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2017-09-17
Gracias a la magía de los aviones y de los tablets baratos (Kindle Fire HD 8, de momento encantado, a ver si un poco más adelante escribo algo), me he acabado de ver la S01 de The Defenders, la reunión de los cuatro neoyorquinos dicharacheros de Netflix; Daredevil, Jessica Jones, Luke Cage y sí, Iron Fist. Veo que no he posteado nada sobre ellos, así que voy a reseñarlo **TODO**.
Primero fue Daredevil, que es el único de momento con dos temporadas. El abogado ciego con superpoderes y trauma por padre boxeador asesinado por la mafia, con una dosis de torturada fe católica es un clásico de Marvel (50 años lleva combatiendo el crimen, suerte de la compresión temporal del universo Marvel). En líneas generales, la serie retrata bastante bien lo que es Daredevil, sólo que el bueno de Matt y sus coleguis Foggy y Karen son un poco... sosos. La serie deambula un poco por la oscuridad de Daredevil y sus problemas de consciencia, pero Charlie Cox y Elden Henson no acaban de funcionar bien en los aspectos más dramáticos. Deborah Ann Woll como Karen Page sí tiene una actuación más acertada, pero por contra, el guión de su personaje se nos antoja un poco insuficiente (y muy diferente a los cómics, que no espoilearé aquí- no creo que la serie vaya por esos derroteros, pero por si acaso...).
Pero lo bueno de Daredevil son los villanos y antagonistas. La serie empieza con un superlativo Kingpin- el mafioso supremo de los cómics que aquí Vincent D'Onofrio (¡el recluta Patoso de La Chaqueta Metálica! Joder, no me había dado cuenta hasta ahora) clava con un ángulo muy interesante y que además viene acompañado de su ayudante personal Wesley (actor desconocido para mi, salía en Dollhouse del Whedon), un secundario memorable que acaba por completar la excelente profundidad humana del Kingpin. En la segunda temporada llega el Castigador, personaje que contrasta muy bien con Daredevil. Mientras Matt Murdock es un abogado que reparte justicia a patadas, Frank Castle la reparte con balas entre las cejas. El conflicto entre ambos se examina bastante bien, pero Jon Bernthal consigue en su relativamente mínimo tiempo en escena mostrarnos más matices de su personaje que Charlie Cox en dos temporadas como protagonista. Los algoritmos de Netflix deben coincidir bastante conmigo, porque el Castigador tendrá su serie propia en un par de meses.
La segunda temporada también incide más en el "rollo" ninja de Daredevil, apareciendo su maestro Stick (Scott Glen, el comandante del submarino yanqui de La Caza del Octubre Rojo y el superior de Clarice Sterling en El Silencio de los Corderos), Elektra y la Mano, de la mano de la encantadora viejecita oriental Madame Gao. Esta temática no me llamaba mucho en los cómics, y aquí es tolerable- Elektra es un poco sosa y su química con Daredevil no funciona demasiado, pero Stick, pese a lo trillado del personaje viene bien compensado por un buen actor. Madame Gao es el punto álgido en mi opinión- me saco el sombrero ante el director de cásting que ha sacado a esta señora con apenas cuatro películas que borda el papel de bruja mística oriental. Casi agradezco que luego hayan seguido con la Mano como villano recurrente para poder disfrutar más de ella.
En fin, que Daredevil funciona muy bien, pero más por mérito de su acertadísimo elenco de villanos que por los buenos. Buenas dosis de acción, investigación y misterio y... superheroísmo, sí.
Luego vino Jessica Jones, que a diferencia de Daredevil es un personaje mucho más moderno- de este siglo para ser exactos, y con ello viene un planteamiento más actual de superhéroe. Jessica tiene superpoderes, sí, pero es ante todo investigadora privada de moralidad dudosa y alcohólica (pero corazón de oro, sí, tranquilos). Krysten Ritter (la chati heroinómana de Jesse de Breaking Bad) compone un personaje con toda la complejidad que le falta a Daredevil, y con unos diálogos mordaces con unos secundarios que le dan buena réplica. Más allá de Luke Cage (protagonista de la siguiente serie de este barullo), el secundario destacable de la serie es Trish Walker- la "hermana adoptiva" de Jessica, estrella de la tele infantil reciclada en presentadora de su programa de radio "Trish Talk", cuya relación con Jessica y sus desventuras le da profundidad a la serie.
Jessica Jones es un noir en toda regla, que desde su estilosa cabecera pasa por el villano de la serie... un David Tennant algo volátil que es escabroso y terrorífico, pero que por algún motivo no acaba de funcionar tan bien como debería.
Es decir, que a diferencia de Daredevil, aquí son los buenos los que aportan la calidad. La Jessica Jones de la serie es un personaje fresco incluso dentro de los antihéroes- es un Lobezno realista y muy creíble, con el que podemos identificarnos y que hace que nos metamos en la historia, junto con Trish y los otros secundarios. JJ es para mi lo mejorcito de todo este tinglado- no es sólo una buena serie de superhéroes, es una buena serie y punto.
Tras una fugaz aparición en JJ, Luke Cage entra como el héroe de Harlem; un interesante personaje que bebe de la blaxploitation pero que ha sido acertadamente modernizado.
Luke Cage es una serie un poco más irregular que las anteriores. A diferencia de DD y JJ, aquí tanto buenos y malos son harto interesantes, pero desafortunadamente la serie pierde mucho gas a mitad de recorrido tras un desafortunado giro de acontecimientos y la llegada de un nuevo villano.
En la primera mitad, Mahershala Ali (Óscar al mejor secundario por Moonlight) y Alfre Woodard (extensísima filmografía y muy premiada, pero la verdad, yo no la tenía en la cabeza) encarnan a los que creo que son la primera pareja de primos villanos de la historia- un gangster dueño de un estiloso club de jazz y a una política local de Harlem que tienen una dinámica interesantísima que incluso quita protagonismo a los buenos- encabezados por la majestuosa presencia física de Mike Colter como Luke Cage que consigue darle la nobleza necesaria al personaje y que está secundado por una Rosario Dawson cuya Claire Temple gana protagonismo aquí (salía en las anteriores clavando a su enfermera de superhéroes) y a otro acierto de cásting con una desconocidísima Simone Missick encarnando a la detective afrobaloncestística Misty Knight.
Y hay más personajes interesantes, pero lamentablemente el guión de la serie avanza muy bien al principio pero se va arrinconando, desembocando en un giro argumental en mitad de la serie que lleva a que la segunda parte desmerezca en gran medida de la primera, lo cuál es una verdadera lástima. Si hubiesen conseguido un segundo acto acertado, podríamos estar hablando de temas mayores- sin embargo, se queda en una muy buena primera mitad y poco más.
Pero bueno, eso no es nada comparado con el despropósito de Iron Fist. Ya viene de una premisa bastante ridícula de kungfu místico que no acaba de cuajar muy bien en el universo Marvel, pero es que la adaptación es totalmente terrible. Es probable que sea todo culpa de un nefasto guión que parece firmado por un niño de primaria, en el que nada parece creíble, pasan cosas sin ton ni son y es todo terriblemente cutre- todo esto se lleva por delante todo lo demás. Es posible que Finn Jones (el Caballero de las Flores de Juego de Tronos) no sea **tan** mal actor como parece aquí, y creo que el resto de actores tampoco lo hacen del todo mal. Ni la aparición de personajes cañeros de las otras series salva nada. Sólo Colleen Wing (la Nymeria Sand de Juego de Tronos) salva un poco los muebles (aunque en algún momento se ve engullida por la catástrofe de serie), pero no basta.
Lamentablemente, gran parte del transfondo de The Defenders viene de Iron Fist, así que es ugh, útil, tragársela para disfrutar la serie.
Y esto nos lleva a The Defenders, el complicado ejercicio de encajar cuatro series bastante diferentes entre sí. Los cuatro de arriba se las ven con La Mano, la organización místico-maligna oriental que ya tienen bastante lío con Daredevil y Iron Fist, pero que poco tienen que ver con mi querida Jessica y el bueno de Luke Cage.
La serie lo resuelve bastante bien- incluso lleva el lastre de Iron Fist con gracia (con unas cuantas pullas bien envenandas). Se establecen dinámicas interesantes entre los cuatro y se exploran adecuadamente sus diferencias y puntos en común. Los malos están bien- la jefa de La Mano resulta ser una correcta Sigourney Weaver, aunque yo sigo prefiriendo a la entrañable Madame Gao. Luego viene un japonés olvidable y un "Bakuto" que ya venía tocadillo por salir en Iron Fist.
Aunque la serie empieza un poco floja, y aunque no soy muy fan del temita de La Mano (salvo Madame Gao, claro) ni de Elektra ni de Stick (que Scott Glenn interpreta muy bien y es bastante oscurillo, pero es que lo del maestro mentor de artes marciales es algo que está tan trillado...), la serie se va acelerando y hacia el final estaba bastante enganchado.
Vale la pena verla- igual no tanto como Jessica Jones, pero sí es un interesante ejercicio de televisión y superhéroes que entretiene como debe ser.