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++++++++++++++++++++++++++++ Usuario: Ingeniero Lébedev Software: Log Manager v1.6 Fecha: 25 de Marzo, 2262 Hora: 08:06 ++++++++++++++++++++++++++++ Mi nombre es Sergio Lébedev y soy el administrador del sistema computacional de la Biribiri, la "Výro chuco" —por "tonto elegante" en guaran×. Lukács me pidió que conecte el sistema QEC a la Výro para que los intrépidos biribiris, es decir, nuestra querida tripulación, puedan tener algo "extra" con lo que perder su preciado tiempo. ¡Como si los millones de documentos en la Výro no fueran suficientes! ¡Tenemos exabytes de información en nuestros servidores! ¡Exabytes! Pero, claro, todo eso es historia ... a partir de ahora es improbable que nos enteremos de ninguna novedad. Todo lo que que inventen y creen los humanos en cualquiera de los mundos habitados nos va a ser para siempre desconocido, excepto que alguien informe algo por la QEC, que ese alguien pertenezca a nuestro universo y nuestro tiempo, etc., etc. En principio el Capitán planeaba restringir el acceso a la QEC, pero la última semana fue, me confesó, desafiante. Nuestros biribiris, a pesar de que hace meses habÃan perdido la posibilidad de comunicarse "full duplex" con sus afectos, aún podÃan mandar i-cartas y recibirlas, todavÃa se sentÃan conectados con sus seres queridos por los mensajes que continuaban llegando y enviando gracias a la Výro y la red de banda ancha del sistema solar. Pero el 16 de marzo se terminó todo eso, y los biribiris se lo tomaron peor de lo que nuestros altos mandos se esperaban. Yo mismo me dà cuenta ... una cierta sensación de inseguridad y ansiedad flota por toda la nave. Es comprensible, a partir de ahora estamos completamente solos y a merced de lo que el destino nos depare. Quizá Épsilon Eridani nos espera con los brazos abiertos ... tal vez no. La apuesta que hicimos hace años cuando comenzamos a planear y prepararnos para este viaje se va empieza a probar en serio. Pensé en escribir un informe técnico acerca de como conecté la Výro chuco a la red QEC, pero no creo que sea del interés de nadie que pueda llegar a recibir esta comunicación. Por lo demás, y teniendo en cuenta lo que leà hasta ahora, casi nadie usa este sistema para compartir información cientÃfica. Tal vez tenga que ver con lo completamente aleatorio de los pequeños archivos que un sistema QEC es capaz de recibir, la existencia de sistemas más costosos —y que nosotros no pudimos costear— diseñados para este fin, el hecho de que casi todas las transmisiones lleguen en un idioma tan poco hablado hoy dÃa como el inglés —por mucho que se siga usando para expresiones informáticas entre los geeks—, o ... en fin, lo que sea, verdaderamente no importa demasiado. Espero que la corazonada de Lukács sea correcta y los biribiris se entretengan unos dÃas con la QEC. Yo encontré varias trasmisiones interesantes. Encontré una que parece encriptada por una vieja máquina usada en el siglo XX, la KG-84 ... ¡y las comunicaciones parecen provenir de un camarada! El sistema es casi risible, los núcleos de tensores de nuestra Výro serÃan capaces de decodificarlo en un picosegundo ... pero fue interesante leer sobre esas viajes técnicas criptográficas. Pero creo que lo que decidió a Lukács el acceso indiscriminado a nuestra red fue que alguien recibió su primer mensaje. Un adolescente que la está pasando duro en Marte, aunque la cosa parece haber mejorado con los dÃas. Que los biribiris sepan que nuestras aventuras están en la mente de alguien quizá ayuda a mejorar los ánimos, sin importar a que mundo o tiempo pertenezca la misma. Esto me recuerda que tengo que citar a Celia a una partida de ajedrez para discutir las implicaciones filosóficas del QEC. Maderita, si esto te llega, espero que sepas que en los próximos dÃas vas a tener cientos de fans entre los biribiris en tránsito hacia Eridanus. EOF.