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Se asomó al balcón, "otra vez ese ruido", pensó. Se había mudado de piso a una zona más elevada a las afueras, desde donde se veía la ciudad, y desde entonces escuchaba de vez en cuando un ruido como si hubiera un terremoto, un ruido grave y vibratorio procedente de aquella ciudad que cada vez crecía más. Por muchas cábalas que había hecho con su mujer, no era capaz de averiguar de donde procedía y era algo que lo tenía intrigado.
Empezó a tener frío y entró en casa para ponerse un jersey. La vibración y el ruido habían parado para reanudarse de nuevo, en un patrón continuo. Al cabo de unos 45 minutos cesó del todo.
— Es una vergüenza, mira como lo han dejado, han tapado el socavón y ala, que nos den.
— Si, no hay derecho, se han pulido nuestros impuestos en vete a sabe qué y ahora no hay dinero para acabar las obras del metro.
— Pero sí que lo ha habido para el tramo del aeropuerto que trae a los turistas a la ciudad... después dicen que todos somos iguales... ¡los cojones!.
— Esto es un barrio obrero, y los barrios obreros no se merecen nada, total, da igual, saben que iremos a trabajar aunque sea andando... ¡hijos de puta!, una revolución tendría que venir, como la el 36, se iban a comer los mocos esta gentuza.
— Bueno, bueno, que con Franco esto no pasaba, eh.
— ¡Coño Eufrasio, ya empezamos con lo de siempre!. Con Franco no podías ni salir a la calle que te fusilaban, ostia.
— A los rojos como tu, porque a la gente de orden como yo no. Es que vosotros siempre la tenéis que liar, no sabéis estaros quietecitos.
— ¡Mira Eufrasio, que me estás tocando las narices ya!
— Como jode oír la verdad, ¿eh?
Los dos abuelos se alejaron discutiendo, como hacían siempre. Se discutían a diario, pero siempre se buscaban el uno al otro; era una de esas raras amistades, de las que duran. Atrás dejaron una plaza hecha encima de lo que meses antes iba a ser la nueva estación de la línea C3 del metro, tan reivindicada por el vecindario durante años, y que ahora, tras meses de catas de profundidad y obras de perforación, se cerraba por falta de presupuesto.
— ¿Qué valores tenemos en el sector 16?
— Muy buenos, apenas hay fluctuaciones en el terreno. Soportará el peso sin problemas.
— Eso espero, no quiero que se derrumbe la gran Catedral por culpa de un puñetero túnel oradado debajo.
— No se preocupe señor, aguantará.
— Espero que así sea, mañana viene en visita oficial el mismísimo Björn Schultz a supervisar personalmente las instalaciones. No quiero el más mínimo error, ¿me has entendido?.
— Si señor Biescas, no se preocupe, trabajamos día y noche para tenerlo todo listo. Dará el visto bueno y podremos seguir montando el elevador.
— Así me gusta, cualquier problema que surja quiero que me llames, a la hora que sea, ¿me has entendido?.
— Por supuesto señor Biescas, descuide, el personal está avisado, saben lo que nos jugamos.
— Bien, bien, bien, pues lo dejo todo en tus manos. Adiós.
El señor Biescas salió por la pesada puerta acorazada.
"¿Lo has entendido, lo has entendido?, ni que tuviera 4 años para no entenderlo... imbécil". No tragaba al déspota de su jefe, pero tenía que poner buena cara y tragarse su orgullo, "si no fuera porque pagan muy bien te iba a aguantar tu prima, desgraciado".
Continuó calculando datos de estudios previos y haciendo modelos de simulación de viabilidad. Lo había hecho mil veces, no había nada más seguro que aquellos túneles.
El CERN había estado durante años trabajando sobre la tesis de que la colisión de dos partículas que viajan muy rápido (concentrando energía en un punto concreto) puede generar un agujero negro. Desde esta premisa trabajaron sobre la hipótesis de que el Gran Colisionador de Hadrones (LHC) situado en Suiza tendría la capacidad para producirlos, debido a que sus experimentos consisten básicamente en provocar estas colisiones.
El problema con el que se topaban una y otra vez era que el microscópico agujero negro que conseguían se desintegraba inmediatamente.
La idea era poder crear un agujero negro lo suficientemente grande como para poder absorber las amenazas espaciales como asteroides que se dirijan al planeta, y también absorber la basura espacial que durante años se ha ido acumulando y que son un auténtico peligro para las misiones espaciales y para los satélites que orbitan la Tierra.
También serviría para estabilizar la órbita de la Luna, la cual se aleja 3 centímetros anuales; pero debía ser de un tamaño cuya materia comprimida por su propio magnetismo no fuese demasiado grande para no interferir con la órbita de la Tierra. La dificultad añadida era que se pretendía poder mover el agujero para situarlo dentro de un campo de acción suficiente para eliminar las amenazas que se acercaran. Si la Tierra y la Luna llegaba a contactar con el horizonte de sucesos del agujero, se acabaría todo.
— Juego la carta de la cantimplora y recupero 2 puntos de vida.
— Muy bien, pues yo saco la cartuchera y recargo mi Remington.
— Ya veo por donde vas. Yo me pongo la chapa antibalas y contacto con los indios para que me ayuden.
— Luís, te toca... ¡Luís!
"La sonda Quest II fue lanzada el 1 de Octubre de 1996 y la NASA tenía previsto que estaría en servicio 10 años. Pues bien, cuando ya han pasado 21 años, 11 más de lo esperado, la NASA ha decidido poner fin a la sonda, después de haber enviado miles de fotos que han servido para conocer mejor el universo. El próximo martes será dirigida a la superficie tormentosa de Júpiter para su destrucción"
Luís se había quedado embobado mirando la televisión. Estaban jugando a "cazarecompensas", un juego de mesa al que jugaban cada domingo por la tarde.
— Oye Luís, o estas pendiente del juego o apago la tele.
— Si, perdón, es que es fascinante lo de la Quest II.
— Desde que entraste en el Tech ese no hay quien te entienda macho.
— Es un hito para la humanidad, gracias a esa sonda se han hecho descubrimientos importantísimos, como el exoplaneta Próxima.B, los quasars, y la comprobación de la teoría de los agujeros negros en el centro de las galaxias, aunque vosotros esto no lo entendéis.
— ¿Me va a sacar de pobre a mí esa sonda, no, verdad? Pues eso, juega tu turno o pasa.
Luís había sido seleccionado en el e-Tech, el instituto de tecnología, perteneciente a la Agencia Espacial Europea, donde solo entraban los mejores técnicos de España.
Había empezado a trabajar en el departamento de física teórica a las órdenes de Alberto Casas, del CSIC.
— Muevo la estampida y desvío vuestros cazarecompensas hacia el Gran Cañón, donde mueren todos arrojados.
— Joder, yo ya no juego más con este listillo, nos machaca siempre. Me voy.
Biescas recibió al director general del CERN, Björn Schultz, que tras inspeccionar las instalaciones dio el visto bueno al último tramo y empezaron las obras de clausura del gran círculo que rodearía la Tierra, como los anillo de Saturno, exactamente igual al original del CERN, situado en Ginebra.
En el mayor proyecto de la historia de la humanidad participaban 26 países de todo el mundo. Utilizaron los conocimientos adquiridos en las estaciones espaciales MIR y ISS para la construcción de un mega anillo que rodearía la Tierra a una distancia de 512 kms de la superficie. Estaría en suspensión orbitando la Tierra gracias a unos electro imanes enormes situados bajo tierra.
Para acceder al enorme aro se estaban creando elevadores desde cada país participante a un fragmento del aro, en el que solo tenía acceso dicho país. Para asegurar que esto se cumplía se crearon unos estatutos constitucionales para garantizar que cada país solo tenía acceso a su zona de trabajo. Solo Suiza, de la mano del CERN tenía máximo acceso a la totalidad del anillo.
Cuando estuviera terminado, se sincronizaría para crear la suficiente energía para conseguir el agujero negro controlado que salvaría a la humanidad.
Jurgen estaba recalculando por tercera vez la calibración necesaria para sincronizar su LHC con el de Ginebra cuando prestó atención al canal de astronomía online que escuchaba todas las mañanas.
La fase de envío a Júpiter de la sonda Quest II para su destrucción ha fracasado. Se ha desviado lo suficiente como para pasar de largo y perderse en dirección a la galaxia de la Enana del Can Mayor, que forma parte de la constelación del Canis, descubierta en 2003. Aun así, se espera que la sonda consuma su combustible en unos años o acabe chocando con el gran cinturón de asteroides.
"Menudos inútiles estos de la NASA, no saben hacer nada... tienen un renombre mundial que no se merecen, colla de paletos", pensó. Aunque era alemán de origen, llevaba el suficiente tiempo en España para haber aprendido el talante criticón y malhablado de los españoles. Era muy bueno en su trabajo y eso lo volvía demasiado orgulloso con respecto al resto de la humanidad.
"No se como consiguieron hacer una sonda que ha durado tanto... seguro que la fabricó un alemán, ¡sich freuen!".
Si todo seguía según lo previsto, su facción del gran aro estaría totalmente funcional para dentro de un par de años.
Todo se retrasó más de lo normal. La crisis que azotó al mundo ralentizó, y en algunos países frenó totalmente, la finalización de la construcción del gran colisionador y su puesta en marcha.
Luís participó muy activamente en los inicios de una misión tripulada de reconocimiento de Marte y Júpiter, pero no consiguió llegar a tiempo para poder formar parte de la tripulación. Todo iba más lento de lo requerido debido a la crisis. Después aceptó un cargo en Naciones Unidas que lo alejaron de primera línea de la investigación espacial y la acción.
El tiempo fue pasando y Luís se jubiló sin haber podido ir al espacio, con la esperanza de que su hijo Miguel siguiera sus pasos y cumpliera el sueño de su padre. El día que aceptaron a su hijo Miguel en el e-Tech fue el hombre más feliz del mundo.
La misión de la que tenía que formar parte Luis y que fue pospuesta indefinidamente se reanudó y empezaron a reclutar a los miembros de la tripulación de la Livingstone. Miguel se presentó a las pruebas de aptitud y las superó holgadamente. Fue aceptado, no sin que Luís moviera alguno hilos.
Varios años después, coincidiendo con el lanzamiento de la Livingstone a Marte y Júpiter, el gran colisionador estaba listo para sincronizarse y crear el pequeño agujero negro, al que bautizaron como Dark Angel.
Tras 76 horas de sincronización y puesta en marcha, el colisionador logró crear una energía tan potente como para crear el agujero, que la canalizaron hacia un concentrador situado a unos 527 kms. El concentrador, una vez acumulada la energía suficiente la lanzaría a la exosfera, a casi 10 mil kms. El magnetismo de la masa energética generada y el propio magnetismo de la Tierra crearía el equilibrio necesario para estabilizar tanta energía y dar nacimiento a Dark Angel.
Miguel y el resto de la tripulación habían despegado de la base de Kazajistán. Ya fuera de la atmósfera terrestre, un destello les llamó la atención. Allí abajo estaba la Tierra y a su lado el pequeño fenómeno.
Dark Angel fue un éxito. Al principio, en la fase de estabilización, estuvo a punto de desaparecer, pero los cálculos de Jurgen y los demás científicos en sus respectivos países, consiguieron salvar la divina creación humana.
Variando ligeramente el campo magnético que lo rodeaba, desde el anillo orbital pudieron direccionarlo a diversas zonas alrededor del planeta. Ya estaba preparado para absorber toda energía que pasara cerca de su campo de acción.
Con la basura espacial funcionaba bien. En cuestión de casi un año había limpiado más de la mitad de toda la chatarra que pululaba alrededor del planeta, y la Luna pasó de alejarse 3 cms al año a solo 0,93. Pero aun no sabían como se iba a comportar con los cuerpos más grandes como los asteroides, el motivo principal de su creación.
El Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra (CNEOS), del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Pasadena, California, detectó un gran asteroide al que bautizaron como Hades. Clasificado como potencialmente peligroso, medía 217 metros de diámetro y se desplazaba a 14 kms por segundo en dirección directa a la Tierra, lo que podía causar una gran devastación a escala global.
Había llegado el gran momento de comprobar si Dark Angel haría honor a su nombre, o si de lo contrario, había llegado el final del planeta.
Se hicieron precisos cálculos de trayectoria hasta conseguir averiguar cual sería la ruta aproximada hacia la Tierra, y allí desplazaron a Dark Angel. Unos meses después, Hades estaba a solo 216 mil kms de la Tierra.
En el centro de colisionadores en Reykjavik, donde trabajaban técnicos de los 27 países que formaban parte del Sincrotrón, se respiraba la tensión. Habían hecho miles de simulaciones antes de construir el “Gran C” como llamaban al gran colisionador, y una vez generado Dark Angel, habían hecho pruebas de campo con resultado satisfactorio. La Tierra se la jugaba a una sola carta.
Hades empezó a acelerarse al entrar en el campo de acción del agujero. Conforme se iba acercando se iba despedazando en trozos más pequeños, hasta que alcanzaron el horizonte de sucesos, donde ya no hay vuelta atrás, donde nada puede escapar de la destrucción, ni siquiera la luz. Con un gran pulso electromagnético, Hades fue absorbido totalmente.
Aplausos y risas en el centro de mando del Gran C, donde la gente se relajó después de tanta tensión. Hubieron besos y abrazos y hasta se abrieron botellas de cava. Habían salvado la tierra.
La tripulación de la Livingstone llevaba viajando por el espacio más de un año a velocidad de vértigo. Al no haber gravedad, los cuerpos podían soportar velocidades imposibles en la Tierra.
Habían orbitado Marte y habían recogido centenares de muestras y parámetros que ninguna sonda había podido recoger. El viaje hasta Júpiter era muy largo. para no envejecer se dispusieron a utilizar técnicas para la animación suspendida, como la hibernación y la preservación criónica.
Cinco años después, habían llegado y el sistema de animación suspendida terminó. Poco a poco la tripulación despertaba y se preparaba para la recogida de pruebas.
— Señor, hemos captado una señal poco después de salir de la hibernación. Es una señal que se repite cada 27 segundos.
— Parece una baliza.
—¿Eso es posible?
— No debería serlo. No proviene de Júpiter. Calcula su procedencia.
— Eso está hecho.
La señal provenía de una zona fuera del sistema solar. Contactaron con el centro de mando en la Tierra y les enviaron los datos recogidos de la enigmática señal.
Tras casi 6 meses en la órbita de Júpiter estudiando el enorme planeta gaseoso regresaron a la Tierra. Para entonces ya estaba en marcha una nueva misión para descubrir qué originaba la señal y su procedencia exacta. Su hijo, que se llamaba como el padre, Miguel, ya tenía 19 años.
Varios años después, Miguel fue ascendido y pasó a formar parte del personal de alta graduación del Centro de mando. Su hijo Miguel, que se hacía llamar MC para distinguirse de su padre, había entrado en e-Tech, siguiendo los pasos de su progenitor y había sido seleccionado para la misión de reconocimiento de la enigmática señal que había descubierto su padre. "Mi abuelo estaría orgulloso", pensaba MC. Luís padecía alzhéimer y ya no reconocía a nadie.
— ¿Tienes miedo hijo?
— No, estoy impaciente, no veo el día de partir.
— Sé lo que sientes, a mi me pasaba igual. Pero esta misión es diferente, es más peligrosa.
— Las cosas han avanzado desde tu misión, papá.
— Lo se, pero más allá de nuestro sistema solar es diferente.
— ¿Ah si? Tampoco nadie había viajado a Júpiter y Marte antes que tu.
— Era diferente, estaba más cerca y...
— El hombre está destinado a ir cada vez más lejos, me lo enseñaste tu.
— Si, jajajaja, y a mi tu abuelo...
En tres semanas MC partiría a una misión que le alejaría de su familia muchos años, demasiados quizá.
Los meses pasaron rápidamente y cuando quiso darse cuenta ya estaba en órbita en la nave Livingstone 2 dirección al cuadrante 16 B, desde donde procedía la señal. Cuando salieron de la animación suspendida, habían pasado casi diez años.
La señal procedía del exoplaneta Kali 27B y parecía claro que era de procedencia terrestre, ¿cómo podía ser?.
La densa atmósfera del planeta no permitía averiguar qué la transmitía, así que tuvieron que recurrir al plan de emergencia para el que se habían preparado. La misión constaba en aterrizar cerca del punto fuente de la señal para averiguar de dónde procedía y recuperar, si era posible, la fuente de emisión. Para esta misión formaban parte MC y su inseparable amigo Capri, que bajarían al planeta en una cápsula tras someter a la atmósfera a varias pruebas de composición y toxicidad.
Estaban ataviados con el traje espacial diseñado por la empresa SpaceX dentro de una cápsula diseñada por Tesla Corp, tecnología de última generación. La cápsula era comandada desde la estación espacial.
— Es fantástico, hermano, por fin vamos a pisar un planeta que no es la Tierra.
— Si, me siento como Buzz Aldrin.
— "Equipo Alfa1, ¿me recibís?"— desde la Livingstone 2 estaban haciendo las comprobaciones de rutina antes de lanzar la cápsula tripulada.
— 5 sobre 5.
— "Niveles de oxígeno al 100%. Nivel de oxígeno en la superficie del planeta 12%. Temperatura -12 grados".
— Si, antes me había parecido ver un pingüino caminando por la superficie— Capri era el gracioso de la tripulación. Su signo zodiacal era capricornio, y su serie favorita era Caprica, así que decidió adoptar el nombre de Capri.
— Pues dentro de poco estaremos con ellos.
— "Preparados para lanzamiento en 3, 2, 1, 0".
No se sintieron vibraciones ni ruidos como en las películas, solo un leve click al descolgarse del mecanismo de sujección. Al cabo de pocos minutos la cúpula empezó a agitarse debido a las turbulencias al entrar en la atmósfera de Kali, y poco después, las vibraciones cesaron. Un par de minutos después notaron como la cúpula aterrizaba.
— Equipo Alfa1, aquí estación espacial Livingstone 2, equipo Alfa1.
— Aquí equipo Alfa1, os recibimos alto y claro.
— Dirigíos a 43/12/28, os habéis desviado 27 grados.
— Recibido.
MC actualizó la nueva dirección en su localizador mientras Capri hacía un test de toxicidad, calidad del aire y temperatura, y se dirigieron al punto de misión. El aspecto de Kali 27B era muy parecido a la Tierra, una zona de sabana, parecida a las llanuras del Masai Mara, aunque con apenas vegetación y un terreno más accidentado. Pese a estar tan alejado de cualquier fuente de calor, el planeta apenas estaba helado. Su núcleo desprendía el suficiente calor como para calentar el pequeño planeta.
Tras 4 minutos en el vehículo Borger encontraron la fuente de emisión, un armatoste metálico, encajada en un desnivel arenoso que formaba un socavón.
Desplegaron el equipo para revisar si había riesgo de radiación o de sobrecarga electromagnética, la cual destrozaría los equipos electrónicos, pero todo parecía correcto. El aparato no presentaba actividad alguna, salvo por una pequeña baliza.
Cuando se acercaron pudieron ver que era tecnología terrestre, bastante antigua. MC pasó la mano por la chapa llena de polvo y arena y vio una serigrafía justo al lado de la bandera estadounidense y del escudo de la NASA; era la sonda Quest II.
En estos años, el CERN había aplicado tecnología revolucionaria al Gran C que mejoraron las cualidades de Dark Angel; ya podían activarlo y desactivarlo a placer. El CERN había establecido lazos de colaboración con NASA, Agencia Espacial Europea, e-Tech, y el famoso MIT.
Físicos teóricos de prestigio pudieron formular nuevas teorías sobre los paradigmas ya existentes, como los agujeros de gusano y la antimateria, lo que empezó a fundamentar las bases de los viajes en el tiempo, formulados en la teoría de la relatividad de Einstein, y rompieron por primera vez el principio de incertidumbre de Heisenberg, pudiendo usar tecnología cuántica mucho antes de lo esperado.
Clonaron a Dark Angel, otro agujero negro llamado Freya, y lo posicionaron en una órbita cercana a Júpiter, a casi 600 millones de kms de su gemelo Dark Angel.
Jurgen se había jubilado hacía años, más bien lo jubilaron antes de tiempo por un joven francés con estudios universitarios superiores en física cuántica. Su tesis de final de carrera sobre la creación de un agujero de gusano sorprendió gratamente a la comunidad científica internacional. Lo que hasta la fecha había sido ciencia ficción, el joven francés postulaba la posibilidad de crear y controlar un agujero de gusano y utilizarlo como teletransportador para cubrir distancias medidas en años luz en solo unos minutos.
La prueba de fuego estaba en marcha. La clonación cuántica de una partícula hace que lo que le pase a una le pase a la otra a la vez. La colanción de Dark Angel ofrecía la posibilidad de cubrir esos casi 600 millones de kms en solo 0,7 segundos.
Activaron a Dark Angel y Freya se activó. Cuando ambos agujeros negros se estabilizaron, empezó la fase 2 del experimento. Enviaron un pequeño satélite a Dark Angel, que al estar clonado con Freya, no seria absorbido y destrozado, si no enviado de uno a otro. En un tiempo de 0,9 segundos, el satélite objeto del experimento salía por Freya proveniente de Dark Angel. Después se harían pruebas con animales, luego con personas. Se había abierto la puerta al teletransporte y a los viajes en el tiempo.
Costó sacar a la Quest II de su ubicación para arrastrarla hasta la plataforma de carga y llevarla a la Livingstone 2.
Borger, el vehículo eléctrico no era muy veloz, y cargado con la Quest II, la distancia que se había cubierto en 4 minutos se cubriría en casi 20 minutos. Cuando llevaban unos diez minutos, Capri se inquietó.
— ¿Ocurre algo Capri?
— No... no se, estoy inquieto— Capri tenía un sexto sentido que le avisaba de que algo no iba bien, y no fallaba nunca.
— Tranquilo, ya queda poco para volver a casa.
Por el rabillo del ojo apreciaba cosas, pero al mirar no veía nada, solo esa sabana escarchada y accidentada que ya empezaba a odiar. De repente el vehículo solar se apagó.
— ¿Que pasa?
— No lo se, se ha parado el Borger.
— Pues enciéndelo de nuevo y vámonos pitando de aquí.
— Mierda, no se que pasa, no se enciende, es como si se hubiera quedado sin batería de golpe.
De detrás de las dunas se oían unas vibraciones agudas acompañadas de chasquidos.
— Esto no me gusta MC, ¡enciende el Borger de una puta vez!
Aparecieron una mesnada de aparatos diversos que los rodearon. Capri sacó su taser de positrones y MC hizo lo propio mientras se ponía en contacto con la Livingstone 2 sin éxito.
Se desactivó la membrana que rodeaba uno de los aparatos y apareció una figura multiforme. Se acercó al Borger, miró a ambos astronautas con unos ojos triangulares multicolores. Su mirada pasaba de uno a otro mientras ambos astronautas notaron una punzada de dolor en la cabeza. Los ojos del extraño ser se abrieron más y se pusieron negros. A MC y Capri le sobrevinieron unas convulsiones durante unos segundos que cesaron de golpe, la piel se les puso negra y empezó a cuartearse.
Unos pequeños aparatos voladores capturaron la Quest II y se la llevaron. El resto de aparatos se dispersaron, abandonando el lugar. En el Borger no había rastro de los dos astronautas, solo unas sombras donde hacía unos segundos habían estado sentados.
Dark Angel hacía unos días que se mostraba inestable. Desde el centro de mando del Gran C no conseguían estabilizarlo por mucho que se esforzaban.
— ¿Cómo va la estabilización?
— Señor, no conseguimos equilibrar las fuerzas gravitacionales. A veces crece en tamaño, otras veces aumenta su fuerza significativamente. Ya se han desviado de su órbita 2 satélites y el transportador que comunica la Tierra con la base lunar tiene casi que duplicar su esfuerzo para subir por el cable.
— Esto es muy feo, después de tantas décadas de avances, estamos repitiendo errores del principio.
— Lo se Señor, pero esta vez el problema no lo causan nuestros aceleradores, es algo... no se, interviene una fuerza desconocida ajena a nosotros.
— Quiero un informe completo en mi mesa a primera hora.
— Por supuesto Señor.
Hönek sabía que alguna fuerza interfería con las fuerzas gravitacionales de Dark Angel, y por ende, a Freya, pero no sabía de donde procedía. Había estudiado todos los pulsos, rayos gamma, supernovas, enanas y agujeros negros conocidos en la galaxia y no habían cambios de importancia en ninguno que pudieran afectar a Dark Angel de aquella manera.
Dos días después, Dark Angel creció y empezó a emitir un zumbido, como la vibración provocada por un terremoto, como aquella que escuchara Luís hacía ya tantos años. Los diferentes centros de control de Dark Angel habían perdido su control. De su interior empezaron a surgir numerosas naves de distintos tamaños.
Aquellos seres bloquearon el agujero de gusano hasta que todas las naves lo habían cruzado y luego lo eliminaron destruyendo a Freya y dejando solo a Dark Angel con actividad.
Aquellos seres desplegaron artefactos en las ciudades con más densidad de población del mundo y comenzó "La Purga".
La gente se paralizaba, la piel se volvía negra, se cuarteaba y se resquebrajaba, cayendo al suelo. En pocos segundos desaparecían, dejando una sombra negra como único rastro de su existencia. Alguien les puso el nombre de Neigas y así se les empezó a llamar en los medios.
Desde el CERN no pudieron hacer nada, Dark Angel estaba fuera de control. Se dieron cuenta de que la gravedad había aumentado en las ciudades donde había Purga. Esos seres habían conseguido variar la incidencia gravitacional de un agujero negro a demanda. Sin duda, aquellos seres tenían unos conocimientos muy avanzados.
Enoi estaba con su grupo de alumnos en el solar de prácticas del campus universitario cuando ocurrió todo. Era investigador de neurobiología y ciencia y estaban preparando unos bancales donde plantar células neuronales. Llegó La Purga y los alumnos empezaron a caer. No sabían qué sucedía y echaron a correr hacia el edificio principal del campus. Solo llegaron él y Sara, su mejor alumna. Se escondieron en los lavabos. Un zumbido grave y vibratorio inundó el campus. Sara se asustó y salió despavorida.
— ¡Sara, no!
Era demasiado tarde. Apareció un Neiga que sorprendió a Sara a la salida de los aseos; la Purgó.
Enoi, fuera de sí, cogió un extintor y arrolló al extraño ser que perdió el equilibrio y cayó. El casco que llevaba rodó por el suelo, dejando descubierta lo que debía de ser la cabeza. Enoi la golpeó repetidamente hasta quitarle la vida. El casco no solo era un mero protector. Tenía todo tipo de conectores, circuitos y cachivaches raros. Lo recogió sin saber muy bien si le podría ser de utilidad. El ser no tenía nada que pareciese un arma. Salió del campus vigilando en todo momento para no ser visto, se subió a su camioneta y huyó del lugar.
Por doquier habían sombras negras en el suelo, "está muriendo mucha gente, ¡malditos seres!".
Llegó a su casa y se encerró en ella, bajando las persianas. Puso la tele y la radio, "en algún medio deben explicar que está sucediendo". La mayoría de los canales televisivos estaban con carta de ajuste o con la señal en directo pero sin gente. El canal 6 de noticias mostraba el archiconocido fondo de la ciudad pero en las sillas donde debían estar los presentadores no había nadie. Recorrió el dial de la radio y en la baja frecuencia encontró algún programa que pese a su pésima calidad de audio, consiguió sintonizar.
No se sabe de donde vienen estos seres, pero han venido para aniquilarnos. Estos seres, los llamados Neiga, provienen de una civilización muy avanzada. Se cree...
Cesó la señal radiofónica y en su lugar se escuchaba el clásico ruido que indicaba desintonización de canal. Giró el dial hasta que encontró otro.
Nuestro armamento no les hace ningún daño, y lo que han denominado como La Purga está diezmando a la población. Parece que nos detectan, da igual donde nos escondamos. La gente de la superficie está siendo la primera en morir, pero poco a poco su Purga penetra más en edificios e instalaciones. No sabemos cuanto tiempo nos queda a nosotros, creemos que no mucho, aun así vamos a seguir informando continuamente con información que nos va llegando desde varios puntos del planeta y que...
La señal cesó de nuevo. Ya no quedaba ningún canal de radio activo, ni en FM ni en AM. Se acercó a la ventana y miró entre las maderas de la persiana. No había señal de vida humana en el exterior. De vez en cuando pasaba algún Neiga y fue cuando se dio cuenta de que él seguía con vida, ¿por qué?. Se sentó en el sofá. Al lado había dejado el casco que le había arrebatado al Neiga en el campus. ¡Eso es! aquel casco debía ser algo más que una simple medida de protección. Lo inspeccionó. Era multifacetado, de forma hexagonal irregular, con multitud de zonas que parecían hechas de diferentes materiales. Apretando esas zonas el casco reaccionaba. No tenía ni idea de como funcionaba pero una cosa tenía clara, con ese casco estaba seguro.
Logró entrar en la delegación del Gran C del CERN, sin demasiadas dificultades. Los sistemas de seguridad no eran problema para ella, y los guardias de seguridad menos aún. Fue bajando niveles. Los sistemas de seguridad se desactivaban a su paso, se abrían puertas, se activaban ascensores, cesaban los sistemas activos y los guardias de seguridad se quedaban paralizados.
Entró en la sala de control, donde los técnicos llevaban más de 32 horas intentando retomar el control de Dark Angel sin éxito.
— Oiga, usted no puede estar aquí— los técnicos, enfrascados en sus cálculos se giraron.
Ella miró fijamente a los ojos de Hönek, el cual quedó paralizado. Nadie se atrevió a hacer nada. Solo cuando ella se aseguró de que aquella gente no iba a suponer ningún problema, se acercó a la consola principal. El técnico que estaba en ella se deslizó en su silla de ruedas dejándole espacio.
Tecleó unas fórmulas a la velocidad de la luz y recuperó el control de Dark Angel. Las grandes naves nodriza que orbitaban la Tierra fueron absorbidos por Dark Angel. Su misión era servir de fuente de energía a los artefactos terrestres que iniciaron La Purga, por lo que al no existir las naves nodrizas se quedaron sin energía y cayeron, cesando su actividad.
— Volverán, debemos darnos prisa, con estos rudimentarios recursos que usáis no tardarán en volver a arrebataros el control y enviar más nodrizas cargadas de artefactos.
Hönek había salido del trance paralizador. Convocó al gabinete de crisis a una reunión de urgencia. Estaba en la sala de reuniones con los máximos responsables del proyecto, la plana mayor del ejército y varios científicos; también estaba ella.
— Explíquenos quien es usted, señorita.
— Provengo de muy lejos, nos hacemos llamar Auras. Vinimos a la Tierra hace muchos años para frenar la creación de lo que llamáis Dark Angel. Creímos que con la crisis del 2010 se clausuraría el proyecto. Esta tecnología tan compleja no la domináis ni lo haréis jamás, y por culpa de vuestra soberbia ellos han llegado. Vuestro proyecto debe ser destruido.
— ¿Destruido? Acabaremos con esos seres— vaciló el General del ejército.
— ¿Véis como no entendéis nada?. No se puede acabar con ellos, no son seres. Lo que veis no son más que contenedores de una fuerza psicomental que se expande por el universo, un pensamiento único descentralizado.
— Así que entonces…. dices que solo podremos acabar con ellos si acabamos con la fuente de ese poder— dijo uno de los científicos del MIT.
— Seguís sin entender nada. No se puede acabar con algo que desde la creación misma del Universo ha estado ahí, expandiéndose. ¿Queríais encontrar vida inteligente? Enhorabuena, la habéis encontrado.
— Entonces... estamos acabados— Hönek de desplomó en su sillón.
— No he dicho eso...
Enoi se puso en contacto con el e-Tech, cercano al campus. Muchos de sus estudios y sus tesis acababan en el e-Tech, ya que su trabajo estaba enfocado a la supervivencia en zonas espaciales. Fijaron una cita y una vez allí entregó el casco y explicó que a quien lo llevaba no le afectaba La Purga. Se pusieron en contacto con Hönek por videoconferencia.
— Me di cuenta de que todos a mi alrededor caían menos yo.
— Es un dispositivo de comunicación por el que se transmiten las órdenes, pero además también tiene la facultad de transmitir la frecuencia que genera La Purga— dijo uno de los técnicos del e-Tech que lo había inspeccionado.
— ¿Sabe como funciona, señorita?— preguntó Hönek a la misteriosa mujer sentada a su lado.
— Tendré que estudiarlo un poco pero sabemos que aparte del dispositivo generador de lo que llamáis La Purga, contiene un blindaje que protege a quien lo lleva de la propia señal de La Purga. Veré si es replicable. Dark Angel no tardará en abrirse de nuevo, no se puede mantener cerrado para ellos con vuestra rudimentaria tecnología.
— Quizá pueda ser de ayuda, soy neurobiólogo científico, y tal vez pudiéramos clonar ese dispositivo en células humanas. He hecho experimentos de implantación de nuevas características en células con éxito— sugirió Enoi.
— Pues manos a la obra, trabajaréis juntos. Vamos a enviar un vehículo blindado a buscaros.— sentenció Hönek.
Los trasladaron a todos a una base científica perteneciente a Defensa y se les denegó la salida hasta haber conseguido resultados.
En dos días habían conseguido extraer del casco el material y transferirlo a células madre humanas. Los conocimientos de aquella chica eran increíbles.
— ¿Quienes sois?— le preguntó Enoi a aquella mujer que cada día le fascinaba más.
— Somos Auras. Nuestra misión desde hace millones de años es parar el avance de los Neigas por el universo para preservar las diferentes formas de vida existentes.
—¿Sois como vigilantes, ángeles de la guarda?.
— Jajaja, algo así. Vinimos de muy lejos para evitar que los Neigas llegaran y os masacraran. Son violentos y disfrutan matando, se mantienen vivos así, el placer que les da matar los alimenta, por eso se expanden por el universo buscando formas de vida a extinguir por su propia supervivencia.
— ¿Cómo empezó todo?, es decir, ¿cómo empezasteis a ser guardianes del Universo?
— Huyyy… nos remontamos a la edad dorada de mi sociedad, hace tanto tiempo en términos terrestres que sería imposible contabilizarlo en años. Llegaron como una civilización aliada y confiamos en ellos. Les enseñamos nuestra cultura, nuestros avances; que ilusos fuimos, nos traicionaron.
La lucha fue dura y llegamos a una tregua. El “Primer Caballero” Neiga, lo que sería vuestro Comité de Defensa, se reunió con nuestro Consejo de Paz y llegaron a un pacto, pero solo era una treta para intentar llegar al centro de poder de nuestra civilización. Los purgaron a todos.
Por suerte mi civilización está formada por varios planetas. En cada uno de ellos está uno de los pilares de mi sociedad, entre ellos lo que llamáis Defensa. Los Neigas no llegaron a conocernos tanto y conseguimos acabar con ellos. En aquel momento decidimos estudiarlos y evitar su expansión.
— ¡Menuda historia!.
— Al llegar lo que llamáis crisis, denegaron presupuesto para el proyecto Dark Angel y más tarde anunciaron su cancelación. Con la misión terminada, todos los míos se marcharon, pero conociendo vuestra egoísta ambición, me dejaron aquí por si se reanudaba el proyecto.
— Vaya, te abandonaron.
— No existe el abandono en nuestra civilización, somos una sociedad pragmática. En las civilizaciones en las que hay riesgo de que reincidan en sus asaces planes de contactar con vida inteligente dejamos a uno de los nuestros, así aseguramos al resto de civilizaciones.
Nuestro cerebro es mucho más óptimo que el vuestro, por eso disponemos de ciertas características como el pensamiento único, el teletransporte, la telekinesis, la hipnosis; podemos leer la mente y manipularla a nuestro antojo. También dominamos la multilocación, por lo que puedo estar aquí y en mi hogar a la vez.
— Es impresionante. Y dime, ¿se puede acabar con ellos?
— No se puede. Los seres corpóreos que has visto hasta ahora no son Neigas, si no seres de otros planetas. Se quedan con los mejores ejemplares y los utilizan, son como zombies que hacen lo que se les dice a través de dispositivos como este casco. Debemos hacer que nunca lleguen a saber de este planeta— Enoi se quedó pensativo.
— ¿Como?
— Nunca debieron llegar hasta vosotros. Os conocieron a raíz de una antigua misión de rescate de una sonda llamada Quest II.
— Pero eso significaría... ¿estás diciendo que... hay que viajar en el tiempo y evitar la misión?
— Y más allá.
— Entiendo, la creación de Dark Angel.
— Si, es nuestra misión principal. Viajamos en el tiempo y evitamos lo ya sucedido. Ellos no disponen de la capacidad de viajar en el tiempo. Cuando por alguna razón localizan a una civilización a extinguir, viajamos en el tiempo y evitamos que la localicen, así los ataques no se producen, ellos no se alimentan y su poder mengua. Llegará un momento en el que se extingan ellos solos y no sabrán por qué.
— ¿Y como lo hacemos?
— Debemos usar Dark Angel. Debemos salir de aquí.
Enoi miro a su alrededor. Sistemas de seguridad, soldados armados, nunca podrían salir.
— ¿Y cómo se supone que vamos a salir de aquí?
— Déjalo de mi cuenta.
Casi sin darse cuenta estaban en el hangar. Era increíble, los sistemas de seguridad se desactivaban a su paso y los soldados se quedaban petrificados. Se subieron a un vehículo de los que se habían puesto de moda hacía poco, un anfibio volador, y pusieron rumbo a algún lugar que Enoi desconocía.
Después de cuatro horas en las que Enoi durmió casi todo el viaje, llegaron a una cabaña situada en la sierra, en una zona de difícil acceso a las afueras de una gran ciudad.
La cabaña era pequeña, más un refugio que una vivienda, antigua con aquel olor tan característico a madera mohosa. A la entrada, una foto familiar de un hombre mayor, un hombre de mediana edad y un joven, tres generaciones bajo la cual se podía leer una frase manuscrita, "A mi abuelo Luís. El hombre está destinado a ir cada vez más lejos".
Entraron al salón y lo primero que vio Enoi fue una bola de energía azul del tamaño de un balón terapéutico flotando ingrávido. Un aro en el suelo lo mantenía en el aire.
— Es un kbic— dijo ella para contestar a las preguntas que sin duda Enoi se estaba formulando en su cabeza— Lo usamos para viajar en el tiempo. Nos resulta fácil viajar a cualquier fecha del pasado, pero tremendamente difícil viajar al futuro. Solo necesitamos una fuente en la que crear un agujero de gusano, necesitamos vuestro Dark Angel.
— ¿Cómo funciona ese... kbic?.
— Solo nosotros lo podemos controlar. A cada uno se nos vincula de por vida a un kbic y lo llevamos siempre con nosotros.
Mediante el kbic elegimos la época que queremos, pero necesitamos a Dark Angel para poder usarlo como fuente para abrir el agujero de gusano que nos llevará a la fecha necesaria en el pasado.
Se sentó en el suelo con las piernas entrecruzadas a modo meditación delante la bola de energía, bajó la cabeza y se concentró. La bola se hizo más pequeña, pasando por diversas tonalidades de azul hasta pasar al blanco, momento en el que ella se puso tensa y levantó la cabeza. Enoi se fijó en su cara, se le marcaban las venas, los ojos los tenía en blanco y el semblante era tétrico.
La bola se apagó, ella se relajó y pasados unos segundos se levantó, se acercó a la bola que se había reducido al tamaño de una canica negra y se la guardó. Apretó un botón en el aro y este se plegó a un tamaño similar al de una tarjeta de crédito.
— Ya podemos irnos.
El camino hasta el CERN se le antojó muy largo. Estaba inmerso en una historia increíble al más puro estilo Stephen King y no sabía como terminaría todo. Su mente empezó a desvariar sobre aquellas paradojas temporales que había leído de los grandes genios como Einstein, Hawkings o Heisemberg.
"¿Mi yo actual seguirá su linea temporal, o al volver al pasado esta línea temporal se desvanecerá?". No tenía respuestas. Ella lo miraba de reojo y sonreía, le leía la mente.
Llegaron al CERN y consiguieron bajar al centro de mando sin ningún problema. "Esta chica vale un imperio" pensó Enoi; ella se ruborizó.
Subieron al elevador y desde allí, utilizando su control mental, manipuló la consola de carga. El viaje hasta el Gran C que orbitaba la Tierra tardó unos 20 minutos. Una vez llegaron se dirigieron al colisionador e introdujeron el kbic. Una vez dentro se fraccionó en millones de partículas. Una solo que fuera alcanzada por cualquier otra sería suficiente.
Subieron a la sala de control y reactivaron a Dark Angel. Ella sacó el aro que servía a kbic para mantenerlo inerte, lo puso en el suelo y lo desplegó.
— Ahora llega la fase crucial. Cuando activemos a Dark Angel kbic generará otro agujero en el pasado, en la fecha y localización que programé. Se creará un agujero de gusano por el que marcharé. A partir de aquí nuestros caminos se separan.
— Eh, un momento, no he llegado hasta aquí para quedarme a las puertas de un viaje en el tiempo.
— Es peligroso, podemos alterar más de lo necesario en el pasado y modificar el futuro, que sería nuestro actual presente. No podemos correr ese riesgo.
— Escucha, soy científico. Si yo desaparezco de esta linea temporal y me traslado al pasado, se que habremos dos Enois. Yo me mantendré al margen— ella se metió en su mente. Vio sinceridad en sus pensamientos y accedió.
— Está bien, entraremos en el agujero y volveremos al momento en el que se encontró la señal de la Quest II. Pero si antes de que esto pase llegan los Neiga, entonces todo esto no habrá servido para nada.
Activó el Gran C y lo sincronizó con el aro del kbic. Las partículas en el acelerador chocaron entre sí con las de la bola de energía que ella había introducido, y en unos segundos apareció un punto en el aire sobre el aro que iba creciendo cada vez más rápido. Ella estaba de pie frente al agujero que ya casi había adquirido su tamaño definitivo. Detectó una fluctuación extraña pero no tuvo tiempo de parase a averiguar su procedencia, enseguida la estabilizó. No había tiempo que perder, los Neiga estaban intentando anular la señal; podían venir en cualquier momento y frustrar sus planes.
Cuando acabó de configurar el aro se giró hacia Enoi, lo cogió de la mano y le hizo un gesto con la cabeza para que la siguiera. Entraron en el agujero generado por kbic rumbo al pasado.
Todo a su alrededor se puso blanco, para oscurecerse de golpe, como un flash, y después todo volvió a ponerse blanco. Borrosamente fue apareciendo la estancia que había programado ella, hasta que se hizo más nítida la visión. Habían llegado al lugar donde habían llegado los Auras hacía ya varios años, la cabaña en el campo. Se miraron un instante; ella supo que se encontraba bien.
— Bien, ahora me teletransportaré al e-Tech y ejerceré mi control mental sobre los responsables del proyecto para que se olviden de la misión de búsqueda de la Quest II y eliminen los archivos. Después eliminaré de las mentes de la tripulación de la Livingstone los recuerdos de haber enviado esa señal. Esto nos llevará un tiempo. Los míos se encargan de destruir la sonda Quest II para evitar futuras misiones. Tu quédate aquí, no podría asegurar mucho tiempo tu integridad. Cuando acabe haré lo mismo con el tal Shultz y su equipo. Modificaré tanto los cálculos y sus cerebros que jamás serán capaces de crear nada— sonrió con una pícara sonrisa— Nos esperan horas de incertidumbre.
— ¿Que hago mientras, cómo puedo ayudar?
— No puedes ayudarme, es algo que tengo que hacer sola.
Dicho esto se puso los dedos índice y corazón en la frente y desapareció. Enoi salió de la cabaña. Le sorprendió como todo era igual, "la naturaleza apenas cambia con el tiempo". Dio una vuelta a la cabaña y en la parte trasera vio una motocicleta. "Vaya, menuda reliquia, ¿funcionará?". Se acercó y la estudió un rato. Las motos en el futuro eran muy parecidas, pero eran eléctricas y esta tenía un antiguo motor de combustión que, aunque conocía, no acababa de entender. Al final dio con la llave, que estaba puesta, y pudo, no sin dificultades, arrancarla. Se sobresaltó del susto que tuvo al arrancar "menudo estruendo". Se fue adaptando hasta llegar a sentirse bien. Por lo demás no difería mucho de las de su tiempo. Se montó y bajó a la ciudad.
Todo era muy diferente a como debía ser. Los edificios de su tiempo eran los mismos que debían existir hoy, pero solo unos cuantos le recordaban a los de su tiempo, el resto eran extraños.
Siguió calle abajo hasta llegar a la rotonda principal en el centro de la ciudad. Alterado, frenó en seco, la moto derrapó y cayó, arrastrándose por el suelo hasta el borde de la rotonda. La moto se paró. Silencio.
Tirado en el suelo a los pies de la rotonda, Enoi paseó su mirada de abajo a arriba. Un gran monumento la coronaba. Era la Quest II. "¿Cómo ha sucedido?, ¿han viajado en el tiempo los Neigas? Ella dijo que no podían".
Enoi notó la presencia de algunas personas y se giró a mirarlas. Parecían zombis, tenían la piel ennegrecida y parcialmente cuarteada. Estaban allí, quietas, señalándole. Llevaban un dispositivo implantado en el cerebro, “ese dispositivo… ¡es como el que inventamos con células madre en el centro de defensa!”.
Un zumbido empezó a escucharse. Al cabo de unos segundos aparecieron unos seres que le resultaron conocidos. El zumbido se le metió en la cabeza. Se puso negro y se le cuarteó la piel. Dejó una sombra negra donde hace unos segundos estaba sentado.
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