Manes, mantenemos que las filosofías que

tratamos se pueden denominar como revolucionarias debido a que propugnan

una cosmovisión que implican un cambio tanto teórico como práctico en

casi todos los ámbitos de la vida moderna.

Mencionar sus antecedentes históricos ha sido una tendencia común entre

los ecologistas radicales desde los principios de la práctica de la

acción directa por motivos ecologistas desde los años 1970. De hecho,

Ecotage! (1972), mencionó en una ocasión que “si Thomas Jefferson,

Patrick Henry y George Washington estuvieran vivos hoy, serían ecoteurs

[quienes realizan actos de ecotaje] de noche” (Love & Obst:11-12). Pero,

más común que la mención de los Padres Fundadores estadounidenses, los

partidarios del ecologismo radical han trazado sus raíces en los

pensadores románticos, los transcendentalistas y ecologistas como Henry

David Thoreau, Aldo Leopold, Ralph Waldo Emerson y John Muir (Long 2004:

10-11). Aldo Leopold, en su libro A Sand County Almanac (El almanaque

del condado Sand) (1949), estableció “la ética de la tierra”, una

filosofía rectora que mantiene la idea de que todos los miembros de una

comunidad biótica, incluyendo al agua y el suelo, deberían ejercer una

relación respetuosa y armoniosa para no amenazar la estabilidad de toda

la “comunidad”. La ética de la tierra de Leopold era una de las semillas

que luego se convirtió en la escuela de pensamiento conocida como la

ecología profunda (Doherty 2005:30), una de las principales bases

filosóficas de los movimientos ecologistas radicales (Manes 1990; 139).

Según Nicols Fox, la ecología profunda “era una extensión de las ideas

de los escritos de [John] Muir y Leopold: la noción de que la utilidad

no era la única manera de medir el valor del mundo natural” (2002:216).

Henry David Thoreau es frecuentemente citado como una fuente de

inspiración tanto para los movimientos ecologistas radicales (Manes

1990:167) como para los anarquistas verdes debido a las críticas agudas

que este escribió sobre los cambios negativos de la Revolución

Industrial, su fascinación con la naturaleza, que fue plasmada en Walden

(1854), y su libro Civil Disobedience (La desobediencia civil) (1849)

que legitimó la práctica de acciones ilegales por motivos morales. La

mezcla de un enfoque ecologista en Walden con la perspectiva de protesta

activa propugnada en Civil Disobedience ha sido importante en la

formación de las bases filosóficas para la estrategia de la acción

directa en los movimientos ecologistas radicales (Diez 2006; Manes

1990:165-174). Este pensamiento esta bien recogido en un pasaje de Civil

Disobedience:

 

“¿Debe el ciudadano por un momento, o en lo más mínimo, renunciar a su

conciencia por lo que dicta el legislador? ¿Entonces, por qué tiene cada

hombre una conciencia? Creo que deberíamos ser hombres primero y sujetos

después. Es más deseable cultivar un respeto para lo justo que para la

leyes. La única obligación que tengo derecho a asumir es la de hacer lo

que creo correcto en cualquier momento” (2001:7).

 

A lo largo de esta investigación hemos visto que los movimientos

ecologistas radicales han hecho eco de las palabras de Thoreau, un hecho

plasmado en la perspectiva de que los actos ilegales son necesarios

debido a que el sistema burocrático no ha sido capaz de responder a la

acelerada destrucción del medio-ambiente. Debido a los paralelismos

evidentes entre Thoreau, los movimientos ecologistas radicales y sus

bases filosóficas, “muchos han visto Thoreau como uno de los precursores

del ecologismo y del anarquismo primitivista, representado en la

actualidad por John Zerzan. […] esta actitud puede estar también

motivada por una cierta idea de resistencia al progreso y de rechazo al

materialismo creciente que caracteriza la sociedad norteamericana de

mediados del siglo XIX” (Diez 2006).

Para comprender la base del pensamiento de los movimientos ecologistas

radicales, debemos analizar a fondo la ecología profunda y el anarquismo

verde, dos filosofías contemporáneas que han sido muy influyentes en su

ideología. Después concluiremos repasando la importancia del neo-ludismo

en todos los movimientos, individuos y grupos que hemos estudiado a lo

largo del trabajo.

 

 

La ecología profunda

 

Haciendo eco de los pensadores trascendentalistas que defendían que

todos los sistemas naturales están interconectados y que el hombre

debería aspirar a una vida de auto-suficiencia, una de las escuelas

filosóficas que más ha influenciado y condicionado los movimientos

ecologistas de acción directa ha sido “la ecología profunda”, fundada en

1973 por Arne Naess31, un filosofo noruego partidario de la acción

directa. La ecología profunda se expandió rápidamente a los Estados

Unidos donde académicos como Bill Devall y George Sessions la han

desarrollado (Long 2004:20). Naess estableció ocho principios rectores

de la ecología profunda, de los cuales veremos algunos que son

pertinentes a esta investigación.

 

“1. El bienestar y la prosperidad de la vida humana y no humana en la

Tierra tienen valor en sí mismos (sinónimos: valor intrínseco, valor

inherente). Dicho valor es independiente de la utilidad del mundo no

humano para fines humanos. [...]

4. La prosperidad de la vida y culturas humanas son compatibles con el

decrecimiento significante de la población humana. La prosperidad de la

vida no humana requiere dicho decrecimiento. [...]

6. La política tiene que ser cambiada. Estas políticas afectan las

estructuras básicas económicas, tecnológicas e ideológicas. La situación

resultante será profundamente distinta que la actual” (Sessions & Naess

1984).

 

Del conjunto de los principios rectores de la ecología profunda

entendemos que son defensores de la protección y el rebrote de tierras

salvajes, el decrecimiento de las industrias y un modo de vida

materialmente más sencilla.

Semejante a la ética de la tierra de Aldo Leopold (Manes 1990:144;

Doherty 2005:151) —una perspectiva que sostiene que todos los organismos

tienen un rol fundamental en la interdependencia de todos los demás

organismos y, así como la humanidad, todos tienen el derecho a vivir y

florecer— Arne Naess y otros se dedicaron a criticar el

antropocentrismo, la perspectiva utilitaria de que los seres humanos

tienen prioridad sobre los otros seres, y por ello, el derecho a

explotarles. El antropocentrismo en el mundo occidental claramente fue

reflejado en Génesis cuando Dios proclamó que el hombre “tenga autoridad

sobre los peces del mar y sobre las aves del cielo, sobre los animales

del campo, las fieras salvajes y los reptiles que se arrastran por el

suelo”, razón por la cual Christopher Manes denominó al cristianismo

como “el culto de los cortadores de árboles” (Manes 1986). La antítesis

del antropocentrismo se nombró biocentrismo, es decir, la idea holística

e igualitario de que los seres humanos no tienen derecho a alterar ni

apoderarse del mundo natural más que de lo necesario para sus

necesidades vitales.

Según esta línea de pensamiento, la ecología profunda ha sido “un

intento de ampliar el circulo de la personalidad jurídica y ética para

incluir a otras especies e incluso ecosistemas” (Manes 1990:166). Al

igual que en su momento se mantuvo una línea jurídica arbitraria que

separaba a los blancos de los negros y al hombre de la mujer, la cultura

dominante se ha apoderado de otros organismos y de la naturaleza,

oprimiéndolos. El biocentrismo es un esfuerzo para dar derechos iguales

a todos los seres y organismos, visión de importancia creciente con la

aparición de artículos como “Deepy Ecology and the New Civil Rights

Movement” (“La ecología profunda y el nuevo movimiento para los derechos

civiles”) (Roselle 1988). Como prueba de que los neo-ludistas han

compartido el concepto de biocentrismo, Chellis Glendinning escribió que

“[como neo-ludistas] no percibimos el papel del ser humano como un

dominador de otras especies y de la biología del planeta, sino como como

una parte integral del mundo natural que aprecia lo sagrado de la vida”

(Glendinning 1990:87).

Al contrario de “la ecología superficial” propugnada por las

organizaciones ecologistas corrientes y caracterizada por “arreglos

tecnológicos a los problemas creados por la tecnología” (Fox 2002:217),

la ecología profunda se ha basado en el desmonte de las industrias para

empezar a reducir su impacto sobre los seres humanos y el desarrollo del

medio-ambiente, con el objetico de generar “un cambio fundamental en la

manera en que nuestra cultura se relaciona con el mundo natural” (Manes

1990:61). Esta es una perspectiva que va en contra del desarrollo

industrial, claramente neo-ludista y que concuerda con Chellis

Glendinning cuando en su manifiesto exige la reducción de las industrias

(Glendinning 1990:86).

Ese fuerte elogio por la naturaleza expresado y divulgado por parte de

la ecología profunda se ha identificado como una perspectiva espiritual

y a veces cuasi-religiosa. Basado en culturas más primitivas, la

ecología profunda efectivamente tiene claros paralelismos con las

religiones animistas y paganas, este hecho ha sido expuesto en artículos

del Earth First! Journal, como por ejemplo “Paganism, Nature, and Deep

Ecology”32 (1988), “Paganism as Resistance” (1988) y “Deep Ecology and

Magic: Notes of a Sleight-of-Hand Sorcerer” (1988). Tanto los

movimientos ecologistas radicales como Kaczynski, los anarquistas verdes

y los neo-ludistas han propuesto que la naturaleza debe ser adorada y

objeto de elogio, porque representa la anti-tesis de la tecnología y

todo aquello que sea artificial.

Además de proveer un marco teórico para la ecología profunda, Naess

llegó a la conclusión de que si alguien profesa afinidad con la ecología

profunda, este tiene la obligación de hacer los cambios necesarios en su

modo de vida para hacerlo compatible con el bienestar de todos los demás

organismos de la Tierra, lo que implicaría: luchar contra el sistema

industrial, la tecnología avanzada y la autoridad burocrática que los

propaga (Liddick 2006:20; Long 2004:20-21). Por tanto, la visión

biocéntrica propugnada por la ecología profunda es claramente

incompatible con el modelo de crecimiento económico que ha sido abordado

por los estados industriales.

Tanto los activistas ecologistas radicales como sus críticos han

reconocido la importante influencia de la ecología profunda en los

movimientos ecologistas radicales debido a que “provee una importante

fuente ideológica para muchos activistas de motivación ecológica en una

variedad de grupos radicales” (Doherty 2005:74). Se ha encontrado que

los ecologistas radicales además de haber publicado varios escritos de

Naess y sus homólogos (Sessions & Naess 1984), han sido participantes

activos en el desarrollo y circulación de la ecología profunda. Poco

después de la aparición de Earth First!, en 1982 Dave Foreman proclamó

que “la ecología profunda es la corriente filosófica más importante de

nuestra época” (Foreman 1982), para luego escribir textos enfocados en

explorar la ecología profunda y sus implicaciones. Bandow, otro autor

que ilustra la relación de los grupos ecologistas con la ecología

profunda, preocupado por el aumento de los movimientos ecologistas

radicales comentó que “si la ecología profunda no es enfrentada a nivel

filosófico, el número de ecologistas sometidos al ecotaje probablemente

aumentará” (Bandow 1990:10).

Si bien la ecología profunda ha sido una base ideológica importante para

los movimientos ecologistas, también ha tenido una importante relación

con el neo-ludismo. “Un grupo suelto de “neo-ludistas” [fue] creado en

1993 por la Fundación para la ecología profunda en San Francisco,

coordinado por dos veteranos anti-tecnológicos, Jerry Mander […] y

Helena Norberg-Hodge” (Sale 1996:254), que incluía académicos que se

dedicaban a estudios antropológicos sobre los nativos americanos, grupos

de presión contra la biotecnología y, por lo general, a criticar las

bases de la sociedad industrial. La ecología profunda ha sido

identificada como “ludista en espíritu [porque] cuestiona las

suposiciones y la dominación de la cultura tecnológica” (Fox 2002:218),

además de que sugiere que deberíamos ralentizar el desarrollo de las

industrias que han causado el distanciamiento del ser humano y la

naturaleza para entrar en armonía con ella.

Son varios los movimientos que han incorporado en su discurso las ideas

de la ecología profunda (específicamente de Naess). Por ejemplo los

anarquistas verdes estadounidenses que aparecieron menos de una década

después de su surgimiento (Species Traitor 2005:152), han llevado las

ideas de la ecología profunda un paso más allá, al rechazar no solamente

los cambios de la Revolución Industrial, sino también el advenimiento de

la agricultura y el sedentarismo, propugnando el retorno a un modo de

vida similar a las comunidades cazadoras-recolectoras. El siguiente

apartado esta dedicado al estudio del discurso de este importante

movimiento y por supuesto, de su influencia en los movimientos

ecologistas radicales.

 

 

El anarquismo verde

 

“Desde los años 1960 […] el entorno anarquista ha sido influenciado por

diferentes movimientos: de los derechos civiles, SDS [Students for a

Democratic Society], los Yippies, el movimiento contra la Guerra de

Vietnam, […] el anti-nuclear, el ecologista/medio-ambiental, el de los

derechos animales, […] Earth First! y la ecología profunda” (McQuinn

2009:3-4), dando lugar a la aparición del anarquismo verde33, una

escuela de pensamiento y perspectiva que surgió en los Estados Unidos a

finales de los años 1970 y que ha realzado, entre otras cuestiones, los

problemas ecologistas y la cuestión de la tecnología con el fin de crear

una cosmovisión y modo de vida alternativo al actual (Múltiples autores.

The Origins... 2010).

Desde sus principios, el ecologismo radical ha estado conectado con el

anarquismo. Edward Abbey escribió su tesis de máster sobre el

anarquismo, en la cual mostró su afinidad por esta filosofía, ya que

desde su perspectiva significa la existencia de la democracia

participativa y la dispersión de los poderes políticos, económicos y

militares (Long 2004:127). La relación entre el anarquismo verde y los

movimientos ecologistas radicales ha sido particularmente explícita

desde los años 1990 cuando, de Earth First!, se formó el ELF. Imágenes

del logotipo de Earth First! han aparecido con la bandera anarquista

verde en el fondo (Véase Anexo Fig. 5) y Earth First! mostró su afinidad

por el anarquismo cuando distribuyó pegatinas que decían “Construyendo

el Caos de la Anarquía para un Futuro Mejor” (Manes 1990:76). Además de

haber compartido ideas, los movimientos de acción directa ecologista han

trabajado frecuentemente en conjunto con grupos anarquistas que se

enfocan en problemas medio-ambientales (Doherty 2005:9). Como muestra de

la importancia del anarquismo en sus actos, el ELF firmó un comunicado

en nombre de la “Agente Emma Goldman y los oficiales de alto rango de

CrimethInc. del Earth Liberation Front”34, razón por la cual las

autoridades han identificado que “los miembros del ELF comparten una

fuerte conexión filosófica con el movimiento anarquista (Walker

2005:3-4). Además, los anarquistas verdes se han mostrado rotundamente

en favor de la acción directa y el sabotaje, mostrando en varias

ocasiones, su apoyo por Earth First! y el ELF en revistas independientes

donde han tratado sus estrategias, objetivos e “informes de acción

directa” que sirven para la propaganda por el hecho de dichos

movimientos (Green Anarchy 2004:18; Species Traitor 2005:5,192; Live

Wild or Die! [no. 2]:3).

Como factor adicional a la relación compartida entre el anarquismo verde

y los movimientos ecologistas, “la ideología de los ludistas y sus

homólogos modernos [los neo-ludistas] proveen un principio rector del

anarco-primitivismo” (What is Anarcho-Primitivism? 2005:10). Según un

artículo de la revista Fifth Estate, “al igual que los ludistas,

nosotros también estamos en el precipicio de un futuro siniestro de la

tecnología desbocada” (Marszalek 2012:5). Debido a que los anarquistas

aspiran a criticar todos los sistemas y las relaciones de dominación, el

cuestionamiento a la tecnología ha sido un paso lógico, debido a

existían escuelas de pensamiento que argumentaban que la tecnología es

una fuerza opresiva y destructora. Para los anarquistas verdes la

tecnología ha sido causa tanto de los problemas ambientales como los

problemas sociales, y “por lo tanto, se puede decir con seguridad que el

repertorio de sus actos contienen un elemento anti-tecnológico fuerte”

(Gordan 2009). Además, la página web sobre la perspectiva anarquista

verde, Primitivism.com, ha hecho varias entrevistas con Kirkpatrick Sale

y en sus artículos ha citado a Jacques Ellul, Lewis Mumford y Chellis

Glendinning como filósofos importantes en su línea ideológica (What is

Anarcho-Primitivism? 2005:9; Species Traitor 2003:53).

Debido a que el anarquismo verde es principalmente una escuela de

pensamiento teórico, se han esforzado en explicarse lo más posible a

través de variados medios de comunicación, principalmente revistas

independientes, libros, discursos y más recientemente páginas de

Internet y medios audiovisuales. Entre las revistas independientes más

conocidas que han tratado los movimientos ecologistas radicales y la

cuestión de la tecnología están Fifth Estate35 (1965-presente), una de

las revistas anarquistas más antiguas de Norteamérica que contenía

retorica particularmente anti-tecnología durante los años 1980, Species

Traitor (2001-presente), la cual ha sido enfocada en percepciones del

pasado y el futuro que han formado la base ideológica de la civilización

moderna, y Green Anarchy (2000-2009), que propugnaba la perspectiva

primitivista y el ecologismo radical, entre otras como Anarchy: A

Journal of Desire Armed (1980-presente), Live Wild or Die! (1989-1990s)

y Disorderly Conduct. Además de estas publicaciones están los libros

escritos por Derrick Jensen como Endgame, vol. 1: The Problem of

Civilization36 (2012) y vol. 2: Resistance (2006), y de John Zerzan como

Future Primitive (1994), Against Civilization: Readings and Reflections

(2005), y Running on Emptiness: The Pathology of Civilization (2008). En

1983, Fredy Perlman publicó Against His-Story, Against Leviathan, lo

cual trazó una macro-historia de la tecnología de manera parecida a

Lewis Mumford, pero que propuso la idea de establecer comunes nómadas

para resistir “el Gigante”, un eufemismo para la civilización

occidental. Dicha obra de Fredy Perlman se ha convertido en un clásico

para los partidarios del anarquismo verde debido a que era una de los

primeros textos que delineó las bases de su filosofía. Estos anarquistas

también han hecho películas independientes como Breaking the Spell37

(1999), Surplus: Terrorized into Being Consumers (2003), What a Way to

Go: Life at the End of Empire (2007), The Crisis of Civilization (2011)

y END:CIV: Resist or Die (2011). En respuesta a críticas dirigida a los

anarquistas verdes por el uso del Internet, la revista Species Traitor

respondió, “entendemos las contradicciones que puede generar una página

web anti-tecnológico, pero también entendemos la necesidad de distribuir

más literatura usando todos los medios a nuestro alcance” (2002:4).

Uno de los anarquistas verdes estadounidenses más conocidos ha sido John

Zerzan “cuyo trabajo ha contribuido al desarrollo de una perspectiva que

busca juntar el análisis socio-político anarquista con el pensamiento

del movimiento verde-profundo radical, engendrando una perspectiva

anarquista verde revolucionaria con un foco en los asuntos sociales y

medio-ambientales” (Zerzan 2002:VIII). Zerzan ha editado varias

revistas, ha publicado más de seis libros y docenas de artículos en

revistas independientes. Hablando de las protestas de 1999 en Seattle,

de importancia para el movimiento neo-ludista, el periodista Lluis

Amiguet mantuvo que “si estas buscando un pensador detrás del

movimiento, definitivamente es John Zerzan” (Surplus... 2003:4:45).

Varios comentaristas atribuyeron la intensidad de la “batalla” a grupos

anarquistas de Eugene, Oregon, ciudad que ha sido un centro del

anarquismo verde en los Estados Unidos y donde vivía John Zerzan en el

momento de las protestas. Además de ser el portavoz del anarquismo verde

más destacado, Zerzan se ha auto-definido como neo-ludista (Zerzan

1997:2) y el destacado portavoz neo-ludista, Kirkpatrick Sale, se

describe a sí mismo como un “gran admirador de Zerzan” (Noble 1995),

realzando la compatibilidad entre el neo-ludismo y el anarquismo verde.

Por varias razones consideramos a Theodore Kaczynski como un pensador

anarquista verde y neo-ludista, primero debido a los paralelismos entre

sus, y segundo porque ambos claramente han mostrado interés en las ideas

del otro (Species Traitor 2005:104-105; Kaczynski 2010:127; Noble 1995).

 

Trataremos algunos de los argumentos del anarquismo verde que sirven

para ilustrar la relación entre el anarquismo verde, el neo-ludismo y

los movimientos ecologistas radicales. Para entender la crítica de la

civilización que forma parte de la base de los movimientos ecologistas

radicales (Manes 1990:225) y el anarquismo verde, hay que entender a lo

que nos referimos. La palabra “civilización” viene del latín civilis, lo

cual significa “civil” y está relacionada con el latín civis, o sea

“ciudadano”, y civitas, lo cual significa “ciudad”. El concepto de la

civilización está intrínsecamente conectado con el concepto de las

ciudades y el Estado, las cuales requieren una amplia red tecnológica

(su infraestructura) para funcionar correctamente. Según Henryk

Skolimowski la Evaluación de la Tecnología desde una perspectiva crítica

siempre implica una crítica de la civilización (1974:459), y por lo

tanto “el problema de la civilización es idéntico al problema de la

tecnología” (Kaczynski 2010:375). El neo-ludismo, los movimientos

ecologistas y la ecología profunda también se han caracterizado por

estar en contra del desarrollo material y la infraestructura necesaria

para mantener grandes centros urbanos; el rechazo a la expansión urbana

del proyecto CU por parte de los Bolt Weevils en Minnesota y el

incendiarismo de obras de construcción por parte del ELF son buenos

ejemplos de esta idea manifestándose. Citando a Ron Arnold, Manes ha

sostenido que “los eco-terroristas no son preservadores del statu quo,

ni 'nuevo ludistas' preocupados de que la tecnología les quite sus

puestos de trabajo. Al contrario, son activistas profundamente

primitivistas opuestos a la propia civilización industrial”

(1990:225-226). En 1994 la neo-ludista Chellis Glendinning, concordando

con la visión anarquista verde anti-civilización, publicó My Name is

Chellis and I'm in Recovery from Western Civilization (Mi nombre es

Chellis y estoy recuperándome de la civilización occidental).

Según la perspectiva anarquista verde, la civilización es, por

abundantes razones, una amenaza a la libertad, la realización humana y a

la existencia de todos los organismos de la Tierra. Primero, tanto los

anarquistas verdes como los otros fenómenos tratados han reconocido la

idea de que los recursos de la Tierra son finitos. Si bien reconocen que

es preocupante el aumento de la población mundial (Zerzan 2008:199),

sostienen que el verdadero problema es el aumento de las tasas de

consumo que pueden acabar con nuestros recursos finitos. Pero este

sistema se sigue expandiendo, reproduciendo los patrones de consumo en

el resto del mundo, aumentando la destrucción del medio-ambiente con una

forma de vida insostenible.

Esta perspectiva sostiene que la composición fisiológica del ser humano

es resultado de “dos millones de años de evolución”, haciéndonos aptos

“para una existencia primitiva y de poca tecnología” (Kaczynski

2010:18). De esta forma, llevamos 99% de nuestra existencia como una

especie viviendo solamente con las tecnologías más básicas (Species

Traitor 2003:18), por lo que no estamos adaptados a estar rodeados y

condicionados por la tecnología avanzada, la cual ha sido causa, entre

muchos factores, del aumento de enfermedades mentales como la

esquizofrenia, la depresión, las adicciones y el comportamiento

perturbado (Zerzan 2008:185).

Otra de las ideas más tratadas por los anarquistas verdes ha sido la de

la especialización, es decir, la división del trabajo. Según esta

perspectiva, la propagación de la tecnología ha hecho que individuos se

especialicen para encajar en el mercado laboral y poder sostenerse en

una sociedad industrial, raíz de la enajenación, la estratificación

social, la coacción y una plétora de otros factores dañinos. Peter Lomas

sostuvo que “el aumento en la especialización socava la confianza en

nuestra capacidad ordinaria para vivir” (Zerzan 2008:16).

Las sociedades tecnológicas han domesticado al ser humano38 por medio de

la especialización del trabajo, generando mayor dependencia en el mismo

sistema e impidiendo desarrollar otras habilidades anteriormente

fundamentales para la autosuficiencia, como el cultivo de alimentos, la

caza, hacer ropa, construir su propio hogar y, en general, vivir sin la

amplia gama de servicios que ofrece este tipo de sociedades. Según un

artículo de la revista Species Traitor, “la domesticación creó una

limitación inmediata para nuestro movimiento y actividades” (2003:49).

En 1983, pocos años después del nacimiento de Earth First!, Dave Forman,

bajo el seudónimo Chim Blea, publicó un artículo sobre la domesticación,

proclamando que “hasta que renunciemos al pecado de la dominación/la

domesticación y regresemos a la vida de cazadores-recolectores, nunca

tendremos paz, nunca estaremos felices, nunca seremos uno con la

naturaleza, nunca seremos verdaderamente humanos” (Blea 1983). La

revista Species Traitor citó a la neo-ludista Chellis Glendinning cuando

dice “el trauma original es la domesticación” (2005:129). Hemos visto

que la idea de la especialización y la domesticación, como consecuencia

del desarrollo tecnológico, ha sido una preocupación conjunta de los

movimientos estudiados en esta investigación.

Por lo general, los partidarios de los fenómenos en cuestión suponen que

“el grado de libertad personal que existe en una sociedad esta más

condicionado por la estructura económica y la tecnológica de su sociedad

que por sus leyes o su forma de gobierno” (Kaczynski 2010:65), tal como

fue sostenido por la teoría de determinismo tecnológico de Jacques

Ellul. Explicando esta idea Edward Abbey dijo “ni el socialismo, ni el

capitalismo es el enemigo, sino la industria y la tecnología llevadas al

exceso, a un punto y más allá de la locura” (Lindholdt 1998:110). Los

anarquistas verdes se han enfocado en crear lo que han denominado la

“anarquía pos-izquierda”, una perspectiva crítica de la relación

histórica entre los movimientos de izquierdas y anarquistas que sostiene

que la izquierda ha sido incapaz de enfrentar las “instituciones

fundamentales del capitalismo”, entre ellas “el trabajo pago [y] la

producción industrial” (McQuinn 2009:6). En pocas palabras, la

perspectiva anarquista pos-izquierda ha rechazado la dicotomía política

tradicional, proponiendo una cosmovisión alternativa a la actual.

Con respecto a las luchas sociales que han caracterizado a los

izquierdistas—contra el racismo, el sexismo y la homofobia—Kaczynski,

identificándose con la perspectiva anarquista pos-izquierda, exaltó que,

a pesar de lo valioso que puedan ser a nivel moral, “se han convertido

en valores dominantes de nuestra sociedad porque son útiles para el

sistema industrial” (2010:113). Siguiendo esta lógica, este mismo autor

nos dice que “se incentiva que las mujeres tengan una vida profesional

porque sus talentos son útiles al sistema, y más importante, el hecho de

que un puesto de trabajo normal vincula las mujeres con el sistema en

vez de con sus familias” (Kaczynski 2010:113).

La crítica a la civilización claramente tiene raíces en el desmonte de

las industrias propuesto por la ecología profunda (Manes 1990:61) y el

neo-ludismo (Glendinning 1990:88). Los anarquistas verdes han defendido

modelo alternativo a la civilización tecnológica basándose en las

sociedades cazadores-recolectoras porque estas representan “el método

ideal de subsistencia (en cuanto al uso sostenible de recursos) y [de]

estructura social ideal (por sus característica de igualitarismo)” (What

is Anarcho-Primitivism 2005:3). Recurriendo a obras antropológicas para

respaldar sus ideas (Species Traitor 2003:39, 42), esta corriente

ideológica ha sostenido que las sociedades cazadores-recolectores vivían

en mayor armonía con la naturaleza, tenían más libertad, más tiempo

libre y vivían más felices que el hombre moderno.

Hemos demostrado que desde los principios del activismo ecologista de

acción directa en los Estados Unidos hubo mención de las culturas más

primitivas como modelo alternativo al sistema industrial, una especie

del concepto del “buen salvaje”. Según Christopher Manes, “la cultura de

los nativos americanos ha representado la vida sencilla y profunda que

esta tierra profería antes de que la tecnología destruyese todo”

(1985:19), tal como sostenía The Fox en su recreación de la expedición

de Louis Jolliet y Jacques Marquette. Dave Foreman, demostrando su

afinidad por los ideales de los anarquistas verdes, ha previsto “la

caída inevitable de la civilización industrial [y] un mundo dominado por

la naturaleza, donde los seres humanos viven en colectivos primitivos de

cazadores-recolectores y solamente usan los recursos naturales

necesarios para sobrevivir de la manera más sencilla” (Liddick 2006:20).

En una colección de escritos de Kaczynski publicada en 2010 el autor

realiza una crítica aguda del anarquismo verde, considerándolo una

percepción distorsionada y poco realista de lo que es la vida primitiva.

 

“Quizá no está muerto el mito del progreso, pero está muriendo. Otro

mito ha empezado a crecer en su lugar, un mito que ha sido propugnado

particularmente por los anarco-primitivistas […] Según este mito, antes

de la llegada de la civilización nadie tenía que trabajar, la gente

simplemente cogía sus alimentos de los arboles […] y pasaban el resto de

su tiempo jugando con los niños. El hombre y la mujer eran iguales, no

había enfermedades, ni competencia, ni racismo, ni sexismo u homofobia,

la gente vivía en armonía con los animales y todo era amor, compartiendo

y coopeando” (Kaczynski 2010:128).

 

Kaczynski claramente percibía que los anarquistas verdes tenían una

visión ingenuamente utópica sobre las sociedades primitivas como modelo

alternativo para la sociedad tecnológica de masas. A pesar de ello,

Kaczynski apoyaba el cambio hacía un modelo de sociedad primitivo. El

aseguraba que antes “antes de la industrialización, casi todos estaban

condenados a una vida miserable de difícil labor, malnutrición,

enfermedades y muerte temprana” (2010:128), pero, “el mito

anarco-primitivista no es cien por ciento mito; incluye algunos

elementos de la realidad” (2010:129) y “hay razones por creer que [las

sociedades primitivas] eran libres de muchos problemas psicológicos [y]

tenían mucho más autonomía personal que el hombre moderno […] que los

cazadores-recolectores estaban más satisfechos con su moda de vida que

el hombre moderno está con la suya” (Kaczynski 2010:170).

 

Con lo expuesto hasta ahora queda claro la relación existente entre el

anarquismo verde, los movimientos ecologistas radicales y el

neo-ludismo. El anarquismo verde es una escuela filosófica que surgió a

finales de los años 1970 con un enfoque crítico hacia la civilización,

realzando la problemática tecnológica en conjunto con la destrucción del

medio-ambiente. Criticando aspectos como la división del trabajo, la

domesticación y su viabilidad a largo plazo, han promovido un modelo

alternativo a la sociedad tecnológica de masas basado en las culturas

cazadoras-recolectoras.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-Capítulo V-

CONCLUSIONES

 

 

El neo-ludismo en los movimientos ecologistas de acción directa

 

Recogiendo las ideas planteadas a lo largo de la investigación

entendemos que el neo-ludismo es una crítica a la tecnología como objeto

y sistema que se ha manifestado en los movimientos ecologistas radicales

y sus bases filosóficas. Dichos fenómenos han usado el neo-ludismo como

plataforma para criticar la tecnología y sus implicaciones, que afectan

tanto a los seres humanos como al medio-ambiente. En los años 1960, las

ideas neo-ludistas circulaban entre la contra-cultura, académicos como

Theodore Roszak, Jacques Ellul y Lewis Mumford y la cultura-pop

estadounidense. El aumento de las críticas a la tecnología coincidió con

el aumento de las preocupaciones por el medio-ambiente y la acción

directa por motivos ecologistas, una práctica enraizada en las teorías

del neo-ludismo, de la ecología profunda y del anarquismo verde.

 

Hemos demostrado que en los años 1970 comenzó un proceso de

radicalización progresiva y militarización gradual de los movimientos

ecologistas en los Estados Unidos (Liddick 2006:31). The Fox y sus

homólogos introdujeron la práctica del sabotaje económico a finales de

los años 1960 y principios 1970 cuando todavía no había movimientos

organizados de ecologistas dispuestos a recurrir a actos ilegales. Estos

activistas fueron determinantes en un cuestionamiento que ha estado

implícito en los actos de ecotaje desde que empezaron a popularizarse:

“¿tenemos, como individuos en una sociedad tecnológica, la voluntad para

controlar y evitar la degradación de nuestro medio-ambiente?” (Martin

2001). Individuos como The Fox fueron la inspiración de las obras

Ecotage! (1972) y The Monkey Wrench Gang (1975), acogiendo la

perspectiva crítica al progreso tecnológico, difundiendo y popularizando

el concepto de acción directa por motivos ecologistas y estableciendo el

primer modelo del manual de campo sobre cómo realizar actos de sabotaje.

En la década de los 1970 encontramos el primer ejemplo de un movimiento

organizado y extendido de acción directa, los Bolt Weevils de Minnesota,

quienes se enfrentaron con el desarrollo tecnológico por razones

individuales y medio-ambientales. Poco tiempo después, en 1979 se formó

Earth First! con el objetivo de coordinar un movimiento extendido,

basado en la defensa de la naturaleza a través de campañas

publicitarias, la desobediencia civil y el ecotaje para causar daños

económicos a empresas y organizaciones que priorizaban sus ganancias

sobre el daño ecológico. En 1992 nació el Earth Liberation Front como

resultado de la ruptura ideológica entre miembros de Earth First! sobre

la táctica de sabotaje económico. Desde entonces el ELF se encargó

exclusivamente de hacer el máximo daño económico a organizaciones que se

beneficiaban del desarrollo de tierras salvajes, la expansión urbana, de

la ingeniería genética y las plantas transgénicas.

El último representante neo-ludista de los ecologistas radicales

estudiados en este trabajo es Theodore Kaczynski. Entre 1978 y 1995

Kaczynski envió bombas a personas dedicadas al desarrollo tecnológico

con la finalidad de transmitir sus ideas sobre la necesidad destruir el

sistema tecnológico-industrial que, bajo su perspectiva, va en

detrimento de la condición humana y el medio-ambiente.

El aumento del fenómeno de acción directa por motivos ecologistas ha

provocado una fuerte reacción por parte del gobierno estadounidense que

gradualmente ha intensificado la vigilancia y persecución a grupos de

esta índole. En 1986 fueron clasificados como “terroristas de baja

intensidad” y en el año 2001 la mayor amenaza de terrorismo domestico en

los Estados Unidos. A pesar de que ahora son etiquetados como

“eco-terroristas”, excluyendo los crímenes de Kaczynski, nadie ha

resultado herido por un acto de ecotaje.

Los movimientos ecologistas radicales han acogido ideas de diferentes

pensadores estadounidenses como Aldo Leopold y Henry David Thoreau que

exaltaron la naturaleza y enfatizaron la necesidad de actuar acorde a

sus principios aunque fuesen actos en contra de la legislación. Escuelas

de pensamiento contemporáneas como la ecología profunda y el anarquismo

verde crecieron en paralelo con la acción directa ecologista, influyendo

en la perspectiva ideológica de los movimientos ecologistas radicales.

El principal aporte de la ecología profunda fue la visión que exalta la

importancia de la relación entre los seres humanos y el mundo natural,

promoviendo un modo de vida sencillo que implica la reducción de las

industrias, y con ello el impacto perjudicial del desarrollo tecnológico

sobre el medio-ambiente. En la misma linea los anarquistas verdes han

argumentado que el desmonte de las industrias es necesario tanto por

razones sociales como ecológicas. Esta filosofía se ha enfocado en

criticar a las sociedades tecnológicas-industriales, y aún más allá, el

concepto de civilización, que va en desacuerdo con la fisiología del ser

humano, la libertad y que ha resultado en tasas de consumo

insostenibles.

El neo-ludismo ha sido esencial dentro del pensamiento de la ecología

profunda y el anarquismo verde, y estos a su vez, han sido parte

importante en la base filosófica de los movimientos ecologistas de

acción directa, infundiendo una perspectiva crítica sobre la tecnología

y desafiando el modelo de progreso económico materialista en el que

hemos estado inmersos por lo menos desde la Revolución Industrial,

percibido este como la causa principal de la destrucción de gran parte

de la riqueza natural. Haciendo eco de los ludistas originarios de

Inglaterra, los ecologistas radicales han recurrido al sabotaje de

maquinaria para ralentizar y disuadir la sofocante expansión humana a

los últimos ecosistemas libres de civilización.

 

 

Investigaciones futuras

 

El estudio del neo-ludismo se ha caracterizado por sus escasez en el

mundo académico, particularmente el hispano parlante. Sin embargo, es un

tema que “puede ser vital para la supervivencia de la sociedad

tecnológica, o mejor dicho, puede ser vital para la preservación de la

sociedad y su evolución hacia una sociedad pos-tecnológica” (Skolimowski

1974:460). En este trabajo solo se ha abordado una rama de esta linea de

pensamiento en una sola región geográfica. Esta investigación puede

expandirse al estudio de la manifestación del neo-ludismo en diferentes

movimientos, medios y sectores sociales a nivel mundial.

Varios académicos de la teoría crítica de La Escuela de Fráncfort, los

Situacionistas Internacional y la teoría económica de decrecimiento son

escuelas de pensamiento en las que se observan ideas claramente

neo-ludistas. Otros escritores escritores como Lord Byron, Henry David

Thoreau, Ralph Waldo Emerson, y Aldous Huxley cuentan con una gran

colección de literatura neo-ludista en forma de poesía, obras de ficción

y comentario social donde exaltan de manera crítica la relación entre

tecnología, sociedad y naturaleza. Además de los movimientos sociales

que hemos tratado en esta investigación, encontramos amplios ejemplos

del neo-ludismo manifestándose en otros movimientos, grupos y

organizaciones que han propuesto distintas perspectivas críticas a la

tecnología moderna. Uno de los ejemplos más obvios e ilustrativos es el

de los Amish maronitas en los Estados Unidos quienes han rechazado la

inclusión de aparatos y máquinas modernas en su modo de vida por motivos

religiosos, con el fin de mantener sus tradiciones y una cohesión social

que, según ellos, la tecnología altera y deshace.

En la cultura pop y el imaginario colectivo encontramos representaciones

negativas de la tecnología, el avance científico, los científicos mismos

y futuros distópicos. Leyendas como la de John Henry en los Estados

Unidos, que surgieron en el siglo XIX, ejemplificaron la lucha y

oposición entre hombre y máquina. En la literatura, particularmente la

ciencia-ficción, hay abundantes ejemplos de reflexiones críticas sobre

sociedades imaginarias altamente tecnológicas, como por ejemplo en

Player Piano (1952) de Kurt Vonnegut y Brave New World (1932) de Aldous

Huxley, donde la sociedad esta dividida, apaciguada y en un estado

parecido al esclavitud. Otras obras que no fueron escritas con el

propósito de criticar la tecnología, con el tiempo han sido adaptadas,

distorsionando y alterando el mensaje original, el caso más

representativo es el de Frankenstein (1818) de Mary Shelley, que desde

su publicación ha sido una de las obras literarias más usadas como

crítica de los científicos y los “monstruos” que crean. Con Metropolis

de Fritz Lang en 1927, el cine empezó a ser uno de los medios de

comunicación con más mensajes neo-ludistas. En las décadas siguientes a

la II Guerra Mundial hubo una explosión de cine neo-ludista,

particularmente en los géneros de horror y ciencia-ficción. Esta

explosión coincidió con el aumento de las preocupaciones por las

consecuencias del uso de las bombas nucleares de Hiroshima y Nagasaki,

específicamente las deformaciones por exposición a radiactividad, la

amenaza constante de una guerra nuclear en el contexto de la Guerra Fría

y el creciente poder de la tecnología avanzada. Más recientemente,

películas como Terminator (1984) The Matrix (1999) han abordado el

peligro de la inteligencia artificial, el Internet y los ciber-mundos.

Los individuos, escritos, grupos y obras mencionadas conforman el grueso

de las posibles trayectorias investigativas en el marco del neo-ludismo.

Si bien es cierto que el neo-ludismo y sus corrientes afines pueden

exhibir tendencias Maltusianas, milenaristas, apocalípticas y una

perspectiva casi paranoica frente a la tecnología, esto no quiere decir

que no exista una amenaza verdadera o que debería ser trivializado, es

de suma importancia para las sociedades tecnológicas reflexionar de

manera crítica tanto sobre los beneficios de la tecnología como sobre

sus desventajas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Anexo

 

Fig. 2: Un ciudadano de Chicago quien salió con una señal en favor de

The Fox. Se lee “¡Fibrex – apestas!” (“Pollution Foe...” 1971).

 

 

Fig. 1: Edward Abbey posando al lado de una televisión que había

recibido un disparo.

 

Fig. 4: Una página de 'Ecodefense: A Field Guide to Monkeywrenching'

(Foreman & Haywood 1993: 21) sobre el equipamiento necesario para hacer

tree spiking. La página es representativa de los manuales de campo de

los movimientos ecologistas radicales.

 

 

 

 

 

Fig. 3: Agricultores de Minnesota quienes salieron en un tractor para

protestar la realización del proyecto CU (Losure 2002).

 

 

 

 

 

 

 

Fig. 5: El logotipo de Earth First! con la bandera anarquista verde al

fondo.

 

Fig. 6: Las protestas anti-globalización en Seattle en 1999. Dos

pancartas se leen "defienda nuestros bosques - corta la OMC" y "la OMC

lastima los bosques".

 

 

 

Fig. 7 - The Ballad of the Lonesome Tree Spiker

“I've been a tree spiker for many a years.

I've spent all of my money on tree spikes and beer.

I go down to the valley where the tall timber grows.

How many I've gotten, well nobody knows.

Well I've spiked some redwoods and I've spiked some pines.

And they've tried to stop me with rewards and fine.

The cops and the Freddies are hot on my trail

But I'm a tree spiker and I'll never get nailed” (Manes 1987:33:28).

 

Fig. 8 (mostrado abajo) -

Grupo asociado

Vandalismo

Otros incidentes

Lugares de operación

Bionic Baking Brigade

0

3

California, New Hampshire

Bolt Weevils

2

2

Minnesota

California Croppers

2

2

California

Cropatistas

1

1

California

Future Farmers

2

2

California

Genetix Goblins

1

1

British Columbia

Hexterminators

0

2

California

Lodi Loppers

1

1

California

Reclaim the Genes

1

1

British Columbia

Reclaim the Seeds

6

6

California

San Diegans Against Biotech

0

1

California

Seeds of Resistance

2

2

Wisconsin, Maine

WTO Welcome Committee

1

1

British Columbia

Fuente: (An Analysis of Crop-Crushing... 1999:3)

 

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Las traducciones de todas las citas están hechas por el propio autor.

Todas las fuentes provenientes de paginas web estaban disponibles el

día que se finalizó la investigación, el 30 de mayo, 2012.

1Varios observadores han notado las similitudes, tanto geográfico como

por lo que el relato cuenta, entre Ned Ludd y otros mitos folclóricos

ingleses como Robin Hood.

2Así lo describió Lord Byron, poeta inglés del movimiento romántico.

3También hubo disturbios en zonas rurales de Inglaterra en 1830

liderados por las Manifestaciones Swing con el líder imaginario, Capitán

Swing, con motivos similares a los de los ludistas.

4Beckmann, Petr. Eco-Hysterics and the Technophobes (Golem Press, 1973).

5Definición como apareció en inglés en octubre de 2011.

6Un componente central al concepto de la sociedad del riesgo de Ulrich

Beck es que las mayores amenazas al ser humano antes de la Revolución

Industrial eran producidos por fuerzas no-humanas, pero con el

desarrollo tecnológico-científico y el proceso de modernización, los

mayores riesgos ahora son productos de fuerzas humanas. Véase Beck,

Ulrich. La sociedad del riesgo (1998).

7En “An Analysis of Crop-Crushing Incidents and Related Genetic

Engineering Protests in North America” (1999), un informe característico

de los estudios gubernamentales y del sector comercial sobre los

movimientos ecologistas radicales, los autores reconocieron que

“atención mínima es prestada a las filosofías y la retórica utilizada

para justificar la destrucción de plantas transgénicas” (2).

8Traducción de los títulos: Contra la máquina: La escondida tradición

ludista en la literatura, el arte y la vida de individuos (2002), Contra

la tecnología: Del ludismo al neo-ludismo (2006) y Rebeldes contra el

futuro: Los ludistas y su guerra contra la revolución industrial –

lecciones para la época del ordenador (1995).

9Traducciones de los títulos: En defensa de la gente: la ecología y la

seducción del radicalismo (1971), Ecoterror: El plan violento para

salvar la naturaleza/El mundo del Unabomber (1997), Tirando la economía

a la basura: Cómo el ecologismo desbocado es destruyendo América (1998),

Ecoterrorismo: La peligrosa minoría del movimiento ecologista (1990), y

Caminando por el borde: Cómo infiltré Earth First! (1994).

10Traducciones de los títulos: Rabia verde: El ecologismo radical y el

deshacer de la civilización (1990), La rabia furiosa de un planeta

muriéndose: Hablando en nombre del Earth Liberation Front (2004) y Verde

es el nuevo rojo: El cuento de un movimiento social en estado de sitio

(2011).

11Traducciones de los títulos: Ecoterrorismo (2004), Eco-terrorismo: Los

movimientos radicales ecologistas y de la liberación de los animales

(2006) y Ideas y acciones en el movimiento verde (2005).

12Traducción de los títulos: Ecotaje! (1972), Eco-defensa: Un manual de

campo para monkeywrenching (1985), Manual de acción directa de Earth

First! (2001),El manual de sabotaje del gato negro (2006), La guía del

jardinero nocturno (2002), Mi primer librito de la descontaminación de

los cultivos transgénicos (2002) y Comenzar incendios con cronómetros

eléctricos:Una guía del Earth Liberation Front (2001).

13Traducción de los títulos: El quinto estado (1965-presente), ¡Vive

salvaje o muere! (1989-1990s), Conducta escandalosa, Traidor de la

especie (2001-presente) y Anarquismo verde (2000-2009).

14El Sierra Club, National Audobon Society, National Parks and

Conservation Association, The Wilderness Society, Izaak Walton League,

National Wildlife Federation, Environmental Defense Fund, Natura

lResources Defense Council, Friends of the Earth y el Environmental

Policy Institute. Véase la introducción del capítulo III.

15Las hazañas de James Phillips fueron tratadas por Time, Newsweek,

National Observer y muchos periódicos locales, como por ejemplo Chicago

Daily News. (Long 2004: 136).

16Para un ejemplo de dicha tendencia, véase los pequeños grupos que han

reclamado responsabilidad por el sabotaje de plantas transgénicas desde

1998 (Anexo Fig. Fig. 8).

17Según Juan Avilés Farré en Francisco Ferrer y Guardia: Pedagogo,

anarquista y mártir (Madrid: Marcial Pons, Ediciones de Historia, S.A.,

2006) la propaganda por el hecho es “basada en la suposición de que,

para despertar las energías rebeldes del pueblo, el impacto de una

acción violenta [y entendemos que una no violente también] es mucho más

eficaz que los medios orales o escritos” (21).

18Traducciones de los títulos: Eco-defensa: Un manual de campo para

monkeywrenching (1985, 1987 y 1993), Manual de acción directa de Earth

First! (2001), Recetas para el desastre: un libro de cocina anarquista

(2005), El manual de sabotaje del gato negro (2006), La guía del

jardinero nocturno (2002), Mi primer librito de la descontaminación de

los cultivos transgénicos (2002) y Comenzar incendios con cronómetros

eléctricos:Una guía del Earth Liberation Front (2001)

19La misma cita de Lord Byron terminaría siendo popular entre los grupos

ecologistas de acción directa como Earth First!, por ejemplo, quienes

incluyeron la frase en la introducción del documental Earth First! The

Politics of Radical Environmentalism (1987).

20Sin embargo, el crecimiento de actos verdaderamente violentos hacía

seres humanos, sobretodo por parte de los movimientos europeos de

liberación animal (Liddick 2006: 44), es un indice de mal agüero del

futuro de los movimientos ecologistas radicales que han compartido

tácticas con sus homólogos, particularmente entre el Earth Liberation

Front y Animal Liberation Front. Revistas independientes como

Declaration of War: Killing People to Save the Animals and the

Environment (Declaración de guerra: matando a personas para salvar a los

animales y el medio-ambiente) propugnan la perspectiva de una minoría

dentro de estos movimientos quienes “apoyan al uso de la violencia

contra los seres humanos para salvar a animales” (pp. 5).

21Los 'Southern Agrarians', también conocidos como los Doce Sureños,

eran escritores y académicos quienes escribieron un manifiesto, I'll

Take My Stand: The South and the Agrarian Tradition (1930), en lo cual

hicieron elogio a la cultura agraria del sur de los Estados Unidos y

rechazaron el modelo de sociedad industrial y urbanizado. Ralph Borsodi,

escritor de The Case Against Farming as a Big Business y This Ugly

Civilization (1929), propugnaba una perspectiva similar. Véase Fox 2002:

228-236 para más información.

22 Granjagedón, una combinación de Granja con Armagedón, fue una

expresión que usaron para referirse a la corporación en cuestión como

destructores de granjas.

23El libro fue dedicado a The Fox y los Bolt Weevils de Minnesota,

demostrando la importancia que tuvieron sobre Earth First! y la táctica

de sabotaje.

24Bonnie Abbzug era una protagonista de The Monkey Wrench Gang (1975).

25Traducciones de los títulos: Manual de acción directa de Earth First!

(2001), Comenzar incendios con cronómetros eléctricos: una guía del

Earth Liberation Front (2001), La guía del jardinero nocturno (2002), Mi

primer librito de la descontaminación de los cultivos transgénicos

(2002), El manual de sabotaje del gato negro (2006) y Recetas para el

desastre: un libro de cocina anarquista (2005).

26Según Ecodefense, solamente dirigen sus actos de sabotaje hacía

corporaciones grandes que tienen los obreros a una distancia de las

sierras industriales, normalmente en una habitación separada, mientras

estén procesando árboles.

27 Los nativos Hopi vivían en lo que hoy es la zona suroeste de los

Estados Unidos.

28Un eufemismo que implica que los alimentos transgénicos son como el

monstruo del Dr. Frankenstein en la obra de Mary Shelley, Frankenstein o

el moderno Prometeo (1818).

29El FBI le nombró “Unabomber” porque solía enfocarse en las

UNiversidades y los Aerolíneas.

30A pesar de que trabajaba sólo sin ninguna red de apoyo, Kaczynski

utilizó el seudónimo “FC: The Freedom Club” (CL: El club de la

libertad), dando la impresión de que sus ataques provenían de una

conspiración organizada.

31Las obras principales de Arne Naess sobre la ecología profunda son

Freedom, Emotion and Self-Subsistence (1975), Ecology, Community and

Lifestyle (1989) y Life's Philosophy: Reason and Feeling in a Deeper

World (2002). Naess era un dirigente de una protesta que tuvo lugar en

1969 en la cual los activistas se encadenaron a piedras en protesta de

la construcción de una presa hidroeléctrica en Noruega.

32Traducciones de los títulos: “El paganismo, la naturaleza y la

ecología profunda” (1988), “El paganismo como forma de resistencia”

(1988) y “La ecología profunda y la magia: Los apuntes de un mago

prestidigitador” (1988).

33El anarquismo verde es también conocido a veces como el

eco-anarquismo, el anarquismo primitivista o una perspectiva

anti-civilización, términos que utilizaremos de manera intercambiable.

34Emma Goldman es una anarquista estadounidense popular y CrimethInc. es

una colectiva anarquista.

35Traducción de los títulos de las revistas mencionadas: El quinto

estado (1965-presente), Anarquía: Una revista del deseo armado

(1980-presente), Traidor de especie (2001-presente), El anarquismo verde

(2000-2009), ¡Vive salvaje o muere! (1989-1990s) y Conducta escandalosa.

36Traducción de los títulos de los libros mencionados: Final del juego,

vol. I: El problema de la civilización (2012) y vol. II: Resistencia

(2006), Futuro primitivo (1994), Contra la civilización: Lecturas y

reflexiones (2005), Funcionando con vacuidad: La patología de la

civilización (2008) y Contra su-cuento(la historia), Contra el gigante

(1983).

37Traducción de los títulos de las películas mencionadas: Rompiendo el

encanto (1999), Excedente: Aterrorizados a ser consumidores (2003), Vaya

manera de hacerlo: La vida a final del imperio (2007), La crisis de la

civilización (2011) y TERMINA:CIV: Resiste o muere (2011).

38La domesticación de las plantas y los animales también ha sido un tema

de importancia.