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Fueron momentos amables, dulces, felices; fueron momentos amargos, tristes, solitarios. Fueron momentos.
La siguiente Antolgía poética se presenta como un recorrido de más de 20 años de viaje al interior del ánima, donde a veces pude encontrar el sentir de mis vivencias, hasta que la madurez me hizo abandonar la poesía romántica, esclava y dominante.
No recuerdo ya cuando escribí mi primer poema, ni cuales les siguieron, así que he recopilado los siguientes según el orden en el que creo que se iban sucediendo.
De nuevo acontece la noche
y en la duermevela de mi vigilia
mis sueños de entretela huyen
volando hacia la serenidad de tu nido.
Huye de mí el corazón,
lágrima que escapó del manantial de mis ojos,
luz de tu regazo que se desvanece entre mis manos.
Mi alma agradece el calor que me das en cada beso, en cada abrazo.
Anochece y se pone el Sol,
alegría del alma, vida del espíritu.
Amanece y se oculta la Luna,
suspiro del hombre, nostalgia de mi ser.
Eres mi Sol, eres mi Luna.
Sin ellos no vivo, sin ti muero.
Frágil y desprotegida mi alma te llama a gritos
en la oscuridad de mi soledad.
Luz de tu mirada, luz que me guía hacia tu querer
en el verano de mi trayecto que me lleva a buen puerto.
Guardián de tus sueños, atrapado en un lazo
que no aprieta que me hace sólo tuyo.
Como canta de amor el pájaro en su rama,
canto de amor lo que mi ser te ama.
Pesada carga la mía.
Huérfano de amor no distingo el camino
en esta niebla que me ciega, me aprisiona.
Tal y como sale el sol tras la tormenta, nace mi esperanza,
mi luz, libertária de mi esperada evasión,
así caigo en tus brazos mientras bebo mi sueño a largos tragos.
Estás en mis ojos,
te tengo presente en mi mente,
moras en mi corazón.
Aunque te tenga lejos
jamás podrás estar ausente.
Solo poseo un bien amado que visito en mi soledad.
Te escribo sin escribirte, te llamo sin llamarte.
Tu amor se grabó en mi espíritu.
En mi ser, la visión de mi se ausentó
y hasta de mi nombre un día me olvidé.
Tu eres el faro de mi vida
por eso eres mi ilusión.
Eres la luz de mis ojos
por siempre estarás en mi corazón.
Llévame a tu morada de mis sueños,
regazo de amor y pasión.
Mi calma es tu desesperación.
Condenado a vivir solo y encerrado
decoro mi alma de ilusiones
para hacerlas verdaderas
mientras vuelan suspiros de medianoche.
Mis miedos se esconden tras el rechazo,
¿nunca cesará su eterno caminar?
Alma encadenada, sueños de nostalgia,
eres torrente de lluvia en mi senda
que ahoga mi corazón.
Y aquí estoy, recibiendo las puñaladas del azar,
haciendo de mi ignorancia un Caballo de Troya
de mis fantasmas, mis errores, que han sabido conquistarme,
y en medio de ese universo de caos, tú, mi pequeña Estrella,
soportando los envites de mi contumaz terquedad.
Entre la larga noche y los albores de una nueva esperanza
desaparece en la penumbra gris aquel que lleva escrito su destino en el alma,
y es llevado al olvido vagando por la orilla de la desidia,
más allá del velo de lágrimas, caricia de tu ser, esperanza de mi corazón.
Al despertar miré a mi lado y no estabas tú.
Oí tu voz y al girarme no estabas ahí.
Olí tu aroma y al abrir los ojos no apareciste.
Ya no estás junto a mi, aunque sigues conmigo en mi corazón.
Regálame tu sonrisa, yo te daré mi día.
Enséñame tus heridas, yo curaré tu soledad.
Muéstrame tu corazón, yo te entregaré mi vida.
Ofréceme tus ilusiones, yo te prometo eterna felicidad.
Esta noche llegas y yo no estaré ahí.
No podré regalarte la estrella que más brilla.
Si me dieras tan solo un segundo
por ti sería capaz de detener el mundo.
Tu indiferencia, alimento de mi eterna desdicha.
¿Por qué me acuerdo tanto de ti?
Estoy ante este papel en blanco sin saber que escribir aunque mi alma no para de recitarme frases.
Necesito a alguien como tu en mi vida, porque eres la persona de mis sueños, el tren que he esperado tantos años en un andén repleto de vagones vacíos y trenes sin destino.
Algo dentro de mi sufre por tu ausencia y el silencio, eco de la nada, eterno sufrimiento, se me hace muy pesado.
Pienso en ti y al hacerlo también pienso en que puedo estar perdiendo la oportunidad de ser para ti, de perderte sin aun tenerte.
Tal vez solo sea la sombra de un porvenir que nunca vendrá. Quizá no lo sabré nunca, porque una vez más, por no delatarme oculto mis sentimientos.
Me quedaré con una de tus preciosas sonrisas de la que no me escaparía nunca y te guardaré así, en mi corazón.
Muchas veces me he preguntado dónde fueron los sueños que nunca se cumplieron. Por fin hoy tengo respuesta.
En ti mi lugar donde volver, mi patria en movimiento.
En ti mi muerte y mi renacimiento.
En ti mi latido y mi pulso intenso, calor del verano,
cielo que no se apaga. Heroína del cuento que espanta mis pesadillas,
que ahuyenta las sombras, que mitiga mi dolor.
Eres el despertar de una estrella, un cometa sin guía
ni seña donde dejo de ser ausencia, amanecer como
una llama que zarandea el viento, donde rozo un pedacito
de cielo con mi mano vacía, donde recojo con alegría las
perlas de luz de una hermosa mañana.
De tu nombre no se nada, solo el pacer de pronunciarlo.
Cuando te pienso, tu recuerdo lo llevo tan adentro,
para no ser arrancado ni en la luz de los días,
ni en las noches más sombrías.
Conocerte es lo mejor que me ha pasado.
Has sembrado colores que mis paisajes no conocían,
te quiero, porque un otoño más ha llegado
y mi corazón sigue palpitando enamorado
porque viniste sin mi, y me fui contigo.
Nunca me haces tanta falta como cuando no estás.
Sólo con la luz de tus ojos puedo caminar a través de los sinuosos caminos del día a día.
No hagas que, lejos de ti, mi espíritu clame por danzar junto al tuyo.
Un torbellino de sentimientos causas en mí.
Cada vez que pienso en ti salgo de mi realidad
para olvidarme de quien soy y dedicar
pequeños momentos en todo momento a ti.
Para ser necesito sentirte, llegar a casa y escuchar tu voz,
ese "holaaa" que me hace sentir que estoy a salvo,
y para calmar mi desazón simplemente un sincero abrazo.
Ayer disfrutaba a solas de un cola cao,
hoy deseo tener tu compañía al lado mío
mientras explicas vagas historias sobre lo que acontece en tu vida;
¿será que a veces soy necesaria en ella?
Ayer mis libros, mis escapadas y mis pensamientos en soledad
me parecían acogedores, hoy busco tu presencia para completarlo
y sentirme tranquilo; ¿será que tú también me buscas en la tranquilidad de tus tardes?
Ya conocía la palabra extrañar,
pero estas ganas de ti le han dado significado;
¿es quizá que te has vuelto indispensable?
Quizá tengo una adicción a ti
y solo con la dosis diaria se calma este deseo
indómito de verte a diario entre mis brazos.
Parece que mi alma se ha hecho adicta a ti,
y que la mejor forma de morir es amándote
cada segundo de mi vida
hasta que mi corazón deje de bombear en tu nombre.
Soñando soñé que eras mía;
pensando pensé que me entregabas tu corazón.
Creyendo creí que podría amarte
hasta el infinito y más allá.
Al imaginar uno busca en vano
la claridad del día en plena noche,
hasta que los sueños se desvanecen en la realidad.
Cae la noche,
mar de dudas en el que naufrago.
Solo tu iluminas mi camino,
solo tu llenas ese vacío.
Gracias por ser mi faro en la noche.
Fue tan dulce tu mirada que ya nunca me la pude quitar de mi mente.
Tu pelo descansa reposado sobre los cojines del sofá. Te mueves a ratos, levemente;
a mi aún me queda un rato para poder soñar contigo.
y antes que muera la noche
en desgarrada cesárea alumbrando
al sol, comprendo que ya, no habrá nada que
pueda amargarme la vida.
Abriste la caja donde guardo
todo lo que me asusta.
En ella encontraste miedos viviendo
por las esquinas y vacíos escondidos.
Buscaste algo con lo que rellenar
mis ocultos vacíos, esos que desde fuera no se ven,
y los miedos volaron, cerrando la caja cuya tapa custodias con celo.
y ahora que asoma otro corazón al tuyo, un miedo aparece de nuevo.
Abre la caja y déjalo entrar, porque todo lo bueno empieza con un poco de miedo.
Me enamoraste, me atrapaste por como eres, porque cuando me coges de la mano todavía me emociono;
porque siempre estás ahí para mi; porque aun me muero por verte, como el primer día;
porque todavía espero que me hagas reír y por reírte de mis chistes, aunque sin motivo, porque son muy malos;
porque tus abrazos me llenan de paz; por estar siempre en mis mejores momentos; y en los malos no soltarme ni un momento.
Por saber quererme; por buscarme más de una vez; por dejarme ser como quiero ser y no dejar que pierda nada;
por seguirme la corriente; por dejarme ser un cabezota y aguantar mis pataletas.
Por todas las sonrisas que dibujas en mi cara; por creer en mi; por devolverme la alegría;
por hacerme ver que a veces todo no es como todos lo ven.
Por esperarme y seguirme; por reír en los buenos momentos y aguantar los malos y llorar juntos; por no poner nunca punto y final.
Gracias por decirme no, así no; gracias por dejarme solo para poder abrir los ojos cuando no iba por el camino correcto.
Gracias por escucharme siempre y ser mis ojos y mis oídos cuando lo he necesitado; por confiar en mi y hacer que esto siga valiendo la pena.
Mi buena amiga, gracias por enseñarme a ser alguien mejor.
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