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Somos nuestras vivencias
Una espina se clavó en el fondo de mi corazón.
La niebla cesó pero la espina perduraba.
Nunca encontré alivio para el dolor que me causaba.
Donde todos ven la negra noche como un manto de perlas blancas
yo solo la veo como una cueva de gentes sin almas.
Largas conversaciones he tenido con la Luna.
La Luna no tiene sueño, tiene la luz encendida,
pero cuando más falta me hacía
la Luna no aparecía.
La senda de la vida, la senda de la muerte.
Escoge con sentido tu camino
y huye de atajos, mi buen amigo.
Los caminos son largos, los caminos son peligrosos
Nada tienes cuando empiezas, nada tienes cuando acabas
solo momentos amargos, solo momentos hermosos.
Afronta pues tu sentencia hasta el final del camino
y vive la vida con alegría y la meta será tu destino.
Cuando me duele el alma a causa de un mal
sale hacia afuera la tristeza por la pérdida
de un ser querido que nunca volverá.
Quiero llorar, quiero gritar
pero fuerzas no tengo para poderte olvidar.
Cuerpos sin control, mentes destrozadas
asemejan muertos vivientes con las almas desoladas.
Sus miradas vacías se pierden en las sombras
y al mirar parecen pedir la muerte,
esa muerte que el Angel negro les niega
dejándolos para siempre totalmente inertes.
¿Que ha sido de tu mirada?
Siempre fue primavera en tu camino.
Malditas mil veces mil las voces de sirenas
que te llamaron creyendo ver en ellas tu sino,
creyendo ser Rey cuando tan solo eras plebeyo.
Siempre fue primavera en tu camino, sin embargo hoy
el invierno ha asolado tu destino.
¡Oh, tempus fugit!. Cuantas cosas solucionaríamos si no cediésemos las horas a quienes nos someten,
si viésemos en una tabla a lo que se lo dedicamos y a lo que no,
cuantas respuestas a nuestras preguntas, y el continuo tick tack queremos que pase rápido.
Apuntamos las horas, los minutos, para ver cómo pasa y luego queremos que pare y que nos quedemos en un momento concreto.
¡Necesito tiempo!, quiero para mí, para aprender, para saber, para llorar, para soñar, para jugar, para conocerme,
en definitiva, para vivir.
En mi desierto encontré un oasis.
Bebo de tu amistad los sorbos que me das.
Gracias por calmar mi sed.
Blanca luz, negra noche.
En un mundo de tinieblas
donde no existen las sombras
cientos de murciélagos revolotean
y cuelgan de ramas cansadas.
Miles de voces de muertos se oyen por los barrancos.
Ese fatídico día en el que el cienpies de la muerte
se llevó tu vida.
El ejército del mal, blandiendo su espada de sangre
mata en silencio para saciar su hambre de muerte.
Siento que en esta ruta, tras el camino ya recorrido
se acaba para siempre mi viaje.
Un día nos dijeron “hacedlo, y cuando lo hagáis, todo cambiará”.
Llenamos de sueños nuestro escaso equipaje, y metimos en él la libertad para poder vivirla al llegar a nuestro destino.
Pero un día nos dijeron “no se pudo”, y le dijimos adiós a todo.
En algún momento de mi tiempo ya has sido desahuciada.
Nuestro viaje sobrepasó mi imaginación pero no alcanzó mi sueño.
Me hiciste ser quien no soy, me hiciste creer en lo que no creía, me hiciste empequeñecer, o tal vez debería decir "me hice", porque cada uno es dueño y señor de su vida aunque muchas veces nos veamos manipulados.
Y de eso me doy cuenta ahora, pasado el tiempo. Me doy cuenta de mis errores, que los tuve, pero también me doy cuenta de mis limitaciones y de mi débil personalidad de entonces que, gracias a ti, ha salido reforzada.
Y usando así mi sangre como tinta del tintero de mi corazón para inmortalizar estas emociones en forma de palabras, quiero dejar testigo de que ahora todo será diferente, todo será más sencillo, todo será más íntimo.
Válgame de nuevo el fracaso si no lo consigo.
Las sombras se pierden
en mares de tinieblas
su alma se la entregan
al Dios del atardecer
y en su tormento se desesperan
hasta que se ven desaparecer.
Perdón: Remisión de la pena merecida o de la ofensa recibida.
Perdón por haberte dañado en mi camino de espinas.
Perdón por el llanto derramado por mi causa.
Invoco tu perdón si me equivoco.
Te pido perdón, y al hacerlo, mi alma se estremece.
Ojalá pronto tu corazón pueda concederme el ansiado perdón.
En mi destino voy llenando de estrellas mis noches de soledad.
A veces río porque mi llanto se lo merece
porque aunque estando vivo, vivo muerto y mi alma viaja sola.
Abandona su nido el pájaro ante el fuego de su bosque
como a mí la capacidad para conservar a nadie,
y en esa despiadada incapacidad
mi libertad es prisionera de una cárcel sin barrotes,
atado a una cadena sin eslabones,
cadena perpetua de mi soledad.
De golpe la soledad, agradable compañera
que de nuevo hoy me es insoportable.
Juramento en vano cuando sopla el viento
que arranca las raíces devastando mi mundo.
Mi fuerza es mi debilidad, mi día es mi noche
mi vacío es mi plenitud, mi vida eres tu.
Jamás abandono yo al esclavo que hay en mi,
estribillo de una canción que siempre se repite,
siempre esperando a que pase la madrugada,
siempre pendiente de algo que nunca sucede.
Creía que creyendo podría pasar pero sigue sin pasar nada.
Se queda en el aire una vez más lo que imaginé y nunca llega.
Sentimiento constante de irme a otro mundo mejor pero
guardándome para mi las noches que disfruté.
La niña que nunca quiso dejar de serlo creció con el recuerdo de una infancia alimentada de llantos y risas, de heladas noches de invierno, de anheladas y escasas visitas; entre estampas, rosarios y miles de ave marias.
Siempre guardo en mi corazon un hermoso rincon entre pinos y alambradas de donde estaba prohibido salir. Ahora que eres libre de elejir, es tu deseo volver al lugar donde se quedaron tus risas mas inocentes y sinceras.
Quizas fue alli donde de verdad encontraste el cariño incondicional de todas las que te rodearon y te quisieron de verdad. El pradito fue un precioso lugar.
Descansa en paz DORITA.