Una situación que no escucho frecuentemente, aunque hace sentido al pensar sobre lo que hacemos y somos, es poner suficiente Atención, Tiempo, Interés, Incomodidad, Amor y Dinero a lo que realmente importa.
Es decir, cuánto de nuestros limitados recursos ponemos se relaciona con cuanto nos importa. Podemos hablar mucho sobre algo, aunque al no poner los recursos, podemos esperar poco en consecuencia. Es cuando pensar en lograr algo no es suficiente. Cuando leer sobre algo, o ir a una reunión no hará que ocurra. O más debatible, cuando compramos cosas de baja calidad, esperando que nos funcione en algo que realmente deseamos.
En el transcurso habrá muchas sensaciones hacia no poner los recursos. Se puede sentir como una pérdida de tiempo, nos podemos detener a la primera incomodidad de hacer algo que vale la pena resolver. Podemos sentir que invertir en educación, en nuestra salud o experiencias memorables, no vale la pena.
Está muy estudiado de que pensar a largo plazo nos cuesta mucha energía mental. Buscamos la satisfacción rápida, aunque superficial, sobre poner muchas horas para enfrentarnos a lo que nos da miedo por ser novatos. Es un tema de inmediatez contra profundidad.
Unas preguntas para reflexionar en la semana serían, ¿pones suficientes recursos a lo que te importa?, ¿Qué es lo que te importa más?
Y, ¿que expectativas tienes?
EOT
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