Date: Sun, 01 Aug 2004 00:52:31 -0000

From: "koalillo" <koalillo@...>

Subject: En los cines - Yo, Robot

Si os estáis preguntando si he ido al cine sólo con el propósito de
ensañarme a gusto en esta crítica... tenéis razón.

La cosa no hubiera ido a más si se hubiese limitado a ser una peli
veraniega de efectos especiales con Will Smith. Un par de
chascarrillos en la peli y un par en esta crítica hubiesen bastado
para zanjar el tema. Pero no, los ejecutivos hollywoodienses
decidieron gastarse los dineros en comprar los derechos a uno de los
libros de referencia de la ciencia ficción para... esto...

Partiendo de ciertas ideas asentadas por el buen doctor en el
susodicho libro, Proyas (Dark City) labra una especie de
technothriller que no acaba de funcionar, pues aunque en la olla se
meten muchos ingredientes, todos sabemos que basta con un solo huevo
podrido para que el resultado sea desagradable. Y en Yo, Robot, hay
más de uno.

Para empezar, las gracietas de la peli son horribles. No tienen ni
pizca de gracia. Además están envueltas en unos diálogos sin pizca de
naturalidad. Los personajes no podrían ser más planos (bueno, sí, el
holograma consigue ser más plano todavía) y plagados de estereotipos.
Siguiendo con las críticas, la publicidad es cargante y llega a
niveles de gratuitidad insospechados (léase las bambas). Las escenas
de acción... a pesar de que se han gastado el presupuesto, digamos que
en esta peli se rompen más las leyes físicas que las de la robótica
(cabe decir, eso sí, que los robots están muy pero que muy
conseguidos)- al más puro estilo John Woo época mala hollywoodiense
(léase Blanco Humano, Mision Imposible 2): el punto bajo de la
película lo alcanza Will Smith en suspensión motociclistica con una
pistola en cada mano (sí, los paralelos con Woo son indiscutibles).

No entraré con comparaciones con el libro porque no tiene sentido ni
hace falta para hundir a la película.

En fin, podría extenderme sin temor a resultar tan cargante como la
película, pero os ahorraré el sufrimiento. 

Simplemente, no vayáis a verla si no necesitáis leña para el fuego.