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Una de las visiones apocalípticas sobre las máquinas, su autonomía y las inteligencias artificiales más ignoradas y para mi, una de las más plausibles siempre ha sido la de la máquina de hacer clips. Y hoy, como esos «pensamientos mientras te duchas» se me ha ocurrido que no es sólo que sea plausible, sino que está sucediendo actualmente, sólo que con mucho menos artificio.
Este escenario es bastante sencillo de entender. Imaginemos que creamos una máquina cuyo objetivo es hacer clips de papel. Simple y llanamente. Como queremos que ésta máquina sea lo más eficiente posible, la dotamos de una inteligencia artificial y medios para poder mejorarse a si misma, con un sólo objetivo, hacer más clips de papel y más rápido. Así que al principio todo va muy bien, la máquina se va optimizando a si misma, para poder generar más clips de papel y todos contentos. El problema viene, claro está, que el proceso actual de creación de clips tiene un límite. Materia prima, por ejemplo.
La máquina empieza a crecer sin control, llegando a un punto en que agota todos los metales que tiene acceso, encuentra maneras de usar otros materiales, y la cosa avanza, a velocidad vertiginosa, hasta el punto en que la máquina cuyo único objetivo, irracional y sin moral alguno que es crear más clips de papel, empieza a usar plantas, animales, hormigón, piedras hasta humanos, mientras llena el planeta de más y más clips de papel. Y he aquí el apocalípsis: La humanidad y toda la flora y fauna convertida en clips de papel.
Como indiqué antes, estaba dándole vueltas a éste escenario apocalíptico cuando me di cuenta de que el paralelismo entre nuestra máquina de hacer clips y las empresas a día de hoy, es, cuando menos, espeluznante. El objetivo de una empresa es uno sólo: Obtener (crear) beneficios. Para ello, crece, se mejora e inventa nuevos modos de generar más beneficios, más dinero. Es una maquinaria movida por personas, está claro, pero como se suele decir, las personas son inteligentes, la masa es estúpida.
Así que ahí tenemos a montón de máquinas de hacer beneficios, desesperadas por encontrar otro medio nuevo para hacer más dinero, más beneficios y están usando todos los recursos disponibles para convertirlos en dinero, a cualquier precio, puesto que sólo tienen una cosa en mente: Hacer más dinero. Y así nos va, que ya comercializan nuestras relaciones, nuestras expresiones artísticas, nuestro tiempo, nuestros cuerpos, nuestro planeta entero hasta que nos achicharremos.
Eso sí, el planeta estará lleno de...
...dinero.