(Publicado originalmente el 30 de abril de 2009 en el blog Perlas Musicales)
A mediados del siglo XIX, se produjo en Irlanda una profunda depresión (ríanse de lo que hoy llamamos crisis), debido a continuadas malas cosechas de patata, que era el alimento básico y casi única fuente de ingresos. La hambruna se apoderaba de la población campesina y los impulsaba a emigrar a otros países supuestamente más prósperos (¿a qué nos suena esta historia?).
En unas cinco décadas se calcula que emigraron a Estados Unidos unos ocho millones de irlandeses (casi el doble de la población actual de la República Irlandesa). La mayoría de ellos viajaban "con lo puesto" y con una enorme incertidumbre acerca de cómo iban a ser recibidos o qué tipo de trabajo iban a tener que aceptar. A eso hay que añadir una enorme tristeza en la partida, en un pueblo tan arraigado a la tierra y las costumbres como el irlandés. Las cartas, que tardaban meses en llegar, eran el único vínculo entre los emigrantes y sus familias que habían quedado en Irlanda.
El cantautor Peter Jones se basa en una serie de cartas enviadas durante treinta años por un padre a su hijo emigrado para hacer esta emotiva canción, convertida en obra maestra por tres grandes músicos: Mick Moloney, Robbie O'Connell y Jimmy Keane.
Actuación en vivo de Moloney, O'Connell & Keane: "Kilkelly"
Lo que más me impresiona de esta letra, es la forma tan sencilla con que un hombre humilde va desgranando los hechos de una tragedia cotidiana que aún hoy sigue ocurriendo en tantos lugares del mundo:
Kilkelly, Irlanda,
1860
Queridisimo hijo John:
tu buen amigo, el maestro de escuela,
Pat MacNamara ha tenido
la bondad de escribirte estas letras.
Tus hermanos se han ido todos
a Inglaterra a buscar trabajo.
La casa se ha quedado vacía y triste.
La cosecha de patatas
se ha echado a perder:
han salido malas entre un tercio y la mitad.
Tu hermana Bridget y
Patrick O'Donnell
se piensan casar en junio.
Dice tu madre
que no trabajes en el ferrocarril y
que procures volver pronto a casa.
Kilkelly, Irlanda,
1870
Queridisimo hijo John:
saludos a tu esposa
a tus cuatro hijos,
que ojalá se crien sanos fuertes.
Michael se ha metido
en ciertos lios,
supongo que nunca escarmentará.
Debido a la humedad,
no se encuentra carbon
ahora no tenemos nada que quemar.
Bridget esta muy contenta
le ha puesto su nombre a la niña,
ya tiene seis criaturas.
Dices que has encontrado trabajo,
pero no dices de que,
ni cuando vas a volver a casa.
Kilkelly, Irlanda,
1880
Queridos hijos Michael y John:
lamento daros
la triste noticia
de que ha muerlo vuestra madre.
La enterramos
en la iglesia de Kilkelly
vinieron vuestros hermanos y Bridget.
No os preocupeis,
murio muy deprisa,
recordadla en vuestras oraciones.
Es estupendo saber
que Michael piensa volver.
Si trae dinero, seguro que compra tierras,
pues la cosecha ha sido mala
la gente vende
al precio que quieran pagarle.
Kilkelly, Irlanda,
1890
Queridisimo hijo John:
supongo que andaré
cerca de los ochenta años,
hace va treinta que te marchaste.
Gracias a todo
el dinero que me has enviado
sigo viviendo por mi cuenta.
Michael se ha construido
una casa estupenda
las hijas de Bridget va son mayores.
Gracias por mandar
la foto de tu tamilia,
son chicas y chicos preciosos.
Dices que a lo mejor
hasta vienes de visita
¡Qué alegría volverte a ver!
Kilkelly, Irlanda,
1892
Querido hermano John:
siento no haberte escrito
antes para decirte
que papá ha muerto.
Vivía con Bridget,
que dice que estuvo alegre
y sano hasta el final.
¡Si lo hubieras visto
jugar con los nietos
de tu amigo Pat MacNamara!
Lo enterramos
al lado de mamá
en el cementerio de la iglesia de Kilkelly.
Fue un hombre fuerte y
muy inquieto,
teniendo en cuenta la vida tan dura que llevó.
Es curioso, pero
no paraba de mentarte,
te llamo al final.
¿Por qué no te animas
a hacernos una visita?
A todos nos encantaria volverte a ver.
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