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Hace poco decidí, con la devolución de Hacienda, darme un lujo y actualizar mi segundo monitor. Trabajar con dos pantallas es siempre un placer, y estaba usando un minimonitor como secundario. Para poder hacer más espacio en el escritorio, ambos monitores están montados en un brazo doble de soportes VESA.
Buscando, encontré un monitor que parecía encajar dentro de lo que buscaba, y además, tenía la cosa de que es curvo, que dicen que están muy bien y que merecen la pena. La marca: Samsung.
Llegó hoy el paquete, con el monitor, procedo a desembalar, y cual es mi sorpresa que no tiene los agujeros para soportes VESA. Ninguno. El adaptador para el minimonitor no sirve para este bicho, que tiene un culo grande para la época en la que estamos, y decido ver si puedo, al menos, encontrar un adaptador para soportes VESA.
Los resultados me muestran un único fabricante, que cobra casi 60 euros por el trozo de metal, me lo tienen que enviar desde Estados Unidos... y además, descubro que no es el único adaptador que hay. Es más, me he convencido que Samsung, en general, el estándar de soportes VESA lo ignora completamente.
Y la verdad, no sé de qué me sorprendo: Ya en su tiempo tuve un Samsung S3, que aparte del «maravilloso» (Lag|Touch)Wiz, no era compatible con tecnología estándar de Android, por ejemplo, el Chromecast. Eso si, para el sistema propio para sus televisiones, si. Pero no tengo, ni creo que tenga jamás, una televisión Samsung.
No vuelvo a comprar nada más nada de esta compañía, son tan incompatibles como Apple y su ecosistema.